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sábado, 15 de octubre de 2016

A partir de la tuna, estudiantes crean azúcar ideal para personas con diabetes

La tuna es un fruto rico en minerales benéficos para la salud como calcio, potasio y fósforo.


A fin de aprovechar sus cualidades, estudiantes del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Hidalgo (Cecyteh) crearon Candittun, azúcar natural ideal para personas con diabetes, es decir lo metaboliza rápidamente.

Esto se logra gracias a que la tuna contiene azucares separados a diferencia del azúcar de mesa que contiene disacáridos unidos. Además, Candittun es un alimento funcional que aporta vitaminas, aminoácidos libres y antioxidantes, detalló la bióloga Blanca Esthela Olguín Gálvez, investigadora del CECyTE y asesora del proyecto.

A partir la tuna, específicamente de la especie Opuntia ficus, las alumnas Lorena Fuentes Díaz y Lorena Gómez Vázquez extraen la pulpa y eliminan las fibras, después obtienen el jugo de la fruta y por medio de un proceso de evaporación crean la sustancia en polvo.

El resultado puede usarse en bebidas como café o té, incluso para endulzar los alimentos sin alterar el sabor. Además, no se le agregan conservadores; sin embargo, su vida útil es de seis meses.

La investigadora Olguín Gálvez, mencionó que el azúcar que se obtiene a partir del proceso tiene el mismo sabor al tradicional y contiene 67 veces menos calorías, ideal para una dieta balanceada.

Además, por cada kilogramo de tuna se obtienen 140 gramos de azúcar, que a su vez contienen 12 gramos de carbohidratos y 18.5 gramos de vitamina.

Las propiedades de la tuna permiten que el cuerpo tenga mayor sensibilidad a la insulina, por lo tanto se reducen los niveles de glucosa en la sangre.

Olguín Gálvez puntualizó que México es el mayor productor en el mundo de tuna y que en estados como Hidalgo, Puebla y el Estado de México el fruto es abundante, por ello el crear Cadittun resulta económico.

El proyecto surgió en 2014 y las estudiantes lo han presentado en diversos concursos como la Feria Nacional de Ciencia e Ingenierías 2015, realizado en Guadalajara. Actualmente se busca crear lazos con diversas instituciones para ampliar el proyecto y en futuro comercializarlo.

Fuente
agroalimentando.com

domingo, 2 de octubre de 2016

Cervigni: neurociencias, educación y adultos mayores

Mauricio Cervigni trabaja en la articulación entre las neurociencias y estas dos poblaciones buscando aplicar los últimos avances. Mejorar las capacidades que adquieren los alumnos en las escuelas y la calidad de vida de los adultos mayores entre los objetivos principales. 





Por Claudio Pairoba

Docente-investigador de la Facultad de Psicología y el Instituto Rosario en Ciencias de la Educación (IRICE, UNR-CONICET), Mauricio Cervigni nos cuenta sobre su área de investigación, la relación con el medio y su actividad docente. 

¿Cómo está formado el grupo de trabajo?
Somos un grupo bastante pequeño de la facultad de Psicología sobre todo, ya que a veces se incorporan estudiantes avanzados o de otras disciplinas. Parte de lo que inicialmente fue la organización del Centro de Investigación en Neurociencias de Rosario en el 2012.

Este centro nucleó a un grupo de profesionales docentes así como a muchos colaboradores que son estudiantes avanzados o en la mitad de la carrera. Teníamos inicialmente algunas líneas de investigación, también en colaboración con el IRICE. En ese caso estaba el Dr. Raúl Gagliardi como director. Él priorizó una línea que nosotros también implementamos por un proyecto que estábamos abordando llamado “Potenciación de funciones neurocognitivas en niños con necesidades básicas insatisfechas”. El objetivo básicamente era abordar poblaciones consideradas bajo riesgo por vulnerabilidad social sobre todo en un sentido amplio, no un sentido de considerar la pobreza simplemente material sino simbólico y de otra índole.

Por ende teníamos un proyecto para tener un buen diagnóstico sobre qué sucede en los colegios con estos chicos, por qué rinden menos en algunas funciones que nosotros consideramos vitales. En neurociencias hoy se habla de funciones ejecutivas, para adaptarse a la vida que tenemos, con gran incertidumbre y grandes cambios, de mucha flexibilidad y pocas certezas. Para ello necesitamos un sistema que llamamos ejecutivo, que pueda planificar bien y por el cual podamos pensar un futuro y podamos tener flexibilidad ante las contingencias del ambiente. Tener una buena memoria, de trabajo que nos permita operar en todo momento online para cambiar el foco atencional. 

¿Cómo se ven afectadas estas funciones ejecutivas por la pobreza?
Hay ciertas funciones que consideramos vitales para la organización y adaptación a un medio tan hostil. Cuando uno evalúa funciones ejecutivas en niños bajo riesgo por pobreza o por vulnerabilidad social, vemos que hay un menor rendimiento de la planificación, la flexibilidad, la memoria. Por ende nosotros pusimos en marcha un pequeño proyecto con una muestra de 40 chicos en un barrio que tenía estas condiciones socio-ambientales y también socio-sanitarias porque no hay que dejar de entender que nuestro pensamiento de la pobreza es que es un problema político, no es un problema natural, ni biológico. Es político y por ende muchas veces las propias instituciones educativas y sociales reproducen también los estereotipos de pobreza. 



¿Cómo se da esta reproducción?
Cuando uno analiza la infraestructura de las escuelas que nosotros trabajamos, te das cuenta que la infraestructura es pobre. El mobiliario es pobre, los docentes a veces no están a la altura de las circunstancias. En verdad el Estado debería tener los mejores docentes para un contexto de vulnerabilidad social a través de un sistema, quizás de premios económicos, para que se inserten los mejores directivos. La importancia que tienen los directores en las escuelas con estas condiciones es central. Vemos que hay mucha variabilidad, escuelas que están con muy buena gestión y otras con gran nivel de rotación de los directivos, están de paso y por ende tampoco hay compromiso. De esta manera, lo que buscamos era un pequeño programa para mejorar esas funciones cognitivas que considerábamos vitales. 

¿Cuál  fue el medio para hacerlo?
A través de juegos digitales. Otro problema que veíamos era la brecha digital. En este tipo de colegios ubicados en la periferia, en barrios considerados marginales, con baja infraestructura, los chicos no tienen directamente acceso digital. Están muy poco en la computadora, todo lo contrario al otro extremo de la clase media alta donde a veces tienen una sobreestimulación por estos dispositivos. En este caso nos encontramos con niños que no nacieron en una era digital (lo que hoy se llama nativo digital), si no que están discontinuamente y por escaso tiempo. Entonces queríamos ver a través de un programa de juegos digitales, seleccionados para potenciar estas funciones, si podíamos mejorarlas. Eso fue el punto de partida de este grupo, que terminó plasmándose en un centro de investigación. 

¿Siguen trabajando con niños?
Sí. Tratamos de ocuparnos de la infancia ya que la consideramos prioritaria. El cerebro en etapas iniciales es más vulnerable que en otros momentos críticos como también puede ser la adolescencia. Pero el cuidado que debe tener el cerebro en estos primeros años de vida es fundamental. Consideramos que los factores mediadores son fundamentales para cuidar el cerebro del niño en ese contexto. Estos factores son los cuidados de los padres, la escuela, los directivos, o sea los factores que median entre el desarrollo cognitivo y factores ambientales. La idea era estudiar cómo impacta en un sentido amplio en este niño que tiene un bajo desempeño en funciones cognitivas de alto nivel o superiores, las cuales tienen la particularidad de ser muy desarrolladas en nuestra especie sobre otras especies. Justamente porque estamos abordando lo que es el lóbulo frontal, que es una de las últimas adquisiciones tanto onto como filogenéticas. 

¿Trabajan con otras poblaciones?
En la actualidad nos extendimos un poco a otra población que es la tercera edad, a la cual consideramos en riesgo y vulnerable, por otras razones. No solo por condiciones materiales si no por estudiar qué sucede en estos años. Y un poco cómo la sociedad le quita relevancia y descuida a la población de la tercera edad. Con Pablo Martino, otro docente que pertenece al grupo, estamos dictando un curso en adultos mayores, que se llama “Introducción a las neurociencias cognitivas”. Ahí tratamos de informar y poner en juego algunos de los conceptos centrales de las neurociencias actuales y cómo eso puede llevar a proteger el cerebro en una edad que necesitamos abordar y trabajar. 

Recientemente participaste en el dictado de un curso.
El curso que dimos con Miguel Ángel Alvarez se encuadró en esa dinámica. Ahí tratamos de abordar una problemática que tiene que ver con la educación. Hoy es un tema de interés central. A veces tenemos en la educación pedagogos o modelos educativos muy anacrónicos. En ningún lugar se forma al docente, no digo que tiene que ser un neurólogo o un psicólogo que entienda de neurociencias, pero al menos tener 4 o 5 conceptos centrales de cómo se da el neurodesarrollo, cuáles son las variables que están en juego a la hora de proteger el cerebro en los primeros años, cómo debemos trabajar en el grupo, en las relaciones para potenciar funciones ejecutivas como una buena teoría de la mente. Es decir, saber que el otro tiene intenciones y que a veces son distintas a las mías y por ende no son malas, o que sean diferentes no implica tener un temor y combatirlas. Con respecto a estas funciones que son vitales para la buena vida social, sería muy positivo que algunos pedagogos empezaran a generar manuales muy básicos con 4 o 5 conceptos y ver cómo se desarrollan estas funciones. Cómo podemos potenciarlas para una mejor vida social, para un desarrollo cognitivo apto. 

O sea que hay que hacer un replanteo de lo que se sabe.
Uno de los objetivos del curso fue transmitir algunos conceptos centrales para la vida del aula, para ver cómo algunas publicaciones van modificando los neuromitos. Estas son informaciones falsas o falsas creencias, con un lastre de modelos antiguos que hoy se han comprobado como falsos. ¿Por qué? Por que la psicología cognitiva parte de una metáfora que en algún momento fue útil, la del ordenador. Pensar al hombre similar a como se comporta una computadora personal. Hay un armazón y un espíritu, un alma. Las neurociencias actuales tienen una visión materialista y monista. Tener una lesión en el cerebro afecta nuestras facultades cognitivas y mentales. No hay un nivel de disociación tal, sino que está directamente vinculado y correlacionado. Esto ha dejado una tradición cognitivista que fue necesaria y útil en su momento pero ha dejado lastres a nivel pedagógico, estimulando mucho más las funciones cognitivas en el sentido intelectual.

La importancia de que el niño se desarrolle intelectualmente, que sea apto para resolver problemas y sobre todo matemáticos. Hoy en día hay una revolución sobre eso, en pensar la importancia que tienen las emociones. En ese modelo cognitivista y mecanicista, que en alguna forma parte del cognitivismo, era difícil integrar las variables emocionales a la conducta del niño. Hoy cuando hablamos de cognición las emociones ya están integradas y la disociación ya no es tal.

Pero los viejos pedagogos siguen cargando con estos lastres. Por ejemplo, ¿cómo funciona la memoria? Hoy en día la memoria está completamente reformulada, no nos sirve solamente para evocar el pasado si no para pensar el futuro. Está distorsionada por el sujeto, lo que recordamos no es precisamente lo que pasó. En la actualidad sabemos que hay una atribución de sentido, que la memoria autobiográfica parte de una íntima vinculación entre lo emocional y el evento. 

¿Hay que cuidar que no se desvirtúen los objetivos al buscar mejorar las capacidades cognitivas?
Hay una movida de entrenamiento para adaptación. Hay que tener siempre la visión de un sujeto activo, crítico, que no se adapte pasivamente a un contexto determinado para generar mentes aptas para un contexto laboral como en algún momento podemos pensar políticamente desde cierto concepto liberal. Potenciar en los chicos funciones que les van a dar mayor nivel de criticidad y márgenes de acción. Si podemos mejorar esto, potenciando funciones cognitivas de alto nivel, lograríamos que el chico pueda elegir sobre diferentes cosas y no estar atado a cuestiones que restringen su libertad. Esto implica tener docentes capacitados para trabajar con esta criticidad por parte de los alumnos. 

¿Han podido hablar con funcionarios sobre este tema? A veces pareciera que vamos entre extremos donde todo queda igual o pateamos el tablero.
No hemos buscado un apoyo municipal porque las líneas son jóvenes todavía. Necesitamos mayor tradición y resultados. Sí hemos tenido apoyo de autoridades aisladas, en este caso te mencionaba a Raúl Gagliardi. Ël es biólogo de base pero tiene su doctorado en educación, por lo cual consideraba central que el IRICE, en ese momento cuando él fue director, priorice los sectores de intervenciones en contextos de vulnerabilidad social. Por ende, en ese tiempo tuvimos un gran apoyo institucional del IRICE, visualizamos la temática haciendo jornadas, exponiendo lo que hacíamos en diferentes eventos. También nos llevó a institucionalizar la línea de investigación que teníamos en ese caso, dando posteriormente el centro de investigación. En la actualidad estamos elaborando un proyecto preliminar de un laboratorio de neurociencias y psicología social en la facultad de Psicología, que presentaremos a la brevedad. No buscamos un apoyo político, hasta ahora no lo hemos hecho porque era todo muy a pulmón y todavía teníamos que madurar algunas ideas. Pero seguramente en su momento lo vamos a hacer.

Sí tuvimos reuniones con el rector (actual y anterior), por algunas cuestiones puntuales. Nos comprometimos a presentar un programa de neurociencias y educación, el cual estamos elaborando. Creemos que es una línea prioritaria y central que a la universidad le puede dar mucha visibilidad y podemos trabajar con la población mucho más cercanamente. 

¿Están profundizando la parte de extensión?
Hasta ahora nos habíamos abocado mucho más a la investigación (básica o aplicada) pero con poco nivel de extensión y transferencia. Por ende, si logramos que se apruebe este programa, estaría más vinculado a apuntar a un mayor grado de extensión no tanto de investigación, para abordar los grandes problemas sobre todo con soluciones lo más sencillas posibles buscando apuntar a una población mucho más amplia.

Lo primero que vemos transitando por Rosario es que los hospicios de tercera edad, los geriátricos, están muy abandonados. Uno ve a los abuelos viendo la nada, pensando casi nada y prácticamente esperando la muerte. Esto es uno de los focos de interés que nos preocupa. Queremos tratar de articularlo con la docencia y la extensión que hacemos en la universidad de adultos de la Universidad Nacional de Rosario. 

Uno a veces se pregunta qué hacer con todo el conocimiento de los adultos mayores.
Tenemos mucha información acumulada y poca implementación de esa información. En estos últimos 20-30 años hemos aprendido mucho sobre lo que sucede en el cerebro, cuáles son los mecanismos, cómo el aislamiento deteriora el neurodesarrollo. Por ende, teniendo la información solo hay que buscar programas o mecanismos para que podamos poner en juego eso que sabemos, que nos ha dado el laboratorio o investigación básica y aplicada y ponerlo en juego. Primero tratar de apuntar desde lo más sencillo a lo más complejo, y tener una llegada mucho más masiva. Creo que para la vida social en los geriátricos ya sería un avance, tener un intercambio, que transite gente, que escuchen música, pintar mejor los lugares. 

Es similar a lo que mencionabas antes sobre la pobre infraestructura de algunas escuelas.
Sucede lo mismo, se repite con otras variables pero se repite lo mismo. También estamos hablando de construir, porque a veces uno no se da cuenta de las cosas porque no las atraviesa. Uno toma conciencia de ciertas discapacidades motrices. Cuando va con el carrito de nuestro niño por las veredas, ahí se da cuenta que difícil es moverse en Rosario donde todas las baldosas están flojas, donde se rompen las veredas por distintas razones. Ahí nos damos cuenta de las dificultades de la gente mayor para movilizarse en esta o cualquier ciudad. La idea es generar una encuesta para estudiar diferentes variables de los lugares para la tercera edad. Partir de problemas que muchas veces son groseros y de fácil solución, donde solo necesitamos la información requerida para poder intervenir. 

¿Cómo es la población de adultos mayores que asiste al curso que Uds. dictan?
Nosotros damos en Rosario y a veces vamos a algunas ciudades de Santa Fe, a pocos kilómetros. La población de Rosario tiene personas muy vitales, no son todas consideradas jubiladas o adultas mayores, también tenemos gente más joven, pero que se ha retirado. Es gente que busca información o tiene problemas particulares con familiares por lo cual se interesan por las neurociencias para dar una respuesta a problemas concretos que se les presentan. Tenemos una población muy heterogénea: desde ingenieros, economistas, amas de casa, gente que trabaja en barrios. Esto es muy interesante ya que no solo transmitimos los pocos conocimientos que podemos tener, si no que es un diálogo constante. Cada clase termina en discusiones que son muy interesantes y ricas por el bagaje que tiene el público que asiste. 

¿Hay otros grupos trabajando a nivel país?
En Buenos Aires hay un grupo fuerte. Sebastián Lipina en la Unidad de Neurobiología Aplicada en el CEMIC. Mar del Plata tiene un grupo fuerte donde vinculan neurociencias y educación. En Córdoba también hay grupos importantes trabajando. Los objetivos son diversos, no centrados en los mismos temas. 

¿Cuál es el rol de las neurociencias en la educación?
Las neurociencias actuales tratan de revitalizar y resignificar muchas de las categorías que tenían los pedagogos y que tienen gran efecto a la hora de educar. Ese es el camino que creemos hay que tomar cuando hablamos de esta articulación entre neurociencias y educación. Tratando de modificar, enriquecer y cambiar estos viejos paradigmas que siguen teniendo efectos porque también nuestra idea de niño escolarizado es un niño racionalista. En cambio hoy se habla de gestión de emociones, y la importancia de la gestión de las mismas. A la par de ser un buen chico que tenga buenos resultados en matemáticas, no vamos a quitar importancia a lo otro, pero exaltar el valor que tienen otras funciones que son vitales para la vida social. 

¿Por ejemplo?
Por ejemplo lo que es teoría de la mente lo cual es importante para una buena vida social. Cuando alguien me mira hago inferencias sobre qué está pensando el otro de mí, y el otro hace inferencias sobre lo que yo pienso en base al mapeo de gestos, miradas, semblantes, fisiología. Por ende, son funciones muy complejas a las que tal vez no se les daba la  importancia debida y hoy las ponemos en agenda escolar como fundamentales para el desarrollo del niño. 

¿Cuáles son los aspectos negativos de las neurociencias?
Tienen un defecto para mi gusto, y es que hay un orden de prioridad que hace que los neurobiólogos más duros terminen queriendo bajarle información a los pedagogos. Tiene que haber un diálogo entre ambas partes que hasta el momento no se da. Eso es peligroso, no estamos atentos a escuchar lo que sabe el otro. Los que saben cuál es la dinámica del curso, qué pasa con los niños, son los pedagogos. Cuando tengamos un mejor diálogo en esa comunidad científico-pedagógica, ahí vamos a poder enriquecer mucho más la práctica. 

A título personal
Universidad Nacional de Rosario
Facultad de Psicología
Docente de la Práctica Profesional Supervisada.
Coordinador Área Neurociencia Cognitiva
Docente de Psicología del Trabajo
Docente de la Universidad de Adultos Mayores
Instituto Universitario del Gran Rosario
Carrera Psicopedagogía
Docente titular de Neurociencias aplicadas al aprendizaje, Neuropsicología y Metodología de la Investigación
Instituto Rosario de Investigación en Ciencias de la Educación (IRICE, UNR-CONICET)
Investigador Asistente CONICET
Doctor en Psicología
Maestrando de Ciencia, Tecnología y Sociedad de la Universidad de Quilmes.

viernes, 9 de septiembre de 2016

Coca Cola y el marketing que enferma: Tuve tu veneno

Amables promotores entregan folletos que presentan como material educativo sobre nutrición y diplomas con el logo de la empresa para los niños que se portan bien en la consulta. ¿Cómo entró y quién saca del hospital público a Coca Cola? Tal la pregunta que realiza Soledad Barruti en una de las notas de la nueva Mu, edición 102, que ya está en los kioscos, y que aquí reproducimos. Datos: en un país en el que se consumen 80 litros de gaseosas per cápita, hay 620.000 niños de colegios primarios que reciben en la escuela el marketing de Coca Cola, que usa 6 hospitales públicos para promocionar sus productos.

El diploma que entregó hace 2 años Coca Cola en el Hospital Penna


Los visitadores de Coca Cola aparecieron en el Hospital Penna hace unos tres años. Para el médico Fernando D’Ippolito el programa empresario coincidió con un momento especial: recién recibido, estaba a suerte y verdad con su vocación, con esa atención lúcida de los estrenos que sirve para confrontar la teoría con lo que hay alrededor. Estaba haciendo la residencia en medicina general porque quería dedicarse a lo que se dedica ahora: la atención primaria de las familias que no tienen acceso a la salud porque básicamente no tienen nada: ni gas, ni agua segura, ni alimentos frescos, ni calles por las que transiten colectivos o ambulancias. Enseguida se dio cuenta de que había llegado al lugar perfecto.
 
A pocas cuadras del hospital está la villa 21-24, la más importante de la Capital Federal: entre Barracas y Pompeya, ocho manzanas donde viven 60 mil personas. Su trabajo se abrió como un caleidoscopio a las necesidades: guardias, internaciones, consultorios externos y hasta la supervisión de cursos y talleres de nutrición que estaba seguro podían mejorarles la vida. “Está entre los problemas más urgentes que tienen: el alimento y sus consecuencias. Estamos hablando de niños que almuerzan chicitos con jugo, siguen con un pancho, galletas y gaseosas. Comida, comida: con suerte a la noche”, dice D’Ippolito ahora en un tono que seguro no tenía tres años atrás: exhausto. No resignado, más bien sin fuerzas para activar las ganas; esa íntima tragedia que se detona cuando uno se cruza cada vez con algo peor. “No sabría decir bien por qué pero tengo los números que lo hacen evidente: desde que empecé las personas pesan más, no menos, sufren porque no pueden atender adecuadamente su diabetes o su hipertensión. Se esfuerzan, hacen lo que pueden, pero enseguida se desmoralizan. Más si son chicos”.

El esfuerzo y la frustración: eso veía una y otra vez, sobre todo cuando le tocaba una de las prácticas más simples y a la vez más importantes de pediatría, el control de talla y peso de los niños.

Fue en alguna de esas prácticas, un día de semana cualquiera, cuando se cruzó con la representante de la empresa por primera vez. Era una chica joven, y traía regalos; y en un hospital público como ese, donde siempre falta de todo, alguien que trae algo, lo que sea, es bien recibido. “Si no entendí mal se trataba de una nutricionista, y como suelen hacer los visitadores médicos, entregaba el material, pero antes pedía firma y sello”.

Material que entregaba la empresa dos años atrás: recetarios membretados con el logo de la marca. Coca Cola en rojo y abajo el blanco clásico para que el médico indique, ¿qué? ¿Un antibiótico? ¿Un calmante? ¿Una dieta?

“Pero peor es el otro: mirá”, dice D’Ippolito y muestra el diploma al buen comportamiento. “Hoy a …. se le otorga este diploma porque el Dr/Dra ….. le pidió que 1. Sacara la lengua, 2. Tosiera o 3. Respirara hondo; Y LO HIZO SIN LLORAR NI PROTESTAR”, dice el cuadro. Así: con los espacios a completar, las instrucciones, y las mayúsculas. Con un corazón sonriente y con el logo en cursiva de la marca, enfrentado a la firma del profesional que lo complete.

“Cuando lo recibí me alarmé”, dice. “Me alarmé porque es una marca directamente vinculada a las enfermedades que los médicos intentamos sanar, como la obesidad en los niños, y porque estaban entregando un certificado que aplaude la obediencia a una orden de conducta. Es Coca Cola diciéndole a un chico cómo se tiene que portar”.


En la guardia y en la escuela

Hoy el material que quedó de entonces no es el único que se puede encontrar en el hospital. En la entrada de la guardia que recibe 120 mil enfermos al año, Coca Cola dejó un almanaque 2016 que devela otras formas de publicidad no convencional que inevitable o estratégicamente llegan a ese target al que aseguran ellos ya no le hablan: los menores de 12. Entre las típicas acciones –cuidar el agua, reciclar envases, trabajar con las comunidades donde establecen sus plantas- el cuadernillo da cuenta también del concurso intercolegial de baile, Baila Fanta y del torneo intercolegial de fútbol, Copa Coca Cola. Dos acciones que se llevan adelante desde hace años, porque sirven a la marca para subrayar el mensaje al que más fuerte se abrazan: hay que moverse. No importa que una botellita de gaseosa tenga 66 gramos de azúcar: si los chicos bailan, saltan, corren atrás de una pelota hay quienes dicen que lo queman, le ganan a las calorías, no engordan, y pueden, al otro día, seguir tomando.

Vida activa, vida saludable, vida feliz
Eso recalcan también en el programa de educación con el que lograron desde 2008 ingresar a las escuelas públicas de 16 provincias con un alcance estimado en 620 mil niños. Dale juguemos se llama y fue desarrollado por la marca a través de la Fundación Alimentaria y avalado por el Comité Olímpico y la Federación Argentina de Cardiología. “Con el consentimiento de autoridades educativas provinciales, se capacitan docentes y se entrega material áulico y deportivo para los recreos. Son las autoridades escolares y sus docentes quienes implementan el programa. De acuerdo a nuestros lineamientos globales de marketing responsable, este programa se realiza sin presencia de nuestras marcas frente a los alumnos”, asegura Francisco Do Pico, que hace un año pasó de encargado de comunicación de Monsanto a ocupar un sillón similar en Coca Cola, en donde parece que no creen que algo que dice que fue hecho “para Coca Cola Argentina” tenga presencia de marca.

Insólito
“Aunque no más que lo que me enteré después”, dice D’Ippolito abriendo la puerta a un enigma que nadie parece dispuesto a resolver: “Las visitadoras de Coca llegan al hospital casi todos los meses. No se sabe quién las deja entrar ni cuál es el propósito: entregan folletos, hablan con los médicos, recopilan firmas y sellos. Tal vez hacen estudios de mercado. O estadísticas. O buscan hospitales aliados, ¿cómo saberlo?”.

Les preguntamos
“Coca-Cola de Argentina brinda exclusivamente información sobre los ingredientes de sus productos. El principal objetivo del relacionamiento con los profesionales de la salud es escucharlos y responder a sus inquietudes respecto a los productos e ingredientes del portafolio de la compañía, siempre mediante información basada en la evidencia científica disponible y explicada por profesionales de la salud”, dice Do Pico, no sin antes aclarar que visitadores médicos no son porque para Coca, “la función de un visitador médico es promover fármacos de venta bajo receta, para así lograr la prescripción médica de los mismos. A tal efecto son contratados por laboratorios farmacéuticos”.

 

En el consultorio

El Hospital Penna, el Fernández, el Gutiérrez, el Garrahan, el Güemes y el Italiano: Coca Cola logra ingresar a todos, y en todos, los médicos -principalmente los pediatras que suelen ser los más requeridos- llaman a las nutricionistas de la empresa, las visitadoras. No hay quien no las haya cruzado, no se haya sorprendido, y no haya terminado aceptando que si bien al principio le resultó algo casi ofensivo –¡Coca Cola ingresando a los hospitales!- al final como se trata de personas amables pidiendo unos minutos nomás de los que depende su sueldo, les abren la puerta de sus consultorios y les prestan un poco del tiempo que casi ni tienen.
“Yo las recibo por educación, porque me da lástima dejarlas ahí afuera. Pero nunca entendí el objetivo de la visita: que justo esa empresa, Coca Cola, se interese por querer hablar con médicos cuando es obvio que nosotros sus bebidas a los chicos no se las vamos a indicar”.

“A mí me hablaron de sodio en el agua”
“A mí de azúcar”
“A mí del jarabe de maíz”
“A mí del aspartamo”
“A mí de la alegría”.
“A mí de hidratación”
Y así.

Intentar entender la estrategia de marketing más polémica del momento no es fácil. Pero puede ser entretenido.

 

La ciencia del marketing


La primera vez que Vanesa Miquel se topó con el asunto fue a través de una colega que había sido contratada por Coca Cola. Nutricionista ella también lo entendió todo: la oportunidad laboral en un contexto que siempre parece difícil y lo perfecto que sería para la marca si resultaba bien. Entonces no lo dudó. Como era docente de la universidad de la Universidad de Concepción del Uruguay, en Rosario, pensó que para desarticular la trampa, que termina estallando nada menos que en cuerpos que enferman año a año un poco antes, exponerlo frente a sus alumnos. “Les di clases utilizando ese material que es espectacular para desarrollar pensamiento crítico: tanto el contenido como el propósito de la marca y la ética profesional están expuestos en esos folletos”.

Porque lo que entregan las nutricionistas a los médicos, lo que Do Pico llama información basada en evidencia científica, son folletos y cuadernillos que resumen el punto de vista de la empresa sobre distintas temáticas, con referencias a documentos que los apoyan.

Ahí está en papel ilustración La Ciencia de los Azúcares: 24 páginas en las que se presentan temas conflictivos, como el azúcar y el jarabe de maíz de alta fructosa, señalados cada vez con más elementos como los responsables de las pandemias de obesidad y diabetes tipo 2, que en algunos países alcanzan a la mitad de la población y en otros es solo cuestión de tiempo, pero con una astucia dialéctica que podría llevar a conclusiones increíbles. “Los carbohidratos –los azúcares, almidones y fibras que se encuentran en las frutas, verduras, cereales y productos lácteos- son una parte importante de una dieta saludable (…) Las bebidas endulzadas con endulzantes calóricos suministran calorías –energía- de los azúcares que son carbohidratos simples. Los carbohidratos son nutrientes esenciales para la vida”.

Si A es parecido a B, y B es un poquito parecido a C, ¿A es igual a C? Definitivamente, sostiene página a página este cuadernillo.

Mientras en distintas revistas científicas se publican estudios que demuestran que los edulcorantes no calóricos no solo no disminuyen el consumo de azúcar, sino que suman sustancias como aspartamo, ciclamato o acezulfame K que probablemente gatillan problemas parecidos como el aumento de peso, Coca acerca a los médicos un vistoso collage que niega rotundamente nuevos paradigmas.

En otras entregas la apuesta está en la hidratación: la importancia de atenderla antes de que sobrevenga la sed (que muchas veces, aseguran, llega tarde) y de saciarla con bebidas que mejor si son saborizadas porque así los chicos “toman entre un 45 y un 50 por ciento más de líquido que si es solo agua”.

“Y lo hacen con referencias: eso me sorprendió”, dice Miquel, “es una jugada astuta de la marca: hacen una lectura propia de distintas publicaciones científicas para hacer publicidad”.

Sin dudas esa estrategia que Coca Cola ha sabido desplegar creando incluso institutos y sociedades, es lo más cuestionable.

Las visitadoras de Coca Cola a las que ellos prefieren no llamar así tienen, como cualquier visitador médico, objetivos: una cantidad de profesionales con los que hablar, relaciones que establecer y material que a su vez les piden a ellos que repartan entre sus pacientes a fin de ampliar la educación nutricional. Así, los consultorios pediátricos de los hospitales públicos de nuestro país tienen pilones de hojas infomerciales que por supuesto llevan a cuestionar, cómo es posible que ingresen, que ocupen el tiempo de los médicos, que dejen cosas.

“Es una locura”, dice Sergio Auger, que también es médico hasta diciembre era el director del hospital Santojanni y desde entonces es el coordinador de Hospitales del Ministerio de Salud. “Para que ingrese alguien a un hospital público tiene que haber un convenio escrito con la dirección. No es que puede pasar quien se le ocurra con un carrito a ofrecer sus productos”.

¿Conoce alguno?
“No. En mi gestión jamás se acercaron de esa empresa a proponerme algo así. Tampoco estoy al tanto de que dentro del Ministerio exista algún convenio marco que lo habilite. Y si me lo propusieran no lo aceptaría”.

¿Tiene Coca Cola algún acuerdo con el sector público en Argentina?
No, dice Do Pico.

¿Entonces?
“Convenio no hay”.

“Si hay nadie lo quiere hacer público”.

“Yo creo que entran así nomás”.

“Libremente”.

“Ven luz y pasan”.

 

Lo que enferma


El último informe sobre enfermedades no transmisibles del Ministerio de Salud (publicado en febrero de 2016), que ubica al sobrepeso como uno de los problemas más graves por los que atraviesa el país, con el récord regional de niños menores de 5 años obesos, sostiene que hay una asociación comprobada entre el aumento de peso y la ingesta de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas. De estas en especial sostiene que:

Se estima que en 2010 el consumo de bebidas azucaradas causó en el mundo 184 mil muertes. 133 mil debido a diabetes, 45 mil debido a enfermedades cardiovasculares y 6.450 debido a algunos tipos de cáncer.

La mayor cantidad de estas muertes ocurrieron en América Latina.

En Argentina, por cada millón de adultos, hay 74 que mueren por el consumo de bebidas azucaradas: es de los países con mayor mortalidad atribuida al consumo de bebidas azucaradas de la región.

En nuestro país el consumo per cápita de bebidas elaboradas por la compañía más grande de gaseosas en 2011 fue de 80 litros: 2,5 veces más que en 1991 y 1,5 veces más que en 2001.

La empresa más grande es por supuesto Coca Cola, que a plena luz del día, anda suelta por los hospitales, se pasea por los consultorios e intenta convencer a los médicos de que ellos no solo no son un problema, son casi la solución.

¿Permitirá Jorge Lemus, el mismo ministro de Salud que autoriza la publicación de un informe con esta contundencia, que este tipo de promoción continúe?

Fuente

sábado, 2 de julio de 2016

Será obligatorio un examen para detectar la ceguera infantil


Así lo dispuso una ley provincial. El test, llamado reflejo rojo pupilar, permite detectar y resolver el 80 por ciento de esos casos.

La medida deberá ser implementada en todas las maternidades, tanto públicas como privadas.


El examen de reflejo rojo pupilar será obligatorio para los bebés recién nacidos en toda la provincia, tanto en los efectores públicos como privados. Se trata de un testeo que ya se lleva adelante en algunos centros de salud y que no sólo previene enfermedades oftalmológicas como cataratas congénitas, tumores, glaucomas y anomalías retinarias, sino que además permite resolver el 80 por ciento de los casos de ceguera infantil.

El proyecto había sido presentado originalmente en 2012 en la Legislatura provincial y, tras un largo derrotero, fue aprobado en las últimas semanas. Sólo resta su reglamentación para que a través del Ministerio de Salud de la provincia se incorpore a todas las maternidades santafesinas.

El principal motor e impulsor de la iniciativa desde hace años es el oftalmólogo rosarino y titular de la cátedra en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Alejo Vercesi, que insiste desde hace años en que este examen "es clave para los diagnósticos en recién nacidos". Más aún, consideró que "así como se mide la temperatura, debe hacerse este chequeo ocular, y tendrían que incorporarlo los médicos generalistas".

El diputado por la Coalición Cívica, Ariel Bermúdez, que impulsó la propuesta desde la Cámara de Diputados, aclaró que "es un examen para nada oneroso" e indicó que "el instrumento que se necesita para llevarlo adelante es un oftalmoscopio, que tiene un costo que apenas supera los mil pesos".

El examen
La prueba del rojo pupilar consiste en la iluminación de la pupila en un ámbito oscuro con el haz de luz del oftalmoscopio para observar el reflejo que devuelve la pupila.

Vercesi detalla que se trata de "una maniobra que indica los medios transparentes del ojo y permite ver si el reflejo es normal o no", y afirma que este test debe sumarse "al fondo de ojo, que ya se lleva adelante como prueba de rutina".

Lo más importante es que este nuevo examen que se incorporará en las maternidades santafesinas permite detectar tempranamente las afecciones que provocan la ceguera infantil.

"El 80 por ciento de las cegueras infantiles en general son evitables, el problema es que la única manera de determinarlas es a través de este examen, que ahora recién se realiza a los 4 años", agregó.

Entre las afecciones de mayor incidencia, según detalló el especialista, se cuentan "la catarata congénita, el retinoblastoma, glaucomas, desprendimientos de retina y, en menor medida, la toxoplasmosis congénita".

En ese punto, recalcó, es importante no sólo la prevención de estas afecciones, sino sobre todo "la posibilidad de resolver el 80 por ciento de los casos, cegueras que pueden abordarse con tratamientos más simples y menos costosos, algo que se dificulta con la detección tardía y cuando las enfermedades están más avanzadas".

Implementación
La normativa aprobada en la Legislatura, y que ahora debe ser reglamentada por el Ejecutivo, establece la obligatoriedad de la práctica en niños y niñas recién nacidos en la provincia, tanto en las maternidades públicas como privadas.

Además, indica que el resultado no sólo debe ser comunicado a los padres del recién nacido, sino paralelamente debe informarse al Ministerio de Salud, quien debe organizar todos los datos en un registro.

En este punto, Vercesi explicó la importancia de poder tener estadísticas hasta ahora inexistentes. "Esto nos permitiría empezar a saber qué porcentaje de nacidos vivos presenta alteración del reflejo del rojo pupilar y a partir de allí, de cuáles son las enfermedades que producen alteración en el reflejo y cuáles tienen mayor incidencia en la provincia", destacó el oftalmólogo.

Un paso más
Paralelamente al impulso que el proyecto tuvo a nivel provincial, Vercesi también llevó la iniciativa al Congreso de la Nación, donde ya tiene media sanción del Senado de la Nación.

"Está a consideración de la comisión de Salud de la Cámara de Diputados", indicó. Lo cierto es que de lograr su aprobación en la cámara Baja, el examen entraría en vigencia para todo el país.

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sábado, 11 de junio de 2016

Una aliada para detectar las hemorragias digestivas

La tomografía multicorte es un método diagnóstico que permite encontrar causas desconocidas de sangrado. Sólo en Santa Fe se producen, cada año, 45 mil hemorragias digestivas, muchas de ellas graves. Cómo actuar.
 Por Florencia O'Keeffe

Cada año en la provincia de Santa Fe unas 45 mil personas sufren una hemorragia digestiva que puede comprometer su vida. Y aunque en el 85 por ciento de los casos el endoscopista puede determinar la causa del sangrado y planificar junto al equipo médico una solución, hay un grupo importante, de casi 6000 pacientes, en quienes no se puede determinar con exactitud cuál es el origen de la hemorragia. Sin dudas, son estos los que más riesgo corren.

Para develar el verdadero motivo del problema y poder ofrecer un tratamiento se cuenta con el aporte de la tomografía multicorte, que de una manera no invasiva y efectiva permite en la mayoría de las situaciones arribar a la causa. Sobre los avances en este tema, el médico radiólogo Roberto L. Villavicencio expuso en las Jornadas Paulistas de Radiología (las más importantes de Latinoamérica y las terceras más relevantes del mundo).

En diálogo con Más, el especialista y director médico de Grupo Oroño, mencionó que la hemorragia digestiva es más común de lo que la población cree y representa, por su impacto, un problema de salud pública al que se le debe prestar atención. "Las hemorragias se pueden producir en un largo trayecto del tubo digestivo a partir de lesiones que pueden ser en esófago, duodeno, intestino delgado, colon, recto. Pueden ser altas o bajas. Las altas, que son la mayoría, son las más graves".

El médico manifestó que las formas graves deben ser tratadas en un hospital o sanatorio y siempre por un equipo especializado. "El paciente tiene que estar internado en terapia intensiva y ser abordado por un grupo multidisciplinario en el que intervenga un médico clínico, un gastroenterólogo intervencionista, un radiólogo y un cirujano".

Los síntomas de una hemorragia digestiva (sobre todo si es alta) suelen ser lo suficientemente intensos para que la persona concurra de inmediato a una guardia hospitalaria. "El vómito de sangre (hematemesis) suele indicar que se trata de un episodio de jerarquía. El paciente además sufre un sock hipovolémico, palidez extrema, taquicardia, estupor", detalló Villavicencio. Este es el signo, pero el motivo no siempre es claro. "Se produce por problemas erosivos digestivos, por gastritis, por úlceras (que pueden ser provocadas por ejemplo por el consumo de antiinflamatorios no esteroides como los que se usan para el dolor articular), várices, pero hay muchas causas".

En las hemorragias bajas (menos frecuentes y en general menos severas), la causa pueden ser los divertículos del colon.

En otros casos, los síntomas no son tan claros porque la sangre suele estar oculta en heces, como cuando son producto de un cáncer de colon.

"Para determinar el motivo de una hemorragia digestiva el método diagnóstico elegido es la endoscopía alta o baja por su alta sensibilidad para estudiar el tubo digestivo y porque también permite actuar terapéuticamente. Pero en un 10 a 20 por ciento de los casos la endoscopía fracasa en su búsqueda. Allí es donde la tomografía multicorte cumple un rol sumamente importante", comentó el médico.

Para las hemorragias de origen desconocido la tomografía multicorte (un equipamiento que en Santa Fe existe tanto en el sector privado como público de la salud) es, desde hace más de 10 años, el método óptimo para determinar la causa del sangrado.

"Anteriormente se hacían estudios de medicina nuclear o directamente una arteriografía (que es invasiva y dura aproximadamente una hora). Gracias a la tomografía podemos detectar el origen de la hemorragia. Es un método no invasivo, rápido y muy efectivo", enfatizó Villavicencio. 

El especialista comentó que para el examen se requiere usar sustancias de contraste pero que no se necesita ninguna preparación previa. Sí existe una limitante cuando la persona tiene insuficiencia renal, pero aún en esos casos, el médico debe analizar costo-beneficio. "Si se está ante una hemorragia digestiva grave debe considerarse. De hecho, hace algunos años hicimos este estudio a un paciente trasplantado de riñón que tenía un sangrado de origen desconocido y aún cuando no cumplía con el criterio, por su problema renal, pudimos evaluarlo y se le salvó la vida", ejemplificó.

"Una vez que la causa está claramente identificada se pueden tomar decisiones terapéuticas. Si encontramos el lugar exacto de la hemorragia la sobrevida del paciente es significativa, pero si no lo hacemos la tasa de mortalidad puede ser entre un 25 y 57%", dijo, mostrando la relevancia del método de diagnóstico por imágenes en esta enfermedad.

"La arteriografía selectiva que se usaba en otras épocas para fines diagnósticos ya no se utiliza y sólo se recurre a ella en los casos en los que se requiere una embolización. La localización del punto exacto de la hemorragia hoy puede hacerse con el tomógrafo y personal capacitado y ha cambiado el pronóstico y al sobrevida de muchísima gente. Es un gran avance de la última década y cada año tenemos más y mejores respuestas", destacó el médico. 

En las jornadas que se realizaron en la ciudad de San Pablo, Villavicencio participó junto a otra médica rosarina, la neurorradióloga Adriana Ojeda, que disertó sobre la importancia del diagnóstico por imágenes en el ataque cerebral.

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sábado, 4 de junio de 2016

Bebidas energéticas que dañan como drogas

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No es la primera vez que os hablamos de las bebidas energéticas.

Cada semana podemos leer noticias sobre estas bebidas. Hace poco os hablábamos de el Aumento las visitas a urgencias después del consumo de bebidas energéticas.

“Monster, Burn, Red Bull, Diesel, Missile… Las energy drinks o bombas hipertónicas.” empieza una noticia en el diario elMundo “Con la segunda lata de una de ellas, Alberto terminó en el hospital. Llegó desorientado y con el corazón al trote por las taquicardias. Podría haberle ocurrido a su hijo, al mío o al hijo del vecino. Alberto forma parte de ese 62% de adolescentes españoles que pueden llegar a tragarse hasta siete litros al mes de bebidas energéticas, según la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés). Un misil de cafeína concentrada y taurina que a diario viaja en las mochilas de los escolares.”

La alarma ha saltado en el Reino Unido. Las bebidas energéticas, enlatadas con llamativos colores, dibujos de toros o rayos, son tan perjudiciales como las drogas. Lo advertía John Vincent, asesor en nutrición juvenil del primer ministro Cameron: «Son otra forma de droga». «Las intoxicaciones que producen, sobre todo en los de menor edad, llegan a ser muy graves. Y, lo que es peor, enganchan a los más pequeños», refrenda la doctora María Luisa Iglesias.


Niños de 9 o 10 años que van al colegio con la lata en la mochila…

Temblores. Inventadas en 1995 por los austriacos de Red Bull, las llamadas bebidas energizantes han salido de los gimnasios, su primer destino, y hoy están al alcance del cualquier mano. En gasolineras, máquinas expendedoras cercanas a colegios e institutos… Uno de cada cinco niños en España va a la escuela con ellas. Un combinado nada apto para menores. «Alteran su capacidad de concentración» y abundan las evidencias, según profesores y médicos, de que provocan vómitos, temblores e irritabilidad.

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A Alberto, estudiante de BUP, le bastó con ingerir 160 miligramos de cafeína y dos de taurina, los principales ingredientes activos de este tipo de bebidas. La cafeína estimula el sistema nervioso central y cardiaco, facilita la liberación de catecolaminas, como la adrenalina y la dopamina, y estimula la vasodilatación. La taurina [del latín toro, de cuya bilis se extrajo por primera, en 1827, este potente ácido] mejora la resistencia física. Una explosión de energía en pocos sorbos.


En España se consumen más de 220 millones de latas de «energéticas»

No hay dosis. Incluso en cantidades moderadas «las consecuencias llegan a ser graves», advierte la doctora Iglesias, del departamento de psiquiatría de la Univ. Autónoma de Barcelona y al frente de las urgencias del Hospital Parc Taulí de Sabadell. «Se las toman cada vez más para estudiar (220 millones de latas se produjeron en España en 2012)».

El Parlamento catalán es el primero dispuesto a regular la venta de estas bebidas y «evitar un consumo excesivo, especialmente entre la población más joven». La propia Cruz Roja, a mediados de febrero,iniciará una campaña en Sabadell, con la distribución de folletos que advierten del peligro que conlleva el consumo descontrolado de bebidas energéticas, especialmente si se combinan con alcohol.


¿Porqué son peligrosas las bebidas energéticas tomadas con alcohol?

Las bebidas energéticas contienen cafeína y taurina, dos componentes estimulantes que combinados con alcohol pueden producir consecuencias fatales para la salud.

La mezcla de este líquido con drogas como la cocaína o la marihuana es extremadamente peligrosa, porque aumentan en forma dramática los riesgos cardiovasculares. Una persona que ingiere alcohol mezclado con una bebida energizante con altas concentraciones de cafeína, se siente con toda la euforia que se produce al ingerir el trago retardando el agotamiento y la fatiga, esto puede parecer un a bendición, sin embargo, su consumo abundante perjudica la salud.

Hay que tener en cuenta que una sola copa equivale a tomarse seis cafés, suficiente para sufrir síntomas como la aceleración del ritmo cardiaco o tener la sensación de no poder respirar.

Un estudio de La Universidad Autónoma de Barcelona y el Hospital de Sabadell demuestra que el consumo de este tipo de combinados puede provocar “intoxicaciones agudas”. Es muy peligroso porque hace falta muy poco para intoxicarse: una sola copa equivale a tomarse seis cafés, suficiente para sufrir síntomas como la aceleración del ritmo cardiaco o tener la sensación de no poder respirar.

Los efectos son distintos en cada persona y tener información sobre lo que se consume y sobre el estado de salud de cada uno es crucial para evitar correr riesgos. Por ello, los médicos recuerdan que las bebidas energéticas están contraindicadas para personas con enfermedades cardíacas, hipertensión, trastornos cerebrales neurológicos, embarazadas, menores de 16 años y diabéticos.


Efectos en la salud

Entre los efectos en la salud que tienen las bebidas energizantes y que se manifiestan alrededor de entre dos y ocho horas después de su consumo y dependiendo de la susceptibilidad de cada persona, son:
  • Intoxicación.
  • Enrojecimiento de la cara.
  • Dolor de cabeza.
  • Dilatación de pupilas.
  • Agitación psicomotora.
  • Hipertensión arterial.
  • Taquicardias.
  • Hiperactividad.
  • Nerviosismo.
  • Vómitos.
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Abuso de bebidas energéticas

Hace unos días os hablábamos de la Muerte de una joven de 24 años después de trabajar durante 30 horas seguidas.

Mita Diran, que vivía en Yakarta, murió después de 30 horas de trabajo. Sus compañeros achacaron su muerte al abuso que hacía de las bebidas energéticas.


Pero ¿son realmente las energy drinks?

La bebida energética o también conocida como energy drinks se define por ser una sustancia que mejora el rendimiento a la hora de practicar deporte, sobre todo en casos de jugadores de pruebas largas.

Estas bebidas contienen estimulantes que poseen altas concentraciones de cafeína, guaraná y taurina. Este tipo de bebidas aceleran la hidratación, lo que es muy útil para los deportistas, sin embargo, su alto consumo puede provocar dolor de cabeza, insomnio, malestar gastrointestinal o incluso un efecto laxante, comentó el doctor Raúl Tovar, especialista en medicina familiar, que ha colaborado en laboratorios donde se estudian bebidas energéticas.

El mundo de las bebidas energizantes no se limita al circuito deportivo. Hoy se venden como productos asociados a fiesta y recreación. “En realidad, estas bebidas no son otra cosa que una droga legal, por así decirlo, para tener un buen rendimiento”, agregó el doctor.

Muchas veces desearíamos tener una cantidad extra de energía que nos ayudara afrontar el día o determinados esfuerzos físicos con más vitalidad y sin muestra de cansancio, pero si no se conoce su composición y para qué sirven, pueden producir un efecto no deseado en la salud.


¿Muertes vinculadas bebidas energéticas?

EEUU investiga la relación entre cinco muertes y el consumo de Monster. Ya van 18 muertos, supuestamente a causa de la ingesta de estas bebidas en EEUU, donde un informe del Gobierno concluye que el número de personas que han acudido a urgencias por latas de empresas como PepsiCo o Monster Beverage se ha duplicado en los últimos cuatro años, pasando de 10.000 a 20.000. «Y en la mayoría de los casos los pacientes eran adolescentes y jóvenes adultos». Aquí «ni eso», dice la doctora Iglesias, «son niños de 9 o 10 años que van al colegio con la latita en la mochila».

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martes, 5 de abril de 2016

Médicos rosarinos resuelven un dilema de las enfermedades autoinmunes

Muchos pacientes con lupus o artritis reumatoidea, entre otras patologías crónicas, tienen fiebre a menudo pero la causa no siempre se puede determinar. Una investigación hecha en el Hospital Centenario, que recibió un premio, dio pistas sobre este enigma.


Destacados por su trabajo. Roberto Parodi, Mariana Lagrutta, Francisco Consiglio y Alcides Greca.

Por Florencia O'Keeffe / LaCapital

Los médicos que atienden pacientes con enfermedades autoinmunes como lupus o artritis reumatoidea enfrentan a diario un problema: identificar la causa de la fiebre en estas personas, ya que el aumento de la temperatura puede estar ligado tanto a una agudización de la enfermedad como a una infección. El dilema es que el síntoma es el mismo pero el tratamiento no. Esta incógnita les hace perder un tiempo valioso en la búsqueda de datos que revelen la causa y muchas veces también equivocar el camino.

Preocupados por esta situación un grupo de profesionales del Hospital Centenario y la Universidad Nacional de Rosario (UNR) decidió investigar a fondo. El resultado fue un estudio que recibió varios premios en el III Congreso Internacional de Clínica Médica y Medicina Interna 2015: al mejor trabajo en la categoría Reumatología, al de mayor interés pedagógico y al de mayor interés metodológico. Finalmente fue seleccionado como el mejor trabajo científico de todo el congreso.

Lo más importante es que gracias a esa revelación muchos pacientes ya empezaron a recibir los beneficios, y no sólo los que se atienden en el Centenario sino también en distintos hospitales y sanatorios ya que la difusión en el congreso fue muy bien recibida entre los colegas de toda la Argentina y otros lugares del mundo que se enfrentan al mismo inconveniente.

El logro pertenece al equipo integrado por Francisco Consiglio, Roberto Parodi, Mariana Lagrutta, Cecilia Demaría y Alcides Greca, del servicio de Clínica Médica del Hospital Centenario y de la 1ª cátedra de Clínica Médica y Terapéutica de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR. La investigación fue seleccionada entre 1.400 trabajos científicos de autores nacionales e internacionales y es la primera vez que este reconocimiento recae en un “paper” elaborado en Rosario.

El trabajo, cuyo título es Utilidad de la procalcitonina como biomarcador en pacientes con enfermedades autoinmunes y sospecha de infección, llevó dos años e implicó el seguimiento de 30 casos clínicos. ¿Qué es la procalcitonina y por qué es clave para hacer un diagnóstico correcto y brindar el tratamiento adecuado? Los doctores Consiglio y Parodi lo explican en una charla con Más: “Es un marcador de infección muy útil en situaciones donde resulta dificultoso distinguir la presencia de una infección de otras causas, como ocurre a menudo en personas con enfermedades autoinmunes. Lo que nosotros hicimos fue medirlo en estos pacientes y observamos que cuando hay infecciones se eleva, pero cuando se trata de un paciente con una exacerbación propia de la enfermedad el marcador se mantiene estable”.

Si bien es un dato sumamente valioso no es el único que permite llegar al verdadero diagnóstico: “Ante una persona con enfermedad autoinmune que llega con fiebre, y muchas veces debe permanecer internada, hacemos una evaluación que incluye imágenes (radiografías, tomografías), hemograma, examen clínico, cultivos y actualmente, a partir de los resultados del estudio, le sumamos la determinación de la procalcitonina. Esto nos permite llega a la causa de una manera más precisa”, detallan.

Defensas
Las personas con enfermedades como el lupus, la artritis reumatoidea, vasculitis y algunos síndromes mucho menos frecuentes, tienen un mal funcionamiento de su sistema de defensas. Normalmente ese sistema defensivo está diseñado para atacar aquello que es extraño al organismo pero en las enfermedades autoinmunes termina dañando órganos del propio cuerpo.

Para mejorar su calidad de vida se indica un tratamiento que consiste en frenar el sistema de defensas defectuoso con medicamentos que lo inhiben. El problema es que como consecuencia de los fármacos las defensas bajan y el paciente queda más expuesto a infecciones como por ejemplo neumonías, lesiones de la piel, urinarias o de la sangre.

La fiebre es más frecuente en estas personas que en la población común. Ahora, ¿cómo saber si la temperatura elevada es consecuencia de un proceso infeccioso o de una crisis de la propia enfermedad inflamatoria? “De allí que los resultados que arrojó el estudio sean tan relevantes”, señala Consiglio, y agrega: “En ocasiones le dábamos al paciente antibióticos para cubrirlo en el caso de que sea una infección, pero si no los necesita no tiene sentido porque estamos sumando toxicidad sin ningún beneficio. Por el contrario, podíamos no indicar ciertos fármacos cuando en rigor el paciente los precisaba”.

En el Hospital Centenario, por ser un centro de alta complejidad y recibir derivación de varias regiones aledañas, se atiende a una gran cantidad de personas con estas enfermedades que conllevan tratamientos de por vida y que tienen complicaciones con cierta frecuencia. El seguimiento médico es clave para tener una buena calidad de vida, al igual que el cumplimiento de las terapias por parte de los pacientes. Además, como todas las enfermedades poco frecuentes, llegar al diagnóstico no es fácil. Muchos hombres y mujeres deambulan años por el consultorio de distintos especialistas en busca de un nombre para su padecimiento, y un tratamiento. Por eso, Roberto Parodi repasa los síntomas más comunes para advertir a la población: “Dolores articulares, decaimiento, pérdida del apetito, fiebre, lesiones cutáneas pueden ser producto de una enfermedad autoinmune, por eso, debe consultarse a un médico clínico o reumatólogo ante estos síntomas. Y hay que saber que quienes tienen antecedentes familiares son más propensos a padecerlas”.

“Con tratamiento, muchas veces pueden llevar una vida normal. Nuestro compromiso es seguir trabajando en investigación científica —parte constitutiva de la Universidad y en un hospital público— para ofrecer respuestas a nuestros pacientes”, señalan.

Los médicos agregan que el hospital público cuenta con la aparatología, reactivos y fármacos necesarios para tratar a los pacientes.

Cabe destacar, además, que los autores de este trabajo no recibieron ninguna clase de financiamiento para realizarlo.

Fuente
 www.lacapital.com.ar

miércoles, 9 de marzo de 2016

Diabetes: diagnóstico, calidad de vida y avances (Parte II)

Pablo Arias es vicepresidente del Capítulo Litoral (que abarca las provincias de Santa Fe y Entre Ríos) de la Sociedad Argentina de Diabetes (SAD). Docente-investigador de nuestra universidad, Arias nos actualiza sobre esta patología.


Lea aquí la primera parte de esta nota

¿Qué cuestiones podrían fortalecerse?
Creo que la parte más importante que hay que buscar es ahondar en las conductas que hacen que la población sea un tanto resistente a ciertos consejos. O sea, ¿por qué se sabe de la existencia de la diabetes y se la niega? O, sabiendo que se tiene una carga familiar, no se busca la constatación.

También hay que ahondar en algo que provee una respuesta a muchas de estas enfermedades crónicas y es de qué maneras hacer más efectivos los tratamientos, no desde el punto de vista de la calidad de las drogas si no desde el punto de vista del cumplimiento. Está claramente demostrado que de cada 100 pacientes, hay una tercera parte que no cumple el tratamiento. Si uno mira los perfiles relacionados con los resultados del tratamiento uno está buscando una meta terapéutica que está dada por un parámetro que se llama hemoglobina glicosilada (la fracción de hemoglobina que se carga de azúcar durante los tres meses previos a la extracción de sangre). O sea que te está informando del grado de control de los últimos tres meses.
 
Nosotros buscamos, con ciertas excepciones, hemoglobinas glicosiladas de siete o menos. En nuestro país más de la mitad de los pacientes tienen hemoglobinas glicosiladas no apropiadas. En otros países con un poco más de inversión se logra hasta un 35-38% de gente en mal control y un 60% en buen control. Sabemos que un tercio de los pacientes no cumple con el tratamiento y también que un tercio de los pacientes no tienen buenos valores de hemoglobina glicosilada.

Entonces el tratamiento es un punto tan fuerte como el descubrimiento de nuevos medicamentos.
No necesitamos que haya medicamentos más efectivos, necesitamos que haya un mejor cumplimiento de las pautas terapéuticas. Y ahí comenzamos a hablar de equipo de salud, de cómo se estimula y empodera a los pacientes para que ellos sean los que deciden, ya que un paciente que decide cuidarse es muy distinto de un paciente al que le imponen cuidarse. Hay una serie de temas para trabajar en ese área.

En cuanto al tema bioquímico, sabemos que la hemoglobina glicosilada es un analito relativamente caro. Medirla bien es más caro pero en nuestro país se usan métodos baratos para medirla, con un porcentaje de imprecisión grande. Este tema es preocupante.

¿Hay avances en cuanto a tratamientos más sofisticados?
Tenemos el tema del transplante, las células madre, el páncreas artificial. Hay un grupo de trabajo sobre páncreas artificial, con la gente del CIFASIS. Con ellos estamos trabajando y aguardando respuesta en cuanto a los subsidios pedidos. Espero empezar pronto con una línea en páncreas artificial, lo cual no es una panacea y está destinado fundamentalmente a los pacientes que no logran un buen control con los medios tradicionales. Sirve para ayudar de manera transitoria a algunos pacientes para saber por qué no se los puede controlar bien. Generalmente son pacientes con diabetes tipo I, que tienen muchas fluctuaciones y se los denomina pacientes lábiles.

Volviendo al tema de la historia familiar. ¿Hay identificados genes responsables de la enfermedad?
Sí, En diabetes tipo I, un 60-70 % de la carga está dada por genes del sistema HLA. También hay otros genes involucrados como el de la insulina. Uno puede hacer predicción pero no puede intervenir. En este tipo de diabetes uno tiene las herramientas para decir “esta es una persona con riesgo de tener la enfermedad de aquí a x cantidad de años”. Se pueden medir los anticuerpos, que van a ser un fenómeno por ahora sin relación patológica ya que no son los que agreden a las células productoras de insulina. Son una manifestación paralela del proceso autoinmune, mediado por los linfocitos que son los que atacan las células pancreáticas. Uno puede predecir con cierta certeza en cuanto tiempo va a desarrollar la diabetes una persona a la que se le encuentran estas combinaciones de antígenos del sistema HLA.

Con la diabetes tipo II hay herramientas también, pero es una enfermedad poligénica y tenemos más de 70 genes responsables con distintos grade de fluencia. Entonces es muy difícil porque puede haber unos pero no otros. Es más fácil predecir en base a un interrogatorio de riesgo, con 14-15 preguntas fáciles (come verduras, tiene familiares con diabetes). Esto también sería muy fácil de establecer y es una herramienta cuya difusión podemos pedir. Por ejemplo, está el cuestionario desarrollado en Finlandia el cual es autoadministrado. Se le dice al paciente, “mídase la cintura, si tiene más de 100 cm en el varón o más de 80 en la mujer, póngase un puntaje”. Esto se podría tener implementado en las salas de espera de los consultorios, por ejemplo. Es algo bastante sencillo de llevar a cabo y se obtiene una información muy rica. A las personas que saben que van a tener un riesgo de desarrollar diabetes, cuando están por encima del 20% de riesgo uno le dice que se mida la glicemia o se haga la prueba de tolerancia a la glucosa.

Sin caer en lo genético que es más acorde con los tiempos que corren, tenemos herramientas diagnósticas para identificar a los sujetos de riesgo.

En base a lo descripto, ¿la diabetes tipo I es una enfermedad autoinmune?
Sí, es una enfermedad autoinmune mediada por células con fenómenos de autoinmunidad humoral y que termina con la destrucción de las células beta. Y se asocia con otras inmunopatías, tales como hipotiroidismo o enfermedad celíaca.

¿Cómo es la calidad de vida para las personas que siguen el tratamiento?
Eso se lo tenés que preguntar a una persona que sigue el tratamiento. Hace unos 6 meses estuve en un centro en Dinamarca donde te enseñaban y te hacen vivir como una persona con diabetes. Te tenés que medir el azúcar 4 o 5 veces por día, te tenés que inyectar insulina (en realidad te inyectás solución fisiológica). Es molesto.

Como sujeto no diabético, uno no tiene la presión de preocuparse por el resultado. Cuando el paciente se pincha el dedo, no sabe si el resultado le va a dar normal o no. En los pacientes bien controlados, un 20% de las veces te van a dar resultados que no están dentro de los parámetros. Esa fuente de preocupación molesta. De todas formas tenemos que recordar que hay corredores de carreras de autos y maratonistas que tienen diabetes. Pero una cosa es el desafío de lo que podés hacer con tu cuerpo y lo que podés aceptar y otra es la preocupación de una enfermedad crónica, que es algo que no se puede evitar.

¿Cómo es el manejo de la enfermedad desde los medios?
Desde la SAD estamos siempre atentos porque nos preocupa que los pacientes estén desinformados, nos preocupan las corridas. También tenemos que respaldar a los médicos que buscan información de calidad en la SAD. Por suerte tenemos buen contacto con los medios.

Hablar de deporte de alto riesgo implica hablar de adrenalina, una hormona que puede alterar los niveles de azúcar en sangre. En un paciente diabético esto es de cuidado.

La adrenalina hace subir el azúcar en sangre. De alguna manera, la persona que lo hace está entrenada y tiene esas variables incorporadas dentro de su esquema de control. Al hacer un deporte se está consumiendo glucosa. Entonces cuando se hace una carrera larga uno se tiene que preocupar porque no te falte azúcar. Entonces están los que se desmayan porque no hacen cada 30-45 minutos una ingesta de hidratos de carbono, porque se está consumiendo glucosa y el hígado no puede producirla al ritmo que lo hace un sujeto no diabético. La señal para que el hígado empiece a producir glucosa es que baje el nivel de insulina, pero el paciente tiene insulina circulando porque se la inyectó. Entonces el paciente tiene que compensar con la ingesta la falta de producción hepática de glucosa.
 
Está bien claro que determinados alimentos son perjudiciales. Sin embargo, es difícil tomar medidas para que tengan sus rótulos, o sea que en el envase aparezca que si tomás más de dos botellas de gaseosa te aumentan los triglicéridos y te vas a volver insulino-dependiente. No es lo mismo que con el tabaco donde ya son malos conocidos y todo el mundo sabe de la mala imagen. Tratá de ponerle un rótulo a las hamburguesas o a las golosinas y decirle a las empresas que el consumo de calorías fútiles lleva con el tiempo a un aumento de peso que es perjudicial para la salud. Pero esto ya es otro tema.

Notas relacionadas

sábado, 27 de febrero de 2016

Diabetes: diagnóstico, calidad de vida y avances (Parte I)

Pablo Arias es vicepresidente del Capítulo Litoral (que abarca las provincias de Santa Fe y Entre Ríos) de la Sociedad Argentina de Diabetes (SAD). Docente-investigador de nuestra universidad, Arias nos actualiza sobre esta patología.



Por Claudio Pairoba

¿Cuáles son los objetivos de la SAD?
Dentro de las misiones de la SAD está promover el conocimiento y contribuir al bienestar de los pacientes con diabetes. También promover la investigación, la realización de eventos docentes, etc.
Yo fui presidente de la SAD hasta el ano 2014 y como me gusta y me parece que es una tarea importante para llevar adelante, este año me dedico a contribuir localmente en Sante Fe y Entre Ríos con estas actividades.
Dentro de las actividades que tienen los capítulos está organizar cada dos años una jornada regional donde se invitan profesionales de otras regiones e inclusive se han recibido invitados extranjeros. Estas jornadas se hicieron el 2 y 3 de octubre pasados en el Centro Cultural Fontanarrosa. Nuestra intención fue hacerlo un evento convocante para todas las personas que están relacionadas con la diabetes. No solo para los profesionales médicos si no también para todos los profesionales no médicos y otros miembros del equipo de salud. Para eso convocamos al Programa Provincial de Enfermedades Crónicas no transmisibles para que aporten su personal médico y de enfermería para una reunión que se realizó en paralelo con la del capítulo.
¿Cómo se puede lograr que la población tome conciencia de esta enfermedad?
Yo creo que el tema de la promoción es la única herramienta que puede llegar a mejorar la situación. Siempre digo que los que tienen el destino de la diabetes en sus manos son los educadores y la gente que hace difusión. El equipo de salud ya no alcanza. Este equipo es el contenedor de los que ya están enfermos y esto va in crescendo. No se puede jamás parar una epidemia atendiendo a los enfermos. Las epidemias hay que combatirlas en sus focos de origen y mecanismos de producción. Los mecanismos de producción en este caso tienen que ver con los malos hábitos de vida; entonces la solución del problema no está en poner más médicos, enfermeros, nutricionistas, si no en que los maestros en los colegios tengan una currícula donde la alimentación y la actividad física sean algo primordial. En el momento en que se dé ese cambio es posible llegar a parar la epidemia. Y nosotros seguiremos atendiendo.
¿Todo se puede prevenir o hay pacientes que van a atravesar situaciones complicadas?
Por cuestiones relacionadas con la edad o determinados grupos sociales con mayor predisposición o bien gente refractaria a las promociones de hábitos de calidad de vida, estos grupos van a enfermar sin duda de esta patología. De todas maneras, creo que la gran masa hay que pararla desde la educación y la promoción, y cuanto más temprano mejor.
¿Es una enfermedad fácil de diagnosticar?
Hay una clasificación dado que son muchas enfermedades con una característica común que es el aumento de los niveles de azúcar en sangre.
Hay dos formas principales que suman casi el 90 % de los casos. La más llamativa y a la que se le presta más atención es la que tiene en realidad 5 a 10 % de los casos, que es la llamada diabetes tipo I. Es la que afecta a los chicos y la que los expone a una muerte prematura si no se tratan con insulina. Antes del descubrimiento de esta hormona, estos chicos se morían en meses. Afecta sobre todo a menores de 20 años, aunque también se da en adultos pero en una proporción mucho más baja.
En el 80-85 % de los casos tenemos la diabetes tipo II que es la que afecta a los adultos más bien gorditos, pasados los 45 años, hasta hace un tiempo. Digo esto porque ahora con el sedentarismo, las pantallas, los autos, la comida chatarra, las gaseosas, la edad va bajando y en este momento tenemos adolescentes que ya tienen diabetes tipo II y por supuesto personas de 20-25 años. O sea que bajó muchísimo la edad de aparición.
¿La diabetes tiene una sintomatología típica?
La diabetes es como la presión arterial o la hipercolesterolemia, un asesino silencioso. El azúcar elevado no te da síntomas por sí solo. Los síntomas aparecen cuando se desencadenan las complicaciones: vista, riñones, pies ya que se van tapando arterias y vasos más pequeños, dando lugar a infecciones y úlceras en estas extremidades, también infecciones genitourinarias. Esto hace que el paciente vaya a la consulta.
Es muy fácil de diagnosticar porque si todas las personas de más de 40 años se hicieran un control de la glucosa en sangre una vez por año cualquier anomalía se detectaría. El diagnóstico es fácil y barato.
¿Cuáles son las medidas que la gente puede tomar para prevenir esta patología?
A la gente que tiene más de 40 años se le puede decir que se tiene que hacer un control de glicemia cada 3 años. A aquellos que además de 40 años tienen exceso de peso, o presión alta o toma medicación para el colesterol, se la tienen que medir todos los años. En un sistema de salud como el de nuestra provincia que está dentro de todo bien organizado, esto no tendría que ser algo difícil de lograr. Sin embargo, todavía cuesta como se ve en las encuestas nacionales de factores de riesgo, lo cual dicho sea de paso es algo que hay que destacar y que el Ministerio de Salud ha venido haciendo desde 2006, 2009 y 2013, realizando cortes poblacionales en más de 30.000 hogares del país, para evaluar ciertas características de las enfermedades crónicas no transmisibles. En cuanto a la diabetes, nuestra provincia está muy bien en los números. Sin embargo todavía hay una parte importante, un 40 % de la gente, sobre todo en el sector público, que no se midió nunca la glucemia.
Esto contrasta con las cifras de presión arterial, ya que al ser más asequible, o porque hay puestos donde se puede medir, hay más tendencia a controlarla. Lo que hay que lograr es que el lugar donde está el paciente en atención se preocupe porque esa persona se realice una glucemia regularmente. Entonces el diagnóstico no se escapa. El diagnóstico es barato y es certero. No es un problema el acto diagnóstico, el problema es llevar la oveja al redil.
¿Qué papel juegan los médicos en la prevención?
La tarea del médico del centro de atención de salud no es solo dedicarse a atender si no preocuparse por la salud de la comunidad que está a su cargo. En el sector privado, lo lógico sería que también se preocupen ya que si evitan que esa persona se enferme, los gastos van a bajar. Hay una política muy corta de vista con respecto a que es lo que hay que invertir para mantener una población sana dentro del sector privado. Incluso cuando se detecta la enfermedad los pacientes muchas veces tienen problemas con el acceso a la medicación y, si bien muchas veces hay abusos, lo lógico sería considerar que un paciente bien tratado es un paciente que no se complica. Por lo tanto, para una institución privada da un gasto 4 o 5 veces menor que aquel que se complica. Muchas veces hay que caer en recursos de amparo para que se le provea una determinada medicación al paciente.
¿Cuáles son las principales líneas de ataque para la diabetes?
Tenemos la currícula de superficie y la oculta. La de superficie busca medicamentos que sean más efectivos, con menos efectos adversos y esto lleva a una constante inversión de la industria porque tener un 10 % de la población como blanco es tentador desde el punto de vista económico. También buscamos llevar el control a los hogares, algo que ha mejorado muchísimo la calidad de vida con el seguimiento que se obtiene de los niveles de azúcar en sangre gracias a las tiras reactivas. Ahora se buscan mediciones continuas, con un sistema sofisticado y más caro. Sería una manera de asegurar un mejor control.
Curar la diabetes es otra gran meta, lo cual por ahora no se puede. Se puede prevenir la diabetes tipo II haciendo que las personas mantengan un régimen de vida estricto en cuanto a ejercicio (3 horas semanales de caminata rápida por ejemplo) y una alimentación que te mantenga en peso (rica en fibras y pobre en grasas de tipo animal). Esto puede disminuir hasta en un 50 % los casos de diabetes que se van a producir. Pero la diabetes tipo I por ahora no se puede prevenir.
Yo estoy trabajando en algunos factores ambientales que tienen que ver con la producción de diabetes, por ejemplo tóxicos y agroquímicos. Estamos viendo cosas relacionadas con algo que en la provincia es muy importante que es la toxicidad por arsenicales. Estas serían líneas de investigación propias. Estoy buscando asociación entre ciertas enfermedades crónicas de tipo infeccioso (como Chagas) y diabetes. Esto no forma parte de lo que le interesa a todo el mundo, si no que es más de investigación.


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