El padre
de la menor enferma recauda en cuatro días 150.000 euros con un relato
ficticio en los platós de televisión y las redes sociales.
Por Manuel Ansede y Elena G. Sevillano
La historia de la niña Nadia Nerea, de 11 años y afectada por una
rara enfermedad genética que según sus padres la amenaza de muerte
inminente, se convirtió en un fenómeno mediático el pasado sábado a
partir de la publicación de un artículo en la prensa y su posterior
repercusión en las redes sociales, televisión, radios y más periódicos.
Sólo se conocen 36 casos de su enfermedad en todo el mundo: el suyo es el más grave de todos.
Con su madre Marga
Por Pedro Simón
Ni nada ni nadie te prepara para que tu hija de 11 años esté atrapada en un cuerpo de 80. Nada para que una niña que debería ir hacia delante y dejarte atrás tome el camino biológico a la inversa. Y entonces tenga cataratas en vez de vista de halcón, y sordera en vez de buen oído, y la palma de las manos rugosas en vez de lisas, y algo que recuerda al alzhéimer en vez de a un bonito álbum de fotos.
La tuna es un fruto rico en minerales benéficos para la salud como calcio, potasio y fósforo.
A fin de
aprovechar sus cualidades, estudiantes del Colegio de Estudios
Científicos y Tecnológicos del Estado de Hidalgo (Cecyteh) crearon
Candittun, azúcar natural ideal para personas con diabetes, es decir lo
metaboliza rápidamente.
Esto se logra gracias a que la tuna
contiene azucares separados a diferencia del azúcar de mesa que contiene
disacáridos unidos. Además, Candittun es un alimento funcional que
aporta vitaminas, aminoácidos libres y antioxidantes, detalló la bióloga
Blanca Esthela Olguín Gálvez, investigadora del CECyTE y asesora del
proyecto.
A partir la tuna, específicamente de la
especie Opuntia ficus, las alumnas Lorena Fuentes Díaz y Lorena Gómez
Vázquez extraen la pulpa y eliminan las fibras, después obtienen el jugo
de la fruta y por medio de un proceso de evaporación crean la sustancia
en polvo.
El resultado puede usarse en bebidas como
café o té, incluso para endulzar los alimentos sin alterar el sabor.
Además, no se le agregan conservadores; sin embargo, su vida útil es de
seis meses.
La investigadora Olguín Gálvez, mencionó
que el azúcar que se obtiene a partir del proceso tiene el mismo sabor
al tradicional y contiene 67 veces menos calorías, ideal para una dieta
balanceada.
Además, por cada kilogramo de tuna se
obtienen 140 gramos de azúcar, que a su vez contienen 12 gramos de
carbohidratos y 18.5 gramos de vitamina.
Las propiedades de la tuna permiten que el
cuerpo tenga mayor sensibilidad a la insulina, por lo tanto se reducen
los niveles de glucosa en la sangre.
Olguín Gálvez puntualizó que México es el
mayor productor en el mundo de tuna y que en estados como Hidalgo,
Puebla y el Estado de México el fruto es abundante, por ello el crear
Cadittun resulta económico.
El proyecto surgió en 2014 y las
estudiantes lo han presentado en diversos concursos como la Feria
Nacional de Ciencia e Ingenierías 2015, realizado en Guadalajara.
Actualmente se busca crear lazos con diversas instituciones para ampliar
el proyecto y en futuro comercializarlo.
Mauricio Cervigni trabaja en la articulación entre las neurociencias y
estas dos poblaciones buscando aplicar los últimos avances. Mejorar las
capacidades que adquieren los alumnos en las escuelas y la calidad de
vida de los adultos mayores entre los objetivos principales.
Somos un grupo bastante pequeño de la facultad de Psicología
sobre todo, ya que a veces se incorporan estudiantes avanzados o de
otras disciplinas. Parte de lo que inicialmente fue la organización del Centro de Investigación en Neurociencias de Rosario en el 2012.
Este centro nucleó a un grupo de profesionales docentes así como a
muchos colaboradores que son estudiantes avanzados o en la mitad de la
carrera. Teníamos inicialmente algunas líneas de investigación, también
en colaboración con el IRICE. En ese caso estaba el Dr. Raúl Gagliardi
como director. Él priorizó una línea que nosotros también implementamos
por un proyecto que estábamos abordando llamado “Potenciación de funciones neurocognitivas en niños con necesidades básicas insatisfechas”.
El objetivo básicamente era abordar poblaciones consideradas bajo
riesgo por vulnerabilidad social sobre todo en un sentido amplio, no un
sentido de considerar la pobreza simplemente material sino simbólico y
de otra índole.
Por ende teníamos un proyecto para tener un buen diagnóstico sobre qué
sucede en los colegios con estos chicos, por qué rinden menos en algunas
funciones que nosotros consideramos vitales. En neurociencias hoy se
habla de funciones ejecutivas, para adaptarse a la vida que tenemos, con
gran incertidumbre y grandes cambios, de mucha flexibilidad y pocas
certezas. Para ello necesitamos un sistema que llamamos ejecutivo, que
pueda planificar bien y por el cual podamos pensar un futuro y podamos
tener flexibilidad ante las contingencias del ambiente. Tener una buena
memoria, de trabajo que nos permita operar en todo momento online para
cambiar el foco atencional.
¿Cómo se ven afectadas estas funciones ejecutivas por la pobreza?
Hay ciertas funciones que consideramos vitales para la
organización y adaptación a un medio tan hostil. Cuando uno evalúa
funciones ejecutivas en niños bajo riesgo por pobreza o por
vulnerabilidad social, vemos que hay un menor rendimiento de la
planificación, la flexibilidad, la memoria. Por ende nosotros pusimos en
marcha un pequeño proyecto con una muestra de 40 chicos en un barrio
que tenía estas condiciones socio-ambientales y también socio-sanitarias
porque no hay que dejar de entender que nuestro pensamiento de la
pobreza es que es un problema político, no es un problema natural, ni
biológico. Es político y por ende muchas veces las propias instituciones
educativas y sociales reproducen también los estereotipos de pobreza.
¿Cómo se da esta reproducción?
Cuando uno analiza la infraestructura de las escuelas que
nosotros trabajamos, te das cuenta que la infraestructura es pobre. El
mobiliario es pobre, los docentes a veces no están a la altura de las
circunstancias. En verdad el Estado debería tener los mejores docentes
para un contexto de vulnerabilidad social a través de un sistema, quizás
de premios económicos, para que se inserten los mejores directivos. La
importancia que tienen los directores en las escuelas con estas
condiciones es central. Vemos que hay mucha variabilidad, escuelas que
están con muy buena gestión y otras con gran nivel de rotación de los
directivos, están de paso y por ende tampoco hay compromiso. De esta
manera, lo que buscamos era un pequeño programa para mejorar esas
funciones cognitivas que considerábamos vitales.
¿Cuál fue el medio para hacerlo?
A través de juegos digitales. Otro problema que veíamos era la
brecha digital. En este tipo de colegios ubicados en la periferia, en
barrios considerados marginales, con baja infraestructura, los chicos no
tienen directamente acceso digital. Están muy poco en la computadora,
todo lo contrario al otro extremo de la clase media alta donde a veces
tienen una sobreestimulación por estos dispositivos. En este caso nos
encontramos con niños que no nacieron en una era digital (lo que hoy se
llama nativo digital), si no que están discontinuamente y por escaso
tiempo. Entonces queríamos ver a través de un programa de juegos
digitales, seleccionados para potenciar estas funciones, si podíamos
mejorarlas. Eso fue el punto de partida de este grupo, que terminó
plasmándose en un centro de investigación.
¿Siguen trabajando con niños?
Sí. Tratamos de ocuparnos de la infancia ya que la
consideramos prioritaria. El cerebro en etapas iniciales es más
vulnerable que en otros momentos críticos como también puede ser la
adolescencia. Pero el cuidado que debe tener el cerebro en estos
primeros años de vida es fundamental. Consideramos que los factores
mediadores son fundamentales para cuidar el cerebro del niño en ese
contexto. Estos factores son los cuidados de los padres, la escuela, los
directivos, o sea los factores que median entre el desarrollo cognitivo
y factores ambientales. La idea era estudiar cómo impacta en un sentido
amplio en este niño que tiene un bajo desempeño en funciones cognitivas
de alto nivel o superiores, las cuales tienen la particularidad de ser
muy desarrolladas en nuestra especie sobre otras especies. Justamente
porque estamos abordando lo que es el lóbulo frontal, que es una de las
últimas adquisiciones tanto onto como filogenéticas.
¿Trabajan con otras poblaciones?
En la actualidad nos extendimos un poco a otra población que
es la tercera edad, a la cual consideramos en riesgo y vulnerable, por
otras razones. No solo por condiciones materiales si no por estudiar qué
sucede en estos años. Y un poco cómo la sociedad le quita relevancia y
descuida a la población de la tercera edad. Con Pablo Martino, otro
docente que pertenece al grupo, estamos dictando un curso en adultos
mayores, que se llama “Introducción a las neurociencias cognitivas”.
Ahí tratamos de informar y poner en juego algunos de los conceptos
centrales de las neurociencias actuales y cómo eso puede llevar a
proteger el cerebro en una edad que necesitamos abordar y trabajar.
Recientemente participaste en el dictado de un curso.
El curso que dimos con Miguel Ángel Alvarez se encuadró en esa
dinámica. Ahí tratamos de abordar una problemática que tiene que ver
con la educación. Hoy es un tema de interés central. A veces tenemos en
la educación pedagogos o modelos educativos muy anacrónicos. En ningún
lugar se forma al docente, no digo que tiene que ser un neurólogo o un
psicólogo que entienda de neurociencias, pero al menos tener 4 o 5
conceptos centrales de cómo se da el neurodesarrollo, cuáles son las
variables que están en juego a la hora de proteger el cerebro en los
primeros años, cómo debemos trabajar en el grupo, en las relaciones para
potenciar funciones ejecutivas como una buena teoría de la mente. Es
decir, saber que el otro tiene intenciones y que a veces son distintas a
las mías y por ende no son malas, o que sean diferentes no implica
tener un temor y combatirlas. Con respecto a estas funciones que son
vitales para la buena vida social, sería muy positivo que algunos
pedagogos empezaran a generar manuales muy básicos con 4 o 5 conceptos y
ver cómo se desarrollan estas funciones. Cómo podemos potenciarlas para
una mejor vida social, para un desarrollo cognitivo apto.
O sea que hay que hacer un replanteo de lo que se sabe.
Uno de los objetivos del curso fue transmitir algunos
conceptos centrales para la vida del aula, para ver cómo algunas
publicaciones van modificando los neuromitos. Estas son informaciones
falsas o falsas creencias, con un lastre de modelos antiguos que hoy se
han comprobado como falsos. ¿Por qué? Por que la psicología cognitiva
parte de una metáfora que en algún momento fue útil, la del ordenador.
Pensar al hombre similar a como se comporta una computadora personal.
Hay un armazón y un espíritu, un alma. Las neurociencias actuales tienen
una visión materialista y monista. Tener una lesión en el cerebro
afecta nuestras facultades cognitivas y mentales. No hay un nivel de
disociación tal, sino que está directamente vinculado y correlacionado.
Esto ha dejado una tradición cognitivista que fue necesaria y útil en su
momento pero ha dejado lastres a nivel pedagógico, estimulando mucho
más las funciones cognitivas en el sentido intelectual.
La importancia
de que el niño se desarrolle intelectualmente, que sea apto para
resolver problemas y sobre todo matemáticos. Hoy en día hay una
revolución sobre eso, en pensar la importancia que tienen las emociones.
En ese modelo cognitivista y mecanicista, que en alguna forma parte del
cognitivismo, era difícil integrar las variables emocionales a la
conducta del niño. Hoy cuando hablamos de cognición las emociones ya
están integradas y la disociación ya no es tal.
Pero los viejos pedagogos siguen cargando con estos lastres. Por
ejemplo, ¿cómo funciona la memoria? Hoy en día la memoria está
completamente reformulada, no nos sirve solamente para evocar el pasado
si no para pensar el futuro. Está distorsionada por el sujeto, lo que
recordamos no es precisamente lo que pasó. En la actualidad sabemos que
hay una atribución de sentido, que la memoria autobiográfica parte de
una íntima vinculación entre lo emocional y el evento.
¿Hay que cuidar que no se desvirtúen los objetivos al buscar mejorar las capacidades cognitivas?
Hay una movida de entrenamiento para adaptación. Hay que tener
siempre la visión de un sujeto activo, crítico, que no se adapte
pasivamente a un contexto determinado para generar mentes aptas para un
contexto laboral como en algún momento podemos pensar políticamente
desde cierto concepto liberal. Potenciar en los chicos funciones que les
van a dar mayor nivel de criticidad y márgenes de acción. Si podemos
mejorar esto, potenciando funciones cognitivas de alto nivel,
lograríamos que el chico pueda elegir sobre diferentes cosas y no estar
atado a cuestiones que restringen su libertad. Esto implica tener
docentes capacitados para trabajar con esta criticidad por parte de los
alumnos.
¿Han podido hablar con funcionarios sobre este tema? A veces
pareciera que vamos entre extremos donde todo queda igual o pateamos el
tablero.
No hemos buscado un apoyo municipal porque las líneas son
jóvenes todavía. Necesitamos mayor tradición y resultados. Sí hemos
tenido apoyo de autoridades aisladas, en este caso te mencionaba a Raúl
Gagliardi. Ël es biólogo de base pero tiene su doctorado en educación,
por lo cual consideraba central que el IRICE, en ese momento cuando él
fue director, priorice los sectores de intervenciones en contextos de
vulnerabilidad social. Por ende, en ese tiempo tuvimos un gran apoyo
institucional del IRICE, visualizamos la temática haciendo jornadas,
exponiendo lo que hacíamos en diferentes eventos. También nos llevó a
institucionalizar la línea de investigación que teníamos en ese caso,
dando posteriormente el centro de investigación. En la actualidad
estamos elaborando un proyecto preliminar de un laboratorio de
neurociencias y psicología social en la facultad de Psicología, que
presentaremos a la brevedad. No buscamos un apoyo político, hasta ahora
no lo hemos hecho porque era todo muy a pulmón y todavía teníamos que
madurar algunas ideas. Pero seguramente en su momento lo vamos a hacer.
Sí tuvimos reuniones con el rector (actual y anterior), por algunas
cuestiones puntuales. Nos comprometimos a presentar un programa de
neurociencias y educación, el cual estamos elaborando. Creemos que es
una línea prioritaria y central que a la universidad le puede dar mucha
visibilidad y podemos trabajar con la población mucho más cercanamente.
¿Están profundizando la parte de extensión?
Hasta ahora nos habíamos abocado mucho más a la investigación
(básica o aplicada) pero con poco nivel de extensión y transferencia.
Por ende, si logramos que se apruebe este programa, estaría más
vinculado a apuntar a un mayor grado de extensión no tanto de
investigación, para abordar los grandes problemas sobre todo con
soluciones lo más sencillas posibles buscando apuntar a una población
mucho más amplia.
Lo primero que vemos transitando por Rosario es que los hospicios de
tercera edad, los geriátricos, están muy abandonados. Uno ve a los
abuelos viendo la nada, pensando casi nada y prácticamente esperando la
muerte. Esto es uno de los focos de interés que nos preocupa. Queremos
tratar de articularlo con la docencia y la extensión que hacemos en la
universidad de adultos de la Universidad Nacional de Rosario.
Uno a veces se pregunta qué hacer con todo el conocimiento de los adultos mayores.
Tenemos mucha información acumulada y poca implementación de
esa información. En estos últimos 20-30 años hemos aprendido mucho sobre
lo que sucede en el cerebro, cuáles son los mecanismos, cómo el
aislamiento deteriora el neurodesarrollo. Por ende, teniendo la
información solo hay que buscar programas o mecanismos para que podamos
poner en juego eso que sabemos, que nos ha dado el laboratorio o
investigación básica y aplicada y ponerlo en juego. Primero tratar de
apuntar desde lo más sencillo a lo más complejo, y tener una llegada
mucho más masiva. Creo que para la vida social en los geriátricos ya
sería un avance, tener un intercambio, que transite gente, que escuchen
música, pintar mejor los lugares.
Es similar a lo que mencionabas antes sobre la pobre infraestructura de algunas escuelas.
Sucede lo mismo, se repite con otras variables pero se repite
lo mismo. También estamos hablando de construir, porque a veces uno no
se da cuenta de las cosas porque no las atraviesa. Uno toma conciencia
de ciertas discapacidades motrices. Cuando va con el carrito de nuestro
niño por las veredas, ahí se da cuenta que difícil es moverse en Rosario
donde todas las baldosas están flojas, donde se rompen las veredas por
distintas razones. Ahí nos damos cuenta de las dificultades de la gente
mayor para movilizarse en esta o cualquier ciudad. La idea es generar
una encuesta para estudiar diferentes variables de los lugares para la
tercera edad. Partir de problemas que muchas veces son groseros y de
fácil solución, donde solo necesitamos la información requerida para
poder intervenir.
¿Cómo es la población de adultos mayores que asiste al curso que Uds. dictan?
Nosotros damos en Rosario y a veces vamos a algunas ciudades
de Santa Fe, a pocos kilómetros. La población de Rosario tiene personas
muy vitales, no son todas consideradas jubiladas o adultas mayores,
también tenemos gente más joven, pero que se ha retirado. Es gente que
busca información o tiene problemas particulares con familiares por lo
cual se interesan por las neurociencias para dar una respuesta a
problemas concretos que se les presentan. Tenemos una población muy
heterogénea: desde ingenieros, economistas, amas de casa, gente que
trabaja en barrios. Esto es muy interesante ya que no solo transmitimos
los pocos conocimientos que podemos tener, si no que es un diálogo
constante. Cada clase termina en discusiones que son muy interesantes y
ricas por el bagaje que tiene el público que asiste.
¿Hay otros grupos trabajando a nivel país?
En Buenos Aires hay un grupo fuerte. Sebastián Lipina en la
Unidad de Neurobiología Aplicada en el CEMIC. Mar del Plata tiene un
grupo fuerte donde vinculan neurociencias y educación. En Córdoba
también hay grupos importantes trabajando. Los objetivos son diversos,
no centrados en los mismos temas.
¿Cuál es el rol de las neurociencias en la educación?
Las neurociencias actuales tratan de revitalizar y
resignificar muchas de las categorías que tenían los pedagogos y que
tienen gran efecto a la hora de educar. Ese es el camino que creemos hay
que tomar cuando hablamos de esta articulación entre neurociencias y
educación. Tratando de modificar, enriquecer y cambiar estos viejos
paradigmas que siguen teniendo efectos porque también nuestra idea de
niño escolarizado es un niño racionalista. En cambio hoy se habla de
gestión de emociones, y la importancia de la gestión de las mismas. A la
par de ser un buen chico que tenga buenos resultados en matemáticas, no
vamos a quitar importancia a lo otro, pero exaltar el valor que tienen
otras funciones que son vitales para la vida social.
¿Por ejemplo?
Por ejemplo lo que es teoría de la mente lo cual es importante
para una buena vida social. Cuando alguien me mira hago inferencias
sobre qué está pensando el otro de mí, y el otro hace inferencias sobre
lo que yo pienso en base al mapeo de gestos, miradas, semblantes,
fisiología. Por ende, son funciones muy complejas a las que tal vez no
se les daba la importancia debida y hoy las ponemos en agenda escolar
como fundamentales para el desarrollo del niño.
¿Cuáles son los aspectos negativos de las neurociencias?
Tienen un defecto para mi gusto, y es que hay un orden de
prioridad que hace que los neurobiólogos más duros terminen queriendo
bajarle información a los pedagogos. Tiene que haber un diálogo entre
ambas partes que hasta el momento no se da. Eso es peligroso, no estamos
atentos a escuchar lo que sabe el otro. Los que saben cuál es la
dinámica del curso, qué pasa con los niños, son los pedagogos. Cuando
tengamos un mejor diálogo en esa comunidad científico-pedagógica, ahí
vamos a poder enriquecer mucho más la práctica.
A título personal
Universidad Nacional de Rosario
Facultad de Psicología Docente de la Práctica Profesional Supervisada.
Coordinador Área Neurociencia Cognitiva
Docente de Psicología del Trabajo
Docente de la Universidad de Adultos Mayores
Instituto Universitario del Gran Rosario
Carrera Psicopedagogía
Docente titular de Neurociencias aplicadas al aprendizaje, Neuropsicología y Metodología de la Investigación
Instituto Rosario de Investigación en Ciencias de la Educación (IRICE, UNR-CONICET) Investigador Asistente CONICET
Doctor en Psicología
Maestrando de Ciencia, Tecnología y Sociedad de la Universidad de Quilmes.
Amables promotores entregan folletos que presentan
como material educativo sobre nutrición y diplomas con el logo de la
empresa para los niños que se portan bien en la consulta. ¿Cómo entró y
quién saca del hospital público a Coca Cola? Tal la pregunta que realiza
Soledad Barruti en una de las notas de la nueva Mu, edición 102, que ya
está en los kioscos, y que aquí reproducimos. Datos: en un país en el
que se consumen 80 litros de gaseosas per cápita, hay 620.000 niños de
colegios primarios que reciben en la escuela el marketing de Coca Cola,
que usa 6 hospitales públicos para promocionar sus productos.
Los visitadores de Coca Cola aparecieron en el Hospital Penna hace
unos tres años. Para el médico Fernando D’Ippolito el programa
empresario coincidió con un momento especial: recién recibido, estaba a
suerte y verdad con su vocación, con esa atención lúcida de los estrenos
que sirve para confrontar la teoría con lo que hay alrededor. Estaba
haciendo la residencia en medicina general porque quería dedicarse a lo
que se dedica ahora: la atención primaria de las familias que no tienen
acceso a la salud porque básicamente no tienen nada: ni gas, ni agua
segura, ni alimentos frescos, ni calles por las que transiten colectivos
o ambulancias. Enseguida se dio cuenta de que había llegado al lugar
perfecto.
A pocas cuadras del hospital está la villa 21-24, la más importante
de la Capital Federal: entre Barracas y Pompeya, ocho manzanas donde
viven 60 mil personas. Su trabajo se abrió como un caleidoscopio a las
necesidades: guardias, internaciones, consultorios externos y hasta la
supervisión de cursos y talleres de nutrición que estaba seguro podían
mejorarles la vida. “Está entre los problemas más urgentes que tienen:
el alimento y sus consecuencias. Estamos hablando de niños que almuerzan
chicitos con jugo, siguen con un pancho, galletas y gaseosas. Comida,
comida: con suerte a la noche”, dice D’Ippolito ahora en un tono que
seguro no tenía tres años atrás: exhausto. No resignado, más bien sin
fuerzas para activar las ganas; esa íntima tragedia que se detona cuando
uno se cruza cada vez con algo peor. “No sabría decir bien por qué pero
tengo los números que lo hacen evidente: desde que empecé las personas
pesan más, no menos, sufren porque no pueden atender adecuadamente su
diabetes o su hipertensión. Se esfuerzan, hacen lo que pueden, pero
enseguida se desmoralizan. Más si son chicos”.
El esfuerzo y la frustración: eso veía una y otra vez, sobre todo
cuando le tocaba una de las prácticas más simples y a la vez más
importantes de pediatría, el control de talla y peso de los niños.
Fue en alguna de esas prácticas, un día de semana cualquiera, cuando
se cruzó con la representante de la empresa por primera vez. Era una
chica joven, y traía regalos; y en un hospital público como ese, donde
siempre falta de todo, alguien que trae algo, lo que sea, es bien
recibido. “Si no entendí mal se trataba de una nutricionista, y como
suelen hacer los visitadores médicos, entregaba el material, pero antes
pedía firma y sello”.
Material que entregaba la empresa dos años atrás: recetarios
membretados con el logo de la marca. Coca Cola en rojo y abajo el blanco
clásico para que el médico indique, ¿qué? ¿Un antibiótico? ¿Un
calmante? ¿Una dieta?
“Pero peor es el otro: mirá”, dice D’Ippolito y muestra el diploma al
buen comportamiento. “Hoy a …. se le otorga este diploma porque el
Dr/Dra ….. le pidió que 1. Sacara la lengua, 2. Tosiera o 3. Respirara
hondo; Y LO HIZO SIN LLORAR NI PROTESTAR”, dice el cuadro. Así: con los
espacios a completar, las instrucciones, y las mayúsculas. Con un
corazón sonriente y con el logo en cursiva de la marca, enfrentado a la
firma del profesional que lo complete.
“Cuando lo recibí me alarmé”, dice. “Me alarmé porque es una marca
directamente vinculada a las enfermedades que los médicos intentamos
sanar, como la obesidad en los niños, y porque estaban entregando un
certificado que aplaude la obediencia a una orden de conducta. Es Coca
Cola diciéndole a un chico cómo se tiene que portar”.
En la guardia y en la escuela
Hoy el material que quedó de entonces no es el único que se puede
encontrar en el hospital. En la entrada de la guardia que recibe 120 mil
enfermos al año, Coca Cola dejó un almanaque 2016 que devela otras
formas de publicidad no convencional que inevitable o estratégicamente
llegan a ese target al que aseguran ellos ya no le hablan: los menores
de 12. Entre las típicas acciones –cuidar el agua, reciclar envases,
trabajar con las comunidades donde establecen sus plantas- el
cuadernillo da cuenta también del concurso intercolegial de baile, Baila Fanta y del torneo intercolegial de fútbol, Copa Coca Cola.
Dos acciones que se llevan adelante desde hace años, porque sirven a la
marca para subrayar el mensaje al que más fuerte se abrazan: hay que
moverse. No importa que una botellita de gaseosa tenga 66 gramos de
azúcar: si los chicos bailan, saltan, corren atrás de una pelota hay
quienes dicen que lo queman, le ganan a las calorías, no engordan, y
pueden, al otro día, seguir tomando.
Vida activa, vida saludable, vida feliz
Eso recalcan también en el programa de educación con el que
lograron desde 2008 ingresar a las escuelas públicas de 16 provincias
con un alcance estimado en 620 mil niños. Dale juguemos se
llama y fue desarrollado por la marca a través de la Fundación
Alimentaria y avalado por el Comité Olímpico y la Federación Argentina
de Cardiología. “Con el consentimiento de autoridades educativas
provinciales, se capacitan docentes y se entrega material áulico y
deportivo para los recreos. Son las autoridades escolares y sus docentes
quienes implementan el programa. De acuerdo a nuestros lineamientos
globales de marketing responsable, este programa se realiza sin
presencia de nuestras marcas frente a los alumnos”, asegura Francisco Do
Pico, que hace un año pasó de encargado de comunicación de Monsanto a
ocupar un sillón similar en Coca Cola, en donde parece que no creen que
algo que dice que fue hecho “para Coca Cola Argentina” tenga presencia
de marca.
Insólito
“Aunque no más que lo que me enteré después”, dice D’Ippolito
abriendo la puerta a un enigma que nadie parece dispuesto a resolver: “Las
visitadoras de Coca llegan al hospital casi todos los meses. No se sabe
quién las deja entrar ni cuál es el propósito: entregan folletos,
hablan con los médicos, recopilan firmas y sellos. Tal vez hacen
estudios de mercado. O estadísticas. O buscan hospitales aliados, ¿cómo
saberlo?”.
Les preguntamos
“Coca-Cola de Argentina brinda exclusivamente información sobre los
ingredientes de sus productos. El principal objetivo del relacionamiento
con los profesionales de la salud es escucharlos y responder a sus
inquietudes respecto a los productos e ingredientes del portafolio de la
compañía, siempre mediante información basada en la evidencia
científica disponible y explicada por profesionales de la salud”, dice
Do Pico, no sin antes aclarar que visitadores médicos no son porque para
Coca, “la función de un visitador médico es promover fármacos de venta
bajo receta, para así lograr la prescripción médica de los mismos. A tal
efecto son contratados por laboratorios farmacéuticos”.
En el consultorio
El Hospital Penna, el Fernández, el Gutiérrez, el Garrahan, el Güemes
y el Italiano: Coca Cola logra ingresar a todos, y en todos, los
médicos -principalmente los pediatras que suelen ser los más requeridos-
llaman a las nutricionistas de la empresa, las visitadoras. No hay
quien no las haya cruzado, no se haya sorprendido, y no haya terminado
aceptando que si bien al principio le resultó algo casi ofensivo –¡Coca
Cola ingresando a los hospitales!- al final como se trata de personas
amables pidiendo unos minutos nomás de los que depende su sueldo, les
abren la puerta de sus consultorios y les prestan un poco del tiempo que
casi ni tienen.
“Yo las recibo por educación, porque me da lástima dejarlas ahí
afuera. Pero nunca entendí el objetivo de la visita: que justo esa
empresa, Coca Cola, se interese por querer hablar con médicos cuando es
obvio que nosotros sus bebidas a los chicos no se las vamos a indicar”.
“A mí me hablaron de sodio en el agua”
“A mí de azúcar”
“A mí del jarabe de maíz”
“A mí del aspartamo”
“A mí de la alegría”.
“A mí de hidratación”
Y así.
Intentar entender la estrategia de marketing más polémica del momento no es fácil. Pero puede ser entretenido.
La ciencia del marketing
La primera vez que Vanesa Miquel se topó con el asunto fue a través
de una colega que había sido contratada por Coca Cola. Nutricionista
ella también lo entendió todo: la oportunidad laboral en un contexto que
siempre parece difícil y lo perfecto que sería para la marca si
resultaba bien. Entonces no lo dudó. Como era docente de la universidad
de la Universidad de Concepción del Uruguay, en Rosario, pensó que para
desarticular la trampa, que termina estallando nada menos que en cuerpos
que enferman año a año un poco antes, exponerlo frente a sus alumnos.
“Les di clases utilizando ese material que es espectacular para
desarrollar pensamiento crítico: tanto el contenido como el propósito de
la marca y la ética profesional están expuestos en esos folletos”.
Porque lo que entregan las nutricionistas a los médicos, lo que Do
Pico llama información basada en evidencia científica, son folletos y
cuadernillos que resumen el punto de vista de la empresa sobre distintas
temáticas, con referencias a documentos que los apoyan.
Ahí está en papel ilustración La Ciencia de los Azúcares: 24
páginas en las que se presentan temas conflictivos, como el azúcar y el
jarabe de maíz de alta fructosa, señalados cada vez con más elementos
como los responsables de las pandemias de obesidad y diabetes tipo 2,
que en algunos países alcanzan a la mitad de la población y en otros es
solo cuestión de tiempo, pero con una astucia dialéctica que podría
llevar a conclusiones increíbles. “Los carbohidratos –los azúcares,
almidones y fibras que se encuentran en las frutas, verduras, cereales y
productos lácteos- son una parte importante de una dieta saludable (…)
Las bebidas endulzadas con endulzantes calóricos suministran calorías
–energía- de los azúcares que son carbohidratos simples. Los
carbohidratos son nutrientes esenciales para la vida”.
Si A es parecido a B, y B es un poquito parecido a C, ¿A es igual a
C? Definitivamente, sostiene página a página este cuadernillo.
Mientras en distintas revistas científicas se publican estudios que
demuestran que los edulcorantes no calóricos no solo no disminuyen el
consumo de azúcar, sino que suman sustancias como aspartamo, ciclamato o
acezulfame K que probablemente gatillan problemas parecidos como el
aumento de peso, Coca acerca a los médicos un vistoso collage que niega
rotundamente nuevos paradigmas.
En otras entregas la apuesta está en la hidratación: la importancia
de atenderla antes de que sobrevenga la sed (que muchas veces, aseguran,
llega tarde) y de saciarla con bebidas que mejor si son saborizadas
porque así los chicos “toman entre un 45 y un 50 por ciento más de
líquido que si es solo agua”.
“Y lo hacen con referencias: eso me sorprendió”, dice Miquel, “es una
jugada astuta de la marca: hacen una lectura propia de distintas
publicaciones científicas para hacer publicidad”.
Sin dudas esa estrategia que Coca Cola ha sabido desplegar creando incluso institutos y sociedades, es lo más cuestionable.
Las visitadoras de Coca Cola a las que ellos prefieren no llamar así
tienen, como cualquier visitador médico, objetivos: una cantidad de
profesionales con los que hablar, relaciones que establecer y material
que a su vez les piden a ellos que repartan entre sus pacientes a fin de
ampliar la educación nutricional. Así, los consultorios pediátricos de
los hospitales públicos de nuestro país tienen pilones de hojas
infomerciales que por supuesto llevan a cuestionar, cómo es posible que
ingresen, que ocupen el tiempo de los médicos, que dejen cosas.
“Es una locura”, dice Sergio Auger, que también es médico hasta
diciembre era el director del hospital Santojanni y desde entonces es el
coordinador de Hospitales del Ministerio de Salud. “Para que ingrese
alguien a un hospital público tiene que haber un convenio escrito con la
dirección. No es que puede pasar quien se le ocurra con un carrito a
ofrecer sus productos”.
¿Conoce alguno?
“No. En mi gestión jamás se acercaron de esa empresa a proponerme
algo así. Tampoco estoy al tanto de que dentro del Ministerio exista
algún convenio marco que lo habilite. Y si me lo propusieran no lo
aceptaría”.
¿Tiene Coca Cola algún acuerdo con el sector público en Argentina?
No, dice Do Pico.
¿Entonces?
“Convenio no hay”.
“Si hay nadie lo quiere hacer público”.
“Yo creo que entran así nomás”.
“Libremente”.
“Ven luz y pasan”.
Lo que enferma
El último informe sobre enfermedades no transmisibles del Ministerio
de Salud (publicado en febrero de 2016), que ubica al sobrepeso como uno
de los problemas más graves por los que atraviesa el país, con el
récord regional de niños menores de 5 años obesos, sostiene que hay una
asociación comprobada entre el aumento de peso y la ingesta de alimentos
ultraprocesados y bebidas azucaradas. De estas en especial sostiene
que:
Se estima que en 2010 el consumo de bebidas azucaradas causó en el
mundo 184 mil muertes. 133 mil debido a diabetes, 45 mil debido a
enfermedades cardiovasculares y 6.450 debido a algunos tipos de cáncer.
La mayor cantidad de estas muertes ocurrieron en América Latina.
En Argentina, por cada millón de adultos, hay 74 que mueren por el
consumo de bebidas azucaradas: es de los países con mayor mortalidad
atribuida al consumo de bebidas azucaradas de la región.
En nuestro país el consumo per cápita de bebidas elaboradas por la
compañía más grande de gaseosas en 2011 fue de 80 litros: 2,5 veces más
que en 1991 y 1,5 veces más que en 2001.
La empresa más grande es por supuesto Coca Cola, que a plena luz del
día, anda suelta por los hospitales, se pasea por los consultorios e
intenta convencer a los médicos de que ellos no solo no son un problema,
son casi la solución.
¿Permitirá Jorge Lemus, el mismo ministro de Salud que autoriza la
publicación de un informe con esta contundencia, que este tipo de
promoción continúe?
Así lo dispuso una ley provincial. El test, llamado reflejo rojo
pupilar, permite detectar y resolver el 80 por ciento de esos casos.
La medida deberá ser implementada en todas las maternidades, tanto públicas como privadas.
El examen de reflejo rojo pupilar será obligatorio para los bebés
recién nacidos en toda la provincia, tanto en los efectores públicos
como privados. Se trata de un testeo que ya se lleva adelante en algunos
centros de salud y que no sólo previene enfermedades oftalmológicas
como cataratas congénitas, tumores, glaucomas y anomalías retinarias,
sino que además permite resolver el 80 por ciento de los casos de
ceguera infantil.
El proyecto había sido presentado originalmente en 2012 en la
Legislatura provincial y, tras un largo derrotero, fue aprobado en las
últimas semanas. Sólo resta su reglamentación para que a través del
Ministerio de Salud de la provincia se incorpore a todas las
maternidades santafesinas.
El principal motor e impulsor de la iniciativa desde hace años es el
oftalmólogo rosarino y titular de la cátedra en la Facultad de Ciencias
Médicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Alejo Vercesi, que
insiste desde hace años en que este examen "es clave para los
diagnósticos en recién nacidos". Más aún, consideró que "así como se
mide la temperatura, debe hacerse este chequeo ocular, y tendrían que
incorporarlo los médicos generalistas".
El diputado por la Coalición Cívica, Ariel Bermúdez, que impulsó la
propuesta desde la Cámara de Diputados, aclaró que "es un examen para
nada oneroso" e indicó que "el instrumento que se necesita para llevarlo
adelante es un oftalmoscopio, que tiene un costo que apenas supera los
mil pesos".
El examen
La prueba del rojo pupilar consiste en la iluminación de la pupila en
un ámbito oscuro con el haz de luz del oftalmoscopio para observar el
reflejo que devuelve la pupila.
Vercesi detalla que se trata de "una maniobra que indica los medios
transparentes del ojo y permite ver si el reflejo es normal o no", y
afirma que este test debe sumarse "al fondo de ojo, que ya se lleva
adelante como prueba de rutina".
Lo más importante es que este nuevo examen que se incorporará en las
maternidades santafesinas permite detectar tempranamente las afecciones
que provocan la ceguera infantil.
"El 80 por ciento de las cegueras infantiles en general son evitables,
el problema es que la única manera de determinarlas es a través de este
examen, que ahora recién se realiza a los 4 años", agregó.
Entre las afecciones de mayor incidencia, según detalló el
especialista, se cuentan "la catarata congénita, el retinoblastoma,
glaucomas, desprendimientos de retina y, en menor medida, la
toxoplasmosis congénita".
En ese punto, recalcó, es importante no sólo la prevención de estas
afecciones, sino sobre todo "la posibilidad de resolver el 80 por ciento
de los casos, cegueras que pueden abordarse con tratamientos más
simples y menos costosos, algo que se dificulta con la detección tardía y
cuando las enfermedades están más avanzadas".
Implementación
La normativa aprobada en la Legislatura, y que ahora debe ser
reglamentada por el Ejecutivo, establece la obligatoriedad de la
práctica en niños y niñas recién nacidos en la provincia, tanto en las
maternidades públicas como privadas.
Además, indica que el resultado no sólo debe ser comunicado a los
padres del recién nacido, sino paralelamente debe informarse al
Ministerio de Salud, quien debe organizar todos los datos en un
registro.
En este punto, Vercesi explicó la importancia de poder tener
estadísticas hasta ahora inexistentes. "Esto nos permitiría empezar a
saber qué porcentaje de nacidos vivos presenta alteración del reflejo
del rojo pupilar y a partir de allí, de cuáles son las enfermedades que
producen alteración en el reflejo y cuáles tienen mayor incidencia en la
provincia", destacó el oftalmólogo.
Un paso más
Paralelamente al impulso que el proyecto tuvo a nivel provincial,
Vercesi también llevó la iniciativa al Congreso de la Nación, donde ya
tiene media sanción del Senado de la Nación.
"Está a consideración de la comisión de Salud de la Cámara de
Diputados", indicó. Lo cierto es que de lograr su aprobación en la
cámara Baja, el examen entraría en vigencia para todo el país.
La tomografía multicorte es un
método diagnóstico que permite encontrar causas desconocidas de
sangrado. Sólo en Santa Fe se producen, cada año, 45 mil hemorragias
digestivas, muchas de ellas graves. Cómo actuar.
Por Florencia O'Keeffe
Cada año en la provincia de Santa Fe unas 45 mil
personas sufren una hemorragia digestiva que puede comprometer su vida. Y
aunque en el 85 por ciento de los casos el endoscopista puede
determinar la causa del sangrado y planificar junto al equipo médico una
solución, hay un grupo importante, de casi 6000 pacientes, en quienes
no se puede determinar con exactitud cuál es el origen de la hemorragia.
Sin dudas, son estos los que más riesgo corren.
Para develar el
verdadero motivo del problema y poder ofrecer un tratamiento se cuenta
con el aporte de la tomografía multicorte, que de una manera no invasiva y efectiva permite en la mayoría de las situaciones arribar a la
causa. Sobre los avances en este tema, el médico radiólogo Roberto L.
Villavicencio expuso en las Jornadas Paulistas de Radiología (las más
importantes de Latinoamérica y las terceras más relevantes del mundo).
En
diálogo con Más, el especialista y director médico de Grupo Oroño,
mencionó que la hemorragia digestiva es más común de lo que la población
cree y representa, por su impacto, un problema de salud pública al que
se le debe prestar atención. "Las hemorragias se pueden producir en un
largo trayecto del tubo digestivo a partir de lesiones que pueden ser en
esófago, duodeno, intestino delgado, colon, recto. Pueden ser altas o
bajas. Las altas, que son la mayoría, son las más graves".
El
médico manifestó que las formas graves deben ser tratadas en un hospital
o sanatorio y siempre por un equipo especializado. "El paciente tiene
que estar internado en terapia intensiva y ser abordado por un grupo
multidisciplinario en el que intervenga un médico clínico, un
gastroenterólogo intervencionista, un radiólogo y un cirujano".
Los
síntomas de una hemorragia digestiva (sobre todo si es alta) suelen ser
lo suficientemente intensos para que la persona concurra de inmediato a
una guardia hospitalaria. "El vómito de sangre (hematemesis) suele
indicar que se trata de un episodio de jerarquía. El paciente además
sufre un sock hipovolémico, palidez extrema, taquicardia, estupor",
detalló Villavicencio. Este es el signo, pero el motivo no siempre es
claro. "Se produce por problemas erosivos digestivos, por gastritis, por
úlceras (que pueden ser provocadas por ejemplo por el consumo de
antiinflamatorios no esteroides como los que se usan para el dolor
articular), várices, pero hay muchas causas".
En las hemorragias bajas (menos frecuentes y en general menos severas), la causa pueden ser los divertículos del colon.
En
otros casos, los síntomas no son tan claros porque la sangre suele
estar oculta en heces, como cuando son producto de un cáncer de colon.
"Para
determinar el motivo de una hemorragia digestiva el método diagnóstico
elegido es la endoscopía alta o baja por su alta sensibilidad para
estudiar el tubo digestivo y porque también permite actuar
terapéuticamente. Pero en un 10 a 20 por ciento de los casos la
endoscopía fracasa en su búsqueda. Allí es donde la tomografía
multicorte cumple un rol sumamente importante", comentó el médico.
Para
las hemorragias de origen desconocido la tomografía multicorte (un
equipamiento que en Santa Fe existe tanto en el sector privado como
público de la salud) es, desde hace más de 10 años, el método óptimo
para determinar la causa del sangrado.
"Anteriormente se hacían
estudios de medicina nuclear o directamente una arteriografía (que es
invasiva y dura aproximadamente una hora). Gracias a la tomografía
podemos detectar el origen de la hemorragia. Es un método no invasivo,
rápido y muy efectivo", enfatizó Villavicencio.
El especialista
comentó que para el examen se requiere usar sustancias de contraste pero
que no se necesita ninguna preparación previa. Sí existe una limitante
cuando la persona tiene insuficiencia renal, pero aún en esos casos, el
médico debe analizar costo-beneficio. "Si se está ante una hemorragia
digestiva grave debe considerarse. De hecho, hace algunos años hicimos
este estudio a un paciente trasplantado de riñón que tenía un sangrado
de origen desconocido y aún cuando no cumplía con el criterio, por su
problema renal, pudimos evaluarlo y se le salvó la vida", ejemplificó.
"Una
vez que la causa está claramente identificada se pueden tomar
decisiones terapéuticas. Si encontramos el lugar exacto de la hemorragia
la sobrevida del paciente es significativa, pero si no lo hacemos la
tasa de mortalidad puede ser entre un 25 y 57%", dijo, mostrando la
relevancia del método de diagnóstico por imágenes en esta enfermedad.
"La
arteriografía selectiva que se usaba en otras épocas para fines
diagnósticos ya no se utiliza y sólo se recurre a ella en los casos en
los que se requiere una embolización. La localización del punto exacto
de la hemorragia hoy puede hacerse con el tomógrafo y personal
capacitado y ha cambiado el pronóstico y al sobrevida de muchísima
gente. Es un gran avance de la última década y cada año tenemos más y
mejores respuestas", destacó el médico.
En las jornadas que se
realizaron en la ciudad de San Pablo, Villavicencio participó junto a
otra médica rosarina, la neurorradióloga Adriana Ojeda, que disertó
sobre la importancia del diagnóstico por imágenes en el ataque cerebral.
“Monster, Burn, Red Bull, Diesel, Missile… Las energy drinks
o bombas hipertónicas.” empieza una noticia en el diario elMundo “Con
la segunda lata de una de ellas, Alberto terminó en el hospital. Llegó
desorientado y con el corazón al trote por las taquicardias. Podría
haberle ocurrido a su hijo, al mío o al hijo del vecino. Alberto forma
parte de ese 62% de adolescentes españoles que pueden llegar a tragarse
hasta siete litros al mes de bebidas energéticas, según la Agencia
Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés). Un
misil de cafeína concentrada y taurina que a diario viaja en las
mochilas de los escolares.”
La alarma ha saltado en el Reino Unido.
Las bebidas energéticas, enlatadas con llamativos colores, dibujos de
toros o rayos, son tan perjudiciales como las drogas. Lo advertía John
Vincent, asesor en nutrición juvenil del primer ministro Cameron: «Son
otra forma de droga». «Las intoxicaciones que producen,
sobre todo en los de menor edad, llegan a ser muy graves. Y, lo que es
peor, enganchan a los más pequeños», refrenda la doctora María Luisa
Iglesias.
Niños de 9 o 10 años que van al colegio con la lata en la mochila…
Temblores. Inventadas en 1995 por los
austriacos de Red Bull, las llamadas bebidas energizantes han salido de
los gimnasios, su primer destino, y hoy están al alcance del cualquier
mano. En gasolineras, máquinas expendedoras cercanas a colegios e
institutos… Uno de cada cinco niños en España va a la escuela con ellas.
Un combinado nada apto para menores. «Alteran su capacidad de
concentración» y abundan las evidencias, según profesores y médicos, de
que provocan vómitos, temblores e irritabilidad.
A
Alberto, estudiante de BUP, le bastó con ingerir 160 miligramos de
cafeína y dos de taurina, los principales ingredientes activos de este
tipo de bebidas. La cafeína estimula el sistema nervioso central y
cardiaco, facilita la liberación de catecolaminas, como la adrenalina y
la dopamina, y estimula la vasodilatación. La taurina [del latín toro,
de cuya bilis se extrajo por primera, en 1827, este potente ácido]
mejora la resistencia física. Una explosión de energía en pocos sorbos.
En España se consumen más de 220 millones de latas de «energéticas»
No hay dosis. Incluso en cantidades
moderadas «las consecuencias llegan a ser graves», advierte la doctora
Iglesias, del departamento de psiquiatría de la Univ. Autónoma de
Barcelona y al frente de las urgencias del Hospital Parc Taulí de
Sabadell. «Se las toman cada vez más para estudiar (220 millones de
latas se produjeron en España en 2012)».
El Parlamento catalán es el primero dispuesto a regular la venta de estas bebidas y «evitar un consumo excesivo,
especialmente entre la población más joven». La propia Cruz Roja, a
mediados de febrero,iniciará una campaña en Sabadell, con la
distribución de folletos que advierten del peligro que conlleva el
consumo descontrolado de bebidas energéticas, especialmente si se combinan con alcohol.
¿Porqué son peligrosas las bebidas energéticas tomadas con alcohol?
Las bebidas energéticas contienen
cafeína y taurina, dos componentes estimulantes que combinados con
alcohol pueden producir consecuencias fatales para la salud.
La mezcla de este líquido con drogas como la cocaína o la marihuana es extremadamente peligrosa, porque aumentan en forma dramática los riesgos cardiovasculares.
Una persona que ingiere alcohol mezclado con una bebida energizante con
altas concentraciones de cafeína, se siente con toda la euforia que se
produce al ingerir el trago retardando el agotamiento y la fatiga, esto
puede parecer un a bendición, sin embargo, su consumo abundante
perjudica la salud.
Hay que tener en cuenta que una sola
copa equivale a tomarse seis cafés, suficiente para sufrir síntomas como
la aceleración del ritmo cardiaco o tener la sensación de no poder
respirar.
Un estudio de La Universidad Autónoma de
Barcelona y el Hospital de Sabadell demuestra que el consumo de este
tipo de combinados puede provocar “intoxicaciones agudas”.
Es muy peligroso porque hace falta muy poco para intoxicarse: una sola
copa equivale a tomarse seis cafés, suficiente para sufrir síntomas como
la aceleración del ritmo cardiaco o tener la sensación de no poder
respirar.
Los efectos son
distintos en cada persona y tener información sobre lo que se consume y
sobre el estado de salud de cada uno es crucial para evitar correr
riesgos. Por ello, los médicos recuerdan que las bebidas energéticas
están contraindicadas para personas con enfermedades cardíacas,
hipertensión, trastornos cerebrales neurológicos, embarazadas, menores
de 16 años y diabéticos.
Efectos en la salud
Entre los efectos en la salud que tienen las bebidas energizantes
y que se manifiestan alrededor de entre dos y ocho horas después de su
consumo y dependiendo de la susceptibilidad de cada persona, son:
Mita Diran, que vivía en Yakarta, murió
después de 30 horas de trabajo. Sus compañeros achacaron su muerte al
abuso que hacía de las bebidas energéticas.
Pero ¿son realmente las energy drinks?
La bebida energética o
también conocida como energy drinks se define por ser una sustancia que
mejora el rendimiento a la hora de practicar deporte, sobre todo en
casos de jugadores de pruebas largas.
Estas bebidas contienen estimulantes
que poseen altas concentraciones de cafeína, guaraná y taurina. Este
tipo de bebidas aceleran la hidratación, lo que es muy útil para los
deportistas, sin embargo, su alto consumo puede provocar dolor de
cabeza, insomnio, malestar gastrointestinal o incluso un efecto laxante,
comentó el doctor Raúl Tovar, especialista en medicina familiar, que ha
colaborado en laboratorios donde se estudian bebidas energéticas.
El mundo de las bebidas energizantes no
se limita al circuito deportivo. Hoy se venden como productos asociados a
fiesta y recreación. “En realidad, estas bebidas no son otra cosa que una droga legal, por así decirlo, para tener un buen rendimiento”, agregó el doctor.
Muchas veces desearíamos tener una
cantidad extra de energía que nos ayudara afrontar el día o determinados
esfuerzos físicos con más vitalidad y sin muestra de cansancio, pero si
no se conoce su composición y para qué sirven, pueden producir un
efecto no deseado en la salud.
¿Muertes vinculadas bebidas energéticas?
EEUU investiga la relación entre cinco muertes y el consumo de Monster. Ya
van 18 muertos, supuestamente a causa de la ingesta de estas bebidas en
EEUU, donde un informe del Gobierno concluye que el número de personas
que han acudido a urgencias por latas de empresas como PepsiCo o Monster
Beverage se ha duplicado en los últimos cuatro años, pasando de 10.000 a
20.000. «Y en la mayoría de los casos los pacientes eran adolescentes y
jóvenes adultos». Aquí «ni eso», dice la doctora Iglesias, «son niños
de 9 o 10 años que van al colegio con la latita en la mochila».
Muchos pacientes con lupus o artritis reumatoidea, entre otras patologías crónicas, tienen
fiebre a menudo pero la causa no siempre se puede determinar. Una
investigación hecha en el Hospital Centenario, que recibió un premio,
dio pistas sobre este enigma.
Destacados por su trabajo. Roberto Parodi, Mariana Lagrutta, Francisco Consiglio y Alcides Greca.
Por Florencia O'Keeffe / LaCapital
Los médicos que atienden pacientes con enfermedades autoinmunes como
lupus o artritis reumatoidea enfrentan a diario un problema: identificar
la causa de la fiebre en estas personas, ya que el aumento de la
temperatura puede estar ligado tanto a una agudización de la enfermedad
como a una infección. El dilema es que el síntoma es el mismo pero el
tratamiento no. Esta incógnita les hace perder un tiempo valioso en la
búsqueda de datos que revelen la causa y muchas veces también equivocar
el camino.
Preocupados por esta situación un grupo de
profesionales del Hospital Centenario y la Universidad Nacional de
Rosario (UNR) decidió investigar a fondo. El resultado fue un estudio
que recibió varios premios en el III Congreso Internacional de Clínica
Médica y Medicina Interna 2015: al mejor trabajo en la categoría
Reumatología, al de mayor interés pedagógico y al de mayor interés
metodológico. Finalmente fue seleccionado como el mejor trabajo
científico de todo el congreso.
Lo más importante es que gracias a
esa revelación muchos pacientes ya empezaron a recibir los beneficios, y
no sólo los que se atienden en el Centenario sino también en distintos
hospitales y sanatorios ya que la difusión en el congreso fue muy bien
recibida entre los colegas de toda la Argentina y otros lugares del
mundo que se enfrentan al mismo inconveniente.
El logro pertenece
al equipo integrado por Francisco Consiglio, Roberto Parodi, Mariana
Lagrutta, Cecilia Demaría y Alcides Greca, del servicio de Clínica
Médica del Hospital Centenario y de la 1ª cátedra de Clínica Médica y
Terapéutica de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR. La
investigación fue seleccionada entre 1.400 trabajos científicos de
autores nacionales e internacionales y es la primera vez que este
reconocimiento recae en un “paper” elaborado en Rosario.
El
trabajo, cuyo título es Utilidad de la procalcitonina como biomarcador
en pacientes con enfermedades autoinmunes y sospecha de infección, llevó
dos años e implicó el seguimiento de 30 casos clínicos. ¿Qué es la
procalcitonina y por qué es clave para hacer un diagnóstico correcto y
brindar el tratamiento adecuado? Los doctores Consiglio y Parodi lo
explican en una charla con Más: “Es un marcador de infección muy útil en
situaciones donde resulta dificultoso distinguir la presencia de una
infección de otras causas, como ocurre a menudo en personas con
enfermedades autoinmunes. Lo que nosotros hicimos fue medirlo en estos
pacientes y observamos que cuando hay infecciones se eleva, pero cuando
se trata de un paciente con una exacerbación propia de la enfermedad el
marcador se mantiene estable”.
Si bien es un dato sumamente
valioso no es el único que permite llegar al verdadero diagnóstico:
“Ante una persona con enfermedad autoinmune que llega con fiebre, y
muchas veces debe permanecer internada, hacemos una evaluación que
incluye imágenes (radiografías, tomografías), hemograma, examen clínico,
cultivos y actualmente, a partir de los resultados del estudio, le
sumamos la determinación de la procalcitonina. Esto nos permite llega a
la causa de una manera más precisa”, detallan.
Defensas
Las personas con enfermedades como el lupus, la artritis reumatoidea,
vasculitis y algunos síndromes mucho menos frecuentes, tienen un mal
funcionamiento de su sistema de defensas. Normalmente ese sistema
defensivo está diseñado para atacar aquello que es extraño al organismo
pero en las enfermedades autoinmunes termina dañando órganos del propio
cuerpo.
Para mejorar su calidad de vida se indica un
tratamiento que consiste en frenar el sistema de defensas defectuoso con
medicamentos que lo inhiben. El problema es que como consecuencia de
los fármacos las defensas bajan y el paciente queda más expuesto a
infecciones como por ejemplo neumonías, lesiones de la piel, urinarias o
de la sangre.
La fiebre es más frecuente en estas personas que en
la población común. Ahora, ¿cómo saber si la temperatura elevada es
consecuencia de un proceso infeccioso o de una crisis de la propia
enfermedad inflamatoria? “De allí que los resultados que arrojó el
estudio sean tan relevantes”, señala Consiglio, y agrega: “En ocasiones
le dábamos al paciente antibióticos para cubrirlo en el caso de que sea
una infección, pero si no los necesita no tiene sentido porque estamos
sumando toxicidad sin ningún beneficio. Por el contrario, podíamos no
indicar ciertos fármacos cuando en rigor el paciente los precisaba”.
En el Hospital Centenario, por ser un centro de alta complejidad y
recibir derivación de varias regiones aledañas, se atiende a una gran
cantidad de personas con estas enfermedades que conllevan tratamientos
de por vida y que tienen complicaciones con cierta frecuencia. El
seguimiento médico es clave para tener una buena calidad de vida, al
igual que el cumplimiento de las terapias por parte de los pacientes.
Además, como todas las enfermedades poco frecuentes, llegar al
diagnóstico no es fácil. Muchos hombres y mujeres deambulan años por el
consultorio de distintos especialistas en busca de un nombre para su
padecimiento, y un tratamiento. Por eso, Roberto Parodi repasa los
síntomas más comunes para advertir a la población: “Dolores articulares,
decaimiento, pérdida del apetito, fiebre, lesiones cutáneas pueden ser
producto de una enfermedad autoinmune, por eso, debe consultarse a un
médico clínico o reumatólogo ante estos síntomas. Y hay que saber que
quienes tienen antecedentes familiares son más propensos a padecerlas”.
“Con tratamiento, muchas veces pueden llevar una vida normal.
Nuestro compromiso es seguir trabajando en investigación científica
—parte constitutiva de la Universidad y en un hospital público— para
ofrecer respuestas a nuestros pacientes”, señalan.
Los
médicos agregan que el hospital público cuenta con la aparatología,
reactivos y fármacos necesarios para tratar a los pacientes.
Cabe destacar, además, que los autores de este trabajo no recibieron ninguna clase de financiamiento para realizarlo.
Pablo Arias es vicepresidente del Capítulo Litoral (que abarca las provincias de Santa Fe y Entre Ríos) de la Sociedad Argentina de Diabetes (SAD). Docente-investigador de nuestra universidad, Arias nos actualiza sobre esta patología.
Creo que la parte más importante que hay que buscar es ahondar en las
conductas que hacen que la población sea un tanto resistente a ciertos
consejos. O sea, ¿por qué se sabe de la existencia de la diabetes y se
la niega? O, sabiendo que se tiene una carga familiar, no se busca la
constatación.
También hay que ahondar en algo que provee una respuesta a muchas de
estas enfermedades crónicas y es de qué maneras hacer más efectivos los
tratamientos, no desde el punto de vista de la calidad de las drogas si
no desde el punto de vista del cumplimiento. Está claramente demostrado
que de cada 100 pacientes, hay una tercera parte que no cumple el
tratamiento. Si uno mira los perfiles relacionados con los resultados
del tratamiento uno está buscando una meta terapéutica que está dada por
un parámetro que se llama hemoglobina glicosilada
(la fracción de hemoglobina que se carga de azúcar durante los tres
meses previos a la extracción de sangre). O sea que te está informando
del grado de control de los últimos tres meses.
Nosotros buscamos, con ciertas excepciones, hemoglobinas glicosiladas
de siete o menos. En nuestro país más de la mitad de los pacientes
tienen hemoglobinas glicosiladas no apropiadas. En otros países con un
poco más de inversión se logra hasta un 35-38% de gente en mal control y
un 60% en buen control. Sabemos que un tercio de los pacientes no
cumple con el tratamiento y también que un tercio de los pacientes no
tienen buenos valores de hemoglobina glicosilada.
Entonces el tratamiento es un punto tan fuerte como el descubrimiento de nuevos medicamentos.
No necesitamos que haya medicamentos más efectivos, necesitamos que
haya un mejor cumplimiento de las pautas terapéuticas. Y ahí comenzamos a
hablar de equipo de salud, de cómo se estimula y empodera a los
pacientes para que ellos sean los que deciden, ya que un paciente que
decide cuidarse es muy distinto de un paciente al que le imponen
cuidarse. Hay una serie de temas para trabajar en ese área.
En cuanto al tema bioquímico, sabemos que la hemoglobina glicosilada es
un analito relativamente caro. Medirla bien es más caro pero en nuestro
país se usan métodos baratos para medirla, con un porcentaje de
imprecisión grande. Este tema es preocupante.
¿Hay avances en cuanto a tratamientos más sofisticados?
Tenemos el tema del transplante, las células madre, el páncreas artificial. Hay un grupo de trabajo sobre páncreas artificial, con la gente del CIFASIS.
Con ellos estamos trabajando y aguardando respuesta en cuanto a los
subsidios pedidos. Espero empezar pronto con una línea en páncreas
artificial, lo cual no es una panacea y está destinado fundamentalmente a
los pacientes que no logran un buen control con los medios
tradicionales. Sirve para ayudar de manera transitoria a algunos
pacientes para saber por qué no se los puede controlar bien.
Generalmente son pacientes con diabetes tipo I, que tienen muchas
fluctuaciones y se los denomina pacientes lábiles.
Volviendo al tema de la historia familiar. ¿Hay identificados genes responsables de la enfermedad?
Sí, En diabetes tipo I, un 60-70 % de la carga está dada por genes del sistema HLA.
También hay otros genes involucrados como el de la insulina. Uno puede
hacer predicción pero no puede intervenir. En este tipo de diabetes uno
tiene las herramientas para decir “esta es una persona con riesgo de
tener la enfermedad de aquí a x cantidad de años”. Se pueden medir los
anticuerpos, que van a ser un fenómeno por ahora sin relación patológica
ya que no son los que agreden a las células productoras de insulina.
Son una manifestación paralela del proceso autoinmune, mediado por los
linfocitos que son los que atacan las células pancreáticas. Uno puede
predecir con cierta certeza en cuanto tiempo va a desarrollar la
diabetes una persona a la que se le encuentran estas combinaciones de
antígenos del sistema HLA.
Con la diabetes tipo II hay herramientas también, pero es una enfermedad poligénica
y tenemos más de 70 genes responsables con distintos grade de fluencia.
Entonces es muy difícil porque puede haber unos pero no otros. Es más
fácil predecir en base a un interrogatorio de riesgo, con 14-15
preguntas fáciles (come verduras, tiene familiares con diabetes). Esto
también sería muy fácil de establecer y es una herramienta cuya difusión
podemos pedir. Por ejemplo, está el cuestionario desarrollado en
Finlandia el cual es autoadministrado. Se le dice al paciente, “mídase
la cintura, si tiene más de 100 cm en el varón o más de 80 en la mujer,
póngase un puntaje”. Esto se podría tener implementado en las salas de
espera de los consultorios, por ejemplo. Es algo bastante sencillo de
llevar a cabo y se obtiene una información muy rica. A las personas que
saben que van a tener un riesgo de desarrollar diabetes, cuando están
por encima del 20% de riesgo uno le dice que se mida la glicemia o se
haga la prueba de tolerancia a la glucosa.
Sin caer en lo genético que es más acorde con los tiempos que corren,
tenemos herramientas diagnósticas para identificar a los sujetos de
riesgo.
En base a lo descripto, ¿la diabetes tipo I es una enfermedad autoinmune?
Sí, es una enfermedad autoinmune mediada por células con fenómenos de
autoinmunidad humoral y que termina con la destrucción de las células
beta. Y se asocia con otras inmunopatías, tales como hipotiroidismo o
enfermedad celíaca.
¿Cómo es la calidad de vida para las personas que siguen el tratamiento?
Eso se lo tenés que preguntar a una persona que sigue el tratamiento.
Hace unos 6 meses estuve en un centro en Dinamarca donde te enseñaban y
te hacen vivir como una persona con diabetes. Te tenés que medir el
azúcar 4 o 5 veces por día, te tenés que inyectar insulina (en realidad
te inyectás solución fisiológica). Es molesto.
Como sujeto no diabético, uno no tiene la presión de preocuparse por el
resultado. Cuando el paciente se pincha el dedo, no sabe si el
resultado le va a dar normal o no. En los pacientes bien controlados, un
20% de las veces te van a dar resultados que no están dentro de los
parámetros. Esa fuente de preocupación molesta. De todas formas tenemos
que recordar que hay corredores de carreras de autos y maratonistas que
tienen diabetes. Pero una cosa es el desafío de lo que podés hacer con
tu cuerpo y lo que podés aceptar y otra es la preocupación de una
enfermedad crónica, que es algo que no se puede evitar.
¿Cómo es el manejo de la enfermedad desde los medios?
Desde la SAD estamos siempre atentos porque nos preocupa que los
pacientes estén desinformados, nos preocupan las corridas. También
tenemos que respaldar a los médicos que buscan información de calidad en
la SAD. Por suerte tenemos buen contacto con los medios.
Hablar de deporte de alto riesgo implica hablar de adrenalina, una
hormona que puede alterar los niveles de azúcar en sangre. En un
paciente diabético esto es de cuidado.
La adrenalina hace subir el azúcar en sangre. De alguna manera, la
persona que lo hace está entrenada y tiene esas variables incorporadas
dentro de su esquema de control. Al hacer un deporte se está consumiendo
glucosa. Entonces cuando se hace una carrera larga uno se tiene que
preocupar porque no te falte azúcar. Entonces están los que se desmayan
porque no hacen cada 30-45 minutos una ingesta de hidratos de carbono,
porque se está consumiendo glucosa y el hígado no puede producirla al
ritmo que lo hace un sujeto no diabético. La señal para que el hígado
empiece a producir glucosa es que baje el nivel de insulina, pero el
paciente tiene insulina circulando porque se la inyectó. Entonces el
paciente tiene que compensar con la ingesta la falta de producción
hepática de glucosa.
Está bien claro que determinados alimentos son perjudiciales. Sin
embargo, es difícil tomar medidas para que tengan sus rótulos, o sea que
en el envase aparezca que si tomás más de dos botellas de gaseosa te
aumentan los triglicéridos y te vas a volver insulino-dependiente. No es
lo mismo que con el tabaco donde ya son malos conocidos y todo el mundo
sabe de la mala imagen. Tratá de ponerle un rótulo a las hamburguesas o
a las golosinas y decirle a las empresas que el consumo de calorías
fútiles lleva con el tiempo a un aumento de peso que es perjudicial para
la salud. Pero esto ya es otro tema.