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sábado, 28 de marzo de 2015

II Encuentro de Socialización de la Ciencia

Organizado por la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Facultad de Cs. Médicas convocó en el hall central de la facultad a estudiantes que hacen investigación.
Los alumnos mostraron sus trabajos de investigación en la Facutad de Cs. Médicas (Foto: C. Pairoba)

 
Nos reunimos con Alicia Spadoni, Secretaria de Ciencia y Técnica de la Facultad de Cs. Médicas y Alejandra Luquita, profesora adjunta de la cátedra de Biofísica e investigadora del Consejo de Investigaciones de la Universidad Nacional de Rosario (CIUNR). Ambas profundizaron sobre este encuentro que tuvo lugar el 19 de marzo y que continúa fortaleciendo las actividades de comunicación para los estudiantes que hacen investigación en la Escuelas de Medicina, Enfermería y Fonoaudiología de la Facultad de Cs. Médicas.
 
¿Qué son los encuentros de socialización de la ciencia?
Alicia Spadoni:
Antes que nada creo importante remarcar que el contexto es “estudiantes”, o sea alguien que está en formación. Si bien todos lo estamos en la medida que vamos haciendo academia, ciencias, investigaciones, extensión, pero el estudiante es el que más necesidad de formación tiene.
 
Desde hace un tiempo, la facultad tiene un programa de formación en investigación con dos etapas. Una de iniciación y otra de perfeccionamiento. El programa está abierto a cualquiera de las escuelas de la facultad, o sea que pueden ingresar estudiantes de medicina, fonoaudiología o enfermería. Nos encontramos con que el espacio del encuentro surgió como la necesidad de comunicarnos acerca de lo que cada uno investiga.
 
En este programa, el estudiante tiene un director y un co-director. Le pedimos que la temática sea parte del proyecto de referencia, el cual está acreditado en la Universidad Nacional de Rosario. Esto tiene un doble sentido. Impactar en el propio proyecto con nuevas facetas y en el estudiante con un acompañamiento y una formación con el mismo director del proyecto o bien con el co-director o alguno de los integrantes avezados. En esta situación y a partir de la práctica se va construyendo la investigación.
 
 ¿Por qué se habla de socialización?
AS:
Este encuentro no es una presentación evaluada, es una presentación de “mirá lo que hice”, por decirlo de alguna manera. Se comparte entre los compañeros que están en el programa. El año pasado fue la primera experiencia y resultó impactante. Todos los 83 chicos que integraban el programa quisieron presentar, estaban entusiasmados.
 
Este año la ampliamos a los otros espacios donde también se hace investigación. Por ejemplo la Asociación Científica Rosarina de Estudiantes de Medicina (ACREM) que están conectados con las otras facultades de medicina del país, los becarios del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) que es otro logro universitario. En este último caso tenemos tres becarios de esta institución. También intercambiamos las tesinas de grado, dado que tanto enfermería como fonoaudiología hacen licenciatura, por lo tanto tienen la posibilidad de hacer investigación.
 
Dentro de este criterio, agregamos a las tesis de posgrado entendiendo que son desarrolladas por estudiantes. El espíritu es el intercambio, tener un espacio exclusivo para los estudiantes que investigan. A punto tal que es una institucionalización, ya que la facultad reconoce a los estudiantes que están investigando. Esto se concreta con la certificación, la posibilidad de disponer del hall central como espacio físico para los posters, y con la consideración de estar exceptuado de sus clases durante el período de presentación.
 
Alejandra Luquita: Todo este trabajo también es un intercambio alumno-docente. Hay una comisión asesora de becas formada por investigadores-docentes de la Facultad de Cs. Médicas que hace una evaluación tanto del proyecto de beca del alumno, el cual es individual, como del informe final. En este caso, hay docentes-investigadores que pasan por los posters haciendo una evaluación y una coordinación del trabajo realizado tanto en la metodología como en los resultados y las conclusiones obtenidas. Se hace una discusión que favorece al alumno y al docente-investigador que participa.
 
La comisión asesora mixta, que fue promovida por la Dra. Alicia Spadoni, hace que funcionemos una vez por semana para llevar adelante estas actividades que requieren un trabajo importante de evaluación. También participan representantes de las tres escuelas. Además, hay una comisión ad-hoc de jueces expertos que evalúan el proyecto de beca cuando los temas son muy específicos (Chagas, problemas pulmonares, problemas fonoaudiológicos). Esto se realiza a pesar de que los proyectos de beca pertenecen a proyectos acreditados ya que a veces son partes muy pequeñas que a veces ni siquiera figuraron en el proyecto acreditado. Aparecen otros ítems a evaluar por la evolución de conocimiento.
 
Considero que es importante no solo la parte intelectual si no también la parte manual. Es importante que la misma se adquiera durante la carrera y no durante la residencia, porque el profesional avanza mucho si tuvo una práctica anterior. En la carrera de medicina se ha avanzado mucho en este aspecto con el nuevo plan.
 
 ¿Cuántos trabajos se presentaron este año?
AS:
Alrededor de 80, ya que tenemos los becarios de iniciación que pasaron a perfeccionamiento y también tenemos ingresos nuevos.
 
AL: Quiero recalcar que después de muchos años, la Dra. Spadoni logró que el reglamento de las becas de iniciación y perfeccionamiento fuera aprobado por el Consejo Directivo de la facultad. De acuerdo a este reglamento, un alumno puede realizar una beca de iniciación y tres de perfeccionamiento para que todos aquellos que quieran hacerlo puedan participar.
 
¿Las becas son rentadas?
AS: No, aunque existe el espíritu para que lo sean.
 
AL: En su momento, la Secretaría de Ciencia y Técnica de la universidad había dado un monto pequeño y eso fue un gran estímulo. Cuando la facultad cumplió 90 años se hizo una selección y se dieron premios a los mejores becarios por su producción. Pero después de eso no hemos tenido un apoyo financiero ya que hay otras urgencias que se deben cubrir.
 
¿Qué otra actividad de la SeCyT les gustaría destacar?
AS:
Estamos poniendo mucho esfuerzo en la revista de la facultad. Siempre ha sido muy costoso el tema de sostenerla por todo lo que implica. Hemos logrado que Rectorado nos asignara una pequeña partida para poder hacer la revista. Por este año tenemos la posibilidad de hacer dos o tres números.
 

La revista en un principio tenía solo artículos científicos originales. Le dimos una pequeña vuelta justamente para comunicar la ciencia. Ahora tenemos un espacio que es para los estudiantes. Hay trabajos de los estudiantes que están muy bien calificados y nos parece apropiado que se divulguen desde la revista. También hay trabajos de revisión, para aquellos pequeños avances que no pueden estar presentados por razones de costo en revistas de alto impacto. Pero el objetivo de comunicar y compartir se logra. Los estudiantes se entusiasman mucho con esta posibilidad.
 
Nuestra página de Internet está en construcción y pensamos inaugurarla presentando los posters de este encuentro.
 
ES: El encuentro logra ampliamente su objetivo de que los estudiantes muestren sus resultados y vayan iniciándose en el mundo de la investigación. El entusiasmo y las ganas son palpables en todos los que presentaron sus posters. Desde la SeCyT de la Facultad de Cs. Médicas han creado un canal importante para dar a conocer trabajos de investigación por demás interesantes. Además, apuntalan el objetivo de que los futuros profesionales tengan una cultura de la comunicación desde los comienzos de su carrera.

lunes, 2 de marzo de 2015

“La ciencia va a la escuela” estuvo con alumnos de escuelas secundarias



El programa de voluntariado de la Facultad de Cs. Bioquímicas y Farmacéuticas dio charlas en dos escuelas de Empalme Graneros. 
 
Voluntarios de "La ciencia va a la escuela" (LCVE) junto a la coordinadora del grupo, la Dra. Estela Alvarez (Foto: LCVE).



Los alumnos del programa de voluntariado de la Facultad de Cs. Bioquímicas y Farmacéuticas se acercaron recientemente a las escuelas de Enseñanza Técnica 660 Laureana Ferrari de Olazábal (EET 660) y de Enseñanza Media 251 “Víctor Cue” (EEM 251), las cuales funcionan en el mismo espacio físico, para contarles a los alumnos de los últimos años sobre las carreras que pueden estudiarse en esa facultad. También informaron sobre los distintos tipos de becas con que cuentan los alumnos universitarios en la actualidad y comentaron sus experiencias personales con los estudios elegidos.


“Es muy valorable que un estudiante universitario tenga la posibilidad de hacer una devolución en su formación que es no arancelada y que lo haga con una actividad social, resolviéndole problemáticas a su comunidad. Sobre todo teniendo en cuenta que los alumnos que toman esa tarea lo hacen simplemente por una sensibilidad social, ya que la actividad no es paga”, expresó la Dra. Estela Alvarez, coordinadora del voluntariado mencionado. “Esto habla de que son personas con una escala de valores que va más allá de su desarrollo individual y que han logrado esa amplitud de mirar un poco el conjunto”, agregó la responsable.


Estefanía Cordisco, una de las voluntarias y estudiante de la Licenciatura en Biotecnología, destacó la “excelente predisposición tanto de las autoridades como de los alumnos. Se mostraron atentos e interesados, hicieron preguntas y algunos manifestaron sus ganas de seguir estudiando. Escuchamos el caso de una chica que termino quinto año y siguió estudiando administración de empresas pero ante la inmensidad de la facultad y tener que afrontar un nuevo desafío, no pudo adaptarse y dejó. Ahora esta terminando sexto para recibirse de técnica y quería seguir haciendo algo más. Así que eso fue esperanzador porque por lo menos por mi parte sentí que influí positivamente en sus expectativas. Los voluntarios también estuvieron muy motivados y transmitieron de forma claro la esencia del voluntariado”.
 
Los alumnos durante las charlas de los voluntarios (Foto: LCVE).

Karina Velasco, estudiante del profesorado en Química, destacó que se interesó porque “es importante que los chicos sigan estudiando. En mi casa había un lema: la mejor herencia es el estudio. Nadie te puede quitar ni tu estudio ni tu experiencia”.


Natalia Montaiano, recientemente recibida de Licenciada en Biotecnología, se acercó al programa porque “la educación nos hace mejores personas, mejor sociedad y mejor país. Me gusta incentivar a la gente a que estudie, no solo la ciencia, si no que estudie en la universidad. Cuando me contaron el proyecto me encantó y decidí participar”.


Las autoridades de la escuela se mostraron muy interesadas y agradecidas por el acercamiento. Gabriela Casante, vicedirectora reemplazante de la Escuela 251 expresó que “los chicos están entusiasmados así que me alegro de que se hayan podido acercar. Cuando quieran volver, la Escuela 251 los va a recibir como corresponde” concluyó.


Las docentes de la escuela también mostraron su entusiasmo por la visita. “Me pareció muy buena la experiencia de que los chicos de “La ciencia va a la escuela” vengan a la institución para que puedan informar sobre las carreras que pueden seguir los chicos de cuarto y quinto año”, manifestó Pamela Brochero, profesora de Ciencias Naturales a cargo de los años primero, segundo y tercero.


Marcela Ortiz, profesora de Química de los dos cursos de cuarto año, comentó que “la experiencia me parece muy buena para acercar a los chicos a la facultad y a la universidad. Que ellos vayan viendo, además de qué carreras elegir, cuáles son las posibilidades de estudio que se abren gracias a las becas”.


Voluntarios, alumnos y autoridades de la escuela luego de las charlas (Foto: LCVE).


Cabe destacar el apoyo de Marisa Gentiletti (directora de la EET 660) y Marcela Altamirano (directora de la EEM 251) quienes respaldaron ampliamente la llegada de este proyecto a sus escuelas.


Posteriormente, los integrantes del voluntariado participaron con un stand en la Primera JornadaUniversidad y Desarrollo de los días 12 y 13 de noviembre, donde continuaron dando a conocer sus actividades y se contactaron con nuevos alumnos que deseaban conocer más sobre las posibilidades para cursar estudios universitarios.


Los voluntarios estuvieron con su stand en la "Primera Jornada Universidad y Desarrollo". También trabajaron junto a docentes de la Universidad Nacional de Rosario en un taller sobre astronomía (Foto: C. Pairoba)

 “La ciencia va a la escuela” forma parte de una amplia oferta de actividades y programas surgidos del trabajo conjunto de la Universidad Nacional de Rosario y dependencias nacionales para continuar estableciendo vínculos con la comunidad.


 Materiales adicionales

1. Presentación hecha en la escuela:
https://prezi.com/ac9dh92e7dei/quienes-somos/

2. Nota relacionada
Presentación del voluntariado "La ciencia va a la escuela"

3. En Facebook
https://www.facebook.com/lacienciavaalaescuela

viernes, 26 de diciembre de 2014

Elisabet Lopez y Julia Fernandez: ganadoras de premio internacional en Estadística


A punto de recibirse de licenciadas en Estadística, Elisabet y Julia nos cuentan sobre el trabajo que les valió un premio internacional de la Universidad Complutense de Madrid.

Elisabet Lopez y Julia Fernandez.

¿En qué están trabajando actualmente?
Elisaber Lopez: Me desempeño en un proyecto de investigación sobre muestreo y modelos para datos espaciales, enfocado en la estimación de modelos y muestras. Se usa mucho en agricultura y el enfoque nació en España. Después se aplicó a una variedad de otros campos. Mi director es Jose Alberto Pagura, quien también es director del Departamento de Estadística de la Escuela del mismo nombre (Facultad de Cs. Económicas y Estadística).

Julia Fernandez: Soy auxiliar de un proyecto de investigación de la Escuela de Estadística. Trabajo en modelos de edad período-cohorte para modelar tasas de mortalidad o de incidencia. Uso datos de mortalidad estratificados: comparo las tasas de hombres y mujeres, en varias regiones geográficas. Mi directora de tesina es Leticia Hachuel

¿Cómo surge el tema del premio?
EL: Se designó a 2013 como año mundial de la estadística. Debido a eso, la Universidad Complutense de Madrid decidió hacer un concurso abierto para todas las entidades educativas del mundo. Nos enteramos y nos llamó la atención. El objetivo del certamen era mostrar el uso de la estadística para resolver un problema específico.

El premio tenía dos categorías: profesionales que no podían ser estadísticos y alumnos que podían ser de todas las áreas.

¿Cómo decidieron presentarse y cómo les fue?
EL: Todo esto lo armamos solas. Siempre que hay algún congreso o presentación, los alumnos recurren a los profesores para que los orienten, corroboren y controlen. En este caso, estábamos en verano del 2013-2014 y yo estaba con muchas ganas de participar. Desde que supe en septiembre, quería participar y teníamos tiempo de hacerlo hasta enero.

JF: Teníamos materias para rendir, la tesina y el trabajo y por eso nos fuimos demorando.

EL: Cuando llega el verano hay receso en la facultad y no había nadie a quien consultar. Cuando Juli vuelve de vacaciones, lo charlamos y decidimos presentarnos. Preparamos todo en dos semanas. No se lo contamos a nadie, ni a nuestras familias. Cuando ganamos el primer premio para estudiantes de grado lo dijimos y en la facultad estaban muy orgullosos porque lo habíamos hecho solas.

El jurado fue muy importante y nosotras no sabíamos qué era la Universidad Complutense de Madrid. Cuando nos enteramos nos sorprendimos mucho y nos dimos cuenta que el trabajo debe haber estado realmente bueno.

¿Con qué tema se presentaron?
EL: Se nos ocurrió trabajar con un conjunto de datos de un servicio de hemodiálisis y analizamos el tiempo de duración de catéteres transitorios en pacientes de diálisis de ese servicio.

JF: Yo tenía a disposición esa base de datos y las personas que la habían armado tenían interés en responder las preguntas acerca de la duración de los catéteres. Se nos ocurrió hacer un análisis de supervivencia.

¿Qué información obtuvieron aportando estadística a la pregunta que tenían?
JL: Primero, creo que cumplimos el objetivo del concurso, que era mostrar cómo la estadística ayuda a resolver un problema en la vida real.

Ellos trabajaban con la bibliografía existente. Como los estudios se hacen en servicios más grandes, ellos querían corroborar que esto se diera de la misma manera en el servicio que ellos manejan. Hicimos un aporte importante para el servicio. Les resultó interesante y la información les sirvió. Lo que encontramos coincidía con la bibliografía que había en el tema.

¿Dónde se realizó el estudio?
JF: En el Instituto de Nefrología de Pergamino, que funciona en la ciudad del mismo nombre y en el Hospital de Rojas, ambas localidades de la provincia de Bs.As.

¿El tema de la base de datos es fundamental para hacer un estudio estadístico?
JF: Creo que hoy en día se arman muchas bases de datos pero mal armadas. Es incumbencia del estadístico el armado de una buena base de datos., estar desde el principio.

EL: Muchas veces pasa que, por ejemplo, un grupo de profesionales quieren empezar a medir algo y comienzan a juntar y a medir variables, recolectan un montón de cosas para un objetivo. Y cuando una ve la base de datos se encuentra con que faltan o sobran cosas que ayudarían a cumplir el objetivo. Estaría bueno que al momento de juntar esos datos se plantee un buen objetivo y un estadístico haga su aporte.

Entonces antes de armar una base de datos, habría que consultar con un estadístico.
JF: En las bases que he visto o en las que hemos trabajado es difícil hacerlo si no es así. De todas formas, hay gente que se dedica a la investigación y que tiene elementos de estadística y puede manejarlo. Pero en otros casos, sobre todo cuando es la primera experiencia, la cuestión requiere de un enfoque estadístico.

¿Tienen otras actividades fuera de la facultad?
EL: Somos las dos pasantes de la Municipalidad de Rosario. Yo en la Secretaría de Turismo.

JF: Estoy en la Oficina de Estadística del Hospital Carrasco.

¿Dónde nacieron y estudiaron? 
EL: Soy de Rosario. Hice los estudios secundarios en el Colegio de la Inmaculada, en las cuatro plazas. Desde pre-escolar hasta quinto año.

JF: Soy de Pergamino. Hice hasta segundo año de la secundaria en un colegio privado de Pergamino, el ICADE, y los últimos tres años en un colegio marista de la misma localidad.

¿Cómo nace el interés por la Estadística? ¿Tuvieron esa materia en la secundaria?
EL: No. En mi caso, me gusta mucho la parte social y humanística. Por eso había seguido esa orientación en el polimodal. Cuando terminé la secundaria tenía una muy buena formación en esa área. Al terminar la escuela empecé Comunicación Social pero después me dí cuenta que no era lo mío. Me gusta mucho la parte de radio y locución que la veré en otro momento.

Ahí se despertó un poco más el interés en los números, pero no me gustaba ingeniería, matemáticas solamente tampoco y la parte contable y economía no me gusta para nada. Conocía a una persona que me orientó hacia la estadística. Entré a la facultad y los dos primeros años fueron difíciles porque traía una orientación en humanidades de la secundaria pero después me encaminé. Igual, sigo teniendo interés por lo humanístico.

JF: Mi caso fue bastante similar. Me gustaba la matemática pero no quería hacer un profesorado, o una ingeniería o una licenciatura en matemáticas porque me parecía demasiado teórico. Mi mamá trabaja en la Secretaría de Epidemiología en Pergamino, así que desde hacía varios años tenía más presente esto de estadística, de registrar determinado tipo de información, siempre relacionado con la salud porque mi mamá es médica. Ella consultaba con una estadística de Rosario y así me enteré que existía la carrera y me pareció interesante.

Después de estudiar la carrera me dí cuenta que la estadística responde muchas preguntas que yo me hacía. Por ejemplo, ¿cómo se aprueba un medicamento? Tiene que ver con un montón de cosas. Ese es un atractivo que tiene la estadística, que si bien es muy matemático, después se puede aplicar en un montón de áreas. Si uno tiene otros intereses, también los puede seguir.

EL: Es una disciplina muy interesante para gente curiosa. Uno antes de empezar a trabajar en un tema, tiene que informarse. Entonces tenemos profesores que son sumamente cultos y conocen un montón de cosas porque han trabajado en distintos estudios, por eso saben desde psicología, hasta bioquímica, veterinaria y economía.

¿Tienen actividades extra curriculares?
EL: Por la mañana trabajo en la pasantía. Después estoy ocupada en la tesis y nado dos veces por semana en la pileta de la Universidad Nacional de Rosario. Ahora retomé canto, y me gusta mucho caminar y andar en bici.

JF: Yo ahora estoy bastante dedicada a la tesina. Hace años que hago pilates. De chica estudié piano, pero dejé y retomé varias veces durante la facultad. Tengo intereses pero es como que siempre falta tiempo.

¿Agradecimientos?
EL y JF: A los médicos en cuanto a la ayuda prestada para armar el trabajo y a la universidad pública por la posibilidad de poder estudiar con tan buen nivel. Y a la Facultad de Cs. Económicas y Estadística por la difusión de actividades como este concurso del que pudimos participar.

Materiales adicionales
El logro de Julia y Elisabet también fue destacado en los siguientes medios:
3. Diario La Capital - Rosario (Edición impresa del 26 de abril de 2014)

domingo, 21 de diciembre de 2014

Semana de la Química: fortaleciendo el enlace facultad-escuelas


Un grupo de docentes-investigadoras de la Facultad de Cs. Bioquímicas y Farmacéuticas nos cuentan sobre este encuentro que cumplió ocho años y sigue creciendo.
Suárez, Pardal, Reynoso y Drogo (izq. a der.) se acercaron para contarnos sobre su pasión por difundir la Química.

 

La 8va edición de la Semana de la Química se llevó a cabo los días 5, 6 y 7 de agosto en la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas. Con la asistencia de cerca de 800 alumnos provenientes de 28 escuelas de la región, el encuentro tiene varios objetivos: promover el estudio de las carreras relacionadas con las ciencias químicas, incentivar la valoración de la importancia de la química por parte de los estudiantes y estimular, actualizar y mejorar la enseñanza de esta disciplina en el nivel medio.
 
La Semana de la Química está organizada en base a conferencias y galerías de experimentos. Estos últimos permitieron que los estudiantes pusieran manos a la obra y realizaran experiencias relacionadas con química general, analítica, orgánica y fisicoquímica. Las conferencias estuvieron a cargo de docentes-investigadores que abordaron temas de actualidad:
 
1- “Los alimentos nos Hablan”, la química nos ayuda a entenderlo. Dra. María Catalina Olguín
2- “Aristóteles reciclaría”. Dra. Mabel Santoro
3- “¿Qué sabemos de las adicciones?”.  Dra. Alejandra Pacchioni
4-  “ Química para la Paz”. Dra Alejandra  Suárez
 
Los organizadores de esta actividad que logró instalarse y ser reconocida en base al esfuerzo constante son la Escuela de Química, las Secretarías Académica y Estudiantil y el Servicio de Pedagogía, todos de la de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas, Universidad Nacional de Rosario.
 
Cuatro de las coordinadoras del encuentro se acercaron a ESPACIO SeCyT para compartir sus experiencias llevando adelante esta iniciativa que ha resultado por demás de exitosa y que sigue creciendo. Alejandra Suarez (Directora Académica de la Escuela de Química), María Alejandra Pardal (Directora Académica del Servicio Pedagógico), Claudia Drogo (docente del Profesorado Universitario en Química) y Amelia Reynoso: (Servicio de Pedagogía del Profesorado en Química).
 
¿Cómo fue evolucionando la idea de tener un encuentro anual dedicado a dar a conocer distintos aspectos de la Química?
Claudia Drogo:
En un primer momento estaba dirigido a alumnos de 5to año para motivarlos cuando estaban eligiendo la carrera. Después nos dimos cuenta que el estudiante de quinto año ya había elegido algo, era tarde o estaban con el viaje a Bariloche o la graduación. Si bien lo dejamos abierto para los alumnos de quinto, decidimos incluir a cuarto año y, como nos pidieron si podían traer a tercero, ahora están viniendo fundamentalmente estos dos años.
 
También vienen algunos docentes que traen cinco alumnos que tienen tendencia a seguir alguna de las carreras, y son de quinto. Algunos son grupos que estudian ciencias naturales y otros son de humanidades o economía y es el único contacto que tienen con la ciencia. Los docentes que acompañan también se incorporan a la actividad.
 
Nos ha pasado en algunas escuelas con muchos estudiantes que eligen actividades un año (si bien este año eso cambió y la parte logística está mejor) y cuando vuelven quieren hacer otras cosas. Es un desafío para nosotros irnos renovando y cambiando las experiencias y las visitas a los laboratorios.
 
Hay una comisión que organiza la cual sale de la Escuela de Química, que tiene tres carreras: el Profesorado en Química, la Licenciatura en Química y la Licenciatura en Ciencia y Tecnología de los Alimentos. A partir de esto este año incorporamos una conferencia de la parte de alimentos, la Dra. Maquita Olguín. La idea es ofrecer cosas que sean más motivadoras para estas tres carreras. De todas formas les damos folletos de las seis carreras de la facultad.
 
¿Cuál ha sido la respuesta de los docentes?
Alejandra Suarez:
Los docentes de la periferia o pueblos cercanos, nos dicen que no vienen mucho a Rosario, así que esto es una apertura para ver la ciudad y la universidad pública. Con las escuelas de la periferia nos pasa que los docentes no se imaginaban que la universidad era pública y con tan buen nivel. Podemos mostrar que hay otra realidad de superación, por lo cual lo que hacemos tiene cuestiones positivas no solo desde la Química, sino que también se tratan otras cuestiones sociales. Además de escuelas de Rosario vienen escuelas de pueblos cercanos y no tanto. Han venido de V. Constitución, Ramallo, Las Rosas, Acebal.
 
María Alejandra Pardal: La directora de una escuela nos dijo que no podían comparar porque ninguna otra facultad los había invitado a un encuentro de este tipo. Hemos encontrado un interés que ha tenido una respuesta. Esto nos da mucha satisfacción.
 
¿Qué tipo de experiencias realizan los estudiantes?
CD:
Hacemos experiencias sencillas y con material que tenés en la cocina de la casa. Con un pequeño subsidio pudimos comprar guantes, guardapolvos. De esta manera el alumno puede hacer cosas. Los alumnos ven que se trabaja de manera sencilla con material reciclable, descartable y esto también motiva a los docentes para difundir esto de la ciencia experimental más allá de la Jornada. Esta semana se hizo durante 4 jornadas, aunque por la demanda que tenemos tal vez incorporemos una jornada más para el año que viene.
 
¿Qué vínculos se establecen con los docentes?
MAP:
De año a año queda un contacto fluido. En muchos casos los profesores que vienen toman algún curso que hacemos en la facultad, o también tenemos mini talleres para los docentes. O sea que se vuelven a su institución con un certificado de que el tiempo que destinaron también les fue de utilidad. El nexo con las escuelas trae un enriquecimiento que trasciende el evento puntual. En base al vínculo establecido podemos organizar otras actividades con las escuelas.
 
Por ejemplo, nos piden muchas visitas a las escuelas para dar charlas sobre toxicología, prevención de adicciones, impacto de drogas en el cerebro, talleres con debates con los alumnos. Tenemos el calendario lleno hasta el año que viene.
 
¿Cómo repercutió la Semana de la Química en el ingreso de estudiantes a la FBIOyF?
MAP
: En estos 8 años hemos visto que la matrícula se ha incrementado, ha aumentado el número de ingresantes. Podemos colaborar con esas ganas de meterse en la ciencia por parte de los chicos.
 
Es importante que quede claro que si bien esto sale de la Escuela de Química y que lo disciplinar tiene un rol muy importante, no descuidamos en ningún momento otras cuestiones que tienen que ver con la responsabilidad social de la universidad. Por eso también hablamos de química verde, química de la paz, educación para el desarrollo sustentable. O sea que dejamos que se atraviesen problemáticas que nos interesan desde una mirada más compleja.
 
¿Cómo se aborda la responsabilidad social en la Semana de la Química?
AS:
Las temáticas que se tocaron en las conferencias fueron sumamente adecuadas. El tema de adicción a drogas ya lo hemos tocado antes porque es importante dado que atraviesa escuelas secundarias. También la importancia del reciclado y tocamos el tema de alimentos enfocado a entender lo que se lee en la tabla del valor nutricional de los envases, tratando de desmitificar el tema de los aditivos y los conservantes.
 
Uno de los objetivos principales de la Semana de la Química es valorar la importancia de esta disciplina en la vida cotidiana.
AS:
Cuando uno habla de química, en el imaginario popular generalmente la idea es bastante negativa. Queremos desmitificar un poco esto, y ver que la química está todos lados y enfatizar la responsabilidad ya que la usa todo el mundo. Este año hicimos por primera vez una charla sobre química para la paz, en relación a los hechos ocurridos en Siria.
 
Muy poca gente tuvo en cuenta el tema del premio Nobel y creo que son hitos históricos a nivel mundial que marcan la diferencia. Creo que la gente tiene que estar al tanto, desmitificar la química y manejarla con responsabilidad.
 
¿Cómo evolucionaron las jornadas dentro de la facultad respecto a la disposición de docentes y alumnos?
CD: Los estudiantes participan muchisimo y están motivados, al igual que los ayudantes de cátedra. Los docentes también se han ofrecido a participar y hacerse cargo de los experimentos. Siempre que se le ha solicitado a algún docente-investigador, han estado muy dispuestos. Las conferencias son lo que más ha ido mutando, con el fin de tener un lenguaje más cotidiano.
 
MAP: Si bien no está escrito en ningún lugar, todos los involucrados espontáneamente permitimos que todo alumno que está colaborando sea relevado de otras actividades. Los alumnos de profesorado, por ejemplo, están haciendo un anticipo de una práctica vinculada a su función docente. Hemos tratado de responder a la buena disposición del alumno con un reconocimiento a través del desplazamiento de otra tarea.
 
AS: Uno lo hace porque es apasionado y le gusta. Vemos todo lo que le puede dejar al otro y que es importante.
 
¿Hay cambios para el año que viene?
MAP: Hay cosas que queremos ajustar. Una de ellas es reencontrarnos con la gente que asistió y mediante un cuestionario sencillo preguntarles qué tema que no se tocó les hubiera gustado ver. Como tenemos el contacto la idea es recuperar lo que quedó pendiente o lo que no se planteó y es de interés.
 
Hemos tenido que ir aceitando el trámite para asistencia de los docentes y alumnos. Los calendarios académicos de facultad y de las escuelas secudarias, también. En alumnos de quinto año está el tema del viaje de estudio.
 
AS: La actividad ha crecido muchísimo en el último tiempo. De todas formas queremos fortalecer la difusión porque a veces parece que hacemos mucho pero nadie se entera. Tenemos muchísima demanda, y quedaron escuelas afuera, todo por el boca a boca. La Jornada va instalándose.
 
Cabe destacar que Alejandra Suárez además de docente de la FBIOyF es investigadora del CONICET y forma parte de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), la entidad que recibió el premio Nobel de la Paz 2013 por su "exhaustivo esfuerzo para eliminar las armas químicas".
 
Las cuatro muestran amor por lo que hacen y una profunda pasión para que todos sepan sobre su tema de trabajo cotidiano, la Química. No es de extrañar que la Semana de la Química haya crecido de la manera que lo ha hecho y lo seguirá haciendo. Desde nuestro ESPACIO, las seguiremos acompañando para que la gente se siga contagiando de la pasión por aprender y enseñar que muestran estas docentes-investigadoras. Porque es esa pasión la que estimula a continuar en la vocación elegida.

domingo, 30 de noviembre de 2014

“La ciencia va a la escuela” estuvo con alumnos de escuelas secundarias


El programa de voluntariado de la Facultad de Cs. Bioquímicas y Farmacéuticas dio charlas en dos escuelas de Empalme Graneros.
Los alumnos escucharon con atención y participaron activamente con preguntas (Foto: La ciencia va a la escuela).

 
Los alumnos del programa de voluntariado de la Facultad de Cs. Bioquímicas y Farmacéuticas se acercaron los dias 16 y 23 de octubre a las escuelas de Enseñanza Técnica 660 Laureana Ferrari de Olazábal (EET 660) y de Enseñanza Media 251 “Víctor Cue” (EEM 251), las cuales funcionan en el mismo espacio físico, para contarles a los alumnos de los últimos años sobre las carreras que pueden estudiarse en esa facultad. También informaron sobre los distintos tipos de becas con que cuentan los alumnos universitarios en la actualidad y comentaron sus experiencias personales con los estudios elegidos.
 
“Es muy valorable que un estudiante universitario tenga la posibilidad de hacer una devolución en su formación que es no arancelada y que lo haga con una actividad social, resolviéndole problemáticas a su comunidad. Sobre todo teniendo en cuenta que los alumnos que toman esa tarea lo hacen simplemente por una sensibilidad social, ya que la actividad no es paga”, expresó la Dra. Estela Alvarez, coordinadora del voluntariado mencionado. “Esto habla de que son personas con una escala de valores que va más allá de su desarrollo individual y que han logrado esa amplitud de mirar un poco el conjunto”, agregó la responsable.
 
Estefanía Cordisco, una de las voluntarias y estudiante de la Licenciatura en Biotecnología, destacó la “excelente predisposición tanto de las autoridades como de los alumnos. Se mostraron atentos e interesados, hicieron preguntas y algunos manifestaron sus ganas de seguir estudiando. Escuchamos el caso de una chica que termino quinto año y siguió estudiando administración de empresas pero ante la inmensidad de la facultad y tener que afrontar un nuevo desafío, no pudo adaptarse y dejó. Ahora esta terminando sexto para recibirse de técnica y quería seguir haciendo algo más. Así que eso fue esperanzador porque por lo menos por mi parte sentí que influí positivamente en sus expectativas. Los voluntarios también estuvieron muy motivados y transmitieron de forma claro la esencia del voluntariado”.
 
Karina Velasco, estudiante del profesorado en Química, destacó que se interesó porque “es importante que los chicos sigan estudiando. En mi casa había un lema: la mejor herencia es el estudio. Nadie te puede quitar ni tu estudio ni tu experiencia”.
 
Natalia Montaiano, recientemente recibida de Licenciada en Biotecnología, se acercó al programa porque “la educación nos hace mejores personas, mejor sociedad y mejor país. Me gusta incentivar a la gente a que estudie, no solo la ciencia, si no que estudie en la universidad. Cuando me contaron el proyecto me encantó y decidí participar”.
 
Las autoridades de la escuela se mostraron muy interesadas y agradecidas por el acercamiento. Gabriela Casante, vicedirectora reemplazante de la Escuela 251 expresó que “los chicos están entusiasmados así que me alegro de que se hayan podido acercar. Cuando quieran volver, la Escuela 1251 los va a recibir como corresponde” concluyó.
 
Las docentes de la escuela también mostraron su entusiasmo por la visita. “Me pareció muy buena la experiencia de que los chicos de “La ciencia va a la escuela” vengan a la institución para que puedan informar sobre las carreras que pueden seguir los chicos de cuarto y quinto año”, manifestó Pamela Brochero, profesora de Ciencias Naturales a cargo de los años primero, segundo y tercero.
 
Marcela Ortiz, profesora de Química de los dos cursos de cuarto año, comentó que “la experiencia me parece muy buena para acercar a los chicos a la facultad y a la universidad. Que ellos vayan viendo, además de qué carreras elegir, cuáles son las posibilidades de estudio que se abren gracias a las becas”.
 
Cabe destacar el apoyo de Marisa Gentiletti (directora de la EET 660) y Marcela Altamirano (directora de la EEM 251) quienes respaldaron ampliamente la llegada de este proyecto a sus escuelas.
 
Posteriormente, los integrantes del voluntariado participaron con un stand en la Primera Jornada Universidad y Desarrollo de los días 12 y 13 de noviembre, donde continuaron dando a conocer sus actividades y se contactaron con nuevos alumnos que deseaban conocer más sobre las posibilidades para cursar estudios universitarios.
 
“La ciencia va a la escuela” forma parte de una amplia oferta de actividades y programas surgidos del trabajo conjunto de la Universidad Nacional de Rosario y dependencias nacionales para continuar estableciendo vínculos con la comunidad.
 
Material adicional
La presentación hecha en las escuelas puede verse aquí.
 
 
Nota relacionada
Presentación del voluntariado “La ciencia va a la escuela”: alumnos se acercan a la escuela secundaria para compartir su entusiasmo.

viernes, 14 de noviembre de 2014

Jornadas Universidad y Desarrollo


"Educación pública para la inclusión" es el lema de estas Jornadas.

Victoria Arrabal
Patricio Irisarri

Las Jornadas se desarrollarán los días 12 y 13 de noviembre en la Facultad de Arquitectura para analizar los modos en que la Universidad participó y colaboró en la construcción de un modelo de país para todos, desde cuatro ejes transversales:  internacionalización, integración y desarrollo socio comunitario, comunicación convergente para el siglo XXI, ciencia y tecnología.
 
 
Participaron del  acto de apertura  el Rector Darío Maiorana, el Vicerrector Fabián Bicciré y en representación de la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación, Emanuel Damoni.
 
 
“Desde el 2003 la educación superior es central en este modelo político, no sólo en los discursos sino también en los hechos, en  el compromiso real y la toma de decisiones para invertir, asignar recursos”, afirmó Damoni y agregó: “Las 1.700 escuelas, las 4 millones de netbooks, las 9 nuevas Universidades son una realidad y han permitido un cambio estructural para que la educación sea más inclusiva”.
 
 
En cuanto a  la educación pública sostuvo que no sólo se define como tal porque la financie el Estado, sino también porque  el conocimiento que se produce en las aulas, en los laboratorios, en los institutos,  están al servicio de las mayorías, sobre todo de los sectores más postergados.
 
 
El Vicerrector Fabián Bicciré consideró que la Universidad no puede estar ajena al proyecto de transformación que se vive en materia de políticas sociales y científico tecnológicas. “En los últimos años experimentamos una alianza estratégica de esta Universidad con el Ministerio de Educación, en un hecho inédito que permitió tomar decisiones estratégicas”, dijo y agregó: “Queremos una Universidad pública de puertas abiertas, inclusiva, crítica y transformadora, en permanente interacción y diálogo con la sociedad”
 
 
El Rector Darío Maiorana se refirió al concepto de desarrollo acuñado en los años 60 y 70 que  categorizó a los países de la región,  para afirmar que  hoy no se puede plantear un desarrollo  si no está unido a otros conceptos, como los de sustentabilidad, pertinencia e inclusión.
 
 
“En nombre del desarrollo, los grandes capitales llevaron adelante emprendimientos que tenían como fundamental  objetivo la acumulación de riqueza y la avaricia”, cuestionó y aclaró que  la sustentabilidad debe considerar  el hábitat y la pertinencia: “No cualquier emprendimiento, porque solucione algún problema, es pertinente sino que debe tener en cuenta la conservación del medio ambiente e incluir  a la mayoría de la población”.
 
 
En este sentido, expresó que el papel de las Universidades es plantear una voz autorizada respecto a distintas problemáticas, asesorar y asistir a los Estados cuando tienen que determinar políticas públicas ligadas a la inclusión y el bienestar de los pueblos.
 
 
Otra cuestión que destacó Maiorana es la cercanía cada vez más necesaria de las Universidades públicas con los Estados locales para poder generar cambios que sean pertinentes y tengan impacto.
 
 
“Desarrollo, pertinencia e inclusión social significa colocar a las comunidades por encima de los intereses y ahí debe estar el Estado protegiendo los derechos de todos y  la Universidad, generando masa crítica y conciencia”, enfatizó.
 
Fuente
www.unr.edu.ar

miércoles, 12 de noviembre de 2014

La ensenanza de las ciencias duras y las ciencias blandas - El problema de las dos culturas

Por Marcelo J. Vernengo

Presentación en la Academia Nacional de Educación
 2 de junio de 2003


Posiblemente haya surgido de la exaltación por el positivismo comtiano de las ciencias experimentales sobre las teóricas y de las leyes físicas y biológicas sobre las construcciones filosóficas (1) atribuyendo a las ciencias naturales cualidades extremas de racionalidad y empirismo que no siempre alcanzan en la práctica (2). Puede, también, atribuirse esta partición de las ciencias al Círculo de Viena y el empirismo lógico que, en cierta manera, realizó una clasificación maniquea de las ciencias (3). Algo tuvo que ver también Popper con su criterio de falseabilidad como recurso de clasificación y legitimación de las ciencias.

Me atrevo a decir, sin embargo que esta connotación peyorativa de las ciencias sociales y humanas no es compartida por la mayoría de los científicos de las ciencias experimentales. En realidad, existe una sensación inversa en el mundo de las ciencias donde se percibe que las ciencias positivas no son consideradas parte de la cultura en el sentido con que se conoce generalmente. También podríamos pensar que esta sensación inversa es válida si consideramos los niveles diferenciados en que se colocan a la ciencia y a la cultura en la organización administrativa del Estado.

La ubicación en el aparato administrativo del Estado quizás no tenga mucha importancia porque, en realidad, lo que hay que medir es la influencia real en el área social y política. La valoración que las ciencias positivas o naturales tienen en el mundo social y, también en el económico y político no es el mismo que se da a las artes, a la literatura y a otras expresiones de las ciencias humanas a pesar de la amplia utilización de la tecnología en todos los ámbitos de la vida diaria.

La clasificación en ciencias duras y en ciencias blandas tiene que ver, ciertamente, con el grado de certidumbre de las metodologías empleadas. Así se podría hablar de metodologías duras y de metodologías blandas en relación al grado de certeza que otorgan las diversas ciencias.

En el ámbito de las ciencias naturales - física, química, biología y otras - se menciona frecuentemente al "método científico" como el bastión de su desarrollo. Como indica Klimovsky en su libro "Las desventuras del Conocimiento Científico" (4) es discutible hablar del método científico como algo definido. Los científicos usan, en realidad, numerosos métodos: definitorios, clasificatorios, estadísticos, observacionales, experimentales, etc., basados en procedimientos generalmente hipotético-deductivos. Se trata, en verdad, de un conjunto de tácticas que están constantemente modificándose por virtud de los continuos avances científicos y los progresos tecnológicos e instrumentales a la par que avanzan las concepciones teóricas que alimentan esos avances.

Si nos referimos exclusivamente a las ciencias naturales, agrega Klimovsky (4), que dejando de lado las ciencias formales como la matemática y a las ciencias sociales, resulta claro que el método hipotético-deductivo y los procedimientos estadísticos son esenciales para la investigación científica.

¿Qué ocurre en el caso de las ciencias sociales o ciencias humanas? ¿Se utiliza el método hipotético-deductivo? Recurriendo nuevamente a Klimovsky (4) se puede afirmar que no existe un "salto metodológico" entre las ciencias duras y las ciencias blandas. En sociología, por ejemplo, se puede aplicar con igual legitimidad que en la física, el método hipotético-deductivo pero posiblemente debe reconocerse que existen algunos problemas en su utilización. Algunos epistemólogos eliminarían del espectro científico a casi toda la psicología, la sociología, la antropología, la economía y a las ciencias políticas.

Los proponentes de una orientación interpretativa o hermenéutica de las ciencias sociales presentan objeciones contra la aplicabilidad del método hipotético deductivo en el ámbito de lo histórico, lo cultural o lo social dado que no podrían obtenerse leyes o regularidades como en física o en química y, en menor grado, en biología. El libre albedrío del hombre complica el valor predictivo de las conclusiones pero eso, también, ocurre en muchas áreas de las ciencias naturales. Se descalifica, de esta manera, el conocimiento que procura comprensión de un problema, aún cuando esta comprensión puede conseguirse utilizando una metodología transparente sin caer en la subjetividad afectiva y arbritraria. Por su parte, el mundo de las ciencias naturales no ha estado, libre de discusiones y controversias, resueltas generalmente positivamente como lo comprueba la historia científica.

"La propia dificultad de comprender muchos de los conocimientos generados por la ciencia, ha hecho que la opinión pública le haya atribuido cierta deshumanización, pareciendo que está más allá de las capacidades e intereses del ciudadano medio; idea que ha contribuido a aislar la ciencia de la cultura humanística, simplemente del mundo de las letras y las artes, a pesar que, en los últimos lustros, los estudios epistemológicos, históricos y de sociología de la ciencia han falseado esta visión positivista" (5).

Hace casi cincuenta años, C. P. Snow, escritor y ensayista británico, funcionario público durante la Segunda Guerra Mundial y físico por formación en una famosa conferencia en Cambridge en 1959 titulada "Las dos Culturas" (6) se refirió a la separación que, a su juicio, existía entre los ámbitos culturales de las ciencias naturales y de las letras, artes y humanidades; hiato o barrera con consecuencias sociales y políticas. Según Snow los políticos y los funcionarios públicos de su país tenían una mala formación técnica, un desconocimiento general sobre aspectos científicos y una actitud negativa frente a las disciplinas científicas separadas por una insuperable barrera construida por lenguajes herméticos. El caso Sokal de hace unos años fue una manifestación actualizada de este desconocimiento que conduce, muchas veces, al uso indebido de metáforas científicas en literatura y en las ciencias sociales (7).

Los continuos avances científicos y tecnológicos que ha experimentado la humanidad desde entonces, nos obliga a ponderar el problema más precisamente desde la ambivalencia de los avances tecnológicos que nos amenazan ética y físicamente frente al hecho que nuestros dirigentes y la población, en general, no están adecuadamente informados y apropiadamente educados. Cada día es más claro que el mundo no puede estar dirigido ni poblado por personas que no conozcan las implicancias de todo orden del desarrollo científico y tecnológico. Es pues un problema educativo y cultural que debemos enfrentar.

Se trata de exponer el tema científico no como una presentación de ciencia ficción sino como ha tratado de hacerlo en los últimos años, Carl Djerassi, científico y escritor de novelas y de teatro, como "ciencia en la ficción" (8), procurando una más adecuada descripción de problemas científicos en el marco de problemas personales y sociales, muchas veces de carácter ético, que se presentan en el ambiente científico, con el fin de estimular una mayor comprensión y escapar a los compartimentos estancos de ciencia y de cultura que subsisten en nuestra sociedad actual. Recientemente, la obra "Copenaghe" ha sido un buen ejemplo al describir los dilemas que enfrentan los científicos en el desarrollo de sus actividades aparentemente alejadas de la vida real.

Sin intentar hacer una extrapolación muy precisa al caso argentino vale la pena que conozcamos que esta separación ocurre en nuestro país. Una buena parte de los problemas del desarrollo nacional se debe al desconocimiento público y de nuestros dirigentes sociales, empresariales y políticos de las ventajas del desarrollo científico. Más aún existe un generalizado "analfabetismo científico" que ha llevado, pese al uso y aprovechamiento que hacemos de las tecnologías más actualizadas, al poco interés nacional en producir innovaciones recurriendo a la mera importación de novedades técnicas y relegándonos a ser un país de segundo orden. Salvo excepciones en el pasado en el orden político que se remontan a Rivadavia y a Sarmiento ha existido una ausencia casi total de estímulos de todo tipo y un real interés de nuestros dirigentes políticos y empresariales en promover, estimular y financiar el campo científico y tecnológico.

No augura bien para el país, este escaso espíritu innovador de nuestros empresarios y el nulo o casi nulo apoyo privado a la investigación científica y aplicada en las universidades y en los institutos de investigación del país así como su escasa contribución al desarrollo de nuestras universidades.

Pero esto no ocurre solamente en nuestro país. En una reciente editorial de la revista "Chemical and Engineering News" de la American Chemical Society se menciona "el creciente hiato entre ciencias y humanidades" como un problema de envergadura que debe resolverse (9).

En una Encuesta de realizada en 1999 por la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Nación se encontró que "la ciencia y el científico representan entidades poco asequibles para la mayoría del público entrevistado" y "que existe una importante diferencia entre las opiniones de la población general y los estudiantes secundarios y universitarios" (10). Los datos obtenidos evidenciaron un bajo nivel de atracción a la actividad científica en los estudiantes encuestados pese a que en su imaginario esa actividad otorga prestigio y superioridad quizás por lo ignoto y porque implica estudios rigurosos, serios, complejos y prolongados. 

Recuerdo, a este respecto, el incidente de los alumnos dejados libres hace unos años en el Buenos Aires que postergaron sus exámenes de química porque se trataba, según manifestaron algunos padres, de algo difícil. 

En la misma Encuesta se encontró que la tecnología es muy estimada por su contribución al confort y por su asociación a lo que se considera la modernidad y al adelanto como ocurre en el caso de la informática. Sin embargo, los estudiantes no demostraron conocer con precisión quienes son los que generan las herramientas tecnológicas y si esto puede hacerse en el país. No creo que estas percepciones hayan cambiado desde 1999.

Un Estudio llevado a cabo unos años antes en España cuyas conclusiones fueron solamente publicadas hace poco pretendía obtener información sobre las percepciones de graduados y estudiantes secundarios y universitarios sobre la influencia de la ciencia en la cultura. Los encuestados no otorgaron a la ciencia y a la tecnología un papel demasiado influyente en la sociedad a pesar de que reconocieron una cierta incorporación de la ciencia y de la tecnología en la cultura social actual. Entre los encuestados que aceptaron la existencia de dos culturas separadas predominó la idea que el mayor conocimiento y estudio de las ciencias no mejoraría el escaso o nulo interés de muchas personas por las ciencias. La mayoría también manifestó no creer en la utilidad de la ciencia a nivel escolar para promover capacidad y destrezas necesarias en la vida cotidiana dado que las clases de ciencias no tenían nada que ver con el mundo real. Esta respuesta pone en clara evidencia la necesidad de examinar los objetivos y las formas de la enseñanza de las ciencias a nivel escolar. (2).

La Royal Society en el Reino Unido ha promovido (11) actividades tendientes a crear una mayor "comprensión pública de las ciencias" y acciones iguales realizan las Academias Nacionales de los Estados Unidos (12). Algo se hace en nuestro país en materia periodística escrita o visual. Hay datos que muestran cierta sensibilización con respecto a ciencia y tecnología. En la encuesta de 1999 (10) en nuestro país se evidenció una propensión a pensar que los estudios e investigaciones deberían ser, en el país, más coincidentes con las necesidades y preocupaciones de la sociedad en su conjunto volcándose hacia la utilización práctica de la ciencia como factor de desarrollo y hacia una consideración mercantilista de las actividades científicas lo que constituye otro tema de discusión en el ambiente científico y la necesidad de asumir posiciones filosóficas y políticas al respecto.

Estamos, en realidad, frente a un problema de Educación. Pese al buen desempeño de nuestros estudiantes en Olimpiadas Internacionales de matemáticas, física, química y biología, en realidad es alarmante el nivel de conocimientos que alcanzan los egresados de las escuelas secundarias, el bajo interés en proseguir estudios en ciencias naturales a juzgar por el bajo porcentaje de los que ingresan a esas áreas en nuestras universidades.

El sistema formal de enseñanza estimula el desconocimiento de lo científico y contribuye al hiato entre ciencias naturales y ciencias sociales y humanas. El estudiante no recibe en la escuela, información sobre que significa saber y dedicarse a las ciencias y la enseñanza no despierta interés en la búsqueda de esa información, de las novedades y en la realización de experiencias.

Por otra parte, la educación formal está diseñada para fomentar una selección demasiado temprana de estudios especializados con el fin de acercar y facilitar las salidas laborales. Por más que esto último sea algo muy laudable y que se está desarrollando en casi todo el mundo como una respuesta al espectro de la desocupación lo que se incrementa, de hecho, es un descenso en el papel de la escuela como catalizador de una formación cultural amplia que facilite posteriormente una mejor ubicación en el mundo. Se olvida, en definitiva, lo que debería ser el objetivo principal de la enseñanza que es la formación de una "persona culta" con un adecuado balance de los conocimientos que incluye a las ciencias naturales.

La UNESCO afirmó en 1999 en la Declaración de Bucarest sobre la Ciencia y el Uso del Saber Científico y posteriormente en el 2001 la necesidad de hacer "apreciar el papel humanístico de la Ciencia" (13) y se ha dicho que "nadie que hoy pretenda considerarse culto puede ignorar la ciencia, su historia, sus hechos y su sentido global como empresa humana, pero los científicos también deben abdicar de su aislamiento y de la pretensión del monopolio del conocimiento" (2).

Las dificultades en trascender lenguajes herméticos y modelos científicos bastante abstrusos y otras características sociales y psicológicas de los científicos dificultan que se superen estas barreras. En la Argentina, ya en la década de los 30, Bernardo Houssay y Eduardo Braun Menéndez, junto con otros científicos, crearon la Asociación Argentina para el Progreso de las Ciencias y a partir de 1945 comenzaron a publicar la revista Ciencia e Investigación para divulgar avances científicos. En sus momentos alcanzó una circulación muy grande que se vendía en los quioscos pero actualmente languidece por falta de apoyo financiero aunque sigue procurando que los científicos escriban artículos que sean accesibles al público en general.

A nivel familiar e institucional cuando se piensa en ampliar la educación de los hijos se busca complementarla casi exclusivamente con cursos de idiomas, de música, artes visuales, literatura. El término educar no incluye a la ciencia y a la tecnologìa, al menos para orientar hacia su comprensión general y hacia un mayor entendimiento de sus métodos y de lo que aportan al desarrollo de la sociedad.

En el ámbito universitario ocurre algo semejante. Nuestras universidades forman profesionales en áreas específicas de las actividades sociales. Esto es un hecho inevitable y irreversible dada la historia del desarrollo universitario en la Argentina, dadas las aspiraciones de la sociedad y la conformación del aparato productivo y de servicios. Pero creo que deberíamos enfatizar el papel que las Universidades deberían cumplir como formadores de la clase dirigente y, en tal sentido, correspondería darle una mayor gravitación a la "formación integral de las personas" incorporando disciplinas y temas que no sean específicos de sus estudios especializados.

Agulla en La Educación Cuaternaria y la Dirigencia (14) propugnaba una mayor especialización en los estudios de posgrado. Como contrapartida debería buscarse una formación más general en los estudios de grado, hacia un desarrollo más integral de las personas que podría conducir a una mayor flexibilidad y adaptabilidad frente al mercado de trabajo.a la manera de los "liberal studies" de Estados Unidos (15). Se lo difícil que sería hacerlo frente a las demandas de cada sector profesional y del mercado de trabajo pero lo señaló, porque inadvertidamente, se está fomentado como una consecuencia de requisitos oficiales de calidad y de intereses en establecer áreas de reserva profesional, un creciente enciclopedismo técnico que va en contra de la formación integral de las personas.

Lo que es criticable no es la especialización sino la falta de una cosmovisión de la vida, una concepción integradora de la historia, de las posibilidades y de los valores que sustentan la existencia humana. La propia dinámica de los avances científicos y tecnológicos han causado la super-especialización y la sectorización en dominios científicos aislados, herméticamente cerrados por códigos y lenguajes muchas veces inexpugnables por extraños. Si bien, muchos han creído que este fenómeno es negativo para la cultura y el desarrollo humano, no se puede desconocer el hecho innegable de que al avanzar en los respectivos desarrollos es necesaria la concentración de esfuerzos en áreas específicas para evitar dispersiones ineficaces y lograr resultados ciertos y concretos. ¿Cómo resolver esta disyuntiva que plantea el progreso científico y tecnológico sin olvidar que la educación forma parte de un sistema dinámico sujeto a los cambios de todo tipo que permanentemente ocurren en la sociedad pero recordando que el interés de la gente en general y de los estudiantes en particular, en las ciencias está directamente relacionado con la visión que adquieren del trabajo científico y de los científicos?

Todavía predomina la idea positivista de la ciencia según la cual los científicos descubren inductivamente lo que ocurre en la naturaleza y, como consecuencia de ello, se presentan en clase teorías, hipótesis y leyes inmutables a veces muy difíciles de entender sino se forma parte de la casta científica, siempre cerrada en sus laboratorios y en sus experiencias en inexpugnables torres de marfil.

Este punto de vista lleva a considerar a la enseñanza de las ciencias como una mera descripción de hechos y teorías indiscutidas que sólo pueden memorizarse. No es esta la oportunidad de discutir las diferentes formas como puede considerarse el papel del científico o como se lo puede ver, pero lo cierto es que deben buscarse otras formas de enseñanza que estimulen la búsqueda del espíritu de observación y de averiguación y el uso más amplio y más correcto de la experimentación así como una más adecuada inserción del aspecto histórico del desarrollo de las ciencias para que los estudiantes sean capaces de vislumbrar algo de las formas como se producen los conocimientos científicos y los avances tecnológicos para no darlos como un hecho dado.

En cuanto a la educación científica en general del público y de los estudiantes que no tienen intención de seguir ciencias en lo que podríamos denominar "la enseñanza a no expertos o a no interesados", habría que tomar en cuenta que los diferentes dominios de la ciencia constituyen, en realidad y pese a su diversidad metodológica y de lenguajes especializados, construcciones históricamente desarrolladas que no tienen correlato en la realidad de la naturaleza que explora la ciencia.

La física, la química, la biología, la geología y otras ciencias naturales no abarcan, cada una de ellas, la totalidad del objeto de estudio de modo que sería conveniente combinar la enseñanza y su difusión. Esto no significa promover una indiscriminada interdisciplinaridad sino contribuir a vincular conocimientos en ciencias naturales con los de las ciencias sociales y las humanidades y alentar una intervención más amplia del público en la toma de decisiones sobre problemas que tienen implicancias sociales, económicas, éticas y políticas que deban basarse en conocimientos científicos y tecnológicos. Así se evitarían soluciones tecnocráticas o simplemente populistas y la ausencia de consideraciones integrales que hemos visto mucho en los últimos tiempos en la Argentina.

No existen o no deberían existir autonomías o sectores inconexos en el conocimiento y en la cultura ni interpretar el desarrollo humano en lo individual y social basado en la independencia de lo científico, de lo social o de lo cultural. No puede haber una "racionalidad científica" separada y aislada de una "racionalidad social" basada en valores éticos y morales.

Referencias
  1. Gaymonet, L. - "Historia de la Filosofía y de la Ciencia", Crítica, Barcelona, 1998.
  2. Manassero Mas M.A., Vázquez Alonso A. y Acevedo Díaz J.A. , Opiniones sobre la influencia de la ciencia en la Cultura, www.campñus-oei.org/salactsi/acevedo17.htm, 2003.
  3. Nuño, J. - El Eclipse del Marxismo, Venezuela, 2002.
  4. Klimovsky, G. - "Las desventuras del Conocimiento Científico", A.Z. Editora, Buenos Aires, 1995.
  5. Vázquez y otros, Cuatro paradigmas básicos sobre la naturaleza de la ciencia, Argumentos de Razón Técnica, 4, 135-176, 2001.
  6. Show, C.P. "The Two Cultures and the Scientific Revolution", The Rede Lecture, Cambridge University Press, Cambridge, UK, 1959.
  7. Sokal A. y Brikmont J. -"Imposturas Intelectuales", Editorial Paidos, España, 1999.
  8. C.Djerassi, www.djerassi.com - 2003.
  9. Jacob, M. - "In praise of Teachers", Chemical and Engineering News, page 5, Apriel 14, 2003.
  10. "Nos interesa saber que piensan los jóvenes. Un Recorrido Interesante", www.secyt.gov.ar, - 2003.
  11. Copus, The Royal Society, UK, London, 1987-2003.
  12. National Academies, www.nas.edu, USA.
  13. UNESCO - "Declaración sobre la Ciencia y el Uso del Saber Científico", Conferencia Mundial sobre la Ciencia para el Siglo XXI, Budapest, 1999.
  14. Agulla, J.C. - "La educación Argentina y la Dirigencia", Academia Nacional de Educación, Buenos Aires, 2000.
  15. Aronowitz, S. - "The Knowledge Factory", Beacon Press, Boston, 2000.
Fuente
www.ub.edu.ar

lunes, 30 de junio de 2014

Evaluaron proyectos regionales de investigación para becas del CIN


Con la presencia de treinta investigadores de la región, la Universidad Autónoma fue sede en Paraná de la evaluación de 177 proyectos presentados por aspirantes a las becas que otorga el Consejo Interuniversitario Nacional.

Intensa jornada de evaluación de proyectos de investigación.

La Universidad Autónoma de Entre Ríos fue sede de una intensa jornada de evaluación de las Becas de Iniciación a la Vocación Científica que otorga el Consejo Interuniversitario Nacional.
 
El programa está organizado por regiones y correspondió a la Uader asumir esta etapa, en la zona que abarca a las provincias de Entre Ríos y Santa Fe.
 
Fue el martes pasado, en Paraná con la participación de treinta investigadores de las instituciones de la región: Universidad Nacional del Litoral, Universidad Nacional de Entre Ríos, Universidad Nacional de Rosario y Uader.
 
Los profesionales estuvieron reunidos durante todo el día en la Casa de la Cultura a los fines de evaluar y realizar un orden de mérito de los proyectos presentados por estudiantes que aspiran a acceder al beneficio.
El secretario de Ciencia y Técnica, Lic. Fernando Vittar, informó que se debieron analizar 177 proyectos. 

“Para la Uader este año corresponderán 11 becas. Es un número que se ha ido incrementando. La presentación que se hizo fue de 18 becarios lo que para nosotros es un crecimiento importante. La UNER presentó 22 becarios y después UNL y UNR superan los 60 becarios”, comparó.
Precisó que los proyectos se enmarcan en cuatro disciplinas: Humanísticas, Artes, Ciencia y Tecnología, y aseveró que la Uader tiene una tradición más fuerte en Ciencia y en Tecnología, áreas en las que se presentan más número de iniciativas.
 
“La Uader es sede por primera vez y esto hay que destacarlo; somos una institución joven, que incursiona y crece en el concierto nacional también a partir de llevar adelante este tipo de acciones”, evaluó.

Fuente:
www.eldiario.com.ar

lunes, 19 de mayo de 2014

Ese raro fenómeno llamado "evaluación"

En materia educativa, y en sus sucesivas y permanentes actualizaciones y reformas , pocos temas se habrán discutido tanto como el relativo a la evaluación. Se ha escrito infinidad de textos, documentos, artículos, impresos y/o virtuales; se ha debatido en multitud de foros en distintos ámbitos, (no solamente educativos), y sin embargo, es un tema recurrente que continúa habitando en el reino de las paradojas, para muchos asociado más a los 12 trabajos de Heracles que a algo físicamente posible desde la óptica de lo incuestionable; y continúa estando envuelto en una polémica constante respecto de su procedencia, su camino o su finalidad.


Por J. Xavier Gando. Comunidad de Educadores par la Cultura Científica. IBERCIENCIA.

Todos de una forma u otra hemos sido evaluados en algún instante de nuestra vida, y quizá por esa simple razón (más aún en el universo de quienes estamos involucrados en la docencia) nos consideramos, si no expertos, por lo menos hábiles en materia de evaluación; de hecho, convivimos con ella y la practicamos casi sin darnos cuenta y sin cuestionar demasiado cada estrategia que adoptamos.

Sin embargo, si alguien nos pregunta y lo razonamos, somos capaces de aceptar que las prácticas tradicionales de evaluación que generalmente adoptamos y aplicamos, (cualquiera en la que pensemos rápidamente en este momento), pocas veces conducen a resultados satisfactorios para las partes, casi siempre queda un mal sabor de boca tanto en evaluador como en evaluado… esta premisa nos lleva a pensar entre otras cosas, que no existe una sola forma de evaluar, existen tantas cuantos evaluadores o evaluados existan; y estas tantas a su vez dependientes de qué, para qué, cuándo, dónde… una matriz de opciones realmente inconmensurable, y que a pesar de ello, sistemáticamente volvemos a intentar medir y racionalizar como algo más parecido a las pruebas en la producción industrial, en la que si es posible evaluar si un proceso o un producto cumple o no con las especificaciones dadas.

Ahora bien, decía que aún cuando mayoritariamente compartimos la opinión de que el proceso de evaluación es decididamente polifacético, dependiendo de nuestro lugar en el sistema, usualmente ponemos el foco en una sola de sus caras:
  • El organismo contralor del sistema suele hacer muy poca autoevaluación, y tradicionalmente se limita a transmitir los parámetros generales y ambiguos que deben ser cumplidos, (casi más como una declaración de principios, una arenga o una expresión de deseos); y al finalizar el ciclo lectivo, suele evaluar casi exclusivamente cantidades de estudiantes que ingresan y egresan por ciclo para (últimamente) elaborar estadísticas de deserción asumiendo que si ésta existe, es porque no se cumplió a cabalidad los parámetros fijados; porque los apoyos desde el frente social no han sido suficientes; o, simplemente porque los docentes no han podido asimilar y ejecutar los nuevos paradigmas;
  • El docente tampoco es proclive a hacer autoevaluaciones, (basta revisar las imponentes manifestaciones en contra de los pomposamente llamados programas de mejoramiento de la calidad educativa que suelen encarar las administraciones de turno, basándose simplemente en evaluaciones estandarizadas a los docentes); y, suele concentrarse en poner énfasis exclusivamente en la evaluación del estudiante; y, concretamente evaluar si a juicio de tal docente, el estudiante “ha adquirido los conocimientos que se le transmitió en clase”, asumiendo que si los estudiantes reprueban las evaluaciones previstas, en el mejor de los casos es porque no han prestado la suficiente atención durante el ciclo lectivo;
  • La administración de los establecimientos educativos por su parte, suele poner el foco en la evaluación al docente, y al margen de que también hace muy poca autoevaluación, suele mirar unos pocos índices de la evaluación de los estudiantes, generalmente aquellos que tienen que ver con la promoción como medida de evaluación del propio docente, desentendiéndose del proceso de aprendizaje que tales índices ocultan, más que muestran;
  • El estudiante también suele hacer muy poca autoevaluación y generalmente cuestiona (una forma de evaluar) el eje institución-docente-programa, con mayor o menor entusiasmo dependiendo del mayor o menor acceso a la posibilidad de ser escuchado, total, es consciente de que se ha instalado firmemente la idea de que si un estudiante fracasa en una evaluación formal, la culpa es del docente;
  • Y, así sucesivamente en todo el sistema.

Pocos dudan de la importancia de evaluar, pero es complejo definir cuál es esa importancia, en qué radica, cuáles son sus alcances, límites o consecuencia; al inicio hablábamos de que es un tema que genera grandes debates y polémica, y al respecto conviene tener presente que éstos, (debate y polémica), se producen cuando muchos saben mucho de un tema; o, cuando muchos desconocen de un tema.

Una gran mayoría coincidimos en que la evaluación forma parte indivisible del sistema educativo, (independiente de la pertinencia de evaluar antes, durante o después del proceso de enseñanza-aprendizaje, evaluación formativa, sumativa, etc.); sin embargo, también es claro que se trata de dos procesos que han seguido sus propios caminos, a menudo diferentes. Hoy el proceso educativo es diferente, o por lo menos pretendemos que lo sea; las formas de aprender son diferentes, o al menos eso pensamos; por lo tanto, estamos conscientes de que la evaluación también tiene que ser diferente… podemos fácilmente visualizar el sistema tradicional de evaluar, sin embargo nos cuesta un poco más bajar a tierra un sistema nuevo para evaluar, acorde a los tiempos, y esto quizá, porque aún no tenemos una conciencia clara, mensurable y definitiva de cómo han cambiado esos mismos tiempos; y, ante la duda, es preferible seguir con lo que ha funcionado hasta ahora, cuestionado, si, pero que permite exhibir resultados.

En ese camino, todos estamos conscientes de su complejidad y de que hay que hacer algo para mejorarla, entendiendo esto como hacerla eficiente, práctica, útil… pero pocos se atreven a decir cómo… hoy está muy en boga decir que “una de las funciones pedagógicas más importantes de la evaluación es la motivación que puede producir en los participantes”, y a nadie escapa el hecho de que pocas cosas son más desmotivantes para un estudiante, que una nota deficiente en una evaluación, independiente de si es numérica o no; Stiggins plantea por su parte, “que lo que hace más efectivo el aprendizaje, es que los alumnos se involucren activamente en el proceso de evaluación”, muy buen consejo, pero complejo de llevar a la práctica por varias razones: para monitorear adecuadamente un proceso de autoevaluación se requiere diseñar mecanismos adecuados, alguien debe diseñarlos, alguien debe testearlos y demostrar que funcionan, alguien tiene que implementarlos, alguien eventualmente vendrá a cuestionarlos… todos, factores que suman al ineludible conocimiento cabal de todo el sistema, necesidades de tiempo y recursos.

Mientras tanto, las autoridades educativas diseñan cientos de cuestionarios y se sigue midiendo la capacidad, calidad y bondades del sistema en función de números, cifras o porcentajes al mejor estilo del Retrato de Dorian Grey… presentamos y justificamos grandes avances con cuadros estadísticos y gráficos elocuentes, mientras la realidad subyace en franco deterioro. Pienso que la dificultad principal hoy radica en que aún no hemos podido desarrollar un proceso de evaluación común, compartido por todo el sistema, (como era el sistema tradicional, repito, cuestionado, si, pero conocido y aceptado por todos), con estándares claros predefinidos… el peligro de no hacerlo de manera urgente, (si es que lo es), es que ante la dificultad de encasillar el proceso para poder entenderlo fácil y gráficamente, (a tono con los tiempos), muchos estamos luchando por desaparecerla y avanza fuertemente la teoría de que conviene no evaluar para no crear problemas psico-sociales a los antes evaluados, claro ejemplo de que el saber popular siempre encuentra el camino, hay un sabio dicho popular: “muerto el perro, se acabó la rabia”.

Nota
Al margen de las “reformas formales”, en nuestra calidad de docentes y/o partícipes –subsistemas- del “sistema educación”, cada día estamos reformulando y actualizando nuestras prácticas educativas; y por tanto, modificando el sistema como tal a partir de nuestra interacción.

Fuente
www.oei.es 

Conectando empresa e investigación: la tarea de una vinculadora

Graduada como bioquímica, Lelia Orsaria siguió un camino que la llevo a ser vinculadora tecnológica. El interés y la búsqueda de su vocación...