domingo, 29 de agosto de 2010

La renina es argentina



Renina: palabra corta para describir a una sustancia que está en nuestro cuerpo y que tiene poderosos efectos. La renina es una enzima producida en el riñón que se libera al torrente sanguíneo cuando el organismo detecta una disminución pronunciada de la presión arterial (como por ejemplo a consecuencia de una hemorragia). A través de un sistema complejo y eficiente que involucra a otras sustancias, el efecto final de la renina es causar la constricción de los vasos sanguíneos con el objetivo de que la presión sanguínea se eleve, con el objetivo de llevarla a sus valores normales.

Recientemente publiqué un artículo en el cual se destacaba la importancia actual de la medición de los niveles sanguíneos de renina como parte inicial del tratamiento de la hipertensión. El descubrimiento de la renina se llevó a cabo a fines de la década del 30 y ese hecho de trascendencia mundial involucró a la ciencia argentina.

Una historia poco divulgada involucra al Dr. Luis Federico Leloir, premio Nobel argentino, en la historia de la renina. Leloir ganó su premio Nobel en 1970 por sus trabajos sobre los nucleótidos de azúcar y su papel en la biosíntesis de los hidratos de carbono, un tema totalmente distinto.

Pero antes de esto, Leloir había estado trabajando en hipertensión arterial a instancias del Dr. Bernardo Houssay, otro premio Nobel (1947, compartido) que había guiado a Leloir desde sus primeras incursiones en la investigación. Houssay decidió investigar el tema de la hipertensión arterial maligna luego que uno de sus colaboradores más jóvenes y talentosos, Juan Guglielmetti (1891-1922), falleciera a causa de esta enfermedad.



Houssay había hechos experimentos con riñones de perros, lo cual lo llevó a concluir la existencia de una sustancia que el riñón vertía a la sangre con el fin de incrementar la presión arterial cuando ese órgano detectaba una disminución del flujo sanguíneo (y en consecuencia de la presión arterial). En ese contexto, Houssay organizó un equipo de trabajo que incluía a Leloir con el fín de determinar la sustancia o sustancias encargadas de elevar la presión arterial. Después de algunos resultados negativos, los experimentos funcionaron: Leloir y sus colaboradores habían logrado detectar la sustancia hipertensora la cual era transformada por la enzima renina de una sustancia inactiva (hipertensinógeno) en otra activa (hipertensina).

Lamentablemente, al mismo tiempo que Leloir y sus compañeros investigadores llegaban a estos resultados en la Argentina, en un laboratorio de los EE.UU. con mayor cantidad de recursos, otro grupo de investigadores llegaban al mismo resultado.

Como cuentan en la pagina www.bernardohoussay.org.ar “Los resultados del equipo del Instituto de Fisiología de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires, fueron simultáneos con los del de Irving H. Page en el Laboratorio Lilly para la Investigación Clínica del Hospital Municipal de Indianápolis. El equipo argentino no pudo reclamar un descubrimiento sino, solamente, un co-descubrimiento: "Me acuerdo que cuando leímos el artículo de Page y colaboradores estábamos muy deprimidos. Sí, fue una época de mucha depresión cuando apareció eso".

A pesar de esto, es indudable el rol central que el Dr. Leloir tuvo en el descubrimiento de la enzima de origen renal (renina) la cual al pasar a la sangre en condiciones anormales para el riñón, produce la sustancia más poderosa que se conoce para elevar la presión arterial.

Fuentes:
1. http://www.houssay.org.ar/hh/bio/leloir.htm
2. Houssay, Leloir, Milstein. Premios Nobel de la Ciencia. 1ra ed. Buenos Aires: Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara, 2006.

sábado, 28 de agosto de 2010

Nuestros mejores y peores momentos ocurren dentro de relaciones sociales según un trabajo de investigación

Los estudios contradicen la noción de que los logros individuales son los que marcan los mejores y peores momentos de la vida.



Traducción de Claudio Pairoba
26 de Agosto.

BUFFALO, N.Y. – En el primer estudio de este tipo, los investigadores han encontrado evidencia convincente de que nuestras mejores y peores experiencias en la vida probablemente no involucren logros individuales sino la interacción con otra gente y la realización de una imperiosa necesidad de conexión social.

Los hallazgos, los cuales se oponen a las implicancias de investigaciones previas, aparecen en “Lo que nos hacen sentir maravillosamente bien también nos hace sentir increíblemente mal: El impacto emocional de experiencias independientes e interdependientes.” El estudio cuenta los resultados de experimentos llevados a cabo en la Universidad de Buffalo (UB) y aparecerán próximamente en la edición impresa de “El Yo y la Identidad”.

Shira Gabriel, coautora del trabajo y Profesora Asociada de Psicología de la UB, dice “La mayoría de nosotros dedicamos mucho de nuestro tiempo y esfuerzo a los logros individuales tales como trabajo, pasatiempos y estudios.”

“Sin embargo esta investigación sugiere que los eventos que terminan constituyéndose en los más importantes de nuestra vida, los eventos que nos traen la mayor felicidad y que también llevan el potencial para causar el mayor dolor, son los eventos sociales – momentos para conectarse con otros y sentir su conexión con nosotros.”

La Dra. Gabriel indica que gran parte de la investigación en Psicología Social ha sugerido explícita o implícitamente que los eventos que se experimentan de manera independiente de otros individuos son claves para explicar nuestras experiencias emocionales más intensas.

“Encontramos, sin embargo,” dice, “que no eran los eventos independientes o individuales tales como ganar premios o completar tareas los que afectaban de manera más importante a los participantes; sino que eran los momentos en que relaciones cercanas comenzaban o terminaban; cuando la gente se enamoraba o encontraban un nuevo amigo; cuando un ser amado moría o les rompía el corazón. En síntesis, eran los momentos de conexión con otros los que afectaban de manera más profunda la vida de las personas.”

Los investigadores incluyeron como autores principales a Lisa Jaremja, una estudiante de doctorado en Psicología de la Universidad de California, Santa Barbara y Mauricio Cavallo, Profesor Asistente en Psicología de la Universidad de Oklahoma.
Un total de 376 individuos participaron en los cuatro estudios que formaron las bases de las conclusiones obtenidas por los investigadores.

El estudio 1 se centró en estudiantes universitarios a quienes se les pidió que describieran las experiencias emocionales más positivas y negativas de sus vidas. De manera abrumadora, y sin importar el sexo de los participantes, los sujetos mostraron una mayor tendencia a describir eventos sociales como las cosas más positivas y negativas que hubieran experimentado (comparado con hechos independientes).

El estudio 2 repitió y extendió los objetivos del estudio 1, con resultados similares, y se enfocó en participantes de mediana edad a quienes se les pidió que contaran una experiencia emocional intensa y reciente.

El estudio 3 brindó evidencia acerca de que el fuerte impacto emocional de los eventos interdependientes (o sea sociales) informados en los dos primeros estudios no se debió al hecho de que los eventos sociales fueran más destacados que los eventos independientes.

El estudio 4 demostró que cuando se piensa acerca de eventos sociales e independientes, los participantes clasifican a los hechos de naturaleza social como de mucho mayor impacto que los eventos independientes. El estudio 4 también demostró que los eventos de carácter social obtienen su impacto emocional de nuestra necesidad de pertenecer.

La investigación y la experiencia de Gabriel se enfocan en la naturaleza social del yo, incluyendo aspectos sociales de la interpretación del yo, las funciones sociales del yo, la necesidad de pertenecer y las diferencias de género en las estrategias para conectarse con otros.

Fuente
http://www.eurekalert.org/pub_releases/2010-08/uab-oba082610.php?fb=1

miércoles, 25 de agosto de 2010

Chile: cómo puede ayudar la NASA en el rescate de los mineros

BBC Ciencia


Las autoridades chilenas pedirán asesoría a la NASA, la agencia espacial estadounidense, sobre la mejor forma de mantener sanos a los 33 mineros atrapados a 700 metros bajo la superficie de la tierra.

La situación de estos hombres es similar a la que experimentan los astronautas confinados durante largos períodos en la Estación Espacial Internacional.

Y aunque ya se logró establecer contacto y suministrarles alimentos, ventilación e hidratación, se cree que la perforación de un ducto para rescatarlos podría tardar hasta cuatro meses.

En las comunicaciones establecidas con los mineros, estos se muestran optimistas, pero es probable que la situación empeore gradualmente, ya que quedaron confinados en un pequeño espacio de unos 50 metros cuadrados, totalmente oscuro y con una temperatura constante de 36º centígrados.

Hasta ahora no ha habido eventos en los que un ser humano haya permanecido varios meses atrapado bajo la tierra.

La única experiencia comparable, como explica el profesor Pedro Arcos González, director de la Unidad de Investigación en Emergencia y Desastres de la Universidad de Oviedo, España, es la de los astronautas en el espacio.

"Los episodios que ha habido de personas atrapadas bajo la tierra han sido más breves. Un período de tres o cuatro meses es un período muy prolongado", le dice a BBC Mundo.

"Pero tenemos la experiencia vinculada con los astronautas o con otras tripulaciones que se mantienen confinadas en espacios reducidos durante meses y técnicamente no habría problema siempre y cuando se consiga mantener el abastecimiento de aire fresco, hidratación y alimentos".

Tecnología espacial
Se informó que el Ministerio de Salud de Chile le podría pedir a la NASA tecnología y víveres para que los mineros conserven la salud en un espacio reducido y con suministros limitados.

Hasta ahora ya se logró abastecerlos con soluciones de glucosa, cápsulas de rehidratación, oxígeno y medicamentos. Pero se espera que puedan recibir pronto alimentos con altos niveles de proteínas y calorías, similares a los que se diseñan para los astronautas.

Uno de los mayores desafíos físicos que deberán enfrentar en ese espacio reducido es la temperatura.

Se cree que en el refugio donde se encuentran hay entre 32º y 36º centígados, suficiente para causar mucho malestar, privarlos de energía y potencialmente aumentar las tensiones dentro del grupo.

Tal como señala el doctor Alan Richardson, profesor de fisiología del ejercicio de la Universidad de Brighton, Inglaterra, en este tipo de temperaturas un adulto debería beber cerca de cuatro litros de agua al día.

Pero en las condiciones en que se hallan los mineros, podría ser muy difícil hacerles llegar ese tipo de abastecimiento.

"Si no logran suficiente hidratación, perderán fluidos corporales y peso", advierte el experto.

Para evitar el problema de deshidratación en el espacio, la NASA desarrolló una bebida para sus astronautas, una fórmula de electrolitos concentrados basada en citrato y cloruro de sodio.

La NASA también ha dedicado amplias investigaciones a la creación de alimentos que puedan ofrecer una alta nutrición a los astronautas y que, a la vez, sean capaces de sobrevivir en ambientes extremos, tanto de altas temperaturas como de total deshidratación.

La mayoría son productos que han pasado por un proceso de liofilización, con eliminación total de agua y disecados al vacío.

Atrofia muscular
Otro problema que enfrentan los astronautas -y los mineros atrapados- al vivir en un espacio confinado es la falta de movimiento físico.

"El principal asunto que van a enfrentar es la atrofia muscular por no poder moverse como lo hacían en la vida diaria", le dice a la BBC el doctor Richardson.

"Cuando sean rescatados, experimentarán algo similar a haber finalizado un vuelo espacial", agrega.

El especialista afirma que los movimientos de resistencia contra una pared podrían ser beneficiosos para hacer trabajar a los músculos.

La NASA también podría asesorar en este sentido, ya que se han diseñado ejercicios especiales para los astronautas que, aunque no son totalmente exitosos para evitar la pérdida de masa muscular en el espacio, sí pueden tener algún beneficio.

Estos son principalmente ejercicios aeróbicos y de resistencia que también pueden contribuir a mantener la masa ósea.

La actividad física, afirma el doctor Richardson, es crucial no sólo por el impacto físico sino porque psicológicamente puede ayudarles a evitar períodos de depresión.

Actualmente se están llevando a cabo estudios en la Estación Espacial Internacional para probar la efectividad de este tipo de ejercicios en los astronautas.

Pero quizás la asesoría más valiosa que podría brindar la NASA es sobre cómo mantener un buen estado de salud mental.

El doctor Richardson cree que, como mineros, estos 33 individuos deben estar bien preparados para soportar la situación que están enfrentando y lo más probable es que ya hayan formado un liderazgo capaz de ofrecer "buena guía y optimismo".

"Pero para soportar el aburrimiento será necesario que establezcan rutinas -dice- y entre más prácticas sean las tareas, mejor".

"Es crucial que tengan un objetivo que, además de práctico, esté orientado de alguna forma hacia el futuro", afirma el experto.

Fuente:
http://www.bbc.co.uk/mundo/ciencia_tecnologia/2010/08/100824_chile_mineros_nasa_men.shtml

lunes, 23 de agosto de 2010

Ciencia y música: 1985 fue el año de Miguel Mateos y “perdiendo el colesterol”

Allá por el 1985 Miguel Mateos y su grupo Zas presentaban en el Luna Park su disco “Rocas Vivas”. Uno de sus temas más exitosos fue “Perdiendo el control”.



Ese mismo año un par de médicos norteamericanos, Michael Brown y Joseph Goldstein, ganaban el Premio Nobel en Fisiología o Medicina por sus descubrimientos referentes a la regulación del metabolismo del colesterol.

domingo, 22 de agosto de 2010

Lo nuevo en clorofilas



Cuando ya nadie esperaba algo nuevo en el campo de los pigmentos fotosintéticos, la sorpresa llegó desde Shark Bay en Australia. Tierra de surfers, los Bee Gees y Nicole Kidman, Australia también es cuna de la recién descubierta clorofila f.
Bajo el término clorofila se agrupa a una serie de moléculas químicas que tienen la capacidad de absorber la luz solar. Los organismos que la contienen pueden utilizar dicha energía para sintetizar una gran variedad de moléculas. Recordemos que el espectro de la luz visible se extiende desde el violeta hasta el rojo, con cada color siendo el resultante de una energía con determinadas características. Las clorofilas absorben energías que se ubican en los extremos de este espectro, fundamentalmente en la zona del azul y del rojo. Por esto es que los tejidos de las hojas que contienen clorofila son de color verde, ya que esta es el color de la energía que el pigmento menos absorbe.

El nuevo artículo publicado en la revista Science el 19 de Agosto por un grupo de investigadores de Australia y Alemania, trae un soplo de aire fresco a una rama de la bioquímica vegetal que no ha mostrado mayores cambios en los últimos 60 años.

¿Donde está?

El organismo que contiene este nuevo tipo de clorofila se encuentra en Shark Bay, Australia, en una zona de rocas y algas conocida como estromatolitos. Al poder captar aquella parte de la energía solar que no puede ser usada por otros organismos, los organismos de la bahía australiana pueden fotosintetizar usando lo que otros no usan. Aun cuando se halla físicamente localizada por debajo de otros organismos en los arrecifes donde se encuentra.

¿Quién la hace?
No está claro aún cual es el organismo presente en los estromatolitos que contiene la clorofila f. Este tipo de clorofila se obtuvo junto con clorofila a al recolectar las muestras de Shark Bay. Los científicos piensan que una cianobacteria filamentosa podría ser la que contiene el nuevo pigmento, y que este organismo podría usar clorofilas a y f o solo f.

Lo conocido
Hasta el momento se conocían 4 tipos de clorofila: a (la más común, presente en algas y plantas superiores), las b y c (absorben de forma similar a la clorofila a pero están presentes en menor cantidad de organismos) y la d (presente en cianobacterias). La clorofila f tiene una diferencia química pequeña respecto de otras clorofilas. Esta mínima particularidad es todo lo que este organismo necesita para poder funcionar en condiciones desfavorables para otros tipos de seres vivos.
Los científicos no pensaban que la clorofila f pudiera tener la energía suficiente para romper la molécula de agua (paso que genera oxígeno), pero se sorprendieron al ver que esto era posible con la nueva clorofila. Los conceptos aceptados hasta el momento van a tener que revisarse.

Usos potenciales
Lo primero en que piensan los descubridores del nuevo pigmento cuando se les pregunta sobre sus potenciales usos es en los biocombustibles. Obtener organismos que puedan producir clorofila f abre la posibilidad de tener una producción de biocombustibles más eficiente, algo que sigue desvelando a muchos investigadores en los tiempos que corren, donde los combustibles tradicionales no pueden sacarse de encima los indeseados efectos contaminantes que su uso acarrea.

Virus Sincicial Respiratorio: convocan a participar en estudio para vacuna infantil

Un equipo de científicos en Rosario participa de un estudio internacional para desarrollar una vacuna pediátrica intranasal. El objetivo es ...