lunes, 31 de enero de 2011

James Bond de luto: murió el compositor John Barry

 Nueva York, ene. 31 (ANDINA). El compositor de famosos temas de las películas de James Bond, John Barry, falleció a consecuencia de un infarto, a los 77 años.

No sólo compuso para James Bond, pero su labor al servicio del agente 007 le dio fama mundial, según comunicó su familia.

Nacido en Reino Unido, el músico falleció tras sufir un infarto en su ciudad de adopción, Nueva York, apuntan hoy varios medios británicos.

Varios éxitos rotundos de la saga de James Bond llevan la huella del compositor de bandas sonoras. Así, además de marcar las bellezas doradas de Golfinger desde los títulos de crédito y con la voz de Shirley Bassey, Barry también dejó su impronta en You Only Live Twice, Moonraker o Diamonds are Forever.

Mezclaba el sonido de las "big band", el jazz y las notas latinas en un cóctel único y se sacaba de la manga otras versiones del mismo tema para las escenas de seducción del más famoso de los agentes secretos.

Barry conquistó cinco Oscar y cuatro Grammy. Después de James Bond puso su arte a disposición de películas como Memorias de África o Bailando con lobos. Y su talento fue reconocido por Hollywood.

El cine y la música acompañaron a Barry desde la cuna. Su padre era propietario de un cine; mientras que su madre era pianista. Ya de niño destacó por su don para la música y de joven incluso intentó tener su propio grupo.

Pero James Bond se le cruzó en el camino. Los productores de Dr. No ofrecieron al joven compositor sacar nuevas versiones a partir de la melodía inicial compuesta por Monty Norman. Lo hizo con tanto estilo y ritmo que de inmediato fue contratado para las próximas películas.

Barry estuvo casado en cuatro ocasiones y pasó gran parte de su vida en Estados Unidos. Su segunda esposa fue la actriz Jane Birkin, pero el matrimonio duró tres años, anota DPA.

 Aparte de su viuda Laurie, con la que estaba casado desde 1978, deja cuatro hijos y cinco nietos. El yerno del compositor, el reportero de la BBC Simon Jack, señaló: "Amó tanto la composición de música como otros adoran escuchar música."


Fuente:
http://www.andina.com.pe/Espanol/Noticia.aspx?Id=llPdQ8PM43Q=


Comentario adicional:
En el siguiente link puede escucharse la banda de sonido de la película "África mía", por la cual Barry ganó un premio Oscar.


http://www.youtube.com/watch?v=q_fAEdw7ts0

domingo, 30 de enero de 2011

Cuando la literatura se anticipa a la ciencia

Jonah Lehrer, nacido en EE.UU., editor y periodista de las publicaciones de divulgación científica más reconocidas, en su reciente libro Proust y la neurociencia, sostiene que la teoría de la memoria sobre la cual el escritor articuló su obra En busca del tiempo perdido no sólo hoy parece demostrable científicamente, sino que además fue una anticipación en un siglo a lo que hoy se denominan las neurociencias.   


Por Rosendo Fraga


Lehrer dice también que otros escritores de la época, como Virginia Woolf y Gertrud Stein, plantearon hipótesis, hace décadas, que la ciencia comienza a confirmar recién ahora, al comenzar el siglo XXI. 

En el caso argentino, también hay ejemplos importantes de ello.  

sábado, 29 de enero de 2011

Plan para salvar los tesoros subacuáticos de la Argentina

29/01/11  

Son más de 2 mil navíos hundidos en las costas del país. A través de la firma de un convenio al que adhieren 35 países, ahora se puede combatir de manera más efectiva a los piratas que persiguen botines valiosos. Las piezas rescatadas no podrán venderse.


 
Un bol de porcelana china, un reloj de arena, una tela raída, un cofre de madera o vajilla inglesa podrían no significar nada fuera de contexto. Pero si estos objetos se rescatan de un galeón hundido hace cientos de años comienzan a tener sentido y a explicar muchas cosas. Ahora, un convenio internacional firmado con la UNESCO permite que la Argentina pueda preservar como patrimonio cultural a este tipo de “tesoros arqueológicos” que descansan bajo el agua.

La Convención Internacional para la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático le reconoce, por primera vez, al Estado argentino la soberanía plena sobre todo el patrimonio cultural que hay debajo de sus aguas, sean mares, ríos, lagunas y lagos. Y el país se compromete a inventariarlo, rescatarlo, preservarlo y evitar la piratería de los “buscadores de tesoros”.

Con el voto de la Argentina, ya son 35 las naciones que lo ratificaron.

Desde que existen mejores métodos para ingresar en las profundidades del mar, la piratería y las exploraciones clandestinas no son simples amenazas: van en aumento. Por eso es importante la adhesión a este convenio. “Para un auténtico científico, una moneda de oro no es más valiosa que un humilde e improvisado silbato de hueso”, afirma Dolores Elkin investigadora del Conicet y directora del Programa de Arqueología subacuática (PROAS ) del Instituto nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL), dependiente de la Secretaría de Cultura de la Nación.

Este tratado internacional establece que el patrimonio cultural subacuático no puede ser objeto de compra, venta o transacción comercial alguna y ofrece herramientas para que los Estados mejoren la protección de los objetos arqueológicos.

¿Por qué se protege tanto a los objetos que viajaban en barcos antiguos? A través de ellos es posible reconstruir detalles sobre la vida cotidiana de distintas épocas , entre otros datos. “Los artefactos se estudian en asociación, es decir, en su contexto; y todos revisten la misma importancia, son piezas únicas del complejo rompecabezas de la historia”, explica la arqueóloga Elkin y marca claramente la diferencia entre piratería e investigación.

Se calcula que a lo largo del mar argentino existen alrededor de dos mil naves hundidas de todo tipo: barcos mercantes, de comunicaciones, militares y turísticos, de todas las nacionalidades y épocas.
Solo en el estuario del Río de la Plata hay documentados alrededor de 1.200 naufragios, siendo ésta y la zona austral las de mayor densidad de barcos hundidos o varados. En el Río de la Plata hay gran cantidad por la poca profundidad que tiene. Por eso, cuando nos metemos al mar, entre chapoteo y chapoteo “podríamos estar nadando sobre barcos hundidos de gran valor histórico”, explica Cristian Murray, investigador del Programa de Arqueología subacuática del INAPL, quien cuenta que en un balneario de Puerto Madryn muchos bañistas sufrieron accidentes a causa del vapor Madryn, barco hundido a principios del siglo XX. “Esto se debe a que durante el apogeo de los viajes de exploración, colonización y explotación comercial en los siglos XVI y XIX, nuestro sur fue escenario de numerosas travesías y porque hasta que se construyó el Canal de Panamá, los barcos provenientes de Europa que se dirigían hacia el Pacífico debían pasar por el Cabo de Hornos: no existía otra forma de ingreso”, explica Elkin. Muchos de estos naufragios yacen en las profundidades y otros a la vista, según los caprichos de la marea.

Pero si entre castillos de arena y pozos en la playa piensa salir a bucear con la ilusión de encontrar un barco repleto de oro, mejor no sueñe. Elkin, quien además de arqueóloga es buzo profesional, es contundente: “Nuestras aguas no fueron la ruta habital de galeones españoles con cofres de piedras y brillantes”.

En el Caribe y en México hay más posibilidades, pero aquí tenemos otro “tesoro”: miles de barcos con mucha historia.

Fuente:
www.clarin.com


viernes, 28 de enero de 2011

Investigadores del Conicet descubren un nuevo dinosaurio

 Investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de la Argentina descubren un nuevo ejemplar de dinosaurio el cual representa un eslabón perdido.

 Un reciente trabajo publicado en la revista científica PLOS One muestra el descubrimiento de los restos de un nuevo dinosaurio llamado Leonerasaurus taquetrensis, que completa uno de los huecos más importantes en la historia evolutiva de los Sauropodomorpha: la transición entre los primitivos prosaurópodos y los gigantes saurópodos.

Los saurópodos son uno de los grupos de dinosaurios más conocidos, especialmente para aquellos que hayan visto las películas de Spielberg: herbívoros gigantes de cuatro patas, de largo cuello y larga cola, que habitaron la Tierra durante el Jurásico y el Cretácico. Fueron los más grandes animales terrestres que hayan existido.

Pero no siempre fueron así. Los saurópodos evolucionaron a partir de especies mucho más pequeñas, gráciles y bípedas conocidas como "prosaurópodos". Sin embargo, para los científicos todavía no estaba clara la cadena de transformaciones evolutivas entre los primitivos prosaurópodos y los gigantes saurópodos, ya que no se habían encontrado formas intermedias en el registro fósil -los llamados "eslabones perdidos"-, lo que no les permitía comprender del todo los orígenes de los gigantes herbívoros.

Aunque muchas de sus características indicarían que el Leonerasaurus es un pequeño dinosaurio sauropodomorfo de aproximadamente tres metros de largo, "detalles de su dentadura y anatomía pélvica sugieren que se encuentra mucho más próximo al origen de los saurópodos que los prosaurópodos conocidos previamente", señala Diego Pol, uno de los científicos a cargo de la investigación.

Herencia de familia
El grupo Sauropodomorpha es uno de los tres principales grupos de dinosaurios. Dentro de él encontramos a los prosaurópodos y a los saurópodos.

Los prosaurópodos eran sauropodomorfos primitivos, bípedos, herbívoros, de cráneo bajo y alargado, con dientes de márgenes aserrados. Podían medir entre 2 y 9 metros y tenían el cuello largo pero no tanto como los saurópodos. Vivieron en todo el mundo, incluso en la Antártida, entre el Triásico superior (220 millones de años atrás) y el Jurásico inferior (180 millones de años).

Los saurópodos fueron los sauropodomorfos más evolucionados. Eran herbívoros como sus antecesores pero, a diferencia de ellos, eran cuadrúpedos, de cuello mucho más largo y cráneo corto y alto provisto de dientes en forma de cuchara y sin márgenes aserrados. En la pelvis tenían cuatro o más vértebras sacras, mientras que los prosaurópodos poseían dos o tres. Eran mucho más grandes, su tamaño oscilaba entre 15 y 35 metros de largo. También habitaron en todo el mundo. Comenzaron a diversificarse durante el Jurásico inferior y para el Jurásico medio (160 millones de años) ya habían reemplazado a sus primitivos parientes.

Dominaron los nichos ecológicos de los grandes herbívoros hasta el fin del mesozoico, cuando se extinguieron los dinosaurios.

Hasta hoy se han descrito cerca de cien especies de saurópodos. "Entre los más conocidos están, por ejemplo, el Argentinosaurus, el Patagosaurus y el Amargasaurus, todos de Argentina, o el Brachiosaurus, el Camarasaurus y el Diplodocus, éstos de Norteamérica. Todas estas especies son mucho más recientes y evolucionadas en comparación al Leonerasaurus y los saurópodos más primitivos", explica Pol.

El Leonerasaurus tiene una serie de características intermedias entre los saurópodos y los prosaurópodos. Según Pol, "era pequeño, de tres metros de largo, y poseía un cuello ligeramente alargado, como las formas primitivas. Pero encontramos que tenía cuatro vértebras sacras en la pelvis y que los dientes tienen características intermedias: los de adelante, como los de los saurópodos, en forma de cuchara y sin márgenes aserrados y los de atrás, parecidos a los de los prosaurópodos, aserrados y planos".

Descubrimiento en Las Leoneras
El Leonerasaurus fue descubierto en la Sierra de Taquetrén, en el centro norte de la Provincia de Chubut. "Lo descubrimos dentro del marco de un proyecto de exploración de rocas jurásicas de la Patagonia, llevado a cabo por investigadores del Conicet con el auspicio de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica", comenta Pol. Y agrega: "durante los últimos cinco años hemos trabajado para conocer la flora y fauna del Jurásico de la Patagonia y encontramos un gran número de especies nuevas. Los restos del Leonerasaurus se excavaron entre 2005 y 2007, luego en 2008 se prepararon los fósiles en el laboratorio del Museo Paleontológico Egidio Feruglio y durante el 2009 y 2010 realizamos el estudio de los fósiles que publicamos ahora".

Las Leoneras es una formación geológica del Jurásico inferior que no había sido explorada en búsqueda de dinosaurios hasta el momento. Éste es el primer fósil encontrado en esta formación. Se ubica en el centro norte de Chubut, unos 40 kilómetros al norte de Cerro Condor y unos 30 al sur de Paso del Sapo.

La investigación estuvo a cargo de Diego Pol -investigador del Conicet en el Museo Paleontológico Egidio Feruglio-, Alberto Garrido -geólogo de la Dirección de Minería de la Provincia de Neuquén- e Ignacio Cerda -becario del Conicet en la Universidad Nacional del Comahue-.

Fuente:
www.conicet.gov.ar

jueves, 20 de enero de 2011

Cholera vaccine plan splits experts

Opinion is divided over how to tackle the disease in Haiti.

About 200,000 people in Haiti have been sickened by cholera since the outbreak began in October.S. PLATT/GETTY
 
PORT-AU-PRINCE
Rarely heard in Haiti before October, 'cholera' is now an insult that children fling at one another in the teeming camps that still house more than a million people displaced by last January's devastating earthquake. Graffiti blames the disease on either the current administration — now in a contested election crisis — or the United Nations. The disease is as much a fixture in people's lives as the endless piles of rubble that remain uncleared a year after the quake.

Last week, as the country remembered the 230,000 people killed in the disaster, officials of international health agencies fine-tuned their recommendations for moving forwards with a large-scale cholera-vaccination programme. It is a controversial idea that, just months ago, with little vaccine available and the epidemic spreading rapidly, was shunned as impractical and probably ineffectual (see Nature 468, 483–484; 2010).

Now, with emergency care centres in place, at least in the most heavily populated areas, health officials can finally look ahead and think about how a vaccination programme might combat a disease that has become entrenched in the country.

However, Nature 's interviews with key partners in the proposed vaccination effort reveal significant disputes on how to proceed. Most experts in the international community recommend a limited pilot project that would determine whether to scale up and how to use cholera vaccines in future outbreaks elsewhere. The Haitian government, caught in a febrile political environment and fearful that those denied vaccination might feel resentful, is demanding immediate, broad coverage.

With no recent exposure to cholera, Haiti's population lacks natural immunity and the disease has spread quickly. Roughly 3,800 have died, with another 189,000 falling ill, since 21 October, when cholera was first recognized as the culprit. At the end of October, a local medical aid agency, GHESKIO, supported by the UN Children's Fund (UNICEF), proposed vaccinating children under five living in two slums that have not yet reported large outbreaks. "There are 200,000 people without any toilets. They collect it and dump it in the sea," says Jean-Claude Mubalama, UNICEF's chief of health in Haiti for the past five years. "If cholera arrives there, it will be very bad."

The Haitian ministry of health (MSPP) and the World Health Organization (WHO) rejected the proposal, pointing out that not enough vaccine was available. They also feared that vaccination would foster a false sense of security, causing people to relax sanitary measures; and that it would take resources away from treating the sick, or from vaccine drives against measles and other diseases. "The voice of reason was to focus on saving lives," says Jon Andrus, deputy director of the Pan American Health Organization (PAHO), the WHO's regional office. "I had driven around Port-au-Prince and seen dead bodies in the street."

In December, however, an expert committee convened by the WHO decided that vaccination should be tried, partly because they had located extra sources of the only WHO-approved vaccine, Dukoral, an expensive two-dose vaccine made by Crucell, based in Leiden, the Netherlands. On 13 January, the expert committee, including representatives from the WHO, the US Centers for Disease Control and Prevention, the US National Institutes of Health (NIH), UNICEF, the US National Vaccine Program Office and others, held a teleconference to fine-tune a vaccination plan that could form the basis of a more detailed WHO-coordinated campaign strategy. The committee is recommending a pilot project using the currently available 250,000–300,000 doses of Dukoral, and the creation of a stockpile of the vaccine for the future.

The vaccination effort "can't be done nationwide and it won't have a major public-health impact", says Andrus, but it could reveal just how effective the vaccine would be in a mass immunization of a population already widely affected by cholera. Dukoral has not been used on such a scale before, although studies of thousands of people have shown it to be about 80% effective. The committee has not worked out where the campaign would be focused. "You can find areas where cholera is endemic, and that may give you a targeted population where it may have a larger impact," suggests Médecins Sans Frontières epidemiologist Kate Alberti.

The campaign could also help to reach the country's remote rural populations, which have a higher mortality rate. Although vaccine drives in Africa and elsewhere have faced resistance, Haitian people are eager to be vaccinated, says François Lacapère, a vaccine expert for PAHO/WHO in Haiti. Yet many Haitians are also sceptical of aid agencies' motives. Suggestions that foreigners accidentally introduced the disease (see 'How did the outbreak begin?') have given rise to unfounded rumours. Some people living in a camp that was once the Petionville golf course in Port-au-Prince, for example, make completely unsubstantiated claims that they have seen UN staff poisoning reservoirs in an attempt to further debilitate Haiti so that international powers can take over.

Even if the programme can win enough trust, using the world's entire stockpile of doses would still leave most Haitians without vaccine — a controversial prospect for the beleaguered government. Jean Ronald Cadet, the MSPP's vaccination programme manager, says the country is "90%" ready to go ahead with a campaign — but not on the small scale the WHO-convened expert group envisages.
“The bacterium won’t go away. It has established itself.”
Asked about the small pilot project proposed by the group, Cadet says "No way," shaking his head. He insists that Haiti would only consider starting to vaccinate with more than 1 million doses, with a goal of eventually reaching 6 million people. "It would depend on the pressure that the international community can put on manufacturers." Who would pay for the doses? "The international community," he says. "They brought us cholera, they have to take responsibility for taking care of it."

But mass vaccination of millions of people would necessitate much more vaccine production. About 1 million doses exist of another vaccine, Shanchol, which might be approved for use by the WHO by March (it is already approved for use in India). If production of both vaccines went into overdrive, Lacapère estimates that about 5 million doses could be prepared annually. This availability would be dependent on an advance-purchase decision, and with a six-month lag time to delivery.

Epidemiologist Renaud Piarroux of the University of the Mediterranean in Marseilles, France, says that if vaccination is going to be tried, it should be done on a large scale. "I think it can be helpful, but it should be given to millions of people in order to expect a notable effect," he says. But he doesn't see a large campaign as practical. "This will cost a lot and will require time to get a sufficient number of doses. I would prefer this money be used to improve water-supply networks and to reinforce sanitation activities," he adds. In an unpublished paper, Piarroux presents data on a large cholera outbreak in Darfur, Sudan, that happened just two years after a mass-vaccination programme, suggesting that any coverage might be of limited duration.


Others hope for a more aggressive approach. Matthew Waldor, an infectious-disease expert at Harvard Medical School in Boston, Massachusetts, says public-health officials should consider trying Peru-15, a live attenuated vaccine being developed by a consortium including Harvard Medical School and the NIH. Peru-15 is not yet in phase III trials, but has been proved safe and effective in thousands of patients, Waldor says.
Whatever approach is tried, one thing is certain: cholera is there to stay. It is likely that the bacteria now have a stronghold in Haiti's water, says Alberti. "Then you have a constant transmission between humans and the aquatic environment." With poor sanitation, little access to clean water and difficulties in reaching people to treat them — not least due to gang warfare in the slums — the country can expect repeated outbreaks, Alberti says.
Andrus agrees: "The bacterium won't go away. It has established itself."


Source:
www.nature.com/news

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