jueves, 17 de marzo de 2011

Actividades en la Semana “Día Mundial del Agua”


Se han organizado distintas propuestas de concientización desde el Sábado 19 hasta el Martes 22 de Marzo.
El Dr. Faccendini presentará su libro el Martes 22 de Marzo a las 18 hs.

Por Claudio Pairoba

El Martes 22 de Marzo se celebra el Día Mundial del Agua y con tal motivo la Cátedra Libre del Agua, dirigida por el Dr. Anibal Faccendini, ha organizado una serie de actividades (Ver volante adjunto con descripción).

La Semada Día Mundial del Agua se inició con una presentación en Rectorado describiendo los eventos organizados, la cual contó con la presencia del Sr. Rector Prof. Darío Maiorana, el Secretario General Dr. Darío Masia, el Secretario de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario, Horacio Ríos y el Dr. Faccendini.

El Sábado 19 de Marzo a las 11 hs, y con la participación de varios clubes, se realizará una respetuosa ofrenda al agua y al Río Paraná. Por la tarde, se presentarán Jorge Fandermole y otros dos grupos musicales. El Lunes 21 se podrá disfrutar de una muestra pictórica titulada “Agua Bien Común” y el Martes 22 se darán por terminados los eventos con la presentación del libro “Agua y Saneamiento: Derecho Humano Esencial. El bien común. La privatización del agua en Santa Fe 1995-2005. Diez años de apropiación indebida. La vulneración de un derecho.”

El Prof Maiorana destacó la prioridad de dar visibilidad a la temática del agua para que la misma sea abordada no sólo desde una instancia académica sino desde la concientización y la propuesta.

Por su parte, el Secretario de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario, Horacio Ríos, expresó que se buscó apoyar estas jornadas de concientización organizando un espectáculo de más volumen, en el cual se destaca Jorge Fandermole. En sus palabras, el consumo de cultura permite acercar a otros públicos a esta problemática.

Finalmente el Secretario General, Dr. Masia, enfatizó la importancia de concientizar y remarcó la constancia del Dr. Faccendini al ocuparse de esta problemática. Asimismo consideró que las implicancias del tema del agua es una de las situaciones que nuestra Universidad tiene que abordar.

El Dr. Faccendini viene ocupándose del tema desde hace unos 20 años, cuando encaró la temática del agua desde una perspectiva social relacionada con la necesidad de cloacas en distintas zonas de nuestra ciudad. Desde hace un tiempo también se ocupa de los aspectos ambientales relacionados. Con respecto a su libro, destacó que el mismo tiene un abordaje sociológico y jurídico, aspectos que lo movilizaron para comprometerse con esta causa.

martes, 15 de marzo de 2011

Miradas alternativas sobre combustibles alternativos (Tercera parte): Las respuestas de Sergio Montico

Última entrega de la serie sobre Biocombustibles.
Las nuevas miradas permiten analizar los Biocombustibles en mayor profundidad .

Por Claudio Pairoba

Al principio había una euforia y apoyo general respecto del tema de los Biocombustibles. ¿Cómo ve esta cuestión en la actualidad? ¿Hubo algún hecho en particular que determinó la aparición de voces críticas en este tema? 

En realidad las voces críticas estuvieron desde que se comenzó a avizorar este tema. Su instalación en la Agenda Internacional data de más de una década, claro que con mayor énfasis en los últimos años. Cuando se tuvieron más datos y también confiables sobre la expansión de este nuevo mercado a la luz del cambio transicional de la matriz energética mundial, surgieron diversas opiniones que definieron dos posturas contrapuestas, algunas pocas más conciliadoras. La controversia radica principalmente en el destino de la producción de granos y oleaginosas, sí a su transformación en biocarburantes de primera generación (B1G) o a sostener la oferta alimentaria. Pero no sólo eso se objeta, sino también aquello relacionado con cuestiones geoestratégicas. Se argumenta que como los países desarrollados son incapaces de autoabastecerse de B1G porque ello los obliga a destinar superficies para la producción granaría que no disponen, para satisfacer sus necesidades de corte de los combustibles fósiles, acuden al estímulo de los países en vías de desarrollo para que sean estos los que cumplan ese rol. De esta manera los asocian indirectamente a sus políticas energéticas. Claro que cuando esta demanda no tiene la contención debida se producen y producirán externalidades perniciosas. Entonces para los que ven en ello una oportunidad de un mercado promisorio, en auge y cada vez más robusto, otros temen por las presiones que sufrirán tanto los recursos naturales como las comunidades más vulnerables, principalmente de los países del Sur. La cuestión está instalada y muy lejos de conciliarse las posturas antagónicas. 

martes, 8 de marzo de 2011

Títulos y dólares

Por Paul Krugman - 06/03/11

Traducción de Claudio Pairoba



Es una verdad universalmente reconocida que la educación es la llave hacia el éxito económico. Todos saben que los empleos del futuro requerirán cada vez mayores niveles de capacitación. Es por ello, que el Viernes durante una aparición con el ex Gobernador de Florida, Jeb Bush, el Presidente Obama declaró que “Si queremos más buenas noticias en el tema empleos entonces tenemos que invertir más en educación.”

Pero lo que todos saben es equivocado.

Al día siguiente del encuentro Obama-Bush, The Times publicó un artículo acerca del uso creciente de software para llevar adelante investigación legal. Resulta que las computadoras pueden analizar rápidamente millones de documentos, completando de manera económica una tarea que solía demandar ejércitos de abogados y asistentes. En este caso, entonces, el progreso tecnológico esta en realidad reduciendo la demanda por trabajadores altamente capacitados.

Y la investigación legal no es un ejemplo aislado. Como destaca el artículo, el software también ha estado reemplazando Ingenieros en tareas tales como diseño de chips. Desde un punto de vista más general, la idea de que la tecnología moderna elimina solo trabajos menores, que los trabajadores bien formados son claros ganadores, puede dominar las discusiones comunes, pero en realidad está pasada de moda hace décadas.

El hecho es que desde alrededor de 1990 el mercado laboral de los E.E.U.U. se ha caracterizado no por un incremento general en la demanda de capacitación, si no por un “ahuecado”: tanto los empleos con altos salarios como los que tienen bajos salarios han crecido rápidamente, pero los empleos con salarios medios – aquellos con los cuales contamos para respaldar a una clase media fuerte – se han quedado atrás. Y el agujero en el medio se ha estado agrandando: muchos de los trabajos con salarios elevados que crecieron rápidamente en los ’90 han visto un crecimiento mucho más lento en los últimos tiempos, incluso en presencia de un crecimiento acelerado del empleo con bajos salarios.

Qué está sucediendo? La creencia de que la educación se está convirtiendo en algo cada vez más importante descansa en la noción de que los avances en la tecnología aumentan las oportunidades laborales para aquellos que trabajan con la información – en pocas palabras, que las computadoras ayudan a aquellos que trabajan con sus mentes mientras que perjudica a aquellos que lo hacen con sus manos.

Algunos años atrás, sin embargo, los economistas David Autor, Frank Levy y Richard Murnane argumentaron que esta forma de encarar el tema estaba equivocada. Las computadoras, en su opinión, son excelentes en tareas rutinarias, “las tareas cognitivas y manuales que pueden completarse siguiendo reglas explicitadas.” Por lo tanto, cualquier tarea de rutina – una categoría que incluye muchos trabajos profesionales y no manuales – está en la línea de fuego. De manera opuesta, los trabajos que no pueden llevarse a cabo siguiendo reglas explícitas – una categoría que incluye muchas clases de trabajos manuales, desde los que manejan un camión hasta los porteros – van a tender a crecer incluso en épocas de progreso tecnológico.

Y aquí está el tema: la mayoría de los trabajos manuales que todavía se llevan a cabo en nuestra economía parecen ser de la clase que es difícil de automatizar. De manera notable, con una caída en los EE.UU. de cerca del 6 % del empleo en el sector de trabajadores de manufacturas, no hay muchos trabajos que puedan perderse en las líneas de ensamblado. Mientras tanto, muchos empleos profesionales llevados adelante por trabajadores con formación y relativamente bien pagados pueden ser computarizados pronto. Los Roombas (NT: robots que limpian) son lindos, pero los porteros robotizados todavía están lejos; la investigación legal computarizada y el diagnóstico médico asistido por computadoras ya están aquí.

Y después está la globalización. En una época, solo los trabajadores en manufacturas tenían que preocuparse con la competición de ultramar, pero la combinación de computadoras y telecomunicaciones ha hecho posible ofrecer muchos servicios a larga distancia. Y la investigación hecha por mis colegas en Princeton, Alain Blinder y Alan Krueger, sugiere que los empleos muy bien remunerados desempeñados por trabajadores altamente capacitados son, comparados, más “tercerizables” que los trabajos hechos con menores salarios y hechos por trabajadores menos formados. Si tienen razón, el creciente intercambio internacional en servicios va a profundizar aún más el ahuecamiento del mercado laboral norteamericano.

Así que, ¿qué quiere decir todo esto a la luz de nuestras políticas?

Sí, necesitamos solucionar la educación norteamericana. En particular, las inequidades que los norteamericanos enfrentan desde el comienzo – niños inteligentes de familias pobres tienen menos probabilidades de terminar la escuela que niños menos dotados de familias con más recursos – no son solo una atrocidad; sino que representan un enorme desperdicio del potencial humano de la nación.
Pero hay cosas que la educación no puede hacer. En particular, la noción de que poniendo más niños en la escuela, puede reestablecer la sociedad de clase media que solíamos tener es solo una expresión de deseos. Ya no es cierto que tener un título universitario garantiza que Ud. vaya a conseguir un buen trabajo, y se vuelve menos cierto con cada década que pasa.

Así que si queremos una sociedad con prosperidad compartida por todos, la educación no es la respuesta – vamos a tener que construir esa sociedad de manera directa. Necesitamos recuperar el poder de negociación que los trabajadores han perdido durante los últimos 30 años, de manera que el trabajador común al igual que los superestrellas tengan el poder de negociar buenos salarios. Necesitamos garantizar lo básico, sobre todo cobertura de salud para cada ciudadano.

Lo que no podemos hacer es llegar adonde queremos ir solo dándole a los trabajadores títulos universitarios, lo cual puede no ser otra cosa más que pasajes a empleos que no existen o que no pagan salarios de clase media.

Fuente:
http://www.nytimes.com

lunes, 7 de marzo de 2011

Los problemas de patentes amenazan a las compañías farmacéuticas

Por Duff Wilson - 07/03/11
Traducción de Claudio Pairoba

A fines de Noviembre, Pfizer se prepara para perder U$S 10.000 millones de dólares en ganancias anuales cuando expire la patente de su exitosa droga contra el colesterol Lipitor y los genéricos mas baratos comiencen a apoderarse de las enormes ventas de la compañía.

La pérdida se posiciona como un desafío intimidatorio para Pfizer, un desafío que comparten casi todas las empresas farmacéuticas. Solo en este año debido a la expiración de patentes, la industria de medicamentos perderá control sobre más de 10 megamedicamentos cuyas ventas combinadas anuales se han acercado a los U$S 50.000 millones.

Este es un revés aleccionador para una industria que solo unos pocos años atrás era el sector de negocios con mayores ganancias a nivel mundial pero que ahora se encuentra bajo presión para reinventarse y despojarse de su dependencia de las drogas exitosas. Y pone en el tapete a los problemas que ahora enfrentan las compañías farmacéuticas: una falta de grandes avances en drogas y descubrimientos; presión de las aseguradoras y del gobierno para bajar los precios, vigilancia regulatoria e investigaciones gubernamentales, y miles de despidos en sus sectores de investigación y desarrollo.

Morgan Stanley recientemente le bajó la calificación al grupo completo de compañías farmacéuticas multinacionales con sede en Europa – AstraZeneca, Bayer, GlaxoSmithKline, Novartis, Novo Nordisk y Roche – en un informe titulado “Un avalancha de riesgos? Bajando con cautela”. El análisis informaba “El ambiente de operaciones de las farmacéuticas está empeorando rápidamente”.

Las mismas preocupaciones se aplican a las grandes compañías en los EE.UU. Todas están lidiando con fallas de investigación y haciendo malabares para reemplazar a sus gallinas de los huevos de oro, como la apuesta multimillonaria de Pfizer en una droga reemplazo de su Lipitor, para bajar el colesterol, la cual falló de manera estrepitosa en los ensayos clínicos. Las compañías farmacéuticas eliminaron 53.000 empleos el año pasado y 61.000 en 2009, mucho más que la mayoría de los otros sectores, de acuerdo a la empresa de recolocación Challenger, Gray y Christmas.

“Esta es una época de pánico, esto es realmente época de pánico para la industria,” dijo Kenneth I. Kaitin, director del Centro para el Estudio del Desarrollo de Drogas en la Universidad de Tufts, en Medford, Massachusets. “No creo que haya una compañía que no se de cuenta que no tienen suficientes productos en proyecto o en carpeta, que no tienen suficientes ganancias para mantener su investigación y desarrollo.”

Mientras a lo largo y lo ancho de la industria el gasto en investigación y desarrollo se ha casi duplicado a U$S 45.000 millones anuales durante la última década, la Food and Drug Administration ha aprobado cada vez menos medicamentos. Pfizer y Eli Lilly han tenido grandes inconvenientes el último año en los experimentos para una lo que alguna vez fue una prometedora droga contra el Alzheimer. Merck dejó de hacer pruebas con su adquisición más importante derivada de su fusión con Schering Plough, un anticoagulante que causaba peligrosas cantidades de sangrado.

Los ejecutivos de las compañías farmacéuticas han comenzado a enfocarse en la necesidad de reinventarse.

“Necesitamos arreglar nuestro núcleo innovador,” dijo el nuevo presidente de Pfizer, Ian C. Read en una reciente entrevista. Para hacer eso, la empresa necesita reenfocarse en nichos más pequeños en los temas cáncer, inflamación, neurociencias y genéricos de marca – y cortar cerca de un 30 % de su propia investigación y desarrollo en los próximos dos años mientras sus científicos trabajan solo en los proyectos con mayores posibilidades de ganancias.

Los consumidores deberían ver un beneficio financiero a medida que los genéricos más económicos reemplacen a las drogas de elite más caras, pero pueden sufrir a largo plazo si las compañías reducen la investigación y no producen nuevas drogas que satisfagan las necesidades del público.

“Uno no necesita despedir a Investigación y Desarrollo si es solamente un ciclo,” dice Erik Gordon, un Profesor Asistente de Clínica en la Escuela de Negocios de la Universidad de Michigan quien sigue la evolución de la industria farmacéutica. “Eso mata al progreso.”

El gobierno federal también está preocupado por el ritmo lento con el que aparecen las nuevas drogas provenientes de la industria farmacéutica. Francis S. Collins, director de los National Institutes of Health, recientemente propuso la creación en la agencia de un centro de desarrollo de drogas que costaría miles de millones de dólares.

“Parece que tenemos un problema sistémico,” dijo el Dr. Collins, agregando que los esfuerzos de investigación del gobierno se enfocaban a alimentar al sector privado, no a competir con él.

Read de Pfizer expresa que los nuevos productos pueden reemplazar a algunas pero no a todas las pérdidas de patentes.

“El huracán está aterrinzando”, manifestó Jeremy Batstone-Carr, un analista con la  Charles Stanley Securities, pero agregó que Pfizer está entre varias compañías farmacéuticas que les dan consuelo a sus accionistas al devolver dinero mediante la recompra de acciones y dividendos. El patrimonio más preciado de Pfizer, dijo, son sus U$S 20.000 millones en efectivo. Desde el 2000, los precios de las acciones de Pfizer y Merck cayeron cerca de un 60 %, mientras que el Dow subió un 19 %.

Varios de los titanes de la industria farmacéutica han comprado competidores con nuevos productos para cubrir sus propios agujeros de ventas, básicamente pagando en efectivo a cambio de ganancias futuras a medida que su propia investigación flaqueaba. En los últimos dos años, Pfizer pagó U$S 68.000 millones por Wyeth, Merck pagó U$S 41.000 por Schering-Plough, Roche pagó U$S 46.000 por Genentech y Sanofi-Aventis pagó U$S 20.000 por Genzyme.

Henry G. Grabowski, un profesor de Economía y Director del Programa en Economía Farmacéutica de la Universidad de Duke, asemejó las recientes megafusiones farmacéuticas a aquellas que ocurrieron en las industrias bancarias y de telecomunicaciones cuando fueron golpeadas por los cimbronazos financieros de los ‘90.

Pero advirtió que esta ola podría no asegurar desarrollos significativos en la investigación a largo plazo.

“Nunca se ha demostrado que estas enormes fusiones horizontales sean buenas para la producción de Investigación y Desarrollo,” dijo Grabowski. “Prefiero que me demuestren que tienen reales avances más allá de algunas ventajas a corto plazo que después desaparecen.”

A medida que se mueven más allá del modelo de éxito, las compañías están refinando sus enfoques hacia los medicamentos personalizados y formando más sociedades. Usando tests genéticos o de otros tipos, el plan es vender nuevas drogas no a millones y millones de personas, sino a aquellos que se beneficiarían de manera más evidente.

Aún, la industria enfrenta presión intensa de la competencia genérica y ha probado cada táctica para alejarla, incluyendo versiones de liberación prolongada de los mismos medicamentos así como nuevas píldoras que combinan dos ingredientes. Pero un 75 % de todas las recetas en los EE.UU. ahora son drogas genéricas de baja ganancia y bajo precio.

Al mismo tiempo, los programas de salud del gobierno les están pidiendo a las compañías farmacéuticas que reduzcan sus precios y mejoren los términos de reembolso para sus pastillas más rentables.

Esto se ubica en la misma línea que prácticas similares en Europa, donde Alemania y Gran Bretaña, entre otros países, están poniendo más presión para tener medicamentos con precios más bajos.

“Europa es un lugar horrible para hacer negocios en la actualidad y lo será dentro de 5 años,” dijo en una entrevista Christopher A. Viehbacher, Director Ejecutivo del gigante francés Sanofi-Aventis.

En los EE.UU., Viehbacher expresó que las drogas genéricas se estaban apoderando del mercado del cuidado primario dejando el mayor potencial de crecimiento en los mercados especiales y en los países emergentes como China, Brasil e Indonesia.
Incluso en esos mercados, los sistemas de salud no van a ser los centros de ganancias que han sido los EE.UU. China, que aparece este año como el tercer mercado farmacéutico más grande detrás de los EE.UU. y Japón, planea reducir el precio de los medicamentos en un 40 % en promedio.

La industria de los medicamentos ha venido diciendo por mucho tiempo que los norteamericanos estimularon el motor de la investigación, gastando mucho más en medicamentos per capita que cualquier otro país, y pagando los precios más elevados por medicamentos recetados.

Los lobistas de la industria farmacéutica han atacado propuestas de los Demócratas para adaptar los precios a los de países como Canadá o de permitir que Medicare negocie los precios de manera directa. La industria, al respaldar la revisión del cuidado de la salud impulsada por el Presidente Obama, limitó su contribución a U$S 90.000 millones durante un período de 10 años a cambio de la promesa de llegar hasta los 32 millones de nuevos clientes asegurados a partir del 2014.

La nueva ley también contiene una gran amenaza para las ganancias de la industria farmacéutica en una sección poco conocida que permitiría que los precios sean fijados de manera centralizada. A partir del 2015, un panel independiente designado por el presidente podría bajar los precios de manera generalizada en Medicare a menos que el Congreso lo vetara cada año. Medicare paga más del 20 % de las facturas por venta de medicamentos del país.

La industria también se ha visto desestabilizada por los numerosos casos de fraude y sobornos por conductas que han sumado miles de millones a los pagos por medicamentos en el país, según investigadores federales. Las penalizaciones han sido duras y los acuerdos extremadamente caros.

En el 2009, Pfizer pagó la multa criminal más elevada en la historia de la nación como parte de un acuerdo por U$S 2.300 millones al promocionar drogas para usos no aprobados. Algunos analistas indican que casos por fraude y sobornos todavía más importantes van a aparecer. Las compañías farmacéuticas están respondiendo con entrenamientos de ventas extremadamente cuidadosos y su intención de disminuir el entusiasmo por vender. Pero el cambio en cultura corporativa podría costarles: hay documentos internos que muestran que algunas de las compañías han tenido ganancias espectaculares buscando aprobación federal para una nueva droga con un uso restringido y luego promocionarla con usos más amplios.

Se planean otros cambios que sin duda afectarán el resultado final. Estas incluyen crecientes restricciones en los regalos, tarifas y viajes para influenciar a los médicos para que usen sus productos, límites en la “escritura fantasma” de artículos médicos en revistas y un requerimiento para una mayor exposición de los estudios con resultados negativos. A medida que se aleja la era dorada de los medicamentos exitosos, también lo hacen algunos de los excesos en marketing de las dos décadas pasadas – las tácticas que ayudaron a amasar inmensas ganancias.

Algunos analistas ven en la declinación de este sector una oportunidad para invertir. Dicen que las acciones de las farmacéuticas son buenas compras debido a los bajos índices precio-ganancia, los cuales típicamente reflejan la declinación de la industria o el pesimismo de los inversores, y los altos rendimientos en dividendos con un promedio superior al 4 % anual.

Fuente:
http://www.nytimes.com/2011/03/07/business/07drug.html?_r=1&hp=&adxnnl=1&adxnnlx=1299470410-nR1vrCAENI4eeLhyAdNTVg

miércoles, 2 de marzo de 2011

La falta de reconocimiento aleja a los científicos de la divulgación

Por Ángel Díaz

Las nuevas generaciones consideran que explicar su trabajo a la sociedad forma parte de sus obligaciones profesionales, pero muchas veces no encuentran la forma de hacerlo. En los países europeos donde más se innova se generan menos recelos entre los investigadores y los medios de comunicación.


En los últimos años, la presencia de la ciencia en los medios de comunicación, ya sea en forma de divulgación o de debate político, ha aumentado considerablemente, pero aún está lejos de alcanzar el peso que se le concede habitualmente en nuestras vidas, en la transformación de la sociedad y la economía.

La brecha que separa a los investigadores del público sigue abierta, y hay quien opina que lo estará hasta que se pueda hablar de ciencia como se habla de otras áreas que también requieren de un conocimiento muy específico, como son el deporte, la economía o el arte moderno. Quizás el problema estribe en que la ciencia no es sólo un lenguaje, sino también -y sobre todo- una forma de ver el mundo.

Un estudio de la Comisión Europea, en el que participaron investigadores de todas las edades y casi todas las nacionalidades del continente, reveló que todos los profesionales de la ciencia se muestran unánimes en que sería deseable «una relación continua y más profunda con los medios, para que el público se dé cuenta de que la ciencia se basa en adquirir nuevos conocimientos y satisfacer la curiosidad, no sólo de invenciones y nuevos productos».

«Una cosa es el conocimiento científico y otra cosa es el pensamiento científico», indica Eudald Carbonell, profesor de la Universidad Rovira i Virgili y codirector del yacimiento de Atapuerca.

«No sólo hay que contar que se ha descubierto algo, sino también explicar por qué es importante, a dónde te lleva ese conocimiento», aclara el antropólogo, quien no cree tanto en la idea de divulgación -por ser «banal»- como en la necesidad de integrar el concepto de ciencia en el sustrato mismo de la sociedad. «Cuando rompamos la barrera entre conocimiento y pensamiento, la ciencia será como el fútbol, formará parte de nuestra cultura», añade.

Javier Armentia, astrofísico y director del Planetario de Pamplona, explica que «el reto está en pasar de la información a la reflexión». Pero, ¿por qué es tan difícil dar este paso? «La información económica requiere mucho más esfuerzo, y los toros también tienen su propio lenguaje», comenta Armentia. «El problema es que se ha claudicado, se dejado la ciencia como algo que hacen los científicos».

Lo curioso es que, en contra del mito del científico en su torre de marfil, muchos jóvenes investigadores no se sienten cómodos con este estatus. «La gente es consciente de la importancia de la ciencia, incluso la admira, pero pone una distancia», lamenta Santiago Rello Varona, del Instituto Gustave Roussy, en Francia.

El mencionado estudio europeo, publicado en diciembre de 2007, también señalaba una diferencia fundamental entre los investigadores más veteranos y los más jóvenes, éstos últimos mucho más acostumbrados, y también más proclives, a relacionarse con los medios. Pero el esfuerzo por comunicar no siempre se ve recompensado: escribir un ensayo divulgativo, mantener un 'blog' o colaborar con la prensa no puntúa oficialmente en la carrera del investigador. Y, aunque se quiera hacer, no siempre es fácil saber qué palos se han de tocar.

«La falta de una financiación específica para comunicación, la falta de tiempo y las dificultades de encontrar un lenguaje sencillo para comunicar clara y efectivamente a audiencias más amplias son subrayados como los mayores obstáculos desde la comunidad científica», concluía el estudio de la Comisión Europea.

«Hay científicos que no tienen interés en comunicar porque piensan que a la sociedad no le interesa, y hay otros que no encuentran la manera de realizar esa comunicación», resume Carbonell.

Además, la vorágine de publicaciones, tareas de docencia y obligaciones burocráticas varias no deja mucho tiempo para una actividad considerada secundaria. Todo lo cual redunda en que la sociedad perciba el saber científico como una serie de nociones más o menos lustrosas, y no como el modo de discurrir y asomarse al mundo en el que quieren verse reflejados los científicos. «En nuestro país, parece que el documental es sinónimo de ñúes cruzando el río para llegar a las llanuras bajo el acecho de lobos y cocodrilos», ironiza Rello Varona.

En todo caso, la divulgación no es sólo una obligación del científico hacia la sociedad; aprender a comunicar es también, en cierto modo, aprender a organizar las propias ideas, lo cual conecta con un concepto fundamental para Carbonell: «Los científicos 'senior', que llevamos toda la vida investigando, tenemos que hacer este aprendizaje, debemos convertir en pensamiento lo que nuestra experiencia ha acumulado como conocimiento».

Otra de las tesis que reflejaba el citado estudio es que en los nuevos países miembros ('UE 12)', la desconfianza de los científicos hacia los medios, por miedo a que se politicen o banalicen los temas, es mayor que en la Europa de los 15; lo cual da una idea de que, cuanto más importante es la ciencia en un país, mejor se comunica y menor es la brecha entre sociedad y laboratorio.

En España, tal y como recordaba la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, hemos experimentado en los últimos años el segundo crecimiento más rápido del mundo, sólo por detrás de China, y ya somos la novena potencia científica mundial. Sin embargo, es evidente que aún hay desajustes, como muestra el hecho de que nuestras universidades están muy lejos de ocupar esas posiciones. En comunicación de la ciencia, como en todo lo demás, ocurre que hemos mejorado muy deprisa pero aún nos queda mucho por aprender.

«Muchos científicos miraban a los que sí divulgaban como una especie de 'vedettes' que sólo querían lucirse», comenta Armentia, quien reconoce, sin embargo, que «las nuevas generaciones, tanto de comunicadores como de investigadores, creen que divulgar la ciencia es parte de su trabajo».

Sin embargo, aún se acusa en nuestro país cierta dependencia del mundo anglosajón en la elección de informaciones científicas, lo cual no sería tan problemático si no fuera porque se pierden algunos fundamentos básicos de la comunicación: «Una mayor presencia española daría una sensación de cercanía, se podría enmarcar la divulgación en un contexto humano», señala Armentia. Esta lejanía se acentúa, a menudo, en el caso de la investigación universitaria: «Es más pausada, menos espectacular y más analítica, y por eso le cuesta más llegar al gran público», argumenta Rello Varona.

Fuente:
www.madrimasd.org/

Virus Sincicial Respiratorio: convocan a participar en estudio para vacuna infantil

Un equipo de científicos en Rosario participa de un estudio internacional para desarrollar una vacuna pediátrica intranasal. El objetivo es ...