lunes, 8 de febrero de 2016

Adiós a Amelia Bence, la actriz de los ojos más lindos del mundo

Murió a los 101 años; sus restos son velados desde las 15 en el Teatro Nacional Cervantes

Amelia Bence falleció a los 101 años
Amelia Bence falleció a los 101 años. Foto:Archivo
Lunes 08 de febrero de 2016

La actriz Amelia Bence falleció esta mañana, según lo anunció Alejandro Ullua, director ejecutivo de Instituto Proteatro. Los restos de la actriz son velados desde las 15 en el Teatro Nacional Cervantes (Avenida Córdoba 1155, Cuidad de Buenos Aires) y mañana a las 10 serán depositados en el Panteón de la Asociación Argentina de Actores, en el Cementerio de la Chacarita.

Bence, que según su testimonio había nacido el 13 de noviembre de 1914, fue una de las más destacadas figuras que dio el cine y el teatro en la Argentina entre las décadas de 1940 y 1960 y después de ese momento de apogeo se mantuvo siempre activa y prolongó su vigencia a fuerza de talento y personalidad. 

Su trayectoria artística comenzó de la mano de Alfonsina Storni, con quien trabajó cuando era pequeña en el Teatro infantil de Lavardén. La propia Bence recordaba al detalle el momento en que debutó en un escenario cuando tenía cinco años, literalmente de la mano de la poetisa, en una obra con su firma. Así narró el episodio a La Nacion, hace unos años: "Yo hacía el papel de un nene, un varoncito, que tenía que enviarles una carta a los Reyes Magos. Pero cerré el sobre y cuando fui a pegar la estampilla, me la tragué. Me puse a llorar y corrí a refugiarme en las bambalinas. Y allí estaba Alfonsina, que me abrazó, me consoló y me pidió que volviera al escenario. Todavía recuerdo sus palabras: «¡No seas tonta, vos vas a ser una gran actriz!»".

Su trayectoria en el cine, que contó con su presencia en más de 40 películas, comenzó con un breve papel en Dancing (1933), de Luis Moglia Barth y continuó, ya en plenitud en la década siguiente, junto a Carlos Borcosque (La casa de los cuervos, 24 horas en la vida de una mujer), Luis Moglia Barth (Cruza, María Rosa), Luis César Amadori (Son cartas de amor...), Pierre Chenal (Todo un hombre), Julio Saraceni (Nuestra Natacha), Ernesto Arancibia (Lauracha, Romance en tres noches) y Mario Soffici (El pecado de Julia). Su participación en La guerra gaucha (Lucas Demare, 1942), una de las películas más importantes de la historia del cine argentino, le dio reconocimiento y comenzó a ser solicitada para papeles protagónicos. Entre las paliculas en las que trabajó sobresale sin dudas Los ojos más lindos del mundo (1943), de Luis Saslavsky (con quien también rodó Camino del infierno), sobre todo porque la definió para siempre al destacar la belleza de sus ojos.

A la labor teatral entró, en la década del 50, de la mano de quien por entonces era su marido, Alberto Closas. En ese ámbito representó obras como La estrella cayó en el mar, Mi marido y su complejo y Mi mujer está loca, que fueron muy exitosas. En 1957 filmó Alfonsina (1957), de Kurt Land, basada en la vida de la poetisa con quien ella empezó su formación cuando era una niña. Luego de esta película comenzó también a acercarse a la pantalla chica. "Al teatro me fui adaptando. A la TV, en cambio, me costó entregarme, pero después del primer teleteatro me sentí muy cómoda", dijo a propósito de un medio que, con los años, terminó añorando más que ningún otro en sus tiempos de inactividad. Allí dejó su sello, sucesivamente, en series y telenovelas como Los premios Nobel, Topaze, Romina, Bianca, Esos que dicen amarse y, sobre todo, en el ciclo de unitarios Las veinticuatro horas.

En los últimos años de trayectoria laboral, casi como un homenaje en vida, recibió dos curiosas propuestas: participar en la comedia No hay 2 sin 3 -que cerró su aporte a la TV- y personificar en 2003 a un hada en la obra teatral infantil Amor invisible. Se quedó con las ganas de volver al cine (del que se despidió con Adiós Alejandra, en 1973), con un proyecto trunco, La loma del diablo, de Atilio Polverini, en el que iba a encarnar a una caudilla. "El público no se olvidó de mí. Lo veo y lo disfruto en la calle, en los negocios a los que voy de compras, en los estrenos teatrales. Mi único deseo es seguir en actividad con más fuerza que nunca", decía por entonces.
Coqueta, como es costumbre en las actrices de su época, su verdadera edad fue siempre un dato polémico. Muchas versiones sostienen que actualmente sobrepasaba en un lustro los cien años. Sin embargo, en noviembre de 2014, en la fecha de su cumpleaños, ella sostuvo en el festejo junto a varios amigos suyos, que celebraba los 100. ¿Y qué importancia tendría si esa aseveración no coincide con lo que figura escrito en un papel con más de un siglo de existencia?

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miércoles, 3 de febrero de 2016

Censurando pentagramas

Resistida por los censores, el tiempo y la gente convirtieron a esta canción en una marca registrada.

Evita en la residencia presidencial "Palacio Unzué", luego demolida
(Foto: Sylvia Salmi - Fuente: CeDIAP/Archivo Corbis)

Corría la década del ’70. El gobierno militar gobernaba la Argentina con mano férrea y consecuencias que son de dominio público.

La música, tantas veces vista como una forma de hacer circular ideas no compartidas por el poder dictatorial, no era ajena a la situación de control extremo y censura que se vivía.

A varios miles de kilómetros, en la tierra con la cual la Argentina tiene una historia de conflictos, se componía una canción sobre uno de los personajes más emblemáticos de la Argentina.


Nacida en Inglaterra
Corría el año 1976 cuando la dupla Lloyd Weber – Rice grababa en Inglaterra, con la voz de Julie Covington, una canción que se convertiría en histórica. Posteriormente, en 1978, esta canción se incluiría en el musical “Evita”. Los violines comenzaban una melodía de lamento que daba paso a la voz de Evita hablándole a su pueblo. Nacía “No llores por mí, Argentina”.

El resto de la historia es conocida. Lo que tal vez no sea tan conocido es el hecho de que la canción fue sistemáticamente prohibida por el gobierno militar argentino. El grado de censura varió desde la eliminación absoluta hasta la alteración parcial de su título en los discos de la época. Hay tres ejemplos de lo que sucedía por aquellos años.


No me fallés Papetti
En el programa humorístico “La tuerca” (para los que nunca tuvieron la oportunidad de ver uno era una forma de hacer humor muy popular, divertida y actualmente inexistente) había un sketch en el cual un jefe (Tino Pascali) esperaba a su tímida secretaria en su departamento. Preparando el escenario para lo que prometía ser una noche inolvidable, Pascali ponía un disco del saxofonista Fausto Papetti. El sensual sonido de este instrumento era una garantía de que todo transcurriría sobre ruedas. Pero Papetti fallaba siempre. En realidad no era Papetti el que fallaba, si no que siempre algo pasaba para que los planes del jefe se vieran frustrados.

En 1979 le fallaron a Papetti al publicar su disco “23a Raccolta”, el cual incluía el tema ‘No llores por mí”. La “Argentina” había sido eliminada del título por el censor de turno. Algunos solo notarían con los años lo que había sucedido.


Hermanos censurados
Por aquellos años, el famoso duo de los hermanos Karen y Richard Carpenter lanzaban su disco “Pasaje”. En este caso no se modificó el título de la canción, la misma directamente se eliminó. No sería hasta muchos años después y con el relanzamiento del álbum en CD (realizado por los japoneses quienes adoran al dúo), que la canción reaparecería como originalmente.

La voz única de Karen era el vehículo perfecto para transmitir la profunda melancolía que caracteriza a este tema.


Antes de Grease
La blonda cantante australiana (nacida en Inglaterra) Olivia Newton John lanzaba en el año 1977 el álbum “Making a good thing better”. La última pista del lado 1 en el vinilo nunca llegó a aparecer en el lanzamiento argentino. ¿Qué había en esa pista? ¡Sí! Adivinó. La versión de “No llores por mí, Argentina”.

Al igual que con el álbum de Carpenters, no sería hasta la aparición de la versión en CD, que nos enteraríamos que Olivia se había sumado al frenesí mundial de interpretar la canción ahora histórica. Y que a pesar de los intentos, no pudo ser silenciada.

jueves, 28 de enero de 2016

Esta bebida azucarada perjudica gravemente su salud

La comunidad científica presiona para marcar los refrescos con alertas sanitarias y gravarlos con impuestos elevados, como ocurre con el tabaco.



Algunas bebidas de cola contienen nueve cucharillas de azúcar en 330 ml. Santi Burgos / Reuters-LIVE!
La industria azucarera, un gigante que produce unos inimaginables 170.000 millones de kilogramos de azúcar cada año en el mundo, está en el punto de mira, como lo estuvieron hace décadas las tabaqueras. Un grupo de científicos de EE UU pide que, como en el caso de los cigarrillos, las bebidas azucaradas sean marcadas con una advertencia sanitaria para desincentivar su consumo. Por ejemplo, la lata típica, de 330 mililitros, de las marcas más consumidas de bebida de cola contiene casi nueve cucharaditas de azúcar (35 gramos). La Organización Mundial de la Salud relaciona las bebidas azucaradas con la epidemia de sobrepeso y obesidad que afecta a unos 2.000 millones de personas y ha hecho que las enfermedades cardiovasculares sean la principal causa de muerte en el mundo.

Los investigadores, liderados por la epidemióloga Christina Roberto, de la Universidad de Pensilvania, han demostrado por primera vez que la colocación de advertencias sanitarias en las bebidas azucaradas reduce sus ventas, un objetivo que persiguen, según han manifestado en numerosas ocasiones, cardiólogos de todo el mundo. Los científicos llevaron a cabo una encuesta digital a unas 2.400 personas, todas ellas con al menos un hijo. A los consultados se les ofrecía una gama variada de zumos y refrescos. La compra de bebidas azucaradas cayó 20 puntos porcentuales (de un 60% a un 40%) cuando los envases mostraban una alerta sanitaria, del tipo “ADVERTENCIA DE SEGURIDAD: Tomar bebidas azucaradas contribuye a la obesidad, a la diabetes y a la caries dental”, según el estudio, publicado en la revista Pediatrics. Los estados de Nueva York y California ya han preparado cambios legislativos para introducir estas alertas en los refrescos con azúcares añadidos.

“Aunque mucha gente puede saber que Coca-Cola y Pepsi tienen muchos azúcares añadidos, muchas personas no se dan cuenta de que otras bebidas que pueden parecer saludables, como Gatorade o Powerade, también están llenas de azúcar”, advierte Roberto.


La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición, dirigida hasta 2014 por una exejecutiva de Coca-Cola, rechaza las advertencias sanitarias

Una portavoz del Ministerio de Sanidad afirma que “según la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), ese tipo de advertencias por el momento no se contemplan” en España. Hasta 2014, la directora ejecutiva de la AECOSAN fue Ángela López de Sá y Fernández, que trabajaba como directora de Asuntos Científicos y Normativos de Coca-Cola Iberia hasta su polémico nombramiento por el Ministerio de Sanidad. “Actualmente existe otro enfoque: acuerdos voluntarios y consenso con diferentes sectores para una reducción global de azúcares añadidos”, añade la portavoz del departamento de Alfonso Alonso.

La industria azucarera se resiste a perder su actual impunidad. “Existe un amplio consenso científico a nivel internacional en torno al hecho de que no existen alimentos buenos o malos, sino dietas equilibradas o desequilibradas”, explica un argumentario enviado a este diario por la Asociación de Bebidas Refrescantes. “Un etiquetado de este tipo, calificando alimentos o bebidas, o los distintos nutrientes como malos o buenos, per se, rompe este principio, discrimina a los sectores productivos y no soluciona problemas de salud ni favorece hábitos saludables”, añade.

El sector de las bebidas azucaradas está inmerso en un escándalo desde que el diario estadounidense The New York Times revelara en agosto que Coca-Cola donó 1,5 millones de dólares para la creación del Global Energy Balance Network, formado por un grupo de científicos que intentaba devaluar el papel de las bebidas azucaradas en la epidemia mundial de obesidad, atribuyéndola a la falta de ejercicio físico. El proyecto se desmanteló tras conocerse la procedencia de su financiación.


Un etiquetado de advertencia "discrimina a los sectores productivos y no soluciona problemas de salud", según la Asociación de Bebidas Refrescantes.

Coca-Cola acabó admitiendo que también había entregado tres millones de dólares a la Academia de Pediatría de EE UU y 1,7 millones a la Academia de Nutrición y Dietética. Ambas organizaciones anunciaron que cancelaban sus relaciones con la multinacional tras la revelación. La jefa científica de Coca-Cola, Rhona S. Applebaum, acusada de ayudar a organizar el Global Energy Balance Network, comunicó su dimisión en octubre. “De momento, su puesto no se va a ocupar porque se está revisando todo el enfoque sobre obesidad y bienestar”, explica Leticia Iglesias, directora de comunicación de The Coca-Cola Company en España.

“La industria del azúcar es como la del tabaco hace unas décadas”, opina el médico Javier Martín, del hospital madrileño Severo Ochoa. El facultativo publicó hace dos años un estudio que atribuía más de 25.000 muertes anuales en España al exceso de peso. Un fallecimiento cada 20 minutos, por infartos, derrames cerebrales, diabetes o algún tipo de cáncer vinculado al sobrepeso y la obesidad, como el de mama, el de colon y el de hígado. Los autores del trabajo, publicado en la revista Medicina Clínica, señalaron directamente a las bebidas azucaradas y pidieron el fomento del deporte. “Hay que lograr que las bebidas azucaradas sean menos atractivas para los consumidores. Poner advertencias sanitarias no es suficiente, habría que mejorar la educación en otros niveles, por ejemplo quitando las máquinas expendedoras de los colegios”, señala Martín.

En 2015, investigadores de la Universidad de Harvard y el Imperial College de Londres, entre otras instituciones, calcularon que el consumo de bebidas azucaradas provoca 133.000 muertes al año por diabetes, otras 45.000 por enfermedades cardiovasculares y 6.450 por diferentes tipos de cáncer.

El embajador estadounidense se reunió en 2013 con el presidente de la Generalitat para frenar un impuesto a las bebidas azucaradas.

Martín aplaude el establecimiento de impuestos a las bebidas azucaradas como medida de salud pública, como ya se ha hecho en países como Finlandia, Hungría y Francia. México, el segundo país con más obesos tras EE UU y uno de los mayores consumidores de Coca-Cola, también aprobó en 2013 un impuesto del 10% para las bebidas azucaradas. Las ventas cayeron un 6% el primer año. La Asociación Médica Británica, que representa a 170.000 médicos de Reino Unido, también defiende que “un impuesto del 20% en las bebidas azucaradas es vital para frenar la obesidad”. El impuesto “debe ser de al menos el 20% para tener un impacto en la obesidad y en las enfermedades cardiovasculares”, coincide la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En España, el Gobierno catalán renunció en 2013 a poner un impuesto antiobesidad a las bebidas azucaradas, tras las presiones de la Embajada de EE UU. El embajador Alan D. Solomont llegó a reunirse con el presidente de la Generalitat, Artur Mas, para comunicarle el malestar de Coca-Cola y Pepsi con la medida y sugerirle que podrían caer las inversiones estadounidenses en Cataluña. La portavoz del Ministerio de Sanidad reconoce que tampoco está en la agenda un impuesto de este tipo para el conjunto de España.

“Yo pondría una advertencia sanitaria en todas las bebidas azucaradas, como la Coca-Cola, pero también en los donuts y las chocolatinas, que tienen azúcar y además grasas”, propone Carlos Macaya, presidente de la Fundación Española del Corazón. Macaya, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, pide “vigilar y controlar la relación de las asociaciones profesionales científicas con Coca-Cola”. En España, por ejemplo, The Coca-Cola Company ha participado en la elaboración del documento “Balance energético en niños y adolescentes”, de la Asociación Española de Pediatría.

Macaya cree que "los productores están concienciados, Coca-Cola, por ejemplo, hizo hace tiempo una Coca-Cola Light e incluso una Coca-Cola Zero", aunque reconoce que "ahora hay que ponerse las gafas para ver las calorías marcadas en el envase". La Organización Mundial de la Salud recomienda no consumir más de 12 cucharillas de azúcar al día y sugiere una ingesta ideal de seis, menos que las presentes en una sola lata de Coca-Cola.

Fuente
elpais.com

martes, 5 de enero de 2016

Se nos fue Natalia

Llegó a destacarse a pesar de ser “la hija de”. Otra talentosa que nos deja temprano.




Por Claudio Pairoba

Algunos consideran que la popularidad le llegó un poco tarde en la carrera. Tal vez sea así. Pero más vale tarde que nunca.

Antes de su éxito cantando a dúo con su padre, Natalie Cole tenía una carrera que se vió complicada cuando su problema con las drogas se hizo público en los ‘80. En su vuelta a las listas de discos más vendidos no podemos olvidar el álbum “Everlasting”, con éxitos como “I live for your love”, “I miss you like crazy” y “Pink Cadillac”, esta última compuesta por “The Boss”, Bruce Springsteen. Por supuesto que no podemos dejar de mencionar uno de sus primeros éxitos, 'This will be" de los '70.

A los 41 años Cole redescubre su talento al interpretar temas de antaño. Primero “Unforgettable” (el cual incluye el inolvidable dueto con su padre) y luego “Take a look” la encuentran navegando por el jazz y el R&B.

Cole consiguió tener una voz reconocible, lo cual no es poco en estos tiempos de voces dotadas que se diluyen en la oscuridad luego de un chispazo de éxito. Lo más probable es que uno termine reconociendo a la cantante por el tema y no al revés.

Natalie Cole interpretando "A smile like yours" de la creadora de éxitos Diane Warren en el show de Jay Leno.

Su versión del clásico de Aretha Franklin con otra grande es memorable. 

Hace poco se cumplió el aniversario de la partida de otra artista de excepción: Donna Summer. Para algunos la reina indiscutida de la música disco, Summer tenía una voz privilegiada y reconocible que le permitía expresarse en melodías sensuales o bailables. También nos dejó en sus sesenta y pico.

Como siempre, más que lamentarnos debemos estar agradecidos de haber sido contemporáneos de estas talentosas que llenaron con su música la banda de sonido de nuestras vidas.

Les dejo una de mis canciones favoritas interpretada por esta talentosa y su letra.




Nevada en el Sahara
Tu amor, como el vino
me sabe más dulce cada día
tu beso, divino
derrite y aleja el frio dentro
toda mi vida he esperado un amor así
y ahora que estás aquí
el romance está a un segundo de distancia
se va a quedar

Hasta que la nieve caiga en el Sahara
hasta que el sol se congele
hasta que el rojo Mojave se vuelva azul
Hasta que mis pulmones se cansen de respirar y mi corazón detenga su latido
entonces dejaré de amarte

Y en la oscuridad, cuando no haya nadie llamándote
entonces te abrazaré muy fuerte y te susurraré una y otra vez

Hasta que la nieve caiga en el Sahara
hasta que el sol se congele
hasta que el rojo Mojave se vuelva azul
cuando la música no suene más y el descreído comience a rezar
dejaré de amarte

No quiero desperdiciar un solo latido de mi corazón
a veces mis palabras son torpes
pero escucho tu amor perfectamente
y va a llevar un largo tiempo



domingo, 3 de enero de 2016

El adiós a Natalie Cole: por qué fue más que la hija de Nat King Cole

La hija de Nate King Cole falleció por complicaciones en su trasplante de rinón.


LA NACION
Viernes 01 de enero de 201

Natalie Cole logró esquivar el destino de ser apenas la hija del gran Nat King Cole. Hizo una carrera que reverenció la labor de su famoso padre pero no estuvo construida ni sustentada únicamente por los logros heredados. Natalie, que tenía una magnífica voz y que grabó una veintena de discos, falleció por una insuficiencia cardíaca en la noche de Año Nuevo, luego de luchar contra una Hepatitis C y de complicaciones en un reciente trasplante de riñón. Tenía 65 años.

Allá lejos y hace tiempo, a mediados de la década del 30, cuando Nat King se hacía conocido a fuerza de talento como pianista en el influyente mundillo jazzístico de Chicago, un día salió de gira, llegó hasta California y se instaló en Los Angeles. Allí, en 1950, nació Natalie, la primera hija de su segundo matrimonio.

La niña pudo canalizar sus inquietudes artísticas con apenas 11 años, cuando participó en la grabación de un álbum navideño de su padre. Pero cuando tenía 15 la muerte de Nat King hizo que su mundo adolescente se desmoronara y la joven promesa quedara postergada casi por una década donde no faltaron adicciones al alcohol y las drogas. A los 25 años comenzó su carrera discográfica con el álbum Inseparable. Luego siguieron otros diez títulos en la senda del jazz, el soul y el R&B que le dieron cierta trascendencia en los Estados Unidos, pero recién a los 31 años logró saltar a la fama y hacerse mundialmente conocida al publicar el CD Unforgettable, merecedor de un Grammy, con ventas superiores a las 5 millones de copias.
Su talento para los duetos también quedó retratado en programas televisivos de Frank Sinatra, grabaciones con Tony Bennett o reuniones con Whinet Houston.

En 2008 publicó un disco de canciones navideñas, Caroling, Caroling: Christmas with Natalie Cole, casi un guiño a aquella primera grabación que había realizado con su padre, cuando todavía era una niña. En 2013 comenzó a incursionar especialmente en el mercado hispanohablante con su primer disco en castellano. Luego se acentuó el deterioro de su salud.

Fuente

 

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Graduada como bioquímica, Lelia Orsaria siguió un camino que la llevo a ser vinculadora tecnológica. El interés y la búsqueda de su vocación...