Eso es lo que revelan las primeras imágenes
recibidas, tomadas 30 minutos antes del momento de máxima aproximación y a unos
28.000 Kilómetros de distancia. Un cuerpo doble, con una superficie
aparentemente carente de cráteres de impacto (al menos de tamaño visible) y lo
que parecen numerosas formaciones geológica, incluida una blanca cinta en el
lugar donde ambos entran en contacto. Cuando lleguen las mejores imágenes,
tomadas desde mucho menor distancia, se espera tener una resolución superior a
la de Plutón, y podremos explorar con más detalle este pequeño mundo. Y todo
indica que valdrá la pena.