La revolución digital está cambiando las formas en que interaccionamos. La ciencia no se queda afuera.
Hugo Pardo Kuklinski, doctor en Comunicación de la Universidad de Barcelona ha escrito un libro sobre las nuevas interacciones en la era de la revolución digital. Este material está disponible para ser descargado desde la Internet.
El capítulo 2 de dicho libro trata el tema del libre acceso a la comunicación científica. El escenario tradicional de las editoriales que detentan el control de los trabajos científicos publicados se enfrenta al nuevo escenario de las revistas de libre acceso. Intereses económicos, prestigio científico y prepuestos gubernamentales se ven indudablemente afectados por la nueva alternativa, surgida como consecuencia de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Incluyo una charla sobre el tema a cargo del autor.
http://www.youtube.com/watch?v=qLQYf7u3uHM
lunes, 8 de octubre de 2012
El pensamiento infantil es científico.
SINC - Los niños
piensan de forma muy similar a la que se emplea en la ciencia.
Investigadores de la Universidad de California explican que las
hipótesis, las inferencias causales y el aprendizaje a partir de la
estadística y de la observación son algunos de los métodos usados por
los más pequeños y que los convierten en “pequeños científicos”.
La comprensión de las relaciones causales al observar el entorno y la capacidad de establecer preferencias a partir de unos patrones estadísticos son algunas de las características de los niños que los convierten en pequeños investigadores. Ahora, una investigadora de la Universidad de California en Berkeley se ha adentrado en el aprendizaje de los más pequeños con un estudio que publica la revista Science y que puede ayudar a mejorar la enseñanza de las disciplinas científicas.
La comprensión de las relaciones causales al observar el entorno y la capacidad de establecer preferencias a partir de unos patrones estadísticos son algunas de las características de los niños que los convierten en pequeños investigadores. Ahora, una investigadora de la Universidad de California en Berkeley se ha adentrado en el aprendizaje de los más pequeños con un estudio que publica la revista Science y que puede ayudar a mejorar la enseñanza de las disciplinas científicas.
Hace 30 años, pensadores como Jean Piaget –pionero de la teoría del
desarrollo cognitivo– defendieron que los niños pensaban de manera
opuesta al método científico. Él los describía como “irracionales,
ilógicos y limitados al aquí y al ahora”, adjetivos que fueron base de
inspiración para algunos modelos educativos y políticos de una época en
la que, por encima de todo, las técnicas de enseñanza se centraban en el
profesor.
Sin embargo, esta nueva investigación refuta las ideas de Piaget y
relata un experimento curioso: dos niños menores de dos años ven a una
persona ‘A’ que coge ranas de una caja llena de ranas, o bien ranas de
una caja en la que solo hay patos. ‘A’ se marcha y otra persona ‘B’ da a
los niños dos cajas, la primera con ranas y la segunda con patos.
Cuando ‘A’ vuelve y extiende la mano, los niños pueden darle tanto una
rana como un pato.
La sorpresa de la científica fue que cuando la persona ‘A’ había
cogido ranas de la caja llena de patos, los niños le daban una rana
porque intuían que prefería las ranas; en cambio, cuando había cogido
una rana de la caja llena de ranas, le daban indistintamente un animal o
el otro porque intuían que su elección había sido al azar. Este tipo de
respuestas “demuestran que los niños menores de dos años tienen
preferencia por patrones estadísticos”, recoge el estudio.
En la última década algunas líneas de investigación han propuesto
demostrar que los pequeños adquieren conocimiento mediante procesos
similares a la inducción característica de la ciencia: analizan patrones
estadísticos, hacen experimentos y asimilan conocimientos mediante la
observación de lo que hacen los demás.
El uso de los métodos probabilísticos para conocer el entorno es
muestra de la vertiente científica infantil. Las personas adultas,
especialmente los científicos, son capaces de saber que hay muchas
hipótesis compatibles con la evidencia y que, además, algunas tienen
mayor probabilidad de ser acertadas que otras.
El trabajo explica cómo utilizando la técnica del ‘tiempo de
observación’, un grupo de científicos situó a dos niños ante dos cajas,
una llena de bolas rojas de pimpón y otra con bolas blancas. Cuando
alguien extraía bolas rojas de la caja donde la mayoría de ellas eran
blancas, los niños miraban durante más tiempo que cuando cogía muchas
bolas rojas de una caja llena de bolas rojas. “Los niños menores de dos
años infieren un estado mental subyacente –una preferencia– a partir de
un patrón estadístico”, explica el estudio.
Conocer observando a los demás
Otra faceta del comportamiento científico de los niños es la que les
permite “aprender extrayendo conclusiones a partir de lo que hacen los
demás”. En su investigación se ha analizado el caso de niños de cuatro
años que veían secuencias distintas de tres acciones con un juguete.
Esas acciones sucedían o no en cada prueba y el análisis estadístico de
los datos sugería que solo las últimas dos maniobras eran necesarias
para activar el juguete.
Sorprendentemente, cuando los niños cogían el juguete, con frecuencia
solo reproducían esas dos acciones relevantes en lugar de imitar todo
lo que habían observado antes, lo que explica que “pueden aprender las
relaciones causales observando lo que otras personas hacen y el
resultado de esas acciones”.
Saber que los niños aprenden a partir de la estadística y de las
acciones de los demás del mismo modo que lo hacen los científicos podría
facilitar el marco necesario para que “a partir de ahora se utilice la
curiosidad natural de los niños para diseñar nuevos métodos de enseñar y
aprender la ciencia”.
Fuente:
www.oei.es
jueves, 27 de septiembre de 2012
Amarga dulzura.
Desde la jubilosa exclamación de Celia Cruz, pasando por el refranero
popular y llegando hasta la mitológica ambrosía, lo dulce siempre ha
estado presente en nuestra cultura y sobre todo en nuestra dieta. Una
presencia que ahora se vuelve aún más controvertida.
Los aspectos negativos adicionales del azúcar, parte integral de nuestra dieta, están siendo estudiados .
Por Claudio Pairoba
¡Azúcar! decía la antológica cantante cubana Celia Cruz, “una gota de miel atrae más moscas que de vinagre un tonel” aseveraban las abuelas y los dioses ingerían la mitológica ambrosía, la miel sagrada que los alimentaba según innumerables escritos producidos a través de los tiempos.
Ahora, algunos médicos e investigadores comienzan a exclamar cuando hablan del azúcar. Pero las exclamaciones no son de alegría.
En un segmento del prestigioso programa norteamericano “60 minutos”, el Dr. Sanjay Gupta presentó una investigación sobre lo que amenaza, o ya lo es según algunos, convertirse en un problema de salud pública para los EE.UU.: la ingesta de azúcar. Los resultados obtenidos hasta el momento encienden una luz de alerta, extrapolable a cualquier país occidental con una dieta similar a la del país del norte.
La toxicidad del azúcar
Ante la pregunta “¿El azúcar es tóxica?”, el Dr. Robert Lustig (pediatra endocrinólogo de la Universidad de California, San Francisco) contesta “Yo creo que sí”. El profesional es uno de los que llevan adelante una guerra en contra del azúcar, a la que culpa de numerosas patologías: obesidad, diabetes tipo II, hipertensión y enfermedad cardíaca. El estilo de vida norteamericano ha llevado a la situación actual con un 75 % de casos previsibles. Su video en Youtube (“La verdad amarga”) ha convertido a su mensaje en algo masivo, más allá de los numerosos trabajos que ha publicado.
Lustig está en contra de los “alimentos malos” obvios: azúcar de mesa, miel, almíbar, bebidas dulces y postres. Pero también apunta a aquellos alimentos donde el azúcar está escondida: yogures, salsas y pan.
Uno de sus principales objetivos es el jarabe de maíz con alto contenido en fructosa. Si bien en los EE.UU. el consumo de azúcar ha disminuido más del 40%, el consumo del jarabe de maíz ha cubierto la diferencia. Ambos son igualmente peligrosos ya que contienen fructosa, la cual es la responsable de hacer que los dulces sean irresistibles.
La forma principal en que ingeríamos azúcar en el pasado era a través de las frutas, las cuales además contienen fibras las cuales lentifican la absorción y la ingesta. Por ejemplo, nadie puede comerse 10 naranjas en un corto período de tiempo. La producción de azúcar y jarabe de maíz se ha vuelto barata razón por la cual ingerirlos además de darnos placer es accesible. En los EE.UU. una persona ingiere por año a razón de 150 g de azúcar/jarabe por día. Lustig sabe que su opinión de que el consumo de azúcar es una de las causas principales de enfermedades cardíacas ha sido controvertida.
Pero la controversia sobre la opinión de Lustig y su “exagerada” visión del papel del azúcar en el desarrollo de enfermedades comienza a tener evidencia científica. Kimber Stanhope, una bióloga y nutricionista en la Universidad de California, Davis, está llevando a cabo un histórico estudio de 5 años que comienza a mostrar que existe relación entre el consumo elevado del jarabe de fructosa y los problemas cardíacos y accidentes cerebro vasculares. Según indica Stanhope, la idea de que todas las calorías son iguales comienza a ser puesta en el tapete.
Uno de los principales escollos que este tipo de estudios tiene son las dificultades económicas y logísticas. En este caso Stanhope les a ha pagado a grupos de voluntarios para que vivan en el laboratorio (a veces por semanas), encerrados y sometidos a una dieta donde se controla de manera exhaustiva el tipo de alimentos y las calorías que los individuos ingieren.
Los resultados que Stanhope ha obtenido hasta el momento son preocupantes: los individuos que consumen jarabe de fructosa muestran niveles más altos de colesterol LDL (el denominado colesterol “malo”) así como un aumento de los factores de riesgo para enfermedades cardíacas.
Recuerdos preocupantes
Los resultados obtenidos con una sustancia de consumo masivo como el azúcar traen recuerdos de los cambios en la dieta que los norteamericanos sufrieron en la década del 70. En ese entonces, una comisión del gobierno decidió disminuir el contenido en grasas de las comidas normalmente ingeridas por la población de los EE.UU. con el fin de disminuir las enfermedades cardíacas.
A pesar de esas medidas, las enfermedades cardíacas, la diabetes y el síndrome metabólico están por las nubes y el Dr. Lustig lo atribuye a “cambios compensatorios”. “Sacá la grasa de la comida y esta tiene gusto a cartón. Y la industria alimenticia sabía eso. Así que la reemplazaron con azúcar”, en opinión del médico.
Lustig también recalcó que la conexión por la cual el azúcar incrementa el colesterol malo es algo nuevo y que muchos médicos todavía no la conocen.
Azúcar y cáncer
Otra inquietante conexión es la que comienza a aparecer entre azúcar y cáncer. Lewis Cantley, un profesor de la Universidad de Harvard y director del Beth Israel Deaconess Cancer Center hace referencia al pico de liberación a sangre de la hormona insulina cuando uno come o bebe sustancias azucaradas. Esta hormona puede estimular el desarrollo de ciertos tipos de cáncer.
Según manifiesta Cantley “un tercio de los tipos de cáncer más comunes (incluyendo colon y mama) tienen en su superficie algo denominado receptores para insulina. La insulina se une a estos receptores y da la señal al tumor para que comience a consumir glucosa”. “Todas las células del cuerpo usan glucosa para sobrevivir, pero las células cancerosas también la usan para crecer”, agrega el investigador.
Cantley trabaja en el desarrollo de drogas que permitan cortar el suministro de glucosa a las células tumorales, pero su consejo es claro: no consumir azúcar. Y si no hay opción, hacerlo en cantidades mínimas. El médico vive de acuerdo a lo que predica: prefiere tomar un vaso de agua antes que una bebida azucarada.
Adictos al azúcar
Según Eric Stice, un neurocientífico del Oregon Research Institute, el azúcar es mucho más adictiva de lo que se pensaba. Stice usa resonancia magnética para estudiar como el cerebro responde al azúcar. El investigador indica que la forma en que esta sustancia activa al cerebro es muy similar a aquella en que lo hacen las drogas. Por ejemplo, la cocaína.
El mismo Sanjay Gupta se sometió a una prueba para ver qué pasaba al ingerir una bebida azucarada estando dentro del aparato de resonancia magnética: la respuesta fue instantánea. Incremento del flujo de sangre a ciertas partes del cerebro y liberación de dopamina, el neurotransmisor que controla el centro del placer, de manera similar a lo que ocurre con el alcohol o las drogas.
Según indica Stice, el azúcar es muy buena para activar las regiones de recompensa del cerebro. Al mismo tiempo, el investigador indica que luego de trabajar con centenares de voluntarios, descubrió que se puede desarrollar una tolerancia a este efecto placentero. O sea que para conseguir el mismo efecto, cada vez hay que ingerir mayores cantidades de azúcar.
El punto de vista industrial
El Dr. Gupta entrevistó también a un representante del sector azucarero: Jim Simon, miembro del directorio de la Asociación del Azúcar.
El productor enfatizó que antes que ensañarse con un único tipo de alimento, hay que trabajar para que la gente sea más cuidadosa con las calorías que ingiere y para que ejercite. De igual manera, considera que los estudios científicos no son concluyentes aún y que la gente debe trabajar para tener una dieta balanceada.
Lo que el Dr. Lustig entiende por dieta balanceada implica consumir menos de 150 calorías por día provenientes del azúcar, en el caso de los hombres. Esta cantidad baja a sólo 100 calorías por día en el caso de las mujeres. Menos de lo que contiene una lata de gaseosa.
El comentario final de Lustig es para pensar: “En último caso esto es una crisis de salud pública. Y cuando se trata de una crisis de salud pública, uno tiene que hacer grandes cosas y tiene que hacerlas en todos los niveles. El tabaco y el alcohol son ejemplos perfectos. Hemos hecho una elección meditada de que no vamos a liberarnos de ellos, pero vamos a limitar su consumo. Creo que el azúcar pertenece exactamente a este mismo tacho de basura”.
Fuente:
www.cbsnews.com
jueves, 20 de septiembre de 2012
El ocaso de los papers.
Para fomentar la aplicación del conocimiento en el sector productivo,
las universidades, el Conicet y los demás organismos que integran el
sistema científico definen junto al Ministerio de Ciencia criterios
específicos para evaluar a los investigadores.
Las publicaciones son un punto clave en el sistema actual de evaluación de los investigadores.
Por Agustín Saavedra.
El Ministerio de Ciencia y Tecnología, el Conicet, las universidades públicas y privadas, y los demás organismos del sistema científico nacional avanzan en un acuerdo para redefinir el régimen de evaluación de los investigadores. Se trata de un “acuerdo histórico” que podría “cambiar la forma de hacer ciencia en la Argentina”, según anuncian sus impulsores. Las instituciones que integran el sistema científico coincidieron una vez por mes durante un año de trabajo exhaustivo y llegaron a una definición: crear parámetros de evaluación propios para la ciencia aplicada, hasta ahora examinada bajo las reglas de juego de la ciencia básica. “No queremos que el conocimiento permanezca en el ámbito académico –le dijo a Página/12 el secretario de Articulación Científica y Tecnológica de la Nación, Alejandro Ceccatto–. Hay una voluntad política de poner el sistema científico y tecnológico al servicio del bienestar del país.”
El proyecto de evaluación del personal científico, que podría ser presentado formalmente el mes que viene, avanza en el seno del Consejo Interinstitucional de Ciencia y Tecnología (Ciciyt), que preside Ceccatto y que reúne a todos los organismos del sector, el Conicet, el INTI, el INTA, la CNEA, el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), el Consejo de Rectores de Universidades Privadas (CRUP), entre otras instituciones.
“Si ponemos el acento únicamente en las formas tradicionales de evaluación, basadas en indicadores bibliométricos, los famosos papers, estamos condicionando el trabajo de muchos investigadores. Porque se hace muy difícil desarrollar tecnología cuando las carreras científicas demandan la publicación de papers –explicó Ceccatto–. Esta problemática de alguna manera venía impidiendo concretar más fuertemente el objetivo global del ministerio, lograr que el conocimiento académico se inserte en el sector productivo y ayude a mejorar al conjunto de la sociedad.”
Organizados en dos subcomisiones, los representantes de las entidades científicas centraron el trabajo en dos temáticas consideradas “urgentes”. En primer lugar, la evaluación de la actividad tecnológica y de transferencia, esto es, cómo generar un mecanismo de evaluación alternativo, no excluyente, al tradicional, y en segundo término, cómo hacer para compatibilizar las evaluaciones del personal del Conicet que esté inserto en organismos de ciencia aplicada. Para Ceccatto, hoy “se genera una situación casi esquizofrénica en el investigador. Si trabajás en la Comisión Nacional de Energía Atómica, pero sos un investigador del Conicet, tenés dos patrones. Si respondés al empleador del Conicet tenés que publicar mucho; si querés responder a la CNEA no tenés que publicar nada. Entonces, ¿qué hacés?”. La respuesta es lo que se busca con un nuevo mecanismo de evaluación.
En los hechos, la cuestión va a pasar por la conformación de un banco nacional de “proyectos de desarrollo tecnológico y social” que estará en la órbita del Ministerio de Ciencia. Allí se ubicarán las propuestas de investigación aplicada que cada institución decida elevar. “Para la gente que trabaje en esos términos se va a implementar una filosofía de evaluación completamente distinta de la actual –explica Ceccatto–. No se los va a mirar en primera instancia por el número de publicaciones que tengan o por lo que estén haciendo como investigadores aislados. Se los va a evaluar en el contexto del proyecto que los ocupe, es decir, a qué apunta, qué quiere lograr el proyecto. Al individuo que hace tecnología hay que considerarlo dentro de un grupo de trabajo que tiene un objetivo trascendente más allá de la búsqueda personal de cada científico. Se trata de una evaluación global de la actividad, que reemplazaría al paper.”
Si bien el acuerdo está avanzado y los representantes de las instituciones dieron su visto bueno en el marco del debate, cada organismo deberá ahora analizar el proyecto puertas adentro para obtener una resolución final, que podría llegar el mes que viene. A nivel universitario, será analizado en un encuentro del CIN el 27 y 28 de este mes. “No es mi estilo la grandilocuencia –dijo Ceccatto–, pero creo que estamos a punto de arribar a acuerdos y consensos del conjunto del sistema que son históricos.”
Fuente:
www.pagina12.com.ar
El Ministerio de Ciencia y Tecnología, el Conicet, las universidades públicas y privadas, y los demás organismos del sistema científico nacional avanzan en un acuerdo para redefinir el régimen de evaluación de los investigadores. Se trata de un “acuerdo histórico” que podría “cambiar la forma de hacer ciencia en la Argentina”, según anuncian sus impulsores. Las instituciones que integran el sistema científico coincidieron una vez por mes durante un año de trabajo exhaustivo y llegaron a una definición: crear parámetros de evaluación propios para la ciencia aplicada, hasta ahora examinada bajo las reglas de juego de la ciencia básica. “No queremos que el conocimiento permanezca en el ámbito académico –le dijo a Página/12 el secretario de Articulación Científica y Tecnológica de la Nación, Alejandro Ceccatto–. Hay una voluntad política de poner el sistema científico y tecnológico al servicio del bienestar del país.”
El proyecto de evaluación del personal científico, que podría ser presentado formalmente el mes que viene, avanza en el seno del Consejo Interinstitucional de Ciencia y Tecnología (Ciciyt), que preside Ceccatto y que reúne a todos los organismos del sector, el Conicet, el INTI, el INTA, la CNEA, el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), el Consejo de Rectores de Universidades Privadas (CRUP), entre otras instituciones.
“Si ponemos el acento únicamente en las formas tradicionales de evaluación, basadas en indicadores bibliométricos, los famosos papers, estamos condicionando el trabajo de muchos investigadores. Porque se hace muy difícil desarrollar tecnología cuando las carreras científicas demandan la publicación de papers –explicó Ceccatto–. Esta problemática de alguna manera venía impidiendo concretar más fuertemente el objetivo global del ministerio, lograr que el conocimiento académico se inserte en el sector productivo y ayude a mejorar al conjunto de la sociedad.”
Organizados en dos subcomisiones, los representantes de las entidades científicas centraron el trabajo en dos temáticas consideradas “urgentes”. En primer lugar, la evaluación de la actividad tecnológica y de transferencia, esto es, cómo generar un mecanismo de evaluación alternativo, no excluyente, al tradicional, y en segundo término, cómo hacer para compatibilizar las evaluaciones del personal del Conicet que esté inserto en organismos de ciencia aplicada. Para Ceccatto, hoy “se genera una situación casi esquizofrénica en el investigador. Si trabajás en la Comisión Nacional de Energía Atómica, pero sos un investigador del Conicet, tenés dos patrones. Si respondés al empleador del Conicet tenés que publicar mucho; si querés responder a la CNEA no tenés que publicar nada. Entonces, ¿qué hacés?”. La respuesta es lo que se busca con un nuevo mecanismo de evaluación.
En los hechos, la cuestión va a pasar por la conformación de un banco nacional de “proyectos de desarrollo tecnológico y social” que estará en la órbita del Ministerio de Ciencia. Allí se ubicarán las propuestas de investigación aplicada que cada institución decida elevar. “Para la gente que trabaje en esos términos se va a implementar una filosofía de evaluación completamente distinta de la actual –explica Ceccatto–. No se los va a mirar en primera instancia por el número de publicaciones que tengan o por lo que estén haciendo como investigadores aislados. Se los va a evaluar en el contexto del proyecto que los ocupe, es decir, a qué apunta, qué quiere lograr el proyecto. Al individuo que hace tecnología hay que considerarlo dentro de un grupo de trabajo que tiene un objetivo trascendente más allá de la búsqueda personal de cada científico. Se trata de una evaluación global de la actividad, que reemplazaría al paper.”
Si bien el acuerdo está avanzado y los representantes de las instituciones dieron su visto bueno en el marco del debate, cada organismo deberá ahora analizar el proyecto puertas adentro para obtener una resolución final, que podría llegar el mes que viene. A nivel universitario, será analizado en un encuentro del CIN el 27 y 28 de este mes. “No es mi estilo la grandilocuencia –dijo Ceccatto–, pero creo que estamos a punto de arribar a acuerdos y consensos del conjunto del sistema que son históricos.”
Fuente:
www.pagina12.com.ar
sábado, 25 de agosto de 2012
Primer estudio con células madre en ACV.
Por Nora Bär | LA NACION
En
un panorama frecuentemente dominado por promesas sin fundamento e
ilusiones que no se cumplen más que en un puñado de trastornos de la
sangre, el Incucai acaba de aprobar el primer ensayo clínico del uso de
células madre en neurología que se realiza en el país.
Científicos de Fleni y el Cemic estudiarán la seguridad
y efectividad de estas entidades, que en cuanto se advirtió su
capacidad para reparar los tejidos fueron llamadas "la mina de oro de la
biología". Las emplearán para tratar las secuelas del accidente
cerebrovascular (ACV) o ataque cerebral.Como corresponde, la investigación se realizará en forma absolutamente gratuita y con el consentimiento informado de los participantes, y forma parte del Programa Binacional de Terapia Celular (Probitec), una iniciativa conjunta de Brasil y la Argentina. Participan seis centros del país vecino, coordinados por la Universidad de Río de Janeiro, y los dos locales, con Fleni como centro coordinador.
"El programa cuenta con financiación de los ministerios de Ciencia de ambos países -cuenta el doctor Sebastián Ameriso, jefe del Departamento de Neurología Vascular de Fleni e investigador principal del proyecto, que trabajará junto con los doctores Gustavo Sevlever , de Fleni, y Marina Romano, de Cemic, entre otros-. En estos casos es imprescindible, porque no hay una medicación de por medio que pueda interesar a una compañía privada: el «medicamento» lo preparamos nosotros." Estas células que se pondrán "bajo la lupa" durante los próximos tres años en 140 personas, son capaces de dividirse sin perder sus propiedades o de transformarse en los distintos tejidos del organismo cuando reciben las señales indicadas o se encuentran en las condiciones adecuadas. Para ser admitido en el estudio, los pacientes deberán haber padecido un ACV de la arteria cerebral media (un cuadro considerado entre moderado y grave) de entre seis horas y siete días de evolución.
El tratamiento consistirá en realizarles una punción de médula ósea para obtener las células madre, e inmediatamente procesarlas para identificar las que tengan la capacidad de producir factores neurotróficos (proteínas que protegen a las neuronas).
Tras este procedimiento, que en manos experimentadas como las de los hematólogos de Fleni y Cemic, expertos en trasplante de médula ósea, dura un par de horas, millones de esas células teóricamente prodigiosas serán inyectadas en la arteria media ingresando por la carótida.
"En algún momento se pensó que las células madre implantadas se convertirían en neuronas -explica Amerise-. Pero hoy sabemos que esto no es viable, porque se encuentran en un ambiente en el que no pueden desarrollarse y no establecen conexiones con el resto. En muchos casos, aunque se ubiquen en la lesión, no sobreviven mucho tiempo. En cambio, lo que se ha visto con estudios de tomografía de emisión de positrones (PET, según sus siglas en inglés) es que estas células productoras de factores neurotróficos son reconocidas y establecen un «diálogo» con las neuronas, y quedan fijas en la zona del infarto varios días durante los cuales las sustancias protectoras que segregan ayudarían a una mejor recuperación."
Datos preliminares
Según explica el especialista, ya existen estudios piloto en seres humanos con este mismo protocolo en Brasil, España y Gran Bretaña, y los resultados serían alentadores.La efectividad del tratamiento se evaluará con un instrumento de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, que mide mejoría de los déficits motores, de lenguaje, visuales o cognitivos, a corto o mediano plazo, en una escala aceptada mundialmente de entre 0 y 21 puntos.
En la actualidad no hay tratamientos probados con células madre para reemplazar los tejidos dañados o lesionados por patologías neurológicas. "Los mecanismos por los que las células trasplantadas pueden inducir la recuperación funcional todavía no se entienden completamente -dice Ameriso-, pero es posible que los efectos se deban a la liberación de factores tróficos o la modulación de los fenómenos inflamatorios."
Los únicos usos establecidos de las células madre son los destinados a tratar enfermedades mediante el trasplante de médula ósea, y aquellos que están supervisados por el organismo de control, que en este caso es el Incucai. En la actualidad no existe evidencia clínica que indique que el trasplante de células madre sea eficaz para mejorar o curar la diabetes, el mal de Parkinson, el Alzheimer u otras enfermedades altamente discapacitantes. La comisión asesora del Ministerio de Ciencia recibe consultas en cacm@mincyt.gov.ar , y la Sociedad Internacional para la Investigación en Células Madre, en su sitio web www.isscr.org ..
viernes, 17 de agosto de 2012
Así informaron en Francia la muerte de José de San Martín.
Por Claudia Peiro
El 21 de agosto de 1850, un diario de Boulogne-sur-mer publicó una necrológica que sorprende por lo completa y detallada. Escrita por un amigo francés, es una minibiografía exenta de algunas deformaciones de que fue objeto luego la trayectoria del Libertador
El 21 de agosto de 1850, un diario de Boulogne-sur-mer publicó una necrológica que sorprende por lo completa y detallada. Escrita por un amigo francés, es una minibiografía exenta de algunas deformaciones de que fue objeto luego la trayectoria del Libertador
Adolph Gérard era el propietario de la casa que San Martín habitó en Boulogne-sur-mer durante poco más de un año y medio y en la cual murió. El general alquilaba un piso del edificio de la Grande Rue 105 –hoy propiedad de la República Argentina- en cuya planta baja residía el propio Gérard, abogado, periodista y por entonces director de la biblioteca de esa ciudad marítima del noroeste de Francia.
Gérard cultivó la amistad de San Martín en ese período y cuando éste murió auxilió a su hija y yerno en todos los trámites relativos a su sepelio. Días después, el 21 de agosto, publicó un extenso artículo en el diario local sobre la vida y la trayectoria político-militar de su ilustre inquilino.
Considerando que no se había escrito aún la historia de la Independencia Sudamericana y de sus protagonistas, y teniendo en cuenta también la inmediatez de esta publicación –hecha a tan sólo cuatro días de la muerte del general- cabe suponer que la fuente de los detallados conocimientos de que hace gala Adolph Gérard en su texto sobre la vida de San Martín era el mismo protagonista. De ahí su incalculable valor. Y por eso también la sorpresa ante la escasa atención que le prestaron posteriormente los estudiosos de la vida de San Martín a este texto, en el cual hay referencias a aspectos de su trayectoria que luego fueron reinterpretados, polemizados o silenciados por biógrafos supuestamente más “rigurosos” y documentados. Un caso es el de la famosa entrevista de Guayaquil. Gérard refiere lo allí discutido –no habla de secreto- y da por cierta –citando un párrafo- una famosa carta de San Martín a Bolívar -posterior a su célebre encuentro- que hizo correr ríos de tinta a los historiadores en una interminable polémica sobre su autenticidad.
“Aunque cinco años mayor que su rival de gloria, (San Martín) le ofreció (a Bolívar) su ejército –dice Gérard sobre la entrevista que tuvo lugar en Guayaquil el 22 de julio de 1822-, le prometió combatir bajo sus órdenes, lo conjuró a ir juntos al Perú, y a terminar allí la guerra con brillo, para asegurar a las desdichadas poblaciones de esas regiones el descanso que tanto necesitaban. Con vanos pretextos, Bolívar se negó. Su pensamiento no es, parece, difícil de penetrar: quería anexar el Perú a Colombia, como había anexado el territorio de Guayaquil. Para eso, debía concluir solo la conquista. Aceptar la ayuda de San Martín, era fortalecer a un adversario de sus ambiciones. Bolívar sacrificó por lo tanto sin hesitar su deber a sus intereses”.
Y sobre la que se conoce como “carta de Lafond” por el nombre del autor francés que primero la publicó completa, agrega Gérard: “De Lima misma, y con fecha del 29 de agosto, había anunciado a Bolívar sus designios en una carta mantenida secreta hasta estos últimos años, y que es como un testamento político (…): ‘He convocado, le decía, para el 20 de septiembre, el primer congreso del Perú; al día siguiente de su instalación, me embarcaré para Chile, con la certeza de que mi presencia es el único obstáculo que le impide venir al Perú con el ejército que usted comanda… No dudo de que después de mi partida el gobierno que se establecerá reclamará vuestra activa cooperación, y pienso que usted no se negará a una tan justa demanda’”.
Otro detalle interesante en el artículo del Impartial de Boulogne-sur-mer es la síntesis que hace Gérard del pensamiento político de San Martín, en términos que iluminan la futilidad de la discusión sobre el monarquismo del Libertador; no porque lo niegue, sino porque lo explica, al ponerlo en contexto: “Partidario exaltado de la independencia de las naciones, sobre las formas propiamente dichas de gobierno no tenía ninguna idea sistemática. Recomendaba sin cesar, al contrario, el respeto de las tradiciones y de las costumbres, y no concebía nada menos culpable que esas impaciencias de reformadores que, so pretexto de corregir los abusos, trastornan en un día el estado político y religioso de su país: ‘Todo progreso, decía, es hijo del tiempo’. (…) Con cada año que pasa, con cada perturbación que padece, la América se acerca más aún a esas ideas que eran el fondo de su política: la libertad es el más preciado de los bienes, pero no hay que prodigarla a los pueblos nuevos. La libertad debe estar en relación con la civilización. ¿No la iguala? Es la esclavitud. ¿La supera? Es la anarquía”.
Gérard nos deja también una descripción del aspecto y carácter de San Martín por aquel entonces. Cabe señalar que, dos años antes de su muerte, en 1848, su hija Mercedes lo convenció de posar para un daguerrotipo, por entonces toda una novedad. Esa es por lo tanto la única “fotografía” que tenemos de él: aquella en la cual está sentado y luce el cabello encanecido. Permite calibrar cuáles de los tantos retratos pintados de él son los más fidedignos.
Así describía Gérard a su inquilino: “El señor de San Martín era un bello anciano, de una alta estatura que ni la edad, ni las fatigas, ni los dolores físicos habían podido curvar. Sus rasgos eran expresivos y simpáticos; su mirada penetrante y viva; sus modales llenos de afabilidad; su instrucción, una de las más extendidas; sabía y hablaba con igual facilidad el francés, el inglés y el italiano, y había leído todo lo que se puede leer. Su conversación fácilmente jovial era una de las más atractivas que se podía escuchar. Su benevolencia no tenía límites. Tenía por el obrero una verdadera simpatía; pero lo quería laborioso y sobrio; y jamás hombre alguno hizo menos concesiones que él a esa popularidad despreciable que se vuelve aduladora de los vicios de los pueblos. ¡A todos decía la verdad!”.
Del relato de Gérard, emerge además una imagen diferente del ostracismo de San Martín, presentado por muchos de sus biógrafos como un período de oscuridad y silencio. Aunque, “menos conocido en Europa que Bolívar, porque buscó menos que él los elogios de sus contemporáneos”, dice Gérard, no era un exiliado ignoto: “En sus últimos tiempos, en ocasión de los asuntos del Plata [el bloqueo anglo-francés del Río de la Plata en tiempos de Rosas], nuestro Gobierno se apoyó en su opinión para aconsejar la prudencia y la moderación en nuestras relaciones con Buenos Aires; y una carta suya, leída en la tribuna por nuestro Ministro de Asuntos Extranjeros, contribuyó mucho a calmar en la Asamblea nacional los ardores bélicos que el éxito no habría coronado sino al precio de sacrificios que no debemos hacer por una causa tan débil como la que se debatía en las aguas del Plata”.
Este hecho –la lectura de una carta de José de San Martín en el parlamento francés en la cual el general les advertía de que no podrían doblegar al pueblo argentino- muestra no sólo que su presencia en Francia no era ignorada por las autoridades de ese país sino que él se mantuvo siempre atento a lo que sucedía en su Patria e intervino cada vez que pudo con los medios a su alcance en defensa de la independencia que había conquistado.
Fuente:
www.infobae.com
domingo, 12 de agosto de 2012
Una presentación audaz y exitosa.
Estudio Coral de Buenos Aires (Foto: ECBA). |
El jueves 9 de agosto el Estudio Coral de Buenos Aires se presentó en el
ciclo de conciertos auspiciado por la Bolsa de Comercio de Rosario. Dirigido
por Carlos López Puccio, la actuación tuvo una duración aproximada de hora y
media.
La primera parte estuvo formada por obras de
cuatro compositores de distinta procedencia: el británico Ralph Vaughn
Williams (1872-1958), el finlandés Einojuhani Rautavaara
(1928), Johann
Sebastian Bach (1685-1750) y el húngaro Gyorgi Ligeti
(1923-2006). La primera sinfonía de Vaughn Williams estuvo dedicada al mar y en
esta ocasión se eligió otra de sus obras con esta temática, The dark eyed sailor. Las otras obras
del mismo autor que se interpretaron fueron The
spring-time of the year y la Wassail song, todas pertenecientes al Five English Folk Songs. Rautavaara
estuvo representado por Morsian y Lahto, mientras que el ilustre Johann
Sebastian aportó su Komm, Jesu, Komm, BWV
229, obra para órgano (a cargo de Federico Ciancio) y coro doble.
Finalmente, la primera parte cerró con Hortobagy,
del húngaro Gyorgy Ligeti, de ajetreada vida en su Hungría natal, de la
cual escapó en 1956 luego del fallido levantamiento contra el régimen soviético,
de acuerdo al relato de López Puccio.
La segunda parte estuvo dedicada a continuar con dos
obras de Ligeti (de sus Estudios
Húngaros) más The Peaceable Kindgom
del prolífico norteamericano Randall Thompson. En
esta última arrancamos con la vida en ese reino pacífico aludiendo al paraíso,
para luego atravesar una etapa de destrucción llegando a una nueva época de
armonía en un viaje que dura los ocho números que constituyen esta obra.
Párrafo aparte merece la obra Feria (ver el link para Estudios Húngaros), de Ligeti a
través de la cual el autor nos transporta a una atmósfera con feriantes pregonando
sus productos a viva voz. La composición es de gran dificultad, ya que obligó a
que el coro se dividiera en cinco grupos los cuales se dispusieron en distintos
lugares de la sala, cantando cada uno de ellos una partitura distinta con
ritmos diferentes. Los intérpretes superaron el reto ampliamente.
El concierto fue sumamente didáctico, ya que Lopez Puccio dedicó tiempo
a contarle a la audiencia la historia de las obras y sus autores, haciendo aún
más ameno un encuentro musical a sala llena. El repertorio se adentró en un
territorio de autores contemporáneos, muchos de los cuales han experimentado
(como es el caso de Ligeti) con sus composiciones, creando obras que pueden
sonar extrañas desde lo armónico y lo rítmico. La audacia de las obras elegidas
fue recompensada por el aplauso entusiasta del público a lo cual el coro
respondió interpretando dos obras fuera de programa.
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