sábado, 5 de enero de 2013

Contra la politización de todas las cosas.

Por Enrique Krauze



CIUDAD DE MÉXICO.- Politizar" es una palabra relativamente nueva en castellano. No aparecía en el Diccionario de la Real Academia Española (edición de 1970). Significa al menos tres cosas: una concentración excesiva en la política a expensas de las diversas zonas de la realidad, una concentración excesiva en los aspectos más superficiales de la propia política, y la primera acepción que consigna el mismo diccionario, en su edición vigente: "Dar orientación y contenido político a acciones, pensamientos o personas que, corrientemente, no lo tienen".

El uso primero es evidente en la prensa, los medios y las redes. Frente a la política, se desvanecen las otras esferas de la vida: los problemas sociales, los temas de la salud y la enfermedad, la ecología y la naturaleza, las cuestiones de religión y fe, las manifestaciones del arte, las letras y el pensamiento, las finanzas y los negocios, las iniciativas ciudadanas, la ciencia y la tecnología, el mundo exterior... casi todo salvo el deporte y la "cultura del espectáculo". El fenómeno empobrece a quienes lo ejercen y lo consumen: día con día hay hechos ajenos a la política, más importantes, influyentes o trascendentes que los hechos políticos.

Una derivada de esta politización puede hallarse en las columnas y comentarios menudos que siguen los gestos, los rumores, los chismes y -sobre todo- las declaraciones de los políticos. Es casi un deporte en el que se pierde el contexto social, la perspectiva histórica, la discusión de ideas, la valoración ética, el análisis lógico. En una palabra, el estudio de fondo -estructurado, fundamentado, estadístico, comparativo- de la política. En esa variante de la politización, la opinión desplaza al hecho, la ocurrencia al análisis, la política permanece en la espuma de los días.

El tercer significado es más interesante y complejo. El propio diccionario lo recoge en una segunda acepción: "Inculcar a alguien una formación o conciencia política". Se trata de un uso positivo, por ejemplo en el caso de una sociedad apática o inconsciente de sus derechos. Politizarla es contribuir a su autonomía y madurez. Pero el uso puede tener también una cara negativa. Ocurre cuando se da una "orientación y contenido político a acciones, pensamientos o personas" cuya naturaleza es, o debería ser, esencialmente ajena a la política.

En la esfera de la cultura, la politización puede desembocar en lo que Jean Paul Sartre llamó "la militarización de la cultura". A un libro, una obra de arte, un descubrimiento científico o un producto cultural de cualquier índole, no se le juzga -si se le juzga- por su calidad o su valor intrínseco, sino por la real o supuesta filiación política de sus creadores. Si es "amigo", la obra es "buena"; si es "enemigo", la obra es "mala" o, finalmente, no existe. Con la "politización de todas las cosas" se pierde el sentido mismo de la creación y el saber. Por eso preocupa tanto que cunda en medios universitarios.

Una forma particularmente insidiosa y obsesiva de esta politización es la teoría conspiratoria. Quienes incurren en ella no preguntan sobre la verdad objetiva de los hechos sino por el "poder" que adivinan o imaginan -sin probarlo nunca- "detrás" de ellos. El poder elevado a categoría explicativa absoluta. No abundaré sobre esta patología intelectual y moral, tan presente en la retórica populista latinoamericana de estos años.

La politización de todas las cosas ha tenido efectos devastadores sobre las relaciones personales. En su tratado de la amistad, Cicerón apunta que la política es causa fundamental de la discordia entre amigos. En Venezuela y en varios otros países (incluido México) la politización extrema (esa forma intolerante de acercarse a la política o de practicarla) no sólo ha sembrado división entre amigos sino también entre hermanos. Familias enteras comienzan a considerar, apenas ahora, los costos del encono ideológico.

Criticar la politización de todas las cosas no significa llamar a la despolitización. No se trata de dejar la política sólo en manos de los políticos. Se trata de alentar la buena politización ciudadana (participativa, matizada, informada, inteligente, alerta) y desalentar la mala politización (ideologizada, fanática, trivial). Se trata de enriquecer la vida política elevando la calidad del análisis político, del debate político y la crítica política. La "politización de todas las cosas" no contribuye a ese enriquecimiento. Paradójicamente, por la confusión intelectual que implica, contribuye a la despolitización.

Por lo demás, la democracia no requiere que empeñemos todo el tiempo -desayuno, comida y cena- en la política. Un buen propósito para 2013 sería devolver su riqueza y diversidad a la vida de cada nación. Cuando no todas las primeras planas sean políticas, cuando las distintas esferas de la vida alcancen las primeras planas, tendremos la certeza de vivir en una sociedad mejor.

Fuente 
www.lanacion.com.ar

viernes, 4 de enero de 2013

Sirturo: Nueva droga contra la tuberculosis.

Aparece luego de cuatro décadas sin nuevos medicamentos para esta enfermedad.


Traducción por Claudio Pairoba.

Washington (AP) – La Food and Drug Administration (NT: equivalente al ANMAT de la Argentina) aprobó el lunes un medicamento contra la tuberculosis desarrollado por Johnson & Johnson, el cual es el primero en combatir la infección mortal en más de cuatro décadas.

La agencia aprobó Sirturo, la píldora de J&J para uso con drogas más viejas en el combate contra una cepa de tuberculosos de difícil tratamiento la cual no ha respondido a otras medicaciones. Sin embargo, la agencia advirtió que la droga conlleva riesgos de problemas cardíacos potencialmente letales y que los médicos deberían prescribirla con sumo cuidado.

Se estima que aproximadamente un tercio de la población mundial está infectada con la bacteria causante de la tuberculosis. La enfermedad es rara en los EE.UU., pero mata alrededor de 1,4 millones de personas anualmente en todo el mundo. De ese número, cerca de 150.000 sucumben a las formas de la enfermedad que son resistentes a drogas, las cuales vienen en aumento. Alrededor de un 60% de todos los casos se concentran en China, India, Rusia y Europa del Este.

Sirturo, conocida químicamente como bedaquilina (nota EAC* al final), es el primer medicamento específicamente diseñado para el tratamiento de la tuberculosis multiresistente. Esta es una forma de la enfermedad que no puede tratarse con por lo menos dos de los cuatro antibióticos primarios usados para la tuberculosis.

Las drogas comúnmente usadas para combatir la enfermedad fueron desarrolladas en las décadas del 50 y el 60.

“Los antibióticos usados para tratarla han estado en uso por lo menos 40 años y de esa manera la bacteria se ha vuelto más y más resistente a lo que tenemos,” dijo Chrispin Kambili, líder de Asuntos Médicos Globales para la división Janssen de J&J.

La droga tiene una advertencia indicando que puede interferir que la actividad eléctrica del corazón, con la posibilidad de llevar a ritmos cardíacos fatales.

“Sirturo permite el tratamiento ampliamente necesitado para aquellos pacientes que no tienen otras opciones terapéuticas disponibles,” dijo Edward Cox, director de la Oficina de Drogas Antibacterianas de la FDA. “Sin embargo, dado que la droga posee algún riesgo significativo, los médicos deberían asegurarse de usarla apropiadamente y solo en pacientes que no tengan otras opciones de tratamiento.”

Nueve pacientes que tomaron Sirturo murieron en el testeo de la compañía comparados con los dos que ingirieron un placebo. Cinco de la muertes en el grupo Sirturo parecieron estar ligadas con la tuberculosis, pero no hubo explicación aparente para las otras cuatro.

A pesar de las muertes, la FDA aprobó la droga bajo su programa de aprobación acelerado, el cual le permite a la agencia admitir drogas innovadoras basándose en resultados preliminares prometedores.

La semana pasada, el grupo de defensa del consumidor Public Citizen criticó esta metodología, haciendo hincapié en las manifiestas cuestiones de seguridad de la droga.

"El hecho de que la bedaquilina sea parte de una nueva clase de drogas implica que se debería requerir un elevado nivel de exámen para su aprobación,” indicó el grupo. “Pero la FDA aún no ha respondido a la preocupación relacionada con los inexplicables aumentos en toxicidad y muerte en pacientes que la ingieren.”

La FDA manifestó que aprobó la droga basándose en dos estudios parciales que involucró a 440 pacientes que tomaron Sirturo. Ambos estudios fueron diseñados para medir cuánto les lleva a los pacientes estar libres de tuberculosis.

Los resultados de la primera prueba mostraron que la mayoría de los pacientes que tomaron Sirturo junto con drogas más viejas se curaron en 83 días, comparados con los 125 días para aquellos que tomaron placebo junto con las drogas más viejas. El segundo estudio mostró que la mayoría de los pacientes Sirturo se curaron después de 57 días.

*Nota EAC: La bedaquiline es un inhibidor de la Proton ATPasa de la bacteria. Sorprendentemente esta enzima, que ha sido intensamente estudiada, aun depara cosas desconocidas y posibilidades importantes.Ver articulo original de la droga en :
http://www.nature.com/nchembio/journal/vaop/nprelaunch/full/nchembio002.html

Fuente:
The Associated Press
Bionoticias (http://bionoticias-blog.blogspot.com.ar/)
 

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