A partir del desarrollo de esta nueva tecnología que "corta y pega" genes se
abren posibilidades impensadas para solucionar distintas situaciones. Sordera y malaria entre las cuestiones que se están abordando.
Por Claudio Pairoba*
Rodolphe Barrangou de la Universidad de Carolina
del Norte buscó, en el año 2007, solucionar el cambio de sabor de un yogurt ocasionado por una bacteria infectada con un virus (1). Allí es cuando se descubre el sistema CRISPR, zonas de ADN bacteriano
que conservan fragmentos derivados de virus que han infectado a la bacteria en
el pasado y constituyen un sistema de defensa ante nuevos ataques (2).