martes, 14 de julio de 2015

Falleció Omar Sharif

Omar Sharif, el actor nacido en Egipto que alcanzó el estrellato internacional en dos épicas de David Lean, “Lawrence de Arabia” y “Doctor Zhivago”, falleció el viernes 10 de julio. Tenía 83 años.

Sharif en "Lawrence de Arabia", la película que le dió fama mundial.
 
Sharif murió de un ataque cardíaco en un hospital en El Cairo, dijo quien fue su agente por años, Steve Kenis, a The Associated Press. El actor padeció del mal de Alzheimer.

Sharif era el máximo astro del cine egipcio cuando el director David Lean lo contrató para “Lawrence de Arabia” de 1962. Pero no era la primera opción del director para el papel de Sherif Alí, el líder tribal con quien el enigmático T.E. Lawrence se une para ayudar a liderar la revuelta contra el Imperio Otomano.

Lean ya había elegido a otro actor, pero cambió de parecer porque sus ojos no eran del color apropiado. El productor del filme, Sam Spiegel, viajó a El Cairo en busca de un reemplazo y consiguió a Sharif. Tras pasar una prueba en cámara en la que demostró que podía hablar inglés con fluidez, consiguió el trabajo.

La presentación de su personaje en la película fue imponente. Primero se lo veía a lo lejos, como una mota en la arena que se arremolinaba en el desierto. Mientras se acercaba, el público vio primero su silueta en un camello galopante, que poco a poco se transformó en una apuesta figura de ojos oscuros y una sonrisa de dientes separados.

La cinta le mereció una nominación al Oscar al mejor actor de reparto y fama mundial.
Tres años después, Sharif demostró su versatilidad en el papel principal de un doctor y poeta que atraviesa acontecimientos de historia rusa que incluyen la Primera Guerra Mundial y la Revolución Bolchevique, sobreviviendo con su arte y su amor por su adorada Lara en “Doctor Zhivago”.



La adaptación de Lean de la novela de Boris Pasternak tuvo un comienzo inestable en su primer estreno en Estados Unidos. La asistencia fue escasa y las reseñas fueron negativas.

Luego que MGM la retiró de los teatros y Lean reeditó el desgarbado relato, la cinta se reestrenó y se convirtió en un éxito de taquilla. Aun así, Sharif nunca pensó que llegó a ser tan buena como pudo.
“Es sentimental. Demasiada de esa música”, dijo una vez en referencia a la exquisita partitura del compositor ganador del Oscar Maurice Jarre.

Aunque Sharif nunca volvió a disfrutar del mismo éxito, siguió siendo un actor solicitado durante muchos años, en parte por su capacidad de interpretar distintas nacionalidades.

Dio vida al revolucionario argentino Ernesto “Che” Guevara en “Che!”, al italiano Marco Polo en “Marco Polo el magnífico” y al líder de Mongolia Genghis Khan en “Genghis Khan”. Fue un oficial alemán en “La noche de los generales”, un príncipe austriaco en “Mayerling” y un bandolero mexicano en “El oro de Mackenna”.

También hizo del apostador judío Nick Arnstein en “Funny Girl”, coestelarizada por Barbra Streisand. La película de 1968 fue prohibida en su natal Egipto porque hacía el papel de un judío.

Como un actor de mediana edad, apareció en filmes como “La pantera rosa ataca de nuevo”, “Oh Heavenly Dog”, “The Baltimore Bullet” y otras que desestimó como “basura”.

La sequía duró tanto que al final, comenzando a fines de los 90, Sharif comenzó a rechazar todas las ofertas que recibía para hacer cine.

“Perdí el respeto por mí mismo y la dignidad”, le dijo a un reportero en el 2004. “Hasta mis nietos se estaban burlando de mí. ‘Abuelo, eso estuvo bien mal. ¿Y esta? Peor'”.

En el 2003 aceptó un papel en la película francesa “Monsieur Ibraham”, interpretando a un comerciante musulmán en París que adopta a un niño judío.

Por este papel ganó un premio César, el equivalente francés del Oscar, y luego apareció en “Hidalgo”, un alegre western protagonizado por Viggo Mortensen. En éste hacía de un jeque del desierto que se bate a un duelo de espadas con 11 asaltantes. Su carrera se reencaminó.

Sin embargo, en el 2007 sufrió una vergüenza pública cuando presentó una declaración de nolo contendere a un cargo menor de agresión y se le ordenó que se sometiera a un curso de manejo de la ira por haberle dado un puñetazo a un aparcacoches que se negó a aceptar un pago en moneda europea.

Nacido Michael Shalhoub en Alejandría, Egipto, Sharif fue hijo de padres sirios-libaneses.

Tras trabajar tres años en la compañía maderera de su padre, alcanzó su antiguo sueño de convertirse en actor de cine, y apareciendo en casi una docena de cintas egipcias bajo el nombre de Omar el Sharif.

Su fama sólo se incrementó cuando se casó con la reina del cine de Egipto, Faten Hamama, en 1955. Tuvieron un hijo, Tarek, antes de divorciarse en 1974.

En el 2004 Sharif admitió que había tenido otro hijo, producto de una relación de una noche con una entrevistadora.

Lejos del cine, Sharif fue un jugador de bridge de primera categoría que por muchos años escribió una columna en un diario sobre bridge. Abandonó el juego en los últimos años, empero, cuando dejó las apuestas.

Había sido un prodigioso apostador, que según reportes ganó una vez un millón de dólares en un casino italiano. Tras perder un monto sustancial en un casino de París en el 2003, insultó a un croupier y se le ordenó que se fuera del lugar. Cuando se negó a hacerlo, fue echado y le propinó un cabezazo a un policía durante una pelea subsiguiente. Le impusieron una multa de 1.700 dólares y se le dio una sentencia suspendida de un mes.

Sharif pasó la mayor parte de sus últimos años en El Cairo y en el Royal Moncean Hotel en París.

“Cuando uno vive solo y no es joven, es bueno vivir en un hotel”, le dijo a un reportero en el 2005. “Si te sientes solo, puedes bajar al bar. Conozco a toda la gente que trabaja aquí y que viene con regularidad. Te arreglan la habitación, y no tienes que preocuparte por nada“, dijo. “Si sientes cualquier cosa, en términos de salud, puedes llamar al conserje y decirle que te llame a todas las ambulancias de París”. (AP)

Fuente

miércoles, 8 de julio de 2015

Flash del 81


Ciencia, cine, música, se entrelazan formando una colorida realidad, recordándonos que la ciencia forma parte integral de nuestra cultura.





Corría 1981 cuando Dudley Moore llega a las pantallas con "Arthur”, la película sobre un insufrible millonario que logra ser rescatado de su monótona vida por una, todavía fresca Liza Minelli. Imposible no mencionar al gran actor británico John Gielgud, de sólida formación teatral interpretando Shakespeare y compañero de Lawrence Olivier en sus años de formación actoral. Gielgud ganó un Oscar como mejor actor de reparto, interpretando al mayordomo de Arthur.

La banda de sonido tuvo canciones inolvidables como “Fool me again” (Engáñame otra vez) interpretada por la juvenil y encantadora Nicolette Larson. Sí, la misma que en 1978 había lanzado el hit “Lotta love”, infaltable en las épocas en que todavía se bailaba lento.


1981 fue un año con gran cantidad de estrenos en el cine nacional. Hubo de todo como en botica: películas de Enrique Carreras (“Ritmo, amor y primavera”), Fernando Siro (“Las vacaciones del amor” del grupo de películas que incluía a las infartantes de los ’80. Monica Gonzaga obviamente incluída), y del recientemente fallecido Sergio Renán (“Sentimental”). También fue el año de estreno de “De la misteriosa Buenos Aires”, película dividida en tres segmentos a cargo de distintos directores (Fischerman, Wullicher y Barney Finn), y basada en el cuento de Manuel Mujica Lainez.

Otros estrenos incluyeron “Momentos”, de la pionera MaríaLuisa Bemberg y “Los viernes de la eternidad” de Héctor Olivera. Esta última con un elenco multiestelar encabezado por Thelma Biral, Hector Alterio y Susana Campos.

En ciencia, los avances se centraban en la espectroscopía (Premio Nobel de Fisica compartido), reacciones químicas (Premio Nobel de Química compartido), hemisferios cerebrales y sistema visual (Premio Nobel de Fisiología o Medicina compartido). El Nobel de Literatura era otorgado a Elias Canetti, escritor búlgaro autor de libros (“La comedia de la vanidad”, “La torre de Babel”)  y obras teatrales (“El casamiento”, “Sus dias están contados”). Su escritura estuvo profundamente influenciada por la riqueza de idiomas a la cual estuvo expuesto desde niño.


Fuentes

sábado, 4 de julio de 2015

Entrevista Fatima Solomita y Fernando Oliva: Primer Congreso Nacional de Arte Rupestre. Segunda Parte.

Luego de contarnos sobre arte rupestre, los investigadores se adentran en distintos aspectos del Primer Congreso Nacional de Arte Rupestre realizado en Rosario.

Olivia y Solomita nos cuentan sobre la historia de congresos organizados por la FHyA (Foto: C. Pairoba)


¿Quiénes organizaron el Primer Congreso Argentino de Arte Rupestre (AR)?
Fátima Solomita:
El congreso fue organizado por el Centro de Estudios Arqueológicos Regionales dirigido por Fernando Oliva, el Centro de Estudios de Arqueología Histórica dirigido por Ana Maria Rocchietti y del cual soy integrante y la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario.

Tuvimos conferencistas extranjeros de Chile, Uruguay, Perú y Cuba. Hubo una gran presencia latinoamericana. Carlos Aschero, presidente del congreso es una figura muy importante dentro del AR. Los conferencistas incluyeron a Racso Fernández Ortega (Cuba), Lautaro Nuñez Atencio (Chile), Cristóbal Campana (Perú) y Mario Consens (Uruguay).

La convocatoria fue amplia con gran cantidad de gente que asistió y presentó trabajos. Hubo gran cantidad de público en las conferencias, con público adicional a los que habían presentado trabajos. Tuvimos más de 200 trabajos, representando a todas las zonas de la Argentina, donde hay centros de investigación que se dedican al AR.

Fernando Oliva: Fue el primer congreso junto a todos los especialistas. El 99% de los colegas que están trabajando en el tema participaron del congreso. El encuentro se hizo a través de la facultad y con el apoyo explícito de la gestión del Rector Darío Maiorana. Tuvimos apoyo a nivel de Rectorado, a nivel de la facultad, la participación de los centros de estudios y algunas instituciones a nivel nacional.

Hubo exposiciones y el congreso se transformo en un evento latinoamericano. Fue trabajoso en la primera etapa pero para la coordinación de las mesas se convocó a especialistas de primera línea de diferentes lugares del país. Eso garantizó el éxito del congreso.

¿Cuál es la historia de Rosario en cuanto a la organización de este tipo de congresos?
FO:
El Primer Congreso Nacional de Arqueología se hizo aquí, en Rosario en la década del 60. También se hicieron los primeros congresos de Arqueología Histórica, de Arqueometría, de la Región Pampeana Argentina, y de Arte Rupestre Nacional. Ahí tenés 5 congresos que la comunidad arqueológica históricamente en la Facultad de Humanidades y Artes viene organizando como primeros congresos. Son congresos pioneros de líneas de investigación que después siguen. Por ejemplo, ya llegamos a la edición número 18 del Congreso Nacional de Arqueología.

Siempre hemos sido muy resolutivos para este tipo de cosas. A pesar de que dentro del campo de la Antropología la Arqueología es como una hermanita menor, considerando que en términos académicos, esta disciplina ha generado muchísimo sustrato dentro del campo de la Antropología. Esta es una discusión vieja.
Hay una tradición dentro del campo de la Arqueología en la Facultad de Humanidades y Artes con respecto a este tipo de eventos, un espíritu de convocatoria muy importante sobre la comunidad rosarina. Este es un dato interesante respecto de la confiabilidad de Rosario como sede y pionera. Acá se genera un clima bastante crítico con muchas ideas y generación de muchos proyectos de investigación. Rosario tiene un potencial muy grande con respecto a la Arqueología a nivel nacional. De hecho, grandes investigadores han trabajado históricamente desde esta universidad.

Al ser el primer congreso nacional, debe haber habido una tensión especial.
FS:
En realidad, no se esperaba tanta convocatoria de gente. Apostábamos por unas 60-70 personas por ser un campo tan especializado. Nos sorprendió la cantidad de trabajos que se presentaron y también la cantidad de gente que vino, además de enviar el trabajo.

FO: Estamos muy sorprendidos y ahora dedicados a toda la parte editorial. Este año va a salir una publicación vinculada con el tema del congreso.

FS: Los que presentaron poster pueden presentar un trabajo ampliado y los que presentaron ponencia pueden presentar un artículo. La idea es publicar un libro, con mejor calidad dado que al ser sobre AR la calidad en imágenes tiene que ser muy buena. La convocatoria aún está abierta hasta mediados de abril. Después viene la etapa de evaluación de los trabajos por un comité científico y finalmente entraría en la fase de edición. Esperamos tenerlo en imprenta para septiembre.

¿En qué lugar físico se desarrolló el congreso?
FS: Los nueve simposios simultáneos se hicieron en la Facultad de Humanidades y Artes. Las conferencias magistrales se realizaron en el Espacio Cultural Universitario donde también hubo dos exposiciones museológicas. Una del Museo de la Escuela de Antropología, con piezas de Alamito y la otra muestra que era del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL) y de la universidad. Esta última con infografías bajo el título “Arte rupestre en la Argentina”. Ahí tenías diferentes sitios dentro de la Argentina y las imágenes más representativas de cada uno de esos lugares.

FO: Es importante destacar el apoyo del Rectorado y las autoridades de la facultad. El congreso sirve para que tanto graduados, profesores y estudiantes tengan la conciencia de que se pueden hacer determinadas cosas y de empezar a generar intercambio. De saber que uno está en capacidad de hacer determinado evento. Creo que es lo más importante en cuanto a lo académico.

FS: El viaje y la estadía de los conferencistas estuvo a cargo de la Universidad Nacional de Rosario. Si no, no hubiésemos podido traerlos. No fue un gasto menor.


¿Cuándo es el próximo congreso?
FS: El próximo se hace en 2016 en Río Cuarto.


FO: Hubo una votación para decidir si se repetía en dos o tres años. Creíamos que lo mejor era cada tres años pero ganó la opción de hacerlo cada dos. Había un clima muy festivo, de “que lástima que se acaba”. La gente estaba muy contenta. Las conferencias estaban siempre llenas. Fue muy intenso ya que se arrancaba a las 8 de la mañana hasta las 18-19 hs. Después las conferencias desde las 19:30 hasta las 21 hs. Pero siempre lleno.


Como no había algo sobre la temática de AR, fue un primer encuentro. Nos permitió intercambiar opiniones con gente que trabaja en otras líneas.

A TÍTULO PERSONAL
Fatima Sodomita
Lic. En Antropología
Docente en la Facultad de Cs. Exactas, Ingeniería y Agrimensura con proyectos en Facultad de Humanidades y Artes
Secretaria General del Primer Congreso Nacional de Arte Rupestre – Rosario, 10 al 12 de septiembre de 2014

Fernando Oliva
Profesor de Arqueología Americana y Argentina
Director del Centro de Estudios Arqueológicos Regionales – Facultad de Humanidades y Artes – Universidad Nacional de Rosario

Cliquee aquí para leer la primera parte de esta entrevista.

miércoles, 1 de julio de 2015

20 Things You Didn't Know About... The Periodic Table

How it started, how it's like solitaire, how to fold it, and how it ends.

periodic-table
Lawrence Berkeley National Lab


1  You may remember the Periodic Table of the Elements as a dreary chart on your classroom wall. If so, you never guessed its real purpose: It’s a giant cheat sheet.

2  The table has served chemistry students since 1869, when it was created by Dmitry Mendeleyev, a cranky professor at the University of St. Petersburg.

 With a publisher’s deadline looming, Mendeleyev didn’t have time to describe all 63 then-known elements. So he turned to a data set of atomic weights meticulously gathered by others.

4  To determine those weights, scientists had passed currents through various solutions to break them up into their constituent atoms. Responding to a battery’s polarity, the atoms of one element would go thisaway, the atoms of another thataway. The atoms were collected in separate containers and then weighed.

 From this process, chemists determined relative weights—which were all Mendeleyev needed to establish a useful ranking.

6  Fond of card games, he wrote the weight for each element on a separate index card and sorted them as in solitaire. Elements with similar properties formed a “suit” that he placed in columns ordered by ascending atomic weight.

7  Now he had a new Periodic Law (“Elements arranged according to the value of their atomic weights present a clear periodicity of properties”) that described one pattern for all 63 elements.

 Where Mendeleyev’s table had blank spaces, he correctly predicted the weights and chemical behaviors of some missing elements—gallium, scandium, and germanium.

 But when argon was discovered in 1894, it didn’t fit into any of Mendeleyev’s columns, so he denied its existence—as he did for helium, neon, krypton, xenon, and radon.

10  In 1902 he acknowledged he had not anticipated the existence of these overlooked, incredibly unreactive elements—the noble gases—which now constitute the entire eighth group of the table.

11  Now we sort elements by their number of protons, or “atomic number,” which determines an atom’s configuration of oppositely charged electrons and hence its chemical properties.

12  Noble gases (far right on the periodic table) have closed shells of electrons, which is why they are nearly inert.

13  Atomic love: Take a modern periodic table, cut out the complicated middle columns, and fold it once along the middle of the Group 4 elements. The groups that kiss have complementary electron structures and will combine with each other.

14  Sodium touches chlorine—table salt! You can predict other common compounds like potassium chloride, used in very large doses as part of a lethal injection.

15  The Group 4 elements (shown as IVA above) in the middle bond readily with each other and with themselves. Silicon + silicon + silicon ad infinitum links up into crystalline lattices, used to make semiconductors for computers.

16  Carbon atoms—also Group 4—bond in long chains, and voilà: sugars. The chemical flexibility of carbon is what makes it the key molecule of life.

17  Mendeleyev wrongly assumed that all elements are unchanging. But radioactive atoms have unstable nuclei, meaning they can move around the chart. For example, uranium (element 92) gradually decays into a whole series of lighter elements, ending with lead (element 82).

18  Beyond the edge: Atoms with atomic numbers higher than 92 do not exist naturally, but they can be created by bombarding elements with other elements or pieces of them.

19  The two newest members of the periodic table, still-unnamed elements 114 and 116, were officially recognized last June. Number 116 decays and disappears in milliseconds. (Three elements, 110 to 112, were also officially named earlier this month.)

20  Physicist Richard Feynman once predicted that number 137 defines the table’s outer limit; adding any more protons would produce an energy that could be quantified only by an imaginary number, rendering element 138 and higher impossible. Maybe.

Source

sábado, 27 de junio de 2015

Cómo funciona el método científico

Hemos hecho de la ciencia la base de nuestro conocimiento. Pero ¿por qué nos fiamos del método científico? Permitidme que os lo explique en las siguientes líneas.

el método científico

Por César Noragueda


Antes de que apareciera una corriente proclive a la ciencia en la Jonia del siglo VI antes de Cristo, que se hundió por obra y gracia de los místicos hasta el Renacimiento del XV d. C., con algunos momentos de esplendor intermedio como en la Alejandría de los seis siglos que siguieron al III a. C., y que no se desarrolló más satisfactoriamente hasta la revolución científica del XVII en adelante, el conocimiento que se tenía por seguro se basaba en la autoridad de instituciones ancestrales y supuestos sabios y unas ideas prácticamente sin verificación. Pero eso cambió gracias al empuje de personas que antepusieron la racionalidad y el mayor rigor intelectual a los prejuicios, la imaginación sin control y la tranquila y perniciosa ignorancia de la vaca.

 

Por qué la ciencia

A la ciencia como conocimiento fiable y su escrupuloso método para conseguirlo no se llegó azarosamente, sino por necesidad, porque requeríamos un sistema que nos pudiese dar seguridad en la obtención del saber, para no dudar de que algo que consideramos cierto o falso realmente lo sea; aunque, en verdad, ponerlo en duda es uno de los procedimientos principales de la ciencia.

"La ciencia es lo que nos hace ver y comprender el mundo más allá de nuestras propias limitaciones"

La razón de esta necesidad no es otra que nuestro propio cerebro, que no viene preparado de serie para eludir todos los errores de lógica, sesgos ideológicos y de popularidad en que somos capaces de caer (más bien, justo lo contrario), y nuestras limitaciones de percepción, puesto que no advertimos ni distinguimos todo lo que tenemos a nuestro alrededor y nos hacen falta instrumentos para ello, es decir, tecnología, que es una de las consecuencias directas de la aplicación del método científico.

El grado de rigor intelectual preciso para poseer una mente absolutamente racional y escéptica que separe por completo el grano de la paja, incluso para las más cultivadas y que mejor ejerciten una disciplina cerebral, es inalcanzable para cualquiera de nosotros. Por eso necesitamos la ciencia, porque nos hace ver y comprender el mundo más allá de nuestras propias limitaciones.

 

La dinámica científica

el método científico


El trabajo científico no es el que realizan sabios individuales, sino el de toda una comunidad dedicada a ello; olvidémonos, pues, del argumento de autoridad, que es una falacia. Los científicos llevan a cabo un experimento o una serie de experimentos con pruebas de doble ciego y construyen una hipótesis, y no basta con que expongan sus conclusiones para que estas sean una verdad y ni mucho menos aceptada por todo el mundo, sino que le piden al resto de la comunidad científica que comprueben si están en lo cierto, que traten de encontrar errores o detalles de los que no se hayan percatado e incluso de demostrar su falsedad: si cuatro ojos ven más que dos, cientos ven más que cuatro.

El trabajo científico no es el que realizan sabios individuales, sino el de toda una comunidad 

Distintos científicos, probablemente menos implicados emocionalmente en el asunto que se investiga y en la propia investigación, repiten los experimentos y analizan y comparan los datos obtenidos. Porque cualquier materia o afirmación que pretenda ser científica debe poder reproducir sus experimentos y, así, dar la posibilidad de ser refutada por alguien ajeno al esfuerzo realizado. De otro modo, resulta imposible demostrar nada: si alguien asegura que ha encontrado un nuevo elemento químico, por ejemplo, debe facilitar que sus colegas comprueben que su composición es del todo distinta a la de los que ya conocemos; si alguien dice que ha hallado una vacuna muy eficaz para cualquier enfermedad infecciosa grave que carecía de ella, tiene la obligación científica de permitir que otros reproduzcan las pruebas clínicas que le han conducido a tan estupenda declaración.

Cuando los medios de comunicación nos cuentan que tales investigadores de tal universidad han descubierto tal cosa, su investigación sólo se encuentra en una de las etapas del trabajo científico: otros compañeros de su profesión serán los encargados de comprobar la veracidad de sus afirmaciones; y si, tras una minuciosa criba y una buena revisión por pares, se mantienen en pie, se publicarán en revistas científicas de referencia y podremos decir que hemos añadido una pieza más al conocimiento que tenemos del mundo. Pieza que, según lo que vamos averiguando, quizá sea reformulada más adelante para conseguir una mayor precisión en el entendimiento de su ámbito.

Sin el método científico, permaneceríamos ciegos a las realidades del cosmos 

Y a pesar de todas nuestras precauciones, a veces se nos cuelan propuestas pseudocientíficas, lo cual demuestra que, si con el método científico y el trabajo conjunto ya tenemos que ir con cautela, permaneceríamos prácticamente ciegos a las realidades del cosmos si no contásemos con él. Así que alegrémonos de poder utilizarlo.

Fuente

miércoles, 24 de junio de 2015

Las otras víctimas del Titanic, las de cuatro patas

Las víctimas menos conocidas de uno de los naufragios más famosos de la historia.

 

Por Javier Sanz


Como todos sabéis, el transatlántico británico Titanic, el mayor barco del mundo en el momento de su botadura, se hundió en la madrugada del 14 al 15 de abril de 1912 durante su viaje inaugural desde Southampton a Nueva York. En el hundimiento murieron 1.514 personas de las 2.224 que iban a bordo, lo que convierte a esta tragedia en uno de los mayores naufragios de la historia ocurridos en tiempo de paz. Esta es la historia de las otras víctimas… las de cuatro patas

Aquel fatídico día, además de las 2.227 personas también había a bordo 12 perros, todos pertenecientes a pasajeros de primera clase. Sólo los tres que iban con sus dueños en los camarotes -dos Pomerania y un Pekinés- consiguieron sobrevivir al subir a los botes en brazos de sus dueños. El resto, que iban en las bodegas, murieron.
 
Ninguno de los tres que figuran en la fotografía sobrevivieron, pero el Gran danés tiene su propia historia. Ann Elizabeth Isham, su propietaria, consiguió subir a uno de los botes salvavidas, pero cuando le informaron que su perro era muy grande para subir al bote, ya que por su tamaño ocupaba el lugar de una persona, saltó del bote y se dirigió a la bodega. Pocos días después del naufragio, un barco de rescate encontró el cuerpo de Ann abrazado a su perro.
 
¿Y no había ningún gato? Sí y no. No es de extrañar la presencia de gatos en los barcos, ya que fueron fundamentales para mantener a raya a los “malditos roedores”. Cuenta la leyenda que había una gata en el Titanic, llamada Jenny, que consiguió salvarse… ¿el sexto sentido de los animales? Mulholland, uno de los fogoneros del Titanic, se encargaba de cuidar y alimentar a Jenny… y a la camada que acababa de tener. Cuando el barco llegó a Southampton, procedente del astillero de Belfast donde fue construido, Jenny desapareció misteriosamente. Finalmente, Mulholland la descubrió caminando por los amarres sacando a sus gatitos del barco uno a uno. Para un hombre supersticioso como Mulholland, aquello no era un buen presagio y decidió abandonar el barco y enrolarse en un carguero. Jenny había salvado su vida, la de su camada… y la de Mulholland.


Fuente

sábado, 20 de junio de 2015

El idiota equidistante (o “de la irresponsabilidad de los medios”)

Una interesante visión del blogger Santiago Campillo Brocal sobre dos temas candentes: vacunas y "las dos campanas".  


 Por Santiago Campillo Brocal

Aunque tengo una lista considerable de artículos que terminar (unos 27 apuntados, creo), no he podido evitar despejarlo todo para hablar sobre un tema que me parece esencial. La equidistancia, palabra que me gustaría acuñar para definir una actitud muy irresponsable, poco ética y dañina por parte de los medios de comunicación. Una actitud que necesitamos denunciar para que no se repita más. En la era de la información, la desinformación es reina. Además creemos que lo más ético y justo es escuchar a todo el mundo por igual. Y esto es falso.

Vamos a ponernos en antecedentes, por si alguien todavía anda perdido. Hace unos días saltaba a los titulares una noticia espantosa: un niño de Olot se había contagiado de difteria, una enfermedad que se consideraba erradicada en España desde hacía 28 años. El pequeño de 6 años diagnosticado con difteria a estas alturas todavía anda ingresado con pronostico estable. Pero las secuelas que sufrirá, incluyendo la estigmatización de su familia y la merma de su salud serán considerables. Y todo porque sus padres, muy desinformadamente decidieron no vacunar a su hijo. La enfermedad, que había desaparecido virtualmente, se llevaba a miles de personas por delante hace poco más de 70 años. La razón de que no se hubiese dado ni un solo caso más de difteria desde 1986 u 87 se debe principalmente a la vacunación masiva que se realiza a los niños junto a la vacuna antitetánica y contra la tos ferina. Un solo caso de difteria, debido a nuestra situación de “limpieza” supone tener que revacunar, como medida preventiva, a los más de 150 contactos que tuvo el niño hasta que se identificó la enfermedad. Además, el propio niño se ha encontrado en estado muy grave. A estas alturas, los padres se han vacunado como refuerzo y han vacunado a su otro hijo por precaución.

"La difteria era un enfermedad erradicada totalmente en España"

El error de la desinformación

Aunque es cierto que los últimos culpables de este suceso son los padres, en mi humilde opinión no veo justo cargarles con todas las consecuencias del acto. Me explico: estos padres han sido víctimas de la desinformación. Por supuesto, han sido víctimas voluntarias. Pero víctimas. ¿Y quién tiene la culpa de esta desinformación? Es un problema muy complejo, la verdad. En primer lugar, el ruido que hacen los absurdos colectivos antivacunas. En ellos se mezcla la fantasía con alguna preocupación legítima (aunque irrisoria en comparación con el beneficio), aderezada de conceptos mal entendidos e intereses económicos por parte de unos pocos malnacidos (sí, si te sientes ofendido, probablemente esté hablando de ti) que se aprovechan del miedo genuino de la gente.
Esto NO es Corynebacterium diphtheriae. Son enterobacterias cualquiera.
Esto NO es Corynebacterium diphtheriae. Son enterobacterias cualquiera.

Por otro lado, para apoyar a estos colectivos está la dificultad de entender conceptos biológicos y médicos. Los seres humanos tendemos a usar la lógica cuando, en muchas ocasiones, la lógica no tiene nada que ver con la evidencia científica. Esto provoca malentendidos disfrazados de tecnicismos e ideas que parecen legitimas. Y alimentan el dichoso miedo. La gran mayoría de las personas que están en contra de la vacunación no lo hacen por inconsciencia. Todo lo contrario, se creen genuinamente informados. Lo que no saben es que en realidad están malinformados. Y eso se debe a la dificultad de trabajar la información en un 70% o más. Aquí es donde los medios de comunicación juegan su papel más importante. Y más aún, es donde comenten su mayor y peor error.

 

La falacia de la equidistancia

Existen muchos errores por los cuales los medios de comunicación profesionales hacen mal su trabajo. La gran mayoría es por la comodidad, la velocidad, la exclusividad y, como no, por la falta de profesionales preparados para trabajar la información adecuadamente. Pero hoy quiero hablar de un error aún más sutil y grave. Grave porque tiene fácil solución. Hablo, como imagináis de la equidistancia.

En el mundo en el que vivimos creemos que todo el mundo tiene derecho a expresar su opinión con la misma oportunidad de ser respetado y escuchado. Por tanto, en un debate abierto, tienen la misma oportunidad de exponer su punto de vista dos frentes opuestos. Esto es cierto siempre que haya debate. Y para haber debate tiene que haber razones para que lo haya. Cuando la evidencia demuestra que un hecho es falso, si encima este hecho puede suponer un peligro para la salud pública, el debate deja de existir.


"La gente se cree genuinamente bien informada, lo que muchas veces es falso"

Con esto quiero decir que porque una minoría opine una cosa sin aportar la más mínima evidencia de tener una razón para apoyar su opinión debería estar fuera de juego. Automáticamente. En el tema de los antivacunas, en concreto, decir que las vacunas son malas y su administración debería estar sujeta a libre elección es falso. Por su parte, los medios de comunicación, están haciendo un trabajo funesto al tratar de ofrecer un debate equidistante y falaz. No puedes darle la misma voz en un programa público a un doctor con unos argumentos que lo respaldan y a una señora (o señor, o arbol, o piedra) que trata de defender sus argumentos totalmente erróneos y sin respaldo científico. Porque esto confunde a la sociedad. Es una irresponsabilidad solo digna de un idiota.

 

Razones para no ser equidistante

Hablando en concreto de los medios de comunicación, existen tres razones clarísimas para dar opción a la equidistancia. En concreto:

 

No tienen la misma validez de argumentación

La sociedad médica, la OMS y otras entidades de rigor ofrecen pruebas, estudios, estadísticas… información de sobra en cantidad y calidad que apunta a la validez de las vacunas. Qué digo validez, al beneficio que le ha hecho a la humanidad desde los tiempos de Jenner. Por el contrario, los colectivos antivacunas presentan estudios que han sido reiteradamente demostrados como falsos, mal diseñados o con resultados negativos. El único argumento con el que salen tras esto es el argumento del miedo: que si la industria farmacéutica, que si el desconocimiento, que si los efectos secundarios, que si nos controlan. ¿Les vamos a dar el mismo peso? Por favor, ¿En qué sociedad queremos vivir, en una libre y sana, feliz o una sometida al miedo?

 

Dar igual valor a ambas “opiniones” no es ético

En primer lugar, crees que haces lo correcto porque estás escuchando las dos partes. Pero lo cierto es que estás ridiculizando el trabajo de los investigadores y médicos que han pasado años estudiando, comprobando y midiendo una información para ti. Lo haces al darle el mismo peso que el de una persona que ha leído cuatro conceptos, dos papers mal hechos y tiene una idea iluminada que en su cabeza cobra sentido. Pero no ha tenido los redaños de contrastar adecuadamente la información, porque eso cuesta tiempo, esfuerzo y humildad. Aunque esta persona sea un médico o un biólogo o lo que sea. El título no hace a la razón. Lo hacen los datos. Tampoco es ético considerar una opción que es manifiestamente dañina para los que te rodean. Sobre todo cuando tienes datos para saberlo. Tampoco es ético considerar ambas opiniones, porque como te decía, no lo son. Una es una opinión. La otra es un hecho, así que valóralo como quieras, estás en tu derecho. Pero hazlo personalmente, nunca como un medio de comunicación. Ahí estás tomando una actitud casi criminal.

 

Desinformas y haces daño a la gente

Sí, como suena. Nadie duda del poder de los medios de comunicación. Convencen, hacen que compres una marca, tomes una cosa por la mañana o dejes de ir a un lugar. Conociendo dicho poder, si eres un medio de comunicación ¿cómo te atreves a no pensar dos veces si tu situación equidistante es justa o no? Tratar con el mismo valor una opinión y un hecho pueden convencer a la gente de que son igualmente válidas. Y una de las opciones, tal y como muestra el hecho, puede ser terriblemente perjudicial. ¿De verdad tienes ganas de vender tu idea o tu imagen a costa de la salud de la gente? Tu misión y responsabilidad como medio de comunicación es transmitir una información veraz y útil a la sociedad. Con la equidistancia te acabas de pasar ambas cosas por el forro, felicidades.

 

El poder de los medios

Esta crítica no me la he sacado de la manga, como comprenderéis. Ayer, mientras en cadenas como Antena 3 explicaban la situación desde un punto de vista crítico, informativo y claro, cadenas como la primera de TVE trataban de ponerse en un irresponsable punto equidistante. Una televisión pública poniendo en peligro la salud de los telespectadores españoles, como en muchas otras ocasiones. Ya no me cabe la decepción dentro del cuerpo. Pero, es más, incluso Agencia EFE trataba una horrible noticia en donde se exponían las ridículas dudas de los antivacunas (me refiero a las dudas verdaderamente ridículas) como si fueran hechos igualmente evaluables. Otras cadenas, radios y periódicos hacían un tanto de lo mismo, con más o menos equidistancia.


"Todos los medios deberían estar unidos y a una con el consenso médico"

Pero no, señores. Lo están haciendo mal; muy mal. Aquí todo director de programa, cadena, magazine o periódico debería estar unido y a una con lo que dice el consenso científico, médico y europeo: las vacunas son un bien común para la humanidad. Salvan vidas y mejoran nuestra calidad de vida. Poner al mismo nivel a una persona que cree que la difteria desapareció por arte de magia es una irresponsabilidad mayúscula que debería ser suficiente para pedir dimisiones. Así que espero que cambien, porque en sus manos está gran parte del poder de cambiar España para que deje de ser el país hazmerreir de incultos que parece que somos. Y si esa razón no les vale, piensen en la salud de los demás. Que no a todo el mundo le abunda.
  • NOTA: Dicho esto, espero que el niño se recupere felizmente y esto solo quede en un susto. Todo mi apoyo va para la familia, independientemente de cualquier otra cosa.

Fuente
http://caramelosblog.es/2015/06/vacunas-difteria/

El conocimiento como bien de exportación

Tres especialistas analizan las perspectivas de los servicios basados en el conocimiento (SBC), un sector en constante crecimiento en la Arg...