Graduada como bioquímica, Lelia Orsaria siguió un camino que la llevo a ser vinculadora tecnológica. El interés y la búsqueda de su vocación como motor para transitar nuevos caminos.
Por Claudio Pairoba*
Como estudiante avanzada de bioquímica en la Universidad Nacional del Litoral, Lelia Orsaria pensaba que trabajaría en un laboratorio clínico. Hasta que un cartelito colgado en una pared cambiaría su vida. La oportunidad de hacer investigación en un laboratorio rosarino comenzó un derrotero que la llevaría por distintas etapas de una rica formación. Comenzando a trabajar en genética de plantas en el Centro de Estudios Fotosintéticos y Bioquímicos (CEFOBI) en la década del 80, Lelia se preocupó por tener una buena formación y estar atenta a su vocación. Luego de doctorarse en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR) trabajando en bacterias de aplicación industrial, se fue formando en distintas áreas. Así llega al GTEC, programa del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación, destinado a formar vinculadores tecnológicos siendo la primera graduada en la Universidad Nacional del Litoral. Esta instancia terminó de marcar la vocación de Lelia, quien buscaba desempeñarse en la intersección entre ciencia y producción. Actualmente se desempeña en el IBR, espacio que siempre la acompañó en sus propuestas e intereses.
Convencida en concentrarse más en los recorridos que en los destinos, Lelia rescata la libertad que tuvo de sus superiores para explorar nuevos caminos y resalta la importancia de la autonomía en los espacios laborales. Reproducimos parte de sus comentarios recordando que la entrevista completa puede encontrarse en mi canal.
Los países se desarrollan con trabajo y solidaridad. Si podemos generar conocimiento desde la parte científica, tenemos que ser solidarios y trabajar con la industria la cual necesita del sistema científico. Mi trabajo es conectarlos y me fascina. También estoy muy agradecida al programa VICYTEP, lanzado en 2022 por la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la provincia de Santa Fe y destinado a crear la red de vinculadores provinciales. Allí fui seleccionada por mi proyecto para trabajar con el parque industrial de Alvear, la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Rosario y con el Centro Tecnológico Censabella. O sea que pasé por la genética de plantas y humana, por la microbiología y terminé trabajando con el sector metalúrgico de Rosario. Entonces, la cuestión es: ¿un título condiciona a una persona definitivamente? En mi caso, y en muchos otros, no. Creo que lo que condiciona a una persona es no tener ganas de mejorar y avanzar. Este es mi mensaje para las nuevas generaciones. Para que sean optimistas, estudien y se formen. Se necesitan vinculadores tecnológicos, gente que escriba buenos proyectos y gente que se dedique a la propiedad industrial. Somos muy pocos los que hacemos vigilancia tecnológica y propiedad industrial. Ahí hay fuentes laborales para los más jóvenes. Biotecnólogos, médicos, bioquímicos e ingenieros industriales pueden hacer propiedad industrial o vinculación tecnológica.
¿Qué debe tener un vinculador tecnológico?
Para ser buen vinculador hay que ensuciarse los zapatos, ir a la empresa, ponerse casco y conocer sus procesos. Cuando uno va conociéndolos ahí entra el vinculador a resolver. La vinculación no se hace llevando a una empresa una valijita con ofertas para decir “Tenemos esto”. La vinculación se hace caminando las empresas y conociendo sus problemáticas que son muy diversas en este país.
Esto es un ecosistema. Los vinculadores necesitan ver el bosque, porque si no, no se puede vincular. Yo tenía un profesor que decía que no es importante saber todo. Lo importante es tener en el celular una buena agenda con los especialistas y saber a quién llamar. Y de hecho eso es lo que se hace ya que hoy se trabaja en redes.
Lelia visitando una de las empresas con las que ha trabajado |
Viendo el bosque
Siempre tenemos que ver el bosque. Si una empresa me pide hacer un plan de negocios yo no lo voy a hacer porque soy muy rudimentaria en ese tema. Lo que tenemos que identificar es si el problema es ese o es otro.
Obviamente que también necesitamos del científico que desentraña todo el conocimiento. O sea que no recomiendo que todos hagan lo que yo hice. El ir saltando de un tema a otro me sirvió para ver el bosque. Porque si no, sería una bioquímica que solo sabe hablar de ese tema.
De allí la importancia de la red de vinculadores de la provincia.
Así es. En esa red somos unos 30 profesionales especializado cada uno en un tema. Hay uno en la cadena del mueble, otro en la metalurgia, otro en la lechería, etc. Si viene alguien con un problema en un tema que no manejo lo charlo con el especialista y se trabaja desde allí. Lo importante es identificar y derivar.
Quiero remarcar el tema de que el vinculador se tiene que ensuciar los zapatos. Hay que estar mucho en la empresa. Me ha pasado de ir a una empresa donde suponían que el problema era una máquina vieja. Y cuando uno empieza a ver todo el proceso, el problema no era ese.
Las empresas tienen muchos problemas como para ponerse a ver qué científico le puede solucionar el problema. Ahí aparecen los vinculadores.
Aportar desde la humildad
Hay un tema que me parece fundamental: uno nunca tiene que ir al medio externo (empresa, cooperativa, municipalidad) creyendo que lo sabe todo. Hay muchas cosas que la universidad no nos da. Me refiero al conocimiento diario, al estar detrás del mostrador. Ese conocimiento de estar detrás del mostrador es el conocimiento que se logra yendo y hablando. Son conocimientos y formas de hacer distintas. Algo que nunca me pasó hasta ahora es sentir que del otro lado me querían demostrar que era yo la que no sabía.
¿Algo que descubriste en tu trabajo de vinculadora?
Lo que tenemos en común, y que es algo que he podido apreciar, es que hay un sentimiento de mucha patria. Cuando he hablado con empresarios, intendentes, etc., por lo menos en los lugares donde me he movido, hay mucho querer lo que se hace, mucho tratar de mejorar. Eso es lo que más me llamó la atención y es lo que es más fascinante de mi trabajo. También hay que ir con conocimiento en el sentido de ser serios. Si no se sabe la respuesta, pedir que nos esperen y averiguar. Así se va logrando la confianza. Respeto por los conocimientos de ambos lados sin perder la profesionalidad de responder con certeza. Al hacer un mal asesoramiento se puede involucrar a la empresa en un gasto innecesario.
Mantener lo logrado
Hay todavía un gran recorrido por hacer en la vinculación y espero que se pueda mantener la red de vinculadores de la provincia. Hubo una visión en la provincia y en la Nación hace 15 años con el GTEC y observo que esos frutos aparecieron. Eso me deja satisfecha ya que fui protagonista de ese proceso.
Creo que no se puede ser vinculador si no se tiene en claro que a un país lo vamos a desarrollar con industrialización, con pymes, trabajadores y solidaridad. Si no se tiene eso en claro, no tiene sentido la vinculación. Porque la innovación no se hace en los centros científicos. La innovación es un proceso que se da en las empresas. En los centros científicos se genera conocimiento. Pero la innovación que implica hacer un producto que tenga éxito en el mercado lo hacen las empresas. Si hay innovación hay trabajo y de calidad. Entonces los vinculadores tenemos que tratar que la empresa incorpore conocimiento nuevo en su seno y para eso hay que estudiar la propiedad industrial, ayudarle a proteger un intangible, bajarles de las bases de datos lo que está hecho para no repetir esfuerzos. Todo eso hay para hacer y es mucho.
Vinculación e inteligencia artificial
Vivimos en tiempos en que es muy común escuchar que la inteligencia artificial vino para quedarse, que va a sacar trabajo y demás. La IA es muy importante y yo la utilizo. Pero si uno le quiere ganar es con el corazón y el corazón es el contacto con el otro. El ir y ver cuál es su problema. No solo en la vinculación, me parece que le vamos a ganar a nivel social. Si ponemos corazón, si no somos extraños a los problemas de los demás, creo que vamos a colaborar en una sociedad mejor. Nos tiene que conmover el problema del otro. Puede ser un problema en la industria, de un colega, un vecino. Si queremos que la IA no nos gane pongamos corazón. Eso sí que no lo va a poder poner la IA.
Hoy nadie puede pensar que sabe todo existiendo Google y la IA. El conocimiento está en manos de todos. Ahora, lo que no está en Google es el manejo de los temas sensibles, humanos. Ahí se ve la importancia de las relaciones humanas.
Creo que en estos tiempos, si no apuntamos a invertir en las relaciones humanas no nos va a ir muy bien. Invito a que todo nos conmueva y a ser solidarios. Siempre que uno hace algo por el otro, y me ha pasado, eso vuelve potenciado 100 veces.
Entrevista completa a Lelia Orsaria
Doctora UNR
Especialista en Vinculación y Gestión Tecnológica UNL
Agente de la Propiedad Industrial – Matriculada por el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI)
Personal de Apoyo CONICET
Notas relacionadas
Formación en vinculación y gestión tecnológica
https://www.unl.edu.ar/noticias/leer/8862/Formacion_en_vinculacion_y_gestion_tecnologica.html
Serie "Otros caminos"
http://planetciencia.blogspot.com/search/label/Otros%20caminos
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