Los especialistas exploran nuevas formas de diagnosticar de manera más temprana este espectro de trastornos.
Por Mariette DiChristina
Traducción por Claudio Pairoba
La intervención temprana del comportamiento ha mostrado alguna promesa como forma de ayudar a los chicos con autismo. Pero es difícil ver las señales carácterísticas del autismo antes de los dos años de edad con los criterios diagnósticos de la actualidad. ¿Podríamos encontrar otros métodos?
Jed Elison del California Institute of Technology está tratando de contestar esta pregunta trabajando con Ralph Adolphs del Caltech y Joe Piven de la University of North Carolina entre otros colegas alrededor de los EE.UU. y Canadá. Elison mostró algunos hallazgos preliminares en la conferencia Neuromagic 2012, desarrollada entre el 7 y el 10 de Mayo de 2012 en San Simón, la Isla del Pensamiento, cerca de Vigo, España.
Los criterios actuales, a partir de la biblia psiquiátrica llamada el DSM-IV, incluye atributos de problemas sociales, déficits de comunicación y patrones repetitivos de comportamiento así como intereses restringidos (ya sea en intensidad o contenido). “Hay una realidad biológica,” dijo Elison, “que uno no puede capturar de manera perfecta con un sistema clasificatorio como este.”
Sin embargo, “no hay dudas de que el sistema de clasificación cumple un rol muy importante en la identificación de niños que requieren servicios clínicos especializados.” Reconocer la situación de forma temprana puede ayudar. “Hay alguna evidencia de que la intervención temprana ayuda con algunos de los desafíos del comportamiento de estos chicos", agregó.
Elison y sus colaboradores de la Red de Estudio por Imágenes del Cerebro Infantil están reclutando familias que tengan un niño con autismo y un hermano de menos de 6 meses de edad. Dado que el autismo tiene un componente genético, los investigadores usan lo que llaman la estrategia del “hermano de alto riesgo” para caracterizar de manera prospectiva los marcadores más tempranos del autismo. Para ello, conducen estudios longitudinales con los hermanos más jóvenes – realizando una evaluación de estos infantes a los 6, 12, y 24 meses. Idealmente, definirán el comienzo de los síntomas y su curso de desarrollo.
Además de evaluar el comportamiento, los investigadores también se encuentran examinando el desarrollo cerebral, específicamente el desarrollo de la microestructura de la materia blanca, usando imágenes con tensor de difusión. La materia blanca incluye parte de la neurona llamada axon el cual es responsable de la transmisión de señales eléctricas por todo el cerebro. “El desarrollo cognitivo y cognitivo social requiere de un procesamiento eficiente de la información, lo cual necesita a su vez de una transmisión de señales eficiente” dijo Elison. La materia blanca no se desarrolla de la misma forma en niños que van a desarrollar autismo y un estudio reciente sugiere que estas diferencias pueden aparecer tan temprano como 6 meses.
¿Qué pasa con las diferencias en comportamiento? Los investigadores también están muy interesados en patrones sutiles de orientación visual y de atención que pueden ser diferentes en las primeras etapas de la vida. Estos comportamientos son muy importantes para el desarrollo social cognitivo subsecuente y podrían ser pasibles de intervención dirigida.
Elison destacó que muchos de los temas científicos relevantes con respecto a la magia o los juegos de manos, incluyendo orientación atencional y atención conjunta, hacer contacto visual, percibir movimiento biológico, y teoría de la mente (o sea, inferir el estado mental o emocional de otro individuo) son temas especialmente importantes para los investigadores del autismo. “Los déficits en cualquiera de estas áreas podrían hacer que los individuos con autismo sean menos susceptibles a la magia,” indicó Elison.
Haciendo una conexión con el tema de la conferencia en su conclusión, Elison cuestionó si la susceptibilidad a la magia y a la prestidigitación podría también variar con el desarrollo. Varios de los magos asistentes destacaron que los artistas deben diseñar su enfoque para diferentes audiencias y que los niños muy jóvenes presentan desafíos característicos, porque todavía pueden involucrarse con el “pensamiento mágico” – creyendo en causas que no pueden verse – y porque su conocimiento cultural y habilidades sociocognitivas no están todavía lo suficientemente formadas.
Fuente:
Scientificamerican.com
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