El rol del Estado en el planeamiento de las políticas científicas, los
investigadores como fuerza motora para llevar adelante los proyectos de
investigación, la formación de nuevos investigadores, las capacidades de
la Carrera del Investigador para absorber a los doctores y la
canalización de estos a través de articulaciones con empresas,
industrias y municipios, entre otros temas, son desglosados por Galati.
El trabajo no es simplemente una descripción histórica; el investigador
da su visión sobre las ciencias sociales y su reconocimiento por el
CONICET, la mirada con que se aborda la ciencia básica y la aplicada en
la actualidad y a lo largo de los años, y el lugar que deben ocupar los
doctores así como sus funciones en el entramado científico-tecnológico.
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¿Cómo surge tu interés para escribir este artículo?
Un artículo es siempre un disparador, sobre todo cuando tiene tan pocas
páginas. Como a veces les digo a mis alumnos de metodología, hablando
de que a veces cuesta comenzar un proyecto de investigación, que un
artículo es siempre un disparador. Es importante poder escuchar otras
opiniones, otras perspectivas sobre el tema.
Hace muy poco comenzó una materia que yo doy, Epistemología. En la
primera clase surge la duda de cómo convencer al alumno de que es una
materia importante, ya que al ser una rama de la Filosofía, la cual
tiene la fama de que es una especie de decorado. Al buscar material para
entusiasrmarlos, lamentablemente encontré algo que me impactó. Me
refiero a la lectura de una persona que trabajaba en EE.UU. y escribía
desde la década del 70. Le decía a la comunidad y sobre todo a los
jóvenes, que no se dediquen a la ciencia. Esto está relacionado con
lo dicho por el ministro, cuando expresó que el CONICET no está preparado para absorber todos los recursos humanos que forma.
Al leer lo de este científico en primera persona, me impactó más. Ya
que no hablaba sobre hacia dónde va la ciencia, como decía el ministro,
si no que decía no te dediques a la ciencia.
Coincidía con que en la década del 70 había una similitud entre EE.UU: y
la Argentina en cuanto a que el Estado financiaba con una determinada
cantidad de dinero, para absorber esos puestos. Los organismos de
ciencia no brindan la posibilidad de absorber, como lo señalo en el
artículo, las vocaciones. La mirada política es insoslayable.
¿Cuál es tu experiencia personal con el CONICET y tu visión de la política en la ciencia?
No es que ahora se participa más en política, creo que está más
visibilizado. Cuando yo participaba como becario doctoral o posdoctoral
no le prestaba mucha atención porque podía trabajar de eso. Pero cuando
uno está del otro lado del mostrador se le presta más atención a la
influencia de la política a la hora del trabajo en la ciencia, tanto en
lo macro como en lo micropolítico. Ahora más que nunca veo la relación
entre la política y la ciencia. Tal vez es cierto, como decía Nietzche,
que cada libro que uno escribe es uno mismo hablando, pero es importante
el doble discurso que tenemos. Por un lado uno trata de convencer a los
alumnos para que hagan ciencia y después uno se encuentra con esto:
alguien que dice vas a terminar haciendo posdocs, mudándote de un lado a
otro, sin estabilidad, con un sueldo que no puede llegar a compensar
todos tus intereses y peleando con tus colegas por algún puesto en la
universidad o en el lugar donde trabajes.
Lo sorprendente es que la persona lo escribe pensando en los EE.UU.
pero se aplica perfectamente aquí. Es algo que me excede pero que las
autoridades deberían tener presente, sobre todo para evitar el doble
discurso, el doble estándar político.
El ministro Barañao decía en aquella época (2012), que el CONICET no
está preparado para absorber. Esto se va corroborando en las distintas
políticas que tienen. Por ejemplo los ingresos a carrera que cada vez
son más restrictivos. Barañao habla de derivar doctores que ha formado
el CONICET a distintos puestos que las personas van solicitando y lo
ponen en una base de datos del CONICET. Derivar recursos humanos a las
industrias, las empresas, los municipios. Ahí es donde viene la
polémica. El doctor piensa que haciendo ciencia en una vinculación más
estrecha con la sociedad, el cumple su misión en la vida. Pero hay otros
que dicen tener la capacidad de ver más a largo plazo.
Houssay jamás
hubiera pensado que sus investigaciones sobre el funcionamiento de las
glándulas iban a poder terminar en avances para la diabetes. Quien se
plantea ese problema hoy no puede desconocer lo que hizo Houssay en su
momento. Creo que por lo menos tiene que estar dada la posibilidad de
hacer ciencia de distintas maneras, no solo pensando que uno tiene que
tener la anteojera de decir “tengo que resolver este problema”.
Bienvenido si hay personas que pueden trabajar y resolver el problema
aplicado, pero podría haber otras formas.
¿Qué reflexión te merece la comunicación de la ciencia?
El marco teórico del trabajo está inscripto en el pensamiento complejo.
El tema de la comunicación es crucial. La comunicación entre los
científicos también es importante. A veces uno no sabe lo que está
haciendo el otro, no sabe cuáles son las políticas de la universidad,
los incentivos que puede dar, los programas. De esta manera se repiten
trabajos, se pierden oportunidades.
Si bien el científico debería trabajar de una manera bastante libre,
eso no lo exime de comunicar sus resultados. Es distinto trabajar con la
presión de la sociedad a que uno no deba rendir cuentas de lo que ha
hecho.
En la docencia, ¿cuál es tu visión de la importancia en la interacción docente alumno?
En una primera clase, cuando les pregunto quiénes son para saber con
qué personas trabajo. Muchos me decían que habían abandonado la
educación a distancia. Me contaban que habían abandonado ese sistema por
algo presencial. Creo que no hay diferencias entre ciencias duras y
sociales. Tengo la impresión de que es irreemplazable, ya que tiene que
ver con el diálogo humano. Así empezó la Filosofía, dialogando. Esto es
algo que a veces se pierde mucho por la lectura y la repetición de los
textos. Parece que es un mal de los tiempos este tema del cerramiento,
la infantilización., la superficialidad de los análisis. Creo que uno de
los rescates tiene que ver con el diálogo, el trabajo conjunto y la
libertad para el científico.
Parecería que hemos puesto muchas expectativas en la tecnología, pensando que nos va a solucionar todo.
Con referencia a la tecnología, en las clases siempre hay un momento
para reflexionar sobre el espacio donde uno está trabajando: la parte
técnica, la parte científica y la parte filosófica. Creo que esto es
fundamental. Creo que la técnica es fundamental pero nunca deja de ser
un instrumento. Y por esto, uno tiene que tener conciencia de la
finalidad por el cual lo utiliza. En este caso y, y hablando de cámaras,
micrófonos, Internet, etc. También está la posibilidad de ir rompiendo
fronteras con respecto a la actividad científica propiamente dicha. Uno
no debería dejar el espacio para filosofar sobre el tema.
Parece hoy tan
asentado que la única ciencia que podemos hacer es aplicada. Esto sería
como un maquillaje de la técnica. Uno también tiene que tener los
espacios para reflexionar. Tal vez, de algún loco perdido alguien pueda
seguir una línea y eso podría significar un cambio. Cuántas veces habrán
criticado a Colón cuando quiso zarpar para “descubrir” América? ¿Qué
hubiera pasado si no hubiera habido un hombre tan aventurero como el de
la edad moderna? O como un Lutero, que protestó y Calvino también. Ahí
se pega con lo que decíamos respecto de dejar de esperar todo del
Estado. Me da la impresión de que eso va a ser muy difícil en la
Argentina de hace muchas décadas. Esto daría lugar a otro debate.
Me da la impresión de que si una persona no cree firmemente que ella y
nada más que esa persona es la autora de su propia salvación, lo cual
tiene que ver con la más tierna infancia en la educación y cómo cada
institución que maneja dinero público lo piensa, por ahí podría haber
alguna pista en cuanto qué hace el científico, por qué lo hace, cómo lo
comunica.
Cuando uno está firmemente convencido de que es el autor de su propia
salvación, uno puede decir trabajo en lo que me gusta y por eso la
comunicación va a ser una derivación lógica de esa felicidad que el
individuo siente. Porque él sabe que no va a trabajar en algo que no le
guste. Ahí la comunicación, el trabajo en equipo y juntarse con otros
que disfruten de ese mismo interés será algo común y más natural.
¿Qué otras cuestiones influyeron en que escribieras este trabajo?
Como me interesa tanto el tema, empecé un postgrado, un doctorado en
Epistemología en la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Ahí había
una materia llamada Historia de la Ciencia III, en donde abarcábamos la
temática de la Argentina. Pude desarrollar una pequeña carrera en el
CONICET como becario doctoral y postdoctoral. Quedó ahí trunca la
posibilidad de ingreso a la Carrera del Investigador.
Como aprendí a poner en palabras mis inquietudes, se unieron mi gusto
por la ciencia y en este caso por la historia de la ciencia, más mis
motivaciones y la posibilidad de la escritura. Esto es lo complejo de la
vida de una persona. Uno tiene que tratar de hacer lo que le gusta pero
también pensar en la utilidad práctica que implica todo artículo, el
cual sirve para la carrera docente y para los concursos en los ingresos.
Encontré la posibilidad justa de poder escribir algo que me gusta.
También hay algo importante. Mi moraleja personal es que uno no está
atado a los títulos ni al pasado. Uno puede ir construyendo sus propios
intereses e inquietudes académicas a medida que se va desarrollando como
persona. Te habrás planteado que no habrás querido que te identifiquen
solo con tu profesión, ya que eso no reflejaba tu personalidad ni tus
deseos en la vida.
Vuelvo a esto de cada parte autobiográfica que tiene un artículo,
porque hay que reconocerlo. Uno no cae de un planeta y aterriza acá y
empieza a escribir. Creo que tiene que ver con una postura y una
subjetividad. Es importante que la objetividad esté en reconocer la
subjetividad, no en ocultarla. Nada está escrito con otras intenciones.
Es mi historia y cómo yo la puedo respaldar con datos concretos.
Seguramente habrá partes de las perspectivas que habré ocultado, a lo
mejor sin mala fe. Pero siempre un artículo es el puntapié para poder
incorporar voces de personas que me digan “¿pero Ud. dónde cree que está
el científico?, o “¿por qué cree que tiene que emburbujarse”.
Bienvenidas sean las críticas y la posibilidad de replantear en un
segundo o en un cambio de opinión con una oportunidad para otro trabajo.
La AAPC está intimamente conectada al surgimiento de la investigación en la Argentina.
Quería agregar que un organismo tan importante como el CONICET surgió a
partir de una asociación privada como la AAPC. Hay que tener en cuenta a
los fines del conocimiento, una de las ventajas de la historia. La
historia roza tanto con la filosofía porque nos hace ver el origen de
las cosas. Y en base a esto, cómo uno puede seguir la tradición o
pretender un cambio. En los primeros momentos surgió de una rama de las
ciencias duras: Física, Matemáticas. Eso puede tener que ver también con
una especie de recomposición o de recompensa histórica hacia los
cientistas sociales, que siempre fueron vistos como una especie de
tierra de la metafísica o de la subjetividad en donde uno puede decir
cualquier cosa. Y no es así. Esto daría lugar para otra charla.
El reconocimiento vino de las propias ciencias duras cuando por ejemplo
Prigogine,
el premio Nobel de Química, reconoce el papel de la incertidumbre y de
la subjetividad del investigador. Ahí se comienza a tomar conciencia de
la importancia de las Ciencias Sociales. En el nacimiento, cómo
convivieron en su origen Houssay y García que eran tan antagonistas
entre ellos, a pesar de lo cual no profundicé en la convivencia a partir
de hechos concretos. Pero supongo que han podido convivir, que es lo
que a veces es una materia pendiente para nosotros, a nivel político,
científico y en general.
Feria del Libro
Galati presentó su libro "Los comités hospitalarios de bioética. Una comprensión trialista y transdisciplinaria desde el Derecho de la Salud" en la Feria del Libro que se encuentra en el Predio Ferial de la Sociedad Rural, stand 1722, el viernes 6 de mayo a las 18 hs.
A título personal
Elvio Galati
Abogado
Doctor en Derecho por la Universidad Nacional de Rosario (UNR)
PosDoctor en Derecho por la Universidad de Buenos Aires
Docente regular de la UNR
Filosofía del Derecho, Derecho de la Salud e Introducción al Derecho
Facultad de Derecho
Miembro del Programa Pensamiento Complejo – Centro de Estudios Interdisciplinarios - UNR
Miembro de la Comisión de Bioética de la Facultad de Ciencias Médicas - UNR