Invitado por la Secretaría de Ciencia y Tecnología
de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) a cargo de la Dra. Silvia Mazza,
tuve oportunidad de asistir a la XIX Reunión de Comunicaciones Científicas y Tecnológicas como
miembro del panel “Acerca de los
productos de la actividad científico-tecnológica”.
La charla
La audiencia estuvo integrada en su mayoría por
becarios que desarrollan sus actividades en la UNNE. Por eso me pareció
apropiado enfatizar que ellos son los protagonistas del cambio cultural que
estamos transitando: la comunicación de la ciencia como actividad inherente a
la actividad científica. Es un tiempo interesante (como dirían los chinos)
donde las funciones, responsabilidades e incumbencias de todos los que estamos
relacionados con la ciencia están siendo replanteados. Con las herramientas
adecuadas, todos podemos hacer comunicación científica. Cada uno con su estilo,
su mirada y su aporte. Los periodistas preparándose con mayores conocimientos
sobre ciencia, (sobre todo de las llamadas ciencias duras) y los científicos
con herramientas comunicacionales.
Si bien todavía se puede lograr una mayor
presencia de la ciencia en los medios de comunicación, creo que no es sabio ni
justo esperar que ellos se ocupen de todas las necesidades comunicacionales de
los científicos. Los científicos pueden generar sus propios contenidos, más en
los tiempos que corren, donde los avances tecnológicos nos muestran variedad de
formas de comunicar. Es solo cuestión de interesarse y aprender o bien
acercarnos a aquellos que pueden ayudarnos en la tarea.
A través de blogs, de las páginas de las
universidades nacionales, de los laboratorios de investigación, se pueden
generar textos de divulgación. Algunos lo harán como una obligación ante un
requerimiento administrativo, otros como un camino para mejorar su actividad.
Otros, directamente no lo harán. Como dice el dicho “cuando uno no quiere, dos
no pueden”. No se puede obligar a hacer comunicación científica a un científico
que no quiere hacerlo. Es más productivo concentrarnos en aquellos que sí están
interesados en avanzar en esta actividad que forma parte, queramos o no, de la
actividad científica.
Hasta ahora se lo pudo evitar. Hoy, con el
desarrollo tecnológico existente y con un ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación
Productiva que pide a los investigadores que cuenten lo que hacen y busquen
aplicaciones potenciales para sus trabajos, y universidades con un firme
compromiso de acercarse a la sociedad para resolver los problemas regionales
más acuciantes, ya no podemos seguir evitando comunicar la ciencia. No sin que
haya consecuencias. Que las mismas tarden en aparecer, no quiere decir que no
vayan a hacerlo. Sería positivo anticiparse.
La pasión como base de la comunicación
Los años pasan y las relaciones se desgastan. No
es distinto en el caso de los científicos y su relación con la ciencia. Esa
atracción inicial por la ciencia, el conocimiento y las ganas de construirlo
puede transformarse por la inevitable rutina asociada con gestiones administrativas
para conseguir fondos, tratar con colaboradores en todos los niveles y manejar cuestiones
alejadas del trabajo experimental. La presión y responsabilidad se incrementan
a medida que se avanza en la carrera de investigación. No es raro entonces, que
muchas veces se olvide la razón por la cual se comenzó en esa actividad. La
tarea de investigación se elige por vocación y no debería ser un trabajo al que
uno se sienta obligado a concurrir. A pesar de esto, y en medio de ese torbellino
de actividades extra investigación, la pasión inicial va menguando.
Planteo que la comunicación científica puede ser
un camino para reavivar esa pasión y amor por la profesión. Mostrarles a los
demás la pasión puesta en el trabajo de investigación diario, contarles el día
a día de nuestra actividad científica, ayuda a que la sociedad comprenda mejor
que es esto de hacer ciencia e investigar, al mismo tiempo que puede estimular
la misma pasión en los nuevos recursos humanos que la ciencia necesita atraer
continuamente. También ayuda al científico a replantear su trabajo, a reconocer
sus logros, enfrentar sus miedos y fracasos y asumirse como un ser humano que
hace ciencia.
La experiencia correntina
Un párrafo aparte merece la calidez con que me
recibieron en la UNNE. Va mi especial agradecimiento para la Dra. Silvia Mazza,
la Lic. Francisca Milano y para Damian Gonzalez, todos de la Secretaría de
Ciencia y Técnica de la universidad con sede en Corrientes, y campus en esa
provincia y en la vecina Resistencia, Chaco. El puente que hace poco cumplió 40
años une a estas dos provincias que comparten el ancho y torrentoso Paraná. También
agradezco a Laura Ramírez y Gloria Gimenez, las docentes-investigadoras que me
acercaron a Corrientes luego de terminar con las actividades del día. Volví con
una sensación de enriquecimiento tanto en lo personal como en lo académico.
Monumento al Sgto. Cabral e iglesia Nstra. Sra. del Rosario (Fotos: C. Pairoba) |
A pesar de la breve visita pude recorrer la famosa costanera correntina y disfrutar de su serenidad, además de las calles de Corrientes: la plaza seca con la estatua del Sgto. Cabral (¿sabían que era correntino?), la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, el Museo Provincial de Bellas Artes Dr. Juan Ramón Vidal (que funciona en la que fuera la casa del gobernador, caudillo y líder del Partido Autonomista de Corrientes, posteriormente donada por su esposa). Allí Elisa Ramírez (hermana de Gloria) me guió por las salas restauradas y me contó sobre la historia de la casona, sus propietarios y la pinacoteca del museo. En la sala azul se exhibe, entre otras obras, un Quinquela Martin, lo que motivó que Elisa me contara sobre su experiencia como restauradora de varias obras de este ilustre pintor argentino, nacido en Rosario y luego adoptado por una familia del barrio de La Boca en Buenos Aires.
En síntesis, una experiencia provechosa en todos
los aspectos y que espero se repita.
Audios de las charlas:
1. Dra. Nélida Peruchena (publicación de trabajos en ciencias duras)
2.Dra. María Silvia Leoni (publicación de trabajos en Cs. Sociales)
3. Charla Dra. Liliana Ramirez (Innovación y Transferencia)
4. Charla Dr. Pedro Sansberro (Innovación y Transfererencia: clonación de yerba mate)
5. Charla Dr. Claudio Pairoba (Ciencia en medios de comunicación masivos)
6. Palabras de cierre de la Dra. Silvia Mazza (Sec.C y T - UNNE)
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