jueves, 30 de mayo de 2013

Escenas de la vida lacaniana.

El cine ha sido más que un placer para Lacan. También fue una fuente para nutrir su método terapéutico. Un libro retoma sus filmes preferidos, notas, e interpreta por qué la ficción cumple un papel clave en el diván.

Por Martina Menzio


Escenas de la vida lacaniana

Un hombre intenta salir de una habitación con demasiado peso en sus espaldas: arrastra dos pianos de cola, dos burros moribundos y a una dupla de eclesiásticos, sujetos a una cuerda. Esta escena surrealista que pertenece a la película del español Luis Buñuel Un perro andaluz , es una de las tantas referencias cinematográficas a las que alude Jacques Lacan (en este caso para hablar de identificación) y que pueden rastrearse a lo largo de los seminarios, clases y conferencias que abonaron el campo del psicoanálisis, y que el psicoanalista y realizador cinematográfico Carlos Gustavo Motta acaba de condensar en el libro Las películas que Lacan vio y aplicó al psicoanálisis (Editado por Paidos). Motta, que además es doctor en Psicología (Universidad del Salvador) y miembro de la Escuela de la Orientación Lacaniana, se detiene en cada comentario cinematográfico significativo de Lacan, en la búsqueda por señalar los aportes que el cine ha dado al campo de la psicología y viceversa.

Se trata de una relación intrínseca entre dos lenguajes que Motta investiga y estudia desde hace años, a sabiendas que “se debe leer y escribir en la imagen” y que plasma en el seminario sobre cine y psicoanálisis que dicta desde 2004, y en los dos cortometrajes que lo tienen como realizador. El primero Iconos, de qué estará hecho el mañana (finalista de Telefé Cortos en 2004), y el segundo, cuyo título es homónimo a este libro se convirtió en la antesala de esta investigación. Su ensayo –asegura Motta–, es “una de las investigaciones posibles a las múltiples alusiones que tanto Lacan como Freud aventuraron a distintas ideas que circularon en otras dimensiones médicas, políticas, teológicas, filosóficas y científicas, desde los antiguos hasta sus contemporáneos”. Apenas una posibilidad. Porque si algo entiende el psicoanálisis es que no hay verdades absolutas, ni lecturas ubicuas. Como los testigos alrededor de un crimen que se muestra en Rashômon (1950) la película del japonés Akira Kurosawa, a cuya lógica alude Lacan en una clase dictada en 1962: “cada uno dará su palabra de lo que dice asegurando que es la verdad y sólo la verdad. Su verdad, claro”.

Así, ahora Motta se niega a “interpretar” o “psicoanalizar” las películas que convoca en su libro, y esquiva las posibles discusiones inertes. “Para un realizador cinematográfico, su obra de arte se encuentra en el propio lenguaje. Un filme implica comprenderlo, independientemente de su grado de narratividad. Una película comunica un sentido posible y justamente por eso es un medio de comunicación, un lenguaje. Queda claro que en la enseñanza de Freud y de Lacan ambos se servían de otras disciplinas para ampliar sus conceptos. Y entiendo que así como el psicoanálisis ha influido en el cine, es el cine que debe reflexionar y desarrollar su inscripción en la historia del pensamiento. Pero los guiones de las películas que buscan explicar lo psíquico se construyen con un método seudocientífico que trasladado a secuencias fílmicas, sólo provocan en el espectador un sentimiento de ridículo o bien una sensibilidad garantizada”, reflexiona Motta y trae un ejemplo que cita en su libro sobre una experiencia del realizador argentino Jorge Prelorán, en la que en pleno fervor del ‘cine debate’ alguien comenta acerca de la “toma de peso de la sombra sobre el alma en conflicto” y él responde que “esa es la única luz que tenía para dirigir en ese lado, y por eso la secuencia había salido así”.

Por el contrario, el trabajo de Motta, también presidente del Capítulo de Psicoanálisis y Cine de la Asociación Argentina de Salud Mental, intenta trasladar las imágenes a los conceptos psicoanalíticos para alimentar la teoría y la práctica del campo. “Retransformar diversas problemáticas de nuestro tiempo para convertirlos en interrogantes válidos acerca de lo que puede ser un sujeto, es decir alguien con otro. De captar una realidad posible, tal como Freud puede hacerlo además a lo largo de sus historiales clínicos, imposible de fijar en un patrón estándar”, comparte. Así, el lector que se aventure en su investigación no se topará con explicaciones sobre el qué y el porqué de cada escena que forman parte de las más de veinte películas que llaman la atención del autor y que desglosa al final de su ensayo, a modo de fichas técnicas ordenadas cronológicamente por año en el que se vieron en la pantalla. Un perro andaluz , la primera en la que colaboró Salvador Dalí (1929); Monsieur Verdoux , del británico Charles Chaplin (1947); La ventana indiscreta , de Alfred Hitchcock (1954); Psicosis , del mismo director (1960); Háblame de amor , de Giorgio Simonelli (1961); Satyricón , de Federico Fellini (1969) o El imperio de los sentidos , de Nagisa Oshima (1976), sólo por nombrar algunas de las que componen el conjunto de filmes elegidos por Lacan para abordar.

Imágenes resignificadas
Filmada con colaboración indirecta de su amigo Salvador Dalí en 1952, El , otra de las películas de Buñuel citadas por Lacan en sus clases (además de Viridiana ) constituye un completo retrato sobre la paranoia. Lacan la proyectó entre sus alumnos y la recomendó a sus colegas, y solía decir que si uno quería saber todo acerca de la neurosis obsesiva debía leer el caso de “El hombre de las ratas” de Freud, pero si se pretendía entender la paranoia y los celos no tenía que perderse esta película. Por otro lado, Nunca es domingo , de Jules Dassin es citada en una clase que Lacan impartió el 6 de julio de 1960 para explicar la articulación tirante que existe entre la ética y el propio deseo. “En la película, el personaje (…) toma una copa para marcar el exceso de su entusiasmo y de su satisfacción y la estrella contra el suelo. Cada vez que se produce uno de estos estrépitos, vemos que la caja registradora se agita frenéticamente. Esta caja fuerte define muy bien la estructura con la que nos vemos. Lo que hace que pueda haber deseo humano, que ese campo exista, es la suposición de que todo lo que sucede de real es contabilizado en algún lado”.

De otras películas se sirvió Lacan para hablar del rol del psicoanalista y sumergirse en dos conceptos fundamentales de esta disciplina, “la transferencia” y la “contratransferencia” (aunque no era una palabra que usara Lacan, que prefería hablar de “mala palabra”, para referirse a los efectos que puede provocar el paciente en el analista). Lacan comprende que al “encanto” que debe producir el profesional puede convertirse en un “inconveniente de la praxis”. Y para ello alude al modo en el que se presenta el Dr. Fred Richdmond en Psicosis , de Alfred Hitchcock o el médico psiquiatra, especialista en realizar lobotomías, John Cukrowicz (interpretado por Montgomery Clift) en De repente, el último verano , el drama dirigido por Joseph Mankiewicz y guionada por Tennessee Williams. “Ser un esclarecedeor de enigmas no es resolverlos de manera directa, de un solo golpe, sino de un modo donde se establece la relación entre la apariencia engañosa (o el contenido manifiesto, en términos de Freud) y la verdad acerca de lo que puede ocurrir. Ser un esclarecedor señala el proceso del desciframiento, no sólo su resultado”, comparte Motta, llevando claridad a los malentendidos que pueden aparecer al inicio de un tratamiento psicoanalítico.

La presencia del otro
“El encanto –analiza Motta– no está mal. Incluso es lo esperado por una persona o por una obra. Ese encanto provoca y debe hacerlo. En cada disciplina también tiene sus riesgos. El cine puede caer en la vulgaridad o en la obscenidad y deja de ser un encanto. Es cuando el psicoanálisis puede transformar ese vínculo ‘encantador’ llamado transferencia en otro: la contratransferencia. Pero no se trata de no aplicarla sino que se trata de que ese vínculo no se transforme en un abuso de poder como muchas veces el cine quiere mostrar, una imagen perturbadora de algún tratamiento o la ineficacia del psicoanálisis o de la figura del analista”. En otras palabras, el analista en su primera impresión con el analizante no sólo debe detentar un saber acerca del motivo de consulta sino que eso debe acompañarse en todo momento con su posición amable. Pero la misma connotación de “encantador” encierra el concepto de sugestión del cual debe apartarse y del cual el cine siempre ha cuestionado. ¿O no es un encanto el personaje que Barbra Streisand compone como psicoanalista en El príncipe de las mareas y es de la más absoluta aberración en cuanto a su aplicación en el dispositivo psicoanalítico?, interpela el psicoanalista argentino. Por su parte la ópera prima de Alain Resnais Hiroshima mon amour , (de 1959) ayuda a Lacan a graficar la posibilidad de elaboración de los duelos y sobre ella dirá que “es una historia muy adecuada para mostrarnos que cualquier alemán irreemplazable puede encontrar inmediatamente un sustituto perfectamente válido en el primer japonés que aparezca a la vuelta de la esquina”.

El cine es imagen a imagen en movimiento, y desde ese lugar es una cárcel del goce, como un cuadro, que remarca lo inaprensible de la mirada, y también su límite. ¿Pero da lo mismo cualquier construcción de la ficción? Probablemente no: estará atravesada por nuestros fantasmas y de la constitución particularísima de nuestro Yo. Además dependerá de la verosimilitud lograda con aquello inefable: la verdad, tal como la entiende Lacan. En el escrito, que forma parte del último capítulo del ensayo de Motta, el célebre psicoanalista no se priva de elogiar al director francés Benoît Jacquot, creador prolífico de películas como El asesino musical (de 1975, que vio la luz un año antes del documental que realizó con el propio Lacan y que se emitió dos veces en televisión con el nombre Jacques Lacan: la psychanalyse , –1974–). “Benoît Jacquot, relata Lacan, al tener talento, hace del fantasma la verdad. Porque el talento consiste en eso: dar en el blanco (…) Se dice que un arte está concebido para gustar: es su definición pero no es suficiente en el cine: hay que ser convincente”.

Como explica Motta si pensamos que el concepto de fantasma remite a “algo más íntimo y más comprometido con nuestras propias ficciones que nos hacen ver por momentos que son verdades únicas e irrebatibles. La necedad de una frase fantasmática puede convertirse en otra que nos permita saber que hacer en un momento cuando ya no teníamos esperanza alguna de continuar. Desalentados por nuestras propias miserias neuróticas. El cine no es quien pueda ayudar a entender nuestra constitución subjetiva, en cambio sí un filme en particular, aquel que la persona pueda encontrar la ‘punta del ovillo’ para desanudar su propia historia y embrollarse con ella cada vez menos. En el cine, en la literatura, visitando un museo, y hasta yendo de compras, es decir, en cada acto cotidiano, podemos entender nuestras repeticiones que se elaboran en presencia de otro. En este caso es lo que el psicoanálisis nos viene ofrecer: romper con el discurso autista de la época que nos toca vivir”.

Fuente:
www.revistaenie.clarin.com

miércoles, 29 de mayo de 2013

Quimiofobia: lo contrario de químico no es ecológico.



 La única razón que encuentro para que, de un tiempo a esta parte, se le haya encontrado un antónimo a “química” como “natural”, que poco o nada tiene que ver con la lengua y mucho con la ideología, es la quimiofobia. La circunstancia está siendo muy explotada por los departamentos de marketing de empresas de todo tipo y es algo que ya está tan aceptado que oponerse es inútil y solo se arregla con formación. Entonces, ¿por qué escribo sobre esto?  Porque el otro día vi una vuelta de tuerca en un conocido blog ambiental que rebasó mi raya roja: contraponer ecológico a químico

En el artículo se diferencia entre productos de limpieza ecológicos y productos de limpieza químicos. Cada vez que veo algo que se define, aunque sea indirectamente, como “no químico” me pregunto si estará compuesto de sangre o cuerno de unicornio, de polvo de hadas o será, tal vez, “El halcón maltés”.  En la página de la empresa ni por asomo se les ocurre decir tamaña tontería. ¿Cómo podrían decir que algo no es químico cuando tiene una ficha de seguridad tal que así

Composicon friegasuelos Natursafe

El artículo hace gala de un nivel de ignorancia científica básico al afirma indirectamente que esos productos de limpieza no son una mezcla de compuestos químicos pero no todo es desinformación en el mundo de los productos de limpieza eco: tienen unos niveles de compuestos tales que los hacen merecedores de diversos sellos de sostenibilidad (espero) y el sistema de gestión de de residuos de envase usando un concentrado para mezclar con agua es algo que debería ser obligatorio en la UE desde hace tiempo para aquellos productos que lo permitan. 
Por lo que no paso es por asociar “químico” a “no ecológico”. Lo más aproximado al antónimo de “natural”, en este contexto, sería “sintético” y no, no todo lo “sintético” es malo. 

PD: los trucos caseros para limpiar también usan químicos sintéticos como el vinagre, ojocuida.

Fuente:
http://uncuartodeambiente.es 

lunes, 27 de mayo de 2013

Importante hito para evitar rechazos en trasplantes de Médula.

tecnología israelí

Hadasit Bio-Holdings Ltd. (TASE: HDST, OTC: HADSY), empresa de biotecnología, basada en la propiedad intelectual desarrollada por Hadassah University Hospital, anunció que una de sus empresas emblemáticas, Enlivex Therapeutics, recibió la designación de fármaco huérfano por la FDA para el tratamiento ApoCell.

Según la Unión Europea un medicamento huérfano es aquél que cumple los siguientes requisitos:
Que se destine a establecer un diagnóstico, prevenir o tratar una enfermedad que afecte a menos de cinco personas por cada diez mil en la Unión Europea y que se destine al tratamiento de una enfermedad grave o que produzca incapacidades y cuya comercialización resulte poco probable (no comercial) sin medidas de estímulo.

Los medicamentos huérfanos son medicamentos no desarrollados ampliamente por la industria farmacéutica por razones financieras, ya que van destinados a un reducido grupo de pacientes, y que, sin embargo responden a necesidades de salud pública.

Fue Estados Unidos el primer país que desarrolla una ley, la Orphan Drug Act en 1983, haciendo que el estatus de huérfano permita subvenciones para el desarrollo de estos productos, así como otras medidas de apoyo, hasta su aprobación comercial. La Unión Europea inició una política común en este ámbito en 1999.

La designación de fármaco huérfano prevé siete años de exclusividad, garantizando la no competencia, independientemente de las patentes y de socorro reglamentaria significativa, lo que probablemente reducirá los costos para la aprobación de la comercialización de la droga en los EE.UU.

El tratamiento ApoCell se basa en prevención de enfermedad de injerto contra huésped (GVHD), que afecta hasta el 70% de los receptores heterólogos trasplante de médula ósea y puede ser letal.
La enfermedad de injerto contra huésped (EICH, o GVHD por la siglas en inglés de Graft-Versus-Host-Disease) es una complicación médica común en determinados alotrasplantes de tejidos. Mayormente se asocia al trasplante de células pluripotenciales hematopoyéticas, comúnmente denominado trasplante de médula ósea. En última instancia esta complicación es debida a que las células inmunes presentes en el tejido trasplantado reconocen al receptor del trasplante (el huésped) como “extraño”. Las células inmunes trasplantadas una vez activadas atacan a las células del receptor causando la enfermedad.

donantes2

Alon Moran, CEO de Enlivex, , comentó: “Los resultados de nuestra Fase I / II de ensayos clínicos demostraron seguridad, así como una indicación de la eficacia impresionante con nuestro tratamiento ApoCell, lo que redujo las complicaciones de EICH graves en receptores de trasplante de médula ósea heterólogos. Tenemos la intención de seguir el desarrollo de la droga para la aprobación de su completa comercialización en los EE.UU. “.

GVHD afecta a 30.000 personas al año en los EE.UU. y Europa. GVHD es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmune del trasplante de nuevo ataca a los órganos del paciente, principalmente el hígado, los intestinos y la piel. La enfermedad puede causar morbilidad significativa y suele ser fatal si el paciente alcanza grados altos.

Hasta la fecha, ningún tratamiento eficaz ha sido encontrado para esta enfermedad. Los tratamientos que existen se basan en la supresión del sistema inmune con el fin de disminuir el ataque a los órganos del paciente, pero este proceso debilita el cuerpo y lo expone a otras enfermedades.

El tratamiento ApoCell, por otro lado, se basa en la actividad biológica normal e inicia un estado de tolerancia inmune. ApoCell lanza este mecanismo en acción durante la ventana de oportunidad para el tratamiento, cerca del momento del trasplante de médula ósea.

“Recibir la designación de fármaco huérfano de la FDA es un reconocimiento importante por parte del regulador respecto de la necesidad de la droga”, dijo Ophir Shahaf.

“La vía para el futuro desarrollo de la droga es relativamente corta, y la compañía espera la ayuda reglamentaria junto con exenciones de impuestos como parte de la aprobación de la condición de “huérfano” de la droga. Esta aprobación abre el camino para el continuo avance y desarrollo clínico del medicamento.”

Fuente:
http://latamisrael.com/importante-hito-para-evitar-rechazos-en-trasplantes-de-medula/

viernes, 24 de mayo de 2013

Presentación del libro de Comunicación Estrátegica Ambiental.

Incluye trabajos de alumnos, docentes y graduados de la Especialización en Comunicación Ambiental y la Maestría en Comunicación Estratégica dictadas en la Facultad de Ca. Política y Relaciones Internacionales (Universidad Nacional de Rosario, Argentina).


Sandra Massoni y Felipe Maya durante la presentación del libro (Foto: S. Massoni).

Por Claudio Pairoba

El viernes 17 de mayo fue un día especial para todos los que estamos relacionados con los dos posgrados creados por la Dra. Sandra Massoni. Y en especial para ella, que vió cristalizado otro producto de las propuestas académicas que han resultado enriquecedoras además de exitosas en su convocatoria.

La presentación del libro fue, además, un homenaje al ambientalista, historiador y filósofo colombiano Augusto Maya fallecido en 2010 y una de las principales figuras del Pensamiento Ambiental Latinoamericano. Con tal motivo, también hicieron sus aportes Carlos Galano y Felipe Angel Maya (sobrino de Augusto), ambos docentes de la Especialización y la Maestría. 

Junto a otros compañeros tuve el honor de ser invitado a participar del libro a través de mi trabajo final para la Especialización en Comunicación Ambiental: "De la Comunicación Científica en Tiempos de Incomunicación Científica".

Con mis compañeros/amigos coincidimos en que la experiencia ha resultado un hito en nuestras vidas personales y profesionales. Todos llegamos a este espacio con la necesidad de responder ciertas preguntas o incluso buscando preguntas para respondernos. El aprendizaje ha sido enriquecedor desde el punto de vista profesional. Muchas preguntas han encontrado respuesta en las clases dictadas por un cuerpo docente que se avino a interactuar con el alumnado, no desde una posición de soberbia epistemológica o adueñamiento del conocimiento sino desde el llano del intercambio de saberes y experiencias.

Pero además de esto, que ya de por sí colma más que ampliamente las expectativas que uno podría tener para un curso de posgrado, hubo un encuentro en lo personal y afectivo. Como decian mis compamigos durante una charla, "nosotros somos la transdiciplina" a la cual los docentes hacían referencia.

Gente de distintos orígenes en lo profesional, que llegamos con muchas dudas. Muchas se solucionaron, y muchas nuevas aparecieron. Creo que eso es crecer y estar vivo,¿no? Bien, entonces hemos arribado a un estado de crecimiento y vitalidad nunca antes experimentado...=)

Este posgrado nos ha cambiado, nos ha hecho reconectar con nosotros mismos y con los demás. Nos ha dado nuevos ojos para enfocar la vida desde lo comunicacional, en lo profesional y en lo personal.

Agradecido estoy por el 2 x 1. Llegué con expectativas profesionales y me fui con herramientas profesionales y expansión afectiva. Si el Universo se expande, ¿por qué será que tendemos a encogernos con los años? ¿A encoger las expectativas, las ganas, los sueños, los amores, los aprendizajes, los poderes y tantas otras cosas?

El otro dia escuché a alguien decir que había hecho una nueva amistad cuando ya venía cerrando la persiana con tantos desencantos. Para los que todavía apostamos a hacer nuevos amigos, amigos en serio, el pasaje por este posgrado nos dió herramientas, sogas, roldanas para levantar las persianas y encontrarnos con ese otro que es yo, porque busca lo mismo (y por lo que nos diferencia también). Lo de verse reflejado no es una frase rebuscada o un lugar común. Yo lo viví en la Especialización/Maestría. Ojala que muchos puedan experimentar lo que este grupo de vulnerables sigue experimentando cada vez que nos encontramos.

Festejo entonces el nacimiento de este nuevo libro producto del medio de cultivo que nos supo descubrir. Chin chin!



Les dejo los audios con las palabras de algunos de los autores.

jueves, 23 de mayo de 2013

Ciencia al ataque.

Un espacio para hablar sobre ciencia en LT8 (AM830) los miércoles a las 23 hs.



El miércoles 22 de mayo tuve la oportunidad de charlar con Nicolás Rufiné, conductor del micro "Ciencia al ataque". Este espacio se desarrolla dentro del programa "Sueñero", conducido por Marcelo Nocetti quien también participó del intercambio de ideas.

Les agradezco a ambos la oportunidad de hablar sobre comunicación científica y contarles mi enfoque sobre el tema. Me sentí cómodo y estimo que ellos también ya que dijeron que esperan que vuelva. ¡Así será!

Les dejo el audio de la charla.

lunes, 13 de mayo de 2013

Noventa minutos de siesta "despiertan" la mente.

Un estudio de la Universidad californiana de Berkeley (EE.UU.) revela que 90 minutos de siesta sirven para despejar la mente y aumentar la capacidad de aprendizaje.




Para llegar a esta conclusión, Matthew Walker y su equipo realizaron un experimento con 39 adultos jóvenes y sanos a los que dividieron en dos grupos: los que dormían la siesta y los que no. A mediodía, todos ellos realizaron una tarea de aprendizaje destinada a poner a prueba el hipocampo, una región del cerebro vinculada a la memoria. Dos horas después, la mitad de ellos echaron una siesta de 90 minutos. Cuando a las 6 de la tarde se les pidió que hicieran una nueva ronda de ejercicios de aprendizaje, los resultados mostraron que quienes habían permanecido despiertos todo el día aprendían con más lentitud. Por el contrario, los que habían disfrutado de una siesta obtuvieron mejores resultados, e incluso muchos habían mejorado su capacidad de aprender frente a la prueba de la mañana.

Los hallazgos apoyan la hipótesis de que dormir es necesario para limpiar la memoria a corto plazo y "hacer hueco" para nueva información, explicó Walker ayer domingo durante la conferencia anual de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS), en San Diego (EE.UU.). "Es como si la bandeja de entrada de nuestro hipocampo estuviera llena y hasta que no dormimos y limpiamos todos esos correos no pudiésemos recibir más mails", añade el investigador, y explica que al dormir "pasamos los correos" a otra "carpeta", la corteza prefrontal, con mucha más capacidad.

Por otra parte, cuanta más horas pasamos despiertos, más lento se vuelve nuestro cerebro. Además, pasar una noche en vela reduce en casi un 40 por ciento la capacidad para emprender nuevas actividades debido a la paralización de algunas zonas del cerebro. Ahora Walker y su equipo quieren estudiar si la reducción de las horas de sueño que suele acompañar al envejecimiento está vinculada a la pérdida de memoria y las enfermedades neurodegenerativas, lo que podría aportar nuevas pistas para combatir, por ejemplo, el Alzheimer.

Fuente:
www.muyinteresante.es

jueves, 9 de mayo de 2013

¿Por qué el coeficiente emocional es más importante que el coeficiente intelectual?

¿Por qué el coeficiente emocional es más importante que el coeficiente intelectual?

Por Alejandra del Fabro

La Inteligencia Emocional es la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos. Si bien el término nació mucho antes, fue en el año 1995 con la publicación del libro La Inteligencia Emocional, del psicólogo estadounidense Daniel Goleman, que se popularizó. Este libro está compuesto por investigaciones que Goleman llevó a cabo durante diez años en la Universidad de Harvard, con la colaboración de las Universidades de Yale y Michigan, gracias a sus conocimientos e investigaciones de la mente humana y a los avances que se habían producido hasta ese momento, en el campo de las neurociencias.

La teoría de Goleman sugiere que la Inteligencia Emocional se podría organizar en cinco capacidades: conocer las emociones y sentimientos propios, manejarlos, reconocerlos, automotivarse y gestionar relaciones.

maestro_alumno_banner


El panorama escolar

 Si nos remontamos a unos años atrás, podemos observar cómo los profesores preferían a los niños conformistas que conseguían buenas notas y exigían poco de ellos.

El “conformismo” y “exigir poco” van de la mano de la poca motivación hacia la creatividad y el fortalecimiento de la autoestima. Es no animarse a ampliar la “zona de seguridad”, tal como se la denomina en Neurosicoeducación. En este sector no nos sentimos necesariamente felices, sino que es el círculo en el que aunque poco feliz, conocemos y en que nos acostumbramos a vivir.

Es por esto que era habitual encontrar alumnos atentos en clase, memorizando explicaciones del profesor y sacando, en el mejor de los casos, buenas notas. El objetivo era que los alumnos desarrollasen capacidades lógico matemáticas que eran después evaluadas y podrían “medirse” con el test de Coeficiente Intelectual.
Los avances en el campo de las ciencias y las neurociencias nos hacen predecir, por un lado, que este escenario no garantiza el aprendizaje duradero en el tiempo. Lo más probable es que estos alumnos sacasen notas maravillosas en sus evaluaciones, pero esos conocimientos, al poco tiempo, desaparecerían de sus mentes producto de, fundamentalmente, el escaso (o nulo) rol y compromiso emocional. Esta escasez, resulta en redes neuronales débiles que al no tener impacto emocional y al no ejercitarse en el futuro (en este caso, una vez concluida la evaluación) se debilitan hasta finalmente desaparecer.

Por otro lado, es bastante penoso el resultado del análisis de los sistemas educativos. Los más adelantados coinciden que la formación docente, además de contemplar los contenidos de cada disciplina, la psicología y la pedagogía, debería incluir una introducción a las neurociencias. Contando con descubrimientos sobre la forma en la que aprende el cerebro y cuán importante es el rol de las emociones en la vida diaria, el hecho de que las habilidades de la Inteligencia Emocional no sean contempladas por la gran mayoría de los sistemas a nivel mundial no es un hecho menor.

Encontramos aquí, en este último punto, un semáforo en rojo que exige un espacio para reflexionar. Es evidente que para que un niño, o un joven, se desarrolle como una persona feliz no basta con que su formación contemple contenidos o retenga datos, es decir, no es suficiente que incremente un Coeficiente Intelectual alto.

El aula actual no muestra demasiados cambios comparado con el escenario que se describe anteriormente. Si bien se incluye en la mayoría de los currículos escolares el pensamiento crítico, este no siempre es llevado a la práctica. Sería imperioso que la formación docente y escuela contemplasen el desarrollo de la Inteligencia Emocional para que pueda aplicarse en el ámbito de la educación formal, transmitirla a los padres y así, en conjunto, educar a toda la persona (Coeficiente Intelectual y Coeficiente Emocional).

“LA INTELIGENCIA EMOCIONAL ES UN FACTOR DECISIVO A LA HORA DE LA FORMACION ACADEMICA”

emocion2 


La alfabetización emocional

¿Por qué es imperioso educar en un ambiente que contemple la Inteligencia Emocional?

 Nada más exacto que las palabras del mismísimo Goleman para responder a esta pregunta. En el año 2010, Goleman fue invitado a brindar una conferencia sobre habilidades emocionales a COs de doscientas empresas en Estados Unidos. Cada uno de los participantes era gerente de su área. Más aún, todos habían realizado “masters” y obtenido sus doctorados en las universidades más prestigiosas y costosas.

¿Qué es, pues, lo que hace la diferencia?
Goleman comenzó su conferencia con una pregunta de la que ya tenía la respuesta. Preguntó, “¿Cuántos de ustedes recibieron sus graduaciones siendo ¨top ten¨ de sus clases?” Esta pequeña encuesta informal, dio el resultado que Goleman esperaba y sabía por sus investigaciones. Solamente cuatro de las doscientas personas levantaron la mano. Más interesante es la explicación que siguió a la encuesta. “…La persona necesita del Coeficiente Intelectual, pero para tener éxito hace falta desarrollar el Coeficiente Emocional…” que es el que garantiza las buenas relaciones inter e intra personales mediante el desarrollo de la Inteligencias Intrapersonal e Interpersonal. (1)

El Coeficiente Intelectual solo predice entre el 4 y el 10% el éxito profesional. Esto deja afuera una contribución amplia de otros factores. Uno de ellos es la Inteligencia Emocional.

Entre las habilidades que distinguen a personas sobresalientes en cientos de organizaciones se observan claramente dos ítems: cuáles de las habilidades se basan en Coeficiente Intelectual y en el conocimiento técnico en habilidades puramente cognitivas y cuántas pertenecen al dominio de la Inteligencia Emocional.
“Resulta ser que para todo tipo de trabajos, a la hora de diferenciar a “las estrellas” del resto, la Inteligencia Emocional tiene el doble de importancia que las habilidades cognitivas. A mayor nivel en una organización, mayor su importancia. Así que para los líderes de primer nivel, es estos modelos de competencia el 80 y 90% de las habilidades pertenecen al dominio de la Inteligencia Emocional.” Afirma Goleman con convicción.
No es que el Coeficiente Intelectual y el conocimiento técnico no importen, sino que simplemente son habilidades básicas. El Coeficiente Intelectual es el indicador más fuerte de qué tipo de trabajo puede obtener una persona, pero el Coeficiente Emocional es el que mantiene a la persona en ese puesto. No es el Coeficiente Intelectual el que predice quién será un trabajador sobresaliente. Todo eso tiene que ver con la Inteligencia Emocional, con cómo nos manejamos y cuán efectivos somos en las relaciones personales.

Hay una habilidad cognitiva que aparece una y otra vez como indicador de líderes sobresalientes. Es lo que llamaríamos el “pensamiento global”, “reconocimiento de patrón” o “pensamiento de sistemas”. Consiste en entender la importancia de plantearse frente a una decisión actual y su implicancia en los cinco o diez años por venir. O, quizás de una manera más significativa, “¿Qué visión estratégica deberíamos tener para avanzar?”. Y una vez que tenemos el plan estratégico, una vez que sabemos hacia dónde vamos, el problema es el siguiente: “sólo podemos llegar a ello por medio de las personas”. Para ejecutar ese plan, esa estrategia, necesitamos persuadir, inspirar, escuchar, motivar, comunicar y esas son competencias de la Inteligencia Emocional.

Enclases 


La inteligencia Emocional en la escuela, hoy

La gran mayoría de las personas dan por hecho que todos los seres humanos nacen con una serie de recursos innatos que le permiten crear la propia autoestima y autocontrol. Sin embargo, al igual que la inteligencia cognitiva, la Inteligencia Emocional se aprende.

La buena noticia es que podemos trabajar la inteligencia Emocional en la escuela y en todos los niveles. Es por esto que la escuela se debería plantear enseñar a los alumnos a ser “emocionalmente inteligentes”, dotándolos de estrategias y ayudándolos a desarrollar habilidades emocionales básicas que les protejan de los factores de riesgo o, al menos, que puedan palear sus efectos negativos.

Aun sin estar contemplado, como se mencionó, el desarrollo de esta inteligencia en casi ninguno de los sistemas educativos del mundo, cada escuela, cada docente puede tomar los contenidos curriculares y enfocarlos de manera que poco a poco vaya dotando a los alumnos de estas estrategias y ayudarlos a desarrollar las habilidades emocionales básicas.

Imaginemos, en un alarde de optimismo, que la comunidad educativa estuviera convencida de que la inteligencia emocional debiera ser uno de los objetivos básicos a perseguir por el sistema educativo, de esta manera, cada comunidad educativa estaría educando íntegramente a las personas que deberán afrontar los inciertos desafíos del siglo XXI, los líderes, “las estrellas, protagonistas del futuro”.

Desde la Neurosicoeducación consideramos que un espacio educativo es aquel que más allá del lugar donde se encuentre, enseña habilidades cognitivas (el Coeficiente Intelectual) y, además, educa a toda la persona (Coeficiente Emocional) para que se desenvuelva, para que aprenda, poco a poco, a desarrollarse como un mejor ser humano.

(1)Inteligencia Intrapersonal: capacidad de formar un modelo realista y preciso de uno mismo, teniendo acceso a los propios sentimientos y usarlos como guías en la conducta.
Inteligencia Interpersonal: capacidad de comprender a los demás; qué los motiva, cómo operan, cómo relacionarse adecuadamente y capacidad de reconocer y reaccionar ante el humor, el temperamento y las emociones de los otros.


Marita Castro

Prof. Nse. Alejandra del Fabro
Oradora en Asociación Educar.
Fundadora del Instituto de Idio+delfabro.
Aplicando las Neurociencias, la metodología pedagógica de su instituto se basa en los procesos enseñanza-aprendizaje compatibles con la forma en la que aprende el cerebro.
Partner DANA Foundation, New York, USA.

Fuente:
psyciencia.com

El Concejo Municipal distingue a docente de la UNR

Se trata de Teresita Terán quien fue declarada Ciudadana Distinguida. Por Claudio Pairoba * En una ceremonia presidida por la concejala An...