Aunque
se desconoce si es una causa o una consecuencia de la enfermedad de
Alzheimer, esta dolencia está asociada, entre otros factores, a la
alteración de las neuronas granulares del hipocampo, relacionadas con la
adquisición de nuevas memorias.
Sin embargo, una investigación liderada por el Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC) demuestra que los cambios en la
estructura y la conectividad de dichas células son reversibles.
El trabajo, publicado en la revista Molecular Psychiatry,
describe que la aplicación del protocolo conocido como enriquecimiento
ambiental puede devolver a estas neuronas su estructura original. Dicho
protocolo consiste en una combinación de ejercicio físico, estimulación
cognitiva e interacción social.
El enriquecimiento ambiental puede devolver a las neuronas granulares su estructura original
Los resultados se han obtenido gracias al análisis de ratones
transgénicos usados como modelo de la enfermedad de Alzheimer y que
sobreexpresan la proteína GSK3.
“Los análisis revelaron que las neuronas granulares de giro dentado
del hipocampo de dichos ratones presentaban alteraciones en su
estructura y en su conectividad muy similares a las de los pacientes de
la dolencia”, explica María Llorens‐Martín, investigadora del Centro de
Biología Molecular Severo Ochoa y primera firmante del artículo.
Los ratones transgénicos que fueron enjaulados en cajas de mayor
tamaño –con norias de ejercicio y otros objetos–, y en grupos más
grandes recuperaron la estructura y conectividad de sus neuronas
granulares tras ser sometidos a dichos estímulos.
Alteraciones ‘reversibles’
La normalización de los niveles de actividad de la proteína GSK3,
cuya sobreexpresión emula los efectos de la enfermedad, logró los mismos
resultados. Para Llorens‐Martín, este hecho “demuestra la
reversibilidad de las alteraciones celulares asociadas a la enfermedad
de Alzheimer en estas neuronas”.
Una neurona normal se caracteriza por tener una única dendrita apical
primaria con una mayor ramificación distal del árbol dendrítico. Sin
embargo, las neuronas granulares asociadas al alzhéimer presentan dos o
más dendritas apicales primarias y la ramificación de su árbol
dendrítico es mayor en la zona proximal.
“Tanto la normalización de los niveles de actividad de GSK3 como la
aplicación del protocolo de enriquecimiento ambiental devuelven a las
neuronas granulares su configuración original”, confirma Jesús Ávila,
responsable del artículo. Dichas neuronas se localizan en la región del
giro dentado del hipocampo.
Según concluye Llorens‐Martín, “esta región cerebral es considerada
una zona de gran importancia en el procesamiento de la memoria, ya que
es una de las dos únicas regiones del cerebro adulto en las que existe
neurogénesis adulta (proceso mediante el que se producen nuevas
neuronas)”. El siguiente paso será “evaluar los efectos que la reversión
de la patología celular ejercen sobre el comportamiento”.
La investigación ha contado con la participación de investigadores
del Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Enfermedades
Neurodegenerativas, la Universidad de Barcelona, el Laboratorio Cajal de
Circuitos Corticales (centro mixto del CSIC y la Universidad
Politécnica de Madrid) y la Fundación CIEN.
Referencia bibliográfica:
M Llorens‐Martín, A Fuster‐Matanzo, CM Teixeira, J Jurado‐Arjona, F
Ulloa, J deFelipe, A Rábano, F Hernández, E Soriano and J Ávila. GSK‐3b
overexpression causes reversible alterations on postsynaptic densities
and dendritic morphology of hippocampal granule neurons in vivo.
Molecular Psychiatry. DOI: 10.1038/mp.2013.4
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