El típico investigador de laboratorio,
encerrado con sus tubos de ensayo y mapas genéticos, desligado de la
política y sólo abocado a su labor exclusiva, parece ser sólo un
estereotipo que algunas manifestaciones recientes rebaten.
En argentina, según Cavallo, los científicos tenían que lavar los platos. Marca de época neoliberal: fuga de cerebros.
A más de diez años de la crisis
económica, política y social de 2001, las cosas cambiaron en relación a
los científicos. Hacia fines de 2007 se crea el Ministerio de Ciencia,
Tecnología e Innovación Productiva; con un tipo de política que venía
perfilándose desde 2003, cuando fuera elegido Presidente de la república
Néstor Kirchner. Marca de época intervencionista: repatriación de
científicos.
Pero no sólo volvieron científicos para
investigar (aunque sí en su mayoría), sino que se vió reflejada una
vocación de divulgación en muchos de ellos; y, en este caso, de
actuación.
“Área 23” es una ficción de contenido
científico que se emite por el canal Tecnópolis TV (lanzado
recientemente), protagonizada por Carolina Peleritti. Es la primera
serie Argentina sobre ciencia, y se centra en la historia de Eugenia
Simone (Peleritti) y su equipo de trabajo en un laboratorio de alta
complejidad, donde deberán resolver problemas biomédicos, ambientales y
judiciales.
“En mi caso interpreto a un
científico que se formó con el fundador del laboratorio y que se quedó
en el país apostando al crecimiento en ciencia y tecnología como
herramienta de desarrollo”, dice Luis Cappozzo, científico argentino devenido en actor. “En
la vida real soy biólogo marino, investigador del Museo Argentino de
Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia y de la Universidad Maimónides y
Fundación Azara”.
Tal vez, su nueva faceta actoral guarde alguna relación con sus deseos de divulgar la actividad científica.
“La comunicación de la ciencia es algo que desarrollé con un fuerte
compromiso hacia la idea de que la información y el conocimiento
científico deben ser públicos. Luego comencé a realizar contenidos para
televisión y la actuación fue casualidad, comenzó como un ensayo y mis
compañeros de Mulata Films terminaron ofreciéndome una oportunidad que
disfruté mucho”, comenta.
Primero quisiera que me cuentes cómo surgió la idea de hacer una serie que tratara temas científicos.
Es una idea original de Mulata
Films, la productora con la que realicé la ficción. La propuesta
original que me hicieron fue realizar los contenidos científicos temas
que son sobre especialidades en las que se destaca nuestro país
(biología molecular y celular, genética, salud pública, clonación,
organismos genéticamente modificados, ecología). A partir de esta
propuesta consulté información sobre lo que se está realizando en
investigación en los laboratorios científicos. Se trató de una propuesta
muy general a la que le fuimos dando forma. Propuse los temas
científicos en el contexto de la ficción y a partir de allí,
suministraba los contenidos y junto a los guionistas y el director le
fuimos dando forma. El problema principal que tenía la productora
(cualquier productora se enfrenta al mismo problema cuando se trata de
ciencia) es que resulta complejo ficcionar sobre temas científicos, que
tengan contenido pero que además la propuesta de las historias que
transcurren atrapen por sí mismas al televidente.
Por otra parte, ¿cuál es el
principal objetivo de la tira? ¿Se piensa principalmente en el contenido
o también se tiene mucho en cuenta la puesta en escena?
El objetivo de la serie es múltiple:
busca entretener (es tan atrapante como cualquier otra ficción, me
atrevo a decirte que es más atrapante, estamos todos muy contentos con
el resultado), brindar información y saberes científicos que permitan,
por ejemplo, que mientras el televidente sufre por la muerte de algún
personaje pueda comprender qué mecanismo utiliza la ciencia para
establecer filiación o cuán importante es la prevención en la salud
pública (con vacunas desarrolladas aquí) o de qué se trata un organismo
genéticamente modificado. Los destinatarios de la serie son
principalmente los jóvenes y los empresarios, porque se busca despertar
vocaciones por la ciencia en los primeros y mostrar que la inversión
privada en ciencia y tecnología brinda más oportunidades a los
empresarios. En nuestro país hace falta que existan más doctores en
geología, físicos, matemáticos, ingenieros, químicos y biólogos y
también más inversión privada en desarrollo tecnológico…
¿Se planea una emisión de más temporadas o es una experiencia única?
Todos los que participamos de la
experiencia estamos muy contentos con los resultados. La serie fue bien
recibida por el público. Se emite por TDA a través de la señal de
Tecnópolis TV y entiendo que se irá ampliando la grilla a prestadoras de
cable hasta que se instale la señal. Todos estamos planeando más y
más, pero por ahora puedo decir que estamos planeando realizar una
segunda temporada. Es mejor dar un paso por vez.
¿De cuántos capítulos se conforma la primera temporada?
Toda la serie consta de diez
capítulos de ficción que cuentan las relaciones diarias entre los
miembros de un laboratorio de investigación como los que existen en
nuestro país (lo puedo decir porque el público científico quedó
encantado con la ficción, y mis colegas son el público más exigente en
las críticas) y en cada capítulo resuelven un caso, por lo tanto nuestro
equipo de científicos resolvió nueve casos (los capítulos nueve y diez
conforman un capítulo doble). En cada capítulo hay drama, comedia, amor,
tristezas, alegrías, envidias; es decir, todo lo que los seres humanos
sentimos como resultado de interactuar con otros está reflejado allí.
Luego hay tres capítulos en los que entrevistamos a prestigiosos
científicos que cuentan sus trabajos y dan sus opiniones sobre la serie,
alternando con escenas de la ficción y acercándola a la realidad en
nuestros laboratorios e institutos científicos donde se producen nuevos
conocimientos, y por último un capítulo sorpresa.
¿Estás
relacionado por alguna otra actividad con el canal Tecnópolis?
¿Qué opinión tenés acerca de la señal, de su llegada a la gente, de los
objetivos que se plantea?
La señal es excelente en su calidad
de transmisión y mejor aún en sus contenidos de grilla de programación.
Allí están comunicadores de la talla de Adrián Paenza y Diego Golombek,
además ambos son científicos. Es un privilegio compartir aire con ellos
y estamos contentos de ofrecer algo diferente, en nuestro caso una
ficción o como diría mi tía, un “teleteatro muy entretenido que además
educa e informa”. Es muy buena la propuesta del canal y debe seguir
creciendo en cantidad de programas y mantener la calidad. Es un desafío
importante que debe tener continuidad por la importancia que tendrá
comunicar ciencia en nuestra sociedad. La televisión de gestión privada
tiene en estos tiempos una visión comercial y pasatista, es cierto que
son empresas que deben ganar dinero, pero los contenidos son pobres y no
pasan de bailar, criticar o tener dos minutos de fama.
Por otra parte, no trabajo para el
Tecnópolis TV, trabajo para el CONICET, pero sí estoy relacionado con
los objetivos del canal y estoy convencido de que debe ampliarse y mucho
la cantidad de contenidos sobre ciencia en los medios de comunicación
masivos. Estamos en la era del conocimiento científico y tecnológico.
Quien no aprenda sobre ciencia y tecnología queda anclado en el pasado.
No alcanza con escuchar en una
publicidad “está científicamente comprobado”, se requiere comprender por
qué y cómo ocurren las cosas que nos afectan, qué diferencias existen
entre comprar vacunas en el exterior o producirlas en nuestro país
masificando su alcance y aplicación. Es importante resaltar qué valor
revisten los avances en genética y cómo influyen en nuestra vida. Mi
relación con el Canal es compartir los objetivos de comunicar ciencia y
tecnología.
¿Qué opinás de la presencia del
estado en este tipo de emprendimiento mediático? ¿Creés que se corre el
riesgo de que se filtre algún sesgo político proselitista en las
emisiones? ¿Creés que la apertura de medios del estado puede generar
contenidos que no se producen en otros canales privados por riesgos a
tener pérdida y poco rating?
La presencia del estado en estos
emprendimientos es muy buena. Llega TV de calidad a muchas personas que
de otra manera no la reciben. Los riesgos de filtración que mencionás no
me preocupan: los contenidos de ciencias son contenidos de ciencias.
Por otro lado, si lo que se filtra es la actual política científica: ¡en
buena hora! Y me alegro mucho. El camino del desarrollo científico y
tecnológico es fundamental para el crecimiento de un país. Miremos sino a
Noruega o a Suecia, como muchos hacen cada vez que buscan ejemplos de
desarrollo, miremos a Australia, a Canadá. Esto es excelente y
comunicarlo, mejor aún. Si además entretenemos sin “desnudarnos por
bailar”, ¡genial!
La apertura de medios con más y mejores contenidos es
un desafío interesante que ojalá prospere. Hay ejemplos instalados como
Encuentro del Ministerio de Educación o la plataforma Educ.ar que son
excelentes y ya están incorporados en la sociedad. Ojalá esto se
multiplique. En relación a la pérdida económica y el tema de rating, si
interviene el Estado lo único importante es que sean contenidos de
calidad, educativo, entretenidos y que esto sea sustentable en el
tiempo. Los que hacen negocios con la televisión son empresas y venden
cosas que los televidentes compran. Ese no es el rol del Estado, sino
que éste debe invertir en educación y democracia. Todo lo que se gaste
en comunicar la ciencia no puede considerarse “pérdida” como planteas en
tu pregunta, sino que debe considerarse ganancia en una sociedad mejor.
En relación a lo anterior, ¿qué opinás del gobierno nacional con respecto a los científicos?
Las políticas científicas en nuestro
país durante los últimos años mostraron señales muy importantes que
comparto y celebro. Desde el Ministerio de Ciencia y Tecnología, junto a
otros organismos científico-tecnológicos descentralizados, como el
CONICET, se busca mejorar la calidad de ciencia y tecnología que se
realiza en el país, y se está logrando. Venimos de tocar fondo cuando un
ministro funesto nos mandó a todos a lavar los platos (cosa que también
hacemos los científicos, y sin problemas) a presenciar un proceso de
cambio en el que se jerarquizó la ciencia y la tecnología, se
priorizaron áreas que resultan de interés para un país con nuestro
perfil (generador de recursos sin valor agregado) y comenzamos a darles
valor agregado a esos recursos. Ese es el camino, siempre falta más,
siempre se quiere más, pero la política científica es adecuada y mejoró
como nunca, que yo recuerde, en nuestro país desde los trágicos sucesos
de mediados de los sesenta, que generó una diáspora de recursos humanos
calificados.
La importancia y el valor que tiene, no
sólo la serie, sino la señal “Tecnópolis TV” para Cappozzo, lo impulsó a
comunicar ciencia para poder educar. “Desde hace menos de una
década se generalizó la importancia de difundir el conocimiento
científico. Si de divulgación científica se trata, nuestro país es
pionero en América latina. La ciencia como herramienta de desarrollo
social y la importancia de los científicos como parte integral de una
sociedad compleja, que podemos llamar sociedad del conocimiento, se
comprende hoy con mayor aceptación que hace diez años. Por eso muchos
científicos decidimos ‘salir del laboratorio’ y comunicar a través de
diferentes formatos el conocimiento científico. Otro tanto hacen los
periodistas científicos que se especializaron en ciencia y tecnología
durante los últimos quince años. Es muy importante que comuniquen lo que
ocurre en nuestros laboratorios”.
Fuente:
http://labastardilla.net/2012/09/television-y-ciencia-entrevista-a-luis-capozzo/
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