martes, 8 de noviembre de 2011

La ciencia sí es para viejos

La edad a la que los investigadores realizan sus grandes contribuciones ha aumentado en el último siglo
Por Miguel Ángel Criado 

El científico alemán Werner Heisenberg. afp
Werner Heisenberg
Fue Albert Einstein el que dijo: "Quien no ha hecho su gran contribución a la ciencia antes de los 30 ya nunca la hará". En esto, el gran físico, que postuló su teoría de la relatividad a los 26 años, se equivocaba. La edad que tenían los grandes científicos cuando realizaron el trabajo por el que fueron premiados con el Nobel ha ido aumentando a lo largo del pasado siglo. 

Dos economistas estadounidenses (de las universidades Ohio State y Northwestern) han analizado la relación entre creatividad científica y edad para desmontar el tópico sostenido por Einstein. Bucearon en la historia de los 525 premiados con el Nobel en las categorías de Física, Química y Medicina desde que se fundaron los galardones hasta 2008.

Einstein describió muy bien el tiempo que le tocó vivir. Antes de 1905, el 69% de los químicos, el 63% de los médicos y el 60% de los físicos reconocidos con el Nobel habían realizado el trabajo por el que fueron reconocidos antes de superar los 40 años. Pero el físico alemán no acertó como pitoniso. Progresivamente, los científicos han venido tardando más en plasmar sus mejores ideas. Ya en el siglo XXI, por ejemplo, sólo el 19% de los físicos estaban por debajo de los 40 años en el momento de tener la genial idea, dos tercios menos que un siglo atrás. Desde 1985, la media se sitúa en los 50 años, 13 años más.


La química y la medicina presentan la misma tendencia, aunque en estas disciplinas las edades de partida y final no eran tan extremas. Aún así, desde 2000 no hay químicos que hayan hecho sus mejores experimentos antes de los 40. En la segunda, de una edad media de 39,9 se ha pasado en el último cuarto de siglo a los 45.


Conocimiento acumulado
"Hay dos factores que entran en juego", dice el profesor Benjamin F. Jones, de la Universidad Northwestern y coautor del trabajo publicado en PNAS. "Por un lado, el conocimiento se acumula con el tiempo, por lo que se necesitan más años para llegar hasta la investigación de frontera. Además, ha aumentado el trabajo empírico, que suele hacerse a edades más tardías".


Hay una excepción a este patrón de envejecimiento y es el de la física en el primer tercio del siglo XX. Un 31% de los premiados hasta 1923 tenían menos de 30 años en la cumbre de su fertilidad científica. Si se eleva la edad hasta los 40, la cifra llega hasta el 78% en 1934. El alemán Werner Heisenberg, por ejemplo, desarrolló su mecánica matricial en 1925, a la edad de 23 años, y su Principio de Incertidumbre dos años después. Y no fue el único caso. Con Wolfgang Pauli y Paul Dirac, Heisenberg representa a la hornada de científicos que, antes de cumplir los 30, ya habían sentado las bases de la mecánica cuántica.


Además de confirmar la norma, la excepción sirve esta vez para explicar mejor la dinámica entre creatividad y edad. La tendencia que han observado los autores es que la ciencia se ha hecho cada vez más empírica, mientras que la mecánica cuántica fue, en sus inicios, fundamentalmente teórica. "Aunque la física tiene más teoría que la química o la medicina, el trabajo en todos los campos es cada vez más empírico", sostiene Jones. Por el listado del Nobel, se puede afirmar que hoy se experimenta más y se teoriza menos.


La excepción cuántica explica algo más: los jóvenes suelen traer la revolución. Personajes como Heisenberg, que tuvo muchos problemas para conseguir graduarse, reflejarían un cierto inconformismo con el conocimiento establecido. "Las evidencias sugieren que el desarrollo de la mecánica cuántica fue en mayor proporción obra de los jóvenes. En parte se debió a que el trabajo teórico es cosa de jóvenes y, creo, en parte también porque adquirir mucho conocimiento acumulado puede hacer más difícil pensar en cosas radicalmente diferentes", opina Jones.


Fuente:
www.publico.es

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