domingo, 26 de junio de 2016

Paoletti: visibilizando lo invisible

Biotecnóloga y artista plástica, Luciana Paoletti ensaya nuevas formas de abordar el mundo de los microorganismos recurriendo a herramientas de ambas disciplinas. Temporalidad y visibilidad como temas convocantes. 





¿Cuál es tu tema de investigación científica?
Ahora trabajo con la Dra. Claudia Banchio en biología celular y molecular de lipidos. Estamos abordando un nuevo modelo de diferenciación neuronal y su relación con la señalización lipídica. En otras palabras, la importancia de los lípidos en la señalización neuronal.

¿Cuál es tu formación?
Estudié Licenciatura en Biotecnología en la Facultad de Cs. Bioquímicas y Farmacéuticas (Universidad Nacional de Rosario, UNR). Cuando terminé la carrera hice el doctorado en el área de microbiología con el Dr. Diego de Mendoza. Ahí es cuando arranqué con lo de arte. No sé como surge, ya que no tengo antecedentes familiares por el lado artístico. Mientras hacía el doctorado empecé a estudiar Bellas Artes a la noche. Cuando estaba haciendo la tesina de licenciatura (el último trabajo que se hace para la carrera de grado), me dirigía el Dr. Hugo Gramajo. Su esposa es artista plástica, y terminando la carrera comencé a ir a su taller a pintar. Ella es docente de la Facultad de Humanidades y Artes (FHumyAr, UNR) y hacían reuniones de trabajo cuando yo estaba en su taller. Escuchando esas reuniones me decidí a estudiar Bellas Artes. Ellos me llevaban a muestras que tenían de sus alumnos, lo cual me encantó.

¿Cómo compatibilizabas ciencia y arte?
Empecé a estudiar a la noche y durante el día yo tenía beca de CONICET e iba al laboratorio. Y de ahí me iba a cursar. Mi carrera científica siguió y fui cursando lo que podía de arte. No hacía todas las materias, si no las que me interesaban. Cursé como cinco años así. Hice todo mi doctorado yendo a la noche a la FHumyAr.

Cuando curso una materia de cuarto año que la sigue dictando Roberto Echen, ahí es como que empecé a utilizar lo que yo hacía en el doctorado con las bacterias, en microbiología, para la parte de arte. Comencé a armar mis proyectos con eso. Y ahí dije “con esto sigo” y tuve que dejar de cursar arte porque no podía hacer todo.

En Arte hacía talleres específicos que yo necesitaba mientras seguía con mi doctorado. Así arranqué y me di cuenta de que lo que yo hacía en ciencia lo tenía que usar en arte, que iba a ser mi herramienta y con eso iba a trabajar.


¿Cómo fueron tus primeros proyectos?
Lo primero que hice fue utilizar las bacterias. Primero capturarlas de un montón de lugares, era como que siempre me quedaba con lo invisible. Empecé a tener cantidad de bacterias que no sabía qué eran, pero que me impactaban por el color, la textura o como crecían. Estando en el laboratorio las podía congelar, aislar, obtener en cantidad. Y las empecé a usar como pigmentos para dibujar.

Ahí arranqué. Obviamente tuve que montarme un taller aparte que era como un laboratorio. Y seguí mezclando estas dos cosas. Aunque yo en ciencia no trabajo más con bacterias, en arte es como que esa herramienta la seguí utilizando. Sentía que tenía un gran poder ya que podía trabajar con cosas que nadie veía, lo cual me resultaba muy atractivo y seductor.

¿Cómo se usan las bacterias como pigmentos?
Tengo distintos proyectos. Los proyectos hasta ahora nunca les di un cierre y creo que eso tiene que ver con mi visión más científica. Un tema nunca está cerrado, siempre se continúa y en arte es como que mis proyectos son bastante abiertos.

Arranqué aislando bacterias, obtenía un paisaje y capturaba los microorganismos de ese paisaje. Les tomaba fotografías a esos organismos que formaban colonias a simple vista. Empecé a ver que había bacterias que me gustaban por los colores, por cómo crecían. Hay muchísimos colores diferentes. Entonces, usando técnicas de microbiología, aislaba las bacterias que me interesaban y obtenía gran cantidad. Con esa gran cantidad de bacterias veía cómo crecían, mezcladas o no y me armaba bocetos. Trataba de respetar estos bocetos pero muchas veces lo que crecía era totalmente distinto, ya que la pintura estaba viva. Entonces en nuevos soportes con medios de cultivo para que crezcan las bacterias, yo pintaba con estos cultivos bacterianos y con hongos.

Al principio no se ve nada. Los incubas a 30-37º C y a los días empiezan a crecer los microorganismos haciéndose visible el dibujo, generalmente cosas abstractas. Eso crece hasta un punto y luego va a morir. En el momento en que consideraba que la imagen estaba lista, realizaba la toma fotográfica y esto era la pintura.

Esas fotos las imprimí y hasta el día de hoy sigo buscando lo que más me cierra. Porque no son fotos impresas en papel fotográfico, si no en un papel de acuarela o en tela, porque juega con esto de ser pintura más que fotografías.

¿Está también la idea de lo efímero?
En este tipo de trabajos que surgen de estos proyectos donde yo pinto y dibujo con las bacterias, el nombre de la obra resultante es “Pintura número X”. Pero la foto no es nunca una pintura, es siempre una fotografía, lo cual marca lo efímero de la pintura.

Una sola vez mostré los microorganismos en vivo, en un proyecto para una bienal Kosice. Lo que había presentado en la convocatoria lo llamé estampados biodinámicos, los cuales se generaban por el crecimiento de los microorganismos en la tela. Yo los presentaba encapsulados en unos marcos tipo caja con vidrio adelante. Fue la única vez que presenté las bacterias en vivo en la obra. Después siempre fueron fotografías y una vez video.

¿Qué proyectos tenés en estos momentos?
Ahora estoy empezando a dibujar y me estoy corriendo un poco de los microorganismos y yendo a los detalles invisibles de otras cosas como las plantas. Pero esto es más reciente y todavía no lo mostré. Siempre me impactó la imagen científica, y disfrutaba mucho de eso. Me parecía que eso lo tenía que mostrar. Tengo fotos de mi doctorado que no servían para nada y a mi me parecían tan atractivas visualmente y me las guardaba porque en algún momento las iba a usar para algo. Por eso terminé haciendo esto. En ciencia este tipo de imágenes no son arte. Desde los primeros microscopistas, son resultados de investigaciones. ¿Y por qué no son una obra de arte? Porque el científico no lo hizo con ese fin. Yo pretendo hacer cosas similares pero con un fin artístico. Entonces uso una metodología científica antigua o actual pero ya buscando un fin artístico último.

¿Has participado en muchas muestras?
En general, pocas muestras individuales y muchas colectivas. Mientras pude y de a poquito. Siempre fui más lenta en la parte de arte que en la de ciencia porque no tenía tiempo. De a poco fui creciendo.

¿Cuál es la reacción de la gente en las muestras?
Obviamente la gente no te va a decir no me gusta. En general, bien. Es como que a la gente le sorprende pensar que esos son bacterias y le gusta poder ver un poco de esto que no ven a simple vista. En realidad los pigmentos se vuelven visibles cuando crecen, pero nos rodean porque generalmente son bacterias que están en el aire o en el suelo. De todas formas nadie los podría usar como pigmentos porque ni siquiera se ven. La gente se engancha con el juego de poder ver más de lo que ven a simple vista.

¿Has participado en algún espacio donde puedan asistir alumnos secundarios?
En general sí, porque alguna vez expuse en el Castagnino, en el CEC. No sé si fueron con el colegio, pero sí asistieron chicos de secundaria. Ahora en el Museo Gallardo con la gente de Comunicación Institucional del CCT se organizó una muestra con imágenes de resultados de distintas instituciones del CONICET, lo cual me parece bárbaro porque lo puede ver la gente que no es científica. Si no me parecía, como que esto que a mí me encantaba sobre el poder ver cosas tan maravillosas quedaba reducido a un grupo mínimo.

¿Hay trabajos tuyos en la muestra del Museo Gallardo?
No hay imágenes mías. Yo las ayudé en la organización y en la selección de las imágenes. Esto me parece bárbaro porque ahí se le muestra a la gente lo que ve el científico al microscopio. La idea de la muestra es que las imágenes están agrupadas pero no por temática, si no por una cuestión visual. No hay contenido científico. De las imágenes hay un título y un link armada para la muestra. Quien quiere saber más puede ir a esa página y saber más sobre los grupos de investigación que generaron las imágenes. Pienso que hay gente que de ver cosas, para mí maravillosas, llega a que te interese la ciencia.

¿Como se relaciona tu trabajo con el bioarte?
En realidad es distinto de lo que yo hago. En bioarte es un artista plástico que arma un proyecto en el cual la ciencia está involucrada de alguna manera. A veces son proyectos reales, otras veces no. Y que convocan a un científico que les hace esa parte científica.

Lo mío es muy diferente. Empecé a ver por qué era diferente. Es como que yo soy o juego a ser la artista que diseña el proyecto, pero también soy la científica que lo lleva a cabo y el hecho de poder ser la científica es como que me daba la posibilidad de alterar los protocolos científicos en busca de una resultante artística, que no es lo que hace un proyecto en bioarte. Me gustó ver que puedo jugar con esto de alterar los protocolos y que eso es como una ventaja que me da el hecho de poder hacer arte desde la ciencia. Estoy trabajando proyectos donde ya muestro no tanto una obra final que es el dibujo o la foto, si no jugando con este quehacer científico-artístico modificado. Estoy armando proyectos donde le doy mucha importancia al protocolo, a cómo lo hago. Y no solo terminar mostrando un dibujo si no una instalación de cómo yo estoy extrayendo información de cosas que habitualmente las vemos y punto. Mis próximas muestras van a estar más enfocadas al quehacer más que a un producto final.

¿Hay otra gente trabajando en la temática en la Argentina?
Tal cual lo hago yo, no conozco. Cuando empecé arte, recuerdo que en Pintura I, nos hicieron llevar algo y yo llevé unas placas de Petri con bacterias. Era como que yo copiaba lo que crecía en la placa. Me acuerdo que mi docente de ese momento me dijo que mire obras de Mauro Machado, de acá de Rosario. Él trabajaba mucho con pigmentos orgánicos que cambiaban el color con el tiempo. También trabajó aislando microorganismos. De esas obras nunca llegué a ver fotos y no sé como fueron las resultantes. Cuando me contaron sobre ese trabajo, me pareció que era un trabajo más artesanal y menos científico. Pensé que había alguien conocido que trabaja con bacterias, entonces las abandono. Las retomé cuando llegué a cuarto año de la facultad, diciendo que son lo mío.

Ví algunas obras y fotos, pero de la parte de pigmentos. Pero de la parte de bacterias solo ví dibujos. Y son muy distintos a lo que yo veo.

¿En otros países hay gente trabajando en esta temática?
Tal cual lo mío, no. Pero sí ves en Internet que hay muchos congresos de ciencia que siempre tienen una parte artística donde terminan utilizando bacterias para hacer cosas con ese enfoque. Pero siempre son como anexo a congresos científicos o cuestiones científicas.

Después en arte, te encontrás con proyectos bioartísticos. Creo que en Australia hay armado un laboratorio de arte en el medio de una facultad. Todo el tiempo hacen residencias para gente que quiere trabajar con proyectos artísticos y científicos. Pero son estos proyectos bioartísticos. En estos proyectos la resultante en general, es tener obras que podrían estar tranquilamente en un laboratorio y sin embargo terminan mostrándose como una obra de arte. Pero no son meramente pertenecientes al campo artístico. Siempre la resultante va más en un laboratorio que en un museo. Esto es muy distinto a lo que hago yo. Yo uso las técnicas del laboratorio pero hasta ahora los resultados pertenecían estrictamente al campo del arte. Los otros proyectos son super interesantes pero no es lo que a mí me atrae hacer.

¿Es común que gente de las ciencias experimentales se interese de esta manera por el arte?
No son muchos, pero hay gente en la parte de ciencia a la que le interesa el arte. En distintos rubros. Tal vez no les interesa con ciencia hacer arte, pero que hacen cosas medio híbridas o que les interesa el arte, me encontré con mucha gente. De hecho me los encuentro en las muestras. Más de lo que yo esperaría.

Gente de ciencia que se dedique a arte utilizando ciencia, también hay. Por ejemplo, conozco a alguien de Buenos Aires que es científico y hace cosas de arte que también une las dos cosas de manera totalmente diferente a lo que yo hago, pero muy interesante también. Cada vez descubro más y creo que tiene que ver con esto de que estamos llenos de imágenes que son maravillosas. Si tenés el minimo interés no podés no verlo.

¿Y la gente del arte se acerca a la ciencia experimental?
Veo que hay artistas que se interesan cuando se les cuenta sobre el trabajo científico. Creo que lo que facilitaría el mostrar las investigaciones científicas de otra manera, es buscar la interacción entre el artista y el científico. Decirle a un artista, decirle “mirá, yo descubrí esto. “¿Vos cómo lo mostrarías?” y que participe un artista plástico. Para mí sería extremadamente enriquecedor. Que la gente termine teniendo acceso a la información científica pero que se lo muestre de otra manera.



A título personal
Licenciada en Biotecnología
Doctora en Cs. Biológicas – Universidad Nacional de Rosario
Investigadora Asistente del CONICET
Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (UNR-CONICET)
Docente de Microbiología – Facultad de Cs. Bioquímicas y Farmacéuticas
Universidad Nacional de Rosario
Blog con trabajos: visible-in-visible.blogspot.com

sábado, 18 de junio de 2016

El GEII instaló un sonómetro digital

Federico Miyara, uno de los integrantes del Grupo de Experimentación Innovativa e Instrumental, comenta el logro.
 
El sonómetro está instalado en el CC Fontanarrosa (Foto: GEII).



Consultado por ESPACIO SeCyT, el Ing. Miyara, miembro del Consejo Asesor del Grupo de Experimentación Innovativa e Instrumental (GEII), destacó la labor del grupo para concretar un proyecto de larga data. El GEII depende de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Facultad de Cs. Exactas, Ingeniería y Agrimensura (Universidad Nacional de Rosario) y sus integrantes desempeñan sus tareas en la citada unidad académica.

“Mi agradecimiento público a Cristián Antiba que desde el GEII dirigió el grupo de adscriptos que hicieron realidad un sueño de muchos años, el disponer en un espacio público de Rosario de un sonómetro digital gigante, de manera que los rosarinos podrán "pasar de la teoría a la práctica" y relacionar esa palabrita tan vapuleada como mal entendida, "decibel", con lo que se percibe auditivamente” destacó el docente-investigador de la Facultad de Cs. Exactas, Ingeniería y Agrimensura.


¿Dónde está ubicado el sonómetro?
El sonómetro está instalado en la fachada del Centro Cultural "Roberto Fontanarrosa" (CCRF). Hasta donde sabemos, es el primero en el país, con excepción del que hay en el MALBA de Buenos Aires, que más que un sonómetro es un vúmetro, ya que sólo marca con una barra de luces, sin ninguna cifra. El que se instaló en el CCRF tiene un indicador numérico legible desde 80 m y sus dígitos cambian de color según el grado de riesgo que implica cada nivel. Los niveles inocuos se muestran en verde, los de precaución en amarillo y los que a largo plazo provocan daño auditivo, en rojo.

¿Quiénes más participaron del proyecto?
Debo agradecer a Reinaldo Welti, quien dirige el GEII, a Nora Pouey, que fue siempre fuerza inspiradora y de contención ante las dificultades, a Rafael Ielpi, director del Centro Cultural, que acogió la idea de instalarlo allí, a Graciela Miraglia, también del CCRF, a Daniela Mastrangelo y Bibiana Navarro de la Municipalidad y, por supuesto a los adscriptos (alumnos de Ingeniería Electrónica) que intervinieron en diferentes etapas del proyecto: Darío De Caneva, Nicolás Carbone, Juan Ignacio Cornet, Juan Pablo Curuchet, Franco Di Rosa, Luca Liendo, Andrés Pedro Miyara, Agustín Oyola, Emanuel San Martín.  Antes de su instalación definitiva se pudo apreciar en el hall de Pellegrini, luego en el estacionamiento del polo científico del Centro Universitario Rosario, donde se encuentra el GEII, y en el hall del CCRF durante la realización de la Semana del Sonido.

¿Fuentes de financiamiento para concretar el proyecto?
Esto es difícil de responder con la respuesta convencional que se esperaría. Se usó dinero de subsidios de proyectos de investigación PID, de esos que llegan 2 años después de ejecutado el proyecto. Me refiero a proyectos que si bien están vinculados porque tienen que ver con cuestiones acústicas (por estar involucrados grupos que se dedican a la acústica y el ruido), en realidad se trata de otros proyectos diferentes.  También hubo algunas donaciones y dinero propio de integrantes del equipo. En algunos casos es dinero ahorrado, por ejemplo a algunas actividades de investigación de campo se les asignan viáticos que en su momento los investigadores donaron a un fondo común para afrontar situaciones como ésta, en las que la oportunidad no da para esperar una convocatoria en la cual encuadre lo que uno quiere lograr. Después estuvo el trabajo ad honorem de los adscriptos, que si bien es el subproducto de una actividad extracurricular de aprendizaje, no deja de ser un aporte en fuerza laboral.

¿Hasta cuándo estará instalado en el CCRF?
En forma permanente. La idea es que quede allí. Se eligió la ubicación por ser un lugar muy concurrido y donde se dan además multitud de eventos culturales, sociales, cívicas y políticas, con diversidad de paisajes sonoros. El otro día, por ejemplo, en la marcha "Ni una menos" se estrenó en una manifestación popular muy sentida, donde por la gran aglomeración de personas presentes en la convocatoria se pudo apreciar que los niveles eran entre 10 y 15 decibeles superiores a los de un día cualquiera, y cuando en dos o tres oportunidades sonaron bombas de estruendo, la marca trepó momentáneamente por encima de los 90 dBA

Está la idea de diseñar e implementar otras versiones más pequeñas para ubicar en lugares interiores con acceso de público (Facultades, distritos de la Municipalidad, estaciones) e inclusive el GEII presentó un proyecto Innovar para darle continuidad al proyecto.

sábado, 11 de junio de 2016

Una aliada para detectar las hemorragias digestivas

La tomografía multicorte es un método diagnóstico que permite encontrar causas desconocidas de sangrado. Sólo en Santa Fe se producen, cada año, 45 mil hemorragias digestivas, muchas de ellas graves. Cómo actuar.
 Por Florencia O'Keeffe

Cada año en la provincia de Santa Fe unas 45 mil personas sufren una hemorragia digestiva que puede comprometer su vida. Y aunque en el 85 por ciento de los casos el endoscopista puede determinar la causa del sangrado y planificar junto al equipo médico una solución, hay un grupo importante, de casi 6000 pacientes, en quienes no se puede determinar con exactitud cuál es el origen de la hemorragia. Sin dudas, son estos los que más riesgo corren.

Para develar el verdadero motivo del problema y poder ofrecer un tratamiento se cuenta con el aporte de la tomografía multicorte, que de una manera no invasiva y efectiva permite en la mayoría de las situaciones arribar a la causa. Sobre los avances en este tema, el médico radiólogo Roberto L. Villavicencio expuso en las Jornadas Paulistas de Radiología (las más importantes de Latinoamérica y las terceras más relevantes del mundo).

En diálogo con Más, el especialista y director médico de Grupo Oroño, mencionó que la hemorragia digestiva es más común de lo que la población cree y representa, por su impacto, un problema de salud pública al que se le debe prestar atención. "Las hemorragias se pueden producir en un largo trayecto del tubo digestivo a partir de lesiones que pueden ser en esófago, duodeno, intestino delgado, colon, recto. Pueden ser altas o bajas. Las altas, que son la mayoría, son las más graves".

El médico manifestó que las formas graves deben ser tratadas en un hospital o sanatorio y siempre por un equipo especializado. "El paciente tiene que estar internado en terapia intensiva y ser abordado por un grupo multidisciplinario en el que intervenga un médico clínico, un gastroenterólogo intervencionista, un radiólogo y un cirujano".

Los síntomas de una hemorragia digestiva (sobre todo si es alta) suelen ser lo suficientemente intensos para que la persona concurra de inmediato a una guardia hospitalaria. "El vómito de sangre (hematemesis) suele indicar que se trata de un episodio de jerarquía. El paciente además sufre un sock hipovolémico, palidez extrema, taquicardia, estupor", detalló Villavicencio. Este es el signo, pero el motivo no siempre es claro. "Se produce por problemas erosivos digestivos, por gastritis, por úlceras (que pueden ser provocadas por ejemplo por el consumo de antiinflamatorios no esteroides como los que se usan para el dolor articular), várices, pero hay muchas causas".

En las hemorragias bajas (menos frecuentes y en general menos severas), la causa pueden ser los divertículos del colon.

En otros casos, los síntomas no son tan claros porque la sangre suele estar oculta en heces, como cuando son producto de un cáncer de colon.

"Para determinar el motivo de una hemorragia digestiva el método diagnóstico elegido es la endoscopía alta o baja por su alta sensibilidad para estudiar el tubo digestivo y porque también permite actuar terapéuticamente. Pero en un 10 a 20 por ciento de los casos la endoscopía fracasa en su búsqueda. Allí es donde la tomografía multicorte cumple un rol sumamente importante", comentó el médico.

Para las hemorragias de origen desconocido la tomografía multicorte (un equipamiento que en Santa Fe existe tanto en el sector privado como público de la salud) es, desde hace más de 10 años, el método óptimo para determinar la causa del sangrado.

"Anteriormente se hacían estudios de medicina nuclear o directamente una arteriografía (que es invasiva y dura aproximadamente una hora). Gracias a la tomografía podemos detectar el origen de la hemorragia. Es un método no invasivo, rápido y muy efectivo", enfatizó Villavicencio. 

El especialista comentó que para el examen se requiere usar sustancias de contraste pero que no se necesita ninguna preparación previa. Sí existe una limitante cuando la persona tiene insuficiencia renal, pero aún en esos casos, el médico debe analizar costo-beneficio. "Si se está ante una hemorragia digestiva grave debe considerarse. De hecho, hace algunos años hicimos este estudio a un paciente trasplantado de riñón que tenía un sangrado de origen desconocido y aún cuando no cumplía con el criterio, por su problema renal, pudimos evaluarlo y se le salvó la vida", ejemplificó.

"Una vez que la causa está claramente identificada se pueden tomar decisiones terapéuticas. Si encontramos el lugar exacto de la hemorragia la sobrevida del paciente es significativa, pero si no lo hacemos la tasa de mortalidad puede ser entre un 25 y 57%", dijo, mostrando la relevancia del método de diagnóstico por imágenes en esta enfermedad.

"La arteriografía selectiva que se usaba en otras épocas para fines diagnósticos ya no se utiliza y sólo se recurre a ella en los casos en los que se requiere una embolización. La localización del punto exacto de la hemorragia hoy puede hacerse con el tomógrafo y personal capacitado y ha cambiado el pronóstico y al sobrevida de muchísima gente. Es un gran avance de la última década y cada año tenemos más y mejores respuestas", destacó el médico. 

En las jornadas que se realizaron en la ciudad de San Pablo, Villavicencio participó junto a otra médica rosarina, la neurorradióloga Adriana Ojeda, que disertó sobre la importancia del diagnóstico por imágenes en el ataque cerebral.

Fuente

miércoles, 8 de junio de 2016

Olivieri: el mundo de la quimiometría está arrancando en la Argentina

El docente-investigador de la Universidad Nacional de Rosario nos cuenta sobre su trabajo en esta especialidad, sus inicios y proyectos actuales. Los debates en torno a la docencia y la percepción de los científicos por la sociedad. 

Olivieri trabaja en Quimiometría, una especialidad con grandes oportunidades de inserción laboral (Foto: C. Pairoba).




Docente-investigador de la asignatura Química Analítica, Alejandro Olivieri tiene, además, la capacidad de escribir interesantes textos  de divulgación sobre cuestiones relacionadas con el ámbito académico y científico. Una actitud digna de ser explorada por sus colegas de las ciencias experimentales.

En un reciente artículo Alejandro Olivieri escribió en tono de ciencia ficción una situación docente futura en la cual se redescubre las ventajas de la forma de enseñanza actual.

¿Cómo surgió la idea de escribir el artículo?
En reuniones que estamos teniendo por distinas cuestiones surgió el tema de que los estudiantes no participan y no van a las clases teóricas. Y la carga recae un poco sobre los docentes, quienes no sabemos bien que es lo que pretenden de nosotros para que los estudiantes vayan a clases.

Es como que esta generación de jóvenes necesita otra cosa. Nadie sabe bien qué es, pero parece que la clase tradicional no es lo que ellos precisamente necesitan. A raíz de eso escribí el artículo.

Un investigador de derecho me decía recientemente sobre la necesidad de que los estudiantes presencien las clases por los diálogos que pueden generarse.
Esto es especialmente importante en las carreras de ciencias experimentales, donde es prácticamente imposible hablar a distancia, manejarse por Internet o por teléfono. En el año 92 estuve en España haciendo una pasantía de 6 meses en la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid). La UNED tiene prácticamente todas las carreras, pero me sorprendió la carrera de Química ya que los alumnos no van a la facultad. Y una carrera de Química que no tiene laboratorios….Van una semana al año para cada materia, aproximadamente. Los profesores decían” hoy tenemos consulta”. Se sentaban al lado del teléfono, y durante esa hora el profesor contestaba y hablaba de mecanismos de reacciones orgánicas por teléfono, atendiendo a las consultas de los estudiantes. Y esos estudiantes se graduaban y tenían el título de Licenciado en Química tan válido como cualquier otro. Era una cosa muy extraña. Yo estuve ahí 6 meses y nunca ví un estudiante adentro de la facultad, porque no coincidía con la semana al año en que venían a hacer la práctica al laboratorio.

Contanos sobre tu formación.
Estudié en la Facultad Católica de Química (Rosario) porque en aquella época no existía una carrera de Licenciatura en Química en la ciudad. Tenía que elegir entre irme a Santa Fe (UNL) o a Buenos Aires o La Plata. Entre en el 76 y me recibí en el 81. La carrera de Licenciatura en Química empezó en la Facultad de Cs. Bioquímicas y Farmacéuticas (FBIOyF, Universidad Nacional de Rosario) en el 85.

Luego vine a la FBIOyF e hice el doctorado en Química Orgánica con el Prof Ruveda que ya está jubilado. Me doctoré, me fui a Buenos Aires a hacer un post-doc de un año y pico, después estuve en Illinois, EEUU, en la Universidad de Urbana, Champagne. Luego volví a fines del 88 y ahí concursé un cargo de profesor asociado que después se transformó en titular en Química Analítica, en donde trabajo desde entonces.

Hice el doctorado con beca de CONICET, siguiendo todas las etapas (doctoral, post-doctoral, externa) hasta llegar a la situación actual cuando soy investigador Superior del CONICET. He tenido y tengo la actividad clásica de un docente universitario que al mismo tiempo es investigador y que tiene que repartir su tiempo entre docencia de grado, de posgrado, extensión, servicio, investigación, etc.

Lo cual hace todavía más valorable que tengas ganas de escribir un artículo para un diario.
Me gusta escribir. He hecho talleres de literatura acá en Rosario con la poetisa Celia Fontán. Hasta el año pasado seguíamos yendo a talleres de manera informal dado que ella se jubiló pero quería seguir en actividad. Así que nos encontrábamos en un bar, donde leemos textos y leyendo lo que escribimos en nuestras casas. Siempre me gustó eso. Esto no es literatura científica pero siempre alguna cosita de ciencia aparece en lo que escribo porque es un defecto profesional. Tengo varios artículos de divulgación escritos para la revista Ciencia Hoy.

¿Es común que un investigador de tus características escriba?
No que yo sepa. En general la gente está bastante circunscripta a su trabajo específico. A veces pueden escribir a pedido. Por ejemplo, Ciencia Hoy hizo un número especial sobre la química, el año de esta especialidad. Pidió a una gran cantidad de químicos en el país que escribieran artículos sobre la situación actual y el futuro de la química. Gente que normalmente no escribe, acepta el desafío y lo hace. Pero de motu propio, creo que somos muy pocos.

¿Y a qué se debe esta falta de interés de los investigadores por divulgar?
Supongo que esto es porque la gente está muy enfocada en su trabajo, y no tiene tiempo o interés. No lo sé. En mi caso es un interés personal. También podría decir que es casi una obligación  para nosotros tratar de comunicarnos con el público. Tal vez sea por esto que la sociedad nos ve como un grupo de personas que estamos encerradas en lo nuestro y solo nos llama cuando tienen que enviar un hijo a la universidad para que se reciba y después se desentienden del problema.

Esto viene a cuento de todos estos problemas que hay ahora con los paros universitarios, la falta de presupuesto, los aumentos salariales que no llegan. Es un poco la imagen que tiene la gente de nosotros.

Hay una cuestión cultural, ya que ha habido históricamente una posición manifiesta de los investigadores de adoptar esta posición de lejanía.
Yo creo que es una visión equivocada. Después nos quejamos de que no hay presupuesto, de que los salarios son bajos, de que no hay apoyo estatal. Pero el apoyo estatal es un reflejo del apoyo que la sociedad tendría que darle a la universidad. No le podemos echar la culpa a la sociedad, porque ella reacciona como reacciona. Yo lo veo en mi familia yo soy el único docente profesional investigador de una familia de inmigrantes italianos y esa es la imagen que ellos tienen. ¿Qué están haciendo? ¿Para qué sirve?

Volviendo a que esto es una cuestión cultural, creo que tenemos que trabajar con las generaciones intermedias y jóvenes.
Creo que también nos faltan periodistas que sepan de ciencia. Los medios de comunicación tienen mucho que ver en cómo la sociedad nos ve. Muchas veces uno ve cosas zonzas como noticias en el diario, que están totalmente equivocadas y a veces son hasta risueñas. Y no pasa solo acá. En España había una propaganda que decía que un shampoo era tan bueno, que hasta tiene pH. Estas cosas que llegan deformadas o no llegan, también son un poco responsabilidad de los medios. ¿Cuántos periodistas que escriben o divulgan noticias científicas saben de ciencia?

Hay carrera de periodismo científico. En Buenos Aires está la universidad catalana Pompeu Fabra que tiene un posgrado de periodismo científico. Sería interesante que las universidades nacionales tuvieran carreras de grado y de posgrado de periodismo científico. Eso ayudaría, no sé si en lo inmediato, ya que es a mediano o largo plazo. Estamos hablando de la imagen que se debe transmitir de la universidad, la ciencia, la investigación, a la sociedad, para que sea una cosa natural que el Estado invierta en la universidad y que no se piense que es un gasto.

¿Cómo ves la situación del conflicto universitario?
Hay muchos actores en el conflicto universitario. Para mí hay un par de actores que son fundamentales y que no están actuando. Uno es la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el otro es el Consejo de Rectores. Pero nos estamos metiendo en otro tema. La Fac de Cs Exactas y naturales de la UBA, es la facultad más importante de ciencias de la Argentina. Concentra el 60% de los subsidios de la Agencia Nacional para la Ciencia y la Tecnología para ciencia están en esa facultad. Y Exactas no hace paro. Los profesores dictan clases normalmente cuando hay huelga. Lo he hablado personalmente con ellos. Nunca me lo confesaron abiertamente pero mi impresión es que ellos se sienten como en una especie privilegiada de la Argentina, y el resto son las demás universidades del interior, lo cual es espantoso. Sin saber que probablemente por eso no recibamos el presupuesto y los salarios que merecemos, o en tiempo y forma. Porque lo que no pasa en Buenos Aires no pasa en la Argentina.

Hace dos o tres días que abro el diario y veo noticias de problemas en la universidad cuando el conflicto viene de hace meses. ¿Por que´? Porque la UBA no se plegaba al paro. Siguen dando actividades normales en clases y laboratorios, y hacen jornadas de concientización. Creo que si se hiciera un paro de todas las universidades y cerraran absolutamente todas, incluida Buenos Aires, sería de un impacto tremendo. Esto no está pasando en este momento. El paro no existe porque no está en los noticieros de Buenos Aires.

¿Cuál es tu tema de trabajo?
He ido variando. Mi tesis doctoral la hice con los profesores Rúveda y Gonzalez Sierra en síntesis de productos naturales, o sea que trabajé en Química Orgánica. Es una disciplina absolutamente tediosa y poco gratificante. Años de trabajo para conseguir muy poco. Las condiciones han mejorado un poco pero en aquellas épocas había que hacer muchas cosas a pulmón.

Después me fui a los EE.UU. y trabajé en algunos temas de Fisicoquímica de estado sólido y de Química Orgánica. Cuando volví lo hice a una cátedra de Química Analítica y tuve que dejar de lado todo lo que sabía y dedicarme a otra cosa totalmente distinta. Arranqué de cero y con una obligación de desarrollar mi trabajo en temas de investigación de Química Analítica, ya que era docente de esa área. Había una necesidad muy grande ya que era un área que tradicionalmente no tenía investigación en nuestra facultad y había estado dedicada a la docencia por mucho tiempo.

¿Cómo fueron esos inicios?
No teníamos equipamiento. Para poder hacer Química Analítica y poder competir a nivel internacional necesitás un instrumental que no está al alcance de cualquier subsidio. Después fuimos agregando equipamiento, pero inicialmente usamos herramientas matemáticas y de computación para procesar los pocos datos que podíamos conseguir. Con eso fuimos creciendo y yo personalmente me fui metiendo en una disciplina que se llama quimiometría. Esto es la aplicación de métodos estadísticos, matemáticos y de computación a la Química. No es química teórica, es procesamiento de datos experimentales. No existimos sin un laboratorio que mida cosas.

Nos ha ido bastante bien, tanto es así que ahora viajo a Barcelona, al Congreso Internacional de Quimiometría, donde voy a dar una conferencia plenaria. Si todo va bien, vamos a organizar el próximo congreso internacional de Quimiometría en Rosario en 2018. Hay otros competidores pero el hecho de que hayamos podido ofrecer la ciudad como sede de este acontecimiento, para nosotros es un reconocimiento muy importante. Incluyendo a colegas de Santa Fe y Buenos Aires, entre otros. La primera vez se hizo en Brasil en 2006. Esto da una idea de hasta dónde hemos logrado llegar. Además de otras cuestiones como becarios, compra de equipamiento, publicaciones internacionales. También hemos publicado un libro hace un par de años en Elsevier sobre el tema con Graciela Escandar, mi esposa y docente de la cátedra. Ella trabaja en la parte experimental y yo en la teórica.

¿Qué posibilidades de inserción laboral tiene alguien que se dedica a la Quimiometría?
Hay un aspecto muy práctico de la Quimiometría que tiene que ver con la Química Analítica no invasiva. Hay una técnica llamada espectroscopia de infrarrojo cercano (Near infrared). En el caso de alimentos, sin moler una semilla o extraer su aceite, se la puede irradiar sin tocarla y determinar aceite, humedad, proteína, almidón, ceniza, todo simultáneamente. Esto existe desde hace 30-40 años y ha venido evolucionando.

En la Argentina hay una empresa de origen dinamarqués llamada FOSS que tiene casi el 100% del mercado agroalimentario. Toda industria agroalimentaria argentina potente tiene equipos NIR. Cuestan alrededor de U$S100.000 cada uno pero ahorran una gran cantidad de tiempo. Una metodología similar se usa introduciendo una pistola en dulce de leche y obteniendo información valiosa. Esto no existe sin la quimiometría, que es la que se encarga de que esa señal múltiple indique lo que corresponde a proteína, humedad, grasa y almidón.

En Mendoza hay muchas bodegas que ya tienen NIR. Podés controlar el contenido de antocianinas en cada uva. Hay una pistola portátil de campo; un operario le apunta aun racimo, y uva por uva le mide el contenido de antocianina.

O sea que un graduado que se especializa en Quimiometría tiene muy buenas posibilidades de conseguir trabajo.
Los empresas que compran equipamiento necesitan profesionales especializados para hacer ese trabajo. Lamentablemente hay pocas personas formadas en el tema. Para que te des una idea: una tesinista de grado terminó la tesina con nosotros, trabajando también en la Bolsa de Comercio, quienes tienen un equipo NIR. Un día me llamaron de FOSS, y me piden un estudiante del último año de licenciatura que sepa NIR y Quimiometría. Les contesté “hay uno solo en toda la Argentina y se llama Antonela Bruno”. Ahora está trabajando para FOSS, desde su casa, le dieron un auto y una computadora. Se dedica a recorrer la zona y asesora a las aceiteras. Estuvo en Dinamarca capacitándose.

Aunque las empresas tengan su propio equipamiento necesitan gente especizalida.
Si, porque las empresas te venden un producto. Por ejemplo, si tenés que trabajar con semillas ellos te venden el equipo y una calibración universal que mide 4-5 parámetros en semilla. Pero a vos mañana te puede interesar ver si de ese contenido graso cuánto ácido oleico hay, por ejemplo. Entonces tenés que desarrollar un producto que no existe, que no compraste. Te quedan dos alternativas: comprárselo a FOSS y que lo desarrollen ellos lo cual es muy caro o contratar a alguien que lo haga. Ese alguien tiene que saber quimiometría.

Por ahora las empresas tienen personal no especializado dedicado a operar el equipo con los productos que le vende FOSS. Y son contados los que hacen sus propios desarrollos, pero esto recién empieza en la Argentina. En el mundo las empresas hacen sus propias cosas, sobre todo por cuestiones de confidencialidad. Hay todo un mundo para que los estudiantes vayan a trabajar a esas empresas o para que armen micro emprendimientos de asesoramiento a empresas que usan equipos de NIR. Por ahora hay poca gente formada.

¿Es fácil conseguir candidatos para formar?
No es fácil porque tienen que ser personas a las que les guste la química, que sepan de computación, matemática, estadística. Por eso somos pocos. Por suerte siempre hay alguien. Hay un chico que se doctoró el año pasado (Franco Allegrini) quien tiene experiencia y sabe matemática, computación, sabe programar y está muy bien preparado para todas estas cosas. Por ahora sigue la carrera científica, pero si mañana le interesa armar un emprendimiento propio, está en perfectas condiciones de hacerlo. Hay todo un mundo que está arrancando en la Argentina.

Para ver el video de la entrevista con más preguntas haga click aquí

A título personal
Licenciado en Química Industrial - Universidad Católica Argentina
Doctor en Química - Facultad de Cs. Bioquímicas y Farmacéuticas - Universidad Nacional de Rosario
Prof. Titular de Química Analítica - Facultad de Cs. Bioquímicas y Farmacéuticas - Universidad Nacional de Rosario
Investigador Superior - Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas

sábado, 4 de junio de 2016

Bebidas energéticas que dañan como drogas

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No es la primera vez que os hablamos de las bebidas energéticas.

Cada semana podemos leer noticias sobre estas bebidas. Hace poco os hablábamos de el Aumento las visitas a urgencias después del consumo de bebidas energéticas.

“Monster, Burn, Red Bull, Diesel, Missile… Las energy drinks o bombas hipertónicas.” empieza una noticia en el diario elMundo “Con la segunda lata de una de ellas, Alberto terminó en el hospital. Llegó desorientado y con el corazón al trote por las taquicardias. Podría haberle ocurrido a su hijo, al mío o al hijo del vecino. Alberto forma parte de ese 62% de adolescentes españoles que pueden llegar a tragarse hasta siete litros al mes de bebidas energéticas, según la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés). Un misil de cafeína concentrada y taurina que a diario viaja en las mochilas de los escolares.”

La alarma ha saltado en el Reino Unido. Las bebidas energéticas, enlatadas con llamativos colores, dibujos de toros o rayos, son tan perjudiciales como las drogas. Lo advertía John Vincent, asesor en nutrición juvenil del primer ministro Cameron: «Son otra forma de droga». «Las intoxicaciones que producen, sobre todo en los de menor edad, llegan a ser muy graves. Y, lo que es peor, enganchan a los más pequeños», refrenda la doctora María Luisa Iglesias.


Niños de 9 o 10 años que van al colegio con la lata en la mochila…

Temblores. Inventadas en 1995 por los austriacos de Red Bull, las llamadas bebidas energizantes han salido de los gimnasios, su primer destino, y hoy están al alcance del cualquier mano. En gasolineras, máquinas expendedoras cercanas a colegios e institutos… Uno de cada cinco niños en España va a la escuela con ellas. Un combinado nada apto para menores. «Alteran su capacidad de concentración» y abundan las evidencias, según profesores y médicos, de que provocan vómitos, temblores e irritabilidad.

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A Alberto, estudiante de BUP, le bastó con ingerir 160 miligramos de cafeína y dos de taurina, los principales ingredientes activos de este tipo de bebidas. La cafeína estimula el sistema nervioso central y cardiaco, facilita la liberación de catecolaminas, como la adrenalina y la dopamina, y estimula la vasodilatación. La taurina [del latín toro, de cuya bilis se extrajo por primera, en 1827, este potente ácido] mejora la resistencia física. Una explosión de energía en pocos sorbos.


En España se consumen más de 220 millones de latas de «energéticas»

No hay dosis. Incluso en cantidades moderadas «las consecuencias llegan a ser graves», advierte la doctora Iglesias, del departamento de psiquiatría de la Univ. Autónoma de Barcelona y al frente de las urgencias del Hospital Parc Taulí de Sabadell. «Se las toman cada vez más para estudiar (220 millones de latas se produjeron en España en 2012)».

El Parlamento catalán es el primero dispuesto a regular la venta de estas bebidas y «evitar un consumo excesivo, especialmente entre la población más joven». La propia Cruz Roja, a mediados de febrero,iniciará una campaña en Sabadell, con la distribución de folletos que advierten del peligro que conlleva el consumo descontrolado de bebidas energéticas, especialmente si se combinan con alcohol.


¿Porqué son peligrosas las bebidas energéticas tomadas con alcohol?

Las bebidas energéticas contienen cafeína y taurina, dos componentes estimulantes que combinados con alcohol pueden producir consecuencias fatales para la salud.

La mezcla de este líquido con drogas como la cocaína o la marihuana es extremadamente peligrosa, porque aumentan en forma dramática los riesgos cardiovasculares. Una persona que ingiere alcohol mezclado con una bebida energizante con altas concentraciones de cafeína, se siente con toda la euforia que se produce al ingerir el trago retardando el agotamiento y la fatiga, esto puede parecer un a bendición, sin embargo, su consumo abundante perjudica la salud.

Hay que tener en cuenta que una sola copa equivale a tomarse seis cafés, suficiente para sufrir síntomas como la aceleración del ritmo cardiaco o tener la sensación de no poder respirar.

Un estudio de La Universidad Autónoma de Barcelona y el Hospital de Sabadell demuestra que el consumo de este tipo de combinados puede provocar “intoxicaciones agudas”. Es muy peligroso porque hace falta muy poco para intoxicarse: una sola copa equivale a tomarse seis cafés, suficiente para sufrir síntomas como la aceleración del ritmo cardiaco o tener la sensación de no poder respirar.

Los efectos son distintos en cada persona y tener información sobre lo que se consume y sobre el estado de salud de cada uno es crucial para evitar correr riesgos. Por ello, los médicos recuerdan que las bebidas energéticas están contraindicadas para personas con enfermedades cardíacas, hipertensión, trastornos cerebrales neurológicos, embarazadas, menores de 16 años y diabéticos.


Efectos en la salud

Entre los efectos en la salud que tienen las bebidas energizantes y que se manifiestan alrededor de entre dos y ocho horas después de su consumo y dependiendo de la susceptibilidad de cada persona, son:
  • Intoxicación.
  • Enrojecimiento de la cara.
  • Dolor de cabeza.
  • Dilatación de pupilas.
  • Agitación psicomotora.
  • Hipertensión arterial.
  • Taquicardias.
  • Hiperactividad.
  • Nerviosismo.
  • Vómitos.
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Abuso de bebidas energéticas

Hace unos días os hablábamos de la Muerte de una joven de 24 años después de trabajar durante 30 horas seguidas.

Mita Diran, que vivía en Yakarta, murió después de 30 horas de trabajo. Sus compañeros achacaron su muerte al abuso que hacía de las bebidas energéticas.


Pero ¿son realmente las energy drinks?

La bebida energética o también conocida como energy drinks se define por ser una sustancia que mejora el rendimiento a la hora de practicar deporte, sobre todo en casos de jugadores de pruebas largas.

Estas bebidas contienen estimulantes que poseen altas concentraciones de cafeína, guaraná y taurina. Este tipo de bebidas aceleran la hidratación, lo que es muy útil para los deportistas, sin embargo, su alto consumo puede provocar dolor de cabeza, insomnio, malestar gastrointestinal o incluso un efecto laxante, comentó el doctor Raúl Tovar, especialista en medicina familiar, que ha colaborado en laboratorios donde se estudian bebidas energéticas.

El mundo de las bebidas energizantes no se limita al circuito deportivo. Hoy se venden como productos asociados a fiesta y recreación. “En realidad, estas bebidas no son otra cosa que una droga legal, por así decirlo, para tener un buen rendimiento”, agregó el doctor.

Muchas veces desearíamos tener una cantidad extra de energía que nos ayudara afrontar el día o determinados esfuerzos físicos con más vitalidad y sin muestra de cansancio, pero si no se conoce su composición y para qué sirven, pueden producir un efecto no deseado en la salud.


¿Muertes vinculadas bebidas energéticas?

EEUU investiga la relación entre cinco muertes y el consumo de Monster. Ya van 18 muertos, supuestamente a causa de la ingesta de estas bebidas en EEUU, donde un informe del Gobierno concluye que el número de personas que han acudido a urgencias por latas de empresas como PepsiCo o Monster Beverage se ha duplicado en los últimos cuatro años, pasando de 10.000 a 20.000. «Y en la mayoría de los casos los pacientes eran adolescentes y jóvenes adultos». Aquí «ni eso», dice la doctora Iglesias, «son niños de 9 o 10 años que van al colegio con la latita en la mochila».

Fuente

 

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