La IA viene reconfigurando el mundo a pasos acelerados. Sus avances están acompañados de incertidumbres tales como su capacidad para reflexionar sobre sí misma y el impacto que el lenguaje puede tener en este proceso.
En una reciente entrevista con el sociólogo Fernando Peirone acerca de su libro más reciente El fin de la escritura, el investigador reflexionaba acerca del impacto que está teniendo en la cultura letrada el creciente uso emoticones, gifs y videos. Peirone considera que estamos ante una revolución similar a la ocurrida hace 70.000 años cuando pasamos del lenguaje gestual a la irrupción de la palabra. Este cambio no fue menor ya que hemos construido una cultura basándonos en el lenguaje.
Ahora, la palabra está abriendo nuevas posibilidades de desarrollo para la inteligencia artificial (IA). Más específicamente, se la empieza a vincular en el desarrollo de conciencia por parte de este avance tecnológico, un tema que cosecha opiniones a favor y en contra. Este es un claro ejemplo de que, más allá de lo innegable de sus aportes, la IA empieza a generar sus propias realidades y complejidades. Por un lado resuelve, pero también abre un panorama, bastante incierto, sobre cuestiones que le son propias y cómo éstas impactarán en nuestras vidas.
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Hemos construido un mundo basados en la palabra |