La lectura del lenguaje corporal es
clave para nuestras interacciones con otros humanos. Para los robots también.
¿Qué
opina usted de las minas de oro?
—¿De
las minas de oro? Jamás he pensado en eso.
—Pero
aquí estoy yo, que he pensado por usted. Hace un mes que lo vengo
observando.
Cada vez que le he visto pasar me he dicho: «He aquí un hombre
enérgico,
cuyo puesto está en las minas.» Me he fijado incluso en su modo de
andar,
y estoy convencida de que usted descubrirá algún filón.
—¿Sólo
por mi modo de andar, señora?
—Pues
sí. ¿Acaso no cree que se puede deducir el carácter de una persona
por su manera de andar? Las ciencias
naturales demuestran este hecho.
Los hermanos Karamazov – Libro VIII – Cap. III
Las minas de oro
“Caminante no hay camino, se hace camino
al andar”, dice la canción. Y no solo se hace camino, también se comunica
quiénes somos y cómo nos sentimos. La forma de caminar está dentro del lenguaje
corporal, también conocido como kinésica, la cual estudia la manera en que
nuestros movimientos comunican. La kinésica, a su vez, forma parte de lo que se
conoce como comunicación no verbal (CNV): todo lo que comunicamos sin usar
palabras. El lenguaje corporal se reconoce como una manera primitiva de
comunicar, que aún hoy seguimos utilizando. Primitiva, pero no por eso menos
importante.