sábado, 18 de junio de 2016

El GEII instaló un sonómetro digital

Federico Miyara, uno de los integrantes del Grupo de Experimentación Innovativa e Instrumental, comenta el logro.
 
El sonómetro está instalado en el CC Fontanarrosa (Foto: GEII).



Consultado por ESPACIO SeCyT, el Ing. Miyara, miembro del Consejo Asesor del Grupo de Experimentación Innovativa e Instrumental (GEII), destacó la labor del grupo para concretar un proyecto de larga data. El GEII depende de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Facultad de Cs. Exactas, Ingeniería y Agrimensura (Universidad Nacional de Rosario) y sus integrantes desempeñan sus tareas en la citada unidad académica.

“Mi agradecimiento público a Cristián Antiba que desde el GEII dirigió el grupo de adscriptos que hicieron realidad un sueño de muchos años, el disponer en un espacio público de Rosario de un sonómetro digital gigante, de manera que los rosarinos podrán "pasar de la teoría a la práctica" y relacionar esa palabrita tan vapuleada como mal entendida, "decibel", con lo que se percibe auditivamente” destacó el docente-investigador de la Facultad de Cs. Exactas, Ingeniería y Agrimensura.


¿Dónde está ubicado el sonómetro?
El sonómetro está instalado en la fachada del Centro Cultural "Roberto Fontanarrosa" (CCRF). Hasta donde sabemos, es el primero en el país, con excepción del que hay en el MALBA de Buenos Aires, que más que un sonómetro es un vúmetro, ya que sólo marca con una barra de luces, sin ninguna cifra. El que se instaló en el CCRF tiene un indicador numérico legible desde 80 m y sus dígitos cambian de color según el grado de riesgo que implica cada nivel. Los niveles inocuos se muestran en verde, los de precaución en amarillo y los que a largo plazo provocan daño auditivo, en rojo.

¿Quiénes más participaron del proyecto?
Debo agradecer a Reinaldo Welti, quien dirige el GEII, a Nora Pouey, que fue siempre fuerza inspiradora y de contención ante las dificultades, a Rafael Ielpi, director del Centro Cultural, que acogió la idea de instalarlo allí, a Graciela Miraglia, también del CCRF, a Daniela Mastrangelo y Bibiana Navarro de la Municipalidad y, por supuesto a los adscriptos (alumnos de Ingeniería Electrónica) que intervinieron en diferentes etapas del proyecto: Darío De Caneva, Nicolás Carbone, Juan Ignacio Cornet, Juan Pablo Curuchet, Franco Di Rosa, Luca Liendo, Andrés Pedro Miyara, Agustín Oyola, Emanuel San Martín.  Antes de su instalación definitiva se pudo apreciar en el hall de Pellegrini, luego en el estacionamiento del polo científico del Centro Universitario Rosario, donde se encuentra el GEII, y en el hall del CCRF durante la realización de la Semana del Sonido.

¿Fuentes de financiamiento para concretar el proyecto?
Esto es difícil de responder con la respuesta convencional que se esperaría. Se usó dinero de subsidios de proyectos de investigación PID, de esos que llegan 2 años después de ejecutado el proyecto. Me refiero a proyectos que si bien están vinculados porque tienen que ver con cuestiones acústicas (por estar involucrados grupos que se dedican a la acústica y el ruido), en realidad se trata de otros proyectos diferentes.  También hubo algunas donaciones y dinero propio de integrantes del equipo. En algunos casos es dinero ahorrado, por ejemplo a algunas actividades de investigación de campo se les asignan viáticos que en su momento los investigadores donaron a un fondo común para afrontar situaciones como ésta, en las que la oportunidad no da para esperar una convocatoria en la cual encuadre lo que uno quiere lograr. Después estuvo el trabajo ad honorem de los adscriptos, que si bien es el subproducto de una actividad extracurricular de aprendizaje, no deja de ser un aporte en fuerza laboral.

¿Hasta cuándo estará instalado en el CCRF?
En forma permanente. La idea es que quede allí. Se eligió la ubicación por ser un lugar muy concurrido y donde se dan además multitud de eventos culturales, sociales, cívicas y políticas, con diversidad de paisajes sonoros. El otro día, por ejemplo, en la marcha "Ni una menos" se estrenó en una manifestación popular muy sentida, donde por la gran aglomeración de personas presentes en la convocatoria se pudo apreciar que los niveles eran entre 10 y 15 decibeles superiores a los de un día cualquiera, y cuando en dos o tres oportunidades sonaron bombas de estruendo, la marca trepó momentáneamente por encima de los 90 dBA

Está la idea de diseñar e implementar otras versiones más pequeñas para ubicar en lugares interiores con acceso de público (Facultades, distritos de la Municipalidad, estaciones) e inclusive el GEII presentó un proyecto Innovar para darle continuidad al proyecto.

sábado, 11 de junio de 2016

Una aliada para detectar las hemorragias digestivas

La tomografía multicorte es un método diagnóstico que permite encontrar causas desconocidas de sangrado. Sólo en Santa Fe se producen, cada año, 45 mil hemorragias digestivas, muchas de ellas graves. Cómo actuar.
 Por Florencia O'Keeffe

Cada año en la provincia de Santa Fe unas 45 mil personas sufren una hemorragia digestiva que puede comprometer su vida. Y aunque en el 85 por ciento de los casos el endoscopista puede determinar la causa del sangrado y planificar junto al equipo médico una solución, hay un grupo importante, de casi 6000 pacientes, en quienes no se puede determinar con exactitud cuál es el origen de la hemorragia. Sin dudas, son estos los que más riesgo corren.

Para develar el verdadero motivo del problema y poder ofrecer un tratamiento se cuenta con el aporte de la tomografía multicorte, que de una manera no invasiva y efectiva permite en la mayoría de las situaciones arribar a la causa. Sobre los avances en este tema, el médico radiólogo Roberto L. Villavicencio expuso en las Jornadas Paulistas de Radiología (las más importantes de Latinoamérica y las terceras más relevantes del mundo).

En diálogo con Más, el especialista y director médico de Grupo Oroño, mencionó que la hemorragia digestiva es más común de lo que la población cree y representa, por su impacto, un problema de salud pública al que se le debe prestar atención. "Las hemorragias se pueden producir en un largo trayecto del tubo digestivo a partir de lesiones que pueden ser en esófago, duodeno, intestino delgado, colon, recto. Pueden ser altas o bajas. Las altas, que son la mayoría, son las más graves".

El médico manifestó que las formas graves deben ser tratadas en un hospital o sanatorio y siempre por un equipo especializado. "El paciente tiene que estar internado en terapia intensiva y ser abordado por un grupo multidisciplinario en el que intervenga un médico clínico, un gastroenterólogo intervencionista, un radiólogo y un cirujano".

Los síntomas de una hemorragia digestiva (sobre todo si es alta) suelen ser lo suficientemente intensos para que la persona concurra de inmediato a una guardia hospitalaria. "El vómito de sangre (hematemesis) suele indicar que se trata de un episodio de jerarquía. El paciente además sufre un sock hipovolémico, palidez extrema, taquicardia, estupor", detalló Villavicencio. Este es el signo, pero el motivo no siempre es claro. "Se produce por problemas erosivos digestivos, por gastritis, por úlceras (que pueden ser provocadas por ejemplo por el consumo de antiinflamatorios no esteroides como los que se usan para el dolor articular), várices, pero hay muchas causas".

En las hemorragias bajas (menos frecuentes y en general menos severas), la causa pueden ser los divertículos del colon.

En otros casos, los síntomas no son tan claros porque la sangre suele estar oculta en heces, como cuando son producto de un cáncer de colon.

"Para determinar el motivo de una hemorragia digestiva el método diagnóstico elegido es la endoscopía alta o baja por su alta sensibilidad para estudiar el tubo digestivo y porque también permite actuar terapéuticamente. Pero en un 10 a 20 por ciento de los casos la endoscopía fracasa en su búsqueda. Allí es donde la tomografía multicorte cumple un rol sumamente importante", comentó el médico.

Para las hemorragias de origen desconocido la tomografía multicorte (un equipamiento que en Santa Fe existe tanto en el sector privado como público de la salud) es, desde hace más de 10 años, el método óptimo para determinar la causa del sangrado.

"Anteriormente se hacían estudios de medicina nuclear o directamente una arteriografía (que es invasiva y dura aproximadamente una hora). Gracias a la tomografía podemos detectar el origen de la hemorragia. Es un método no invasivo, rápido y muy efectivo", enfatizó Villavicencio. 

El especialista comentó que para el examen se requiere usar sustancias de contraste pero que no se necesita ninguna preparación previa. Sí existe una limitante cuando la persona tiene insuficiencia renal, pero aún en esos casos, el médico debe analizar costo-beneficio. "Si se está ante una hemorragia digestiva grave debe considerarse. De hecho, hace algunos años hicimos este estudio a un paciente trasplantado de riñón que tenía un sangrado de origen desconocido y aún cuando no cumplía con el criterio, por su problema renal, pudimos evaluarlo y se le salvó la vida", ejemplificó.

"Una vez que la causa está claramente identificada se pueden tomar decisiones terapéuticas. Si encontramos el lugar exacto de la hemorragia la sobrevida del paciente es significativa, pero si no lo hacemos la tasa de mortalidad puede ser entre un 25 y 57%", dijo, mostrando la relevancia del método de diagnóstico por imágenes en esta enfermedad.

"La arteriografía selectiva que se usaba en otras épocas para fines diagnósticos ya no se utiliza y sólo se recurre a ella en los casos en los que se requiere una embolización. La localización del punto exacto de la hemorragia hoy puede hacerse con el tomógrafo y personal capacitado y ha cambiado el pronóstico y al sobrevida de muchísima gente. Es un gran avance de la última década y cada año tenemos más y mejores respuestas", destacó el médico. 

En las jornadas que se realizaron en la ciudad de San Pablo, Villavicencio participó junto a otra médica rosarina, la neurorradióloga Adriana Ojeda, que disertó sobre la importancia del diagnóstico por imágenes en el ataque cerebral.

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miércoles, 8 de junio de 2016

Olivieri: el mundo de la quimiometría está arrancando en la Argentina

El docente-investigador de la Universidad Nacional de Rosario nos cuenta sobre su trabajo en esta especialidad, sus inicios y proyectos actuales. Los debates en torno a la docencia y la percepción de los científicos por la sociedad. 

Olivieri trabaja en Quimiometría, una especialidad con grandes oportunidades de inserción laboral (Foto: C. Pairoba).




Docente-investigador de la asignatura Química Analítica, Alejandro Olivieri tiene, además, la capacidad de escribir interesantes textos  de divulgación sobre cuestiones relacionadas con el ámbito académico y científico. Una actitud digna de ser explorada por sus colegas de las ciencias experimentales.

En un reciente artículo Alejandro Olivieri escribió en tono de ciencia ficción una situación docente futura en la cual se redescubre las ventajas de la forma de enseñanza actual.

¿Cómo surgió la idea de escribir el artículo?
En reuniones que estamos teniendo por distinas cuestiones surgió el tema de que los estudiantes no participan y no van a las clases teóricas. Y la carga recae un poco sobre los docentes, quienes no sabemos bien que es lo que pretenden de nosotros para que los estudiantes vayan a clases.

Es como que esta generación de jóvenes necesita otra cosa. Nadie sabe bien qué es, pero parece que la clase tradicional no es lo que ellos precisamente necesitan. A raíz de eso escribí el artículo.

Un investigador de derecho me decía recientemente sobre la necesidad de que los estudiantes presencien las clases por los diálogos que pueden generarse.
Esto es especialmente importante en las carreras de ciencias experimentales, donde es prácticamente imposible hablar a distancia, manejarse por Internet o por teléfono. En el año 92 estuve en España haciendo una pasantía de 6 meses en la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid). La UNED tiene prácticamente todas las carreras, pero me sorprendió la carrera de Química ya que los alumnos no van a la facultad. Y una carrera de Química que no tiene laboratorios….Van una semana al año para cada materia, aproximadamente. Los profesores decían” hoy tenemos consulta”. Se sentaban al lado del teléfono, y durante esa hora el profesor contestaba y hablaba de mecanismos de reacciones orgánicas por teléfono, atendiendo a las consultas de los estudiantes. Y esos estudiantes se graduaban y tenían el título de Licenciado en Química tan válido como cualquier otro. Era una cosa muy extraña. Yo estuve ahí 6 meses y nunca ví un estudiante adentro de la facultad, porque no coincidía con la semana al año en que venían a hacer la práctica al laboratorio.

Contanos sobre tu formación.
Estudié en la Facultad Católica de Química (Rosario) porque en aquella época no existía una carrera de Licenciatura en Química en la ciudad. Tenía que elegir entre irme a Santa Fe (UNL) o a Buenos Aires o La Plata. Entre en el 76 y me recibí en el 81. La carrera de Licenciatura en Química empezó en la Facultad de Cs. Bioquímicas y Farmacéuticas (FBIOyF, Universidad Nacional de Rosario) en el 85.

Luego vine a la FBIOyF e hice el doctorado en Química Orgánica con el Prof Ruveda que ya está jubilado. Me doctoré, me fui a Buenos Aires a hacer un post-doc de un año y pico, después estuve en Illinois, EEUU, en la Universidad de Urbana, Champagne. Luego volví a fines del 88 y ahí concursé un cargo de profesor asociado que después se transformó en titular en Química Analítica, en donde trabajo desde entonces.

Hice el doctorado con beca de CONICET, siguiendo todas las etapas (doctoral, post-doctoral, externa) hasta llegar a la situación actual cuando soy investigador Superior del CONICET. He tenido y tengo la actividad clásica de un docente universitario que al mismo tiempo es investigador y que tiene que repartir su tiempo entre docencia de grado, de posgrado, extensión, servicio, investigación, etc.

Lo cual hace todavía más valorable que tengas ganas de escribir un artículo para un diario.
Me gusta escribir. He hecho talleres de literatura acá en Rosario con la poetisa Celia Fontán. Hasta el año pasado seguíamos yendo a talleres de manera informal dado que ella se jubiló pero quería seguir en actividad. Así que nos encontrábamos en un bar, donde leemos textos y leyendo lo que escribimos en nuestras casas. Siempre me gustó eso. Esto no es literatura científica pero siempre alguna cosita de ciencia aparece en lo que escribo porque es un defecto profesional. Tengo varios artículos de divulgación escritos para la revista Ciencia Hoy.

¿Es común que un investigador de tus características escriba?
No que yo sepa. En general la gente está bastante circunscripta a su trabajo específico. A veces pueden escribir a pedido. Por ejemplo, Ciencia Hoy hizo un número especial sobre la química, el año de esta especialidad. Pidió a una gran cantidad de químicos en el país que escribieran artículos sobre la situación actual y el futuro de la química. Gente que normalmente no escribe, acepta el desafío y lo hace. Pero de motu propio, creo que somos muy pocos.

¿Y a qué se debe esta falta de interés de los investigadores por divulgar?
Supongo que esto es porque la gente está muy enfocada en su trabajo, y no tiene tiempo o interés. No lo sé. En mi caso es un interés personal. También podría decir que es casi una obligación  para nosotros tratar de comunicarnos con el público. Tal vez sea por esto que la sociedad nos ve como un grupo de personas que estamos encerradas en lo nuestro y solo nos llama cuando tienen que enviar un hijo a la universidad para que se reciba y después se desentienden del problema.

Esto viene a cuento de todos estos problemas que hay ahora con los paros universitarios, la falta de presupuesto, los aumentos salariales que no llegan. Es un poco la imagen que tiene la gente de nosotros.

Hay una cuestión cultural, ya que ha habido históricamente una posición manifiesta de los investigadores de adoptar esta posición de lejanía.
Yo creo que es una visión equivocada. Después nos quejamos de que no hay presupuesto, de que los salarios son bajos, de que no hay apoyo estatal. Pero el apoyo estatal es un reflejo del apoyo que la sociedad tendría que darle a la universidad. No le podemos echar la culpa a la sociedad, porque ella reacciona como reacciona. Yo lo veo en mi familia yo soy el único docente profesional investigador de una familia de inmigrantes italianos y esa es la imagen que ellos tienen. ¿Qué están haciendo? ¿Para qué sirve?

Volviendo a que esto es una cuestión cultural, creo que tenemos que trabajar con las generaciones intermedias y jóvenes.
Creo que también nos faltan periodistas que sepan de ciencia. Los medios de comunicación tienen mucho que ver en cómo la sociedad nos ve. Muchas veces uno ve cosas zonzas como noticias en el diario, que están totalmente equivocadas y a veces son hasta risueñas. Y no pasa solo acá. En España había una propaganda que decía que un shampoo era tan bueno, que hasta tiene pH. Estas cosas que llegan deformadas o no llegan, también son un poco responsabilidad de los medios. ¿Cuántos periodistas que escriben o divulgan noticias científicas saben de ciencia?

Hay carrera de periodismo científico. En Buenos Aires está la universidad catalana Pompeu Fabra que tiene un posgrado de periodismo científico. Sería interesante que las universidades nacionales tuvieran carreras de grado y de posgrado de periodismo científico. Eso ayudaría, no sé si en lo inmediato, ya que es a mediano o largo plazo. Estamos hablando de la imagen que se debe transmitir de la universidad, la ciencia, la investigación, a la sociedad, para que sea una cosa natural que el Estado invierta en la universidad y que no se piense que es un gasto.

¿Cómo ves la situación del conflicto universitario?
Hay muchos actores en el conflicto universitario. Para mí hay un par de actores que son fundamentales y que no están actuando. Uno es la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el otro es el Consejo de Rectores. Pero nos estamos metiendo en otro tema. La Fac de Cs Exactas y naturales de la UBA, es la facultad más importante de ciencias de la Argentina. Concentra el 60% de los subsidios de la Agencia Nacional para la Ciencia y la Tecnología para ciencia están en esa facultad. Y Exactas no hace paro. Los profesores dictan clases normalmente cuando hay huelga. Lo he hablado personalmente con ellos. Nunca me lo confesaron abiertamente pero mi impresión es que ellos se sienten como en una especie privilegiada de la Argentina, y el resto son las demás universidades del interior, lo cual es espantoso. Sin saber que probablemente por eso no recibamos el presupuesto y los salarios que merecemos, o en tiempo y forma. Porque lo que no pasa en Buenos Aires no pasa en la Argentina.

Hace dos o tres días que abro el diario y veo noticias de problemas en la universidad cuando el conflicto viene de hace meses. ¿Por que´? Porque la UBA no se plegaba al paro. Siguen dando actividades normales en clases y laboratorios, y hacen jornadas de concientización. Creo que si se hiciera un paro de todas las universidades y cerraran absolutamente todas, incluida Buenos Aires, sería de un impacto tremendo. Esto no está pasando en este momento. El paro no existe porque no está en los noticieros de Buenos Aires.

¿Cuál es tu tema de trabajo?
He ido variando. Mi tesis doctoral la hice con los profesores Rúveda y Gonzalez Sierra en síntesis de productos naturales, o sea que trabajé en Química Orgánica. Es una disciplina absolutamente tediosa y poco gratificante. Años de trabajo para conseguir muy poco. Las condiciones han mejorado un poco pero en aquellas épocas había que hacer muchas cosas a pulmón.

Después me fui a los EE.UU. y trabajé en algunos temas de Fisicoquímica de estado sólido y de Química Orgánica. Cuando volví lo hice a una cátedra de Química Analítica y tuve que dejar de lado todo lo que sabía y dedicarme a otra cosa totalmente distinta. Arranqué de cero y con una obligación de desarrollar mi trabajo en temas de investigación de Química Analítica, ya que era docente de esa área. Había una necesidad muy grande ya que era un área que tradicionalmente no tenía investigación en nuestra facultad y había estado dedicada a la docencia por mucho tiempo.

¿Cómo fueron esos inicios?
No teníamos equipamiento. Para poder hacer Química Analítica y poder competir a nivel internacional necesitás un instrumental que no está al alcance de cualquier subsidio. Después fuimos agregando equipamiento, pero inicialmente usamos herramientas matemáticas y de computación para procesar los pocos datos que podíamos conseguir. Con eso fuimos creciendo y yo personalmente me fui metiendo en una disciplina que se llama quimiometría. Esto es la aplicación de métodos estadísticos, matemáticos y de computación a la Química. No es química teórica, es procesamiento de datos experimentales. No existimos sin un laboratorio que mida cosas.

Nos ha ido bastante bien, tanto es así que ahora viajo a Barcelona, al Congreso Internacional de Quimiometría, donde voy a dar una conferencia plenaria. Si todo va bien, vamos a organizar el próximo congreso internacional de Quimiometría en Rosario en 2018. Hay otros competidores pero el hecho de que hayamos podido ofrecer la ciudad como sede de este acontecimiento, para nosotros es un reconocimiento muy importante. Incluyendo a colegas de Santa Fe y Buenos Aires, entre otros. La primera vez se hizo en Brasil en 2006. Esto da una idea de hasta dónde hemos logrado llegar. Además de otras cuestiones como becarios, compra de equipamiento, publicaciones internacionales. También hemos publicado un libro hace un par de años en Elsevier sobre el tema con Graciela Escandar, mi esposa y docente de la cátedra. Ella trabaja en la parte experimental y yo en la teórica.

¿Qué posibilidades de inserción laboral tiene alguien que se dedica a la Quimiometría?
Hay un aspecto muy práctico de la Quimiometría que tiene que ver con la Química Analítica no invasiva. Hay una técnica llamada espectroscopia de infrarrojo cercano (Near infrared). En el caso de alimentos, sin moler una semilla o extraer su aceite, se la puede irradiar sin tocarla y determinar aceite, humedad, proteína, almidón, ceniza, todo simultáneamente. Esto existe desde hace 30-40 años y ha venido evolucionando.

En la Argentina hay una empresa de origen dinamarqués llamada FOSS que tiene casi el 100% del mercado agroalimentario. Toda industria agroalimentaria argentina potente tiene equipos NIR. Cuestan alrededor de U$S100.000 cada uno pero ahorran una gran cantidad de tiempo. Una metodología similar se usa introduciendo una pistola en dulce de leche y obteniendo información valiosa. Esto no existe sin la quimiometría, que es la que se encarga de que esa señal múltiple indique lo que corresponde a proteína, humedad, grasa y almidón.

En Mendoza hay muchas bodegas que ya tienen NIR. Podés controlar el contenido de antocianinas en cada uva. Hay una pistola portátil de campo; un operario le apunta aun racimo, y uva por uva le mide el contenido de antocianina.

O sea que un graduado que se especializa en Quimiometría tiene muy buenas posibilidades de conseguir trabajo.
Los empresas que compran equipamiento necesitan profesionales especializados para hacer ese trabajo. Lamentablemente hay pocas personas formadas en el tema. Para que te des una idea: una tesinista de grado terminó la tesina con nosotros, trabajando también en la Bolsa de Comercio, quienes tienen un equipo NIR. Un día me llamaron de FOSS, y me piden un estudiante del último año de licenciatura que sepa NIR y Quimiometría. Les contesté “hay uno solo en toda la Argentina y se llama Antonela Bruno”. Ahora está trabajando para FOSS, desde su casa, le dieron un auto y una computadora. Se dedica a recorrer la zona y asesora a las aceiteras. Estuvo en Dinamarca capacitándose.

Aunque las empresas tengan su propio equipamiento necesitan gente especizalida.
Si, porque las empresas te venden un producto. Por ejemplo, si tenés que trabajar con semillas ellos te venden el equipo y una calibración universal que mide 4-5 parámetros en semilla. Pero a vos mañana te puede interesar ver si de ese contenido graso cuánto ácido oleico hay, por ejemplo. Entonces tenés que desarrollar un producto que no existe, que no compraste. Te quedan dos alternativas: comprárselo a FOSS y que lo desarrollen ellos lo cual es muy caro o contratar a alguien que lo haga. Ese alguien tiene que saber quimiometría.

Por ahora las empresas tienen personal no especializado dedicado a operar el equipo con los productos que le vende FOSS. Y son contados los que hacen sus propios desarrollos, pero esto recién empieza en la Argentina. En el mundo las empresas hacen sus propias cosas, sobre todo por cuestiones de confidencialidad. Hay todo un mundo para que los estudiantes vayan a trabajar a esas empresas o para que armen micro emprendimientos de asesoramiento a empresas que usan equipos de NIR. Por ahora hay poca gente formada.

¿Es fácil conseguir candidatos para formar?
No es fácil porque tienen que ser personas a las que les guste la química, que sepan de computación, matemática, estadística. Por eso somos pocos. Por suerte siempre hay alguien. Hay un chico que se doctoró el año pasado (Franco Allegrini) quien tiene experiencia y sabe matemática, computación, sabe programar y está muy bien preparado para todas estas cosas. Por ahora sigue la carrera científica, pero si mañana le interesa armar un emprendimiento propio, está en perfectas condiciones de hacerlo. Hay todo un mundo que está arrancando en la Argentina.

Para ver el video de la entrevista con más preguntas haga click aquí

A título personal
Licenciado en Química Industrial - Universidad Católica Argentina
Doctor en Química - Facultad de Cs. Bioquímicas y Farmacéuticas - Universidad Nacional de Rosario
Prof. Titular de Química Analítica - Facultad de Cs. Bioquímicas y Farmacéuticas - Universidad Nacional de Rosario
Investigador Superior - Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas

sábado, 4 de junio de 2016

Bebidas energéticas que dañan como drogas

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No es la primera vez que os hablamos de las bebidas energéticas.

Cada semana podemos leer noticias sobre estas bebidas. Hace poco os hablábamos de el Aumento las visitas a urgencias después del consumo de bebidas energéticas.

“Monster, Burn, Red Bull, Diesel, Missile… Las energy drinks o bombas hipertónicas.” empieza una noticia en el diario elMundo “Con la segunda lata de una de ellas, Alberto terminó en el hospital. Llegó desorientado y con el corazón al trote por las taquicardias. Podría haberle ocurrido a su hijo, al mío o al hijo del vecino. Alberto forma parte de ese 62% de adolescentes españoles que pueden llegar a tragarse hasta siete litros al mes de bebidas energéticas, según la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés). Un misil de cafeína concentrada y taurina que a diario viaja en las mochilas de los escolares.”

La alarma ha saltado en el Reino Unido. Las bebidas energéticas, enlatadas con llamativos colores, dibujos de toros o rayos, son tan perjudiciales como las drogas. Lo advertía John Vincent, asesor en nutrición juvenil del primer ministro Cameron: «Son otra forma de droga». «Las intoxicaciones que producen, sobre todo en los de menor edad, llegan a ser muy graves. Y, lo que es peor, enganchan a los más pequeños», refrenda la doctora María Luisa Iglesias.


Niños de 9 o 10 años que van al colegio con la lata en la mochila…

Temblores. Inventadas en 1995 por los austriacos de Red Bull, las llamadas bebidas energizantes han salido de los gimnasios, su primer destino, y hoy están al alcance del cualquier mano. En gasolineras, máquinas expendedoras cercanas a colegios e institutos… Uno de cada cinco niños en España va a la escuela con ellas. Un combinado nada apto para menores. «Alteran su capacidad de concentración» y abundan las evidencias, según profesores y médicos, de que provocan vómitos, temblores e irritabilidad.

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A Alberto, estudiante de BUP, le bastó con ingerir 160 miligramos de cafeína y dos de taurina, los principales ingredientes activos de este tipo de bebidas. La cafeína estimula el sistema nervioso central y cardiaco, facilita la liberación de catecolaminas, como la adrenalina y la dopamina, y estimula la vasodilatación. La taurina [del latín toro, de cuya bilis se extrajo por primera, en 1827, este potente ácido] mejora la resistencia física. Una explosión de energía en pocos sorbos.


En España se consumen más de 220 millones de latas de «energéticas»

No hay dosis. Incluso en cantidades moderadas «las consecuencias llegan a ser graves», advierte la doctora Iglesias, del departamento de psiquiatría de la Univ. Autónoma de Barcelona y al frente de las urgencias del Hospital Parc Taulí de Sabadell. «Se las toman cada vez más para estudiar (220 millones de latas se produjeron en España en 2012)».

El Parlamento catalán es el primero dispuesto a regular la venta de estas bebidas y «evitar un consumo excesivo, especialmente entre la población más joven». La propia Cruz Roja, a mediados de febrero,iniciará una campaña en Sabadell, con la distribución de folletos que advierten del peligro que conlleva el consumo descontrolado de bebidas energéticas, especialmente si se combinan con alcohol.


¿Porqué son peligrosas las bebidas energéticas tomadas con alcohol?

Las bebidas energéticas contienen cafeína y taurina, dos componentes estimulantes que combinados con alcohol pueden producir consecuencias fatales para la salud.

La mezcla de este líquido con drogas como la cocaína o la marihuana es extremadamente peligrosa, porque aumentan en forma dramática los riesgos cardiovasculares. Una persona que ingiere alcohol mezclado con una bebida energizante con altas concentraciones de cafeína, se siente con toda la euforia que se produce al ingerir el trago retardando el agotamiento y la fatiga, esto puede parecer un a bendición, sin embargo, su consumo abundante perjudica la salud.

Hay que tener en cuenta que una sola copa equivale a tomarse seis cafés, suficiente para sufrir síntomas como la aceleración del ritmo cardiaco o tener la sensación de no poder respirar.

Un estudio de La Universidad Autónoma de Barcelona y el Hospital de Sabadell demuestra que el consumo de este tipo de combinados puede provocar “intoxicaciones agudas”. Es muy peligroso porque hace falta muy poco para intoxicarse: una sola copa equivale a tomarse seis cafés, suficiente para sufrir síntomas como la aceleración del ritmo cardiaco o tener la sensación de no poder respirar.

Los efectos son distintos en cada persona y tener información sobre lo que se consume y sobre el estado de salud de cada uno es crucial para evitar correr riesgos. Por ello, los médicos recuerdan que las bebidas energéticas están contraindicadas para personas con enfermedades cardíacas, hipertensión, trastornos cerebrales neurológicos, embarazadas, menores de 16 años y diabéticos.


Efectos en la salud

Entre los efectos en la salud que tienen las bebidas energizantes y que se manifiestan alrededor de entre dos y ocho horas después de su consumo y dependiendo de la susceptibilidad de cada persona, son:
  • Intoxicación.
  • Enrojecimiento de la cara.
  • Dolor de cabeza.
  • Dilatación de pupilas.
  • Agitación psicomotora.
  • Hipertensión arterial.
  • Taquicardias.
  • Hiperactividad.
  • Nerviosismo.
  • Vómitos.
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Abuso de bebidas energéticas

Hace unos días os hablábamos de la Muerte de una joven de 24 años después de trabajar durante 30 horas seguidas.

Mita Diran, que vivía en Yakarta, murió después de 30 horas de trabajo. Sus compañeros achacaron su muerte al abuso que hacía de las bebidas energéticas.


Pero ¿son realmente las energy drinks?

La bebida energética o también conocida como energy drinks se define por ser una sustancia que mejora el rendimiento a la hora de practicar deporte, sobre todo en casos de jugadores de pruebas largas.

Estas bebidas contienen estimulantes que poseen altas concentraciones de cafeína, guaraná y taurina. Este tipo de bebidas aceleran la hidratación, lo que es muy útil para los deportistas, sin embargo, su alto consumo puede provocar dolor de cabeza, insomnio, malestar gastrointestinal o incluso un efecto laxante, comentó el doctor Raúl Tovar, especialista en medicina familiar, que ha colaborado en laboratorios donde se estudian bebidas energéticas.

El mundo de las bebidas energizantes no se limita al circuito deportivo. Hoy se venden como productos asociados a fiesta y recreación. “En realidad, estas bebidas no son otra cosa que una droga legal, por así decirlo, para tener un buen rendimiento”, agregó el doctor.

Muchas veces desearíamos tener una cantidad extra de energía que nos ayudara afrontar el día o determinados esfuerzos físicos con más vitalidad y sin muestra de cansancio, pero si no se conoce su composición y para qué sirven, pueden producir un efecto no deseado en la salud.


¿Muertes vinculadas bebidas energéticas?

EEUU investiga la relación entre cinco muertes y el consumo de Monster. Ya van 18 muertos, supuestamente a causa de la ingesta de estas bebidas en EEUU, donde un informe del Gobierno concluye que el número de personas que han acudido a urgencias por latas de empresas como PepsiCo o Monster Beverage se ha duplicado en los últimos cuatro años, pasando de 10.000 a 20.000. «Y en la mayoría de los casos los pacientes eran adolescentes y jóvenes adultos». Aquí «ni eso», dice la doctora Iglesias, «son niños de 9 o 10 años que van al colegio con la latita en la mochila».

Fuente

 

sábado, 28 de mayo de 2016

Galati: Historia de la Ciencia en la Argentina

Perteneciente a la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario, el docente-investigador comenta su trabajo sobre historia de la ciencia en argentina. El rol del CONICET y el papel de los investigadores. 



En su trabajo “Filosofía de la gestión de la ciencia en Argentina a partir de la historia del CONICET”, Galati emplea una metodología documental para analizar la trayectoria del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Comenzando con la creación de la Asociación Argentina para el Progreso de las Ciencias (AAPC) en el año 1933, entidad precursora en la investigación, pasando por el CNICyT creado por Perón en 1951 y llegando hasta la creación del CONICET en 1958, Galati realiza un análisis exhaustivo.

El rol del Estado en el planeamiento de las políticas científicas, los investigadores como fuerza motora para llevar adelante los proyectos de investigación, la formación de nuevos investigadores, las capacidades de  la Carrera del Investigador para absorber a los doctores y la canalización de estos a través de articulaciones con empresas, industrias y municipios, entre otros temas, son desglosados por Galati. El trabajo no es simplemente una descripción histórica; el investigador da su visión sobre las ciencias sociales y su reconocimiento por el CONICET, la mirada con que se aborda la ciencia básica y la aplicada en la actualidad y a lo largo de los años, y el lugar que deben ocupar los doctores así como sus funciones en el entramado científico-tecnológico.

Ver video adicional aquí.


¿Cómo surge tu interés para escribir este artículo?
Un artículo es siempre un disparador, sobre todo cuando tiene tan pocas páginas. Como a veces les digo a mis alumnos de metodología, hablando de que a veces cuesta comenzar un proyecto de investigación, que un artículo es siempre un disparador. Es importante poder escuchar otras opiniones, otras perspectivas sobre el tema.

Hace muy poco comenzó una materia que yo doy, Epistemología. En la primera clase surge la duda de cómo convencer al alumno de que es una materia importante, ya que al ser una rama de la Filosofía, la cual tiene la fama de que es una especie de decorado. Al buscar material para entusiasrmarlos, lamentablemente encontré algo que me impactó. Me refiero a la lectura de una persona que trabajaba en EE.UU. y escribía desde la década del 70. Le decía a la comunidad y sobre todo a los jóvenes, que no se dediquen a la ciencia. Esto está relacionado con lo dicho por el ministro, cuando expresó que el CONICET no está preparado para absorber todos los recursos humanos que forma.

Al leer lo de este científico en primera persona, me impactó más. Ya que no hablaba sobre hacia dónde va la ciencia, como decía el ministro, si no que decía no te dediques a la ciencia.
Coincidía con que en la década del 70 había una similitud entre EE.UU: y la Argentina en cuanto a que el Estado financiaba con una determinada cantidad de dinero, para absorber esos puestos. Los organismos de ciencia no brindan la posibilidad de absorber, como lo señalo en el artículo, las vocaciones. La mirada política es insoslayable.

¿Cuál es tu experiencia personal con el CONICET y tu  visión de la política en la ciencia?
No es que ahora se participa más en política, creo que está más visibilizado. Cuando yo participaba como becario doctoral o posdoctoral no le prestaba mucha atención porque podía trabajar de eso. Pero cuando uno está del otro lado del mostrador se le presta más atención a la influencia de la política a la hora del trabajo en la ciencia, tanto en lo macro como en lo micropolítico. Ahora más que nunca veo la relación entre la política y la ciencia. Tal vez es cierto, como decía Nietzche, que cada libro que uno escribe es uno mismo hablando, pero es importante el doble discurso que tenemos. Por un lado uno trata de convencer a los alumnos para que hagan ciencia y después uno se encuentra con esto: alguien que dice vas a terminar haciendo posdocs, mudándote de un lado a otro, sin estabilidad, con un sueldo que no puede llegar a compensar todos tus intereses y peleando con tus colegas por algún puesto en la universidad o en el lugar donde trabajes.

Lo sorprendente es que la persona lo escribe pensando en los EE.UU. pero se aplica perfectamente aquí. Es algo que me excede pero que las autoridades deberían tener presente, sobre todo para evitar el doble discurso, el doble estándar político.

El ministro Barañao decía en aquella época (2012), que el CONICET no está preparado para absorber. Esto se va corroborando en las distintas políticas que tienen. Por ejemplo los ingresos a carrera que cada vez son más restrictivos. Barañao habla de derivar doctores que ha formado el CONICET a distintos puestos que las personas van solicitando y lo ponen en una base de datos del CONICET. Derivar recursos humanos a las industrias, las empresas, los municipios. Ahí es donde viene la polémica. El doctor piensa que haciendo ciencia en una vinculación más estrecha con la sociedad, el cumple su misión en la vida. Pero hay otros que dicen tener la capacidad de ver más a largo plazo.

Houssay jamás hubiera pensado que sus investigaciones sobre el funcionamiento de las glándulas iban a poder terminar en avances para la diabetes. Quien se plantea ese problema hoy no puede desconocer lo que hizo Houssay en su momento. Creo que por lo menos tiene que estar dada la posibilidad de hacer ciencia de distintas maneras, no solo pensando que uno tiene que tener la anteojera de decir “tengo que resolver este problema”. Bienvenido si hay personas que pueden trabajar y resolver el problema aplicado, pero podría haber otras formas.

¿Qué reflexión te merece la comunicación de la ciencia?
El marco teórico del trabajo está inscripto en el pensamiento complejo. El tema de la comunicación es crucial. La comunicación entre los científicos también es importante. A veces uno no sabe lo que está haciendo el otro, no sabe cuáles son las políticas de la universidad, los incentivos que puede dar, los programas. De esta manera se repiten trabajos, se pierden oportunidades. 
Si bien el científico debería trabajar de una manera bastante libre, eso no lo exime de comunicar sus resultados. Es distinto trabajar con la presión de la sociedad a que uno no deba rendir cuentas de lo que ha hecho.

En la docencia, ¿cuál es tu visión de la importancia en la interacción docente alumno?
En una primera clase, cuando les pregunto quiénes son para saber con qué personas trabajo. Muchos me decían que habían abandonado la educación a distancia. Me contaban que habían abandonado ese sistema por algo presencial. Creo que no hay diferencias entre ciencias duras y sociales. Tengo la impresión de que es irreemplazable, ya que tiene que ver con el diálogo humano. Así empezó la Filosofía, dialogando. Esto es algo que a veces se pierde mucho por la lectura y la repetición de los textos. Parece que es un mal de los tiempos este tema del cerramiento, la infantilización., la superficialidad de los análisis. Creo que uno de los rescates tiene que ver con el diálogo, el trabajo conjunto y la libertad para el científico.

Parecería que hemos puesto muchas expectativas en la tecnología, pensando que nos va a solucionar todo.
Con referencia a la tecnología, en las clases siempre hay un momento para reflexionar sobre el espacio donde uno está trabajando: la parte técnica, la parte científica y la parte filosófica. Creo que esto es fundamental. Creo que la técnica es fundamental pero nunca deja de ser un instrumento. Y por esto, uno tiene que tener conciencia de la finalidad por el cual lo utiliza. En este caso y, y hablando de cámaras, micrófonos, Internet, etc. También está la posibilidad de ir rompiendo fronteras con respecto a la actividad científica propiamente dicha. Uno no debería dejar el espacio para filosofar sobre el tema.

Parece hoy tan asentado que la única ciencia que podemos hacer es aplicada. Esto sería como un maquillaje de la técnica. Uno también tiene que tener los espacios para reflexionar. Tal vez, de algún loco perdido alguien pueda seguir una línea y eso podría significar un cambio. Cuántas veces habrán criticado a Colón cuando quiso zarpar para “descubrir” América? ¿Qué hubiera pasado si no hubiera habido un hombre tan aventurero como el de la edad moderna? O como un Lutero, que protestó y Calvino también. Ahí se pega con lo que decíamos respecto de dejar de esperar todo del Estado. Me da la impresión de que eso va a ser muy difícil en la Argentina de hace muchas décadas. Esto daría lugar a otro debate.

Me da la impresión de que si una persona no cree firmemente que ella y nada más que esa persona es la autora de su propia salvación, lo cual tiene que ver con la más tierna infancia en la educación y cómo cada institución que maneja dinero público lo piensa, por ahí podría haber alguna pista en cuanto qué hace el científico, por qué lo hace, cómo lo comunica.

Cuando uno está firmemente convencido de que es el autor de su propia salvación, uno puede decir trabajo en lo que me gusta y por eso la comunicación va a ser una derivación lógica de esa felicidad que el individuo siente. Porque él sabe que no va a trabajar en algo que no le guste. Ahí la comunicación, el trabajo en equipo y juntarse con otros que disfruten de ese mismo interés será algo común y más natural.

¿Qué otras cuestiones influyeron en que escribieras este trabajo?
Como me interesa tanto el tema, empecé un postgrado, un doctorado en Epistemología en la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Ahí había una materia llamada Historia de la Ciencia III, en donde abarcábamos la temática de la Argentina. Pude desarrollar una pequeña carrera en el CONICET como becario doctoral y postdoctoral. Quedó ahí trunca la posibilidad de ingreso a la Carrera del Investigador.
Como aprendí a poner en palabras mis inquietudes, se unieron mi gusto por la ciencia y en este caso por la historia de la ciencia, más mis motivaciones y la posibilidad de la escritura. Esto es lo complejo de la vida de una persona. Uno tiene que tratar de hacer lo que le gusta pero también pensar en la utilidad práctica que implica todo artículo, el cual sirve para la carrera docente y para los concursos en los ingresos. Encontré la posibilidad justa de poder escribir algo que me gusta.

También hay algo importante. Mi moraleja personal es que uno no está atado a los títulos ni al pasado. Uno puede ir construyendo sus propios intereses e inquietudes académicas a medida que se va desarrollando como persona. Te habrás planteado que no habrás querido que te identifiquen solo con tu profesión, ya que eso no reflejaba tu personalidad ni tus deseos en la vida.

Vuelvo a esto de cada parte autobiográfica que tiene un artículo, porque hay que reconocerlo. Uno no cae de un planeta y aterriza acá y empieza a escribir. Creo que tiene que ver con una postura y una subjetividad. Es importante que la objetividad esté en reconocer la subjetividad, no en ocultarla. Nada está escrito con otras intenciones. Es mi historia y cómo yo la puedo respaldar con datos concretos. Seguramente habrá partes de las perspectivas que habré ocultado, a lo mejor sin mala fe. Pero siempre un artículo es el puntapié para poder incorporar voces de personas que me digan “¿pero Ud. dónde cree que está el científico?, o “¿por qué cree que tiene que emburbujarse”. Bienvenidas sean las críticas y la posibilidad de replantear en un segundo o en un cambio de opinión con una oportunidad para otro trabajo.


La AAPC está intimamente conectada al surgimiento de la investigación en la Argentina.
Quería agregar que un organismo tan importante como el CONICET surgió a partir de una asociación privada como la AAPC. Hay que tener en cuenta a los fines del conocimiento, una de las ventajas de la historia. La historia roza tanto con la filosofía porque nos hace ver el origen de las cosas. Y en base a esto, cómo uno puede seguir la tradición o pretender un cambio. En los primeros momentos surgió de una rama de las ciencias duras: Física, Matemáticas. Eso puede tener que ver también con una especie de recomposición o de recompensa histórica hacia los cientistas sociales, que siempre fueron vistos como una especie de tierra de la metafísica o de la subjetividad en donde uno puede decir cualquier cosa. Y no es así. Esto daría lugar para otra charla.

El reconocimiento vino de las propias ciencias duras cuando por ejemplo Prigogine, el premio Nobel de Química, reconoce el papel de la incertidumbre y de la subjetividad del investigador. Ahí se comienza a tomar conciencia de la importancia de las Ciencias Sociales. En el nacimiento, cómo convivieron en su origen Houssay y García que eran tan antagonistas entre ellos, a pesar de lo cual no profundicé en la convivencia a partir de hechos concretos. Pero supongo que han podido convivir, que es lo que a veces es una materia pendiente para nosotros, a nivel político, científico y en general.

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A título personal
Elvio Galati
Abogado
Doctor en Derecho por la Universidad Nacional de Rosario (UNR)
PosDoctor en Derecho por la Universidad de Buenos Aires
Docente regular de la UNR
Filosofía del Derecho, Derecho de la Salud e Introducción al Derecho
Facultad de Derecho
Miembro del Programa Pensamiento Complejo – Centro de Estudios Interdisciplinarios - UNR
Miembro de la Comisión de Bioética de la Facultad de Ciencias Médicas - UNR

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