domingo, 22 de diciembre de 2019

Ciencia molesta: cuando el Estado quiere controlar la narrativa


Tradicionales enfrentamientos entre ciencia y autoridad mezclados con preocupantes historias actuales.



Tensiones entre la ciencia y el poder de turno no son nuevas. Los astrónomos chinos Hi y Ho fueron ejecutados 4.000 años atrás por haber fallado en predecir un eclipse solar. En 1693 Galileo fue condenado por la Iglesia católica por decir que la Tierra giraba alrededor del sol. Pasó 9 años de su vida con arresto domiciliario. Más recientemente, en los EE.UU. entre 1940 y 1950 (Susto Rojo) agentes del gobierno interrogaban a académicos sospechosos de ser comunistas. Robert Oppenheimer, uno de los líderes del Proyecto Manhattan, fue acusado de ser un riesgo para la seguridad nacional y perdió todos sus privilegios de acceso en seguridad. 

De acuerdo a Andrew Anderson, director ejecutivo de de Front Line Defenders, una organización de DD.HH. basada en Dublin, a partir de 1991 y con el fin de la guerra fría los regímenes autoritarios ya no son tan evidentes y se camuflan bajo sistemas aparentemente democráticos. La línea entre democracia y autoritarismo se ha vuelto cada vez más tenue en Turquía de acuerdo al director. El equilibrio entre libertades académicas e intereses del Estado se ha vuelto difícil de mantener incluso para países con democracias estables como EE.UU. y Grecia.

Las situaciones peligrosas abarcan la difusión de resultados, la atención médica a rebeldes o los reportes por científicos con presencias reconocidas.

La organización Scholars at Risk informa que en el período 1/9/18 a 31/8/19 se informaron 324 ataques a estudiantes y académicos, incluyendo científicos, en 56 países. El informe menciona países donde las restricciones a académicos van en aumento y que incluyen a la India, China, Sudán, Brasil y, por cuarto año consecutivo, Turquía, donde miles de académicos han sido acusados de traición y terrorismo.

Si bien son numerosas las organizaciones que salen en defensa de los acusados, creando presión que lleva a su liberación el daño ya está hecho. Exilio, falta de financiamiento para proyectos o el desempleo son algunos de los resultados.

1. Turquía
En marzo de 2016 Sebnen Fincanci, una médica forense turca entró a Cizre, una ciudad del sureste de Turquía. Habían transcurrido 79 días de un toque de queda destinado a ayudar a las tropas a controlar a un grupo de rebeldes separatistas kurdos. La médica, como el resto de la sociedad turca, no tenía idea de lo que había sucedido en ese tiempo. Al entrar a una casa acompañada por los vecinos encontró entre las ruinas una mandíbula perteneciente a un niño.

Luego de informar que que los militares habían cometido atrocidades en contra de civiles inocentes y pedir una profunda investigación la médica fue enviada a prisión bajo cargos de diseminar propaganda terrorista.

Si bien fue liberada por la presión internacional enfrenta una condena de más de dos años en prisión por firmar una petición junto a otros académicos para que termine la guerra entre Turquía y los separatistas kurdos. También perdió su trabajo en la Universidad de Estambul y no puede trabajar en dependencias públicas.

2. EE.UU.
Xiaoxing Xi desarrolla investigación básica no clasificada sobre propiedades intrínsecas de materiales puros. En mayo del 2015 el investigador fue nombrado director del Instituto de Física de la Universidad de Temple, Filadelfia. Dos días después agentes del FBI irrumpieron en su casa llevándoselo junto con su familia a punta de pistola. Si bien la investigación por compartir información sensible con China fue un error limpiar su nombre tardó meses y su reputación quedó afectada.

La historia de Xi no es un hecho aislado sino que forma parte de un aumento en la preocupación por el espionaje entre China y los EE.UU., la cual afecta particularmente a ciudadanos chino-americanos sospechados de compartir secretos con empresas del país asiático.

3. Irán
En abril de 2016 el científico iraní Ahmadreza Djalali residente en Suecia llegó a Teherán para ayudar a desarrollar un programa de entrenamiento en respuesta de emergencia ante desastres para hospitales iraníes invitado por dos universidades del país. Pero esta vez la tradicional visita a su país de origen terminó de manera distinta: el Ministerio de Inteligencia lo puso en prisión bajo cargos de espiar para Israel y fue sentenciado a muerte. Su esposa declaró que fue arrestado por negarse a colaborar con las autoridades iraníes como espía. En 2018, 124 Premios Nobel firmaron una carta  dirigida al líder iraní pidiendo su liberación.

Otro caso resonante fue el arresto de nueve biólogos por estudios para la conservación de especies en peligro. Todos estaban asociados con la Persian Wildlife Heritage Foundation y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Uno de ellos falleció en circunstancias extrañas luego del arresto mientras que los otros ocho fueron juzgados en secreto y condenados a varios años de prisión bajo cargos de “sembrar corrupción en la Tierra”.

4. Grecia
El economista y estadístico Andreas Georgiou, presidente de la Oficina de Estadísticas Independiente de Grecia entre 2010 a 2015, confirmo que el país había estado informando un déficit más bajo para evitar sanciones económicas por parte de la Unión Europea. En particular, el déficit real de 2009 fue de 15,4% del PBI y no 13,6 como se había informado.

Si bien sus datos habían sido confirmados por la UE, Georgiou fue acusado de hacer afirmaciones falsas, lo cual en Grecia puede representar una sentencia de por vida. El cargo fue luego eliminado pero otros están en marcha. Ahora un conferencista en el Amherst College de Massachusetts, EE.UU. el economista afirma que están usando las estadísticas como un arma política.

5. Brasil y Rusia
Ricardo Galvao fue despedido como director del Instituto Nacional de Investigación Espacial del Brasil cuando informó que la deforestación en el Amazonas había sido un 25% superior en el período abril-mayo de 2019 comparado con igual período del año anterior. Esto molestó al presidente Bolsonaro quien quiere abrir el Amazonas a la minería y otras actividades comerciales.

El 7 de noviembre, el New York Times publicó que fuerzas de seguridad rusas enmascaradas y portando armas automáticas allanaron el prestigioso Instituto de Física Lebedev de Moscú interrogando a su director por seis horas acerca de un supuesto intento de exportar vidrio con aplicaciones militares. El consejo directivo del instituto ridiculizó el hecho a través de una declaración indicando que tales acciones “son imposibles de imaginar en un país civilizado en el cual las fuerzas de la ley se concentran en problemas reales y no inventados”.

*Miembro de la Escuela de Comunicación Estratégica de Rosario y la Red Argentina de Periodismo Científico. Acreditado con la American Association for the Advancement of Science (Science) y la revista Nature.

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