sábado, 28 de julio de 2012

Historia y progreso: ya no hay tiempo para eso.


La historia se desvanece cuando los desarrollos inmobiliarios entran en escena.




Dice el soneto de Francisco Luis Bernárdez “lo que el árbol tiene de florido vive de lo que tiene sepultado”. Y esta parece ser la máxima por la cual se rigen muchos interesados en construir edificios. Literalmente. Lo nuevo florece sobre lo sepultado, que bien sepultado está. En estos tiempos donde muchos sueñan con ciudades convertidas en un único monoblock de altura semejante a la de las pilas de dinero cosechadas por las aburridas estructuras erigidas, compruebo luego de leer un blog, que este accionar alcanza niveles increíbles cuando la piqueta tiene que descargarse sobre nuestra historia; ahora convertida en hormigón y vidrio.

El blog miradaatenta.wordpress.com se dedica a explorar distintos aspectos que tienen que ver con la arquitectura, la historia y la cultura de nuestro país. Un capítulo aparte merece la minuciosa investigación realizada sobre las residencias presidenciales en la Argentina. El material sirvió para conocer más sobre este tema.

Según indica el blog, de las 20 residencias presidenciales, solo quedan en pie 8. Por distintas razones y en distintos tiempos de nuestro país, muchas fueron derrumbadas sin mayores miramientos. Las primeras décadas del siglo XX no se caracterizaron por una cultura de preservación del patrimonio arquitectónico. Las autoridades deben haber estado tan ocupadas mirando al futuro que no consideraron de mayor importancia el hecho de tirar abajo estas construcciones que con el tiempo se hubieran transformado en patrimonio histórico. A medida que transcurre el siglo pasado, algunas de estas residencias quedaron por debajo del radar y lograron sobrevivir hasta nuestros días, cuando, al menos en los dichos, está instalada la idea de preservarlas. Sin desmedro de que haya quienes preferirían levantar 4 torres de 50 pisos en el terreno tan “caprichosamente desperdiciado” en solo una casa enorme y vieja.

“Excelente ubicación – Presidente fallecido en ella”
La historia de la casa de los suegros del presidente Roque Saenz Peña merece ser destacada. En ella falleció el presidente durante su mandato. Dado que Saenz Peña era diabético, decidió minimizar el traqueteo de desplazarse entre la casa de gobierno y su casa particular. Por este motivo, decidió habilitar en la esquina noreste de la Casa Rosada su residencia particular. El actual despacho presidencial ocupa el espacio que en su momento ocupó el comedor del ex presidente, quien solía pasar una temporada en casa de sus suegros. Dicha casa se encontraba sobre Avenida Santa Fe, frente a un conocido centro comercial de la actualidad. El terreno de la propiedad atravesaba toda la manzana, y la entrada a las cocheras se ubicaba sobre la actual calle Güemes. Si bien dicha casona no era oficialmente residencia presidencial, indudablemente representaba parte de nuestra historia. Como era lógico de acuerdo a la mentalidad imperante, semejante terreno en semejante ubicación “daba para más”. Varios edificios ocupan el terreno hoy en día, incluyendo un enormes edificio torre por calle Güemes. Progreso que le dicen.

“Expropiada – Múltiples usos – Demolida por las dudas”
Pero no solo las residencias no presidenciales históricas han sido demolidas. Una de las que puede considerarse con mayor valor arquitectónico e histórico para nuestro país sucumbió a la piqueta dejando un enorme terreno que hoy ocupa la Biblioteca Nacional. El denominado “Palacio Unzué” (también Quinta Unzué) fue expropiado en la década del 30 por el gobierno nacional con el fin de destinarla a residencia presidencial. Los planes cambiaron y se decidió convertirla en jardín de infantes para luego volver a designarla como vivienda presidencial. Algunos mandatarios la usaron como casa de veraneo, ya que su ubicación en la, por entonces, alejada zona de Recoleta la hacía apta para alejarse del bullicio citadino. Fue el Presidente Juan D. Perón quien se instaló de manera permanente en ella, junto a su esposa Eva Duarte. Es allí donde Evita falleció aquel 26 de Julio de 1952 y, tal vez, este acontecimiento haya determinado en parte el destino de la casona. Luego del derrocamiento de Perón en 1955, el gobierno militar decidió demolerla para evitar que se convirtiera en un santuario para los seguidores de la pareja. El blog muestra que varios de los senderos originales de la residencia así como numerosos árboles aún se conservan. Interesante información para darse una vuelta por un lugar que fue centro de la historia de nuestro país. Si hasta una bomba cayó en sus jardines durante el fallido intento de derrocamiento.

Hace poco ví imágenes de la demolición de la casa, mostradas en un ambiente festivo para ese momento. Fue muy triste.

domingo, 8 de julio de 2012

02 07 El tsunami que pasó.

Algo de lo que aconteció. Todo sería imposible.


Lunes 02
Interesantes avances en la conversión de grafito a grafeno, este último con cualidades que lo hacen apropiado para futuros procesos energéticos y en informática. Malas noticias para los ficus en Buenos Aires, donde una nueva plaga pone en peligro a estos árboles que nunca deberían haber sido plantados en la vía pública pero buenas nuevas para los tomates ecológicos. Un gigante farmacéutico tuvo que pagar cuantiosa multa por errores cometidos y la tradicional reunión de premios Nobel en Lindau tuvo un variado temario.

Martes 03
Venciendo el tiempo y el espacio, Kasparov y Alan Turing (fallecido padre de la inteligencia artificial) jugaron al ajedrez, y Japón puso en marcha un reactor nuclear por primera vez después de Fukushima. Celebramos el Día del Locutor y se reaviva una polémica por tierras entre pueblos originarios y un conocido deportista. En el tema autos, murió Pininfarina, padre del auto italiano y responsable del diseno de numerosos vehículos, entre ellos nuestro querido Torino.

Miércoles 04
Mostramos más trabajos presentados en la V Jornada de Ciencia y Tecnología (ya arrancó la VI), Sarkozy fué allanado, hubo novedades en "e-learning", y los bonobos asombran con su manejo de las pantallas táctiles. La Argentina y Francia firmaron acuerdo para crear un centro en ingeniería y los bancos europeos aparecieron envueltos en otro escándalo.

Jueves 05

Francia presentó el informe final sobre la tragedia del vuelo 447 Río de Janeiro-París, Espana trabaja en un gel para prevenir la infección por VIH y en Alemania se desarrolló la Conferencia Mundial en Energía Eólica. En China se ponía en funcionamiento pleno a la controvertida planta hidroeléctrica Tres Gargantas. ?Se te olvidó el nombre de esa persona? Para evitar el embarazoso momento algunos métodos que pueden ayudar.¿Escuchaste hablar del Global Innovation Index? ¿Y de la batalla para redefinir al kilogramo?

Viernes 06

La organización Mundial de la Salud alerta acerca de una extraña y letal enfermedad de rápido desenlace en Camboya, identifican a una proteína que ayuda en las metástasis de cáncer de próstata y determinan que las bacterias tramposas no prosperan. El propoleo podría proteger en casos de radiación y desde el INTA alertan sobre la preocupante pérdida de nutrientes asociada con la siembra de soja.

Y la semana se va, se va, se fue.

domingo, 24 de junio de 2012

18 06 El tsunami que pasó.

Algo de lo que aconteció. Todo sería imposible.

El Lunes 18 Brian Krueger nos contaba desde su blog con noticias científicas sobre ciertas anomalías detectadas en neutrones. Investigadores italianos evaluaron los datos de otro grupo de investigadores de una universidad francesa y vuelven a proponer la hipótesis de un mundo paralelo con partículas espejo. Desde Londres informan que las prótesis mamarias francesas PIP no son tóxicas y los franceses desarrollan un filtro de agua que ajusta sus poros a la presión y se puede auto-reparar, basándose en el funcionamiento de las membranas celulares. Investigadores españoles trabajan para mejorar el diagnóstico y la detección de la tuberculosis, enfermedad que sigue dando batalla, y un interesante artículo plantea la necesidad de repensar los métodos tradicionalmente usados para evaluar la ciencia.
 
El martes 19, investigadores de la Universidad de Pensilvania informaban que los hongos tienen una maquinaria capaz de armar y desarmar los agregados de proteínas que en seres humanos pueden causar enfermedades neurodegenerativas tales como Parkinson y Alzheimer mientras que un trabajo presentado en la reunión anual de la Sociedad Norteamericana de Química describe de avances para el uso de algas como fuentes de biocombustibles utilizando métodos que sean menos contaminantes. Un trabajo aparecido en el Journal of the American Medical Association muestra el inquietante lado oscuro de las operaciones de bypass gástrico: un incremento en el consumo de alcohol por parte de los pacientes.
 
El miércoles 20 comenzó la cumbre de Rio+20 buscando el desarrollo sustentable al mismo tiempo que un preocupante artículo analiza el impacto que los gases usados en los equipos de aire acondicionado provocarán en los próximos años. La predicción de futuros eventos en base a experiencias pasadas nos da a los seres humanos una gran ventaja adaptativa, y un trabajo publicado en el Journal of Neuroscience devela el misterio de cuál es la zona del cerebro que se encarga de esta función.
 
Las noticias del jueves 21 incluían a las empresas argentinas que presentaron sus trabajos en el pabellón que el Ministerio de Ciencia y Tecnología instaló en la Convención Internacional de Biotecnología 2012, las 90 herramientas de Tweeter para tener en cuenta y las reflexiones de un analista medioambiental sobre la escasez mundial de metales.
 
Llegando al fin de semana, las noticias del viernes 22 mostraban la denuncia por contrabando de huesos de dinosaurio que ha ocasionado quejas del gobierno de Mongolia. Los huesitos aparecieron subastados en Dallas, Texas, por 1 millón de dolares. El ejemplar no estaba vivo . Docentes-investigadores de nuestra Universidad muestran sus trabajos sobre religión y vida pública, bioética, y empresas recuperadas, temáticas sociales de indudable importancia para nuestro país y región y el Dr. Ernesto Calvo da su opinión sobre cómo estimular la enseñanza/aprendizaje de las ciencias y las vocaciones científicas.
 
Y nos vamos cantando bajito.

lunes, 18 de junio de 2012

Es necesario ‘revaluar’ la evaluación de la ciencia.

Lisbeth Fog
SciDev.Net


Tradicionalmente la ciencia se evalúa de acuerdo con la producción científica de los investigadores, es decir, el número de artículos publicados en revistas científicas o las patentes registradas, por ejemplo.

Pero el valor real podría estar en cómo dichos productos o resultados benefician a la sociedad o al ambiente. La velocidad con que el nuevo conocimiento llega a los ciudadanos también importa.

Evaluar el impacto de la ciencia puede sonar simple, pero no lo es. La experiencia en América Latina demuestra que incluso los científicos no están de acuerdo en la manera como se evalúa, y que los países miden su producción científica de diferentes maneras.

¿Qué debe medirse?
Colombia evalúa a su comunidad científica de acuerdo con la información del nuevo conocimiento producido por los grupos de investigación anualmente, lo que se manifiesta en el número de publicaciones, los libros o capítulos de libros escritos, o el software registrados. Esto se hace a través de una aplicación informática desarrollada en Brasil.

En general, los científicos de ambos países están de acuerdo en que esta evaluación provee información útil para caracterizar las tendencias nacionales, pero también coinciden en que el sistema de evaluación es débil. Cada comunidad científica tiene sus propias ideas de cómo mejorar el sistema.

Los investigadores de Brasil sugieren (ver Científicos de Brasil objetan criterios de evaluación) que la publicación en revistas nacionales y la presentación de trabajos en conferencias debería dar más puntaje del que se asigna hoy en día.

Los científicos colombianos (ver Colombia: controversia por medición de grupos de ciencia) no están de acuerdo con dar el mismo puntaje a un artículo publicado en una revista nacional que a uno en una publicación internacional de renombre, como Science o Nature.

Algunos investigadores mexicanos también objetan la manera como su Sistema Nacional de Investigadores, SNI, mide la producción de los individuos. Dicen por ejemplo, que las patentes deben ser medidas no solamente por el número que se registra, sino por la manera como impactan para mejorar la economía nacional. Eso, argumentan, haría que los científicos mexicanos se preocuparan más por proteger los derechos del conocimiento que producen.

Ahora se suma la innovación
El criterio utilizado para evaluar la ciencia se vuelve aun más problemático a medida que las políticas de América Latina dejan de ver a la ciencia y la tecnología como fines en sí mismos, y añaden un nuevo ingrediente a su fórmula, viéndolas como la forma de lograr la innovación, tan necesaria para una sociedad y una economía basadas en el conocimiento.

La innovación no puede medirse simplemente por el número de artículos en las publicaciones científicas. Tampoco el número de patentes registradas puede ser el indicador de la innovación. Y aun si así lo fuera, ¿tendría una patente el mismo puntaje que la publicación de un artículo? Incluso, ¿serían comparables?

Tomemos otro ejemplo: si un grupo de investigación que está buscando soluciones a un problema de la industria firma un contrato de un millón de dólares con ella, ¿se consideraría un indicador de éxito? Y si ese mismo grupo genera una idea que incentive la creación de un spin-off rentable, ¿cómo debe medirse este impacto?

A medida que transcurre éste, que algunos han llamado el siglo de la innovación, los sistemas de evaluación tienen que actualizarse y responder a criterios que reflejen los objetivos de la ciencia, la tecnología y la innovación: generar productos para las economías y los mercados nacionales, crear soluciones prácticas a los retos sociales y agregar valor al conocimiento existente.

Deben además proveer incentivos a los propios científicos nacionales para que desarrollen la innovación. En la mayoría de los países en desarrollo quienes solicitan patentes son más las compañías internacionales que los propios investigadores o innovadores nacionales.

Repensar la evaluación
 Los sistemas de evaluación de ciencia y tecnología, y ahora de innovación, están constantemente siendo evaluados ellos mismos en América Latina.

Una crítica frecuente es que los criterios diseñados para evaluar han sido definidos principalmente por académicos, que no están en las ligas del sector productivo y poco peso le dan al valor del trabajo que producen los grupos que no se dedican a la investigación básica.

Los criterios de evaluación deben ser lo suficientemente flexibles como para diferenciar entre una y otra disciplina, como sucede en México.

¿Y qué decir de aquellas publicaciones dirigidas al ciudadano —y no a la comunidad científica—, a aquellos que participaron en una investigación como pacientes o respondieron a una encuesta, o a los miembros de comunidades afectadas por la contaminación de un río? En general, aquellos ‘productos sociales’ no tienen un puntaje alto, y los científicos no se empeñan en producirlos.

Pero el impacto de una adecuada estrategia de comunicación puede ser mucho mayor que una publicación en una revista científica.

Hace un par de años un epidemiólogo me comentó que a los investigadores se les debería medir por el impacto social que causan sus investigaciones, en muchas ocasiones salvando vidas, y no por sus publicaciones internacionales.

Este punto de vista encaja perfectamente cuando se refiere a investigaciones en salud pública. Pero no sería adecuado para otras disciplinas. Es tiempo entonces de pensar en diferentes tipos de evaluación para diferentes tipos de investigación. Me atrevería a decir, además, que los criterios deberían organizarse por los resultados que persigue —y logra— la investigación, y no por los diferentes campos científicos.

Un buen comienzo sería conformar un grupo consultor interdisciplinario, actualizado, que estimule un debate innovador y amplio.

Lisbeth Fog es consultora regional de SciDev.Net, con base en Colombia.

Fuente:
www.scidev.net

domingo, 17 de junio de 2012

11 06: El tsunami que pasó.

Algo de lo que aconteció. Todo sería imposible.


El lunes 11 Canadá anunció que es el primer país en comercializar un medicamento en base a células madre. El mismo se aplicará a niños que padezcan la enfermedad injerto contra huésped, la cual tiene tasas de mortalidad de hasta el 80% y hasta el momento solo podía ser tratada con esteroides. La revista Time cuestionaba la ciencia que respalda la nueva película de ciencia ficción de Ridley Scott, Prometheus, comparandola con el ya clásico "Alien" del mismo director (¿quién no saltó en la butaca cuando se abrió ese huevo infernal y...). En los EE.UU. una nueva patente concedida a un profesor impediría que los estudiantes puedan compartir libros de texto. El docente se queja de que esta práctica les hace perder dinero a las editoriales, las que luego no pueden publicar los libros escritos por docentes como él. Desde la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington (St. Louis, EE.UU.) informaron que la secuencia de ADN de pacientes con cáncer de mama, permite predecir el tipo de tratamiento más adecuado. También  el lunes 11 comenzaron a publicarse artículos recordando los 40 años del escándalo de Watergate, que le costara la presidencia al difunto presidente Nixon y que diera origen a varias películas (12, 3).

El martes 12 se daba a conocer una publicación electrónica con abundante material sobre aprendizaje online (e-learning) y la revista Nature publicaba un artículo sobre el siempre vigente tema del costo de las publicaciones científicas. Con reminiscencias de "tenedor libre", la idea se basa en la "publicación libre" por una tarifa fija; una alternativa que busca salir del atolladero en el que las editoriales, los científicos y los organismos que financian la ciencia están inmersos desde hace tiempo. La Nasa informaba sobre la llamarada solar de características atípicas ocurrida el 7 de Marzo y detectada por el telescopio espacial Fermi que ha estado en órbita por 4 años. En Jerusalen anunciaron que planean crear una base de datos con el ADN de perros para detectar a aquellos dueños que no lleven la bolsita cuando salgan a pasear, dejando regalitos que serán luego usados para obtener material genético y compararlo con la base de datos.


Para el Miércoles 13 llegaban los informes sobre un hombre infectado por VIH que se habría curado pero que todavía tiene partículas virales, dando lugar a controversias. También arrancó el Foro Global para Consumo y Producción Sostenibles, puntapié inicial para la cumbre de Rio+20 que culmina el 23 de Junio. Un artículo en la revista Science muestra que los límites entre las células del sistema inmune genérico y las del especializado no son tan estrictos como se pensaba, lo cual abre interesantes posibilidades en el tratamiento de enfermedades. Vecinos y ambientalistas mostraron su apoyo en el tercer día del juicio por las fumigaciones en el pueblo de Ituzaingó, Córdoba. Y si Ud. pensaba que la ciencia no sirve como tema para escribir una telenovela, vea el libro escrito por Morton Meyers, eminencia en el diagnóstico por imágenes en problemas abdominales. ¡Competencia, fama, dinero como Ud. nunca antes lo vió!. Todo en brillante Technicolor. Un nuevo método para analizar información genética, un viajecito por la "máquina de Dios" y cómo se escribe el tweet perfecto, según los científicos, son algunas de las noticias que completaron esta fecha en que celebramos el Día del Escritor.

¿Qué pasó el Jueves 14? Se identificaron nuevas proteínas relacionadas con el Alzheimer y se informó de un avance para tratar la enfermedad . Se celebró el Día Mundial del Donante de Sangre y se determinó que medicamentos usados en los 60 para tratar el cáncer podrían ofrecer alivio a las personas que sufren de esclerosis lateral amiotrófica.

El Viernes 15 la Redbio informó de su encuentro 2013 y en un laboratorio japonés crearon un precursor de un ojo humano a partir de células madre. Los nanotubos se perfilan como una ayuda crucial para sortear obstáculos computacionales. Celebramos el Día del Bioquímico (saludos a todos los colegas) mientras en los EE.UU siguen las repercusiones por el escándalo con el Servicio Secreto que, paradójicamente, no pudo mantener sus secretos. Una plantita del desierto se las ha arreglado para crear una bomba de gas mostaza que explota en la boca del ratón que ingiere sus frutos. Como resultado, el ratón termina escupiendo las semillas y contribuyendo a diseminar a este organismo. ¿La planta también producirá alguna sustancia para que el ratón se olvide de la traumatizante experiencia y vuelva a repetirla? En la Universidad de Carolina del Norte determinaron que la leche materna contiene una sustancia no identificada hasta el momento que previene la transmisión del VIH.

Y así termina la maratón noticiosa.

¿Qué me contursi?

sábado, 9 de junio de 2012

El tsunami que pasó.

Algo de lo que aconteció. Todo sería imposible.


Arrancamos la semana con el paso de Venus entre la tierra y el sol, en lo que sería la última vez durante el presente siglo. Volverá en 2117. Los que se lo perdieron y lo lamentan, a cambiar la dieta. ¿Quién les dice?

El Martes nos enterábamos de que, aparentemente, la gente pasa menos tiempo en el Facebook en contraste con un 20% que pasa más tiempo. A todo esto, un analista predice que FB desaparecerá para el 2020 (¿será para tanto? Zuckerberg…teléfono).

El mismo día apareció la noticia según la cual China no está muy contenta con los informes sobre contaminación que los embajadores extranjeros dan a conocer. “Dejennos crecer tranquilos” parecen decir los funcionarios chinos, molestos por la intrusión extranjera que por un lado canta temerosas loas al crecimiento económico del país asiático pero por otro critica el aumento en los niveles de polución. “¿Se podía esperar otra cosa?” es la pregunta que surge. Si los embajadores pueden ser encontrados entre la nube de smog, posiblemente sean notificados en persona.

Pero hubo más novedades durante el martes: desde el MIT nos contaron que usando el “origami de ácidos nucléicos” pueden introducir pequeñas moléculas de ARN o ADN en células tumorales e inactivar genes que causan la enfermedad y le cantamos el “apio verde” a Martha Argerich, todo en el mismo día. Se conmemoró otro aniversario de los terribles hechos de la plaza Tiananmen y la foto más tristemente famosa de Vietnam cumplió 40 años. El Martes también se celebró el Día del Medioambiente (según un dibujante es medio porque la otra mitad ya ha sido destruída).

El miércoles Japón comenzaba a considerar un futuro sin plantas nucleares y desde Universia nos recordaron que junio es el mes de los ingenieros. Murió Ray Bradbury (recuerdos haber leido “Las doradas manzanas del sol” en la secundaria) y en España lanzaron una campaña contra los “productos milagro” junto a personalidades de la península ibérica (¿y por casa cómo andamos?).

El jueves 7 se festejó el Día del Periodista, desde Australia nos contaron sobre la conexión entre insectos y plantas en zonas aisladas y nos enteramos de cómo la pérdida de biodiversidad puede afectar a la especie humana. En España, y a consecuencia de la crisis económica, amenazan con quitar fondos a la Ciencia (¿raro, no?, ¿también los habrán mandado a lavar los platos?) y desde el más allá Bradbury profetizaba que volveríamos a leer en papel porque nos cansaríamos de la Internet. Peter Gleick retornó a su puesto luego del escándalo desatado por “el fin justifica los medios”. También encontraron que la expresión de genes en peces con agua conteniendo compuestos psicoactivos es similar a la encontrada en humanos susceptibles al autismo.

Finalmente el viernes nos enteramos de un nuevo líquido de contraste para resonancias, en base a grafeno y otro artículo indica que posiblemente se haya exagerado con los efectos benéficos de los biocombustibles sobre el medioambiente. ¿Que tul, Marull?

Y sigue el tsunami.

jueves, 31 de mayo de 2012

Parentezco con las estrellas (Parte I).

Primera entrega sobre las dificultades encontradas por Carl Sagan como consecuencia de sus actividades de divulgación.

Por Jared Diamond
Traducción por Claudio Pairoba
05.01.1997

Poco más de un año atrás, participé en un congreso, organizado por la Academia Nacional de Ciencias, acerca del tema de mejorar la comprensión pública de la ciencia a través de la estimulación de una mayor colaboración entre los científicos y los medios. La mayoría de los científicos presentes eran miembros de la academia, la cual sirve tanto como una sociedad con miembros elegidos así como consejero oficial sobre políticas científicas para el gobierno de EE.UU. A través de la sala detecté a un hombre delgado quien parecía familiar. Sus movimientos decididos sugerían una pasión interior escondida bajo un exterior calmo. Cuando me acerqué lo suficiente para leer su nombre en el distintivo, vi que era el famoso astrónomo Carl Sagan, con quien había mantenido correspondencia pero a quien nunca había conocido en persona.

Nos presentamos y comenzamos una conversación que, ahora pienso, fue profunda. Sagan mencionó que había escuchado sobre mi padecimiento de un cáncer letal, y me preguntó como me encontraba. Le contesté que me había sometido a una operación y que ahora estaba totalmente curado, de acuerdo a lo que sabía. Me confesó que él también había tenido un roce con esa enfermedad. Le habían diagnosticado mielodisplasia, una patología que puede transformarse en leucemia, pero lo habían tratado y, dijo, lo habían curado. Desafortunadamente, no mucho después de nuestro encuentro, se le presentaron complicaciones derivadas de un transplante de médula ósea y murió unos dias antes de Navidad. Mirando hacia atrás, me pregunto si su apariencia calma de aquel día se debía a una sensación sobre lo que se aproximaba.

Más tarde ese mismo día, durante una discusión grupal acerca de la importancia de comunicar ciencia para el público, hice un comentario sobre una incómoda paradoja: los científicos que se comunican efectivamente con el público a menudo encuentran que la respuesta de sus colegas es el escarnio, e incluso son castigados de maneras que afectan sus carreras. Mis comentarios estimularon a Sagan para que se dirigiera a la audiencia por 15 minutos. Describió como él, también, había recibido duras críticas de otros científicos, pero – hizo una pausa, como si buscara elegir sus palabras con cuidado – las desventajas para él no habían sido mayormente serias. A medida que pronunciaba estas palabras, sentí que mis colegas de la academia contenían la respiración, esperando oír si Sagan mencionaría el penetrante insulto que había sufrido a manos de los mismos miembros de la academia. De hecho, salteó con tacto el escándalo que se había desatado unos pocos años antes, cuando él se había convertido en una de las pocas personas en la larga historia de la academia en haber sido provisionalmente electo para la membresía y posteriormente ser individualmente rechazado en una votación especial.

El rechazo de Sagan normalmente hubiera sido desconocido más allá de la academia, dado que se supone que los miembros mantengan en secreto los temas relacionados con la votación. Sin embargo, algunos miembros que no han sido identificados, estaban tan enardecidos que filtraron el tema a la prensa. (No tengo idea quienes fueron, al haberme perdido la reunión). Brevemente, como se lo describió en la prensa, Sagan había estado entre muchos científicos nominados, su candidatura sobrevivió las etapas iniciales de selección, y su nombre estaba en una larga lista de candidatos ubicadas en la boleta de votación que se les había enviado por correo a los miembros de la academia. Las respuestas a la votación lo ubicaban entre los 60 candidatos que recibieron la mayor cantidad de votos. Estos candidatos son usualmente aceptados como elegidos, sin mayor discusión, durante la reunión anual.

En este caso, sin embargo, la elección provisional de Sagan fue seleccionada y cuestionada en la sala de reuniones. Por reglas de la academia, aquel nominado cuestionado de esta forma es dejado de lado a menos que su candidatura sea respaldada por al lo menos dos tercios de los miembros presentes que votan. Después de un acalorado debate más de un tercio votaron por rechazar la elección de Sagan. Esa extraña bofetada en su cara terminó con la candidatura.

Durante las últimas dos décadas, más de mil científicos han sido elegidos por la academia, pero solo recuerdo otro candidato rechazado y unos pocos más a los cuales se cuestionó sin éxito. Gran parte de la oposición en la sala de la academia fue armada en términos de cuestiones de procedimiento o en base a las supuestmente deficientes contribuciones de Sagan a la investigación científica. Sin dudas, algunos de sus oponentes realmente tenían una pobre opinión sobre sus contribuciones. Sin embargo, la investigación de Sagan era bien conocida y obviamente considerada lo suficientemente importante por los miembros de la academia para elegirlo provisionalmente en primer lugar. Sagan mereció gran parte del crédito por explicar la particular atmósfera de Venus, los cambios en la apariencia de Marte (debido a tormentas, no canales o cambios estacionales en vegetación, como se había creído originalmente), el efecto invernadero en la Tierra y en Venus, los orígenes de la materia orgánica en la Tierra, y las condiciones para la vida extraterrestre. También tuvo un papel destacado en las misiones Mariner, Viking, Pioneer, Voyager, y Galileo que transformaron nuestra comprensión de todos los planetas externos.

Podría ser que Sagan perdiera su potencial lugar en la academia no porque hubiera fallado en producir investigación científica lo suficientemente importante sino porque tuvo mucho éxito como popularizador de esa investigación. Para el público, Sagan fue por lejos el más famoso astrónomo norteamericano y uno de los más famosos científicos norteamericanos de cualquier disciplina. Esa fama surgió de sus habilidades únicas para explicar la ciencia al público. Cuando se transmitió por primera vez en 1980, su serie televisiva Cosmos atrajo más espectadores que cualquier otra serie de TV pública anterior, y mantuvo ese record por años. Hizo más que ningún otro factor para incrementar el interés público en la astronomía así como el respaldo público para el costoso plan de sondas planetarias de la NASA. Pero las habilidades comunicacionales de Sagan provocaron una violenta reacción entre muchos científicos, quienes se negaron a creer que él pudiera ser simultáneamente un científico serio y una carismática personalidad de la TV.

Lo que hace que el rechazo de la academia sea tan trágico, y a primera vista tan incomprensible, son todas las razones válidas que los mismos científicos normalmente emplean para explicar por qué es tan importante que el público entienda a la ciencia. Veo, por lo menos, cinco de tales razones y vale la pena detallarlas para que podamos apreciar por qué las actitudes puestas de manifiesto en el rechazo de Sagan por la Academia Nacional de Ciencias representan un problema tan grande.

Primero, la ciencia no es algo misterioso, destinado a solo unos pocos. Cada uno de nosotros – ya sea un poeta, un portero, un físico nuclear – tiene que ser capaz de pensar científicamente y de entender algo de ciencia para ir por la vida. Cada día enfrentamos decisiones que se asientan en la ciencia, tales como si fumar, qué comer, con quien tener sexo y que protección usar (si usa alguna). Incluso para las decisiones que no dependen de hechos científicos específicos, la ciencia continua siendo el set probado de los mejores métodos para adquirir información exacta acerca del mundo.

Segundo, algunos de nosotros terminamos como legisladores en el gobierno o en el sector privado. Estos individuos toman decisiones que afectan fundamentalmente al bienestar de todos, y la mayoría de ellos no saben más de ciencia que el resto del público. Así y todo, son llamados para decidir qué hacer con (y cuánto dinero gastar en) reactores nucleares, calentamiento global, tóxicos ambientales, onerosos programas espaciales, investigación biomédica, y aplicaciones de la biotecnología. Son los no científicos, no los científicos, quienes tienen la última palabra sobre si la leche que podemos tomar puede provenir de manera segura de vacas tratadas con hormonas de crecimiento. Para tomar tales decisiones con sabiduría, los encargados tienen que provenir del público científicamente educado.

Tercero, como votantes, todos tenemos la responsabilidad final por esas decisiones, porque somos los que deciden cuáles candidatos y cuales proyectos prevalecerán. Necesitamos tener suficiente idea de la ciencia para seleccionar a los decisores que harán buenas elecciones cuando se enfrenten con cuestiones científicas.

Cuarto, incluso si la ciencia fuera irrelevante para las vidas del norteamericano común, una iniciativa científica es esencial para nuestras economía, sistema educativo y sociedad. Esto requiere montones de jóvenes que se interesen lo suficiente por la ciencia como para decidir convertirse en científicos profesionales. La buena comunicación de los científicos hacia el público es esencial para encender el entusiasmo.

Por ultimo, los mismos científicos deberían estar interesados en promover la comprensión pública de la ciencia por una razón de interés personal: sus salarios y becas de investigación dependen de los no científicos que manejan los hilos de la billetera en el Congreso, las legislaturas estatales y las fundaciones privadas. Aquellos que dan el dinero llegan a sus decisiones basados en cuan importante creen que es la ciencia.

Todos estos argumentos que demandan la comprensión pública de la ciencia son correctamente descriptos por los científicos, quienes los entienden mejor que nadie. Por lo tanto, uno podría esperar que ellos dieran todo el respaldo e incentivos posibles para aquellos pocos científicos que, como Carl Sagan, dedican mucho de sus esfuerzos a estimular esa comprensión.

Paradójicamente, sin embargo, los divulgadores enfrentan una indiferencia generalizada, hostilidad y castigos, tales como honores y ascensos demorados o incluso denegados. El rechazo contra Sagan por parte de la academia fue un ejemplo bien publicitado.

Continuará.
Fuente:
http://discovermagazine.com/1997/may/kinshipwiththest1130

Me siento Rosario: mostrando lo bueno de vivir en la ciudad junto al río marrón

Un grupo de jóvenes muestra su pasión por la ciudad en un corto que destaca parte de sus habitantes y actividades. Messi, Aymar, el Acuario ...