miércoles, 23 de diciembre de 2015

Un físico es el nuevo titular del Conicet

Viene de participar en la gestión del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.


El doctor en física Alejandro Ceccatto fue designado presidente del Conicet, el principal organismo de ciencia y tecnología de la Argentina. Reemplazará a Roberto Salvarezza, el doctor en bioquímica que había asumido en 2012 y que renunció por considerar que a partir del cambio de gobierno "no están garantizadas las políticas científicas".

Ceccatto viene de formar parte de la gestión durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Desde 2008, trabajaba como viceministro de Lino Barañao, el titular de la cartera de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, con el cargo oficial de secretario de Articulación Científico-Tecnológica. Barañao continuó en su cargo y ahora Ceccatto pasó a presidir el Conicet.


Antes, Ceccatto fue director del Centro Internacional Franco-Argentino de Ciencias de la Información y Sistemas y de la Red Nacional de Investigación y Educación (Innova-Red). Entre 2001 y 2008 fue director del Centro Científico Tecnológico Rosario, que depende del Conicet, y entre 1994 y 2002 estuvo a cargo del Instituto de Física de Rosario. Desde 1998 pasó a ser investigador del Conicet, aunque luego pidió licencia para ejercer los otros cargos. Es profesor de la Universidad Nacional de Rosario y ha publicado más de 120 artículos y dirigido 12 tesis doctorales.

El físico ahora liderará un organismo público que mejoró su desempeño en los últimos años: el Conicet pasó a ubicarse entre las 80 mejores instituciones del mundo entre 5200 que realizan actividades científicas y tecnológicas, en el puesto 12 entre las 700 gubernamentales del mundo, segunda en Latinoamérica y primera en Argentina. "Entre 2003 y 2014, el Conicet pasó de tener 3.000 a 10 mil investigadores; de 1800 a 10 mil becas; de 100 a 250 institutos; de un presupuesto de 260 millones, a una ejecución este año de más de 6000 millones", según informó Salvarezza, antes de renunciar.


Además de Ceccatto, se designaron otros funcionarios en el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. La mayoría viene de participar en Cambiemos. El licenciado Ricardo Agustín Campero quedó como secretario de Articulación Científico-Tecnológica. El ingeniero Facundo José Laguna es el presidente del directorio de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, y el ingeniero Jorge Mariano Aguado fue nombrado subsecretario en la Secretaría de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.

Aguado era director general de tecnología educativa en Ministerio de Educación durante la gestión de Macri en la Ciudad de Buenos Aires. Además, fue designado Lucas Luchilo como subsecretario de Evaluación Institucional del Ministerio de Ciencia.

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domingo, 20 de diciembre de 2015

Virginia Walbot: Comunicación, docencia y ciencia ayer y hoy

De paso por nuestra ciudad, la genetista californiana reflexiona sobre los cambios en el trabajo científico cotidiano y la importancia de la docencia y la comunicación.

Walbot flanqueada por sus dos ex-becarios, Pairoba y Casati (Foto: C. Pairoba).

Por Claudio Pairoba

Virginia Walbot fue la directora de mi beca post-doctoral durante los tres años en que realicé investigación en la Universidad de Stanford. Además de una investigadora reconocida, minuciosa y dedicada, Ginny es una excelente conferencista que se destaca por la claridad de sus conceptos, vocabulario y expresividad. También se ha preocupado siempre por estimular la interacción social de todos aquellos que trabajan en su laboratorio. Sus asados en el campo de maíz son una marca registrada que todos sus discípulos hemos disfrutado a lo largo de los años.
 
La Dra. Paula Casati (investigadora del Centro de Estudios Fotosintéticos y Bioquímicos, CEFOBI), ex-becaria posdoctoral de Walbot gestionó una visita de la investigadora a nuestra universidad. Durante la misma, tuve la oportunidad de charlar con Ginny y, entre los numerosos temas que tratamos, me llamó la atención su reflexión acerca de cómo ha cambiado el trabajo en el laboratorio en los últimos 15 años. Su visión de la importancia de la docencia es también digna de destacar.
 
¿Cuáles son las diferencias en el trabajo de su laboratorio que observa comparando los años 2000 y 2015?
Creo que en el año 2000 y los años anteriores, los laboratorios eran lugares muy activos donde la mayor parte del esfuerzo se ponía en la preparación de las muestras. En nuestro caso obtención de materiales vegetales. Había un montón de trabajo individual, algo así como veinte personas cocinando al mismo tiempo. Y debido a esta actividad, nunca había silencio. La gente discutía mucho durante esta rutina de trabajo, mayormente sobre ciencia y el propósito de sus experimentos.
 
Probablemente, el noventa por ciento del tiempo de un científico joven se pasaba en la mesada. Periódicamente se paraba por algunos días para hacer análisis. Pero la mayor parte del tiempo se dedicaba a generar el material que se iba a usar para hacer un experimento y en hacer el experimento, con una pequeña cantidad de tiempo dedicada al análisis.
 
Hoy, en el 2015, es casi todo lo contario. Hay una pequeña fracción de tiempo para preparar el material con el mismo cuidado que antes, pero ahora se usa de manera automatizada. Todas las proteínas son secuenciadas y los ARNm son analizados. Esto lleva días y luego, cuando la persona obtiene los datos, puede llevarle días o meses analizarlos.
 
Entonces, en un laboratorio típico hoy en día con cinco personas trabajando, una está en la mesada preparando las muestras y las otras cuatro están en las computadoras con auriculares para no escuchar ningún ruido. Esto es necesario para analizar los datos en hojas de cálculo gigantes.
 
¿Cómo cambia esto la dinámica del laboratorio?
Debido a esto nadie habla. Es sorprendente para mí que en el año 2000 los laboratorios eran ruidosos y activos, incluso sin que estuviera la radio encendida. Ahora son super silenciosos, como en una biblioteca, y cada uno trabaja en lo suyo. Me preocupa que en el laboratorio moderno los posdocs, estudiantes y técnicos no comparten tiempo social, charlando sobre los experimentos o lo que piensan sobre sus experimentos. Hay una actividad más individual.
 
Todavía tenemos reuniones grupales de trabajo y lugares con formatos específicos para discutir pero la costumbre de discutir cada hora, cada día, es como que ha desaparecido. Hay un estilo distinto de entrenamiento.
 
Pareciera como que nos hemos olvidado del componente de interacción social de la ciencia. Lo único que importa es mi experimento y el resto del mundo no importa. Pero el resto del mundo sí importa.
Tradicionalmente, la gente en un tema como Historia, trabajan solos. Pueden ir a un archivo para leer las cartas de la persona sobre la cual están investigando. Hacen todo esto solos, y luego escriben un artículo o libro solos, el cual publican solos. De esta manera, los expertos en las ciencias sociales en muchos casos son individuos. Como un artista: un proyecto una persona.
 
Al mismo tiempo, es sorprendente para aquellos fuera de las ciencias naturales que este tipo de laboratorios siempre trabaja con grupos de gente. Alguna gente más avanzada entrena a los más jóvenes y algunos proyectos grupales. Todos tienen un proyecto individual pero el consejo sobre ese proyecto viene del grupo.
 
En los laboratorios más modernos la gente trabaja más en forma individual. En términos sobre lo que decías acerca del lado social de la ciencia, veo que los estudiantes pueden contactar a casi cualquier persona en el mundo, via e-mail o skype. Pero comienzan una interacción de esta manera antes que con la persona que tienen al lado. Tal vez como la vida moderna en una gran ciudad, donde uno tiene familia y amigos pero no sabe el nombre de la persona que vive al lado. Así que la proximidad geográfica ya no es una forma de conocer gente.
 
No puedo evitar comparar lo que me comenta con lo que sucede en el mundo de la comunicación. Nos obnubilamos con una herramienta (Facebook, Twitter) pero no sabemos como utilizarla al máximo para mejorar nuestra comunicación, como trascenderla.
Sí, hay un lado negativo. Una imagen típica de una historieta en la actualidad es ver diez personas cenando y cada una está más interesada en su teléfono celular que en la gente que está a la mesa. Eso es más o menos lo que estoy diciendo con respecto a la vida en el laboratorio. Solía pasar que cada uno estaba sentado a la mesa hablando y ahora es como que cada uno tiene su mundo privado que consideran más importante.
 
Me gustaría que me cuente lo que la docencia representa para Ud. y como impacta en su investigación.
Siempre me ha gustado enseñar porque siempre me gustó explicar cosas. Creo que una ventaja es que si no lo podés explicar de manera sencilla a otra persona, quiere decir que no lo entendés. Así que cuando preparo una charla, puede ser que termine yendo a un libro con lo básico para examinar las cosas de nuevo porque necesito entenderlas desde el nivel más simple hasta lo más complejo.
 
Hay otra cosa que no sé si es cierto para otra gente, pero se me ocurren muchas ideas cuando estoy hablando. Es como que mi cerebro usa el proceso de explicar para darse cuenta de que “ey, esto no tiene sentido con esta otra evidencia” o “esta pregunta nunca se ha hecho antes”. O sea, hablar sobre ciencia ya sea con un grupo o enseñando, para mí es muy estimulante en términos de crear nuevas ideas. Y esto es un valor agregado en la enseñanza.
 
Y también me gusta la docencia solo porque es divertido. Gente joven, de 18 años, con mucho entusiasmo e ideas locas. Es estimulante y los estudiantes cambian con frecuencia de idea. Pero es muy importante, porque a medida que uno se establece hay una tendencia a ir en un solo sentido. De manera que si uno interactúa con otra gente, especialmente estudiantes, ellos no se han quedado en un camino determinado, así que uno se encuentra con muchas maneras de pensar sobre un problema.
 
Ud. piensa que hay una conexión entre la docencia y su investigación.
Sí. En un gran congreso hay una forma evidente para darse cuenta si alguien es docente o no. Los conferencistas que no hacen docencia no dan seminarios claros.
 
La docencia realmente mejora las habilidades comunicacionales simples y directas. Eso es importante porque la mayoría de la gente en la audiencia no es experta y eso es algo que los que no son docentes olvidan. Y terminan dando un seminario para los que son como ellos y no para todos.
 
Estos “bonus” que mencioné acerca de estimular tu mente al interaccionar con gente que hace muchas preguntas, es una forma de obtener nuevas ideas. Las nuevas ideas salen de la nada, no se puede saber cuando vas a tener una así que creo que uno incrementa las posibilidades de tener nuevas ideas teniendo muchas experiencias nuevas. La docencia brinda esa posibilidad.
 
O sea que la docencia es una forma de explorar nuevas formas de pensar, no solo para el alumno.
Si no, uno termina pensando el problema de la misma manera una y otra vez. Y es más difícil dar el gran salto. Se pueden hacer pequeños progresos. Creo que la gente que no tiene la oportunidad de enseñar puede conversar con gente diversa, de manera de testear su idea con distintas personas y conseguir ese “¡oh!, acabo de pensar en una nueva forma de hacer el experimento”.
 
Es ciertamente inspirador encontrar a una investigadora con una larga trayectoria en su tema de trabajo que considera a la docencia como una experiencia valiosa que permite compartir experiencias y obtener nuevas ideas, y no una actividad que solo consume el tiempo que se podría dedicar a la investigación.
 
El círculo virtuoso se cierra cuando el docente también investiga, como indica un reciente artículo
 

lunes, 14 de diciembre de 2015

De la teoría teatral a la práctica

El Espacio de pedagogía y producción teatral, La Puesta, comenzó a mostrar esta semana los trabajos de fin de año de sus alumnos. Es un auténtico "semillero" de actores y actrices creado y coordinado por las directoras Cristina Carozza y Claudia Piccinini. 



Por Julio Cejas

Comenzó esta semana la muestra de las producciones teatrales generadas en el marco de La Puesta (Espacio de pedagogía y producción teatral). Una instancia que se constituye en un auténtico "semillero" de actores y actrices, creado y coordinado por las docentes y directoras teatrales Cristina Carozza y Claudia Piccinini. Los trabajos se pueden disfrutar en el mismo espacio donde son gestados: El Cultural de Abajo (San Lorenzo y Entre Ríos), abriendo la movida el miércoles pasado, la obra "Auténticamente miserables", basada en "Tercer Cuerpo", texto del reconocido dramaturgo y director porteño Claudio Tolcachir, con dirección de Piccinini y asistencia de Romina Bozzini.

"Hace ya 18 años que venimos trabajando con Claudia (Piccinini) en forma ininterrumpida en la formación de actores y productores, seguimos sumando a nuestra apuesta cotidiana, nuevas miradas que suman a este prisma con muchas aristas valiosas y novedosas que nos ofrece nuestra ciudad", dijo Carozza a Rosario/12.
La directora pondrá mañana en escena otro de sus trabajos con los alumnos avanzados: "Todos nos vamos a ir", basado en "La muerte de un viajante", del cada vez más vigente Arthur Miller. Esta propuesta, que retoma una de las líneas principales de abordaje poético de este taller: La resignificación de los clásicos, podrá verse también, el martes y el miércoles próximos a las 20.30 en el Cultural de Abajo.

"Ocho hijos, un tío, una madre que no existe y un padre que nunca aparece, se encuentran para acompañar la enfermedad en un tiempo sin tiempo, forman parte de un viaje del que no se puede regresar", dice Carozza al referirse a esta particular versión de la obra de Miller.

La Puesta tiene en su haber interesantes trabajos como "Demasiada familia", primera obra que también dirigió Carozza, al frente del grupo "Puertas Adentro", basada en la poética de Antón Chejov ( 2010) y "Tenemos que hablar", llevada adelante por el grupo "Quenoche", que pasó de la muestra anual a integrar la cartelera local con una ingeniosa versión de "Casa de muñecas" de Ibsen.

-¿Cuáles fueron las pautas que desarrollaron en esta nueva muestra del taller?
-El eje de este año de investigación fue el entrenamiento actoral y sus estrategias de creación del material escénico para el montaje y la puesta en escena, abordamos la técnica del actor y el estímulo hacia el comportamiento orgánico, experimentamos la presencia, imágenes sensoriales y la percepción, el actor como creador y puestista de nuevas versiones y lecturas de textos del teatro universal- dijo Claudia Piccinini.

Los días 17, 18 y 19 de este mes, siempre en el mismo horario y lugar se presentarán los alumnos intermedios con "Camarín x la final", un trabajo dirigido por Mariana Valci, que hace algunos años se incorporó al grupo de docentes. "Tomamos escenas de autores argentinos de distintas épocas y las abordamos desde el vestuario, las acciones, el entorno, los objetos, las energías, los conflictos, buscando la revalorización del texto escrito, pero haciendo mucho hincapié en la acción dramática, retrabajando esos textos de una manera diferente", señaló Valci a este diario.

En tanto que el 20, 21 y 22, subirán a escena los alumnos principiantes con la obra "Espíritu natural", que tuvo como disparador inicial, el cuento de Oscar Wilde "El fantasma de Canterville", adaptado a partir de la improvisación y las técnicas actorales generadas bajo la dirección de Angie Beltrame, recientemente incorporada.

"La Muestra de fin de año es una oportunidad para motivar a nuestros alumnos, avanzando en el proceso de creación y difusión de sus producciones culturales", dijeron las docentes-directoras.
"Es muy importante -dice Carozza- que ellos tengan la posibilidad de hacer su trayecto actoral anual pasando de un espacio teórico-práctico a hacer muestras, funciones, mostrando este resultado a los espectadores, que, en definitiva, son los que completan la mirada de este suceso teatral".

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sábado, 12 de diciembre de 2015

Foro Objetivos 2015-2030 ONU: Encuentro en el ECU


Participaron autoridades locales junto al representante de la Organización de Naciones Unidas.
Los disertantes durante la ceremonia de apertura (Foto: C. Pairoba).

 
La reunión que tuvo lugar en el Espacio Cultural Universitario se desarrolló con el fin de dar a conocer los 17 objetivos de desarrollo sostenible así como las 169 metas que conforman la nueva agenda universal para los próximos 15 años.
 
Entre los objetivos nuevos se destacaron la lucha contra la desigualdad, la mejora de ciudades e infraestructuras para hacer realidad las deudas pendientes relacionadas con derechos humanos, la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de mujeres y niños.
 
Estuvieron presentes el Dr. Alberto Stella (coordinador de ONUSIDA para Cono Sur), el Prof. Dario Maiorana (ex- rector de la Universidad Nacional de Rosario, UNR, y representante de la “Cátedra del Diálogo y el Encuentro”), Marcelo Vedrovnik (decano de la Facultad de Derecho de la UNR), Claudio Díaz (Subsecretario de Gobierno de la Municipalidad de Rosario), Daniel Erbetta (ministro de la Corte Suprema de la Provincia de Santa Fe) y el Prof. Dr. Arq. Héctor Floriani (rector de la UNR).
 
La utopía y el ciudadano
Stella agradeció la invitación y destaco la trascendental oportunidad que convocaba al encuentro. “Es un momento para reflexionar dónde estamos y hacia dónde vamos. Cuáles son los nuevos paradigmas y qué nos plantea la agenda de desarrollo sostenible. Hablar de desarrollo sostenible es una utopía necesaria”, destacó el representante. La utopía plantea poner en el centro de las discusiones al ciudadano, con sus vulnerabilidades, contradicciones, pasiones y deseos, de acuerdo a lo expresado por el funcionario. Estas consideraciones se dan en el marco de los 67 años transcurridos desde la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuyo primer articulado especifica que todos nacemos iguales en libertades y derechos.
 
A su turno, Darío Maiorana destacó que “toda acción que emprendamos como ciudadanos implica un cambio positivo a nivel global. Ya no podemos pensar solo desde lo local si no como dice el Papa en la encíclica “Laudato si” pensar en el destino planetario. Nada de lo que es humano me es ajeno y nada de lo que tiene que ver con el planeta y con este mundo me es ajeno”. El Prof. Maiorana se centró en el rol del ciudadano en las decisiones y que exigen a sus estados y gobiernos, organizándose para encontrar soluciones. Todos los estamentos de la sociedad están involucrados en el encuentro de soluciones.
 
Programa de compromiso y responsabilidad social
Marcelo Vedrovnik abrió agradeciendo la presencia de docentes, no docentes y alumnos que participan en el “Programa de Compromiso y Responsabilidad Social” que se desarrolla desde junio del corriente año en la facultad a su cargo. El programa multidisciplinario está dirigido por el Dr. Matias De Bueno y se enfoca en la problemática del desarrollo sustentable. También incluye actores políticos además de profesionales para tratar los temas con el mayor pluralismo.
 
Vedrovnik destacó la aprobación de una modificación al plan de estudios de la carrera, a través de la cual se incorporan a diferentes materias muchos de los temas que constituyen los 17 objetivos y algunas de las 169 metas.
 
Desde el gobierno municipal
Claudio Díaz enfatizó, al referirse al motivo del encuentro que “desde el Derecho Internacional del Medio ambiente se viene bregando hace tiempo por esta temática y debemos reconocer el papel de Naciones Unidas en esta temática. Se necesita de manera imperiosa la cooperación internacional para abordarlo”. Haciendo referencia al punto uno de la carta fundacional de Naciones Unidas, Diaz remarcó la necesidad de cooperación de la comunidad internacional en un tema global es de suma importancia. El representante municipal destacó el compromiso que deben adoptar los gobiernos nacionales los tomen como propios para que no queden en un conjunto de buenas intenciones, lo cual pone de manifiesto la importancia de los actores nacionales y locales.
 
El Derecho y la mirada política
Daniel Erbetta destacó la relevancia social e institucional que implica articular con los distintos actores políticos, universitarios y de la sociedad civil, una instancia que debe iniciarse y continuar para generar conciencia sobre la gravedad de los problemas que afectan hoy a las personas y al planeta. Remarcó la necesidad de contribuir desde el lugar que cada uno ocupa a la paz universal, los derechos humanos y el acceso a la Justicia.
 
“Ninguno de estos 17 objetivos podrá alcanzarse plenamente en un mundo donde los centros del poder mundial cuentan los muertos y los desaparecidos en cifras bélicas, donde las desigualdades se profundizan en la misma progresión con la que crecen los tráficos ilícitos de escala cuyas ganancias alimentan los paraísos fiscales y también las economías de las grandes potencias”, reflexionó el ministro. “Un mundo donde los avances científicos y tecnológicos en el campo de la salud conviven con enfermedades del siglo XIX como la tuberculosis, el sarampión y la diarrea, las cuales junto con el hambre, los desplazamientos migratorios y las guerras provocan la muerte de millones de personas en el mundo”, agregó.
 
El pensamiento del rector
 “En la historia de la humanidad salta a la vista la pretensión del ser humano por modificar el sustrato natural donde nace. Esa modificación o pasaba inadvertida o causaba un impacto que se digería con gran naturalidad”, comenzó diciendo Floriani. “La gran inflexión se produce en el siglo XX cuando tomamos conciencia de que el proceso de transformación comprometía la propia supervivencia de la biosfera”, reflexionó. Seguidamente retomó la capacidad del hombre por llevar adelante sus utopías y transitar un camino que no tiene fin, en el cual el objetivo final es evitar el final del planeta y la vida humana.
 
“La institución universitaria como ámbito focalizado en la producción y socialización del conocimiento puede y debe hacer mucho en relación a esta temática. En este camino sin fin estamos destinados y asumimos la vocación de provocar los debates y contribuir a la elevación de una conciencia colectiva que tiene que ser tan inclusiva como sea posible” enfatizó el rector.

jueves, 3 de diciembre de 2015

Profesionalizar la comunicación científica

La comunicación de la ciencia es un campo en activo crecimiento. ¿Llegó el momento de proponer algunos criterios para su funcionamiento?



La comunicación de la ciencia ha ganado un lugar preponderante en los últimos años. Después de un largo período en el cual se buscaba que esta actividad formara parte del día a día de la sociedad, hemos llegado a un punto donde hablar sobre ciencia es algo, al menos, un poco más habitual.

Gracias a este avance, entramos ahora en otra etapa: reflexionar sobre algunos criterios para el ejercicio de esta práctica.

En la actualidad no existe una cultura extendida y afianzada acerca de la formación de los comunicadores* científicos.  Si bien hay algunos posgrados e iniciativas aisladas la formación académica de comunicadores científicos es bastante limitada a nivel nacional, aunque algunas universidades comienzan a pensar en proyectos para cubrir este área de vacancia.

Expondré tres puntos que considero serían útiles al momento de diseñar algunos lineamientos generales para la práctica de la comunicación científica:
1. Formación
2. Dedicación
3. Interacción

Obviamente, esta es una mirada subjetiva que parte de mi formación y experiencia laboral por lo cual no tiene como objetivo constituirse en una “receta” sobre cómo hay que comunicar la ciencia (mi idea es que todos podemos comunicar ciencia con interés y herramientas apropiadas). Simplemente busco plantear algunas propuestas para pensar la pregunta “¿por qué es necesario profesionalizar la comunicación científica?”

1. Sobre la formación del comunicador científico
El comunicador de la ciencia engloba a profesionales que, viniendo desde distintos orígenes formativos, han elegido comunicar la ciencia como actividad principal.

Lo más común es que los comunicadores sociales o periodistas se dediquen a esta actividad. Su formación implica un interés temprano en la actividad comunicacional y una formación acorde para responder a estos requerimientos.

Dada la popularidad que este campo ha alcanzado durante los últimos años, empieza a ser más común que egresados de otras carreras comiencen a explorar la posibilidad de dedicarse a la comunicación científica.

Aparecen entonces profesionales relacionados con la Física, la Química o la Biología que hacen comunicación de la ciencia. No es un dato menor que estas carreras no tengan una formación intensa en cuanto a lo comunicacional, probable razón que haya demorado la incursión de sus egresados en el campo que nos convoca.

Por lo arriba expuesto considero que el comunicador científico necesita tener herramientas de comunicación y de ciencia. Por esta razón, aquellos que provienen del campo comunicacional por formación, se verán beneficiados de incorporar conocimientos científicos (los cuales dependerán del área de interés) y los profesionales de las "ciencias duras" incrementarán sus capacidades por la incorporación de herramientas comunicacionales.


2. Full time (o casi)
La profesionalización de la comunicación científica implica la posibilidad de que el comunicador científico se dedique de lleno a esta actividad. Si bien esto estará en gran medida determinado por las posibilidades que den los grandes medios, no debemos olvidar que desde el advenimiento de la Internet hemos ganado la capacidad de generar medios alternativos cuyo desarrollo abre posibilidades muy interesantes.

Cuando el comunicador científico puede vivir de la comunicación de la ciencia, tiene tiempo para estar en el mundo científico en un 100%. Esto implica que conocerá lo que sucede en ese entorno, quién es quién, cuáles son las líneas de trabajo, la historia de cada investigador y grupo de trabajo, los odios y amores que se presentan como en cualquier actividad humana y las pujas de poder existentes.

Esto es importante no solo por lo que el comunicador científico podrá escribir, si no por todo aquello que conocerá y sobre lo cual no escribirá nunca. Pero que se convertirá en un sustrato por demás útil para algo clave al momento de hablar con los científicos: la repregunta.

Al mismo tiempo, la interacción contínua del comunicador científico con los investigadores y la forma de trabajo de aquellos contribuiran a crear una relación de confianza que estimulará la apertura de los científicos.

3. Interacción: la repregunta
Un sano escepticismo es siempre útil al momento de examinar la actividad científica. Comunicar ciencia es mucho más que dar una noticia sobre un avance científico (el hecho de concentrarse solo en avances es otro tema para debatir). Comunicar ciencia implica tener un bagaje de conocimientos que nos permitan preguntarnos sobre la verosimilitud de la información que nos llega, sus posibilidades de aplicación en caso de ser exacta, los aspectos positivos y negativos asociados al nuevo descubrimiento y sus implicancias sociales, culturales y políticas.

Un comunicador que no se especializa en ciencia y llega a entrevistar a un/a científic@ se encuentra bastante limitado en su formación como para saber de qué le están hablando. Pero no sólo eso: tampoco tiene herramientas para discernir  si el entrevistado está dando información cierta.

La ciencia, como cualquier otra actividad humana, incluye a investigadores cuyos trabajos no son necesariamente exactos y proyectos cuya importancia se distorsiona con fines diversos. Si el comunicador no se maneja en el medio científico no tiene forma de detectar estas situaciones y queda en la posición de aquel a quien se le entrega un hermoso paquete envuelto en papel brillante y con un hermoso moño de color.

Los dos puntos que mencioné inicialmente, conocer sobre ciencia y conocer sobre el medio científico, se constituyen entonces en verdaderas vacunas contra la infección por información falsa, egos distorsionados y proyectos inflados. En estas condiciones el comunicador no solo escucha lo que le dicen, si no que lo analiza y genera una nueva pregunta para clarificar el panorama.

Cerrando el círculo
Volviendo a la pregunta inicial, “¿por qué profesionalizar la comunicación científica?”, la respuesta es fácilmente deducible de los tres puntos anteriores.

Seguramente habrá otras razones para propender a crear un espacio mejor preparado desde lo académico y lo práctico para abordar la comunicación de la ciencia. Pero, desde mi perspectiva, los tres puntos expuestos grafican de manera clara que, para hacer comunicación científica, necesitamos saber de lo que estamos hablando, tanto en lo comunicacional como en lo científico.


* Usaré la palabra comunicador para englobar a aquellos profesionales que, viniendo de distintos caminos formativos, han elegido la comunicación como espacio de trabajo.

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