lunes, 7 de octubre de 2013

Televisión y ciencia: Entrevista a Luis Cappozzo

Por Rodrigo Chavez Lagraba

El típico investigador de laboratorio, encerrado con sus tubos de ensayo y mapas genéticos, desligado de la política y sólo abocado a su labor exclusiva, parece ser sólo un estereotipo que algunas manifestaciones recientes rebaten.

En argentina, según Cavallo, los científicos tenían que lavar los platos. Marca de época neoliberal: fuga de cerebros.

A más de diez años de la crisis económica, política y social de 2001, las cosas cambiaron en relación a los científicos. Hacia fines de 2007 se crea el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva; con un tipo de política que venía perfilándose desde 2003, cuando fuera elegido Presidente de la república Néstor Kirchner. Marca de época intervencionista: repatriación de científicos.

Pero no sólo volvieron científicos para investigar (aunque sí en su mayoría), sino que se vió reflejada una vocación de divulgación en muchos de ellos; y, en este caso, de actuación.

“Área 23” es una ficción de contenido científico que se emite por el canal Tecnópolis TV (lanzado recientemente), protagonizada por Carolina Peleritti. Es la primera serie Argentina sobre ciencia, y se centra en la historia de Eugenia Simone (Peleritti) y su equipo de trabajo en un laboratorio de alta complejidad, donde deberán resolver problemas biomédicos, ambientales y judiciales.


Luis Capozzo junto a Carolina Peleritti

“En mi caso interpreto a un científico que se formó con el fundador del laboratorio y que se quedó en el país apostando al crecimiento en ciencia y tecnología como herramienta de desarrollo”, dice Luis Cappozzo, científico argentino devenido en actor. “En la vida real soy biólogo marino, investigador del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia y de la Universidad Maimónides y Fundación Azara”.

Tal vez, su nueva faceta actoral guarde alguna relación con sus deseos de divulgar la actividad científica. “La comunicación de la ciencia es algo que desarrollé con un fuerte compromiso hacia la idea de que la información y el conocimiento científico deben ser públicos. Luego comencé a realizar contenidos para televisión y la actuación fue casualidad, comenzó como un ensayo y mis compañeros de Mulata Films terminaron ofreciéndome una oportunidad que disfruté mucho”, comenta.

Primero quisiera que me cuentes cómo surgió la idea de hacer una serie que tratara temas científicos.
Es una idea original de Mulata Films, la productora con la que realicé la ficción. La propuesta original que me hicieron fue realizar los contenidos científicos temas que son sobre especialidades en las que se destaca nuestro país (biología molecular y celular, genética, salud pública, clonación, organismos genéticamente modificados, ecología).  A partir de esta propuesta consulté información sobre lo que se está realizando en investigación en los laboratorios científicos. Se trató de una propuesta muy general a la que le fuimos dando forma. Propuse los temas científicos en el contexto de la ficción y a partir de allí, suministraba los contenidos y junto a los guionistas y el director le fuimos dando forma. El problema principal que tenía la productora (cualquier productora se enfrenta al mismo problema cuando se trata de ciencia) es que resulta complejo ficcionar sobre temas científicos, que tengan contenido pero que además la propuesta de las historias que transcurren atrapen por sí mismas al televidente.


"Área 23" se emite por el canal Tecnópolis

Por otra parte, ¿cuál es el principal objetivo de la tira? ¿Se piensa principalmente en el contenido o también se tiene mucho en cuenta la puesta en escena?
El objetivo de la serie es múltiple: busca entretener (es tan atrapante como cualquier otra ficción, me atrevo a decirte que es más atrapante, estamos todos muy contentos con el resultado), brindar información y saberes científicos que permitan, por ejemplo, que mientras el televidente sufre por la muerte de algún personaje pueda comprender qué mecanismo utiliza la ciencia para establecer filiación o cuán importante es la prevención en la salud pública (con vacunas desarrolladas aquí) o de qué se trata un organismo genéticamente modificado. Los destinatarios de la serie son principalmente los jóvenes y los empresarios, porque se busca despertar vocaciones por la ciencia en los primeros y mostrar que la inversión privada  en ciencia y tecnología brinda más oportunidades a los empresarios. En nuestro país hace falta que existan más doctores en geología, físicos, matemáticos, ingenieros, químicos y biólogos y también más inversión privada en desarrollo tecnológico…

¿Se planea una emisión de más temporadas o es una experiencia única?
Todos los que participamos de la experiencia estamos muy contentos con los resultados. La serie fue bien recibida por el público. Se emite por TDA a través de la señal de Tecnópolis TV y entiendo que se irá ampliando la grilla a prestadoras de cable hasta que se instale la señal. Todos  estamos planeando más y más, pero por ahora puedo decir que estamos planeando realizar una segunda temporada. Es mejor dar un paso por vez.

¿De cuántos capítulos se conforma la primera temporada?
Toda la serie consta de diez capítulos de ficción que cuentan las relaciones diarias entre los miembros de un laboratorio de investigación como los que existen en nuestro país (lo puedo decir porque el público científico quedó encantado con la ficción, y mis colegas son el público más exigente en las críticas) y en cada capítulo resuelven un caso, por lo tanto nuestro equipo de científicos resolvió nueve casos (los capítulos nueve y diez conforman un capítulo doble). En cada capítulo hay drama, comedia, amor, tristezas, alegrías, envidias; es decir, todo lo que los seres humanos sentimos como resultado de interactuar con otros está reflejado allí. Luego hay tres capítulos en los que entrevistamos a prestigiosos científicos que cuentan sus trabajos y dan sus opiniones sobre la serie, alternando con escenas de la ficción y acercándola a la realidad en nuestros laboratorios e institutos científicos donde se producen nuevos conocimientos, y por último un capítulo sorpresa.

 

¿Estás relacionado por alguna otra actividad con el canal Tecnópolis? ¿Qué opinión tenés acerca de la señal, de su llegada a la gente, de los objetivos que se plantea?
La señal es excelente en su calidad de transmisión y mejor aún  en sus contenidos de grilla de programación. Allí están comunicadores de la talla de Adrián Paenza y Diego Golombek, además ambos son científicos. Es un privilegio compartir aire con ellos y estamos contentos de ofrecer algo diferente, en nuestro caso una ficción o como diría mi tía, un “teleteatro muy entretenido que además educa e informa”. Es muy buena la propuesta del canal y debe seguir creciendo en cantidad de programas y mantener la calidad. Es un desafío importante que debe tener continuidad por la importancia que tendrá comunicar ciencia en nuestra sociedad. La televisión de gestión privada tiene en estos tiempos una visión comercial y pasatista, es cierto que son empresas que deben ganar dinero, pero los contenidos son pobres y no pasan de bailar, criticar o tener dos minutos de fama.

Por otra parte, no trabajo para el Tecnópolis TV, trabajo para el CONICET, pero sí estoy relacionado con los objetivos del canal y estoy convencido de que debe ampliarse y mucho la cantidad de contenidos sobre ciencia en los medios de comunicación masivos. Estamos en la era del conocimiento científico y tecnológico. Quien no aprenda sobre ciencia y tecnología queda anclado en el pasado.

No alcanza con escuchar en una publicidad “está científicamente comprobado”, se requiere comprender por qué y cómo ocurren las cosas que nos afectan, qué diferencias existen entre comprar vacunas en el exterior o producirlas en nuestro país masificando su alcance y aplicación. Es importante resaltar qué valor revisten los avances en genética y cómo influyen en nuestra vida. Mi relación con el Canal es compartir los objetivos de comunicar ciencia y tecnología.

¿Qué opinás de la presencia del estado en este tipo de emprendimiento mediático? ¿Creés que se corre el riesgo de que se filtre algún sesgo político proselitista en las emisiones? ¿Creés que la apertura de medios del estado puede generar contenidos que no se producen en otros canales privados por riesgos a tener pérdida y poco rating?
La presencia del estado en estos emprendimientos es muy buena. Llega TV de calidad a muchas personas que de otra manera no la reciben. Los riesgos de filtración que mencionás no me preocupan: los contenidos de ciencias son contenidos de ciencias. Por otro lado, si lo que se filtra es la actual política científica: ¡en buena hora! Y me alegro mucho. El camino del desarrollo científico y tecnológico es fundamental para el crecimiento de un país. Miremos sino a Noruega o a Suecia, como muchos hacen cada vez que buscan ejemplos de desarrollo, miremos a Australia, a Canadá. Esto es excelente y comunicarlo, mejor aún. Si además entretenemos sin “desnudarnos por bailar”, ¡genial! 

La apertura de medios con más y mejores contenidos es un desafío interesante que ojalá prospere. Hay ejemplos instalados como Encuentro del Ministerio de Educación o la plataforma Educ.ar que son excelentes y ya están incorporados en la sociedad. Ojalá esto se multiplique.  En relación a la pérdida económica y el tema de rating, si interviene el Estado lo único importante es que sean contenidos de calidad, educativo, entretenidos y que esto sea sustentable en el tiempo. Los que hacen negocios con la televisión son empresas y venden cosas que los televidentes compran. Ese no es el rol del Estado, sino que éste debe invertir en educación y democracia. Todo lo que se gaste en comunicar la ciencia no puede considerarse “pérdida” como planteas en tu pregunta, sino que debe considerarse ganancia en una sociedad mejor.

 
En relación  a lo anterior, ¿qué opinás del gobierno nacional con respecto a los científicos?
Las políticas científicas en nuestro país durante los últimos años mostraron señales muy importantes que comparto y celebro. Desde el Ministerio de Ciencia y Tecnología, junto a otros organismos científico-tecnológicos descentralizados, como el CONICET, se busca mejorar la calidad de ciencia y tecnología que se realiza en el país, y se está logrando. Venimos de tocar fondo cuando un ministro funesto nos mandó a todos a lavar los platos (cosa que también hacemos los científicos, y sin problemas) a presenciar un proceso de cambio en el que se jerarquizó la ciencia y la tecnología, se priorizaron áreas que resultan de interés para un país con nuestro perfil (generador de recursos sin valor agregado) y comenzamos a darles valor agregado a esos recursos. Ese es el camino, siempre falta más, siempre se quiere más, pero la política científica es adecuada y mejoró como nunca, que yo recuerde, en nuestro país desde los trágicos sucesos de mediados de los sesenta, que generó una diáspora de recursos humanos calificados.

La importancia y el valor que tiene, no sólo la serie, sino la señal “Tecnópolis TV” para Cappozzo, lo impulsó a comunicar ciencia para poder educar. “Desde hace menos de una década se generalizó la importancia de difundir el conocimiento científico. Si de divulgación científica se trata, nuestro país es pionero en América latina. La ciencia como herramienta de desarrollo social y la importancia de los científicos como parte integral de una sociedad compleja, que podemos llamar sociedad del conocimiento, se comprende hoy con mayor aceptación que hace diez años. Por eso muchos científicos decidimos ‘salir del laboratorio’ y comunicar a través de diferentes formatos el conocimiento científico. Otro tanto hacen los periodistas científicos que se especializaron en ciencia y tecnología durante los últimos quince años. Es muy importante que comuniquen lo que ocurre en nuestros laboratorios”.


Fuente:
http://labastardilla.net/2012/09/television-y-ciencia-entrevista-a-luis-capozzo/

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