El Primer Ministro escocés, Alex Almond, sostiene el documento sobre el
referendo para la independencia durante su lanzamiento en Glasgow, Escocia, el
26 de noviembre de 2013. (Crédito:
Reuters/Russell Cheyne). |
Por Belinda Goldsmith
Traducción por Claudio Pairoba
(Reuters) – El gobierno escocés develop su largamente esperada visión para
la independencia este martes, prometiendo a los escoceses que podrían forjar su
propia prosperidad pero mantener la libra y la reina y votan el próximo año
para terminar con los 306 años de unión con Inglaterra.
Con los separatistas quedándose atrás en las encuestas, el Primer Ministro
Alex Salmond dijo que una Escocia independiente se haría cargo de sus propias
finanzas, incrementando impuestos y disponiendo las ganancias del petróleo y el
gas del Mar del Norte como lo crea adecuado.
Lanzando un mapa de 670 páginas para la independencia, expresó que el país
también manejaría su propia fuerza de defensa, expulsando a los submarinos
nucleares de Escocia, mientras que una nueva transmisora con fondos públicos
formaría un emprendimiento conjunto con la BBC para contenidos.
Pero también buscaría preservar los lazos más importantes con el Reino
Unido, incluyendo a la libra británica y la monarquía, y continuaría como un miembro
de la Unión Europea y la OTAN.
“Sabemos que tenemos la gente, la capacidad y los recursos para hacer de
Escocia un país más exitoso,” le dijo Salmond durante una conferencia de prensa
en el Centro Científico de Glasgow sobre la rivera del río Clyde, una vez
epicentro de una pujante industria naviera.
“El futuro de Escocia en manos escocesas”
El “artículo fundacional” fue emitido 10 meses antes de la votación única
por la independencia para los 5 millones de escoceses, y luego de que una
encuesta de opinión de fin de semana sugiriera que la diferencia en el apoyo al
“Si” y al “No” se está achicando.
La encuesta del diario Sunday Times mostró un 38 % de escoceses respaldando
una separación del Reino Unido, con 47 % oponíéndose y un 15 % de indecisos.
Con tantos escoceses aún en este último grupo, los líderes a favor de la unidad
advierten que han que continuar luchando.
El pesado documento fue objeto de críticas de forma casi inmediata por su
gran cantidad de promesas políticas pero poca atención a los detalles, con
cuestiones importantes que necesitarían aprobación desde afuera de Escocia y
sin alternativas en el caso de que Escocia no pudiera hacer valer su opinión.
Salmond, un líder aguerrido del Partido Nacional de Escocia (PNE), el cual domina
el transferido parlamento escocés, ha puesto la ganancia económica en el
corazón de su movida por la independencia – la cual comenzará el 24 de marzo de
2016, en el aniversario del Acto de Unión de 1707.
Salmond prometió bajar el impuesto corporativo en hasta un 3 % para impulsar
la inversión y la industria y ayudar en la creación de empleo.
“No en manos escocesas”
Salmond le restó importancia a un informe producido por el Tesoro del Reino
Unido el martes, el cual indicaba que la independencia le costaría a los
contribuyentes escoceses 1000 libras extras al año para el fin de esta década,
agregando que no se necesitaría aumentar impuestos para respaldar el actual
gasto.
De la misma manera, minimize los riesgos de que el resto del Reino Unido se
Negara a permitir que Escocia compartiera la libra, con la moneda como tema
central a medida que el debate independentista se calienta.
Los políticos de ambas partes han coincidido que si Escocia se separa, los
bienes y responsabilidades conjuntos serían manejados de acuerdo a los
intereses de Escocia y del resto del Reino Unido, manifestó Salmond –
incluyendo al Banco de Inglaterra y la libra.
“Habría un agujero enorme en el balance de pagos de la libra...si el
petróleo y el gas escocés no es parte de las exportaciones.”
Pero el gobierno británico, el cual ha endurecido sus palabras en semanas
recientes, dijo que el plan del PNE para mantener la
libra y retener los servicios del Banco de Inglaterra como parte de una “unión
de la moneda” con el resto del Reino Unido, no funcionaría.
“Como el gobierno ha manifestado de manera insistente, en el caso de
independencia, una unión de la moneda sería altamente improbable,” expresó un
portavoz del Primer Ministro David Cameron luego del lanzamiento.
Los tres principales partidos con alcance en todo el Reino Unido se han
manifestado en contra de la independencia, diciendo que Escocia por sí sola
estaría peor económicamente e incapaz de defenderse o proyectar poderío a nivel
global de la misma manera que si fuera parte del Reino Unido.
Los defensores de la unión rápidamente resaltaron la decisión final sobre si
Escocia mantiene la libra era solo uno de los muchos planes en el informe que
no estaban bajo control escocés.
Pero Salmond descartó las sugerencias de que una Escocia independiente tendría
que luchar para unirse a la OTAN si retirara de ese país al disuasivo nuclear
Tridente (perteneciente al Reino Unido) como se planea para el 2021, o que se
le negaría membresía en la Unión Europea.
El líder del PNE pidió que dejar de gastar “miles de millones de dólares en
armas de destrucción masiva” liberaría fondos para otros gastos, prometiendo
extender la gratuidad del sistema de salud a niños en edad pre escolar así como
eliminar un antipático “impuesto al cuarto” a aquellos que se considera tienen
un cuarto extra.
Nicola Sturgeon, el Primer Ministro escocés sustituto, describió al
documento como “el mapa de ruta más extenso y detallado que se haya delineado
para un país potencialmente independiente”.
La apuesta de Escocia por su independencia está siendo atentamente obsevada
por la comunidad internacional, especialmente en Catalunia donde el 80 % de la
gente está a favor de votar por la independencia de España.
Pero Alistair Carmichael, el Secretario de Escocia para el Reino Unido, descrbió
al informe como “un deseo sin posibilidades”.
“El gran día ha llegado finalmente y tenemos 670 páginas que no nos dejan
nada concreto sobre cuestiones cruciales tales como la moneda, pensiones y el
costo de la independencia,” expresó Carmichael.
Reporte adicional a cargo de Fiona Ortiz en Madrid, William James en
Londres. Edición por Stephen
Addison y Catherine Evans.
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