Un estudio de
investigadores del Centro de Biología del Desarrollo RIKEN, en Japón, ha
probado en roedores que el trasplante de células madre puede revertir
la ceguera, incluso cuando la degeneración de la retina se encuentra en
fase terminal. El objetivo es que la técnica sea próximamente probada en
pacientes con esta misma patología, ya que las terapias actuales tienen
limitada su capacidad de detener la pérdida de visión.
Integración
sináptica de la retina de los ratones. Observación 3D del contacto
entre las células bipolares (verdes) y la retina (rojo). / Mandai et
al./ Stem Cell Reports 2017
Ya en 2014, un equipo internacional de investigadores probó la eficacia de implantes de células madre para curar la ceguera a pacientes con enfermedades de retina. Ahora, la revista Stem Cell Reports publica un nuevo trabajo sobre el papel de las células madre en las distrofias de la retina.
La
técnica, basada también en el trasplante de células madre, restaura la
visión en ratones ciegos con degeneración retiniana terminal. El
objetivo es que el método sea próximamente probado en pacientes con esta
misma patología, ya que por el momento no existe cura y las terapias
actualmente disponibles tienen limitada su capacidad de detener la
progresión de la pérdida de visión.
De hecho, la degeneración de
la retina en etapa terminal es una de las principales causas de pérdida
irreversible de la visión y ceguera en individuos mayores.
Típicamente, los pacientes con retinitis pigmentosa y degeneración
macular relacionada con la edad pierden la visión como resultado del
daño a la capa nuclear externa de las células fotorreceptoras sensibles a
la luz en el ojo.
A lo largo del estudio, los investigadores
demostraron que, tras el trasplante, el tejido retinal derivado de las
células madre pluripotentes inducidas (iPSCs) del ratón establece
conexiones con las células vecinas y responde a la estimulación
lumínica, restaurando así la función visual en los roedores afectados.
"El
trabajo proporciona una prueba de concepto para el tratamiento de
pacientes con retinitis pigmentaria avanzada o degeneración macular
relacionada con la edad", explica Masayo Takahashi, investigador en el
Centro de Biología del Desarrollo RIKEN de Japón y autor principal del
estudio. "Tras más estudios en animales, planeamos realizar ensayos
clínicos que den los mismos resultados".
Takahashi y su equipo
demostraron que los tejidos retinales derivados de células madre podrían
formar capas nucleares externas estructuradas –consistentes en
fotorreceptores maduros– cuando se implantan a animales con degeneración
retiniana terminal. Pero hasta el momento, no estaba claro si el
trasplante de estas células podría restaurar la función visual.
En
la investigación, el tratamiento rehabilitó la visión en casi la mitad
de los ratones con degeneración retiniana en etapa terminal. Cuando se
colocaba a los roedores en una caja que constaba de dos estancias –en
las que se emitían se forma alterna descargas eléctricas por el suelo–,
estos eran capaces de usar una señal de advertencia luminosa y evitar
así choques al moverse hacia la otra estancia.
Mejorar el campo de visión
Casi
todas las retinas trasplantadas mostraron alguna respuesta a la
estimulación lumínica. La clave del éxito fue utilizar tejido retinal
diferenciado en lugar de células retinianas, usadas por la mayoría de
los investigadores en este campo.
"La función visual podría ser restaurada hasta cierto punto gracias al trasplante de la retina derivada de iPSC", añade Michiko Mandai, también científico de RIKEN y otro de los autores del trabajo. "Aquellas personas que han perdido la percepción de la luz pueden ser capaces de ver una mancha o incluso un campo más amplio de luz de nuevo".
Para
hacer que los hallazgos sean más aplicables a los pacientes, los
investigadores están actualmente probando la capacidad del tejido
retinal humano derivado de iPSC –mientras que la retina postrasplante
puede responder a la luz después de un mes en ratones, la retina humana
podría tardar entre cinco y seis meses ya que tarda más tiempo en
madurar–.
Si estos experimentos tienen éxito, entonces probarán la
seguridad de este protocolo evaluando cómo responde la retina del
huésped al injerto. Al mismo tiempo, seguirán buscando formas de
aumentar la capacidad de los fotorreceptores para integrarse con el
tejido retiniano del huésped, con el objetivo final de superar los
ensayos clínicos en seres humanos.
Referencia bibliográfica:
Mandai et al. Stem cell therapy reverses blindness in animals with end-stage retinal degeneration. Stem Cell Reports (Tues., Jan. 10)
Fuente
agenciasinc.es
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