martes, 16 de junio de 2009

Informando o desinformando?

El tema de la presencia (o ausencia) de la ciencia en los medios de comunicación no es nuevo. Todos los que estamos interesados en mejorar la comunicación de la actividad científica debatimos constantemente acerca de lo que se puede hacer para lograr que la ciencia sea realmente parte de la cultura de nuestro país. Es interesante ver como cuando uno habla de la cultura de un país, lo primero que viene a la mente son actividades artísticas: música, teatro, pintura, escultura, etc., etc., etc. ¿Por qué la ciencia no aparece en esta imagen inicial? Si la cultura de un país es el conjunto de usos y costumbres de los habitantes de ese país, ¿por qué la gran mayoría de la población de la Argentina no considera el hacer ciencia como una de las actividades típicas de nuestro territorio?
Como en todo tema complejo, las responsabilidades están en distintos lugares:
1. La sociedad y las instituciones a cargo de su formación/educación.
2. Los científicos y autoridades de los centros donde se generan nuevos conocimientos.
3. Los organismos gubernamentales que tienen el poder de generar políticas que propicien la transferencia de conocimientos hacia la sociedad.
4. Los medios de comunicación.

El lugar del medio
Todos los sectores son pasibles de mejoras. Y muchas. Pero me interesa enfocarme en el tema de los medios. Tomemos como ejemplo lo que ocurrió con un trabajo científico recientemente publicado en una revista especializada. Un grupo de investigadores japoneses mostró que luego de exponer la raíz del pelo a distintas situaciones de “ estrés”, el cabello se volvía blanco. O sea que aparecía la típica cana. Hasta ahí todo bien. El tema es que muchos medios que levantaron la noticia vieron la palabra estrés y lo asociaron automaticamente con estrés emocional. Y eso no era a lo que el trabajo original hacía referencia. En ciencia la palabra estrés se usa para referirse a toda situación agresiva para un organismo vivo. Por ejemplo, se puede hablar de un estrés hídrico cuando hablamos de dejar de regar una planta para estudiar como la misma responde a esa situación que pone en peligro su supervivencia (sí, cuando tu amiga te pidió que le regaras las plantas mientras se iba de vacaciones y vos te acordaste una semana después, estuviste generando una situación de estrés hídrico).
Volviendo a lo que nos compete: como consecuencia de todo este equívoco, los medios terminaron publicando que el estrés es responsable del encanecimiento. Más allá de que los científicos no parecen ponerse de acuerdo acerca de si el estrés emocional es o no responsable de la aparición de las canas, lo que los medios publicaron no reflejó lo que los cientificos estaban diciendo.

La noticia rebelde
El concepto de que para que algo sea noticia tiene que ser atrayente e impactante a veces juega en contra de contar un trabajo científico. Se intenta hacer que la noticia científica “ encaje” en ese patrón general. Pero la “noticia científica” puede ser un poco rebelde y no encajar en esa estructura prearmada. Y si la persona que escribe el artículo de divulgación no sabe de qué está escribiendo, la aventura de convertir en impactante lo que se desconoce puede conducir a cualquier parte.
Para que la ciencia se afianze cada vez más como un elemento integral de la cultura de nuestro país es condición necesaria (pero no suficiente) que la actividad científica esté presente de manera sistemática en los medios (y no sólo en la forma de un suplemento que va y viene como variable de ajuste de acuerdo a las condiciones del mercado). Pero no solo que esté presente, si no que esa presencia sea productiva. Que la persona que lee un artículo científico de divulgación sienta que se lleva algo, que se enteró y aprendió algo en lo inmediato. Y que en lo mediato vaya incorporando esa idea de que la ciencia es importante, de que un país que no hace ciencia no puede avanzar. Algo que se repite hasta el cansancio pero que no forma parte de la mentalidad argentina de una manera generalizada.
Por eso es fundamental la formación de recursos humanos que sepan escribir una noticia científica. Una especialización dentro de la carrera de periodismo es una posibilidad, algo que no sé si se está haciendo por estos días pero que dado el estado actual de la escritura de noticias científicas es una posibilidad a considerar de manera urgente. Para que no estemos “haciendo como que” nos interesa la ciencia cuando en realidad los resultados muestran todo lo contrario.

lunes, 15 de junio de 2009

Canas: la conexión melanocítica

El tiempo pasa. Nos vamos poniendo canosos. Algunos antes otros después, pero parece ser una de esas realidades inevitables en la cuales preferimos no pensar. L’Oreal, Koleston y Silkey han construido imperios en la necesidad imperiosa de las mujeres de ocultar esos cabellos blancos que en los hombres adquieren una textura plástica difícil de manejar.
¿Podrá haber alguna solución para evitar que el cabello se ponga blanco con el tiempo? Esa podría ser la pregunta inicial que se hicieron un grupo de investigadores japoneses. La respuesta inicial se publicó recientemente en la revista científica Cell.
Los investigadores descubrieron que luego de una situación de estrés, entendiendo por tal a la exposición a agentes químicos luz ultravioleta y radiación ionizante, las células madres melanocíticas dentro de los folículos se diferencian totalmente formando melanocitos. Como resultado tenemos más melanocitos (células responsables del color del pelo) pero nos quedamos sin células madres.
Recordemos que una célula madre es aquella que tiene la capacidad para convertirse en cualquier tipo celular del organismo. Si bien estas células madres se encuentras en muchos tejidos del cuerpo, en el caso del cabello, normalmente las células madres se dividen originando 2 células: una igual a la célula madre inicial y otra que termina convirtiéndose en un melanocito, la célula responsable del color del pelo.

Consecuencias
¿Pero qué pasa cuando el material genético de la célula madre ha sido dañado? De acuerdo a los investigadores, esa célula madre se “diferencia” (o sea que se convierte) en un melanocito. Moraleja: no se da la división que mencionamos antes y nos quedamos sin nuevas células madres lo cual va a originar que a la larga nos quedemos sin melanocitos. El pelo se queda sin células productoras de pigmento (color) y se vuelve blanco.
Lo interesante de este descubrimiento es que pone de manifiesto una nueva forma de reacción por parte de las células madres ante una situación de daño. Hasta el momento las células madres tenían dos formas de desaparecer: se inactivaban, por lo cual dejaban de dividirse o bien directamente morían.
Pero ahora los japoneses descubrieron una nueva forma por la cual una célula madre desaparece: se convierte en otra cosa. La célula madre puede convertirse irreversiblemente en un determinado tipo celular (en este caso un melanocito) sin producir al mismo tiempo una célula madre.
En todos los casos el resultado es el mismo. La eliminación de una célula madre dañada, lo cual es necesario para mantener la calidad del conjunto de células madres.

Generalizando los resultados
El daño de las células madres del folículo piloso es responsable de la pérdida de color del pelo. Además de ser interesante de por sí, este resultado respalda la idea general de que todo aquello que dañe el ADN de las células madres de cualquier tejido del cuerpo humano es condición necesaria para la aparición de señales de envejecimiento. La desaparición de células madres productoras de células de la sangre (glóbulos rojos, blancos y plaquetas) y músculo cardíaco y esquelético ya ha sido demostrada, contribuyendo a la idea general de que envejecemos porque nuestras células madres se dañan y desaparecen. Disminuye entonces la capacidad de regeneración de los tejidos y aparecen las características típicas del envejecimiento.
A medida que pasa el tiempo las células de nuestro organismo son expuestas a condiciones que pueden dañarlas. Y, obviamente, cuanto más tiempo pasa, mayor es la cantidad de este tipo de circunstancias y mayor la probabilidad de que las células no salgan indemnes de este tipo de ataques.
“Lo bueno de que el pelo se vuelva gris es que nos estamos liberando de células que tienen su ADN dañado”, dice David Fisher, oncólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard.
¿El próximo paso? Explorar si este mismo mecanismo se está dando en otras células madres de otros tejidos. Y si se encuentra alguna forma de evitar o minimizar el daño del ADN a nivel del cabello, se podría evitar el encanecimiento.
De suma importancia: cuando se menciona la palabra estrés en este trabajo no estamos hablando de estrés emocional. O sea: este trabajo no dice que el estrés emocional sea responsable de que el cabello se ponga gris. Esta idea todavía no ha sido probada, pero, ¿quién sabe? Este podría ser el puntapié inicial para ver si eso es realmente cierto.

sábado, 6 de junio de 2009

Alo ciencia venezolana!

Un articulo recientemente publicado en la revista Science acerca de la situacion cientifica/academica en Venezuela.


Science 29 May 2009:
Vol. 324. no. 5931, pp. 1126 - 1127

Venezuela:
As Research Funding Declines, Chávez, Scientists Trade Charges
Barbara Casassus*


Venezuelans have grown accustomed to blunt remarks from their president, Hugo Chávez, elected in 1998 with an agenda of empowering the poor. Still, academics were taken aback this month when Chávez turned his scorn on them: During his weekly television program on 3 May, Aló Presidente, Chávez said that researchers should stop working on "obscure projects," such as whether life exists on Venus, and instead go into the barrios to make themselves useful. The words sent a chill through the scientific community, as did Chávez's comment that his recently appointed minister for science, technology, and intermediate industry, Jesse Chacón Escamillo, should "put the screws" on "feeble scientists" to get better results.


To many observers, it was another sign of the growing tension between Chávez and the academic establishment, particularly involving well-established research centers in Caracas. Nerves were already on edge following Chávez's dismissal in April of science minister Nuris Orihuela, a geophysical engineer, and her replacement by Chacón, an engineer and Army lieutenant. Critics say Chacón has scant scientific credentials but has been close to Chávez since at least 1992, when he backed Chávez's failed coup attempts.

Disaffected researchers say they fear that science funding is becoming more politicized. This is one of many concerns they've added to a growing catalog of perceived government failures or threats. Heading this list is a complaint that the government has made broad cuts in funding for institutions that support research. This has come partly in response to declining government petroleum revenues. But critics say the trouble runs deeper—that research is being mismanaged, and that the government has fired, demoted, or blacklisted dissidents.

Claudio Bifano, president of the Venezuelan Academy of Physical, Mathematical and Natural Sciences in Caracas, sent a letter with outstanding grievances to Science this month (www.sciencemag.org/cgi/content/abstract/1176733). They are, he wrote, "just a fraction of the many actions that clearly reveal an aim of the government to control all of the national scientific activity and the higher education system, putting Venezuela's scientific activities at risk." Bifano says that the government recently decreed the creation of about 40 new universities—on top of 51 existing public and private institutions. He says that Venezuela has insufficient academic resources for 90-odd universities and does not need that many.

"We are worried about the dilution of funding, which could lead to the closure of universities not aligned to government policies," adds biologist Roberto Cipriani, head of environmental studies at the Simón Bolívar University (USB) in Caracas. Scientists also view a 3-year-old program called LOCTI, which taxes companies to create a fund for research and innovation, as a disappointment. Publication indexes show that peer-reviewed publications from Venezuela have declined recently, says Cipriani. He notes that the ISI Web of Knowledge shows that science and technology articles written by Venezuelans dropped 15%, from 968 in 2006 to 831 last year.

Other groups are protesting what they view as threats to research. A petition by the Caracas chapter of the Venezuelan Academy for the Advancement of Science, posted last week for comment (http://asovac.net/bitacora/?p=3372), states that the "fundamental pillars of Venezuelan science are in grave danger."

It claims that a key government science program—Misión Ciencia—has produced few tangible results despite massive spending and deplores budget cuts ordered in March that, it says, translate into a 33% reduction in operating budgets for the Central University of Venezuela (UCV), in Caracas, and several other institutions. These are having "a severe effect on [UCV's] basic scientific and technological research programs," the declaration adds.

On 14 May, about 20 scientists stood in silence for 5 minutes during a meeting of some 250 researchers at UCV to protest Chávez's statements on Aló Presidente and the government's withdrawal of certain awards funded by LOCTI. The protesters from the Venezuelan Institute for Scientific Research remained silent because the ministry had told them to make no public statements, say sources in Caracas who did not want to be identified.

Whatever its flaws, LOCTI has been helpful to some institutions, researchers say. USB, the largest single recipient of LOCTI cash, received about 100 grants a year from 2006 through 2008, about 20% of the amount given to universities and agencies, says USB president and chemist Benjamin Scharifker. USB marine resources manager Eduardo Klein, a professor in the department of environmental studies, says he has been able to build labs and buy equipment that would not have been possible without LOCTI—including a 4000-square-meter, $7 million center for marine biodiversity now under construction. But Klein adds that funding needs are determined at the top: "The ministry decides on projects without our participation."

While some institutions have done well, scientists say that critics of government policy rarely escape punishment. A widely cited example this year is biologist Jaime Requena, a Cambridge, U.K.–educated professor at the government's Institute for Advanced Studies (IDEA) in Caracas. Requena and his supporters say that IDEA's director stripped Requena of his professorship just before his retirement, costing him his pension rights. IDEA took this step, according to an independent group, the Human Rights Commission of the Venezuelan Association for the Advancement of Science, after Requena published a letter in Nature criticizing the government for restricting support of the social sciences. Requena wrote that this government decision was one reason why Venezuela's scientific publications have fallen to a 25-year low point.

Speaking for the science minister, IDEA president Prudencio Chacón, who is not related to the minister, denied that the government is imposing political control over science, stifling dissent, or cutting research budgets. He also said that Requena was dismissed because "he worked in two places simultaneously," left work "several times without permission from his supervisor," and because IDEA requested the purchase of software that Requena had developed. Requena and his backers deny the charges. IDEA's statement recognizes the significance of the dispute, however, saying it has become one of the "political flags" of government critics.

* Barbara Casassus is a writer in Paris.

sábado, 30 de mayo de 2009

Primeros monos transgénicos

Un grupo de investigadores japoneses acaba de lograr por primera vez obtener 4 primates transgénicos. El primate en cuestión es el mono tití común y los 4 obtenidos contienen un gen que les permite expresar una proteína fluorescente de color verde. Lo importante de este trabajo es que por primera vez se logró que 4 primates:
• Expresen en todos sus tejidos el gen foráneo
• Transmitan este gen a la descendencia

El éxito de estos experimentos abre la posibilidad de obtener gran cantidad de animales transgénicos, ya que a partir de un pequeño número de monos modificados se pueden obtener gran cantidad de descendientes con las mismas características.
De acuerdo a los autores, los monos trangénicos podrán ser usados para estudiar enfermedades neurodegenerativas tales como Parkinson y la esclerosis lateral amiotrófica entre otras. Si bien en la actualidad el ratón es el modelo utilizado para estudiar muchas enfermedades que afectan a los humanos, los primates son el modelo ideal para estudiar algunas patologías.

Fuente
Sasaki, E. et. al.Generation of transgenic non-human primates with germline transmission. Nature 459, 523-528, 2009.

Virus Sincicial Respiratorio: convocan a participar en estudio para vacuna infantil

Un equipo de científicos en Rosario participa de un estudio internacional para desarrollar una vacuna pediátrica intranasal. El objetivo es ...