sábado, 27 de junio de 2015

Cómo funciona el método científico

Hemos hecho de la ciencia la base de nuestro conocimiento. Pero ¿por qué nos fiamos del método científico? Permitidme que os lo explique en las siguientes líneas.

el método científico

Por César Noragueda


Antes de que apareciera una corriente proclive a la ciencia en la Jonia del siglo VI antes de Cristo, que se hundió por obra y gracia de los místicos hasta el Renacimiento del XV d. C., con algunos momentos de esplendor intermedio como en la Alejandría de los seis siglos que siguieron al III a. C., y que no se desarrolló más satisfactoriamente hasta la revolución científica del XVII en adelante, el conocimiento que se tenía por seguro se basaba en la autoridad de instituciones ancestrales y supuestos sabios y unas ideas prácticamente sin verificación. Pero eso cambió gracias al empuje de personas que antepusieron la racionalidad y el mayor rigor intelectual a los prejuicios, la imaginación sin control y la tranquila y perniciosa ignorancia de la vaca.

 

Por qué la ciencia

A la ciencia como conocimiento fiable y su escrupuloso método para conseguirlo no se llegó azarosamente, sino por necesidad, porque requeríamos un sistema que nos pudiese dar seguridad en la obtención del saber, para no dudar de que algo que consideramos cierto o falso realmente lo sea; aunque, en verdad, ponerlo en duda es uno de los procedimientos principales de la ciencia.

"La ciencia es lo que nos hace ver y comprender el mundo más allá de nuestras propias limitaciones"

La razón de esta necesidad no es otra que nuestro propio cerebro, que no viene preparado de serie para eludir todos los errores de lógica, sesgos ideológicos y de popularidad en que somos capaces de caer (más bien, justo lo contrario), y nuestras limitaciones de percepción, puesto que no advertimos ni distinguimos todo lo que tenemos a nuestro alrededor y nos hacen falta instrumentos para ello, es decir, tecnología, que es una de las consecuencias directas de la aplicación del método científico.

El grado de rigor intelectual preciso para poseer una mente absolutamente racional y escéptica que separe por completo el grano de la paja, incluso para las más cultivadas y que mejor ejerciten una disciplina cerebral, es inalcanzable para cualquiera de nosotros. Por eso necesitamos la ciencia, porque nos hace ver y comprender el mundo más allá de nuestras propias limitaciones.

 

La dinámica científica

el método científico


El trabajo científico no es el que realizan sabios individuales, sino el de toda una comunidad dedicada a ello; olvidémonos, pues, del argumento de autoridad, que es una falacia. Los científicos llevan a cabo un experimento o una serie de experimentos con pruebas de doble ciego y construyen una hipótesis, y no basta con que expongan sus conclusiones para que estas sean una verdad y ni mucho menos aceptada por todo el mundo, sino que le piden al resto de la comunidad científica que comprueben si están en lo cierto, que traten de encontrar errores o detalles de los que no se hayan percatado e incluso de demostrar su falsedad: si cuatro ojos ven más que dos, cientos ven más que cuatro.

El trabajo científico no es el que realizan sabios individuales, sino el de toda una comunidad 

Distintos científicos, probablemente menos implicados emocionalmente en el asunto que se investiga y en la propia investigación, repiten los experimentos y analizan y comparan los datos obtenidos. Porque cualquier materia o afirmación que pretenda ser científica debe poder reproducir sus experimentos y, así, dar la posibilidad de ser refutada por alguien ajeno al esfuerzo realizado. De otro modo, resulta imposible demostrar nada: si alguien asegura que ha encontrado un nuevo elemento químico, por ejemplo, debe facilitar que sus colegas comprueben que su composición es del todo distinta a la de los que ya conocemos; si alguien dice que ha hallado una vacuna muy eficaz para cualquier enfermedad infecciosa grave que carecía de ella, tiene la obligación científica de permitir que otros reproduzcan las pruebas clínicas que le han conducido a tan estupenda declaración.

Cuando los medios de comunicación nos cuentan que tales investigadores de tal universidad han descubierto tal cosa, su investigación sólo se encuentra en una de las etapas del trabajo científico: otros compañeros de su profesión serán los encargados de comprobar la veracidad de sus afirmaciones; y si, tras una minuciosa criba y una buena revisión por pares, se mantienen en pie, se publicarán en revistas científicas de referencia y podremos decir que hemos añadido una pieza más al conocimiento que tenemos del mundo. Pieza que, según lo que vamos averiguando, quizá sea reformulada más adelante para conseguir una mayor precisión en el entendimiento de su ámbito.

Sin el método científico, permaneceríamos ciegos a las realidades del cosmos 

Y a pesar de todas nuestras precauciones, a veces se nos cuelan propuestas pseudocientíficas, lo cual demuestra que, si con el método científico y el trabajo conjunto ya tenemos que ir con cautela, permaneceríamos prácticamente ciegos a las realidades del cosmos si no contásemos con él. Así que alegrémonos de poder utilizarlo.

Fuente

miércoles, 24 de junio de 2015

Las otras víctimas del Titanic, las de cuatro patas

Las víctimas menos conocidas de uno de los naufragios más famosos de la historia.

 

Por Javier Sanz


Como todos sabéis, el transatlántico británico Titanic, el mayor barco del mundo en el momento de su botadura, se hundió en la madrugada del 14 al 15 de abril de 1912 durante su viaje inaugural desde Southampton a Nueva York. En el hundimiento murieron 1.514 personas de las 2.224 que iban a bordo, lo que convierte a esta tragedia en uno de los mayores naufragios de la historia ocurridos en tiempo de paz. Esta es la historia de las otras víctimas… las de cuatro patas

Aquel fatídico día, además de las 2.227 personas también había a bordo 12 perros, todos pertenecientes a pasajeros de primera clase. Sólo los tres que iban con sus dueños en los camarotes -dos Pomerania y un Pekinés- consiguieron sobrevivir al subir a los botes en brazos de sus dueños. El resto, que iban en las bodegas, murieron.
 
Ninguno de los tres que figuran en la fotografía sobrevivieron, pero el Gran danés tiene su propia historia. Ann Elizabeth Isham, su propietaria, consiguió subir a uno de los botes salvavidas, pero cuando le informaron que su perro era muy grande para subir al bote, ya que por su tamaño ocupaba el lugar de una persona, saltó del bote y se dirigió a la bodega. Pocos días después del naufragio, un barco de rescate encontró el cuerpo de Ann abrazado a su perro.
 
¿Y no había ningún gato? Sí y no. No es de extrañar la presencia de gatos en los barcos, ya que fueron fundamentales para mantener a raya a los “malditos roedores”. Cuenta la leyenda que había una gata en el Titanic, llamada Jenny, que consiguió salvarse… ¿el sexto sentido de los animales? Mulholland, uno de los fogoneros del Titanic, se encargaba de cuidar y alimentar a Jenny… y a la camada que acababa de tener. Cuando el barco llegó a Southampton, procedente del astillero de Belfast donde fue construido, Jenny desapareció misteriosamente. Finalmente, Mulholland la descubrió caminando por los amarres sacando a sus gatitos del barco uno a uno. Para un hombre supersticioso como Mulholland, aquello no era un buen presagio y decidió abandonar el barco y enrolarse en un carguero. Jenny había salvado su vida, la de su camada… y la de Mulholland.


Fuente

sábado, 20 de junio de 2015

El idiota equidistante (o “de la irresponsabilidad de los medios”)

Una interesante visión del blogger Santiago Campillo Brocal sobre dos temas candentes: vacunas y "las dos campanas".  


 Por Santiago Campillo Brocal

Aunque tengo una lista considerable de artículos que terminar (unos 27 apuntados, creo), no he podido evitar despejarlo todo para hablar sobre un tema que me parece esencial. La equidistancia, palabra que me gustaría acuñar para definir una actitud muy irresponsable, poco ética y dañina por parte de los medios de comunicación. Una actitud que necesitamos denunciar para que no se repita más. En la era de la información, la desinformación es reina. Además creemos que lo más ético y justo es escuchar a todo el mundo por igual. Y esto es falso.

Vamos a ponernos en antecedentes, por si alguien todavía anda perdido. Hace unos días saltaba a los titulares una noticia espantosa: un niño de Olot se había contagiado de difteria, una enfermedad que se consideraba erradicada en España desde hacía 28 años. El pequeño de 6 años diagnosticado con difteria a estas alturas todavía anda ingresado con pronostico estable. Pero las secuelas que sufrirá, incluyendo la estigmatización de su familia y la merma de su salud serán considerables. Y todo porque sus padres, muy desinformadamente decidieron no vacunar a su hijo. La enfermedad, que había desaparecido virtualmente, se llevaba a miles de personas por delante hace poco más de 70 años. La razón de que no se hubiese dado ni un solo caso más de difteria desde 1986 u 87 se debe principalmente a la vacunación masiva que se realiza a los niños junto a la vacuna antitetánica y contra la tos ferina. Un solo caso de difteria, debido a nuestra situación de “limpieza” supone tener que revacunar, como medida preventiva, a los más de 150 contactos que tuvo el niño hasta que se identificó la enfermedad. Además, el propio niño se ha encontrado en estado muy grave. A estas alturas, los padres se han vacunado como refuerzo y han vacunado a su otro hijo por precaución.

"La difteria era un enfermedad erradicada totalmente en España"

El error de la desinformación

Aunque es cierto que los últimos culpables de este suceso son los padres, en mi humilde opinión no veo justo cargarles con todas las consecuencias del acto. Me explico: estos padres han sido víctimas de la desinformación. Por supuesto, han sido víctimas voluntarias. Pero víctimas. ¿Y quién tiene la culpa de esta desinformación? Es un problema muy complejo, la verdad. En primer lugar, el ruido que hacen los absurdos colectivos antivacunas. En ellos se mezcla la fantasía con alguna preocupación legítima (aunque irrisoria en comparación con el beneficio), aderezada de conceptos mal entendidos e intereses económicos por parte de unos pocos malnacidos (sí, si te sientes ofendido, probablemente esté hablando de ti) que se aprovechan del miedo genuino de la gente.
Esto NO es Corynebacterium diphtheriae. Son enterobacterias cualquiera.
Esto NO es Corynebacterium diphtheriae. Son enterobacterias cualquiera.

Por otro lado, para apoyar a estos colectivos está la dificultad de entender conceptos biológicos y médicos. Los seres humanos tendemos a usar la lógica cuando, en muchas ocasiones, la lógica no tiene nada que ver con la evidencia científica. Esto provoca malentendidos disfrazados de tecnicismos e ideas que parecen legitimas. Y alimentan el dichoso miedo. La gran mayoría de las personas que están en contra de la vacunación no lo hacen por inconsciencia. Todo lo contrario, se creen genuinamente informados. Lo que no saben es que en realidad están malinformados. Y eso se debe a la dificultad de trabajar la información en un 70% o más. Aquí es donde los medios de comunicación juegan su papel más importante. Y más aún, es donde comenten su mayor y peor error.

 

La falacia de la equidistancia

Existen muchos errores por los cuales los medios de comunicación profesionales hacen mal su trabajo. La gran mayoría es por la comodidad, la velocidad, la exclusividad y, como no, por la falta de profesionales preparados para trabajar la información adecuadamente. Pero hoy quiero hablar de un error aún más sutil y grave. Grave porque tiene fácil solución. Hablo, como imagináis de la equidistancia.

En el mundo en el que vivimos creemos que todo el mundo tiene derecho a expresar su opinión con la misma oportunidad de ser respetado y escuchado. Por tanto, en un debate abierto, tienen la misma oportunidad de exponer su punto de vista dos frentes opuestos. Esto es cierto siempre que haya debate. Y para haber debate tiene que haber razones para que lo haya. Cuando la evidencia demuestra que un hecho es falso, si encima este hecho puede suponer un peligro para la salud pública, el debate deja de existir.


"La gente se cree genuinamente bien informada, lo que muchas veces es falso"

Con esto quiero decir que porque una minoría opine una cosa sin aportar la más mínima evidencia de tener una razón para apoyar su opinión debería estar fuera de juego. Automáticamente. En el tema de los antivacunas, en concreto, decir que las vacunas son malas y su administración debería estar sujeta a libre elección es falso. Por su parte, los medios de comunicación, están haciendo un trabajo funesto al tratar de ofrecer un debate equidistante y falaz. No puedes darle la misma voz en un programa público a un doctor con unos argumentos que lo respaldan y a una señora (o señor, o arbol, o piedra) que trata de defender sus argumentos totalmente erróneos y sin respaldo científico. Porque esto confunde a la sociedad. Es una irresponsabilidad solo digna de un idiota.

 

Razones para no ser equidistante

Hablando en concreto de los medios de comunicación, existen tres razones clarísimas para dar opción a la equidistancia. En concreto:

 

No tienen la misma validez de argumentación

La sociedad médica, la OMS y otras entidades de rigor ofrecen pruebas, estudios, estadísticas… información de sobra en cantidad y calidad que apunta a la validez de las vacunas. Qué digo validez, al beneficio que le ha hecho a la humanidad desde los tiempos de Jenner. Por el contrario, los colectivos antivacunas presentan estudios que han sido reiteradamente demostrados como falsos, mal diseñados o con resultados negativos. El único argumento con el que salen tras esto es el argumento del miedo: que si la industria farmacéutica, que si el desconocimiento, que si los efectos secundarios, que si nos controlan. ¿Les vamos a dar el mismo peso? Por favor, ¿En qué sociedad queremos vivir, en una libre y sana, feliz o una sometida al miedo?

 

Dar igual valor a ambas “opiniones” no es ético

En primer lugar, crees que haces lo correcto porque estás escuchando las dos partes. Pero lo cierto es que estás ridiculizando el trabajo de los investigadores y médicos que han pasado años estudiando, comprobando y midiendo una información para ti. Lo haces al darle el mismo peso que el de una persona que ha leído cuatro conceptos, dos papers mal hechos y tiene una idea iluminada que en su cabeza cobra sentido. Pero no ha tenido los redaños de contrastar adecuadamente la información, porque eso cuesta tiempo, esfuerzo y humildad. Aunque esta persona sea un médico o un biólogo o lo que sea. El título no hace a la razón. Lo hacen los datos. Tampoco es ético considerar una opción que es manifiestamente dañina para los que te rodean. Sobre todo cuando tienes datos para saberlo. Tampoco es ético considerar ambas opiniones, porque como te decía, no lo son. Una es una opinión. La otra es un hecho, así que valóralo como quieras, estás en tu derecho. Pero hazlo personalmente, nunca como un medio de comunicación. Ahí estás tomando una actitud casi criminal.

 

Desinformas y haces daño a la gente

Sí, como suena. Nadie duda del poder de los medios de comunicación. Convencen, hacen que compres una marca, tomes una cosa por la mañana o dejes de ir a un lugar. Conociendo dicho poder, si eres un medio de comunicación ¿cómo te atreves a no pensar dos veces si tu situación equidistante es justa o no? Tratar con el mismo valor una opinión y un hecho pueden convencer a la gente de que son igualmente válidas. Y una de las opciones, tal y como muestra el hecho, puede ser terriblemente perjudicial. ¿De verdad tienes ganas de vender tu idea o tu imagen a costa de la salud de la gente? Tu misión y responsabilidad como medio de comunicación es transmitir una información veraz y útil a la sociedad. Con la equidistancia te acabas de pasar ambas cosas por el forro, felicidades.

 

El poder de los medios

Esta crítica no me la he sacado de la manga, como comprenderéis. Ayer, mientras en cadenas como Antena 3 explicaban la situación desde un punto de vista crítico, informativo y claro, cadenas como la primera de TVE trataban de ponerse en un irresponsable punto equidistante. Una televisión pública poniendo en peligro la salud de los telespectadores españoles, como en muchas otras ocasiones. Ya no me cabe la decepción dentro del cuerpo. Pero, es más, incluso Agencia EFE trataba una horrible noticia en donde se exponían las ridículas dudas de los antivacunas (me refiero a las dudas verdaderamente ridículas) como si fueran hechos igualmente evaluables. Otras cadenas, radios y periódicos hacían un tanto de lo mismo, con más o menos equidistancia.


"Todos los medios deberían estar unidos y a una con el consenso médico"

Pero no, señores. Lo están haciendo mal; muy mal. Aquí todo director de programa, cadena, magazine o periódico debería estar unido y a una con lo que dice el consenso científico, médico y europeo: las vacunas son un bien común para la humanidad. Salvan vidas y mejoran nuestra calidad de vida. Poner al mismo nivel a una persona que cree que la difteria desapareció por arte de magia es una irresponsabilidad mayúscula que debería ser suficiente para pedir dimisiones. Así que espero que cambien, porque en sus manos está gran parte del poder de cambiar España para que deje de ser el país hazmerreir de incultos que parece que somos. Y si esa razón no les vale, piensen en la salud de los demás. Que no a todo el mundo le abunda.
  • NOTA: Dicho esto, espero que el niño se recupere felizmente y esto solo quede en un susto. Todo mi apoyo va para la familia, independientemente de cualquier otra cosa.

Fuente
http://caramelosblog.es/2015/06/vacunas-difteria/

miércoles, 17 de junio de 2015

Una voz amiga.

En 1994, la exitosa cantante australiana Kylie Minogue lanzó su quinto album. Una de las bandas incluía el tema “Hazme una confidencia”.




Con una sugerente letra y un impactante video, la canción nos lleva a un tiempo en el que la paz interior puede alcanzarse con un simple llamado telefónico.

1-555-confide es la solución para todos tus problemas. Cualquier estado emocional puede solucionarse llamando a este “teléfono de la liberación”. Angustia, soledad, ansiedad: 1-555 confide. Celos, confusión, enojo: 1-555-confide.

Coloridos avisos muestran a una simpática, sugerente y predispuesta operadora en distintos atuendos (para distintos gustos). Variados idiomas, variadas propuestas, todo con un mismo fin: aliviar el alma.

La tecnología que nos acerca alienándonos es puesta en el centro de este video. Cuando es más fácil hablar con un presidente que conseguir a un operador de alguna empresa telefónica o de un banco, el video nos muestra que es posible alcanzar una voz amiga que todo lo entiende.

Llame ahora para comprensión total. Llame ahora para salvación. Llame ahora para perdón total. Llame ahora para consuelo. Llame ya. Pero no para comprar. ¿O sí? Reminiscencias de protestantismo y escándalos por venta de indulgencias.

Una orquestación con violines envolventes y reminiscencias de música oriental crean la atmósfera ideal para la angelical voz de Minogue que se desliza despreocupada entre sugerentes promesas de alivio. El contraste entre el colorido video colorido y la música es llamativo.

El tema es considerado uno de los mejores de la princesa del pop. Grabado como demo en solo una hora (aunque con trabajo posterior), los autores pueden estar más que satisfechos con el resultado. Satisfacción garantizada.


Hazme una confidencia

Me paro en la distancia

Veo desde lejos

¿Debería ofrecer alguna asistencia?

¿Debería importar quién eres?



Todos sufrimos por amor

Y todos tenemos una cruz que cargar

Pero en el nombre de la comprensión ahora

Nuestros problemas deberían ser compartidos



Hazme una confidencia



Puedo guardar un secreto

Y tirar la llave

Pero a veces liberarlo

Es liberar a nuestros niños



Quédate con lo que tienes o busca otra cosa

La decisión es tuya

Acertar o errar

Lo que es mío es tuyo

sábado, 13 de junio de 2015

El cerebro menos pensado

Un estudiante con preguntas y respuestas que incomodan fue el inicio para lo que hoy es una mirada revolucionaria sobre el cuerpo humano.

Una nueva comprensión del rol del intestino lleva a maravillosos descubrimientos. (Foto: Istockphoto/Eraxion)



Corría la convulsionada década del ’60 cuando un joven médico se dedicaba a investigar un tema sobre el cual había aprendido poco tiempo antes cuando era un estudiante: la función de la serotonina.

Sus estudios arrojaron resultados que le valieron el ataque virulento de la comunidad científica de la época. Como recuerda Michael Gershon, hoy un especialista reconocido, en ese momento ya existían dos neurotransmisores y la existencia de un tercero alteraba el orden establecido. “Los científicos, más que cualquier otro grupo de personas, admira el orden y el orden que había sido establecido en el sistema nervioso periférico no dejaba lugar para otro neurotransmisor”, comentaba el médico en su libro del año 1998 “El segundo cerebro”.

Los neurotransmisores pueden compararse con las palabras que usan las neuronas para comunicarse entre sí. Los trabajos de Gershon demostraron que el 95% de la serotonina del cuerpo humano es producida en el intestino, detalle no menor si uno considera que esta sustancia actúa sobre el hipotálamo, centro cerebral que regula las emociones.

Un órgano sensible e inteligente
El intestino contiene entre 200 y 300 millones de neuronas que tapizan sus paredes y constituyen el sistema nervioso entérico. Este número es equivalente a las neuronas presentes en el cerebro de una mascota. Por largo tiempo se ha sabido que estas neuronas intestinales tienen diversas funciones tales como los movimientos peristálticos y la regulación de la secreción biliar y pancreática entre otras.

Desde un punto de vista evolutivo, los especialistas consideran que la aparición del encéfalo como parte del cerebro coincide con la aparición de los ojos. Esto permitió independizar el proceso de búsqueda de comida y digestión de los alimentos. No olvidemos que muchos organismos primitivos están constituidos por un tubo digestivo que contiene su sistema nervioso.

La presencia de este sistema nervioso en el vientre aumenta la eficiencia al descentralizar el control que tendría el sistema nervioso central. Al mismo tiempo evita que el cerebro tenga que incorporar 200 millones más de neuronas. Algo así como una separación de tareas: pensar y digerir.

Comunicación
Ambos cerebros están conectados por el nervio vago y utilizan los mismos neurotransmisores. Pero el significado de las palabras para comunicarse, o sea la acción de los neurotransmisores, varía dependiendo del lugar donde se encuentren. Por ejemplo, en el cerebro, serotonina significa bienestar. En el intestino significa ritmo del tránsito intestinal y regulación del sistema inmunológico.

Uno de los cambios en la concepción del intestino como el segundo cerebro es que ya no se considera a la comunicación cerebro-intestino como de ida solamente. Ya sabíamos que nuestras emociones influencian a nuestro vientre. Ahora sabemos que nuestro vientre influencia a nuestras emociones debido a esta carga adicional de serotonina producida en el intestino.

Problemas de comunicación = Problemas de salud
La mala comunicación entre estos dos sistemas neuronales parece ser la causa de numerosas enfermedades, algunas de origen desconocido hasta el momento. Veamos el síndrome del colón irritable. Afectando a 1 de cada 10 personas, esta enfermedad se caracteriza por dolores abdominales, problemas de tránsito intestinal y digestivos. Esto generalmente no se traduce en problemas orgánicos. O sea: en muchos casos las pruebas de laboratorio y los diversos estudios que se realizan no detectan ninguna falla orgánica. Como resultado de esta noción del segundo cerebro, ahora comienza a considerarse la idea de que esta patología resulte de una falla en la comunicación entre cerebro y vientre.

Estudios recientes muestran que las neuronas intestinales de pacientes con síndrome de colon irritable son muchos más activas que las de pacientes sanos. Algo así como una neurosis intestinal.

El vientre como ventana al cerebro
El Parkinson es otra patología cuyo origen está siendo revisado. Dado que esta enfermedad se manifiesta con problemas digestivos, los investigadores proponen que las neuronas alteradas no solo están en el cerebro si no en el intestino. Incluso los problemas digestivos anteceden a la aparición de problemas en el cerebro.

En el 2006 se vio que las biopsias de neuronas intestinales provenientes de pacientes con Parkinson mostraban daños similares a los observados en neuronas cerebrales. Esto es de gran importancia ya que, como método de diagnóstico, una biopsia intestinal es mucho más fácil de hacer que una cerebral. Este descubrimiento abre la posibilidad de que, en los próximos años, puedan realizarse biopsias intestinales con el fin de diagnosticar la enfermedad hasta con 20 años de anticipación. Se lograría así un tratamiento precoz y eficaz.

El panorama actual de la enfermedad de Parkinson sugiere que la enfermedad comenzaría en el intestino, expandiéndose gradualmente hacia el cerebro, donde en una fase tardía se manifestaría con deterioro intelectual y trastornos del equilibrio. De todas formas, aún no es claro en cuál de los dos lugares aparece el problema.

Los resultados obtenidos con la enfermedad de Parkinson generan nuevas preguntas. ¿El intestino puede dar información sobre otras enfermedades neurodegenerativas como el mal de Alzheimer? ¿Y qué hay de otras enfermedades no neurodegenerativas como el autismo y las patologías psiquiátricas?

Medicina china
En 1972, un médico chino, el profesor Bo Liu, comienza un novedoso enfoque: la acupuntura abdominal, descubierta accidentalmente al tratar a un paciente. Mediante estudios usando RMN, Bo comprobó que la acupuntura abdominal mejora las capacidades cognitivas y regula las emociones.

De esta manera, la acupuntura abdominal es usada por este especialista para el tratamiento de la depresión, entre otros estados desarmonizados.

Nuevas miradas, nuevas ideas
Numerosos especialistas concuerdan en que el sistema nervioso entérico afecta la forma en que nos sentimos y cómo funciona el cerebro a través de los mensajes que le dirige.

Estos mensajes pueden afectar la manera en que percibimos el mundo y esta es la forma en que nuestro vientre participa de nuestro inconsciente. Incluso algunos se preguntan si el inconsciente está localizado en el vientre.

El tiempo y el trabajo de los investigadores irán develando estos misterios, lo cual implicará poner en el tapete conceptos e ideas profundamente arraigadas. Tal como le pasó a Michael Gershon hace tantos años. Eso es la ciencia.


Audio columna radial - "Gente que hace" - Del Plata Rosario 93.5 - Sábados 8 a 10 hs - Columna: 9 hs.



Fuentes:



Virus Sincicial Respiratorio: convocan a participar en estudio para vacuna infantil

Un equipo de científicos en Rosario participa de un estudio internacional para desarrollar una vacuna pediátrica intranasal. El objetivo es ...