jueves, 14 de febrero de 2013

Comunicación y sociocultura.

A partir de una conversación veraniega, Sandra Massoni invita a una exploración de aquello que el lenguaje hace en otro lado para explicar el paradigma de la comunicación estratégica.

 Por Sandra Massoni *


De vacaciones y en la playa me encuentro con un amigo que hacía tiempo no veía. Tomamos unos mates a la orilla del mar y en medio de recuerdos, comentarios e intercambio de noticias sobre los conocidos, salta la pregunta: ¿Me podés decir qué es eso del nuevo paradigma de la comunicación? Vi que hace poco diste un curso en no sé dónde bajo ese título...

Probamos. Nos salió una disquisición/explicación breve y veraniega que conformó a mi amigo. Comenzamos por repensar la idea de comunicación social tradicional, aquella que se corresponde con alguna de las dimensiones del fenómeno que refieren sólo a lo comunicativo y que típicamente abordan las teorías de la comunicación desarrolladas en el siglo XX.

¿No será otra moda, che? Esto de lo viejo y lo nuevo no me va. Porque queda bien decir “el nuevo paradigma comunicacional”. Muchos lo dicen y sanseacabó: discusión cerrada. Comentario finiquitado. Nada más que agregar.

Los enfoques que se incluyen en los nuevos paradigmas, en contraposición, buscan desplegar una mirada sobre lo comunicacional en reemplazo de lo comunicativo. Reconocen que, ante todo, cualquier comunicación es una relación. Ese es su foco. Allí ubicados, lo que toca luego es explorar ese fenómeno como una conversación multidimensional, compleja, fluida, en la que interesa analizar cómo opera el encuentro entre quienes hablan. No se trata de cualquier conversación: no una charla entre vos y un Fulano, sino un vínculo intersubjetivo que configura el mundo deseable y posible tanto para vos como para el Fulano pero cuyos ejes y tonos se resuelven siempre a medio camino entre lo individual y lo colectivo. Ese es el recorte de lo comunicacional. Al examinar lo que ocurre en esa situación, los autores de los nuevos paradigmas hablamos del sentido enactuado. Claro, ese registro antes no se consideraba... ¿por eso también desde los nuevos paradigmas se plantea una especificidad para la comunicación social y antes se la ubicaba sólo como un tema de investigación que abordaban a veces otros científicos sociales?

Entre mate y mate, pasamos a revisar la cuestión de qué hacemos hoy los comunicadores ubicados en los nuevos paradigmas. El asunto del recorte específicamente comunicacional requirió situar esta nueva comunicación que plantean numerosos teóricos e investigadores en el campo de estudios comunicacionales actuales. Tomamos como referencia al mexicano Jesús Galindo Cáceres, quien habla de la tercera fundación de la comunicación que hoy se registra en Latinoamérica. Repasamos congresos y jornadas internacionales en los que se debatió el tema en el último año en diferentes países y ubicamos a algunos coterráneos de la Escuela de Comunicación Estratégica de Rosario. Ocurre que los comunicadores estratégicos no nos ocupamos de las subjetividades (esto lo hacen, entre otros, los psicólogos y los educadores), tampoco de las sociedades (esto lo hacen, entre otros, los sociólogos y los antropólogos); los comunicadores estratégicos nos ocupamos de la comunicación como espacio que emerge a medio camino entre ambos. 

De allí que definimos la comunicación como encuentro sociocultural. Una tensión que brota, a veces más cerca de un polo... a veces más cerca del otro... siempre en situación. La interlocución hace al tono y por consiguiente la comunicación, lejos de reducirse a la dimensión informativa, se despliega en dimensiones múltiples. Nos detuvimos a comentar casos cercanos en los que es evidente que lo comunicacional genera ciertas reverberancias colectivas que a veces nos resuenan en el cuerpo –individualmente, claro–, pero que también compone silencios como espacios socialmente cooperados. En esa dirección pensamos que nuestro trabajo de comunicadores implica también una exploración de aquello que el lenguaje hace en otro lado –como dice Noé Jitrik–, y –agrego yo– de aquello que se hace más acá y más allá de las metáforas o aun de otros diversos dispositivos de la dominación.

Nos gustó comprobar que los nuevos paradigmas de la comunicación nos ayudan a visualizar cierta ampliación de nuestras competencias como productores y consumidores de medios masivos. La comunicación desde los nuevos paradigmas es un eco, una sinergia individual/colectiva, una sintonía que incluye y a la vez excede lo simbólico, porque lo rebasa. Nuestra tarea actual desde estos registros de la cuestión comunicacional es más diversa, en tanto se interesa por las relaciones de afectación mutua de los actores sin concentrarse exclusivamente en códigos y mensajes.
Se nos acabó el agua del termo y, como hacía calor, nos fuimos a nadar.

* Doctora en Ciencias Sociales. Maestría en Comunicación Estratégica Univ. Nacional de Rosario.

Fuente:
www.pagina12.com.ar

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