miércoles, 6 de febrero de 2013

Nueva droga que usa silenciamiento genético.

La controvertida tecnología parece haber dado, finalmente, sus frutos para el tratamiento de un trastorno genético en el metabolismo del colesterol.

 
La FDA aprueba droga genética para tratar enfermedad poco común
Por Andrew Pollack
Traducción por Claudio Pairoba
 
La Administración de Drogas y Alimentos de los EE.UU. (FDA por sus siglas en inglés) aprobó el martes una nueva droga que no solo trata un raro desorden heredable que causa niveles de colesterol extremadamente elevados y ataques cardíacos a los 30 años, sino que lo hace usando una tecnología largamente buscada la cual puede desactivar genes específicos que producen enfermedades.
 
La droga, Kynamro, inventada por Isis Pharmaceuticals y que será comercializada por la división Genzyme de Sanofi, no apunta a ser un éxito de taquilla. Tiene algunos efectos secundarios que son preocupantes y los pacientes con la enfermedad (conocida como hipercolesterolemia familiar homocigota HFH) podrían no ser más de unos pocos cientos en los EE.UU.
 
Pero de todas formas, Kynamro podría convertirse en el primer éxito comercial para la técnica del silenciamiento genético, conocida como antisense (antisentido), la cual según los expertos finalmente cumplirá sus promesas luego de más de dos décadas de investigación y numerosas decepciones.
 
“Lo que la gente ha estado esperando es la validación donde alguien consigue una ganancia y los pacientes se benefician,” manifestó Artur M. Krieg, director ejecutivo de RaNA Therapeutics, un desarrollador de drogas antisentido en Cambridge, Massachussets.
 
Isis, con oficinas en Carlsbad, California, ha estado trabajando en la tecnología antisentido desde su fundación en 1989, gastando cerca de U$S 2.000 millones. Una de sus drogas contra una infección asociada con VIH se aprobó en 1998, pero sus ventas no fueron buenas y algunos expertos consideran que no usaba realmente el mecanismo de silenciamiento genético.
 
La experiencia de Isis contrasta con la de Gilead Sciences, la cual también fue fundada a fines de los 80 para desarrollar la tecnología antisentido. Se dio por vencida después de varios años – vendiendo las patentes que ya no necesitaba a Isis – y se abocó a desarrollar drogas antivirales usando otras técnicas. Ahora es una superestrella entre las compañías de biotecnología con un valor de mercado de U$S 59.800 millones, comparados con los U$S1.400 millones de Isis.
 
Stanley T. Crooke, fundador y director ejecutivo de Isis desde sus comienzos, expresó que el largo período de desarrollo no fue algo extraño para una nueva tecnología.
“Le dije a la gente que llevaría 20 años y U$S2.000 millones antes de que supiéramos si la tecnología funcionaba”, dijo en una entrevista el martes. “Creemos que es una día clave para la tecnología y la compañía.”
 
Isis o sus socios están desarrollando drogas para bajar los triglicéridos, tratar la atrofia muscular espinal y reducir cicatrices postoperatorias entre otras cosas. Los socios incluyen a Biogen Idec, Pfizer y AstraZeneca.
 
Dos compañías rivales en el campo de las drogas antisentido Sarepta Therapeutics y Prosensa están desarrollando drogas para la distrofia muscular las cuales se han mostrado prometedoras en los ensayos clínicos iniciales.
 
A pesar de todo esto, el Dr. Cy Stein, un investigador de largos años en el tema, dijo que es demasiado temprano para decir que el antisentido ya está entre nosotros. Este tema ha visto falsos amaneceres en el pasado.
 
Las drogas antisentido funcionan básicamente matando al mensajero. La receta para fabricar una proteína es llevada desde un gen en el núcleo hacia el cuerpo de una célula a través de una sola hebra de ARN, llamada ARN mensajero.
 
Las drogas antisentido son pequeños fragmentos de ADN o ARN sintético que se unen a ese mensajero de manera de inactivarlo o destruirlo.
 
En teoría una droga antisense puede construirse con el fin de apagar cualquier gen, generando un mecanismo para desarrollar un número virtualmente ilimitado de drogas.
 
Pero en la práctica ha sido difícil lograr que las drogas entren en las células con suficiente potencia y sin efectos tóxicos. La industria ha desarrollado maneras para modificar las drogas químicamente y ayudar con el tema mencionado.
 
Kynamro, conocida genéricamente como mipomersen, inhibe la acción del gen de la apolipoproteína B, el cual participa en la formación de las partículas que transportan el colesterol en la sangre.
 
Si no son tratados, la gente que tiene HFH pueden tener niveles de colesterol LDL – el llamado colesterol malo – tan altos como 1000 mg/dl. Los niveles deseables están alrededor de 130 o menos.
 
Las estatinas funcionan para estos pacientes y han ayudado a incrementar el típico promedio de vida de 18 a 33 años, pero aún se necesita una mayor reducción del colesterol. Los pacientes también pueden conectarse a una máquina una vez a la semana para limpiar su sangre de colesterol.
 
Los pacientes del ensayo clínico principal para Kynamro comenzaron con niveles de LDL cercanos a 400. Después de 26 semanas de tratamiento, los que tomaban Kynamro tuvieron una disminución promedio de colesterol LDL de 24,7% comparado con una disminución del 3,3% para aquellos que tomaron un placebo.
 
La etiqueta para Kynamro incluirá una advertencia resaltada sobre daño hepático potencial. Otros efectos secundarios incluyen reacciones en el sitio de inyección y síntomas similares a la gripe.
 
Kynamro compartirá el mercado con Juxtapid, una droga desarrollada por Aegerion Pharmaceuticals que fue aprobada el mes pasado.
 
En octubre, un comité asesor de la FDA votó 13 a 2 a favor de la aprobación de Juxtapid pero solo 9 a 6 a favor de Kynamro, principalmente debido a la preocupación por los efectos secundarios. Juxtapid es una píldora diaria, mientras que Kynamro se inyecta una vez a la semana.
 
Genzyme no anunció el precio de Kynamro pero podría ser similar al de Juxtapid, el cual cuesta entre U$S235.000 y 295.000 al año, similar a lo que sucede con otras drogas para enfermedades extremadamente raras.
 
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