Investigadores argentinos avanzan en su conocimiento del caracol de agua dulce, originario de Sudamérica y una plaga en Asia.
El caracol de agua dulce es una plaga en países asiáticos (Foto: H. Heras).
El caracol de agua dulce es común en las provincias de Buenos Aires y la Mesopotamia. Se caracteriza por depositar sus huevos, de un característico color rosado fuera del agua. La razón para esta exposición ante potenciales depredadores radica en la presencia en dichos huevos de una proteína que aporta color y protección.
Los resultados publicados en la revista PLoS indican que la proteína ovorubina es responsable de la coloración rosácea que representa una señal de peligro en la naturaleza. Pero también tiene una función de defensa que evita que los depredadores que ingieren los huevos puedan digerirlos, por los cuales estos no representan ningún valor nutricional para los organismos que los consumen.
El Dr. Horacio Heras y su equipo habían demostrado previamente la existencia de otra proteína neurotóxica en este organismo, PV2, la cual es el primer ejemplo de este tipo de toxinas en huevos del reino animal.
De esta manera las proteínas de los huevos del caracol de agua dulce cumplen la doble función de nutrientes para el embrión y mecanismo de defensa. Este mecanismo de defensa no había sido descripto en animales hasta el momento y es muy similar al que exhiben las plantas para defenderse de depredadores herbívoros.
Conocer más sobre el metabolismo del caracol en su etapa embrionaria, la más sensible, abren posibilidades de desarrollar herramientas para su control en regiones donde su presencia alcanza niveles peligrosos. Esto se debe a que su introducción en países asiáticos en la década del 80 se ha transformado en un problema, dado que ataca cultivos de arroz y taro. Al no tener un depredador natural en esa región, no hay forma de controlar su multiplicación. La situación en Sudamérica, de donde es originario el caracol es distinta, ya que hay una hormiga que come sus huevos, constituyéndose en una forma de control natural.
Fuente:
www.agenciacyta.org.ar
Los resultados publicados en la revista PLoS indican que la proteína ovorubina es responsable de la coloración rosácea que representa una señal de peligro en la naturaleza. Pero también tiene una función de defensa que evita que los depredadores que ingieren los huevos puedan digerirlos, por los cuales estos no representan ningún valor nutricional para los organismos que los consumen.
El Dr. Horacio Heras y su equipo habían demostrado previamente la existencia de otra proteína neurotóxica en este organismo, PV2, la cual es el primer ejemplo de este tipo de toxinas en huevos del reino animal.
De esta manera las proteínas de los huevos del caracol de agua dulce cumplen la doble función de nutrientes para el embrión y mecanismo de defensa. Este mecanismo de defensa no había sido descripto en animales hasta el momento y es muy similar al que exhiben las plantas para defenderse de depredadores herbívoros.
Conocer más sobre el metabolismo del caracol en su etapa embrionaria, la más sensible, abren posibilidades de desarrollar herramientas para su control en regiones donde su presencia alcanza niveles peligrosos. Esto se debe a que su introducción en países asiáticos en la década del 80 se ha transformado en un problema, dado que ataca cultivos de arroz y taro. Al no tener un depredador natural en esa región, no hay forma de controlar su multiplicación. La situación en Sudamérica, de donde es originario el caracol es distinta, ya que hay una hormiga que come sus huevos, constituyéndose en una forma de control natural.
Fuente:
www.agenciacyta.org.ar