El reconocido compositor de música para videojuegos ha creado un camino que puede inspirar a muchos que buscan herramientas para expresar su talento musical de nuevas maneras.
Por Claudio Pairoba*
Las manifestaciones artísticas innovadoras abren nuevos caminos al mismo tiempo que generan nuevas resistencias. Revisión de conceptos, discusiones sobre lo que es arte y lo que no lo es así como debates acerca de las maneras de plasmar la idea de un artista se entremezclan en lo que puede resultar un cocktail explosivo. Desde el urinal de Duchamp, pasando por la etapa cubista de Picasso y la "Marilyn" de Warhol hasta el surrealismo de Dali por nombrar solo algunos ejemplos, la humanidad ha sorteado estos cimbronazos hasta aceptar, incorporar y valorar lo que en su momento era impensado.
Picasso, Duchamp, Warhol y Dali: revolucionarias maneras de expresión artística |
La música como expresión artística no ha estado (y no estará) exenta de estos vaivenes. Una de las controversias que se vienen planteando en las últimas décadas tiene que ver con la composición musical utilizando las nuevas tecnologías. ¿Es música lo que alguien sin formación musical tradicional pueda crear utilizando una computadora ? Si bien la respuesta puede parecer obvia porque podemos escuchar esa sucesión de sonidos y silencios armononiosos que en un principio solo era una idea en la mente del compositor, cuando vemos lo que sucede en la práctica se hace evidente que las estructuras, sobre todo las académicas, no están totalmente de acuerdo en esto. Sirva como ejemplo la peregrinación que el músico e ingeniero Adrián Lodi debió soportar mientras buscaba crear en la ciudad de Rosario una carrera para componer usando nuevas tecnologías. El resultado: la carrera se creó en una universidad italiana.
Además de la de Lodi, hay otras historias que apuntan en el sentido de abrirse a nuevas herramientas para plasmar en una partitura eso que resuena en la mente y en el corazón. Nobuo Uematsu es una de esas otras historias.
Desde Japón y con mucha fuerza
Nacido en la ciudad de Kochi, Japón, Nobuo Uematsu fue un pianista autodidacta desde temprana edad. Su sueño era componer música pero no tenía el entrenamiento formal o los contactos para conseguir un trabajo relacionado con esa actividad. Hasta que llegó la gran oportunidad: el pedido de un amigo para ayudarlo a componer música para videojuegos. Lo que se convertiría en su trabajo de tiempo completo.
Así fue como llegó a escribir la música para los famosos videojuegos “Fantasía Final (“Final Fantasy” en inglés)”. La primera composición se convirtió en un éxito enorme con una melodía que se popularizó de manera casi instantánea.
Como éxito adicional, sus composiciones comenzaron a ser interpretadas por grandes orquestas como la London Philarmonic.
Componiendo con computadoras
Nobuo no componía su música usando instrumentos musicales. Para lograr sus creaciones se valía de computadoras. Esto hacía que los sonidos fueran electrónicos, una limitación que impactaba en la calidad del producto final.
No fue hasta llegar a la versión VII de “Final Fantasy” que logró que su música fuera interpretada por orquesta y coro. El resultado fue increíble. La grandiosidad que una orquesta clásica y un coro aportan a una composición quedó evidenciada de manera inmediata. Esto puede disfrutarse en “Angel de un ala”, una de las composiciones más populares de esta versión del juego.
Trascendiendo la pantalla
Con la popularidad vino la necesidad de interpretar las composiciones de Nobuo en un ámbito distinto al de un videojuego. Así fue que se organizaron conciertos con grandes orquestas y audiencias que podían gozar de esta música en un espacio diferente de aquel para el cual había sido compuesta en primer lugar. Esto dio origen a la serie de conciertos “Mundos distantes: música de “Fantasía Final”” e incluso a la creación de la “Orquesta Filarmónica Mundos Distantes”.
Esta explosión de popularidad ha llevado a que Nobuo experimentara algo así como el famoso síndrome del impostor. Sentir que no está a la altura de las circunstancias y que en algún momento alguien lo descubrirá. Ver a músicos profesionales que han dedicado sus vidas a estudiar y perfeccionarse interpretar sus composiciones llegó a hacerle sentir que sus creaciones eran menos válidas por la forma en que habían nacido. Su falta de entrenamiento formal en música contribuía también a generar este sentimiento de inseguridad.
Pero aunque lo que está en su mente y en su corazón se exprese de una manera no convencional, usando como herramienta una computadora en vez de un instrumento musical, lo importante sigue siendo el espíritu creador que genera la composición. Independientemente de la manera en que esa creación tome forma pasando del mundo abstracto al real.
Cuando Nobuo ve la reacción en la
audiencia que disfruta de su música puede estar finalmente seguro de que su
sueño de componer música de manera profesional se ha hecho realidad. De una
manera no tradicional pero no por eso menos efectiva, comprometida y válida.
Nobuo Uematsu - Música de "Fantasía Final" VIII
*Bioquímico, farmacéutico y doctor por la Universidad Nacional de Rosario. Master en Análisis de Medios de Comunicación y Especialista en Comunicación Ambiental. Miembro de la Escuela de Comunicación Estratégica de Rosario y la Red Argentina de Periodismo Científico. Acreditado con la American Association for the Advancement of Science (Science) y la revista Nature.
Fuente
Your classical adventures – Episode 81: Nobuo Uematsu
https://www.yourclassical.org/story/2022/04/16/nobuo-uematsu
Nota relacionada
La experiencia Lodi: componiendo música con tecnología digital
http://planetciencia.blogspot.com/2021/09/la-experiencia-lodi-componiendo-musica.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario