Además de ser un
conocido producto de limpieza, el amoniaco es esencial en la fabricación
de fertilizantes que, a su vez, son necesarios para producir alimentos
para el ganado y para toda la humanidad. El proceso químico para generar
este compuesto nitrogenado apenas ha cambiado en 100 años y sigue
siendo imprescindible para nuestra sociedad, aunque los científicos no
saben cómo evitar sus consecuencias negativas sobre el medio ambiente.
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Cuando compremos amoniaco en el supermercado podemos recordar que su proceso de producción es una de las innovaciones más importantes de la historia reciente. / Wolfmann |
Por Enrique Sacristán
Cuando durante el verano de 1909 el químico alemán Fritz Haber consiguió sintetizar amoniaco (NH3)
a partir de nitrógeno –el gas más abundante de la atmósfera– e
hidrógeno, poco podía imaginar la enorme trascendencia de su
descubrimiento. Años más tarde su compatriota Carl Bosch logró producir esta sustancia a escala industrial con la ayuda de catalizadores y reactores de alta presión.