El tiempo ha arrojado luz sobre la trastienda de uno de los hallazgos más importantes del siglo XX.
Franklin disfrutaba de encendidos debates y del senderismo además de una intensa actividad científica. |
Por Claudio Pairoba*
Nacida en el seno de una acomodada
familia inglesa en 1920, Rosalind Franklin ya había decidido a los 16 años que
abrazaría a la ciencia. Defensora de la evidencia y la lógica, obtendría su
doctorado de la Universidad de Cambridge a los 25 años luego de obtener
importantes avances en la química del carbón. Continuó en esta línea de trabajo
de manera exitosa al mudarse a Paris.