Las derivaciones de la Inteligencia Artificial (IA) siguen multiplicándose. Una demanda que sacude a la industria tecnológica y la necesidad de desarrollar nuevas herramientas para estudiar la relación entre algoritmos y humanos.
Por Claudio Pairoba*
Si bien las preocupaciones acerca del desarrollo de la inteligencia artificial no son nuevas, se han intensificado en los últimos tiempos por diversas razones que van desde reemplazo laboral hasta la educación e incluyendo a los ahora famosos chatbots.
Ya en 2015 Stephen Hawking había hablado de “objetivos alineados” durante una conferencia en Londres. “Una súper inteligente IA será extremadamente buena en conseguir sus objetivos y si esos objetivos no están alineados con los nuestros, estamos en problemas” había indicado el físico en ese momento.
Más cerca en el tiempo, diversos medios se hicieron eco de una nota publicada por el New York Times el pasado 1 de mayo en la cual Geoffrey Hinton, una de las mentes detrás del desarrollo de la IA, dejó Google para poder hablar más libremente de los peligros de este nuevo desarrollo.





