jueves, 19 de septiembre de 2013

Adiós a las leyendas del Gran Hotel Viena

Sus dueños litigan por los mitos que lo perjudican. Supuesto pasado nazi y presencia sobrenatural.

Se fundó hace 80 años. Tenía generador eléctrico, criadero de chanchos y peluquería. Sus huéspedes pasaban largas temporadas allí.

Se fundó hace 80 años. Tenía generador eléctrico, criadero de chanchos y peluquería. Sus huéspedes pasaban largas temporadas allí. [ Ver fotogalería ]
Basta que un rumor eche a correr para que el destino de un lugar quede sellado. Así sucedió con el Gran Hotel Viena. Aunque rozando los 80 años y con una historia rica, fue su pasado oscuro el que más atrajo al imaginario popular.

fantasmas. Un supuesto pasado nazi y presencias sobrenaturales son las versiones sobre el Gran Hotel Viena.


Un supuesto pasado nazi y presencias sobrenaturales son las versiones sobre el Gran Hotel Viena.
En los años ’30, la localidad de Miramar, en Córdoba, era un boom turístico. Atraídos por las propiedades curativas de la laguna de Mar Chiquita, los turistas arribaban por oleadas. Entre ellos, Máximo y Melitta Pahlke, alemanes que habían llegado a la Argentina en 1904, y que un verano conocieron Miramar buscando alivio para la psoriasis de ella.No solo encontraron una cura, sino además amigos con los que generaron la idea de crear la propia hostería. Esta floreció con tanto éxito que enseguida se pensó en la construcción de un hotel de mayor nivel. Así nacía el Gran Hotel Viena.

“Tenía generador eléctrico, criadero de chanchos, peluquería. Estaba diseñado para pasar largas temporadas”, evoca hoy el tercer Max Pahlke, nieto de los fundadores y actual dueño. Durante una década, funcionó a la perfección. Pero en 1945, luego de la Segunda Guerra Mundial, Perón le envió a Pahlke –entre otros alemanes en el país– un telegrama en el que se le pedía abandonar su puesto en Mannesmann, una compañía germana con sede en Argentina.En vista de esto, el matrimonio hizo las valijas y retornaron a Alemania. Aquí quedó su hijo mayor, médico, y el Gran Hotel Viena, cerrado pero a cargo de un casero.

Familia Phalke

Entre mitos. En Miramar bastó que se bajara la última persiana para que los relatos comenzaran. Que sus dueños eran nazis, y tras la guerra habían debido cerrarlo, que el casero también adhería al régimen de Hitler, que albergaban militares. “¡Llegué a escuchar que había un submarino en la laguna!”, exclama Max.
Los siguientes intentos por recuperar el brillo incluyeron la apertura por partes durante algunos veranos y la contratación de un administrador que terminó robándoles hasta la última cuchara. Y para 1977, la naturaleza completó la historia con una inundación que enterró al pueblo entero. El panorama posterior fue tan desolador que surgió una nueva leyenda: el Gran Hotel era ahora territorio de fantasmas.

Gran Hotel Viena, en Miramar, Mar Chiquita, Córdoba.

Lo que sigue es casi tragicómico. “Diciendo hacerse cargo para cuidarlo, se creó una ‘Asociación de Amigos’, que lo explota como museo. Organizan visitas guiadas alimentando el mito de los fantasmas y acusando a mi familia de nazis”, relata Pahlke.

Frente a su protesta, la respuesta fue la indiferencia. Y el contraataque, legal. “El hotel está a nombre de la sociedad Wandorf Inversora S.A.. Es la que paga los impuestos, tiene los títulos e inició juicio contra la Municipalidad de Miramar”, explica Santiago Vera Barros, abogado de Pahlke.

Pahlke, empero, confía. Con las aguas ya bajas, el lugar vuelve a ser la maravilla natural digna de ser incluida entre los sitios “Ramsar”, la convención que protege los humedales alrededor del mundo. Las nuevas tendencias de turismo saludable lo posicionan como un lugar idóneo para un nuevo proyecto. Quizás a futuro, el Hotel Viena pueda coronarse con las 5 estrellas a las que siempre aspiró.

Wandorf Company S.A., titular del edificio y de los terrenos que ocupa el Gran Hotel Viena, inició acciónes judiciales contra la Municipalidad de la ciudad de Miramar, y crearon una página web con el objetivo de contar “la verdadera historia” del mítico hotel a orillas de la Laguna Mar Chiquita.

Fuente:
http://noticias.perfil.com

sábado, 14 de septiembre de 2013

Células madre: entre fraudes y esperanzas


El tema de las células madre se ha convertido en un claro ejemplo de la desconexión entre avances científicos y consecuencias sociales de los mismos.

 

Por Claudio Pairoba

Organizado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación y la Comisión Asesora en Terapias Celulares y Medicina Regenerativa, se llevó a cabo el Sexto Seminario Internacional “Hacia la elaboración de un marco normativo para las investigaciones y terapias con células madre en la República Argentina”.

El encuentro tuvo lugar en el Salón Azul del Senado de la Nación y contó con disertantes nacionales e internacionales. El objetivo fue discutir el marco legal necesario para regular las terapias con células madre en nuestro país. De las charlas se desprende que la situación es compleja, no solo en nuestro país, si no en todo el mundo.

La apertura del encuentro estuvo a cargo del Sr. Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, Dr. Lino Barañao, quien estuvo acompañado por la Dra. Fabiana Arzuaga (Comisión Asesora en Terapias Celulares y Medicina Regenerativa). El Dr. Barañao agradeció la participación de los disertantes y público en general y enfatizó la necesidad de regular la actividad, la cual ha dado origen a ofertas de tratamientos sin eficacia probada, como los de la República China.

Los disertantes
El encuentro se extendió durante toda la jornada del 27 de agosto y arrancó con la exposición de Rosario Isasi (abogada y Master en Salud Pública de la Boston University), investigadora asociada del Centre of Genomics and Policy de la Universidad McGill, Montreal, Canadá.

La Dra. Issasi recordó que el tema células madres alcanzó notoriedad en 1998 con el descubrimiento de que este tipo celular podía ser cultivado para mantener y aumentar el número de células, en condiciones especiales de laboratorio. El tema tuvo un inicio político, ya que las células madre obtenidas en 1998 provenían de embriones humanos (células madre embrionarias), las cuales quedaban como remanente de los tratamientos de fertilización asistida. Esto dio origen a planteos éticos y legales, los cuales han podido ser evitados al trabajar con células madre adultas, obtenidas de distintos tejidos de seres humanos.

Isasi enfatizó que el tema es complejo y las normativas que desarrolle cada país deben armonizarse con las desarrolladas por la comunidad internacional. El contexto cultural de cada nación es importante al momento de diseñar una legislación que contemple los distintos aspectos en juego. También indicó la importancia de la diversidad y la equidad en el acceso a los tratamientos que se desarrollen, de manera de evitar la aparición de nuevas enfermedades huérfanas.

El segundo expositor fue Bernard Siegel, abogado, fundador y director del Genetics Policy Institute entre otros cargos. Siegel enfatizó la importancia de la presencia de los pacientes al momento de la toma de decisiones políticas. Se refirió a la cultura filantrópica que existe en los EE.UU., por la cual las donaciones a organizaciones no gubernamentales sin fines de lucro puede deducirse de impuestos. Esto ha generado entidades como la American Cancer Foundation, y sembró la semilla para el posterior desarrollo de los National Institutes of Health (NIH, por sus siglas en inglés), las cuales surgieron por la incansable actividad de Mary Lasker para conseguir fondos. Otras patologías como el cáncer de mama y el SIDA se vieron beneficiadas por la participación social con el fin de recolectar fondos destinados a investigación. El contexto cultural no fue ajeno, recuerda Siegel, en las luchas para recolectar dinero. En 1920, el New York Times no publicó una gacetilla acerca de una reunión relacionada con el cáncer de seno, ya que usaba dos palabras impensadas para un diario en ese momento: seno y cáncer.

Más cerca en el tiempo, Robert Klein es uno de los más prominentes defensores de la investigación en células madre. Propulsor de la “Proposition 71”, la cual estableció la creación del California Institute for Regenerative Medicine, Klein donó U$S 3 millones para la campaña tendiente a la aprobación de esta iniciativa a la cual logró sumar a productores de cine quienes también aportaron fondos.

Finalmente, Sieger enfatizó la necesidad de que pacientes y científicos trabajen juntos para formar grupos de defensa y que los científicos hagan oír su voz para que la sociedad entienda con mayor claridad estos temas controvertidos. Cerró su charla con una frase de Abraham Lincoln, sumamente apropiada: “El sentimiento público lo es todo. Con sentimiento público nada puede fallar, sin él, nada puede tener éxito”.




Charlas en la tarde
Por la tarde, Douglas Sipp, de la Oficina de Comunicación Científica del RIKEN Center for Developmental Biology, Kobe, Japón abordó los aspectos más comerciales y fraudulentos asociados a terapias con células madre.

Al googlear “células madre”, uno se encuentra con una serie de avisos y links sobre el lado derecho de la pantalla, los cuales aparecen, para el desprevenido, como sitios con información cuando en realidad son sitios comerciales. Ejemplos de clínicas en Europa Oriental y Republica Dominicana son solo una muestra de las más de 600 clínicas a nivel mundial que ofrecen tratamientos con células madre. Tratamientos cuya eficacia no ha sido comprobada, que cuestan miles de dólares y que se llevan a cabo en condiciones deplorables desde el punto de vista sanitario. La desesperación humana es un negocio del cual muchos se aprovechan en la denominada industria del turismo de células madre o industria del turismo médico.

Sipp también recordó que los dos aspectos beneficiosos de las células madre (su capacidad de autorrenovación y para diferenciarse (convertirse) en otros tipos celulares que sea necesario reponer) son los mismos aspectos que pueden hacer que, en manos de inescrupulosos, las células madre terminen empeorando una patología.

Normativas a nivel mundial
Aquellos países que vienen aplicando algún marco legal, lo hacen siguiendo los modelos establecidos por EE.UU. (Food and Drug Administration, FDA) o Europa (European Medicines Agency, EMA). En Asia, Corea sigue estos modelos, mientras que China y la India no tienen regulaciones efectivas sobre el tema células madre. Estos dos últimos países consideran a esta actividad como prioridad nacional, sobre todo por el ingreso de fondos y no tienen mayores antecedentes en una legislación que regule el desarrollo de medicamentos o productos para la salud.

Sipp destacó el hecho de que los cientos de clínicas no reguladas que ofrecen todo tipo de tratamientos se ha convertido en un modelo redituable, pero que atenta no solo contra la salud de los pacientes si no que también se convierte en un obstáculo para el desarrollo de terapias con células madre basado en el trabajo científico.

En la actualidad, la única terapia probada y efectiva que usa células madre es el transplante hematopoyético, utilizado para casos de leucemia y fallos de la médula ósea.

Dado que las células madre no pueden tratarse como un medicamento, para los cuales sí hay regulación a nivel mundial, quedan vacíos a nivel legal, los cuales son aprovechados por aquellos que ofrecen tratamientos no probados a cambio de grandes cantidades de dinero y poniendo en riesgo, aún más, la salud de los pacientes.

La situación en la Argentina
Por la tarde, la Dra. Fabiana Arzuaga explicó los aspectos legales relacionados con las terapias con células madre. La abogada remarcó que la investigación clínica en seres humanos afecta los denominados derechos personalísimos, los cuales se enmarcan dentro de los derechos civiles. Explicó las distintas leyes que dan al Instituto Nacional Central Unico Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI, responsable de los bancos de sangre de cordón) y a la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnologías (ANMAT) poder de policía sobre ciertos aspectos reglamentados. Lamentablemente, aún se requiere de una ley del Congreso de la Nación (las provincias tiene su propia legislación en ciertos casos) que regule el uso de células madre en investigaciones biomédicas y terapias relacionadas con seres humanos. La falta de una ley de fondo dificulta el poder de policía de los organismos competentes. Esto ha llevado a que se generen atajos jurídicos por parte de grupos que ofrecen este tipo de tratamientos.

La letrada especificó que las terapias avanzadas (células madre, terapia génica e ingeniería de tejidos) deberían caer bajo la órbita del ANMAT.

La situación en Europa
Marcos Timón (Jefe del Servicio de Terapias Avanzadas y Biotecnología, Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios) disertó sobre la situación en España y Europa. Remarcó que existe un vació en la reglamentación, ya que la misma contempla las categorías “dispositivos médicos” o “productos farmacéuticos”, pero existe un hueco en cuanto a la reglamentación para las terapias avanzadas.
Los únicos tratamientos con terapias avanzadas aprobados en Europa son:
- ChondroSelect (2009): células diferenciadas de cartílago (no son células madre) para el tratamiento de patologías de las articulaciones.
- Glybera: Primer producto de terapia génica aprobado en Occidente, para el tratamiento de una deficiencia enzimática sumamente rara que causa pancreatitis.
- Proverge: terapia para cáncer de próstata usando células diferenciadas (no son células madre).

El investigador enfatizó que no existe en Occidente ningún medicamento aprobado en base a células madre. El uso de células madre para tratamientos cosméticos no es menos serio: su comentario acerca de la mujer a quien se le inyectaron células madre en su párpado como parte de un tratamiento rejuvenecedor, no deja dudas de los cuidados que deben tenerse al aplicar estas técnicas. La mujer tuvo que ser operada para extraerle los trozos de hueso que se originaron en su párpado a partir de las células madre inyectadas.

Mesas redondas
Durante la tarde hubo preguntas para los integrantes de dos mesas redondas. La primera antecedió a la presentación de la Dra. Arzuaga y estuvo integrada por representantes del ANMAT, el INCUCAI, Ana María Rodríguez, (presidenta de la Federación Argentina de Enfermedades Poco Frecuentes, FADEPOF), el Dr. Pablo Arias (Presidente de la Sociedad Argentina de Diabetes), y un abogado representante de una empresa de medicina prepaga. Esta mesa estuvo coordinada por el Dr. Salvador Bergel, de la Facultad de Derecho (UBA). Si bien las autoridades enfatizaron que todos los sectores involucrados están participando de los debates, los representantes de las asociaciones que nuclean a los pacientes remarcaron la necesidad de ser convocados a lo largo de todo el proceso de discusión.

La segunda estuvo coordinada por el Dr. Gustavo Sevlever (Director de Investigación FLENI), e incluyó a los expositores Timón, Siegel e Isasi. Durante esta última, se acercó para dar su opinión el Dr. Gustavo Kuminsky (Presidente de la Sociedad Argentina de Hematología), quien hace transplante hematopoyético desde hace 25 años y mencionó los aspectos políticos que se entrelazan con el tema células madre, lo cual ha dado origen al término Biopolítica para describir situaciones como la presentada. Kuminsky también se pronunció en contra del término células madre: consideró que la palabra “madre” siempre se asocia con algo positivo y bueno mientras que estas células pueden dar origen a complicaciones cuando son usadas sin control.

El encuentro puso de manifiesto el interés de las autoridades nacionales y los distintos actores involucrados para concretar el margo legal necesario que permita regular las prácticas con células madre en nuestro país.

sábado, 7 de septiembre de 2013

La mitad de los trabajos científicos publicados hace dos años ya son accesibles gratuitamente




La mitad de los trabajos científicos publicados en 2011 ya son accesibles gratuitamente, según un estudio financiado por la Comisión Europea que analiza la tendencia a facilitar a los lectores los resultados de estos trabajos, una práctica conocida como 'acceso abierto'.

El estudio analiza la disponibilidad de las publicaciones académicas en 22 campos de investigación dentro del Espacio Europeo de Investigación y en Brasil, Canadá, Japón y Estados Unidos. Además, el informe también resalta que más del 40 % de los artículos científicos publicados en todo el mundo entre 2004 y 2011 se encuentra hoy disponible en línea en régimen de acceso abierto.

Según el estudio, la libre disponibilidad de la mayor parte de los artículos es ya una realidad en el campo de la ciencia y la tecnología en general, en el de la investigación biomédica, en el de la biología y en el de las matemáticas y la estadística.

Por el contrario, los campos en los que el acceso abierto sigue estando más restringido son el de las ciencias sociales y humanidades y el de las ciencias aplicadas, la ingeniería y la tecnología.

La comisaria europea de investigación, Marie Geoghegan-Quinn, ha subrayado que la Comisión Europea está promoviendo en Europa el acceso abierto a los resultados de los trabajos de investigación. "El contribuyente europeo no debe pagar dos veces por la investigación que se financia con fondos públicos", ha alertado.

Además, se han publicado también otros dos informes del grupo Science Metrix, una consultoría dedicada a la investigación, en los que se examinan las políticas de acceso abierto y la cuestión del acceso abierto a los datos. 


PERIODO DE EMBARGO  
Por lo que se refiere a las políticas de acceso abierto, el informe señala que la mayor parte de los 48 principales proveedores de financiación destinada a la ciencia considera "aceptables" las dos formas de acceso abierto más importantes, es decir, las publicaciones de acceso abierto en revistas (conocido como acceso abierto 'dorado e híbrido') y el autoarchivo (conocido como acceso abierto 'verde').

El informe indica también que más del 75 % acepta un período de embargo de entre seis y doce meses, entendiendo por tal el tiempo transcurrido entre la fecha de una publicación y el momento de su libre disponibilidad. 

El otro informe, por su parte, señala que en la actualidad sigue habiendo menos políticas para el acceso abierto a los datos científicos que para el acceso abierto a las publicaciones.

Fuente:
www.europapress.es/

sábado, 24 de agosto de 2013

Las patas de la ciencia


¿Qué posición ocupa la comunicación científica en la estructura de la ciencia? ¿Cuarta pata o estructura englobadora? La comunicación científica es fluida y las formas de acercarse a ella van cambiando a medida que descubrimos su rol actual y sus potencialidades.

La comunicación científica es un proceso más profundamente arraigado en la
actividad investigativade lo que percibimos.

Y en un principio eran cuatro las patas
Hace poco tuve oportunidad de dar una charla para la cual armé una imagen: un asiento donde reposa la ciencia. El asiento tiene cuatro patas: financiamiento, recursos humanos, trabajo experimental y comunicación científica. Estos son los cuatro soportes que sustentan a la ciencia desde mi mirada actual.

Las razones son bastante obvias:
  • Financiamiento: para funcionar, la ciencia necesita dinero. Dinero para crear la infraestructura dentro de la cual se desempeñan los científicos (becarios e investigadores formados y en formación) quienes también necesitan un sustento económico además de fondos para sus proyectos.
  • Recursos Humanos: alguien tiene que pensar los experimentos y llevarlos a cabo. Alguien tiene que saber el estado del conocimiento sobre un tema determinado y decidir los rumbos a seguir para continuar construyendo ese conocimiento. El ser humano es la polea que conecta el mundo abstracto de las ideas y elucubraciones con el mundo concreto de la observación y la experimentación.
  • Trabajo experimental: las manos a la obra. El momento de la verdad. La herramienta que posibilita encontrar la respuesta a la pregunta. Y generar nuevas preguntas.
  • Comunicación científica: El proceso a través del cual las respuestas encontradas se difunden dentro del ámbito científico y fuera de él con el objetivo de que sean incorporadas culturalmente.
 



Es una primera aproximación que nos permite ubicar a la comunicación científica en su relación con la ciencia. Pero una mirada más cercana, más detallada, nos ayudará a descubrir que esa ubicación de la comunicación científica es aún más central que ser una de las cuatro patas que sostienen al mundo científico.

La estructura que sostiene y conecta a todas las patas
La comunicación científica es uno de los procesos que sostienen a la ciencia. Todos coincidimos a esta altura de la situación acerca de la importancia de comunicar los resultados de la ciencia. Pero, ¿es posible que de tanto repetir lo importante que es la comunicación científica, hayamos perdido de vista el papel de este proceso en el entramado de la actividad científica?

Creo que la comunicación científica es más que una de las patas de la ciencia. Es mucho más. De hecho, es la actividad que sustenta el funcionamiento de las otras tres patas.


Consiguiendo los fondos
Para conseguir hay que pedir. La forma en que se pide es clave al momento de buscar fondos para la actividad científica. En nuestro país, la investigación ha estado tradicionalmente solventada por el Estado. No creo equivocarme si digo que los fondos destinados a ciencia y tecnología en la actualidad atraviesan una de sus mejores etapas. Al mismo tiempo, como dice el dicho, nunca es bueno poner todos los huevos en una misma canasta. Ergo, ¿por qué no buscar fuentes alternativas de financiamiento? Si bien la interacción entre la investigación estatal (desarrollada principalmente en las universidades públicas) y el sector privado se ha movido siempre con altibajos, la búsqueda de otros inversores para desarrollar ideas es una posibilidad que merece ser explorada y fortalecida. Por el bien de todos los involucrados. Nace entonces la vinculación tecnológica, una de cuyas funciones principales es precisamente establecer vínculos entre investigadores e inversores. ¿Se puede hacer vinculación tecnológica sin comunicación científica? ¿Se puede interesar a un empresario para que aporte dinero en algo que no entiende y cuyas potencialidades no tiene claras? ¿Es posible lograr que el investigador entre en sintonía con las necesidades del inversor y pueda explicar sus propias necesidades de manera de lograr una interacción fluida y minimizando los malos entendidos? Es evidente que la comunicación científica está detrás de la interacción entre estos dos actores.

Atrayendo interesados
La ciencia precisa de estudiantes interesados, con vocación y, sobre todo, con capacidad para ejecutar el trabajo. Una investigadora, hoy destacadísima, me decía una vez que en la investigación hay un porcentaje de capacidad pero una enorme proporción de trabajo. ¿Cómo se atrae a los nuevos interesados? ¿Cuáles son los canales que tiene la ciencia para mostrar su realidad, su potencialidad para aportar al desarrollo personal y profesional? ¿A través de qué mecanismos la actividad científica se da a conocer a las nuevas generaciones de estudiantes que ven a la actividad científica como algo lejano? Nuevamente es la comunicación científica el proceso para establecer una interacción entre estudiantes y científicos.

Trabajo experimental: contando las buenas nuevas
El momento culminante de la actividad científica se da con la publicación del trabajo científico en una revista apropiada. Es entonces cuando los pares especializados en un área determinada del conocimiento científico, validan los resultados que se han obtenido. Podemos ir un paso más allá y darle mayor valor agregado a esta instancia. Esto se logra cuando el “paper” científico se trabaja de manera de lograr un material que pueda ser dado a conocer a distintos públicos. El conocimiento como material arrumbado en una publicación que no se ve más allá del curriculum del investigador, desperdicia nuevas formas de generar conexiones, proyectos e intereses. Es a través de la comunicación científica que se abren nuevos espacios para que el conocimiento llegue a la sociedad en su conjunto o a determinados sectores que puedan aplicar lo que se ha aprendido. Ese es (o debería ser) el fin último de la actividad científica, ¿verdad? Que alguien utilice lo que se ha observado en resultados, con el fin de crear una nueva realidad a partir de la transformación de una realidad actual que, se acuerda, necesita ser modificada.

La comunicación científica como espacio de transformación
Definir la comunicación científica, como toda definición, la limita. Por eso tal vez sea más apropiado hablar de enfoques de acuerdo a la historia y percepción del que la trabaja. En un artículo anterior hablé de los dos enfoques principales para abordar la comunicación científica: el funcionalista y el estratégico. El primero se caracteriza por su practicidad para lograr una presencia constante de la actividad científica en los medios aunque tiene la dificultad de no permitir la expresión del receptor del mensaje. A pesar de esta unidireccionalidad, el receptor al recibir y entender el mensaje ya ha sido cambiado. Ya sabe algo que antes desconocía, razón por la cual tiene nueva información para la toma de sus próximas decisiones. Habrá que trabajar para que ese conocimiento, además de ser recibido y comprendido, sea verdaderamente incorporado de manera permanente en el esquema mental del receptor. 

El segundo modelo es el estratégico, el cual plantea un espacio donde se desdibujan los roles de emisor y receptor, y en el que se abre un escenario para una interacción fluida que tiene por objetivo poner de manifiesto las tensiones asociadas a una problemática particular con el fin de acercarnos a la transformación deseada.

Detrás de toda gran ciencia hay una gran comunicación científica
Más que ser una de las cuatro patas, el proceso de comunicación de la ciencia se encuentra en lo profundo del entramado de las distintas facetas que constituyen la actividad científica. Más que ver a la obtención de fondos y atracción de nuevos candidatos como incomodidades que nos alejan del “verdadero trabajo”, tenemos la oportunidad de aceptar a estas actividades como inherentes a la actividad científica. Y considerar a la comunicación científica como una herramienta para explorar posibilidades de concretar resultados de manera exitosa dentro de los distintos componentes de la actividad investigativa. Cada uno con sus requerimientos especiales que demandarán nuevas habilidades de nuestra parte, configurando un nuevo universo para investigar. Porque investigar en ciencia también puede significar, si así lo decidimos, investigar cómo comunicarla de manera más eficiente. Y al hacerlo, podremos ser más eficientes y disfrutar más de los otros aspectos de la ciencia, esos que necesitan ser abrazados y reconocidos como parte de lo que se hace.

jueves, 15 de agosto de 2013

Henrietta Lacks: la mujer con cuyas células se lleva investigando durante más de 60 años.

Por MIGUEL ÁNGEL CRIADO 

Hipatia de Alejandría, Marie Curie, Lise Meitner, Jane Goodall... ya pueden hacer un hueco en el panteón de mujeres que más han hecho por la ciencia a una joven negra inculta, cultivadora de tabaco, llamada Henrietta Lacks. No publicó ningún artículo científico, ni realizó un gran hallazgo y, por supuesto, no recibió el Nobel, pero sin ella, mejor dicho sin sus células, la biomedicina y la genética no serían lo que son hoy. 62 años después de su muerte, toca darle las gracias.



henrietta

La historia de Henrietta Lacks es de esas que sobrecogen. Nacida en el estado sureño de Virginia (Estados Unidos), trabajó de niña en una plantación de tabaco. Se casó joven con un primo suyo y se fueron al norte, a un pueblo cerca de Baltimore. A los 30 años ya tenía cinco hijos y en 1951 acudió al Johns Hopkins Hospital, el único de la zona que atendía a negros, aquejada de un intenso dolor en el vientre. Ella creía que volvía a estar embarazada. En realidad, tenía un cáncer de cuello uterino que acabó con su vida pocos meses después, a la edad de 31 años.

PRIMER CULTIVO IN VITRO DE CÉLULAS HUMANAS
Pero no murió del todo. Sin ella saberlo y menos aún haber dado su consentimiento, los médicos que la trataron cultivaron células de la biopsia que le habían realizado. Por primera vez se cultivaban in vitro células humanas. Sus casi increíbles características de replicación inauguraron la llamada línea celular inmortal HeLa (por las iniciales de Henrietta), una línea que en estos años se ha convertido en la más usada en los laboratorios de todo el mundo.

Hasta 74.000 estudios científicos se han apoyado en células HeLa para sus conclusiones. La vacuna contra la polio, contra el virus del papiloma humano, la fecundación in vitro, tratamientos contra varios tipos de cáncer, buena parte de la biomedicina y genética modernas e incluso la concesión de algún premio Nobel no habrían sido posibles sin la muerte de aquella pobre y analfabeta negra cultivadora de tabaco. Tanta ciencia, tanta industria, tantos beneficios de los que sus hijos y nietos nunca han visto nada, ni siquiera un reconocimiento hasta ahora.

“Además de sus incalculables contribuciones a la investigación biomédica en estos 60 años, la señora Lacks y su familia ahora están sirviendo como catalizadores de unas políticas que hagan avanzar la ciencia, construyan confianza y protejan a los participantes en una investigación”, declaraba la directora científica del instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos (NIH), Kathy Hudson, este miércoles, tras anunciar un acuerdo con sus descendientes. Desde ahora, toda investigación que use células HeLa deberá reconocer la aportación de Henrietta.

SIN COMPENSACIÓN ECONÓMICA PARA LA FAMILIA
Los primeros en hacerlo ha sido un equipo de investigadores de la Universidad de Washington que, en la presente edición de Nature, han publicado el genoma completo de las células inmortales de Henrietta. Antes de hacerlo, responsables del NIH se reunieron con su familia. Les dieron tres opciones: publicar y dar acceso libre a la secuenciación de los genes de Henrietta, no publicarlos o alojarlos en los servidores del NIH para que los investigadores pudieran tener acceso pero tras la revisión de un comité creado por el NIH y en el que siempre habrá dos representantes de la familia. Los descendientes de Henrietta han optado por ésta última.

“El genoma de HeLa es un capítulo más de la historia interminable de nuestra Henrietta Lacks”, decía el portavoz de la familia y nieto Jeri Lacks Whye. “Es una increíble mujer que sigue impresionando al mundo. La familia Lacks se siente muy honrada de ser parte de un importante acuerdo que creemos será beneficioso para todos”, añadió. El acuerdo, sin embargo, sigue sin contemplar compensación económica alguna.

El estudio de la Universidad de Washington ayuda a entender porqué son tan únicas y especiales las células HeLa. Henrietta portaba y sufría el virus del papiloma humano. El virus porta sus propios genes cancerígenos y, en el caso de Henrietta, estaban situados muy cerca de un oncogén del genoma de la mujer.

Los oncogenes son genes anormales, mutados, que pueden disparar el crecimiento de células cancerosas.
“En cierto sentido es la tormenta perfecta para que algo vaya mal en una célula”, explica el coautor del estudio, Andrew Adey. Esto explicaría tanto las especiales características de la línea celular HeLa que, a pesar de los 62 años años transcurridos, sigue creciendo y es relativamente estable como la virulencia del cáncer que mató a Henrietta.

Ahora, tanto el libro que sacó del olvido a Henrietta como la película que la presentadora Oprah Winfrey produce sobre su vida incluso más allá de su muerte tendrán un final menos amargo.

Fuente:
www.huffingtonpost.es

martes, 13 de agosto de 2013

McDonald ´s abandona el aditivo de carne picada con hidróxido de amonio conocido como limo rosa.


Por Joe Satran

 
La mezcla de recortes de carne tratados con amoníaco para agregar a la carne picada de las hamburguesas generó descontento en la sociedad norteamericana.


McDonald´s dijo esta semana que no seguiría usando el controvertido aditivo de carne picada conocido como “limo rosa” en su receta para hamburguesas. Se informó que tanto Taco Bell como Burger King también repudiaron el “limo”, consistente en recortes de carne que han sido tratados con hidróxido de amonio para hacerlos más seguros y por lo menos semi sabrosos. 

La movida se produjo después de que Jaime Oliver, la estrella de “Food Revolution” y “Naked Chef”, hizo una llamada pública para que las cadenas abandonaran el “limo”, el cual ha sido producido por Beef Products Inc desde 2001. Algunos consideran a su intervención como un factor central detrás de la decisión de McDonald´s.

Aún cuando Oliver fue el más prominente crítico del “limo rosa”, no estaba solo. El New York Times manifestó serias dudas acerca del “limo rosa” en una investigación del 2009 sobre el producto. Asimismo, fue criticado en el documental “Food Inc” del 2010.

Parte de la crítica surge de una sensación general de disgusto. A la gente no le gusta oir que están comiendo recortes y sobras de carne provenientes de extrañas partes de una vaca. Ni, por el mismo motivo, le gusta oir que están comiendo amoníaco.

El USDA (Departamento de Agricultura de los EE.UU), por su parte, aprovó los recortes cárnicos amoniacales. En 2007, cuando dictaminó mayor cantidad de pruebas para la mayoría de la carne picada, específicamente excluyó al “limo rosa”, aún cuando la carne con amoníaco proviene de partes de la vaca que muy probablemente contengan patógenos. El Departamento de Agricultura argumentó que el tratamiento de la carne con amoníaco mataría cualquier bacteria que permaneciera en la carne.

Y existe cierta evidencia de que el USDA no estaba equivocado al considerar como seguro al “limo rosa”. De hecho, un editorial del 9 de enero en Food Safety News manifestaba que el rechazo público en contra del “limo rosa” tenía que ver más con chismes miedosos de parte de figuras como Oliver que con una estimación racional del producto en sí.

Dicho esto, el Times encontró evidencia que conectaba a la carne amoniacal de Beef Products con docenas de casos de salmonela y E. coli, así que por lo menos hay una posibilidad mínima de que sea menos segura que la carne convencional. Es más, por el uso del “limo rosa” el precio de la carne picada disminuye solo en tres centavos por libra. ¿Ud. no estaría dispuesto a pagar menos de un penique más para su cuarto de libra y evitar riesgos para su salud? 

 Fuente:
www.huffingtonpost.com

jueves, 8 de agosto de 2013

Antes de Watson y Crick



James Watson (izquierda) y Francis Crick descubrieron la estructura del ADN,
pero solo nutriéndose del trabajo de muchos científicos que los precedieron,
ncluyendo a Rosalind Franklin.

Por Brenda Maddox

La primera mitad del siglo XX la ciencia pertenecía a los físicos, con la teoría general de la relatividad, la mecánica cuántica y la fisión nuclear. La segunda mitad iba a pertenecer a la Biología. En el mundo de la post guerra, el secreto del gen – cómo las carácterísticas hereditarias pasan de una generación a la siguiente – era el tema más candente en la ciencia.

Para un grupo de físicos que habían trabajado en el Proyecto Manhattan para desarrollar la bomba atómica, el cambio de post guerra hacia la Biología era un duro intercambio de la ciencia de la muerte por la ciencia de la vida. Pero su conversión fue tanto intelectual como ideológica. La Biología estaba ahora donde se encontraba la acción. La guerra había interrumpido una línea de investigación que llevaba a la comprensión de las bases químicas de la herencia.

Buscando al mensajero genético
El hecho de que las características físicas son transmitidas por unidades discretas (más tarde llamadas genes) había sido descubierta en 1865 por el monje austríaco Gregor Mendel en sus experimentos con las arvejas de jardín. Cada gen determinaba una sola característica, tal como altura o color, en la próxima generación de la planta. Para 1905 se sabía que dentro de las células vivas los genes están unidos como cuentas en los cromosomas, los cuales se copian a sí mismos y se separan. Pero, ¿cómo llega la información desde el cromosoma viejo al nuevo?

Las proteínas eran el candidato obvio. En los años 20, se creía que los genes están hechos de proteína. El otro ingrediente principal del cromosoma es al ácido desoxirribonucleico o ADN. El ADN, una sustancia de alto peso molecular, fue identificado en 1871 por un joven científico suizo, Friedrich Miescher. (Hay, en realidad, una segunda clase de ácido nucleico en la célula, llamado ARN, con una composición química ligeramente diferente). La “D” en el ADN significa “deoxi” – un prefijo a menudo deletreado como “des” en los días de Rosalind, un uso ahora obsoleto – el cual lo identifica como el ácido ribonucleico con un grupo hidroxilo menos. Pero como el ARN en las células existe fundamentalmente fuera del núcleo, era poco probable que fuera el vehículo genético.

Portrait of Friedrich Miescher
Friedrich Miescher, trabajando en un laboratorio en Tuebingen Castle en el suoreste de Alemania, descubrió el ADN ya en 1871.
Las proteínas eran mucho más interesantes para los genetistas que el AND dado que había mucho más de ellas y también porque cada molecula protéica es una larga cadena de químicos, de los cuales 20 clases ocurren en las cosas vivientes. El ADN, por el contrario, contiene solo cuatro clases de unidades repetitivas llamadas nucleótidos. Por ello, parecía demasiado simple como para llevar las instrucciones complejas requeridas para especificar la forma distintiva de cada una de la infinita variedad de células que constituyen la materia viviente.

En 1936, en el Instituto Rockfeller del Upper East Side de Manhattan, un microbiólogo llamado Oswald Avery se preguntó en voz alta si el principio transformador – o sea, el transportador de la información genética desde el cromosoma viejo al nuevo – podría no ser el ácido nucleico, ADN. Nadie le prestó mucha atención. El ADN parecía solo un agente aburrido de unión para la proteína en la célula.

Durante los años de años de preguerra , en Gran Bretaña, J.D. Bernal en Cambridge y William Astbury en Leeds, ambos cristalógrafos, comenzaron a usar rayos X para determinar la estructura de las moléculas en cristales. Astbury, interesado en moléculas biológicas de gran tamaño, había tomado cientos de fotos con difracciones de rayos X de fibras preparadas a partir de ADN. A partir de los patrones de difracción obtenidos, Astbury trató de construir un modelo del ADN. Con placas metálicas y cilindros, armó un modelo parecido a un Meccano sugiriendo cómo los componentes del ADN – bases, azúcares, fosfatos – podrían ensamblarse. Astbury concluyó –de manera correctó, como resultó ser – que las bases se disponen en un plano, apiladas unas sobre las otras como una pila de centavos espaciadas 3,4 Ångströms. (Un Ångströms equivale a la 10 millonésima parte de un metro). Estos “3,4 Ångströms” no es un detalle menor. Publicado junto con otras mediciones en un artículo de Astbury en la revista Nature en 1938, iba a permanecer constante a lo largo de todos los intentos para resolver la estructura del ADN que iban a venir.

Se ha dicho que el descubrimiento de Avery ameritaba dos Premios Nobel, pero nunca recibió uno.
Pero Astbuty cometió errores serios, su trabajo era tentativo y él no tenía una idea clara de la manera de continuar. Para el momento de la Segunda Guerra Mundial, nadie sabía que los genes estaban formados integramente por ADN.

El genio del gen
En 1943, Avery, a los 67, era demasiado grande para el servicio military. Todavía trabajando en el Instituto Rockfeller y continuando un experimento con neumococos (la bacteria que causa neumonía) realizado por el médico inglés Frederick Griffith en 1928, llegó a un descubrimiento revolucionario. Encontró que cuando el ADN se transfería desde una cepa muerta de neumococos a una cepa viva, la misma traía consigo los atributos hereditarios del donante.

¿Era el “principio transformador” tan simple entonces, solamente AND? En la ciencia, donde tantos se aferran a la gloria, hay algunos que apartan a la gloria de ellos. Avery, un soltero tímido que usaba quevedos, era uno de aquellos demasiado humildes para su propio bien. Se ha dicho que su descubrimiento valía dos Premios Nobel, pero nunca obtuvo ni siquiera uno – tal vez porque, antes que apresurarse a publicar, incluyó sus descubrimientos en una carta a su hermano Roy, un médico bacteriólogo en la Facultad de Medicina de la Universidad Vanderbilt en Nashville. “No he publicado nada acerca de ello – de hecho lo he discutido solo con unos pocos,” manifestó, “porque aún no estoy convencido que tengamos (hasta el momento) suficiente evidencia.”

Un año más tarde, Avery, junto a dos colegas, dio a conocer sus investigaciones. En lo que se convirtió en un artículo clásico, describieron una intrincada serie de experimentos usando las dos formas de neumococo: la virulenta y la no virulenta. Cuando liberaron una forma purificada del ADN proveniente de neumococos virulentos muertos por calor y la inyectaron en una cepa viva, no virulenta, encontraron que producía un cambio heredable permanente en el ADN de las células receptoras. De esta manera, se estableció que – al menos para los lectores de The Journal of Experimental Medicine – el ácido nucléico ADN y no las proteínas era el transportador del mensaje genético.

El misterio esencial persistía. ¿Cómo una sustancia monótona como el ADN, similar a un alfabeto de cuatro letras, transferir suficiente información específica para producir la enorme variedad de cosas vivientes, desde margaritas hasta dinosaurios? La respuesta debe estar en la forma en que las moléculas se agrupan. Avery y sus coautores, Colin MacLeod y Maclyn McCarty, no podían decir nada más que “los ácidos nucléicos deben ser considerados como poseedores de especificidad biológica, cuya base química todavía no se ha determinado.”

Nace la Biofísica
En 1943, otro científico alejado del conflicto mundial (dado que se le había ofrecido un lugar tranquilo en la Irlanda neutral) dio una serie de conferencias en Dublin, provocativamente llamadas “¿Qué es la vida?” Una audiencia de 400 personas en cada charla sugería que el tema supuestamente dificultoso era de gran interés general.

Portrait of Erwin Schroedinger
El Premio Nobel Erwin Schrödinger ayudó en el lanzamiento del nuevo campo de la Biofísica con su popular serie de conferencias titulada "¿Qué es la vida?"
Erwin Schrödinger, vienés, había compartido el Premio Nobel de Física en 1933 por aportar las bases de la mecánica de ondas. Ese mismo año dejó Berlín, donde había estado trabajando, dado que, a pesar de no ser judío, no iba a permanecer en Alemania cuando la persecución de los judíos se convirtió en política pública. Una larga odisea a través de Europa lo llevó, en 1940, a Dublin por invitación de Eamon de Valera, el premier de Irlanda. De Valera había sido matemático antes de convertirse en un revolucionario y luego un político, en 1040 estableció el Dublin Institute of Advanced Studies. Schrödinger encontró en Irlanda un paraíso, especialmente porque le permitió despreocuparse para pensar acerca de una pregunta muy grande.

En sus charlas de Dublin, Schrödinger abordó lo que desvelaba a muchos estudiantes – por qué la Biología era tratada como un tema completamente separada de la Física y la Química: ranas, moscas de la fruta, y células por un lado, átomos y moléculas, electricidad y magnetismo, por el otro. La hora había llegado, declaró Schrödinger desde su plataforma irlandesa, para pensar en los organismos vivos en términos de sus estructuras molecular y atómica. No había una gran separación entre lo vivo y lo no vivo, todo obedece las mismas leyes de la Física y la Química.

Le hizo la pregunta de un físico a la Biología. Si la entropía es (de acuerdo a la segunda ley de la termodinámica) las cosas desarmándose, la desintegración natural del orden en el desorden, por qué los genes no decaen? ¿Por qué, en cambio, son pasados intactos de generación en generación?


¿Qué es la vida? Fue la “La cabaña del tío Tom” de la Biología – un pequeño libro que comenzó una revolución.


Él dió su propia respuesta. “La vida es materia que está haciendo algo. El término técnico es metabolismo – “comer, beber, respirar, asimilar, replicar, evitando la entropia.” Para Schrödinger, la vida podia ser definida como “entropia negtiva” – algo que no cae en el caos y aproximándose a “el peligroso estado de entropía máxima, el cual es la muerte”. Los genes preservan su estructura porque el cromosoma que los lleva es un cristal irregular. El arreglo de unidades dentro del cristal constituye el código hereditario.

Las charlas se publicaron como un libro al año siguiente, listo para que los físicos lo leyeran a medida que terminaba la guerra y buscaban nuevas fronteras para explorar. Para el biólogo molecular e historiador científico Gunther Stent de la Universidad de California en Berkeley, “¿Qué es la vida?” Fue la “La cabaña del tío Tom” – un pequeño libro que comenzó una revolución. Para los físicos post guerra, que sufrían de malestar profesional, “Cuando uno de los inventores de la mecánica cuántica (pudo) preguntar ‘?Qué es la vida?’”, expresó Stent, “fueron confrontados con un problema fundamental digno de su temple.” Los problemas biológicos no podían ser enfrentados con su propio lenguaje, la Física.

Computer model of DNA
El descubrimiento de Erwin Chargaff de que el número total de 2 de los 4 bases químicas siempre igualaba al número total de las otras dos ayudó a crear el escenario para que Waton y Crick percibieran y se adentraran en la estrucutra del ADN.

Erwin Chargaff's discovery that the total number of two of DNA's four base chemicals always equaled the total number of the other two helped set the stage for Watson and Crick's insight into DNA's structure
La investigación en el nuevo campo de la Biofísica avanzó a finales de la década del 40. En 1949 otro científico austríaco refugiado, Erwin Chargaff, trabajando en el Columbi College de Médicos y Cirujanos en Nueva York, fue uno de los pocos que se tomó a pecho los resultados de Avery y cambió su programa de investigación de manera acorde. Analizó las proporciones de las cuatro bases de ADN y encontró una curiosa correspondencia. El número de moléculas presente para las dos bases adenina y guanina, llamadas purinas, era siempre igual a la cantidad total de timina y citosina, las otras dos bases llamadas pirimidinas. Esta prolija relación, que se encuentras en todas las formas de ADN, pedía a gritos una explicación, pero a Chargaff no se le ocurrió cuál podría ser.



Así estaban las cosas cuando Rosalind Franklin llegó al King’s College de Londres el 5 de enero de 1951. Dejando la investigación en carbón para trabajar con el ADN, desplazándose de la estructura cristalina de las sustancias inanimadas a la de las moléculas biológicas, había cruzado la frontera entre lo no vivo y lo vivo. El carbón no hace más carbón, pero los genes hacen más genes.


Fuente:
www.pbs.org/wgbh/nova

Me siento Rosario: mostrando lo bueno de vivir en la ciudad junto al río marrón

Un grupo de jóvenes muestra su pasión por la ciudad en un corto que destaca parte de sus habitantes y actividades. Messi, Aymar, el Acuario ...