David Dickson
16 julio 2010
Ayudar a los países en desarrollo a comunicar y utilizar la ciencia es esencial para la cooperación internacional y la diplomacia.
El mayor factor que por sí solo limita el potencial de los países en desarrollo para alcanzar un crecimiento económico sustentable — o incluso lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio — es su habilidad para acceder y aplicar los frutos de la ciencia y la tecnología modernas.
Esta declaración es más compleja de lo que suena. Hay, por ejemplo, muchos obstáculos políticos y económicos para acceder a la ciencia y a la tecnología. E, incluso, si el acceso está garantizado, usar la ciencia y la tecnología de forma efectiva y adaptar el conocimiento a las condiciones locales sigue siendo un desafío.
Por otro lado, genera un concepto útil. Necesitamos construir capacidades que ayuden a los países en desarrollo a usar la ciencia y la tecnología en el centro de las políticas internacionales de cooperación y de iniciativas diplomáticas más amplias.
También subraya la importancia de una comunicación efectiva de la ciencia, crucial para reducir la brecha entre producir nuevo conocimiento y convertir ese conocimiento ya sea en práctica o en política, y por lo tanto, aumentar significativamente los retornos de las inversiones iniciales en investigación.
Aumentar el rol de la ciencia
Afortunadamente, la comunicación de la ciencia como una estrategia de desarrollo está abriéndose camino lentamente en la agenda política, tanto en países desarrollados como en aquellos en desarrollo.
Un creciente número de agencias de cooperación y fundaciones benéficas, por ejemplo, ahora auspician proyectos y programas en esta área. Éstas incluyen a las agencias de cooperación de Canadá, Holanda, Suecia y el Reino Unido, cada una de las cuales apoya a SciDev.Net y a otras organizaciones tales como la Federación Mundial de Periodistas Científicos.
Es difícil demostrar directamente cómo estas organizaciones ayudan a lograr metas explícitas de desarrollo. Son muchos los factores que contribuyen a conseguir logros medibles, tales como tasas más bajas de mortalidad infantil o incrementos en la producción de alimentos.
Pero parece poco probable que la creciente atención que los tomadores de decisiones le prestaron a la ciencia durante la década pasada no esté relacionada con el aumento de las iniciativas de ‘comunicación de la ciencia para el desarrollo’, y el cada vez mayor compromiso con la comunicación de la ciencia dentro de los propios países en desarrollo.
Una explicación más plausible es que aquellas iniciativas de comunicación hayan ayudado a fomentar un reconocimiento — tanto en círculos políticos como en la comunidad general — en el sentido de que las decisiones políticas deben valerse de evidencia científica en ámbitos que van desde la seguridad alimentaria hasta el cambio climático.
El anzuelo de la diplomacia científica
Esto se ha visto incentivado por un creciente interés en la ‘diplomacia científica’, un término amplio que abarca variadas formas en las que se superponen esfuerzos científicos y diplomáticos.
El gobierno estadounidense, por ejemplo, está promoviendo activamente la diplomacia científica como un componente central de su estrategia para forjar lazos con países musulmanes, tales como Indonesia.
Este enfoque tiene sus limitaciones. Como quedó claro en una reciente reunión en Wilton Park, Reino Unido, poner demasiada confianza ya sea en la ciencia, para conducir las negociaciones diplomáticas — por ejemplo, sobre el cambio climático — o en las discusiones entre científicos en reemplazo de tales negociaciones, tiene el riesgo de exagerar el estatus de la ciencia.
No obstante, la evidencia científica sólida cumple con el papel de informar las decisiones políticas a todos los niveles, desde las políticas comunitarias hasta las negociaciones diplomáticas internacionales. Mientras más sólido el razonamiento detrás de tales decisiones, más probable es que éstas alcancen sus objetivos deseados.
Alianza crucial
Y eso nuevamente subraya la importancia de la comunicación de la ciencia. La palabra clave aquí es ‘informar’. Informar las decisiones políticas significa asegurar que todos los interesados tengan acceso a información científica relevante, fácilmente comprensible; en otras palabras, comunicar bien la ciencia.
La buena comunicación de la ciencia no es un ejercicio de relaciones públicas. Su propósito no es — o no debería ser — mejorar el perfil de quienes hacen investigación o pagan por ella.
Más bien, debería poner el conocimiento científico en manos de quienes pueden usarlo (incluyendo, en áreas como armas nucleares o cultivos genéticamente modificados, a reguladores que aseguren que la ciencia involucrada se usa de forma responsable). Y, al hacerlo, garantizar que el dinero que se gasta en generar investigación asegure un mayor retorno.
Visto desde este ángulo, ciencia, comunicación y diplomacia pueden formar una importante alianza, particularmente en el contexto de la cooperación para el desarrollo. Hacer que funcione no es fácil. Pero es esencial si las metas de crecimiento económico sustentable y desarrollo social quieren alcanzarse en el mundo en desarrollo.
David Dickson
Director, SciDev.Net
Fuente:
http://www.scidev.org/es/editorials/ciencia-comunicaci-n-ayuda-y-diplomacia.html
domingo, 18 de julio de 2010
viernes, 16 de julio de 2010
Encuesta de la BBC: ¿Darle la espalda a la muerte?
¿Qué hacer cuando sabemos que se acerca el fin de la vida?
Según una reciente investigación, aún en aquellos países con excelentes sistemas de salud, los pacientes al borde la muerte no siempre experimentan los mejores cuidados y tratamientos.
El estudio fue realizado por la Economist Intelligence Unit (EIU) en 40 países del mundo, y encontró que "demasiadas personas sufren una pobre calidad de muerte, aún cuando ésta llega de forma natural".
Los países con la mejor calidad de muerte
El llamado "Índice de Calidad de Muerte" clasifica a los países estudiados de acuerdo a su provisión de cuidados paliativos, acceso a tratamientos analgésicos, políticas y fondos públicos para enfermos terminales, así como percepciones individuales y comunitarias de la muerte.
Descubrieron que la mayoría de los sistemas de salud, no importa lo bien financiados que estén, confían en parte en las organizaciones de caridad y filantrópicas para brindar apoyo a los pacientes terminales.
El Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda, Irlanda y Bélgica fueron clasificados en los primeros cuatro lugares. Y en los últimos cinco sitios quedaron México, China, Brasil, Uganda e India. (Brasil y México fueron los dos únicos países estudiados en América Latina).
¿Qué opina usted?
¿Cuál es su postura cuando la muerte es inminente y no hay más nada que hacer?
¿Cree que tratar a pacientes terminales es en vano o considera que hay que luchar esta el último minuto?
¿Es partidario de que estos enfermos sean cuidados en un hospicio?
¿Cómo evaluaría estas prácticas en su país?
¡Participe!
Puede participar en http://newsforums.bbc.co.uk/ws/es/thread.jspa?forumID=12187
martes, 13 de julio de 2010
La “cómoda” relación entre los médicos y la industria médica bajo ataque
Por EconomyWatch
Traducción de Claudio Pairoba
13 de Julio de 2010.
En el más reciente esfuerzo por romper la, a menudo, cómoda relación entre los médicos y la industria médica, la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan se ha convertido en la primera en decidir que ya no aceptará dinero de los productores de medicamentos y fabricantes de aparatos para pagar los cursos que los profesionales necesitan para renovar sus licencias médicas.
Funcionarios de la universidad votaron por eliminar la financiación comercial, a partir del próximo Enero, para la educación médica de postgrado, una práctica que se ha vuelto el centro de atención de miembros de la comunidad educativa, asociaciones médicas, expertos en ética y legistas debido a su potencial para promover productos antes que los intereses del paciente.
El Dr. James O. Woolliscroft, decano de la Facultad de Medicina de Michigan, dijo que los miembros prominentes de la entidad “querían que la educación estuviera libre de intereses, que se base en la mejor evidencia y en una visión equilibrada del tema en discusión.”
Mientras que la financiación en cuestión llega hasta U$S 1 millón al año en Michigan, los pagos comerciales para conferencistas de la industria y cursos a nivel nacional llegan a cerca de U$S 1000 millones, cerca de la mitad de los gastos para tales cursos.
El debate acerca de si la profesión médica debería desarrollar un modelo separado de la industria para la educación de postgrado es un tema delicado.
Ya en este año, el debate ha conducido a enfrentamientos públicos ante la posición defensiva que grupos de médicos han adoptado frente a las propuestas de nuevas restricciones para la participación de la industria en los cursos conocidos como Educación Médica Continuada o EMC.
El cuerpo de acreditación para educación médica de postgrado, por ejemplo, recientemente expresó que no va a otorgar más crédito a doctores por asistir a congresos médicos que consistan en empleados de la industria presentando investigación de productos.
La decisión se encontró con aullidos de descontento por parte de algunos médicos este mes, incluyendo al director de los Institutos Nacionales de Salud y al presidente de la Sociedad de Cardiología Norteamericana, quien dijo que va a aislar a los médicos del conocimiento científico.
En el otro lado de la cuestión, un experto en ética médica enfatizó que la prohibición no fué lo suficientemente lejos.
El Dr. Bernard Lo, autor principal en el 2008 de un informe del Instituto de Medicina sobre conflictos de interés, dijo que a los médicos privados así como los académicos a quienes se les paga para hablar ante las compañías farmacéuticas se les debería prohibir presentar material educativo en conferencias acreditadas.
“Portavoces para sus productos,” los llamó.
Las compañías de educación médica privadas, las cuales reciben dinero de las empresas farmacéuticas para organizar tales cursos y algunos doctores que dirigen esos cursos, no comparten la idea de que el financiamiento de oradores por parte de la industria lleve a parcialidades.
La educación médica continuada se ha vuelto un gran negocio en los EE.UU., con más de 700 proveedores acreditados.
El gasto total en tales cursos alcanzó un máximo de U$S 2.500 millones en el 2007, incluyendo un record de U$S 1.200 millones pagados por las compañías, de acuerdo al Concejo para Acreditación de la Educación Médica Continuada, un grupo regulador sin fines de lucro.
Ha disminuído ligeramente desde entonces a medida que la academia introdujo nuevos límites para la participación de la industria.
Thomas Sullivan, presidente de la Rockpointe Corporation, una compañía de educación médica que ha recibido millones de dólares de empresas farmacéuticas, dijo que el sistema de acreditación está construido con sistemas de control para prevenir la influencia de la industria sobre el contenido de los cursos o el proceso de selección.
Los cursos mismos están dirigidos a mejorar la atención del paciente, dijo, no a promocionar una determinada marca o tratamiento.
“Realmente no estamos tratando de incrementar las prescripciones,” dijo Sullivan, quien escribe un blog llamado Políticas y Medicina. “Es más que nada acerca de dar un mejor cuidado.”
Pero el Dr. Michael Steinman, un profesor de medicina asociado del Centro Médico V.A. San Francisco quien ha estudiado el uso de la educación médica como una estrategia de marketing, manifestó que las compañías enfrentan un conflicto de intereses inherente.
“Los proveedores de los cursos tienen un sutil, y probablemente inconciente, incentivo de brindar cursos que sean favorables para la industria porque ellos saben donde se les unta el pan,” expresó.
Aún así, no hay muchos trabajos científicos que estén investigando el potencial del comercio tendencioso en los cursos de educación médica continuada.
El Dr. Steinman, quien condujo uno de tales estudios, dijo que investigación relacionada en ciencias sociales demuestra que la gente que recibe regalos a menudo se siente obligada a devolver el favor, de acuerdo a un artículo publicado en el New York Times (1).
“La industria no estaría pagando miles de millones de dólares para hacer esto si no los beneficiara,” dijo. El debate se puso al rojo en una reunión en Junio, cuando algunos de los más reconocidos médicos de la nación se enteraron de la decisión del comité de acreditación de negar a los médicos créditos educativos si empleados de la industria presentaban hallazgos en el congreso de otoño de la Asociación Cardiológica Norteamericana.
El Dr. Francis Collins, director de los Institutos Nacionales de Salud, criticó “la increíble movida para aplastar algo que es realmente importante para nosotros, lo cual es la ciencia que se está llevando a cabo en el sector privado.”
Por otra parte, el Dr. Clyde W. Yancy, presidente de la Asociación Cardiológica, dijo que estaba armando una contundente apelación para el grupo acreditador.
Pero el Dr. Murray Kopelow, jefe ejecutivo del concejo de acreditación, dijo que la política se aplica solamente a empleados de compañías que hablan acerca de productos, no a aquellos que dan charlas sobre ciencia básica o metodología de la investigación.
“La ciencia que hace la industria puede ser informada por la industria si no tiene nada que ver con hacer propaganda, promocionar o crear un mercado para un producto,” dijo en una entrevista.
El concejo de acreditación comenzó en el 2004 a insistir en que los cursos deberían estar “libres del control de un interés comercial”, pero algunas organizaciones médicas como la asociación cardiológica han estado protestando desde que una clarificación el año pasado prohibía a empleados de la industria hablar sobre sus líneas de negocios en eventos acreditados.
A medida que los grupos médicos se mantienen alejados del dinero de la industria, los médicos pueden tener que enfrentarse a cursos más caros, dijo el Dr. Paul R. Lichter, director del Kellog Eye Center de la Universidad de Michigan.
Su departamento no ha aceptado dinero de las empresas para tales cursos por décadas, dijo.
El año entrante, la Facultad de Medicina en su totalidad planea eliminar la financiación comercial para los programas.
“Esto se puede hacer,” dijo Lichter. “Es a lo que estamos acostumbrados lo que hace difícil el cambio.”
1. Debate over Industry role in educating doctors. Natasha Singer y Duff Wilson.
http://www.nytimes.com/2010/06/24/business/24meded.html?_r=2&emc=eta1.
Traducción de Claudio Pairoba
13 de Julio de 2010.
En el más reciente esfuerzo por romper la, a menudo, cómoda relación entre los médicos y la industria médica, la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan se ha convertido en la primera en decidir que ya no aceptará dinero de los productores de medicamentos y fabricantes de aparatos para pagar los cursos que los profesionales necesitan para renovar sus licencias médicas.
Funcionarios de la universidad votaron por eliminar la financiación comercial, a partir del próximo Enero, para la educación médica de postgrado, una práctica que se ha vuelto el centro de atención de miembros de la comunidad educativa, asociaciones médicas, expertos en ética y legistas debido a su potencial para promover productos antes que los intereses del paciente.
El Dr. James O. Woolliscroft, decano de la Facultad de Medicina de Michigan, dijo que los miembros prominentes de la entidad “querían que la educación estuviera libre de intereses, que se base en la mejor evidencia y en una visión equilibrada del tema en discusión.”
Mientras que la financiación en cuestión llega hasta U$S 1 millón al año en Michigan, los pagos comerciales para conferencistas de la industria y cursos a nivel nacional llegan a cerca de U$S 1000 millones, cerca de la mitad de los gastos para tales cursos.
El debate acerca de si la profesión médica debería desarrollar un modelo separado de la industria para la educación de postgrado es un tema delicado.
Ya en este año, el debate ha conducido a enfrentamientos públicos ante la posición defensiva que grupos de médicos han adoptado frente a las propuestas de nuevas restricciones para la participación de la industria en los cursos conocidos como Educación Médica Continuada o EMC.
El cuerpo de acreditación para educación médica de postgrado, por ejemplo, recientemente expresó que no va a otorgar más crédito a doctores por asistir a congresos médicos que consistan en empleados de la industria presentando investigación de productos.
La decisión se encontró con aullidos de descontento por parte de algunos médicos este mes, incluyendo al director de los Institutos Nacionales de Salud y al presidente de la Sociedad de Cardiología Norteamericana, quien dijo que va a aislar a los médicos del conocimiento científico.
En el otro lado de la cuestión, un experto en ética médica enfatizó que la prohibición no fué lo suficientemente lejos.
El Dr. Bernard Lo, autor principal en el 2008 de un informe del Instituto de Medicina sobre conflictos de interés, dijo que a los médicos privados así como los académicos a quienes se les paga para hablar ante las compañías farmacéuticas se les debería prohibir presentar material educativo en conferencias acreditadas.
“Portavoces para sus productos,” los llamó.
Las compañías de educación médica privadas, las cuales reciben dinero de las empresas farmacéuticas para organizar tales cursos y algunos doctores que dirigen esos cursos, no comparten la idea de que el financiamiento de oradores por parte de la industria lleve a parcialidades.
La educación médica continuada se ha vuelto un gran negocio en los EE.UU., con más de 700 proveedores acreditados.
El gasto total en tales cursos alcanzó un máximo de U$S 2.500 millones en el 2007, incluyendo un record de U$S 1.200 millones pagados por las compañías, de acuerdo al Concejo para Acreditación de la Educación Médica Continuada, un grupo regulador sin fines de lucro.
Ha disminuído ligeramente desde entonces a medida que la academia introdujo nuevos límites para la participación de la industria.
Thomas Sullivan, presidente de la Rockpointe Corporation, una compañía de educación médica que ha recibido millones de dólares de empresas farmacéuticas, dijo que el sistema de acreditación está construido con sistemas de control para prevenir la influencia de la industria sobre el contenido de los cursos o el proceso de selección.
Los cursos mismos están dirigidos a mejorar la atención del paciente, dijo, no a promocionar una determinada marca o tratamiento.
“Realmente no estamos tratando de incrementar las prescripciones,” dijo Sullivan, quien escribe un blog llamado Políticas y Medicina. “Es más que nada acerca de dar un mejor cuidado.”
Pero el Dr. Michael Steinman, un profesor de medicina asociado del Centro Médico V.A. San Francisco quien ha estudiado el uso de la educación médica como una estrategia de marketing, manifestó que las compañías enfrentan un conflicto de intereses inherente.
“Los proveedores de los cursos tienen un sutil, y probablemente inconciente, incentivo de brindar cursos que sean favorables para la industria porque ellos saben donde se les unta el pan,” expresó.
Aún así, no hay muchos trabajos científicos que estén investigando el potencial del comercio tendencioso en los cursos de educación médica continuada.
El Dr. Steinman, quien condujo uno de tales estudios, dijo que investigación relacionada en ciencias sociales demuestra que la gente que recibe regalos a menudo se siente obligada a devolver el favor, de acuerdo a un artículo publicado en el New York Times (1).
“La industria no estaría pagando miles de millones de dólares para hacer esto si no los beneficiara,” dijo. El debate se puso al rojo en una reunión en Junio, cuando algunos de los más reconocidos médicos de la nación se enteraron de la decisión del comité de acreditación de negar a los médicos créditos educativos si empleados de la industria presentaban hallazgos en el congreso de otoño de la Asociación Cardiológica Norteamericana.
El Dr. Francis Collins, director de los Institutos Nacionales de Salud, criticó “la increíble movida para aplastar algo que es realmente importante para nosotros, lo cual es la ciencia que se está llevando a cabo en el sector privado.”
Por otra parte, el Dr. Clyde W. Yancy, presidente de la Asociación Cardiológica, dijo que estaba armando una contundente apelación para el grupo acreditador.
Pero el Dr. Murray Kopelow, jefe ejecutivo del concejo de acreditación, dijo que la política se aplica solamente a empleados de compañías que hablan acerca de productos, no a aquellos que dan charlas sobre ciencia básica o metodología de la investigación.
“La ciencia que hace la industria puede ser informada por la industria si no tiene nada que ver con hacer propaganda, promocionar o crear un mercado para un producto,” dijo en una entrevista.
El concejo de acreditación comenzó en el 2004 a insistir en que los cursos deberían estar “libres del control de un interés comercial”, pero algunas organizaciones médicas como la asociación cardiológica han estado protestando desde que una clarificación el año pasado prohibía a empleados de la industria hablar sobre sus líneas de negocios en eventos acreditados.
A medida que los grupos médicos se mantienen alejados del dinero de la industria, los médicos pueden tener que enfrentarse a cursos más caros, dijo el Dr. Paul R. Lichter, director del Kellog Eye Center de la Universidad de Michigan.
Su departamento no ha aceptado dinero de las empresas para tales cursos por décadas, dijo.
El año entrante, la Facultad de Medicina en su totalidad planea eliminar la financiación comercial para los programas.
“Esto se puede hacer,” dijo Lichter. “Es a lo que estamos acostumbrados lo que hace difícil el cambio.”
1. Debate over Industry role in educating doctors. Natasha Singer y Duff Wilson.
http://www.nytimes.com/2010/06/24/business/24meded.html?_r=2&emc=eta1.
martes, 6 de julio de 2010
Serias Limitaciones en el Mayor Estudio Mundial Sobre Relación Entre Cáncer y Uso de Teléfono Móvil
La investigación más extensa del mundo acerca de los posibles vínculos entre el uso de la telefonía celular y los tumores cerebrales no es concluyente, según un científico canadiense que colaboró en el IISG (Interphone International Study Group).
Jack Siemiatycki, epidemiólogo de la Universidad de Montreal, sostiene que el acceso restringido de los investigadores a los participantes compromete la validez de los resultados del estudio, publicado recientemente en la revista International Journal of Epidemiology, y declara que los resultados del Interphone Study son ambiguos, sorprendentes, y desconcertantes.
El Interphone International Study Group, que examinó si las radiofrecuencias de los teléfonos móviles podrían estar correlacionadas con algunos tumores cerebrales, fue coordinado por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer. La investigación fue dirigida por 21 epidemiólogos de Australia, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Israel, Italia, Japón, Nueva Zelanda, Noruega, Suecia, y el Reino Unido. Más de 10.000 personas tomaron parte en el estudio: usuarios de teléfonos móviles, gente que no los utiliza, usuarios que sobrevivieron al cáncer cerebral, así como supervivientes que nunca los habían empleado.
"Si combinamos a todos los usuarios y los comparamos con los no usuarios, el estudio no indica incremento en el cáncer cerebral para los usuarios. De hecho, sorprendentemente, encontramos que cuando combinábamos los usuarios independientemente de cuánto usan el teléfono móvil, tenían un menor riesgo de contraer cáncer cerebral que los no usuarios", explica el Dr. Siemiatycki. "Sin embargo, el estudio indica también que quienes usan mucho el teléfono móvil parecen tener un mayor riesgo de desarrollar tumores cerebrales que los no usuarios".
¿Por qué la discrepancia? Dicho de un modo simple, los científicos están inseguros. La atención se ha dirigido ahora a la metodología del estudio y, en particular, a la representatividad de los sujetos que participaron en él. Es posible que los participantes sanos del grupo de control y los que padecieron cáncer no proporcionaran un conjunto preciso de datos sobre su uso del teléfono móvil. Siemiatycki argumenta que este problema surgió debido a las restricciones que los comités de ética imponen a los investigadores. Dichos comités aplican tales restricciones para garantizar la protección de ciertos derechos de los potenciales sujetos de investigación.
A pesar de los resultados no concluyentes del Interphone Study, la gente no debería verlos como un indicio de que usar móvil provoca cáncer. "Si hay riesgos, probablemente sean muy pequeños", recalca Siemiatycki.
Fuente:
http://www.amazings.com/ciencia/noticias/050710d.html
domingo, 4 de julio de 2010
Sólo para químicos orgánicos: ¿Otra (des)ilusión por la ausencia de paladio?
Por Derek Lowe
Como mencionamos aquí antes, han habido varios episodios donde la gente ha pensado que han descubierto una nueva reacción de acople catalizada por algún metal que hasta el momento no se sabía que pudiera hacer tal cosa. Pero un análisis más exhaustivo a menudo revela que trazas de paladio, cobre u otros metales más reactivos están todavía en el sistema y son responsables por los resultados.
El candidato más reciente ha sido una serie de reacciones catalizadas por oro. Los complejos de oro se han puesto muy de moda en los últimos años, después de un largo período donde se los consideraba prácticamente inútiles. Pero tal vez las cosas hayan llegado un poquito lejos. Un nuevo artículo científico en Organic Letters examina algunas reacciones de acople catalizadas por oro y encontró que, bueno...
Los informes experimentales afirman que el oro (Au (I)) es selectivo y muy activo, por ejemplo para el acople cruzado entre aril haluros y acetilenos (“Sonogashira libre de paladio, por ejemplo), en presencia de bases débiles. Sorprendentemente, este extraño proceso no ha sido investigado en su aspecto mecanístico. Decidimos iniciar experimentos que explicarían la catálisis cruzada con oro en ausencia de paladio, pero en realidad lo que estamos informando es nuestra incapacidad para encontrar un mecanismo plausible. Es más, nuestros experimentos sugieren que la presencia de paladio podría explicar la catálisis de Sonogashira libre de paladio que se ha informado...
Es el paso de adición oxidativa (el primero en el ciclo) el que hace que las cosas se desarreglen. Los complejos de oro (por lo menos aquellos sobre los que se informa) no parecen poder llevarlo a cabo. Por otro lado, como indican los autores, incluso el oro de alta calidad a menudo tiene un poquitito de paladio, y ese poquitito es todo lo que se necesita.
Fuente:
http://pipeline.corante.com/archives/2010/06/30/another_zeropalladium_delusion.php
Las publicaciones de Facebook al desnudo
Con el objetivo de generar conciencia con el tema de la privacidad en Internet, un grupo de programadores creó Openbook, un sitio que muestra cómo la plataforma expone en la Red la información de los usuarios de la red social.
Una captura de pantalla de Openbook, la iniciativa que toma los datos
públicosde Facebook
y los muestra para generar conciencia en temas de
privacidad en la Red.Foto:LANACION.com
David Cuen
BBC
Facebook ha estado bajo la lupa ante los constantes cambios a sus políticas de privacidad. Un grupo de programadores se dio cuenta de ello y decidió crear una página para mostrarle a la gente cómo -si no tienen cuidado- lo que escriben en la red social puede ser visto por millones de personas.
Se trata de Openbook , un sitio web que expone la información pública de Facebook, para crear conciencia sobre la privacidad. Esta página se asemeja a un buscador y permite realizar consultas como "estoy borracho", para después ver como decenas de actualizaciones de estado con dicha frase aparecen en la pantalla.
El sitio utiliza la API de Facebook, la puerta de enlace de datos que la red social pone a disposición a los programadores de sitios y aplicaciones. De esta forma, logra mostrar la información que los usuarios de la plataforma han definido como disponible para "cualquiera".
Al utilizar esta información, Openbook no está robando información de Facebook, tan sólo elabora otra interfaz que permite que cualquier persona lea lo que otros escriben cuando no cuidan su privacidad.
"Comencé a hacer pruebas con la API de Facebook y la información que encontraba me escandalizaba. A partir de ahí me convertí en un activista de la privacidad", dijo Will Moffat, creador del sitio que tiene poco más de un mes en línea.
Desde entonces más de dos millones de usuarios han visitado la página y expresado su preocupación ante la información expuesta. Moffat aclara que Openbook continuará abierto hasta que Facebook cambie sus políticas de privacidad o deje claro cuando sus usuarios ponen en riesgo sus datos personales.
"Estamos tratando de que Facebook cuide mejor a sus usuarios, pero también queremos que la gente sea más conciente de lo que escribe y de las consecuencias de que sea público", dijo Will Moffat, creador del sitio Openbook
"Hicieron cambios positivos hace poco , pero el problema es que la configuración predeterminada sigue siendo que todo sea público. Entonces, o lo cambian para que la configuración predeterminada sea privada, o dejan claro qué pasa con la información que escribes. Algo como tus amigos podrán leer esto o esto lo puede leer cualquiera en Internet ", enfatizó el creador del sitio.
A pesar de que la página está en inglés, muestra los mensajes de estado públicos en cualquier idioma. Para hacer búsquedas en español, por ejemplo, basta con ingresar la palabra o frase a buscar en el recuadro de búsqueda y después oprimir la tecla "Enter".
El sitio es operado por amigos que lo crearon en forma voluntaria. Lo alojan en un sitio gratuito por lo que sus costos, dicen, son mínimos. Y por el momento, Openbook no ha recibido ninguna comunicación o disputa legal por parte de Facebook.
"Estamos tratando de que Facebook cuide mejor a sus usuarios -lo cual es importante dado su tamaño-, pero también queremos que la gente sea más conciente de lo que escribe y de las consecuencias de que sea público", finalizó Moffat.
Fuente:
lanacion.com.ar
sábado, 3 de julio de 2010
El mundo biotecnológico de GSK
Por Derek Lowe – 1 de Julio de 2010.
El Wall Street Journal salió hoy con una gran historia acerca de la actual estructura de investigación de Glaxo Smith Kline. El diagnóstico parece bastante preciso:
El experimento de Glaxo es una respuesta a uno de los problemas más acuciantes de la industria: la falla de los equipos de investigación gigantescos, formados a través de una serie de megafusiones, para descubrir nuevas drogas. Las fusiones ayudaron a las compañías a desarrollar poderosos ramas de ventas y marketing, pero encorsetó a su sección de Investigación y Desarrollo con una burocracia paralizante...
La estrategia actual de la compañía es desmembrar la estructura en equipos más pequeños (a menudo con sus propios nombres y logos) y tratar de aplicarles incentivos típicos de pequeñas compañías. Eso quiere decir tanto incentivos positivos como negativos:
Los científicos que están en los nuevos grupos símil-biotecnológicos de Glaxo saben que el reloj está corriendo. Ya sea que que se los llame unidades de performance para descubrimientos o UPDs, los grupos están a la mitad de sus presupuestos de 3 años los cuales les fueron dados en el 2008. Glaxo ha dejado claro que si los miembros del equipo no producen, podrían ser despedidos...(la compañía también) dice que está tratando de acercarse a las recompensas financieras de la biotecnología. En algunos casos, está apartando un “pool de dinero” para los científicos involucrados en un proyecto determinado...cada vez que una droga experimental sortea un cierto obstáculo, reciben parte del dinero...
Por supuesto, como también deja en claro el artículo, la compañía ha pasado por mejores y más innovadoras reorganizaciones anteriormente. Y eso incluyó planes para desmembrar la investigación de la compañía en unidades más independientes. Aquellos “Centros para Excelencia en Descubrimiento de Drogas” se suponía que iban a ser lo más avanzado ocho o diez años atrás, pero aparentemente no funcionaron tan bien. La filosofía actual parece ser que la idea no llegó demasiado lejos.
¿Verdad o no? La historia no nos da mucha razón para ser optimistas cuando una gran compañía dice que se va a volver más flexible y menos burocrática. Uno puede vivir bien económicamente imprimiendo posters y dando seminarios acerca de todo ese tema, pero hacerlo funcionar...bueno, ¿alguien lo pudo hacer funcionar?
Andre Witty, el CEO de la compañía dice en el artículo que él no ve ninguna contradicción en tener “innovación emprendedora altamente exitosa” dentro de una gran compañía, pero los ejemplos reales no son muchos – especialmente si uno los compara con la gran cantidad de ejemplos de ese tipo de innovación siendo aplastada cuando trata de surgir.
Eso no quiere decir que este enfoque no pueda mejorar las cosas en GSK. Creo que está encaminado a ser algo positivo para que la gente se afloje para tomar más decisiones propias, sin sentir que hay alguien observándolos por encima del hombro todo el tiempo. Pero no se si va a ser la revolución que ellos desean (o la que necesitan).
Fuente:
http://pipeline.corante.com/archives/2010/07/01/gsks_biotechy_world.php
El Wall Street Journal salió hoy con una gran historia acerca de la actual estructura de investigación de Glaxo Smith Kline. El diagnóstico parece bastante preciso:
El experimento de Glaxo es una respuesta a uno de los problemas más acuciantes de la industria: la falla de los equipos de investigación gigantescos, formados a través de una serie de megafusiones, para descubrir nuevas drogas. Las fusiones ayudaron a las compañías a desarrollar poderosos ramas de ventas y marketing, pero encorsetó a su sección de Investigación y Desarrollo con una burocracia paralizante...
La estrategia actual de la compañía es desmembrar la estructura en equipos más pequeños (a menudo con sus propios nombres y logos) y tratar de aplicarles incentivos típicos de pequeñas compañías. Eso quiere decir tanto incentivos positivos como negativos:
Los científicos que están en los nuevos grupos símil-biotecnológicos de Glaxo saben que el reloj está corriendo. Ya sea que que se los llame unidades de performance para descubrimientos o UPDs, los grupos están a la mitad de sus presupuestos de 3 años los cuales les fueron dados en el 2008. Glaxo ha dejado claro que si los miembros del equipo no producen, podrían ser despedidos...(la compañía también) dice que está tratando de acercarse a las recompensas financieras de la biotecnología. En algunos casos, está apartando un “pool de dinero” para los científicos involucrados en un proyecto determinado...cada vez que una droga experimental sortea un cierto obstáculo, reciben parte del dinero...
Por supuesto, como también deja en claro el artículo, la compañía ha pasado por mejores y más innovadoras reorganizaciones anteriormente. Y eso incluyó planes para desmembrar la investigación de la compañía en unidades más independientes. Aquellos “Centros para Excelencia en Descubrimiento de Drogas” se suponía que iban a ser lo más avanzado ocho o diez años atrás, pero aparentemente no funcionaron tan bien. La filosofía actual parece ser que la idea no llegó demasiado lejos.
¿Verdad o no? La historia no nos da mucha razón para ser optimistas cuando una gran compañía dice que se va a volver más flexible y menos burocrática. Uno puede vivir bien económicamente imprimiendo posters y dando seminarios acerca de todo ese tema, pero hacerlo funcionar...bueno, ¿alguien lo pudo hacer funcionar?
Andre Witty, el CEO de la compañía dice en el artículo que él no ve ninguna contradicción en tener “innovación emprendedora altamente exitosa” dentro de una gran compañía, pero los ejemplos reales no son muchos – especialmente si uno los compara con la gran cantidad de ejemplos de ese tipo de innovación siendo aplastada cuando trata de surgir.
Eso no quiere decir que este enfoque no pueda mejorar las cosas en GSK. Creo que está encaminado a ser algo positivo para que la gente se afloje para tomar más decisiones propias, sin sentir que hay alguien observándolos por encima del hombro todo el tiempo. Pero no se si va a ser la revolución que ellos desean (o la que necesitan).
Fuente:
http://pipeline.corante.com/archives/2010/07/01/gsks_biotechy_world.php
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