Una mirada a la creciente pérdida de confianza pública en las vacunas y algunas medidas que es necesario considerar.
Lugareños se han resistido a las campañas de vacunación contra la polio en algunos lugares.
Smriti Mallapaty
LONDRES - El temor ante una creciente desconfianza hacia la vacunación en países en desarrollo ha llevado a académicos a establecer ‘estaciones de escucha’ que monitorean las respuestas locales a nuevas campañas de inmunización.
Investigadores de la London School of Hygiene and Tropical Medicine (LSHTM), en el Reino Unido, esperan que su sistema los alerte cuando las preocupaciones sobrepasen umbrales más allá de los cuales podría haber un riesgo a la adecuada implementación de un programa.
“He estado viendo un alza en el número de episodios en que comunidades, gobiernos e individuos cuestionan las vacunas y las rechazan, incluso en algunos de los países más pobres”, dijo Heidi Larson, profesora adjunta de la LSHTM e investigadora principal del proyecto.
“Luego de varios años ‘apagando incendios’, comencé a ver patrones donde las intervenciones tempranas podrían haber prevenido los boicots”, dijo.
El proyecto comenzó en noviembre de 2009. Los datos se reúnen a partir de los medios de comunicación locales e informes de autoridades y observadores del lugar y se categorizan por país, fuente, tipo de enfermedad, vacuna y asuntos suscitados.
El riesgo se asigna a tres categorías, que van desde un potencial problema que requiere reunir más datos, hasta la acción inmediata, necesaria para prevenir el rechazo a la vacunación.
En Kenia los investigadores implementaron un piloto del modelo de ‘sistema de escucha’ que documenta la opinión local en la medida en que surge, a partir del lanzamiento de la vacuna contra el neumococo en febrero pasado.
Hoy en día, los teléfonos móviles, Internet y los medios sociales proporcionan nuevos métodos de autoorganización para quienes están en todo el espectro de los debates sobre vacunas.
Larson y sus colegas publicaron recientemente un estudio de casos en The Lancet donde examinan el supuesto nexo entre la vacuna contra el tétanos y la esterilidad, lo que afectó las campañas de inmunización en todo el mundo y llevó a una caída de 45 por ciento en la cobertura en Filipinas entre 1994 y 1995.
Hallaron que Internet había sido crucial en permitir que el grupo católico provida Human Life International comunicara estos temores a sus miembros en más de 60 países, incluyendo México, Nicaragua y Filipinas.
La irrupción del temor suele ser el resultado de aspectos sociales y políticos subyacentes, dijeron los investigadores. Cuando en Uttar Pradesh, India, surgió el temor de que la vacuna contra la polio pudiera inducir esterilidad, los analistas descubrieron que la desconfianza giraba en torno a las personas que administraban la vacuna, quienes por lo general eran hombres que no eran de la zona.
“Cuando tienes un grupo marginalizado que está muy consciente de su marginalización, no es sorprendente que sean más suspicaces respecto de las iniciativas impulsadas por el gobierno”, dijo Larson.
Thomas Abraham, director del programa de comunicación de la salud de la Universidad de Hong Kong dijo: “Creo que cualquier herramienta que te diga que hay un problema es útil”.
“La pregunta que surge a continuación es ¿qué vas a hacer respecto de estos rumores?” Abraham dijo que la comunicación debe ser el punto de partida para cualquier programa de salud pública. “La comunicación de la salud, especialmente sobre vacunas, todavía está muy cerca de la era del oscurantismo”.
Fuente:
www.scidev.net
LONDRES - El temor ante una creciente desconfianza hacia la vacunación en países en desarrollo ha llevado a académicos a establecer ‘estaciones de escucha’ que monitorean las respuestas locales a nuevas campañas de inmunización.
Investigadores de la London School of Hygiene and Tropical Medicine (LSHTM), en el Reino Unido, esperan que su sistema los alerte cuando las preocupaciones sobrepasen umbrales más allá de los cuales podría haber un riesgo a la adecuada implementación de un programa.
“He estado viendo un alza en el número de episodios en que comunidades, gobiernos e individuos cuestionan las vacunas y las rechazan, incluso en algunos de los países más pobres”, dijo Heidi Larson, profesora adjunta de la LSHTM e investigadora principal del proyecto.
“Luego de varios años ‘apagando incendios’, comencé a ver patrones donde las intervenciones tempranas podrían haber prevenido los boicots”, dijo.
El proyecto comenzó en noviembre de 2009. Los datos se reúnen a partir de los medios de comunicación locales e informes de autoridades y observadores del lugar y se categorizan por país, fuente, tipo de enfermedad, vacuna y asuntos suscitados.
El riesgo se asigna a tres categorías, que van desde un potencial problema que requiere reunir más datos, hasta la acción inmediata, necesaria para prevenir el rechazo a la vacunación.
En Kenia los investigadores implementaron un piloto del modelo de ‘sistema de escucha’ que documenta la opinión local en la medida en que surge, a partir del lanzamiento de la vacuna contra el neumococo en febrero pasado.
Hoy en día, los teléfonos móviles, Internet y los medios sociales proporcionan nuevos métodos de autoorganización para quienes están en todo el espectro de los debates sobre vacunas.
Larson y sus colegas publicaron recientemente un estudio de casos en The Lancet donde examinan el supuesto nexo entre la vacuna contra el tétanos y la esterilidad, lo que afectó las campañas de inmunización en todo el mundo y llevó a una caída de 45 por ciento en la cobertura en Filipinas entre 1994 y 1995.
Hallaron que Internet había sido crucial en permitir que el grupo católico provida Human Life International comunicara estos temores a sus miembros en más de 60 países, incluyendo México, Nicaragua y Filipinas.
La irrupción del temor suele ser el resultado de aspectos sociales y políticos subyacentes, dijeron los investigadores. Cuando en Uttar Pradesh, India, surgió el temor de que la vacuna contra la polio pudiera inducir esterilidad, los analistas descubrieron que la desconfianza giraba en torno a las personas que administraban la vacuna, quienes por lo general eran hombres que no eran de la zona.
“Cuando tienes un grupo marginalizado que está muy consciente de su marginalización, no es sorprendente que sean más suspicaces respecto de las iniciativas impulsadas por el gobierno”, dijo Larson.
Thomas Abraham, director del programa de comunicación de la salud de la Universidad de Hong Kong dijo: “Creo que cualquier herramienta que te diga que hay un problema es útil”.
“La pregunta que surge a continuación es ¿qué vas a hacer respecto de estos rumores?” Abraham dijo que la comunicación debe ser el punto de partida para cualquier programa de salud pública. “La comunicación de la salud, especialmente sobre vacunas, todavía está muy cerca de la era del oscurantismo”.
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www.scidev.net