Tres pesticidas han sido prohibidos por Europa por estar relacionados con la muerte masiva de abejas. |
La Comisión Europea (CE) ha decidido prohibir el uso de tres plaguicidas muy comunes en los cultivos relacionados con la muerte masiva de abejas en
todo el mundo, según investigaciones científicas. Se trata de tres
neonicotinoides frecuentes en la siembra del girasol, la colza, el
algodón y el maíz.
La desaparición de cientos de millones de abejas, vitales
para mantener el ecosistema, se ha convertido en una preocupación para
la comunidad científica desde hace años. El número de estos insectos ha
disminuido de forma desmesurada, una crisis que se ha denominado el problema del colapso de las colonias (CCD, por sus siglas en inglés) y cuyo origen puede estar en estos insecticidas.
La decisión se basa en el principio de precaución a partir
de un informe de la Agencia europea de seguridad alimentaria (EFSA, por
sus siglas en inglés) que señala tres plaguicidas de la familia de los
neonicotinoides comercializados en Europa por Bayer y Syngenta: clotianidina, tiametoxam e imidacloprid. Estos químicos pueden afectar al sistema nervioso de los insectos causándoles parálisis y hasta la muerte, pero no suponen un riesgo para la salud humana.
Expertos de los Estados miembros se pronunciaron hoy sobre
la propuesta de Bruselas y no alcanzaron una mayoría cualificada a favor
o en contra de la iniciativa, de manera que en ausencia de acuerdo
corresponde a la CE decidir sobre la adopción de la restricción
propuesta. En total, quince Estados miembros votaron a favor, dos más
que en una votación precedente en marzo: España,
Alemania, Francia, Bélgica, Bulgaria, Dinamarca, Estonia, Chipre,
Letonia, Luxemburgo, Eslovenia, Malta, Holanda, Polonia y Suecia, según
indicaron fuentes comunitarias. En contra se mostraron ocho países:
Reino Unido, Italia, Portugal, la República Checa, Austria, Hungría,
Rumanía y Eslovaquia.
El comisario europeo de Sanidad, Tonio Borg, recordó que
las abejas son "vitales para nuestro ecosistema" al favorecer la
polinización, y que su contribución anual a la agricultura europea se
cifra en más de 22.000 millones de euros.
Uso restringido
El origen de la propuesta comunitaria es un informe de la
EFSA publicado en enero que relaciona el uso de los insecticidas con
neonicotinoides, sustancias derivadas de la nicotina, con la alta
mortalidad que sufren las colonias de abejas. En particular, la CE
sugiere modificar las condiciones de aprobación de tres derivados
presentes en algunos pesticidas: el tiametoxam, el imidacloprid y la clotianidina, para restringir su uso a los cultivos que no atraen a las abejas y a los cereales de invierno, ya que la exposición a los pesticidas durante el otoño no se considera peligrosa.
Además, plantea prohibir la venta y el uso de "semillas
tratadas" con productos que contengan esas tres sustancias (excluyendo
también en este caso las semillas de las plantas que no atraen a esos
insectos y las de los cereales de invierno). Las excepciones se
limitarán a la posibilidad de tratar cultivos en invernaderos o campos
al aire libre sólo después de la floración.
La CE precisó que las restricciones se aplicarían a partir
del próximo 1 de diciembre, y que tan pronto como hubiera información
disponible, y a más tardar en un máximo de dos años, deberá revisar las
condiciones de aprobación de esas tres sustancias para "tener en cuenta
las novedades científicas y técnicas relevantes".
Apicultores satisfechos
El presidente de la comisión de Medio Ambiente del
Parlamento Europeo, el socialdemócrata alemán Matthias Groote, celebró
en un comunicado la decisión de la CE, pero advirtió de que "aún faltan
datos por conocer" para entender exactamente cómo los neonicotinoides
afectan a las abejas, al tiempo que aseguró que esas sustancias no son
las únicas amenazas para estos insectos.
Por su parte, la eurodiputada francesa de Los Verdes
Sandrine Bélier destacó que esta decisión es sólo "una primera etapa",
al considerar que estos pesticidas deberían ser prohibidos "totalmente"
para la adecuada recuperación de las abejas. Mientras, el liberal
británico Chris Davies manifestó que "hay evidencias suficientes" para
creer que los neonicotinoides perjudican a los polinizadores.
Greenpeace celebró en un comunicado igualmente la decisión,
que salió adelante a pesar de la "presión" ejercida por empresas que
fabrican esos pesticidas como Syngenta, Bayer o BASF. Asociaciones de
apicultores y organizaciones ecologistas como Avaaz se manifestaron hoy
frente a las instituciones comunitarias en Bruselas para pedir el veto
de esas sustancias.
Fuente:
www.abc.es/ciencia