¿Quiere obtener la mejor investigación de su equipo? Siga estos seis pasos para invertir en relaciones más fuertes, nos urge Alison Antes.
Por Alison Antes
Traducción por Claudio Pairoba
“Primero fui humano y luego aprendí a ser un científico. Si me olvido de la parte humana, entonces eso es un problema”.
Esto es lo que escuché cuando entrevisté a 52 científicos reconocidos como ejemplares por sus pares debido a sus logros científicos y conducta. Temas relacionados aparecen en mi trabajo con científicos que han sido enviados a un programa formal de remediación luego de un lapsus de integridad en la investigación.
Barbara
Rae-Venter fue clave para identificar al presunto homicida de 12
personas al reconstruir su árbol genealógico a partir de una muestra de
ADN.
Joseph James DeAngelo, policía retirado de 72 años, ante el tribunal que le juzga por asesinato.Getty
Por Nuño Domínguez
El pasado 25 de abril la policía llamó a la puerta del expolicía
Joseph James DeAngelo y le detuvo por ser presuntamente uno de los
peores asesinos en serie de la historia de EE UU. A este hombre de 72
años se le acusa de al menos 12 homicidios, 50 violaciones y 100 asaltos
cometidos entre 1974 y 1986. En más de 40 años de investigación la
policía había agotado todas las pistas posibles para atrapar al
responsable.
La bióloga madrileña
Verónica Díez Díaz, que trabaja en el Museo de Historia Natural de
Berlín, aspira a crear un protocolo estándar de digitalización de
fósiles que pueda ser seguido fácilmente por todos los investigadores.
Verónica Díez Díaz, junto al cráneo del saurópodo jurásico Giraffatitan. / Heinrich Mallison / Museo de Historia natural de Berlín
Por Ana Hernando
La investigadora Verónica Díez Díaz (Madrid, 1983) se
especializó en Alemania en el estudio del movimiento de la cola de los
saurópodos. Ahora trabaja en Museo de Historia natural de Berlín para
mejorar la digitalización de la espectacular colección de fósiles de
vertebrados con que cuenta esta institución, en la que se incluyen desde
restos de grandes dinosaurios a pequeños dientes de mamíferos.
Cubren un área del tamaño de Gran Bretaña y tienen unos 4.000 años de antigüedad. Así es el termitero más grande que se ha encontrado y que se halla en el noreste de Brasil.
Por Sergio Parra
Según un nuevo estudio que se publica en Current Biology,
los montículos, que son fácilmente visibles en Google Earth, son el
resultado de la excavación lenta y constante de los insectos de una red de túneles subterráneos interconectados.
La mayoría de las culturas cuentan en base 10: tienen 10 dígitos diferentes y los combinan para describir cualquier cantidad. ¿Por qué? Para conocer la causa solo hay que mirarse las manos.
Por J. M. Mulet
Las matemáticas que aprendemos en el parvulario tienen una base 10.
Eso quiere decir que tenemos 10 dígitos diferentes y con combinaciones
de ellos describimos cualquier cantidad, agrupada siempre en decenas o
en potencias de 10. Contar en base 10 no es algo nuevo ni propio de
nuestra cultura.
Vuelve el crucero más famoso del mundo bajo el nombre de MV Titanic II.
Por Sarah Romero
Una réplica del Titanic podría hacer su viaje inaugural finalmente en 2022 yseguir la ruta original de su predecesor, el
RMS Titanic, que se hundió en la noche del 14 a la madrugada del 15 de
abril de 1912 durante su viaje inaugural desde Southampton a Nueva York. La compañía detrás del proyecto "Titanic II" es Blue Star Line,
propiedad de Clive Palmer, quien anunció la reactivación del proyecto
tras años de demora debido a restricciones financieras.
Cuando
Elisabeth Kübler-Ross visitó el campo de concentración nazi de
Majdanek, la muerte había quedado grabada en las paredes de los
barracones. Los niños habían representado a su manera aquel mundo
mediante mariposas, un símbolo de la vida después de la muerte.
Elisabeth, que siempre supo que quería ser médico, tuvo muy presente
aquella imagen a lo largo de su existencia, la cual estuvo dedicada en
cuerpo y alma a acompañar a las personas en los últimos momentos de
vida. Elisabeth Kübler-Ross se convirtió en un referente en el mundo de
la psiquiatría, en los cuidados paliativos y en conseguir una muerte
digna.
Por Sandra Ferrer Valero
Elisabeth Kübler-Ross nació el 8 de julio de 1926 en la ciudad suiza
de Zúrich. Elisabeth fue la segunda de las tres niñas que nacieron aquel
mismo día. Erika nació un poco antes y Eva unos minutos después. Las
trillizas eran hijas de una familia acomodada de Zúrich perteneciente al
círculo de protestantes de la ciudad.
Elisabeth siempre supo que quería dedicar su vida a la medicina a lo
que su padre se opuso desde el principio. Es probable que esa fuera la
razón por la que con tan sólo dieciséis años se marchara de casa.
Durante la Segunda Guerra Mundial trabajó como voluntaria en distintos
centros hospitalarios y ayudando a los refugiados y heridos en el
conflicto.
En
1951 su sueño de convertirse en médico empezó a fraguarse en la
Universidad de Zúrich donde inició sus estudios de medicina. Durante su
estancia en la universidad conoció al que sería su marido, Emanuel
Robert Ross. En 1957 Elisabeth se graduaba y al año siguiente se casaba
con Emanuel. Después de varios abortos, la pareja tendría dos hijos,
Kenneth y Barbara.
Emanuel y Elisabeth se trasladaron a vivir a los Estados Unidos poco
después de contraer matrimonio. En Nueva York, inició su residencia de
psiquiatría a la vez que empezó a entrar en contacto con enfermos
terminales. Pronto tomaría conciencia de la importancia de preparar a
esos enfermos y a sus familiares para el doloroso trance de la muerte.
Elisabeth se dio cuenta que era básico acompañarlos en el proceso,
escucharlos y consolarlos en un ambiente propicio, alejado del anonimato
de los hospitales donde eran poco más que un historial y un cuerpo a
punto de dejar de funcionar.
En 1962 aceptó un puesto en la universidad de Colorado y tres años
después en Chicago. Elisabeth daba sus clases invitando a pacientes
terminales que explicaban su propia experiencia y a los que los alumnos
les podían plantear cuestiones relacionadas con la muerte. Un
procedimiento totalmente nuevo que no gustó a todo el mundo.
En 1969 publicaba su famosa obra On death and dying, un
libro que se convertiría en texto imprescindible para las generaciones
futuras. Elisabeth definió las que ella consideraba como las cinco fases
en el proceso de la muerte: negación, ira, negociación, depresión y
aceptación.
Años
después, en 1977, dos años antes de que su marido le pidiera el
divorcio, la pareja y sus hijos se trasladaron a California donde
Elisabeth quiso crear un espacio idóneo para que sus pacientes esperaran
la muerte con dignidad. En una amplia extensión en Escondido, cerca de
San Diego, fundó Shanti Nilaya, algo así como el Hogar de la Paz.
La labor de Elisabeth Kübler-Ross empezó a tornarse controvertida
cuando intentó organizar un centro de enfermos terminales de SIDA en una
zona de Virginia y sus habitantes se negaron en redondo por miedo a la
enfermedad. También cuando empezó a acercarse a movimientos relacionados
con las experiencias extracorporales después de la muerte, la comunidad
científica quiso descalificar su labor.
En 1995 sufrió una serie de ataques que la dejaron parcialmente inmovilizada. Poco tiempo después, cerraba sus puertas Shanti Nilaya
y esperó la muerte en Scottsdale, Arizona, donde falleció el 24 de
agosto de 2004. Tres años después de su muerte era incluida en la
American National Women’s Hall of Fame. Su mejor reconocimiento fue sin
embargo, la utilización de sus más de veinte obras sobre la muerte por
parte de los estudiantes y profesionales de la psiquiatría de todo el
mundo.