El fenómeno, que según las proyecciones para 2100 tendría a África como líder del ranking de las metrópolis más pobladas, agravaría los problemas de la urbanización no planificada.
Ni Nueva York ni Tokio ni Ciudad de
México. En 2100, el ranking de las ciudades más pobladas del mundo
podría estar encabezado por Lagos (Nigeria), Kinshasa (República
Democrática del Congo) y Dar es-Salam (Tanzania). África se convertiría
en el nuevo rey de las megaciudades -aquellas que tienen más de 10
millones de habitantes-, seguida por la India y el sudeste asiático. Más
rezagada quedaría China.
Las proyecciones parten de un estudio del Instituto de
Tecnología de Ontario, que predice distintos escenarios demográficos. No
es novedad que el centro de gravedad del mundo urbano se mueva hacia
los países en vías de desarrollo. Ya lo advirtió la ONU en su informe de
mayo pasado. Según el organismo, se espera que para 2030, seis de cada
diez personas en el mundo vivan en áreas urbanas (hoy, la mitad de la
población lo hace) y el 90% de este crecimiento estará concentrado en
África y Asia.
Probablemente todo ese crecimiento se produciría
bajo una precaria economía. Un problema compartido por las ciudades de
la India y del sudeste asiático. Para Jacqueline Klopp, investigadora
del Centro para Desarrollo Urbano Sustentable (Earth Institute), de la
Universidad de Columbia, estas megaciudades de países subdesarrollados
"son productivas a su manera, pero tienden a enfrentar una situación en
la que las necesidades humanas superan ampliamente los servicios y las
infraestructuras críticas".
El estudio del Instituto de Tecnología de Ontario
advierte también sobre el desafío de la infraestructura. "Administrar
una ciudad de más de 50 millones de habitantes es una tarea
desalentadora, especialmente porque muchas de estas ciudades carecen de
servicios. La infraestructura urbana, como el subte de Londres y las
calles de Roma, pueden tardar décadas en desarrollarse".
En Manila, la capital de Filipinas y una de las ciudades
más densamente pobladas del mundo, Naciones Unidas documentó problemas
de infraestructura relacionados con la gestión de las cloacas y la
basura, que muchas veces se apila en las calles.
Otro desafío producto de la urbanización descontrolada
son las catástrofes relacionadas con los efectos del cambio climático y
las cuestiones de contaminación y salud.
La ONU alerta que en Bombay -la segunda ciudad más
poblada de la India, con 20,1 millones de habitantes- las casillas de
las zonas marginales se hacinan una tras otra y las calles, estrechas,
se inundan en época de monzones. El agua de lluvia termina por
estancarse y la consecuencia principal es un aumento de los episodios de
enfermedades diarreicas.
Otro de los desafíos de las megaciudades es la seguridad,
apuntó a LA NACION Antônio Sampaio, investigador para el área de
Conflicto, Seguridad y Desarrollo del Instituto Internacional de
Estudios Estratégicos (IISS, por sus siglas en inglés). "Debido a que el
crecimiento no fue bien planificado o administrado en varias
megaciudades -como San Pablo, Río de Janeiro o Ciudad de México-, hay
extensas periferias empobrecidas sin presencia de instituciones ni
servicios estatales, lo cual eleva el riesgo de presencia criminal y
violencia", dijo. "Si el ritmo actual de urbanización continuara, es
probable que muchas megaciudades anexen diferentes municipios, con el
desafío adicional de coordinar e implementar políticas públicas
coherentes en diferentes jurisdicciones", agregó.
En un artículo que escribió para el IISS,
Sampaio ilustra el creciente nexo entre los grupos armados y la
expansión urbana con el caso de Nairobi, la capital de Kenia. En 2013,
el grupo terrorista somalí Al-Shabaab realizó un audaz ataque contra el
shopping Westgate de la ciudad, en el que 67 personas murieron. Los
barrios marginales, que representan más de la mitad de la población de
Nairobi, han visto cómo sus jóvenes marginados fueron atraídos por el
grupo extremista debido a una combinación de pobreza, brutalidad
policial y radicalización islamista.
Que las ciudades se conviertan en lugares seguros,
inclusivos y en motores del crecimiento económico y el desarrollo social
depende de las respuestas de los gobiernos.
Para Klopp, el futuro no luce muy prometedor. "A menos
que seamos muy creativos políticamente y encontremos formas de mejorar
las instituciones para que distribuyan mejor los recursos y servicios,
construyamos la infraestructura necesaria y abordemos problemas
ambientales como la contaminación del aire y el cambio climático, es
probable que veamos más sufrimiento humano a medida que estas ciudades
crezcan", sostuvo la experta.
Las megalópolis que encabezaránel rankinga fin del siglo
Tres ciudades africanas se convertirían en las más
pobladas del mundo, con una cantidad de habitantes que desafía la
planificación urbana de los gobiernos
Lagos, Nigeria
Población en 2017: 20 millones
Población proyectada en 2100: 88,3 millones
Es la mayor aglomeración urbana del África subsahariana; cada día su población aumenta (en promedio llegan 3000 personas desde el campo). Al ser una urbe costera, enfrenta un dilema: defenderse de las amenazas del océano y las lluvias o concebir el agua como una parte integral de la ciudad.
Población proyectada en 2100: 88,3 millones
Es la mayor aglomeración urbana del África subsahariana; cada día su población aumenta (en promedio llegan 3000 personas desde el campo). Al ser una urbe costera, enfrenta un dilema: defenderse de las amenazas del océano y las lluvias o concebir el agua como una parte integral de la ciudad.
Kinshasa, República Democrática del Congo
Población en 2017: 10 millones
Población proyectada en 2100: 83 millones
Segunda ciudad más grande de África subsahariana, está en un país en donde el PBI per cápita es solo de 440 dólares y que fue azotado por una guerra civil; el rápido crecimiento urbano en Kinshasa no fue acompañado de una mejora de los servicios.
Población proyectada en 2100: 83 millones
Segunda ciudad más grande de África subsahariana, está en un país en donde el PBI per cápita es solo de 440 dólares y que fue azotado por una guerra civil; el rápido crecimiento urbano en Kinshasa no fue acompañado de una mejora de los servicios.
Dar es-Salam, Tanzania
Población en 2017: 12 millones
Población proyectada en 2100: 73,7 millones
Generadora de un 40% del PBI nacional, Dar es-Salam está en la mira de organizaciones internacionales, como el Banco Mundial, y gobiernos como el de Japón o el de la India, que ya empezaron a trabajar en la mejora de su infraestructura; un foco de los planes se centra en el caos del tránsito.
Población proyectada en 2100: 73,7 millones
Generadora de un 40% del PBI nacional, Dar es-Salam está en la mira de organizaciones internacionales, como el Banco Mundial, y gobiernos como el de Japón o el de la India, que ya empezaron a trabajar en la mejora de su infraestructura; un foco de los planes se centra en el caos del tránsito.
Bombay, India
Población en 2017: 20,1 millones
Población proyectada en 2100: 67,2 millones
En la capital financiera de la India, las inundaciones de dimensiones épicas son parte del paisaje: la megalópolis está asentada sobre una península; muchos de los drenajes y las alcantarillas fueron construidos hace más de 80 años, cuando era apenas una fracción de su tamaño actual.
Población proyectada en 2100: 67,2 millones
En la capital financiera de la India, las inundaciones de dimensiones épicas son parte del paisaje: la megalópolis está asentada sobre una península; muchos de los drenajes y las alcantarillas fueron construidos hace más de 80 años, cuando era apenas una fracción de su tamaño actual.
Nueva Delhi, India
Población en 2017: 21,5 millones
Población proyectada en 2100: 57,3 millones
Es considerada una de las ciudades más contaminadas del mundo; en los últimos años, la capital india tomó medidas relacionadas con la reducción del tránsito de camiones y vehículos diésel y con limitaciones a la industria energética, pero por ahora no se obtuvieron grandes resultados.
Población proyectada en 2100: 57,3 millones
Es considerada una de las ciudades más contaminadas del mundo; en los últimos años, la capital india tomó medidas relacionadas con la reducción del tránsito de camiones y vehículos diésel y con limitaciones a la industria energética, pero por ahora no se obtuvieron grandes resultados.
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