Pablo Arias es vicepresidente del Capítulo Litoral (que abarca las provincias de Santa Fe y Entre Ríos) de la Sociedad Argentina de Diabetes (SAD). Docente-investigador de nuestra universidad, Arias nos actualiza sobre esta patología.
Por Claudio Pairoba
¿Cuáles son los objetivos de la SAD?
Dentro de las misiones de la SAD
está promover el conocimiento y contribuir al bienestar de los
pacientes con diabetes. También promover la investigación, la
realización de eventos docentes, etc.
Yo fui presidente de la SAD hasta el ano 2014 y como me gusta y me
parece que es una tarea importante para llevar adelante, este año me
dedico a contribuir localmente en Sante Fe y Entre Ríos con estas
actividades.
Dentro de las actividades que tienen los capítulos está organizar cada
dos años una jornada regional donde se invitan profesionales de otras
regiones e inclusive se han recibido invitados extranjeros. Estas jornadas
se hicieron el 2 y 3 de octubre pasados en el Centro Cultural
Fontanarrosa. Nuestra intención fue hacerlo un evento convocante para
todas las personas que están relacionadas con la diabetes. No solo para
los profesionales médicos si no también para todos los profesionales no
médicos y otros miembros del equipo de salud. Para eso convocamos al
Programa Provincial de Enfermedades Crónicas no transmisibles para que
aporten su personal médico y de enfermería para una reunión que se
realizó en paralelo con la del capítulo.
¿Cómo se puede lograr que la población tome conciencia de esta enfermedad?
Yo creo que el tema de la promoción es la única herramienta que puede
llegar a mejorar la situación. Siempre digo que los que tienen el
destino de la diabetes en sus manos son los educadores y la gente que
hace difusión. El equipo de salud ya no alcanza. Este equipo es el
contenedor de los que ya están enfermos y esto va in crescendo. No se
puede jamás parar una epidemia atendiendo a los enfermos. Las epidemias
hay que combatirlas en sus focos de origen y mecanismos de producción.
Los mecanismos de producción en este caso tienen que ver con los malos
hábitos de vida; entonces la solución del problema no está en poner más
médicos, enfermeros, nutricionistas, si no en que los maestros en los
colegios tengan una currícula donde la alimentación y la actividad
física sean algo primordial. En el momento en que se dé ese cambio es
posible llegar a parar la epidemia. Y nosotros seguiremos atendiendo.
¿Todo se puede prevenir o hay pacientes que van a atravesar situaciones complicadas?
Por cuestiones relacionadas con la edad o determinados grupos sociales
con mayor predisposición o bien gente refractaria a las promociones de
hábitos de calidad de vida, estos grupos van a enfermar sin duda de esta
patología. De todas maneras, creo que la gran masa hay que pararla
desde la educación y la promoción, y cuanto más temprano mejor.
¿Es una enfermedad fácil de diagnosticar?
Hay una clasificación dado que son muchas enfermedades con una
característica común que es el aumento de los niveles de azúcar en
sangre.
Hay dos formas principales que suman casi el 90 % de los casos. La más
llamativa y a la que se le presta más atención es la que tiene en
realidad 5 a 10 % de los casos, que es la llamada diabetes tipo I. Es la
que afecta a los chicos y la que los expone a una muerte prematura si
no se tratan con insulina. Antes del descubrimiento de esta hormona,
estos chicos se morían en meses. Afecta sobre todo a menores de 20 años,
aunque también se da en adultos pero en una proporción mucho más baja.
En el 80-85 % de los casos tenemos la diabetes tipo II que es la que
afecta a los adultos más bien gorditos, pasados los 45 años, hasta hace
un tiempo. Digo esto porque ahora con el sedentarismo, las pantallas,
los autos, la comida chatarra, las gaseosas, la edad va bajando y en
este momento tenemos adolescentes que ya tienen diabetes tipo II y por
supuesto personas de 20-25 años. O sea que bajó muchísimo la edad de
aparición.
¿La diabetes tiene una sintomatología típica?
La diabetes es como la presión arterial o la hipercolesterolemia, un
asesino silencioso. El azúcar elevado no te da síntomas por sí solo. Los
síntomas aparecen cuando se desencadenan las complicaciones: vista,
riñones, pies ya que se van tapando arterias y vasos más pequeños, dando
lugar a infecciones y úlceras en estas extremidades, también
infecciones genitourinarias. Esto hace que el paciente vaya a la
consulta.
Es muy fácil de diagnosticar porque si todas las personas de más de 40
años se hicieran un control de la glucosa en sangre una vez por año
cualquier anomalía se detectaría. El diagnóstico es fácil y barato.
¿Cuáles son las medidas que la gente puede tomar para prevenir esta patología?
A la gente que tiene más de 40 años se le puede decir que se tiene que
hacer un control de glicemia cada 3 años. A aquellos que además de 40
años tienen exceso de peso, o presión alta o toma medicación para el
colesterol, se la tienen que medir todos los años. En un sistema de
salud como el de nuestra provincia que está dentro de todo bien
organizado, esto no tendría que ser algo difícil de lograr. Sin embargo,
todavía cuesta como se ve en las encuestas nacionales de factores de
riesgo, lo cual dicho sea de paso es algo que hay que destacar y que el
Ministerio de Salud ha venido haciendo desde 2006, 2009 y 2013,
realizando cortes poblacionales en más de 30.000 hogares del país, para
evaluar ciertas características de las enfermedades crónicas no
transmisibles. En cuanto a la diabetes, nuestra provincia está muy bien
en los números. Sin embargo todavía hay una parte importante, un 40 % de
la gente, sobre todo en el sector público, que no se midió nunca la
glucemia.
Esto contrasta con las cifras de presión arterial, ya que al ser más
asequible, o porque hay puestos donde se puede medir, hay más tendencia a
controlarla. Lo que hay que lograr es que el lugar donde está el
paciente en atención se preocupe porque esa persona se realice una
glucemia regularmente. Entonces el diagnóstico no se escapa. El
diagnóstico es barato y es certero. No es un problema el acto
diagnóstico, el problema es llevar la oveja al redil.
¿Qué papel juegan los médicos en la prevención?
La tarea del médico del centro de atención de salud no es solo
dedicarse a atender si no preocuparse por la salud de la comunidad que
está a su cargo. En el sector privado, lo lógico sería que también se
preocupen ya que si evitan que esa persona se enferme, los gastos van a
bajar. Hay una política muy corta de vista con respecto a que es lo que
hay que invertir para mantener una población sana dentro del sector
privado. Incluso cuando se detecta la enfermedad los pacientes muchas
veces tienen problemas con el acceso a la medicación y, si bien muchas
veces hay abusos, lo lógico sería considerar que un paciente bien
tratado es un paciente que no se complica. Por lo tanto, para una
institución privada da un gasto 4 o 5 veces menor que aquel que se
complica. Muchas veces hay que caer en recursos de amparo para que se le
provea una determinada medicación al paciente.
¿Cuáles son las principales líneas de ataque para la diabetes?
Tenemos la currícula de superficie y la oculta. La de superficie busca
medicamentos que sean más efectivos, con menos efectos adversos y esto
lleva a una constante inversión de la industria porque tener un 10 % de
la población como blanco es tentador desde el punto de vista económico.
También buscamos llevar el control a los hogares, algo que ha mejorado
muchísimo la calidad de vida con el seguimiento que se obtiene de los
niveles de azúcar en sangre gracias a las tiras reactivas. Ahora se
buscan mediciones continuas, con un sistema sofisticado y más caro.
Sería una manera de asegurar un mejor control.
Curar la diabetes es otra gran meta, lo cual por ahora no se puede. Se
puede prevenir la diabetes tipo II haciendo que las personas mantengan
un régimen de vida estricto en cuanto a ejercicio (3 horas semanales de
caminata rápida por ejemplo) y una alimentación que te mantenga en peso
(rica en fibras y pobre en grasas de tipo animal). Esto puede disminuir
hasta en un 50 % los casos de diabetes que se van a producir. Pero la
diabetes tipo I por ahora no se puede prevenir.
Yo estoy trabajando en algunos factores ambientales que tienen que ver
con la producción de diabetes, por ejemplo tóxicos y agroquímicos.
Estamos viendo cosas relacionadas con algo que en la provincia es muy
importante que es la toxicidad por arsenicales. Estas serían líneas de
investigación propias. Estoy buscando asociación entre ciertas
enfermedades crónicas de tipo infeccioso (como Chagas) y diabetes. Esto
no forma parte de lo que le interesa a todo el mundo, si no que es más
de investigación.
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