Por Rodrigo Chavez Lagraba
El típico investigador de laboratorio, 
encerrado con sus tubos de ensayo y mapas genéticos, desligado de la 
política y sólo abocado a su labor exclusiva, parece ser sólo un 
estereotipo que algunas manifestaciones recientes rebaten.
En argentina, según Cavallo, los científicos tenían que lavar los platos. Marca de época neoliberal: fuga de cerebros.
A más de diez años de la crisis 
económica, política y social de 2001, las cosas cambiaron en relación a 
los científicos. Hacia fines de 2007 se crea el Ministerio de Ciencia, 
Tecnología e Innovación Productiva; con un tipo de política que venía 
perfilándose desde 2003, cuando fuera elegido Presidente de la república
 Néstor Kirchner. Marca de época intervencionista: repatriación de 
científicos.
Pero no sólo volvieron científicos para 
investigar (aunque sí en su mayoría), sino que se vió reflejada una 
vocación de divulgación en muchos de ellos; y, en este caso, de 
actuación.
“Área 23” es una ficción de contenido 
científico que se emite por el canal Tecnópolis TV (lanzado 
recientemente), protagonizada por Carolina Peleritti. Es la primera 
serie Argentina sobre ciencia, y se centra en la historia de Eugenia 
Simone (Peleritti) y su equipo de trabajo en un laboratorio de alta 
complejidad, donde deberán resolver problemas biomédicos, ambientales y 
judiciales.
 
Luis Capozzo junto a Carolina Peleritti
 
“En mi caso interpreto a un 
científico que se formó con el fundador del laboratorio y que se quedó 
en el país apostando al crecimiento en ciencia y tecnología como 
herramienta de desarrollo”, dice Luis Cappozzo, científico argentino devenido en actor. “En
 la vida real soy biólogo marino, investigador del Museo Argentino de 
Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia y de la Universidad Maimónides y
 Fundación Azara”.
Tal vez, su nueva faceta actoral guarde alguna relación con sus deseos de divulgar la actividad científica.
 “La comunicación de la ciencia es algo que desarrollé con un fuerte 
compromiso hacia la idea de que la información y el conocimiento 
científico deben ser públicos. Luego comencé a realizar contenidos para 
televisión y la actuación fue casualidad, comenzó como un ensayo y mis 
compañeros de Mulata Films terminaron ofreciéndome una oportunidad que 
disfruté mucho”, comenta.
Primero quisiera que me cuentes cómo surgió la idea de hacer una serie que tratara temas científicos.
Es una idea original de Mulata 
Films, la productora con la que realicé la ficción. La propuesta 
original que me hicieron fue realizar los contenidos científicos temas 
que son sobre especialidades en las que se destaca nuestro país 
(biología molecular y celular, genética, salud pública, clonación, 
organismos genéticamente modificados, ecología).  A partir de esta 
propuesta consulté información sobre lo que se está realizando en 
investigación en los laboratorios científicos. Se trató de una propuesta
 muy general a la que le fuimos dando forma. Propuse los temas 
científicos en el contexto de la ficción y a partir de allí, 
suministraba los contenidos y junto a los guionistas y el director le 
fuimos dando forma. El problema principal que tenía la productora 
(cualquier productora se enfrenta al mismo problema cuando se trata de 
ciencia) es que resulta complejo ficcionar sobre temas científicos, que 
tengan contenido pero que además la propuesta de las historias que 
transcurren atrapen por sí mismas al televidente.
 
"Área 23" se emite por el canal Tecnópolis
 
Por otra parte, ¿cuál es el 
principal objetivo de la tira? ¿Se piensa principalmente en el contenido
 o también se tiene mucho en cuenta la puesta en escena?
El objetivo de la serie es múltiple:
 busca entretener (es tan atrapante como cualquier otra ficción, me 
atrevo a decirte que es más atrapante, estamos todos muy contentos con 
el resultado), brindar información y saberes científicos que permitan, 
por ejemplo, que mientras el televidente sufre por la muerte de algún 
personaje pueda comprender qué mecanismo utiliza la ciencia para 
establecer filiación o cuán importante es la prevención en la salud 
pública (con vacunas desarrolladas aquí) o de qué se trata un organismo 
genéticamente modificado. Los destinatarios de la serie son 
principalmente los jóvenes y los empresarios, porque se busca despertar 
vocaciones por la ciencia en los primeros y mostrar que la inversión 
privada  en ciencia y tecnología brinda más oportunidades a los 
empresarios. En nuestro país hace falta que existan más doctores en 
geología, físicos, matemáticos, ingenieros, químicos y biólogos y 
también más inversión privada en desarrollo tecnológico…
¿Se planea una emisión de más temporadas o es una experiencia única?
Todos los que participamos de la 
experiencia estamos muy contentos con los resultados. La serie fue bien 
recibida por el público. Se emite por TDA a través de la señal de 
Tecnópolis TV y entiendo que se irá ampliando la grilla a prestadoras de
 cable hasta que se instale la señal. Todos  estamos planeando más y 
más, pero por ahora puedo decir que estamos planeando realizar una 
segunda temporada. Es mejor dar un paso por vez.
¿De cuántos capítulos se conforma la primera temporada?
Toda la serie consta de diez 
capítulos de ficción que cuentan las relaciones diarias entre los 
miembros de un laboratorio de investigación como los que existen en 
nuestro país (lo puedo decir porque el público científico quedó 
encantado con la ficción, y mis colegas son el público más exigente en 
las críticas) y en cada capítulo resuelven un caso, por lo tanto nuestro
 equipo de científicos resolvió nueve casos (los capítulos nueve y diez 
conforman un capítulo doble). En cada capítulo hay drama, comedia, amor,
 tristezas, alegrías, envidias; es decir, todo lo que los seres humanos 
sentimos como resultado de interactuar con otros está reflejado allí. 
Luego hay tres capítulos en los que entrevistamos a prestigiosos 
científicos que cuentan sus trabajos y dan sus opiniones sobre la serie,
 alternando con escenas de la ficción y acercándola a la realidad en 
nuestros laboratorios e institutos científicos donde se producen nuevos 
conocimientos, y por último un capítulo sorpresa.
 
  
¿Estás
 relacionado por alguna otra actividad con el canal Tecnópolis? 
¿Qué opinión tenés acerca de la señal, de su llegada a la gente, de los 
objetivos que se plantea?
La señal es excelente en su calidad 
de transmisión y mejor aún  en sus contenidos de grilla de programación.
 Allí están comunicadores de la talla de Adrián Paenza y Diego Golombek,
 además ambos son científicos. Es un privilegio compartir aire con ellos
 y estamos contentos de ofrecer algo diferente, en nuestro caso una 
ficción o como diría mi tía, un “teleteatro muy entretenido que además 
educa e informa”. Es muy buena la propuesta del canal y debe seguir 
creciendo en cantidad de programas y mantener la calidad. Es un desafío 
importante que debe tener continuidad por la importancia que tendrá 
comunicar ciencia en nuestra sociedad. La televisión de gestión privada 
tiene en estos tiempos una visión comercial y pasatista, es cierto que 
son empresas que deben ganar dinero, pero los contenidos son pobres y no
 pasan de bailar, criticar o tener dos minutos de fama.
Por otra parte, no trabajo para el 
Tecnópolis TV, trabajo para el CONICET, pero sí estoy relacionado con 
los objetivos del canal y estoy convencido de que debe ampliarse y mucho
 la cantidad de contenidos sobre ciencia en los medios de comunicación 
masivos. Estamos en la era del conocimiento científico y tecnológico. 
Quien no aprenda sobre ciencia y tecnología queda anclado en el pasado.
No alcanza con escuchar en una 
publicidad “está científicamente comprobado”, se requiere comprender por
 qué y cómo ocurren las cosas que nos afectan, qué diferencias existen 
entre comprar vacunas en el exterior o producirlas en nuestro país 
masificando su alcance y aplicación. Es importante resaltar qué valor 
revisten los avances en genética y cómo influyen en nuestra vida. Mi 
relación con el Canal es compartir los objetivos de comunicar ciencia y 
tecnología.
¿Qué opinás de la presencia del 
estado en este tipo de emprendimiento mediático? ¿Creés que se corre el 
riesgo de que se filtre algún sesgo político proselitista en las 
emisiones? ¿Creés que la apertura de medios del estado puede generar 
contenidos que no se producen en otros canales privados por riesgos a 
tener pérdida y poco rating?
La presencia del estado en estos 
emprendimientos es muy buena. Llega TV de calidad a muchas personas que 
de otra manera no la reciben. Los riesgos de filtración que mencionás no
 me preocupan: los contenidos de ciencias son contenidos de ciencias. 
Por otro lado, si lo que se filtra es la actual política científica: ¡en
 buena hora! Y me alegro mucho. El camino del desarrollo científico y 
tecnológico es fundamental para el crecimiento de un país. Miremos sino a
 Noruega o a Suecia, como muchos hacen cada vez que buscan ejemplos de 
desarrollo, miremos a Australia, a Canadá. Esto es excelente y 
comunicarlo, mejor aún. Si además entretenemos sin “desnudarnos por 
bailar”, ¡genial! 
La apertura de medios con más y mejores contenidos es 
un desafío interesante que ojalá prospere. Hay ejemplos instalados como 
Encuentro del Ministerio de Educación o la plataforma Educ.ar que son 
excelentes y ya están incorporados en la sociedad. Ojalá esto se 
multiplique.  En relación a la pérdida económica y el tema de rating, si
 interviene el Estado lo único importante es que sean contenidos de 
calidad, educativo, entretenidos y que esto sea sustentable en el 
tiempo. Los que hacen negocios con la televisión son empresas y venden 
cosas que los televidentes compran. Ese no es el rol del Estado, sino 
que éste debe invertir en educación y democracia. Todo lo que se gaste 
en comunicar la ciencia no puede considerarse “pérdida” como planteas en
 tu pregunta, sino que debe considerarse ganancia en una sociedad mejor.
En relación  a lo anterior, ¿qué opinás del gobierno nacional con respecto a los científicos?
Las políticas científicas en nuestro
 país durante los últimos años mostraron señales muy importantes que 
comparto y celebro. Desde el Ministerio de Ciencia y Tecnología, junto a
 otros organismos científico-tecnológicos descentralizados, como el 
CONICET, se busca mejorar la calidad de ciencia y tecnología que se 
realiza en el país, y se está logrando. Venimos de tocar fondo cuando un
 ministro funesto nos mandó a todos a lavar los platos (cosa que también
 hacemos los científicos, y sin problemas) a presenciar un proceso de 
cambio en el que se jerarquizó la ciencia y la tecnología, se 
priorizaron áreas que resultan de interés para un país con nuestro 
perfil (generador de recursos sin valor agregado) y comenzamos a darles 
valor agregado a esos recursos. Ese es el camino, siempre falta más, 
siempre se quiere más, pero la política científica es adecuada y mejoró 
como nunca, que yo recuerde, en nuestro país desde los trágicos sucesos 
de mediados de los sesenta, que generó una diáspora de recursos humanos 
calificados.
La importancia y el valor que tiene, no 
sólo la serie, sino la señal “Tecnópolis TV” para Cappozzo, lo impulsó a
 comunicar ciencia para poder educar. “Desde hace menos de una 
década se generalizó la importancia de difundir el conocimiento 
científico. Si de divulgación científica se trata, nuestro país es 
pionero en América latina. La ciencia como herramienta de desarrollo 
social y la importancia de los científicos como parte integral de una 
sociedad compleja, que podemos llamar sociedad del conocimiento, se 
comprende hoy con mayor aceptación que hace diez años. Por eso muchos 
científicos decidimos ‘salir del laboratorio’ y comunicar a través de 
diferentes formatos el conocimiento científico. Otro tanto hacen los 
periodistas científicos que se especializaron en ciencia y tecnología 
durante los últimos quince años. Es muy importante que comuniquen lo que
 ocurre en nuestros laboratorios”.
 
Fuente:
http://labastardilla.net/2012/09/television-y-ciencia-entrevista-a-luis-capozzo/