martes, 15 de marzo de 2011

Miradas alternativas sobre combustibles alternativos (Tercera parte): Las respuestas de Sergio Montico

Última entrega de la serie sobre Biocombustibles.
Las nuevas miradas permiten analizar los Biocombustibles en mayor profundidad .

Por Claudio Pairoba

Al principio había una euforia y apoyo general respecto del tema de los Biocombustibles. ¿Cómo ve esta cuestión en la actualidad? ¿Hubo algún hecho en particular que determinó la aparición de voces críticas en este tema? 

En realidad las voces críticas estuvieron desde que se comenzó a avizorar este tema. Su instalación en la Agenda Internacional data de más de una década, claro que con mayor énfasis en los últimos años. Cuando se tuvieron más datos y también confiables sobre la expansión de este nuevo mercado a la luz del cambio transicional de la matriz energética mundial, surgieron diversas opiniones que definieron dos posturas contrapuestas, algunas pocas más conciliadoras. La controversia radica principalmente en el destino de la producción de granos y oleaginosas, sí a su transformación en biocarburantes de primera generación (B1G) o a sostener la oferta alimentaria. Pero no sólo eso se objeta, sino también aquello relacionado con cuestiones geoestratégicas. Se argumenta que como los países desarrollados son incapaces de autoabastecerse de B1G porque ello los obliga a destinar superficies para la producción granaría que no disponen, para satisfacer sus necesidades de corte de los combustibles fósiles, acuden al estímulo de los países en vías de desarrollo para que sean estos los que cumplan ese rol. De esta manera los asocian indirectamente a sus políticas energéticas. Claro que cuando esta demanda no tiene la contención debida se producen y producirán externalidades perniciosas. Entonces para los que ven en ello una oportunidad de un mercado promisorio, en auge y cada vez más robusto, otros temen por las presiones que sufrirán tanto los recursos naturales como las comunidades más vulnerables, principalmente de los países del Sur. La cuestión está instalada y muy lejos de conciliarse las posturas antagónicas. 

¿Considera que el avance futuro en el tema será diferente a la forma en que se venía manejando? 

Esto dependerá fundamentalmente del rol que desempeñen los sectores en pugna. Se trata de poder, del poder del manejo de las fuentes de energía, es improbable que se alcancen acuerdos y consensos internacionales sobre las formas de producir, distribuir y comercializar los biocombustibles a partir de una organización equilibrada. Sabemos que históricamente no fue posible con el petróleo, parece menos aun en esta cuestión. No obstante existen esfuerzos por contribuir a darle más seguridad al mercado de la bioenergía, estos más el surgimiento de nuevas formas de obtención de energía de biomasa, la certificación de la producción, los estudios de Análisis de Ciclo de Vida de los B1G, y otras recientes propuestas, podrían reorientar algunos aspectos de esta intrincada trama de interacciones sociopolíticas, económicas, tecnológicas y ambientales.


¿Cuánto hace que Ud. y su grupo vienen trabajando en el tema de Biocombustibles?
Nuestro grupo comienza a desarrollar actividades vinculadas con la gestión de la energía en sector rural desde 2004. Durante los primeros años de trabajo nos dedicamos a comprender energéticamente los sistemas de producción agropecuarios regionales. Los objetivos se centraron en conocer la relación entre la energía invertida y la obtenida en los planteos agrícolas y ganaderos. Saber sobre la eficiencia en los distintos tipos de suelos, en diferentes regiones y prácticas agronómicas contrastantes arrojó resultados sumamente relevantes que posibilitaron también integrarlos más adelante en los nuevos proyectos de B1G. Actualmente trabajamos sobre la cadena integrada, es decir, estudiamos desde varios enfoques la evolución desde la siembra del cultivo hasta la obtención del biocombustible.

¿Cómo estuvo compuesta la audiencia y que comentarios recibió de la misma después de la jornada “Aportes para el análisis de la sustentabilidad de los Biocombustibles” de Noviembre del 2010?
La jornada fue un éxito. Creímos conveniente plantearla durante el desarrollo de nuestras investigaciones de manera de contar también con la percepción de la comunidad sobre este tema. Además tratamos de cumplir con aquel mandato de la Universidad, mostrar a la sociedad los resultados de nuestro trabajo para su conocimiento y discusión colectiva. En este sentido, la convocatoria fue abierta y más de cien asistentes nos acompañaron atentamente. Participaron alumnos universitarios (de diferentes disciplinas), profesores de la Universidad y del nivel terciario, alumnos de licenciaturas y tecnicaturas, profesionales del INTA, funcionarios comunales y municipales e integrantes de empresas afines, entre los mayoritarios.
 
Nuestra satisfacción está fundada en los resultados de las encuestas que realizamos en esa oportunidad, tanto las exposiciones como el espacio de debate surgido fueron altamente valorados por todos.

¿Cuáles son algunos de sus próximo proyectos relacionados con el tema Biocombustibles?
Actualmente estamos avanzado sobre aspectos relacionados con: las respuestas en rendimiento físico de los cultivos dominantes de la región pampeana norte, a través de modelos de simulación en escenarios ambientales contrastantes; la elaboración de balances energéticos de algunos cultivos de cereales y oleaginosos que se destinan a la obtención de biocombustibles; la construcción a escala territorial de mapas de aptitud agroecológica para la producción de cultivos destinados a usos bioenergéticos; el análisis de las cadenas agroenergéticas que permiten valorar la eficiencia global y de los componentes del flujo de energía, partiendo del proceso agroproductivo primario hasta la disposición final del biocombustible; el estudio de los impactos ambientales relacionados con la producción de biocombustibles, valorando los nodos de concentración de la energía y del transporte como flujo energético; la exploración de la posibilidad de estimar balances energéticos de cultivos intensivos (hortícolas, etc.), como la utilización de bioresiduos en el
desarrollo de tecnología de segunda generación.

La idea a futuro es trabajar más profundamente aspectos socioculturales vinculados con la gestión integrada de los biocombustibles a nivel nacional e internacional, aportar a la definición de indicadores de sustentabilidad que posibiliten optimizar la valoración de la cadena agroenergética y estudiar las posibilidades de producción de biomasa con destino a biocombustibles de segunda generación y en tierras de baja aptitud agrícola.

En su momento en la Argentina se vendía alconafta, algo que con el tiempo se dejó de hacer. ¿Se puede decir que la alconafta fue uno de los primeros biocombustibles? ¿Qué diferencias hay entre la alconafta y el bioetanol?
Pueden decirse que sí. Ahora, la nafta con bioetanol no es una alconafta. La alconafta que se comercializaba en la década del 80 era un combustible que contenía un 15 % de etanol, razón por la cual se lo denominaba alconafta. Las naftas que se comercializan actualmente tienen un porcentaje de bioetanol menor al 10 % en su formulación y con este porcentaje el producto se define como una nafta.
 

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