Nuestra actitud en una entrevista de trabajo puede jugarnos en contra a pesar de nuestras capacidades. |
Por Claudio Pairoba*
Una entrevista de trabajo, una charla ante
un auditorio desconocido, una exposición ante un comité evaluador o una
negociación de resultado incierto. Todas situaciones estresantes por las que
muchos hemos pasado. Y la gran pregunta: ¿Qué puedo hacer para no sentirme
inseguro, nervioso? De allí al síndrome del impostor en el ámbito profesional, hay un solo paso. Sentir
que uno no está capacitado para estar en el lugar que ocupa.
Sabemos que nuestras emociones y
pensamientos impactan en nuestro lenguaje no verbal y por ende en la forma en
que los demás nos perciben. ¿Es cierto lo inverso? ¿Puede el lenguaje corporal
producir cambios en nuestra propiocepción? Y no solo eso: ¿puede alterar nuestra fisiología?
Amy Cuddy es psicóloga social, investigadora y docente de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard. Autora del libro “Presencia: lleve su Yo más audaz hasta sus desafíos más grandes", su charla TED está entre las más vistas, superando los 35 millones de visualizaciones. Cuddy ha estudiado el prejuicio y eso la ha llevado a estar interesada en la dinámica del poder. Uno de sus temas de trabajo: expresiones no verbales de poder y dominancia.
Amy Cuddy trabaja en el efecto del cuerpo sobre la mente. |
Poder
y dominancia: sentimientos y posturas
La forma en que disponemos nuestro
cuerpo expresa la forma en que nos sentimos. Esto es cierto no solo en humanos
sino también en primates no humanos, serpientes, aves, etc. Todos los animales
expresan su poder a través de gestos que implican expansión corporal. Ante
situaciones de peligro o que requieren reforzar una imagen de autoridad los
primates no humanos expanden el pecho y lo golpean, las cobras expanden su
cuello, los pavos reales despliegan su cola, el puercoespín se eriza. Por el
contrario, cuando nos sentimos tristes, deprimidos, inseguros, tendemos a
ocupar el menor espacio posible: piernas cruzadas, auto abrazos, espaldas
encorvadas y cabezas bajas.
Sabemos que nuestra mente condiciona a
nuestro cuerpo. Cuddy decidió investigar si lo opuesto se verifica. Cambios en
nuestra postura, ¿desencadenan cambios en nuestra actitud? Y además: estos
cambios en actitud, ¿van acompañados de cambios bioquímicos?
Características
de poderosos y desempoderados
Las personas empoderadas tienden a ser
más seguras de sí mismas, optimistas y sienten que van a ganar incluso en
juegos que no dependen de su capacidad, como la ruleta. Pueden pensar de manera
abstracta con más facilidad y están más dispuestas a correr riesgos.
Los estudios han mostrado que los
primates en situaciones de dominancia tienen niveles más altos de testosterona
(hormona de dominancia) y más bajos de cortisol (hormona del estrés). Esto
también se verifica en líderes poderosos y efectivos. Un líder requiere de
estar “en control” de la situación (testosterona alta) al mismo tiempo que es
capaz de responder de manera efectiva y relajada ante una situación de estrés
(cortisol bajo).
Los investigadores también han
determinado en primates que cuando un individuo va a tomar un rol de mayor
jerarquía, sus niveles de testosterona se elevan mientras que los de cortisol
disminuyen.
El
experimento
El equipo de Cuddy convocó a un grupo de
participantes. A todos se les tomó una muestra de saliva y luego a unos se les
pidió colocarse en poses de poder por 2 minutos mientras que a otros se le
asignaron posturas “desempoderadas”. Luego de adoptar las posturas se les pidió
que apostaran (para medir su capacidad de manejar el riesgo) y se les volvió a
tomar muestras de saliva.
Posturas de poder. |
Los participantes que tuvieron posturas
de poder mostraron elevación de sus niveles de testosterona así como
disminución de los valores de cortisol significativa en ambos casos. Cambios
posturales desencadenaron cambios bioquímicos así como cambios actitudinales
observándose una mayor tendencia a apostar (y por ende a soportar el riesgo) como
consecuencia de las poses de poder. Los resultados parecen indicar que el
lenguaje no verbal influencia no solo como los demás nos perciben sino como
nosotros nos auto percibimos.
Posturas desempoderadas. |
Otro experimento consistió en pedirles a
un grupo de personas que indicaran a quiénes de un grupo de participantes
elegirían para un potencial empleo. Aquellas personas que hicieron las poses de
poder antes de la entrevista fueron las seleccionadas sobre aquellas que no lo
hicieron. La presencia de estas personas (confianza, pasión, autenticidad) más que
otras cuestiones fue lo que pesó al momento de tomar la decisión. Pudieron
mostrarse sin ningún otro “residuo” que dificultara la manifestación de estas
cualidades.
Esto es similar a lo que han comenzado a revelar estudios sobre
teatro y neurociencias. La retroalimentación constante
entre cuerpo y mente puede desencadenar efectos de una parte sobre la otra.
Aplicaciones
La primera aplicación obvia es
fortalecer la confianza en situaciones en que esto se requiera. Desde una
entrevista de trabajo, pasando por el comportamiento de adolescentes en la
escuela hasta hablar en una reunión formal.
Pero no solo hablamos de una aplicación
inmediata y puntual. Cuddy considera que estos cambios pueden sostenerse en el
tiempo. “Fake it till you make it” (simulalo hasta que lo logres), sostiene. Y
da su propia historia como ejemplo. La investigadora tuvo un accidente
automovilístico a los 19 años mientras estudiaba en la universidad. Como
secuela de un traumatismo craneal, su coeficiente intelectual se vio disminuido.
Los médicos pronosticaron que no podría volver a estudiar y que tendría que
acostumbrarse a otras actividades. “Que te quiten tu identidad central, lo cual
para mí era ser inteligente, no hay nada que te deje más sin poder que eso”,
comenta Cuddy en su charla TED. De allí en más, pudo terminar su carrera con
una demora de cuatro años. Pero el “síndrome del impostor” nunca la abandonó.
Hablar ante una audiencia puede volverse una experiencia desagradable. |
La investigadora recuerda el rol
fundamental que tuvo su mentora en la Universidad de Princeton cuando intentó
renunciar antes de la primera exposición de su trabajo. “Ella me dijo simulalo,
y hacelo aunque estés aterrorizada. Y seguí repitiéndolo. Llegó un momento en
que me di cuenta en que me había convertido en eso que había simulado”,
enfatiza. La moraleja, entonces, no es “simúlelo hasta que lo logre” sino
“simúlelo hasta que se convierta en eso”.
Estrés
post traumático
El grupo de Cuddy trabaja en otra
aplicación: tratamiento del síndrome de estrés post traumático en veteranos de
guerra. “El síndrome de estrés post traumático es la forma más extrema de desempoderamiento”
sostiene la psicóloga social. “La gente siente que sus cuerpos de alguna manera
los traicionaron por no sacarlos de una situación insegura”, expresa. Los
veteranos no quieren hablar de estas experiencias, y estas terapias basadas en
el cuerpo están mostrando resultados prometedores. Cuddy confía en que estas
intervenciones corporales también podrán aplicarse para el tratamiento de
desórdenes psicológicos.
El trabajo con el cuerpo ha mostrado resultados positivos para el tratamiento de veteranos de guerra. |
Algo
para la vida diaria
El consejo final de Cuddy es probar esta
técnica la próxima vez que tengamos que enfrentar una situación estresante,
como una entrevista de trabajo. “No se vaya sintiendo que no les mostró quien
es. Váyase sintiendo que logró decírselos”, es la sugerencia final de la
investigadora. “Compartamos esta información con la gente que no tiene
recursos, tecnología o estatus. Solo necesitan privacidad, su cuerpo y dos
minutos. Y pueden cambiar de manera significativa los resultados en sus vidas”.
*Bioquímico,
farmacéutico y doctor por la Universidad Nacional de Rosario. Master
en Análisis de Medios de Comunicación y Especialista en Comunicación
Ambiental. Miembro de la Escuela
de Comunicación Estratégica de Rosario y la Red
Argentina de Periodismo Científico. Acreditado con la American Association for the Advancement of
Science (Science) y la revista Nature.
Referencias
Cuddy, A.
Charla Ted. “Your body language can shape who you are”.
Dana R. Carney; Amy JC
Cuddy; Andy J Yap. Power posing: Brief nonverbal displays affect neuroendocrine levels and
risk tolerance.
Pairoba, C. Investigando el proceso teatral desde las neurociencias
Cuddy, A. Estrés post traumático. Fragmento del programa “The nature of things”.
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