13 de Julio de 2010.
Por Jude Webber
Traducción de Claudio Pairoba
Para un gobierno que apuesta al crecimiento, la falta de una política energética a largo plazo en la Argentina – la cual resulta cada invierno en cortes de gas a las industrias ya que la provisión está destinada a los hogares – es incomprensible.
Es difícil conseguir cifras concretas dado que el tema es tan delicado para el gobierno (el cual, como cada año, está ahora negando que haya un problema con la provisión de gas). Los informes periodísticos hablan de hasta 300 grandes industrias en todo el país – 130 en el área metropolitana de Buenos Aires y 170 en el resto del país – las cuales se espera que se queden sin gas hasta el Sábado.
Las industrias han estado sufriendo los cortes de gas desde Mayo pero la situación ha empeorado a medida que las temperaturas se han vuelto más bajas en los últimos días, y muchos clientes están recibiendo el mínimo necesario de manera de no tener que apagar las máquinas y los hornos.
Es demasiado temprano para cuantificar el impacto que esto tendrá en la producción, pero hay temores de que la cosecha de azúcar en la provincia de Tucumán podría sentir el cimbronazo. El azúcar ya empezó a desaparecer de las estanterías en las últimas semanas y los supermercados solo permitían un paquete por cliente en las últimas semanas.
La Argentina es productora de gas natural y depende en gran manera del mismo como combustible industrial y doméstico así como para la generación de electricidad, a pesar de esto las tarifas domésticas están muy por debajo de aquellas en países vecinos – un recuerdo del crash argentino en el 2001. Esto estimula el uso doméstico intenso y restringe la habilidad de las empresas de reinvertir y expandir la producción y las redes. Metrogas, una distribuidora, fue recientemente intervenida por el gobierno después de decir que estaba siendo estrangulada por las deudas – pero el gobierno rechazó su aseveración de que la crisis fue causada por la demora en darle la luz verde a los aumentos de tarifas.
El mercado energético de la Argentina está plagado con subsidios, y los productores dicen que tienen dificultades por las elevadas tarifas de exportación y los bajos precios internos, y ellos necesitan invertir para expandir la producción. Como resultado, la producción de gas cayó cerca de un 5 % en los primeros cuatro meses de este año, comparado con el mismo período del año pasado, y la caída en Abril solamente fue del 6,2 % - el mes número 11 de caída constante en la producción de gas, de acuerdo a Investigaciones Económicas Sectoriales (IES), un grupo de estudio.
Ahora se espera que la Argentina sea un importador neto de este combustible en menos de una década. De hecho, en los primeros 4 meses del 2010, la importación de energía creció cerca de un 50 % comparado con igual período del año pasado, según indica el IES. En el corto plazo, las restricciones al gas han encendido la importación de combustibles líquidos como el diesel y el fuel oil, los cuales son más caros y menos eficientes.
Mientras tanto, el gobierno considera que un crecimiento económico del 6,8 % este año es el piso, no el techo – una estimación compartida por muchos. Goldman Sachs acaba de subir su propia predicción a un 8 %. Para posibilitar esto, la importación de combustibles caros se ha estado incrementando – las importaciones de combustibles y lubricantes subieron un 87 % en los primeros 5 meses del año llegando a los 1390 millones de un inicio en 741 millones, y en Mayo solamente se disparó llegando a un 182 %, de acuerdo a datos oficiales. Mientras tanto, las exportaciones de combustibles y de energía cayeron un 9 % de un año a otro en Mayo pero se incrementaron un 4 % en los primeros 5 meses (los datos muestran que específicamente la exportación de hidrocarburos no se movió – elevándose solo un 1 % en el período de Enero a Mayo).
Bolivia y la Argentina renegociaron este año un ambicioso contrato de provisión de gas del 2006 el cual Bolivia no cumplió. Pero el país andino no parece ni siquiera garantizar el mínimo de 5 metros cúbicos de gas por día para su vecino sureño bajo el nuevo contrato.
El panorama es sombrío. Los ex secretarios de energía han urgido al gobierno para que acelere la exploración petrolera en alta mar, y la empresa Repsol-YPF (controlada por España), la Panamerican Energy, controlada por la británica BP y Petrobras (de Brasil) están empezando a hacer perforaciones conjuntas en la cuenca de las Malvinas (no confundir con la cuenca de las Falklands alrededor de las islas en disputa) a finales de este año, de acuerdo a los medios.
Pero incrementar la producción va a llevar tiempo. Subir las tarifas e impulsar el ahorro energético es más rápido – pero con las elecciones presidenciales acercándose el año próximo, políticamente inconveniente. Para un gobierno decidido a mantener el pie en el acelerador en términos de crecimiento, sería irónico si la escasez energética se lo impidiera.
Fuente:
http://blogs.ft.com/beyond-brics/2010/07/13/energy-shortages-could-put-brakes-on-argentinas-growth/
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